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797 © E ls ev ie r. E s un a p ub lic ac ió n M A S S O N . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . Capítulo 64. Principios básicos de la reconstrucción en cirugía oncológica de cabeza y cuello proceder a las microsuturas vasculares, se realiza una fijación del colgajo en su lugar definitivo, lo que per- mite darle estabilidad y conocer la posición final del pedículo vascular. Para las reconstruciones de orofaringe e hipofarin- ge, tercio medio facial y base craneal, las arterias habi- tualmente más usadas son la tiroidea superior y la fa- cial, y como alternativa, la arteria lingual. En los casos multioperados, sobre todo en recidivas de tumores de hipofaringe, se utiliza sobre todo la arteria cervical transversa. En algunos casos de reconstrucción del cuero cabelludo y base de cráneo, se puede usar la ar- teria temporal superficial. Ésta es bastante accesible, pero el problema que plantea es la vena acompañante, a veces de frágil pared y pequeño calibre. En cuanto a las venas, por su localización las más usadas han sido el tronco tirolinguofacial y sus ramas facial y tiroidea superior. La vena tiroidea media es muy accesible a pesar de su disposición transversa. La vena yugular externa es, para algunos especialistas, de elección como vena receptora. La vena yugular inter- na se utiliza de forma término-lateral, cuando otras opciones de venas receptoras son más escasas. En los casos en los que no se dispone de vasos receptores cercanos (cirugía previa, discrepancias de calibre, etc.), hay que tener otras alternativas. Lo pri- mero que se debe tener en mente es recurrir a col- gajos con pedículo largo de buen calibre y lo más constante posible anatómicamente. De ellos, cabe mencionar el colgajo antebraquial radial, el colgajo paraescapular y el colgajo anterolateral de muslo. Otra opción interesante, si se dispone de colgajos con pedículo largo, es recurrir a los vasos acromioto- rácicos como vasos receptores, aunque así se anula la posibilidad de realizar un colgajo de músculo pecto- ral de ese lado. Cuando el defecto entre los vasos re- ceptores y los vasos del colgajo es inferior a 10 cm, se puede interponer un injerto venoso, generalmente de vena safena invertida. Si el defecto que se debe cubrir supera los 10 cm y afecta a la arteria y a la vena, se puede crear un loop arteriovenoso. Técnica microquirúrgica Para realizar la anastomosis microvascular, se cli- pa primero la arteria, se exprime y se deja que se va- cíe. Luego se clipan las venas dejando una abierta, y se procede entonces a exprimir el colgajo para elimi- nar los restos de sangre estancada. Es aconsejable co- menzar suturando primero la vena para evitar el pin- zamiento prolongado de la arteria e impedir que el colgajo se llene de sangre que, luego, puede ser fuen- te de trombos. Acabada la sutura de la vena, se realiza la arterial y, por último, si la hay y es factible, se anastomosa la segunda vena del colgajo. En caso de discrepancias superiores a 2:1 se practican suturas término-laterales (las discrepancias menores se re- suelven cortando en bisel el vaso menor y dilatando la boca del mismo). La vascularización del colgajo libre puede verse afectada durante la propia intervención quirúrgica por el mal funcionamiento de las microsuturas, con ausencia de flujo arterial o insuficiencia venosa con in- gurgitación inmediata. Otra causa de afectación vas- cular es la lesión del colgajo por isquemia prolongada durante la realización de la sutura, que se manifiesta A B Fig. 64-5. Colgajo antebraquial. (A) Puede observarse el colgajo libre con su largo pedículo vascular tomado del antebrazo ya reparado con injerto de piel libre. (B) Reconstrucción tubulada del colgajo para reconstruir la hipofaringe.