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Tratado de Otorrinolaringologia y Patologia Cervicofacial-781

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Capítulo 64. Principios básicos de la reconstrucción en cirugía oncológica de cabeza y cuello
un colgajo de bastante longitud y llevarlo a un terri-
torio relativamente alejado de la zona donante. Como 
ejemplos de este tipo de colgajos cabe citar: el delto-
pectoral, irrigado por las cuatro primeras ramas per-
forantes de la arteria mamaria interna; el acromiotorá-
cico vascularizado por las arterias acromiotorácicas 
y torácica lateral, ramas de la subclavia (v. fig. 57-10); 
el frontal, irrigado por la arteria temporal superficial; el 
frontal medio o supratroclear, irrigado por la arteria 
del mismo nombre. 
Actualmente, las indicaciones de colgajos se han 
reducido por la difusión de los colgajos libres micro-
vascularizados, de los que se tratará más adelante. 
Los más utilizados tal vez sean, en algunas circuns-
tancias, el colgajo deltopectoral para reconstruir la 
piel cervical y el colgajo supratroclear en ciertas re-
construcciones de la pirámide nasal.
El colgajo deltopectoral tiene aplicación en los ca-
sos de defectos cutáneos cervicales producidos por la 
extirpación de la piel invadida por un tumor primario 
o por una metástasis ganglionar. En estos casos, es un 
procedimiento rápido y sencillo, cuyo único inconve-
niente estriba en la necesidad de colocar un injerto de 
piel libre en la región deltoidea, pero que, por el con-
trario, evita las disfunciones ocasionadas por la obten-
ción de un colgajo del pectoral mayor. Únicamente en 
el caso de que fuera necesario un volumen de tejido 
importante para proteger estructuras subyacentes se-
ría preferible recurrir a este último. 
En general, estos colgajos tienen una alta fiabilidad 
que se sitúa en el 85% de viabilidad.
COLGAJOS MIOCUTÁNEOS
Los colgajos miocutáneos están nutridos por va-
sos segmentarios que discurren profundamente res-
pecto al músculo, dando ramas perforantes para la 
vascularización del músculo y la piel. Como su nom-
bre indica, estos colgajos incorporan músculo, fascia 
y piel. Al levantar el colgajo, se incluye en él la arteria 
segmentaria que discurre por la superficie inferior 
del músculo, de la que salen las ramas perforantes 
que irrigan el músculo y dan origen a las arterias 
musculocutáneas que se distribuyen perpendicular-
mente por la piel. El hecho de que la piel se manten-
ga unida al músculo, a través del cual recibe las arte-
rias musculocutáneas, permite trazar islas cutáneas 
sobre el músculo, pediculando el colgajo sobre el 
mismo. 
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Fig. 64-1. Colgajos locales.
(A) Colgajo de traslación. Las flechas indican el sentido en el 
que se producirá el deslizamiento del colgajo para cubrir una 
superficie cruenta. Obsérvense los triángulos señalados con 
flecha que indican una resección cutánea y de tejido celular 
subcutáneo, para permitir el desplazamiento del colgajo sin 
que se produzca tensión del mismo ni sobreelevación.
(B) Colgajo de rotación. Los principios indicados en el dibujo 
anterior son aplicables a esta figura.
(C) Zetaplastia. Las letras y flechas indican las secciones 
que se deben realizar y el modo en que se desplazan.
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