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< ú Infarto de miocardio con elevación del ST: anatomía patológica, fisiopatología y manifestaciones clínicas Benjamin M. Sciríca y David A. Morrow 51 Patrones cambiantes en la incidencia y la asistencia, 1068 Mejoras en el pronóstico, 1068 Hallazgos anatom opatológicos, 1070 Fisiopatología, 1079 Manifestaciones clínicas, 1084 Bibliografía, 1092 Para el diagnóstico anatomopatológico del infarto de miocardio (EM) se necesitan pruebas que confirmen la muerte de las células miocárdicas a causa de la isquemia. Los hallazgos característicos consisten en necrosis por coagulación y necrosis de banda de contracción, a menudo con zonas irregulares de miocitólisis en la periferia del infarto. Durante la fase aguda del IM, los miocitos mueren en la zona infartada y, posteriormente, se produce inflamación, limpieza de restos necróticos y reparación con formación de una cicatriz. Para el diagnóstico clínico de infarto de miocardio se requiere un sín drome clínico indicativo de isquemia miocárdica con alguna combinación de pruebas de necrosis miocárdica en los estudios bioquímicos, electrocar diográficos o de imagen. Los métodos clínicos empleados para diagnos ticar el IM tienen una sensibilidad y una especificidad muy variables, dependiendo del momento de realizar la evaluación tras el comienzo del infarto. Las sociedades de profesionales de la cardiología han establecido conjuntamente una serie de criterios actualizados para el diagnóstico del IM (tabla 51-1)-1 La definición universal revisada de infarto de miocardio clasifica el IM en cinco tipos, dependiendo de las circunstancias en las que se produce el mismo (tabla 51-2).1 Estas revisiones de la definición de IM y la aparición de biomarcadores más sensibles de lesión miocárdica han repercutido considerablemente tanto en la asistencia clínica de los pacientes como en los estudios epidemiológicos, las políticas públicas y los estudios clínicos.2,3 Actualmente, se considera que los pacientes con molestias isquémicas están experimentando un síndrome coronario agudo (SCA), que abarca los diagnósticos de angina inestable, IM sin elevación del segmento ST (IMSEST) e IM con elevación del segmento ST (IMEST) (fig. 51-1). El principal medio para diagnosticar a los pacientes con un posible SCA es el electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones, que permite dis criminar entre los pacientes con elevación del segmento ST (el tema de los capítulos 51 y 52) y aquellos sin elevación del segmento ST (el tema del capítulo 53). PATRONES CAMBIANTES EN LA INCIDENCIA Y LA ASISTENCIA A pesar de los avances en el diagnóstico y el tratamiento, el IMEST sigue siendo un problema importante de salud pública en los países industrializados, y está aumentando también en los países en vías de desarrollo (v. capítu lo l ) .4 En EE. UU., casi 600.000 pacientes son hospitalizados cada año con un diagnóstico primario de SCA. La cifra supera el millón de pacientes si se incluye el SCA como diagnóstico secundario.3 La incidencia del IM aumenta considerablemente con la edad tanto en los hombres como en las mujeres, y se observan tam bién diferencias raciales: el IM es más frecuente en hombres y mujeres negros, independientemente de la edad. La proporción de pacientes con episodios de SCA que tienen IM EST varía entre los estudios de observación: entre el 29 y el 47% de los pacientes ingresados con SCA. En estas estimaciones no se incluyen los IM «silentes», que pueden no conllevar la hospitalización de los pacientes. Entre 1999 y 2008, la proporción de pacientes con un SCA e IMEST disminuyó casi un 50% (fig. 51-2A; v. también fig. 53-2).6 Desde una perspectiva global, resulta especialmente preocupante el hecho de que la incidencia de IM en los países en vías de desarro llo pueda estar acercándose a la que se observa actualmente en los países desarrollados.4 Los recursos limitados disponibles para tratar el IMEST en los países en vías de desarrollo obligan a redoblar los esfuerzos internacionales para reforzar los programas de prevención primaria (v. también capítulo 1). MEJORAS EN EL PRONÓSTICO El número total de muertes por IMEST ha ido descendiendo ininterrumpi damente durante los últimos 30 años, pero se ha estabilizado en la última década (fig. 51-2B).6'9 A esta tendencia han contribuido una disminución de la incidencia de IMEST y un descenso del índice de mortalidad tras el IMEST.3 Según estimaciones de la American Heart Association, el índice de mortalidad a corto plazo de los pacientes con IMEST oscila entre el 5 y el 6% durante la hospitalización inicial, y entre el 7 y el 18% al cabo de 1 año.111 En las poblaciones participantes en estudios clínicos, los índices de mortalidad suelen ser aproximadamente la mitad de los observados en registros de pacientes consecutivos, debido, muy probablemente, a la exclusión de los pacientes con trastornos médicos comórbidos más extensos. Las mejoras en el tratamiento de los pacientes con IMEST han tenido lugar en varias fases.11 La «fase de observación clínica» de la asistencia coronaria abarcó la primera mitad del siglo xx y se centró en un registro detallado de los hallazgos físicos y de laboratorio, con muy poco trata miento activo del infarto. La «fase de unidades de asistencia coronaria» comenzó a mediados de los años sesenta y se centró en la detección y el tratamiento precoces de las arritmias cardíacas, basados en el desa rrollo de sistemas de monitorización y de cardioversión/desfibrilación. La «fase de tecnología avanzada» comenzó con la aparición del catéter de flotación de balón hinchable para la arteria pulmonar, y sentó las bases para una monitorización hemodinámica junto a la cabecera del paciente y un tratamiento hemodinámico dirigido. La moderna «era de la reperfusión» del tratamiento del IMEST comenzó con la fibrinólisis intracoronaria y continuó con la fibrinólisis intravenosa, con un mayor uso del ácido acetilsalicílico (v. capítulo 52) y, posteriormente, con el desarrollo de la intervención coronaria percutánea (ICP) primaria (v. capítulo 55). Actualmente, la asistencia de los pacientes con IMEST ha entrado en una «fase de asistencia coronaria basada en las pruebas», en la que cada vez influyen más las directrices y las medidas de actuación para la práctica clínica.10,12,13 La puesta en marcha del tratamiento médico dirigido por directrices (TMDD) y de iniciativas de calidad regional ha permitido reducir significativamente la heterogeneidad en la asistencia, incrementar el seguimiento de tratamientos basados en pruebas y mejorar los resultados.14,15 La obligatoriedad de comunicar los resultados y los pro cedimientos utilizados ha permitido establecer puntos de referencia para valorar el éxito de las intervenciones y los índices de mortalidad en pacien tes con IM atendidos en diferentes hospitales (www.hospitalcompare. hhs.gov). Lim itaciones del tra ta m ie n to actual Los porcentajes de inicio correcto del tratamiento de reperfusión varían considerablemente; en algunos registros, hasta un 30% de los pacientes con IMEST que son candidatos potenciales al tratamiento de reperfusión no reciben este tratamiento salvador.16 Por consiguiente, para mejorar la asistencia es importante adoptar iniciativas que permitan incrementar 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos http://www.hospitalcompare T A B LA 51-1 Definición universal de infarto de miocardio Criterios para el infarto agudo de miocardio La denominación IM agudo debe utilizarse cuando haya indicios de necrosis miocárdica en un contexto clínico congruente con una isquemia miocárdica aguda. En ^ estas condiciones, cualquiera de los siguientes criterios cumple el diagnóstico de IM: • Detección de un aumento y/o descenso de las concentraciones de biomarcadores cardíacos (preferiblemente Tn cardíaca), al menos con uno de los valores por g 1 encima del percentil 99° del LSR y con uno de los siguientes puntos como mínimo: q _• Síntomas de isquemia fl> • Nuevos o supuestamente nuevos cambios significativos en el segmento ST y la onda T (ST-T) o un nuevo BRI 3 • Aparición de ondas Q patológicas en el ECG 5" • Indicios en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía en la movilidad regional de la pared g • Identificación de un trombo intracoronario en la angiografía o la autopsia • Muerte cardíaca con síntomas indicativos de isquemia miocárdica y cambios sistémicos presumiblemente nuevos en el ECG o un nuevo BRI, pero la muerte se ha —■ producido antes de que se midieran los biomarcadores cardíacos o de que aumentaran los valores de biomarcadores cardíacos. n • El IM relacionado con una ICP se define arbitrariamente por una elevación de los valores de Tn cardíaca (a >5 veces el percentil 99° del LSR) en pacientes con O unos valores basales normales (<percentil 99° del LSR) o un aumento de los valores de Tn cardíaca >20% si los valores basales son elevados y se mantienen 3 estables o descienden. Además, se necesitan: 1) síntomas indicativos de isquemia miocárdica; 2) nuevos cambios isquémicos en el ECG; 3) hallazgos 2 . angiográficos congruentes con una complicación por algún procedimiento, o 4) demostración en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio < viable o una nueva anomalía regional en la motilidad de las paredes. ^ • Trombosis de una endoprótesis asociada a un IM cuando se detecta en una angiografía coronaria o una autopsia en el contexto de una isquemia miocárdica y o ’ con un ascenso y/o caída de los valores de biomarcadores cardíacos, y al menos uno de los valores por encima del percentil 99° del LSR. 3 • El IM relacionado con un IDAC se define arbitrariamente por una elevación de los biomarcadores cardíacos (hasta >10 x percentil 99° del LSR) en pacientes con Q- unos valores basales de Tn cardíaca normales (<percentil 99° del LSR). Además, se necesitan: 1) nuevas ondas Q patológicas o un nuevo BRI; 2) nueva oclusión — documentada angiográficamente de un injerto o una arteria coronaria nativa, o 3) indicios en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía en la motilidad regional de las paredes. ” Criterios para un infarto de miocardio previo ^ r+ Cualquiera de los criterios siguientes satisface el diagnóstico de IM previo: O • Ondas Q patológicas con o sin síntomas en ausencia de causas no isquémicas. 3^ • Indicios en las pruebas de imagen de una zona de pérdida de miocardio viable que ha disminuido de espesor y no se contrae en ausencia de una causa no 01 isquémica. • Hallazgos anatomopatológicos de IM previo. __________________________________________________ o_ BRI, bloqueo de rama izquierda; IDAC, injerto de derivación de arteria coronaria; LSR, límite de referencia superior; Tn, troponina. 0> Tomado de Thygesen K, AlpertJS, White HD, etal: Universal definition o f myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 60:1581, 2012. *5. n T A B L A 51-2 Clasificación universal de los tipos de infarto de miocardio ! ? --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- o ' Tipo 1: in farto de miocardio espontáneo ~a su IM espontáneo relacionado con rotura, ulceración, resquebrajamiento, erosión o disección de una placa ateroesclerótica, con formación de un trombo intraluminal q en una o más de las arterias coronarias que causa una disminución del flujo sanguíneo miocárdico o embolias plaquetarias distales con la subsiguiente necrosis 5" miocítica. El paciente puede sufrir una EAC subyacente grave, pero, en ocasiones, tiene una EAC no obstructiva o no tiene ninguna EAC. *5 5T Tipo 2: in farto de miocardio secundario a un desequilibrio isquémico En casos de lesión miocárdica con necrosis en los que un trastorno diferente a la EAC contribuye a que se produzca un desequilibrio entre el aporte de oxígeno y/o 3 la demanda de oxígeno del miocardio; por ejemplo, disfunción endotelial coronaria, espasmo arterial coronario, embolia coronaria, taquiarritmias/bradiarritmias, 2j anemia, insuficiencia respiratoria, hipotensión arterial e hipertensión arterial con o sin hipertrofia VI. fl> Tipo 3: in farto de miocardio con resultado de muerte cuando no se dispone de los valores de biomarcadores JÍJ. O) Muerte cardíaca con síntomas indicativos de isquemia miocárdica y cambios sistémicos presumiblemente nuevos en el ECG o un nuevo BRI, pero la muerte se 2 . ha producido antes de que se pudieran obtener muestras de sangre, antes de que pudieran aumentar los biomarcadores cardíacos o, en contadas ocasiones, § cuando no se han recogido biomarcadores cardíacos. Tipo 4a: in farto de miocardio relacionado con una intervención coronaria percutánea 2 . El IM asociado a una ICP se define arbitrariamente por un aumento de los valores de Tn cardíaca a >5 x percentil 99° del LSR en pacientes con unos valores basales normales (<percentil 99° del LSR) o un aumento de los valores de Tn cardíaca >20% si los valores basales son elevados y se mantienen estables o descienden. Además, se necesitan: 1) síntomas indicativos de isquemia miocárdica; 2) nuevos cambios sistémicos en el ECG o un nuevo BRI; 3) pérdida angiográfica de la permeabilidad de una arteria coronaria importante o una rama lateral, o flujo lento persistente, ausencia de flujo o embolización, o 4) demostración en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía regional en la motilidad de las paredes. Tipo 4b: in farto de miocardio relacionado con la trombosis de una endoprótesis El IM asociado a la trombosis de una endoprótesis se detecta mediante angiografía coronaria o autopsia en el contexto de una isquemia miocárdica y con un aumento y/o descenso de los biomarcadores cardíacos, con al menos uno de los valores por encima del percentil 99° del LSR. Tipo 5: in farto de miocardio relacionado con un in je rto de derivación arterial coronaria El IM asociado a un IDAC se define arbitrariamente por una elevación de los biomarcadores cardíacos hasta >10 x percentil 99° del LSR en pacientes con unos valores basales normales de Tn cardíaca (<percentil 99° del LSR). Además, se necesitan: 1) nuevas ondas Q patológicas o un nuevo BRI; 2) nueva oclusión documentada angiográficamente de un injerto o una arteria coronaria nativa, o 3) indicios en las pruebas de imagen de una nueva pérdida de miocardio viable o una nueva anomalía en la motilidad regional de las paredes. BRI, bloqueo de rama izquierda; EAC, enfermedad arterial coronaria; IDAC, injerto de derivación de arteria coronaria; LSR, límite superior de referencia; Tn, troponina. Tomado de Thygesen K, AlpertJS, White HD, etal: Universal definition o f myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 60:1581, 2012. la administración oportuna del tratamiento de reperfusión dirigido por pruebas parecen indicar que las mayores reducciones en la mortalidad directrices (v. capítulo 52). de los pacientes mayores se consiguen con las medidas aplicadas durante La edad avanzada es uno de los principales factores determinantes de las primeras 24 h, un período de tiempo en el que es de vital importancia la mortalidad en los pacientes con IMEST.17,18 Durante la hospitalización, el uso inmediato y correcto del tratamiento salvador de reperfusión; esto cada vez se utilizan con más frecuencia el cateterismo cardíaco y otros pone de manifiesto la necesidad de extender a las personas mayores los métodos invasivos en pacientes mayores con IMEST. No obstante, las avances enTMDD para el IMEST.19 106 E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s p / .IfA , m Vil P re s e n ta c ió n D ia g n ó s t ic o d e tra b a jo Rotura de placa con formación de trombo V a so e sp a sm o o disfunción endotelial A tero esc le ro sis fija y desequilib rio entre el aporte yla d em and a Ú nicam ente desequilibrio entre el aporte y la d em and a C a u s a s de d esequilibrio entre el aporte y la d em a n d a de oxígeno d el m iocardio M ole stia isquém ica E C G S in e levación d el S T Elevación del S T B io m a rc a d o re s A ng ina inestable (relacio nada con la dem anda) IM sin elevación del S T (tipo II) A ng ina inestable (m ed iad a por la trom bosis) IM sin elevación del S T (tipo 1) IM con e levación del S T (tipo 1) F IG U R A 5 1 - 1 Isquemia e infarto miocárdicos. La isquemia y el infarto miocárdicos suelen deberse a diferentes procesos patológicos coronarios, como el vasoespasmo, el aumento de la demanda miocárdica en el contexto de una lesión coronaria fija, y la erosión o rotura de una placa ateroesclerótica vulnerable que da lugar a la formación de un trombo agudo y la consiguiente isquemia. Todas estas alteraciones producen una desigualdad entre el aporte y la demanda miocárdica de oxígeno, y pueden precipitar la aparición de síntomas isquémicos; cuando son muy graves o prolongados, tocios estos procesos conducen a la necrosis o el infarto del miocardio. Los acontecimientos que no están mediados por trombos (mitadinferior, lado izquierdo) cursan, generalmente, sin elevaciones del segmento ST en el ECG, pero pueden acompañarse de un aumento de las concentraciones de biomarcadores cardíacos si la isquemia es bastante grave y prolongada, en cuyo caso se clasifican como IM de tipo II. La lesión aterotrombótica constituye el elemento histobiológico característico de un SCA. La disminución del flujo puede deberse a un trombo totalmente oclusivo (mitad inferior, lado derecho) o a un trombo que produce una oclusión subtotal (mitad inferior, centro). Las molestias isquémicas pueden acompañarse o no de una elevación del segmento ST en el ECG. La mayoría de los pacientes con elevación del segmento ST desarrollan, en última instancia, un IM de ondas Q, mientras que unos pocos pacientes desarrollan IM sin ondas Q. Los pacientes sin elevación del segmento ST pueden sufrir una angina inestable o un IMSEST, cuya distinción depende, en última instancia, de la presencia o ausencia de un marcador cardíaco sérico, como la CK-MB o la troponina cardíaca detectada en la sangre. La mayoría de los pacientes con IMSEST en el ECG desarrolla, finalmente, un IM sin ondas Q; unos pocos pueden desarrollar un IM de ondas Q. Un IM que se desarrolla como resultado de la lesión aterotrombótica de un SCA se clasifica como IM de tipo I. (Modificado de Thygesen K, AlpertJS, Jaffe AS, etal: Third universal definition of myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 60:1581, 2012.) Parece que el tratam iento y el pronóstico de los pacientes con IMEST varían sustancialmente dependiendo del volumen de pacientes atendidos en el medio hospitalario.20,21 Los índices de mortalidad en los pacientes con IM EST son m enores en los hospitales con un gran volum en clínico, un porcentaje elevado de métodos invasivos y una buena valoración en inform es de calidad. Por el contrario, los pacientes con IM EST que no son atendidos por un especialista cardiovascular alcanzan mayores índices de mortalidad. Se observan tam bién variaciones en los patrones de tratam iento de determ ina dos subgrupos de pacientes con IMEST, en particular las mujeres y 1070 los negros, aunque, después de realizar los ajustes pertinentes por procesos comórbidos y por el grado de ateroesclerosis, los resultados parecen ser similares.22 HALLAZGOS ANATOMOPATOLÓGICOS De acuerdo con las investigaciones que comenzaron en los años setenta, actualmente se acepta que casi todos los episodios de SCA se deben a la ateroesclerosis coronaria, generalmente con superposición de una trombosis coronaria causada por la rotura o erosión de una lesión ateroes clerótica.23'24 Más adelante, en este mismo capítulo, describiremos las formas no aterógenas de enfermedad arterial coronaria, y en la tabla 51-3 presentamos las causas de IM sin ateroesclerosis coronaria. Enfermedad coronaria no ateroesclerótica Arteritis Sifilítica Granulomatosa (enfermedad de Takayasu) Panarteritis nudosa Síndrome ganglionar mucocutáneo (Kawasaki) Lupus eritematoso sistémico Espondilitis reumatoide Espondilitis anquilosante Traumatismo de arterias coronarias Desgarro Trombosis Yatrogenia Radiación (radioterapia antineoplásica) Engrasamiento mural con enfermedad metabólica o enfermedad proliferante de la íntima Mucopolisacaridosis (enfermedad de Hurler) Homocistinuria Enfermedad de Fabry Amiloidosis Esclerosis juvenil de la íntima (calcificación arterial idiopática de la infancia) Hiperplasia de la íntima asociada a anticonceptivos esteroideos o posparto Seudoxantoma elástico Fibrosis coronaria por radioterapia Estrechamiento de la luz por otros mecanismos Espasmo de las arterias coronarias (angina de Prinzmetal con arterias coronarias normales) Espasmo tras la retirada de nitroglicerina Disección aórtica Disección de la arteria coronaria Embolia en arterias coronarias Endocarditis infecciosa Endocarditis trombótica no bacteriana Prolapso de la válvula mitral Trombo mural en aurícula izquierda, ventrículo izquierdo o venas pulmonares Émbolo por prótesis valvular Mixoma cardíaco Asociado a cirugía con circulación extracorpórea y coronariografía Embolia paradójica Fibroelastoma papilar de la válvula aórtica («émbolo fijo») Trombos por catéteres o guías intracardíacas Anomalías congénitas de las arterias coronarias Origen anómalo de la arteria coronaria izquierda en la arteria pulmonar Arteria coronaria izquierda del seno de Valsalva anterior Fístula coronaria arteriovenosa y arteriocavitaria Aneurisma arterial coronario Desproporción demanda-suministro de oxígeno Estenosis aórtica, todos los tipos Diferenciación incompleta de la válvula aórtica Insuficiencia aórtica Intoxicación por monóxido de carbono Tirotoxicosis Hipotensión prolongada Miocardiopatía de takotsubo Hematológicos (trombosis in situ) Policitemia vera Trombocitosis Coagulación intravascular diseminada Hipercoagulabilidad, trombosis, púrpura trombocitopénica Otras Abuso de cocaína Contusión miocárdica Infarto de miocardio con arterias coronarias normales Complicación de cateterismo cardíaco Modificado de Cheitlin MD, McAllister HA, de Castro CM: Myocardial infarction without atherosclerosis. JAMA 231:951, 1975. Copyright 1975, American Medical Association. T A B LA 51-3 Causas de infarto de miocardio sin ateroesclerosis coronaria MORTALIDAD A LOS 30 DIAS CQ (0 < 0 £ =O o c c ¿ g g 0 ,8 ü t ! ° ’7 1,4-, 1 ,3 1,2 1,1- 1 0,9 DESPUES DE UNIMSEST Q. n> 3 o 'nÜJ Q. o ' o 3 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008O O B FIGURA 51-2 A. Porcentajes de incidencia de IM agudo, ajustados en función de la edad y el sexo, entre 1999 y 2008. Las barras I representan los intervalos de confianza al 95%. B. Se muestran los cocientes de probabilidades ajustados para la mortalidad a los 30 días en función del año después de un IM (B, arriba), un IMEST (B, centro) y un IMSEST (B, abajo). Se realizó un ajuste de los modelos atendiendo a las caracterís ticas demográficas de los pacientes, los trastornos cardiovasculares previos, los factores de riesgo cardiovascular, la enfermedad pulmonar crónica y el cáncer sistémico. El año de referencia es 1999. Véase también la figura 53-2. (Tomado de Yeh RW, Sidney S, Chandra M, etal: Population trends in the incidence and outcomes o f acute myocardial infarction. N Engl J Med 362:2155, 2010.) Infarto com pletado que afecta a c a s i todo el área en riesgo Z o n a ii de perfusión // (área d e riesgo) FIGURA 51-3 Representación esquemática de la progresión de la necrosis miocárdica tras la oclusión arterial coronaria. La necrosis comienza en una pequeña zona de miocardio por debajo de la superficie endocárdica en el centro de la zona isquémica. Toda esa zona de miocardio (línea discontinua) depende del vaso ocluido parasu perfusión y es el área de riesgo. La necrosis respeta una estrecha zona de miocardio inmediatamente por debajo del endocardio que puede oxigenarse por difusión desde el ventrículo. (Tomado de Schoen FJ: The heart. In Kumar V, Abbas AK, Fausto N [eds]: Robbins & Cotran Pathologic Basis o f Disease. 8th ed. Philadelphia, WB Saunders, 2009.) B Cuando se produce una atero- trombosis coronaria aguda, el trom bo intracoronario resultante puede causar una obstrucción parcial, que ^ generalmente produce isquemia mio- O cárdica sin elevación del segm ento ST, o puede provocar una oclusión y com pleta y causar isquem ia m io- q cárdica transmural e IMEST. Antes “j de la aparición de los fibrinolíticos, ^ los clín icos solían clasificar a los j/j pacientes con IM en pacientes que o: desarrollaban una onda Q en el ECG ^ y pacientes con un IM sin onda Q u en la evolución del patrón ECG a lo largo de varios días. En muchos casos, O se consideraba que la denominación g infarto de onda Q era prácticamente sin ó n im a de in fa r to tran sm u ral, mientras que los infartos sin onda Q o recibían, a menudo, el nom bre de ^ infartos subendocárdicos. Estudios más “ recientes en los que se ha utilizado te la resonancia m agnética cardíaca ^ (RMC) indican que la aparición de LU una onda Q en el ECG depende más del tamaño del infarto que de la pro fundidad de la lesión mural. Debido a ello, la denominación SCA como base conceptual amplia más apropiada ha desbancado esta terminología, ancla da por la fisiopatología unificadora subyacente (v. fig. 51-1). Es preferible realizar una subclasificación adicio nal de los pacientes en función de la elevación del segmento ST (IMEST) o la ausencia de la misma (SCA sin elevación del segmento ST) en lugar de basarse en la evolución de las ondas Q, ya que algunas decisiones clínicas inmediatas, como la fibrinólisis o la ICP primaria, dependen de la identificación de una elevación diagnóstica del segmento ST en el ECG inicial. Placa (v. ta m b ién capítu lo 41) La placa ateroesclerótica empieza a formarse muy pronto en la vida y va creciendo lentamente a lo largo de varias décadas.25 En el mundo actual es casi constante la presencia de algo de ateroesclerosis, aunque la mayor parte de la placa se mantiene asintomática durante toda la vida. Otras placas pueden formarse lentamente y causar síntomas estables. Son poco frecuentes las placas que precipitan un episodio de SCA por la trans formación brusca y catastrófica de una placa vulnerable, pero estable, en una placa inestable caracterizada por alteraciones o erosiones, con desarrollo posterior de una trombosis superpuesta.23,26 Los factores de riesgo tradicionales y la consiguiente inflamación crónica favorecen una gran parte del desarrollo de la ateroesclerosis, aunque algunos pacientes presentan una predisposición sistémica al deterioro de la placa que no depende de los factores de riesgo tradicionales. La rotura de la placa produce exposición a sustancias que favorecen la activación y agregación plaquetaria, generación de trombina y finalmente la formación de un trombo.23,26 Finalmente, el trombo resultante que se forma interrumpe el flujo sanguíneo y produce un desequilibrio entre suministro y demanda de oxígeno, y si este desequilibrio es intenso y persistente, surge la necrosis miocárdica (fig. 51-3). C o m p o s ic ió n d e las p lacas Las placas ateroescleróticas asociadas a una oclusión trombótica total de una arteria coronaria epicárdica, localizada en los vasos relacionados con el infarto, son generalmente más complejas e irregulares que las de los vasos no asociados a un IMEST.23,26 Los estudios histológicos de estas lesiones revelan a menudo la rotura o erosión de la placa (v. capítulo 41). La composición del trombo puede variar a diferentes niveles: los trombos blancos contienen plaquetas, fibrina o ambas y los trombos rojos confie- 1072 nen eritrocitos, fibrina, plaquetas y leucocitos (v. capítulo 82). F isura y ro tu ra d e la placa En los estudios de autopsia, la rotura y la erosión de la placa son las principales causas subyacentes de IM y muerte cardíaca repentina. Casi en tres cuartos de los casos se observa la rotura de la placa, y es más frecuente en los hombres. La erosión de la placa es más frecuente en las mujeres menores de 50 años, aunque la prevalencia de la rotura aumenta con la edad de las mujeres.23 Es muy probable que una placa ateroes clerótica propensa al deterioro o la erosión sea, en realidad, una placa que ha evolucionado a una morfología que incluye un núcleo necrótico lleno de lípidos y células inflamatorias y cubierto por una capa fibrosa fina e inflamada. En un estudio prospectivo de 697 pacientes con SCA que se sometieron a una angiografía coronaria perivascular y una ecografía intravascular por radiofrecuencia de escala de grises tras una ICP, se com probó que tres características de las lesiones (contenido de lípidos superior al 70%, morfología del fibroateroma de capa fina y una superficie luminal mínima de 4 mm2 o menos) eran correlatos independientes de futuros episodios ateroescleróticos (fig. 51-4).27 Otras características morfológicas asociadas a las placas propensas a la rotura son un remodelado expansivo que reduce la obstrucción luminal (estenosis leve en la angiografía), la neovascularización (angiogenia), la hemorragia en la placa, la inflamación de la adventicia y un patrón de calcificación «moteado».23 La inflamación estimula la sobreexpresión de enzimas que degradan los componentes de la matriz extracelular de la placa.23,26 Los macrófa gos y los mastocitos activados que se encuentran en los lugares de las erosiones ateromatosas y de la rotura de la placa en los pacientes que mueren de un IMEST pueden elaborar estas proteinasas. Además de estos aspectos estructurales de placas vulnerables o de alto riesgo, el estrés provocado por la presión intraluminal, el tono vasomotor coronario, la taquicardia (estiramiento y compresión cíclica) y la rotura de los micro- vasos se combinan para producir una rotura de la placa en el borde de la cubierta fibrosa cerca de un segmento de la pared arterial coronaria libre de placa (región del hombro de la placa).25 En los momentos de sobrecarga aumentan varios parámetros fisiológicos clave como presión arterial sistólica, frecuencia cardíaca, viscosidad sanguínea, activador del plasminógeno tisular (t-PA) endógeno, inhibidor del activador del C o ciente de riesgo s de lesión ( IC al 9 5 % ) V a lo r P P re v a le n cia ( % ) Presente Ausente F A C F (todos) F A C F + S L M <;4 m m 2 F A C F + C P £ 7 0 % F A C F + C P £ 7 0 % S L M ^ 4 m m 2 3,9 (2,25-6,76) < 0,001 46,7 6,55 (3,43-12,51) < 0,001 15,9 10,83 (5,55-21,1) < 0,001 10,1 11,05 (4,39-27,82) < 0,001 4,2 FIGURA 51-4 Comparación de porcentajes de episodios cardiovasculares correspondientes a lesiones que eran fibroadenomas de cubierta fina (FACF) y a lesiones que no lo eran. Esta figura muestra los porcentajes de acontecimientos correspondientes a 595 lesiones no responsables que fueron caracterizadas como FACF y a 2.114 que no lo fueron por medio de la ecografía intravascular por radiofrecuencia de escala de grises de acuerdo con la superficie luminal mínima (SLM) y la carga de placa (CP). Las lesiones que tenían una mayor carga de placa (es decir, un mayor contenido ateroesderótico) y una luz más reducida corrían el mayor riesgo de desencadenar posteriormente un episodio coronario agudo. La imagen insertada es un ejemplo de un FACF visualizado mediante ecografía de radiofrecuencia. El rojo indica el núcleo necrótlco, el verde oscuro indica tejido fibroso, el blanco indica la confluencia de calcio denso, y el verde claro indica tejido fibroadiposo. IC, intervalo de confianza. (Tomado de Stone GW, Maehara A, Lansky AJ, etal: A pro spective natural-history study o f coronary atherosclerosis. N EnglJ Med 364:226, 2011). plasminógeno-1 (PAI-1) y concentración plasmática de cortisol y adre nalina que presentan variaciones circadianas y estacionales. Dichos parámetros actúan de forma combinada para aumentar la propensión a la rotura de la placa y a trombosis coronaria, lo que hace que los IMEST se acumulen a primeras horas de la mañana, sobre todo en invierno y tras catástrofes naturales.28"30 Síndromes coronarios agudos La rotura de la placa expone sustancias aterógenas que pueden producir un trombo extenso en la arteria relacionada con el infarto (v. fig. 51-1). Una red colateral adecuada que impida la necrosis puede dar lugar a episodios asintomáticos de oclusión coronaria; además, muchas roturas de placa son asintomáticas si la trombosis no es oclusiva. Los trombos completamente oclusivos producen de forma característica una lesión transparietal de la pared ventricular en el lecho miocárdico irrigado por la arteria coronaria afectada (fig. 51-5; v. figs. 51-1 y 51-3). El infarto altera la secuencia de despolarización, lo que se refleja en cambios en el QRS.31 El cambio más característico en el QRS que aparece en la mayoría de los pacientes con IMEST es la aparición de ondas Q en las derivaciones situadas sobre la zona del infarto (v. fig. 51-1 y 51-5).31 En una minoría de los pacientes con elevación del ST no aparecen ondas Q, pero se ven con frecuencia otras anomalías del complejo QRS, como una disminución de altura de la onda R y una hendidura o división del complejo QRS +3 (v. capítulo 12). Los pacientes que tienen síntomas isquémicos sin eleva- ción del ST suelen diagnosticarse de angina inestable o, si existe evidencia § de necrosis miocárdica, IMSEST (v. fig. 51-1). $ Los pacientes con elevación persistente del segmento ST son candidatos v§ a reperfusión (bien farmacológica o con catéter) para restablecer el flujo « en la arteria epicárdica relacionada con el infarto (v. capítulo 52).111 Los '5 pacientes con SCA sin elevación del ST no son candidatos a reperfusión "3 farmacológica, pero deben recibir tratamiento con terapia antiisquémica, g seguida en la mayoría de los casos de una ICP (v. capítulo 53). Por tanto, ̂ el ECG de 12 derivaciones sigue siendo el centro de la vía de decisión para el tratamiento de los pacientes con SCA a fin de distinguir entre g presentaciones con y sin elevación del ST (v. fig. 51-1 y 55-5).32 í Músculo cardíaco ’> Los efectos celulares de la isquemia comienzan a los pocos segundos del — inicio de la hipoxia con la interrupción de la síntesis de trifosfato de ade- © nosina (ATP). Esto compromete la relajación-contracción del miocardio, y puede empezar a formarse una lesión celular irreversible incluso cuando solo han transcurrido 20 min. La necrosis suele ser total al cabo de 6 h, a menos que se produzca una reperfusión o que exista una circulación colateral muy extensa (fig. 51-6). H a lla z g o s de la a n a to m ía p a to ló g ic a m acro scó p ica. A la inspección macroscópica, el IM puede dividirse en dos tipos: infarto transmural en el que la necrosis miocárdica afecta a todo (o casi todo) el grosor de la pared ventricular e infarto subendocárdico (no transmural) en el que la necrosis afecta al subendocardio, el miocardio intramural o ambos sin extenderse a todo el espesor de la pared ventricular hasta el epicardio (fig . 5 1-7 ). La trombosis coronaria oclusiva es bastante más frecuente cuando el infarto es transmural y se localiza en el territorio de distribución de una sola arteria coronaria (v. fig . 51-5). Sin embargo, los infartos no transmurales ocurren a menudo asociados a arterias coronarias con estenosis importan tes, pero aún permeables, o cuando la región infartada tiene suficiente circulación colateral. El in farto transmural parcheado puede producirse a consecuencia de la fibrinólisis o de la ICP, o cuando se restablece el flu jo sanguíneo en un trombo que era oclusivo antes de que el frente de onda de la necrosis se hubiera extendido desde el subendocardio a todo el gro sor de la pared ventricular (v. fig. 51-3). H a lla z g o s h isto ló g ico s y u ltra e stru ctu ra le s. Las alteraciones macros cópicas en el miocardio son difíciles de identificar hasta al menos 6 a 12 h desde el comienzo de la necrosis (fig . 5 1 -8 ) . Sin embargo, diferentes tin ciones histoquímicas pueden identificar zonas de necrosis tan solo 2 a 3 h después (fig . 5 1 -9 ) .33 Después, el miocardio infartado sufre una secuencia de cambios patológicos macroscópicos (fig . 5 1 -1 0 ; v. también fig. 51 -8).34 A menudo, a las pocas horas de la muerte por IM puede detectarse la presencia de un in farto sumergiendo cortes de miocardio en cloruro de trifeniltetrazolio, que tiñe el miocardio no infartado de color rojo ladrillo, mientras que la zona infartada no capta la tinción (v. fig. 51-7). H a lla z g o s m icro scó p icos. La evaluación histológica del IM revela varios estadios en el proceso de curación (v. figs. 51-8 a 51-10). En el in farto experimental, los primeros cambios ultraestructurales en el músculo cardíaco tras la ligadura de una arteria coronaria, que se observan a los 20 min, consisten en reducción del tamaño y número de gránulos de glucógeno, edema intracelular y tumefacción con distorsión del sistema tubular trans verso, retículo sarcoplásmico y mitocondrias (v. fig . 51 -8).35 Estos cambios tempranos son reversibles. Los cambios a los 60 min de la oclusión consisten en tumefacción de las células miocárdicas, tumefacción y alteración interna de las mitocondrias y agregación floculante y marginación de la cromati- na nuclear, así como relajación de las miofibrillas. Entre 20 min y 2 h de isquemia, los cambios en algunas células son irreversibles y se produce una progresión de dichas alteraciones.34 a 1073 Infarto de m iocardio con elevación del ST: anatom ía patológica, fisiopatología y m anifestaciones clínicas E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t i A rteria coronaria derecha R a m a c ircunfle ja izquierda R a m a d esce nd ente anterior izquierda C D ( D P ) ^ ^ ^ « 4 « l L o calizació n O clu sió n O clu sió n de z o n a s de p erm anente á perm anente M M necro sis tras la de ram a de ram a oclusió n de d esce nd ente \ c ircunfle ja hL arterias izquierda co ro na rias ep icá rd ica s im portantes izquierda ' O A p u n t a D e rivacio nes correspondientes q ue m uestran e levación del S T en el E C G B O clu sió n p erm anente d e arteria co ro na ria d erecha (o su ram a descend ente posterior) ( £ > D FIGURA 51-5 Correlación entre las zonas de oclusión coronaria, las zonas de necrosis y las alteraciones electrocardiográficas. En la parte superior de la imagen se muestra un diagrama esquemático del corazón con la localización de las principales arterias coronarias epicárdicas. Inmediatamente por debajo hay otro diagrama que muestra una proyección en eje corto de los ventrículos izquierdo y derecho y la localización aproximada de la descendente anterior izquierda (DA), la circunfleja izquierda (Cxl) y la arteria coronaria derecha (CD); la última da lugar a una arteria descendente posterior (DP) en la mayoría de los pacientes. La parte central de la figura muestra la localización de las zonas de necrosis tras la oclusión de una arteria coronaria epicárdica importante. La identificación de la arteria del infarto con el ECG de 12 derivaciones se muestra en la parte inferior. Los 17 segmentos miocárdicos en un formato de mapa polar (A) se muestran con una superposición del riego arterial proporcionado por la DA (B), la CD (C) y la Cxl (D). E. Posición de las derivaciones electrocardiográficas estándar respecto al mapa polar. La arteria del infarto puede deducirse identificando las derivaciones que muestran la elevación del segmento ST y referenciando esa información a los grupos A a D. Por ejemplo, la elevacióndel ST que aparece de forma más destacada en las derivaciones situadas por encima de los segmentos 1, 2, 7, 8,13, 14 y 17 indica que la DA es la arteria del infarto. D,, primera diagonal; DP, descendente posterior; OM, obtusa marginal; PB, posterobasal; PL, posterolateral; Si, primera septal. (Tomado de Bayes-de-Luna A, Wagner G, Birnbaum Y, et al: A new terminology for the left ventricular walls and location o f myocardial infarcts that present Q wave based on the 1074 standard o f cardiac magnetic resonance imaging. Circulation 114:1755, 2006.) O. n> 3 o 'n{U Q. o ' o FIGURA 51-6 Diagrama esquemático de la circulación arterial coronaria sin anastomosis interarteriales (A) y con anastomosis interarteriales (B) entre la arteria coronaria derecha y la arteria descendente anterior izquierda ocluida (oclusión por debajo de la tercera rama diagonal). A. La zona gris indica la zona isquémica con riesgo de IM (que corresponde, finalmente, al tamaño del infarto) en caso de producirse una oclusión de la arteria descendente anterior izquierda y en ausencia de colaterales. B. La zona con riesgo de IM es igual a cero, debido a la extensa presencia de colaterales. (Tomado de Traupe T, GloeklerS, de Marchi SF, et al: Assessment o f the human coronary collateral circulation. Circulation 122: 1210, 2010 .) Hemorragia Respuesta tisular temprana y al infarto J Necrosis blanda Vaso sanguíneo residual FIGURA 51-7 Superior. IM agudo, predominantemente en la porción posterolateral del ventrículo izquierdo, que se demuestra mediante tinción histoquímica por la falta de tinción con cloruro de trifeniltetrazolio en las zonas de necrosis. El defecto de tinción se debe a la fuga enzimática que sigue a la muerte celular. La hemorragia miocárdica en un borde del infarto se asoció a una rotura cardíaca, y la cicatriz anterior (inferior izquierda) fue indicativa de un infarto antiguo. La muestra fue obtenida con la pared posterior arriba. Inferior. La respuesta tisular temprana al proceso del infarto implica una mezcla de necrosis blanda, inflamación y hemorragia. (Tomado de Schoen FJ: The heart. In Kumar V, Abbas AK, Fausto N, Aster J [eds]: Robbins & Cotran Pathologic Basis of Disease. 8th ed. Philadelphia, WB Saunders, 2009.) Patrones de necrosis m iocárdica Necrosis por coagulación. La necrosis coagulatíva se produce por una isquemia marcada y persistente, y suele aparecer en la región central de los infartos; provoca la detención de las células musculares en estado relajado y una distensión pasiva de las células musculares isquémicas. El tejido presenta miofibrillas distendidas, muchas células con núcleos picnóticos, microvasos congestionados y fagocitosis de células musculares necróticas (v. fig. 51-8). Se producen daños mitocondriales con formación de densidades amorfas (floculentas) prominentes, pero no se observa calcificación. Necrosis con bandas de contracción. Esta forma de necrosis miocár dica, denominada también necrosis en banda de contracción o m iocitóli- sis coagulatíva, se debe principalmente a isquemia pronunciada seguida de reflujo.34 Se caracteriza por miofibrillas hipercontraídas con bandas de contracción y daño mitocondrial, con frecuencia calcificación, congestión vascular marcada y cicatrización mediante lisis de las células musculares. Está causada por un aumento del flu jo de entrada de Ca2+ al interior de las células agonizantes, lo que produce una parálisis de las células en estado de contracción. Se observa en la periferia de infartos de gran tamaño y es más amplia en los infartos no transmurales que en los transmurales. Es posible que esta forma de necrosis esté presente en todo el infarto después de la 01 reperfusión (v. fig. 51-9). "§ Miocitólisis. La isquemia sin necrosis no produce por lo general cambios q agudos visibles en microscopía óptica. No obstante, una isquemia intensa 5 ̂ y prolongada puede causar vacuolización de los miocitos, denominada con frecuencia miocitólisis. Una isquemia intensa prolongada potencialmente g ’ reversible causa un edema turbio, así como degeneración hidrópica, vas- - cular y grasa. “ Apoptosis. Una vía adicional de muerte de los miocitos es la apoptosis 5 " o muerte celular programada. Al contrario que la necrosis coagulativa, ~o los miocitos que sufren apoptosis muestran una contracción celular con Si fragmentación del ADN y fagocitosis pero sin el habitual infiltrado celular — indicativo de inflamación.34 La importancia de la apoptosis en el IM es peor <§ conocida que la de la necrosis coagulativa. La apoptosis puede ocurrir 53' inmediatamente después del comienzo de la isquemia miocárdica, pero v< parece que su impacto es más importante en la pérdida tardía de miocitos g y en el remodelado ventricular tras el IM.36 qj 3 C o n ce p to s actua le s so b re lo s p ro ce so s ce lu la res ^ d u ra n te el in fa rto de m ioca rd io y su c icatrización En los estudios clásicos se definía la secuencia de acontecimientos celu- G. lares que tienen lugar durante un IM humano por medio de estudios § histológicos muy minuciosos.37 Los primeros días tras un IM se caracte- {J> rizaban por una acumulación de granulocitos. Después de los primeros r> días, se acumulaban fagocitos mononucleares en el infarto tisular. Final- 5 ' mente, se formaba un tejido de granulación caracterizado por la neovas- ñ ‘ cularización y la acumulación de matriz extracelular (fibrosis). Estudios i/> experimentales recientes en ratones han revelado la existencia de una secuencia de acumulación de subpoblaciones de fagocitos mononuclea res.38 La primera oleada se produce aproximadamente 1-3 días después de la ligadura coronaria y está constituida por un subgrupo de monocitos proinflamatorios que se caracterizan por una gran capacidad proteolítica y fagocítica, y por la síntesis de citocinas proinflamatorias. En una fase pos terior (días 3 a 7) predominan unos monocitos menos inflamatorios que sintetizan el mediador angiógeno factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), y el mediador fibrógeno factor transformador del crecimiento (3 (TGF-p). Probablemente, este reclutamiento secuencia! tan orquestado de subpoblaciones de monocitos desempeña un papel importante en la cicatrización miocárdica. La primera oleada de células mononucleares proinflamatorias y con actividad fagocítica constituye una «cuadrilla de limpieza» que limpia los restos necróticos y prepara el camino para la segunda oleada de monocitos menos inflamatorios, que contribuyen a la cicatrización estimulando la formación de un tejido de granulación. M o d ific a c ió n de los c a m b io s a n a to m o p a to ló g ic o s p o r la re p e rfu sió n Cuando se produce una reperfusión del miocardio sometido a los cambios evolutivos desde la isquemia al infarto en un momento adecuado (es 107 E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s O z • o T ie m p o - 5 * H o ra s ■ 3 4 5 6 7 8 9 10 6 ------------► D í a s ----------------- ► S e m a n a s M icroscopía electrónica H isto qu ím ica M icroscopía óptica C a m b io s m a croscó p ico s Vaciado de glucógeno: Rotura del sarcole m a: Ed em a mitocondrial D e n sid a d e s Relajación de miofibrillas m itocondriales am orfas - Defecto de tinción de T T C ■ O n d ulació n d e la s fibras en el borde C om ienzo de necrosis S e mantiene Necrosis por Desintegración Fin de la por coagulación; edem a; la necrosis coagulación de miofibras fagocitosis; hemorragia focal; por con pérdida y fagocitosis tejido de com ienzo de infiltrado coagulación; de núcleos y por granulación por neutrófilos palidez estriaciones; macrófagos prominente con (contracción infiltrado de neovascularización de los neutrófilos y reacción núcleos y fibrovascular citoplasma eosinófilo); bandas de contracción en miocitos focales Palidez, Límite Bordes muy en ocasiones hiperémico; am arillos y Palidez hiperemia;reblandecimiento vascularizados tonalidad central blandos, amarillenta amarillo- rojo-marrón en la marrón y hundidos periferia ? V °O > CD C/> / T3 CD CD N e cro sis hem o rrágica m io cárdica N e cro sis con predom inio d e b an d as de contracción y reparación tard ías a. A CD O) _ ót =r 3, o » ^ P-'S o í n d o o o. SISQ) 3 / FIGURA 51-8 Secuencia temporal de cambios bioquímicos, ultraestructurales, histoquímicos e histológicos tempranos tras el comienzo del infarto de miocardio. Superior. Esquema del marco temporal de la reperfusión precoz y tardía del miocardio en el territorio de una arteria coronaria ocluida. Aproximadamente durante 30 min después del comienzo de la isquemia más grave, la lesión miocárdica es potencialmente reversible. Después se produce una pérdida progresiva de viabilidad, que resulta completa a las 6-12 h. Los beneficios de la reperfusión son superiores cuando se realiza antes y van disminuyendo conforme se retrasa la reperfusión. Obsérvense las alteraciones en la secuencia temporal en el infarto reperfundido. El patrón de alteraciones anatomopatológicas tras la reperfusión es variable y depende del momento de la reperfusión, del infarto previo y del flujo colateral. TTC, cloruro de trifeniltetrazolio. (Tomado de Schoen FJ: The heart. In Kumar V, Abbas AK, Fausto N [eds]: Robbins & Cotran Pathologic Basis o f Disease. 8th ed. Philadelphia, WB Saunders, 2009.) decir, en un período de 15 a 20 min) es posible evitar que se produzca la necrosis. Después de este momento, el número de miocitos salvados y por tanto la cantidad de tejido miocárdico salvado (zona de necrosis/ zona de riesgo) está relacionado directamente con el tiempo que la arteria coronaria ha permanecido completamente obstruida, la magnitud del consumo miocárdico de oxígeno y el flujo sanguíneo colateral (fig. 51-11). Los signos anatomopatológicos típicos en el infarto con reperfusión son una mezcla de necrosis, hemorragia en el interior de zonas con miocitos con daño irreversible, necrosis coagulativa con bandas de contracción y distorsión de la arquitectura de las células en la zona reperfundida (fig. 51-12). La reperfusión del miocardio infartado acelera también la 1076 eliminación de proteínas intracelulares filtradas, lo que produce una concentración máxima exagerada y precoz de sustancias como la fracción MB de la creatina cinasa (CK-MB) y las troponinas cardíacas específicas I y T (v. a continuación).39 A n a to m ía co ron a ria y loca lizac ión del in fa rto La coronariografía efectuada en las primeras horas de un IMEST detecta una incidencia aproximada del 90% de oclusión total del vaso relacionado con el infarto. La recanalización por trombólisis espontánea produce un descenso de la incidencia de vasos con oclusión total en la coronariografía en el período siguiente al comienzo del IM. La trombólisis farmacológica aumenta de forma notable la proporción de pacientes con una arteria relacionada con el infarto permeable poco después del IMEST. O. n> 3 o 'nü) O. o ' o o_ o> IQ FIG URA 51-9 Características microscópicas del infarto de miocardio. A. Infarto de 1 día con necrosis coagulativa, fibras onduladas con elongación y estrechamiento, en comparación con las fibras normales adyacentes (inferior derecha). Espacios ensanchados entre las fibras muertas que contienen líquido de edema y neutrófilos dispersos. B. Infil trado denso por leucocitos polimorfonucleares en una zona de infarto agudo de miocardio de 3 a 4 días de evolución. C. Eliminación casi completa de miocitos necróticos por fagocitosis (~7 a 10 días). D. Tejido de granulación con una rica red vascular y depósito temprano de colágeno, aproximadamente 3 semanas después del infarto. E. Infarto de miocardio bien cicatrizado con sustitución de las fibras necróticas por una cicatriz colágena densa. Existen escasas células musculares cardíacas residuales. (En D y E el colágeno es azul por la tinción tricrómica de Masson.) F. Necrosis miocárdica con hemorragia y bandas de contracción, visible como bandas oscuras que abarcan varias miofibras (flechas). Este es el aspecto característico del miocardio con isquemia avanzada sometido a reperfusión. (Tomado de Schoen FJ: The heart. In Kumar V, Abbas AK, Fausto N [eds]: Robbins & Cotran Pathologic Basis o f Disease. 8th ed. Philadelphia, WB Saunders, 2009.) El IMEST con necrosis transmural se localiza distal a una obstrucción total aguda en la arteria coronaria con un trombo sobre una placa rota (v. fig. 51-5). No obstante, la oclusión total crónica de una arteria coronaria no se asocia siempre a IM. El flujo sanguíneo colateral y otros factores como el grado de metabolismo cardíaco, la presencia y localización de la estenosis en otras arterias coronarias, la velocidad de desarrollo de la obs trucción y la cantidad de miocardio que recibe sangre por el vaso obstruido influyen en la viabilidad de las células miocárdicas distales a la oclusión. En muchas series de pacientes estudiados mediante autopsia o coronariogra- fía se ha detectado un número menor (5%) de pacientes con IMEST y arte rias coronarias normales. En estos pacientes, la causa del infarto podría ser un émbolo ya lisado, un agregado plaquetario con oclusión transitoria o un episodio prolongado de espasmo coronario intenso. Los estudios en pacientes que acaban por desarrollar un IMEST tras una coronariografía en algún momento previo al mismo han permitido clarificar la anatomía coronaria antes del infarto. Aunque las estenosis avanzadas, cuando están presentes, producen IMEST con más frecuencia que las menos pronunciadas, la mayoría de las oclusiones tienen lugar en vasos con una estenosis previamente identificada menor del 50% en una coronariografía realizada meses o años antes.27 Este hallazgo apoya la idea de que el IMEST es el resultado de una oclusión trombótica rápida en la zona de rotura de una placa previamente no obstructiva pero rica en lípidos. Es posible un infarto a distancia de una oclusión coronaria cuando una zona del ventrículo recibe la sangre por vasos secundarios. Por ejemplo, tras una obliteración gradual de la luz de la arteria coronaria derecha, la pared inferior del ventrículo izquierdo puede mantenerse viable mediante vasos secundarios que nacen de la arteria coronaria izquierda descen dente anterior. Más tarde, una oclusión de la arteria coronaria izquierda descendente anterior puede causar un infarto en la pared diafragmática. In fa rto ventricu la r d e re ch o Aproximadamente el 50% de los infartos de localización inferior afectan en parte al ventrículo derecho.41’ El infarto ventricular derecho (VD) afecta exclusivamente a los pacientes con infarto transmural de la pared infero- posterior y porción posterior del tabique interventricular. El infarto ven tricular derecho se produce casi siempre asociado a un infarto del tabique interventricular adyacente y del miocardio ventricular izquierdo (VI), pero solo en el 3-5% de los casos de IM confirmados mediante autopsia se detecta un infarto aislado en el ventrículo derecho. El infarto ventricular derecho es menos frecuente de lo que cabría esperar por la frecuencia de lesiones ateroescleróticas que afectan a la arteria coronaria derecha. El ventrículo derecho puede soportar períodos largos de isquemia con una recuperación excelente de la función contráctil tras la reperfusión. In fa rto auricu lar Puede verse hasta en el 10% de los pacientes con IMEST si se emplea el desplazamiento del segmento PR como criterio de infarto auricular. Aunque el infarto auricular aislado solo se observa en el 3,5% de las E n f e r m e d a d e s c a r d io v a s c u l a r e s a t e r o e s c l e r ó t ic a s • C o ntracció n • Autorregeneración • M iocardiocitos ♦ I • M onocitos G R - 1 low • C é lu la s progenitoras c a rd ía c a s M E C • M uerte de m iocitos ca rd ía co s • S ín te s is de q uim iocin as/cito cinas • Infiltraciónpor neutrófilos » Reclutamiento de monocitos G R -1 h'9h ► L im p ieza d e restos » Preaco nd icio nam iento » M iocardiocitos m uertos I ■ M onocitos G R - 1 h'9h M atriz provisional a b a se de fibrina 1 Inhibición de la inflamación 1 Infiltración por monocitos G R -1 l0W 1 Reclutamiento de linfocitos 1 Angiogenia 1 Diferenciación de miofibroblastos 1 S íntesis de colágeno 1 Reclutamiento de CMM 1 Regeneración de células cardíacas D e 0 a 3 -4 s e m a n a s M onocitos G R - 1 low C élu las progenitoras cardíacas CM M M atriz a b a se de co lág eno 1 Apoptosis de miofibroblastos 1 Formación de cicatriz madura D e 2 -3 a 4 -6 s e m a n a s • M onocitos G R - 1 |0W • Linfocitos Matriz co la g en o sa m adura y d e n sa FIG URA 5 1-10 La cicatrización tras un IM comprende tres fases solapadas: inflamatoria, proliferativa y de cicatrización. Cada una de ellas se caracteriza por una serie de procesos y acontecimientos específicos (cuadros rojos) mediados por diferentes células controladas por quimiocinas específicas. El TGF-p y la IL-10 marcan la transición de la fase inflamatoria a la proliferativa. La matriz extracelular (MEC) evoluciona hasta formar una cicatriz madura (azul oscuro en la parte superior derecha), que garantiza la estabilidad y el funcionamiento del corazón. Los monocitos GR-1hi9h inducen inflamación y fagocitosis, mientras que los monocitos GR-1|0W favorecen la cicatrización. CMM, célula madre mesenquimatosa; CPE, células progenitoras endoteliales; IL, interleucina; TGF, factor transformador del crecimiento. (Tomado de Liehn EA, Postea O, Curaj A, Marx N: Repair after myocardial infarction, between fantasy and reality: The role o f chemokines. J Am Coll Cardiol 2011;58:2357, 2011). autopsias de pacientes con IMEST, también aparece con frecuencia asociado a infarto ventricular y puede provocar una rotura de la pared auricular.41 Este tipo de infarto es más frecuente en el lado derecho que en el izquierdo, es más frecuente en las orejuelas auriculares que en la pared posterior o lateral y puede dar lugar a la formación de un trombo. El infarto auricular se acompaña con frecuencia de arritmias auriculares y se ha asociado a una reducción de la secreción de péptido natriurético auricular y a un síndrome de gasto cardíaco bajo cuando coexiste con un infarto ventricular derecho. C ircu lación co la tera l en el in fa rto a g u d o d e m ioca rd io (v. cap ítu lo 49) La circulación colateral coronaria está especialmente bien desarrollada 1078 en los pacientes con coronariopatía oclusiva, sobre todo cuando es grave, con reducción del área transversal mayor del 75% en uno o más vasos principales; en los pacientes con hipoxia crónica como en la anemia grave, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cardiopatía congénita cianó- tica, y en los pacientes con hipertrofia ventricular izquierda (v. fig. 51-6).42 La magnitud del flujo colateral coronario es un determinante impor tante del tamaño del infarto. Además, es bastante frecuente que los pacientes con vasos colaterales abundantes tengan arterias coronarias totalmente ocluidas sin signos de infarto en el territorio de distribución de dicha arteria, por lo que la supervivencia del miocardio distal a estas oclusiones debe depender del flujo sanguíneo colateral. Incluso si la perfusión colateral presente en el momento de la oclusión coronaria es insuficiente para prevenir el infarto, aún puede ejercer un efecto protector al evitar la formación de un aneurisma ventricular. Es probable que la presencia de una estenosis avanzada (90%), probablemente con Fase proliferativa Fase de cicatrización Miocardio Fase normal inflamatoria Lesió n hipóxica El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. Isquemia N orm al Isquém ico V iab le , con disfunción postisqu ém ica N e cro sis hem orrágica con b a n d a s de contracción Necrótico R eperfusión Rescate parcial □ Infarto completado FIG URA 51-11 Consecuencias de la reperfusión en distintos momentos después de la oclusión coronaria. En este ejemplo, el punto medio de la arteria coronaria descendente anterior izquierda se ha ocluido con el consiguiente desarrollo de una gran zona de miocardio isquémico: el «área de riesgo». La reperfusión en menos de 20 min no produce una pérdida permanente de tejido, pero puede haber un período de disfunción contráctil en el miocardio reperfundido, cuadro que se conoce como «aturdimiento». La perfusión posterior produce una necrosis hemorrágica con bandas de contracción. La oclusión permanente provoca la necrosis del miocardio. (Tomado de Schoen FJ: The heart. In Kumar V, Abbas AK, Fausto N [eds]: Robbins & Cotran Pathologic Basis o f Disease. 8th ed. Philadelphia, WB Saunders, 2009.) períodos intermitentes de oclusión total, permita el desarrollo de vasos colaterales que se mantienen como conductos potenciales hasta que se produce o reproduce una obstrucción total. Esta oclusión total activa por completo estos conductos. Los pacientes con signos angiográficos de formación de colaterales tienen m ejor pronóstico angiográfico y clínico tras el IM. Causas no ateroescleróticas de infarto agudo de miocardio Numerosos trastornos diferentes de la ateroesclerosis pueden afectar a las arterias coronarias y provocar IMEST (v. tabla 51-3). Por ejemplo, las oclusiones arteriales coronarias pueden estar causadas por embolización de una arteria coronaria. Las causas de embolia coronaria son nume rosas: endocarditis infecciosa y endocarditis trombótica no bacteriana (v. capítulo 64), trombos murales, prótesis valvulares, neoplasias, aire introducido durante cirugía cardíaca y depósitos de calcio por manipula ción quirúrgica de válvulas calcificadas. Puede producirse una trombosis in situ en las arterias coronarias secundaria a traumatismo en la pared torácica (v. capítulo 72). Diferentes procesos inflamatorios pueden provocar alteraciones en las arterias coronarias, algunos de los cuales simulan ateroesclerosis y pueden predisponer a la ateroesclerosis verdadera. Los resultados epidemiológicos indican que las infecciones virales, sobre todo por el virus de Coxsackie B, son una causa infrecuente de IM. En algunos casos, una infección viral precede al IM en personas jóvenes en las que más adelante se comprueba que las arterias coronarias son normales. La aortitis sifilítica puede producir un estrechamiento importante u oclusión de uno o ambos orificios coronarios, mientras que la arteritis de Takayasu puede obstruir las arterias coronarias. La arteritis necrosante, panarteritis nudosa, síndrome ganglionar mucocutáneo (enfermedad de Kawasaki), lupus eritematoso sistémico (v. capítulo 84) y arteritis de células gigantes pueden provocar oclusión coronaria. Una dosis terapéu tica de radiación mediastínica puede causar arterioesclerosis coronaria,43 con el consiguiente infarto. El IM puede ser el resultado de la afectación arterial coronaria en pacientes con amiloidosis (v. capítu lo 65), sín drome de Hurler, seudoxantoma elástico y homocistinuria. La cocaína puede producir IM en pacientes con arterias coronarias normales, IM previo, coronariopatía confirmada o espasmo arterial coronario (v. capítulo 68). Infarto de miocardio con coronarias normales en la coronariografía Los pacientes con IMEST y arterias coro narias normales tienden a ser jóvenes con relativam ente pocos factores de riesgo coronario, salvo por el hecho de que a menudo tienen antecedentes de tabaquis mo (tabla 51-4). En general, no tienen antecedentes de angina de pecho previa al infarto. Por lo general, estos pacientes no presentan un pródromo antes del infarto, pero, por lo demás, los datos clínicos, ana líticos y electrocardiográficos de IMEST se parecen a los que aparecen en la inmensa mayoría de los pacientes con IMEST que tienen una coronariopatía ateroesclerótica obstructiva clásica. Los pacientes que se recuperansuelen tener áreas de discinesia e hipocinesia localizadas que son visibles en la angio grafía ventricular izquierda. Muchos de estos casos se deben a espasmos arteriales coronarios, trombosis o ambos, quizá con disfunción endotelial subyacente o placas no visibles en la angiografía coronaria. El síndrome de abombamiento apical tran sitorio del ventrículo izquierdo (miocar diopatía de takotsubo) se caracteriza por anomalías transitorias del movimiento de la pared que afectan a la punta y a la zona media del ventrículo izquierdo (fig. 51-13). Este síndrom e se produce en ausencia de enfermedad coronaria epicárdica obstructiva y puede simular un IMSET44'45 Generalmente, la aparición de una miocardiopatía de takotsubo va precedida por un episodio de estrés psicológico. En los ECG iniciales se aprecian elevaciones significativas y a menudo difusas del segmento ST, que, unidas a las molestias torácicas típicas (frecuentemente muy intensas), justifican la pertinente derivación inmediata para una angio grafía coronaria. Se desconoce la causa, pero la disfunción microvascular y el aturdimiento miocárdico mediados por catecolaminas desempeñan un papel muy importante.46 Otras causas posibles son: 1) émbolos coronarios (quizá de un trombo mural pequeño, prolapso de la válvula mitral o mixoma); 2) coronario patía en vasos tan pequeños que no se detecta mediante coronariografía o trombosis arterial coronaria seguida de recanalización; 3) trastornos hematológicos (policitemia vera, cardiopatía cianótica con policitemia, anemia drepanocítica, coagulación intravascular diseminada, tromboci- tosis y púrpura trombótica trombocitopénica) que ocasionan trombo sis in situ en presencia de arterias coronarias normales; 4) aumento de la demanda de oxígeno (tirotoxicosis, consumo de anfetaminas); 5) hipotensión secundaria a septicemia, hemorragia o medicamentos, y 6) variantes anatómicas como el origen anómalo de una arteria coro naria (v. capítulo 20), una fístula arteriovenosa coronaria o un puente miocárdico. P ro n ó st ico El pronóstico a largo plazo de los pacientes que sobreviven a un IMEST y arterias coronarias normales es bastante mejor que el de los pacientes con IMEST y coronariopatía obstructiva.45 Tras la recuperación del infarto inicial, la recidiva del infarto, la insuficiencia cardíaca y la muerte son inusuales en pacientes con arterias coronarias normales. De hecho, la mayoría de estos pacientes tienen unos hallazgos normales en el ECG de esfuerzo, y muy pocos desarrollan angina de pecho. FISIOPATOLOGÍA Función ven tricu lar izquierda Función sistólica Tras la interrupción del flujo anterógrado en una arteria coronaria epicár dica, la zona de miocardio irrigada por dicho vaso (v. fig. 51-12) pierde de inmediato su capacidad para acortarse y realizar trabajo contráctil. Se producen cuatro modelos de contracción anormales en secuencia: 1079 Infarto de m iocardio con elevación del ST: anatom ía patológica, fisiopatología y m anifestaciones clínicas P O S IB L E S R E S U L T A D O S D E L A IS Q U E M IA Este n o sis aterom atosa de co ro na rias frecuente con trom bosis Perfusión reducida Acum ulación de metabolitos • Hipoxia • Formación de especies reactivas del oxígeno Lesió n reversible A g regación plaquetaria Aum ento de la d em and a Trom bosis - V a so e sp a sm o R E P E R F U S IO N L E S IO N I R R E V E R S IB L E M iofibras «aturd id as» I R ecuperació n R eperfusión H em o rrag ias dentro de la lesión N e cro sis con b an d as de contracción S in rep írfusión r Infarto R E S T A U R A C IO N D E L F L U J O FIGURA 51-12 Varios posibles resultados de una lesión isquémica reversible e irreversible del miocardio. El diagrama esquemático de la parte inferior muestra el momento de los cambios en la función y la viabilidad. Un punto clave es que, aunque la función disminuye de forma llamativa tras la oclusión coronaria, el tejido es todavía viable durante un tiempo. Esta es la base de los esfuerzos tempranos intensivos en pacientes con IMEST. (Tomado de Schoen FJ: The heart. In Kumar V, Abbas AK, Fausto N [eds]: Robbins & Cotran Pathologic Basis o f Disease. 8th ed. Philadelphia, WB Saunders, 2009.) 1) desincronización, es decir, disociación temporal en la contracción de segmentos adyacentes; 2) hipocinesia, reducción del grado de acorta miento; 3) acinesia, detención del acortamiento, y 4) disdnesia, expansión paradójica y abombamiento sistólico. Al principio, la disfundón del infarto va acompañada de hipocinesia del resto del miocardio normal. Se cree que la hipercinesia precoz de las zonas no infartadas es el resultado de mecanismos compensadores agudos, como un aumento de la actividad del sistema nervioso simpático y el mecanismo de Frank-Starling. Parte de esta hipercinesia compensadora representa un trabajo ineficaz porque la contracción de los segmentos no infartados del miocardio provoca discinesia en la zona infartada. El aumento de movilidad en la región no infartada persiste a las 2 semanas del infarto y en este período de tiempo se produce un tierto grado de recuperación en la propia región del infarto, sobre todo si se logra la reperfusión de la zona infartada y disminuye el miocardio aturdido. Los pacientes con IMEST también presentan con frecuencia una disminución de la función contráctil en las zonas no infartadas. Esto pue de deberse a una obstrucción previa de la arte ria coronaria que irriga la región no infartada del ventrículo y a la pérdida de colaterales por la obstrucción reciente del vaso relacionado con el infarto, circunstancia que se ha denominado isquemia a distancia. Por otro lado, la presencia de colaterales antes de IMEST puede permitir una mayor conservación de la función sistólica regional en el territorio irrigado por la arteria ocluida, así como una mejora de la fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI) poco después del infarto (v. fig. 51-6).42 Si una cantidad suficiente de miocardio sufre lesión isquémica (v. fig. 51-12), se altera la función de bomba delVI: disminuye el gasto cardíaco, volumen sistólico, presión arterial y dP/dt y aumenta el volumen telesistólico. La magnitud del aumento del volumen telesistóli co es quizá el factor predictivo de mortalidad tras un IMEST más potente.47 La paradójica expansión sistólica de una zona del miocardio ventricular disminuye aún más el volumen sis tólico VI.48 Conforme los miocitos necróticos se deslizan entre sí, la zona del infarto se adel gaza y estira, sobre todo en pacientes con un infarto anterior extenso, lo que produce una expansión del infarto. En algunos pacientes se establece un círculo vicioso de dilatación que genera mayor dilatación. El grado de dilata ción ventricular, que depende estrechamente del tamaño del infarto, permeabilidad de la arteria relacionada con el infarto y activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) local en la zona no infartada del ven trículo, puede modificarse favorablemente con inhibidores de este sistema, incluso en ausencia de disfunciónVI sintomática.49,50 Con el tiempo, el edema y finalm ente la fibrosis aumentan la rigidez del miocardio infartado por encima y debajo de los valores de control. El aumento de rigidez en la zona de miocardio infartado mejora la función VI por que evita el movimiento sistólico paradójico de la pared (discinesia). La probabilidad de presentar síntomas clí nicos se correlaciona con parámetros especí ficos de la función VI. La primera anomalía es una reducción de la distensibilidad diastólica (v. más adelante), que puede observarse en infartos que afectan tan solo a una pequeña parte del ventrículo izquierdo mediante ven triculografía. Cuando el segmento con contrac ción anormal supera el 15% es posible una reducción de la fracción de eyección y un aumento del volumen y la presión teledias- tólicaVI. El riesgo de presentar signos y síntomasfísicos de insuficiencia VI aumenta también de forma proporcional al incremento de las zonas de movimiento anormal de la pared ventricular izquierda. La insuficiencia cardíaca clínica aparece cuando la superficie de contracción anormal es mayor del 25% y, si afecta a más del 40% del miocardio ventricular izquierdo, se produce shock cardiógeno, con frecuencia mortal. A menos que se produzca una extensión del infarto, durante la fase de cicatrización surge una cierta mejoría en el movimiento de la pared, conforme se recupera la función en el miocardio con lesión inicial rever sible (aturdido) (v. figs. 51-11 y 51-12). Con independencia del tiempo de evolución del infarto, los pacientes en los que persiste un movimiento anormal de la pared en el 20-25% del ventrículo izquierdo tienen más probabilidad de presentar signos hemodinámicos de insuficiencia ven tricular izquierda, que es un signo de mal pronóstico para la supervivencia a largo plazo. El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. T A B LA 51-4 Causas de lesión miocárdica Lesión por isquemia miocárdica primaria Rotura de una placa Formación de un trombo intraluminal en una arteria coronaria Lesión por isquemia miocárdica por desequilibrio entre el aporte y la demanda Taquiarritmias/bradiarritmias Disección aórtica o valvulopatía aórtica grave Miocardiopatía hipertrófica Shock cardiógeno, hipovolémico o séptico Insuficiencia respiratoria grave Anemia grave Hipertensión arterial con o sin hipertrofia del VI Espasmo coronario Embolia o vasculitis coronarias Disfunción endotelial coronaria sin enfermedad arterial coronaria significativa Lesión sin relación con isquemia miocárdica Contusión cardíaca, cirugía, ablación, colocación de marcapasos o descargas de desfibrilador Rabdomiólisis con afectación cardíaca Miocarditis Fármacos cardiotóxicos (p. ej., antracidinas, trastuzumab) Lesión miocárdica multifactorial o indeterminada Insuficiencia cardíaca Miocardiopatía por estrés (de takotsubo) Embolia pulmonar grave o hipertensión pulmonar Sepsis y pacientes muy enfermos Insuficiencia renal Trastornos neurológicos agudos graves (p. ej., accidente cerebrovascular, hemorragia subaracnoidea) Procesos infiltrantes (p. ej., amiloidosis, sarcoidosis) Ejercicio extenuante Tomado de Thygesen K, AlpertJS, White HD, et al: Universal definition o f myocardial infarction. J Am Coll Cardiol 60:1581, 2012. Función diastólica Las propiedades diastólicas del ventrículo izquierdo (v. capítulos 21, 22 y 27) están alteradas en el miocardio infartado e isquémico. Estos cambios están relacionados con un descenso de la velocidad máxima de dis minución de la presión VI (-dP/dt máximo), un aumento en la constante de tiempo de descenso de laVI y un aumento inicial de la presión teledias- tólicaVI. Durante un período de varias semanas, el volumen telediastólico aumenta y la presión diastólica comienza a descender hada la normalidad. Igual que la mejora de la función sistólica, la magnitud de la anomalía diastólica está relacionada con el tamaño del infarto. Regulación circulatoria La regulación circulatoria de los pacientes con IMEST es anormal. El proceso comienza por una obstrucción anatómica o funcional del lecho vascular coronario, que produce isquemia miocárdica y, si se mantiene la isquemia, un infarto (fig. 51-14). Si el infarto alcanza un tamaño suficiente, deprime la función VI global de forma que el volumen sistólico VI baja y suben las presiones de llenado.31 Una reducción pronunciada del volumen sistólico VI acaba por reducir la presión aórtica y la presión de perfusión coronaria. Esto puede intensificar la isquemia miocárdica e iniciar un círculo vicioso (v. fig. 51-14) que conduce a un shock cardiógeno, que afecta al 5-8% de los pacientes con IMEST.52,53 La inflamación sistémica secundaria a la lesión miocárdica induce la liberación de citocinas que contribuyen a la vasodilatación y a la disminución de la resistencia vas cular sistémica.52 La incapacidad del ventrículo izquierdo para vaciarse normalmente incrementa también la precarga; es decir, se dilata la parte del ventrículo izquierdo que está bien perfundida y funciona normal mente. Este mecanismo compensatorio tiende a restablecer el volumen de eyección a unos niveles normales, pero a expensas de una disminu ción de la fracción de eyección. No obstante, la dilatación del ventrículo izquierdo incrementa también la poscarga ventricular, ya que la ley de Laplace establece que, a una presión arterial determinada, las paredes del ventrículo dilatado deben desarrollar una mayor tensión. Este aumento de la poscarga deprime el volumen de eyección VI y eleva también el consumo miocárdico de oxígeno, lo que, a su vez, intensifica la isquemia © miocárdica. Cuando la disfunción miocárdica regional es limitada y el resto del ventrículo izquierdo funciona normalmente, los mecanismos compensatorios (especialmente la hipercinesia de la parte intacta del ventrículo) permiten mantener la función VI global. Si deja de funcionar una parte importante del ventrículo izquierdo, falla la bomba. R em odelado ventricu lar (v. ta m b ié n c a p ítu lo 2 2 ) Los cambios de tam año, forma y grosor ventricular izquierdo que, como consecuencia de un IMEST, afectan tanto al segmento infarta do como a los no infartados del ventrículo se denominan remodelado ventricular. Este proceso puede influir en la función y el pronóstico ven tricular.54 Una combinación de cambios como dilatación e hipertrofia VI en el miocardio no infartado es responsable del remodelado. Tras el tamaño del infarto, otros factores importantes que estimulan el proceso de dilatación VI son el volumen ventricular, las circunstancias de la carga y la permeabilidad de la arteria del infarto.48,55 Una presión ventricular elevada contribuye al aumento de la tensión en la pared y al riesgo de expansión del infarto y una arteria del infarto permeable acelera la formación de una cicatriz miocárdica y aumenta la turgencia tisular en la zona del infarto, lo que reduce el riesgo de expansión del infarto y de dilatación ventricular. Expansión del infarto Un aumento de tamaño del segmento infartado, denominado expansión del infarto, se define como la «dilatación y adelgazamiento agudo de la zona de infarto no atribuible a necrosis miocárdica adicional». Parece que el infarto se expande por la combinación de un deslizamiento entre los fascículos musculares, que reduce el número de miocitos en la pared infartada; una alteración de las células miocárdicas normales, y una des trucción de la matriz extracelular dentro de la zona necrótica.36 La expan sión del infarto conlleva un adelgazamiento y una dilatación de la zona infartada antes de que se forme una cicatriz fibrótica dura. Parece que el grado de expansión de un infarto depende del espesor de la pared antes del mismo, y es posible que la hipertrofia preexistente pueda proteger contra la disminución del espesor a causa del infarto. A nivel celular, el grado de expansión y de remodelado a peor depende de la intensidad de la respuesta inflamatoria a las células necróticas. La supresión de la expresión y la estimulación de las citocinas pueden limitar el grado de inflamación y, por consiguiente, el tamaño final del infarto.36 El ápex (la región más delgada del ventrículo izquierdo) es especialmente vulnerable a la expansión causada por el infarto. Un infarto del ápex por oclusión de la arteria coronaria descendente anterior izquierda hace aumentar el radio de la curvatura apical, exponiendo de ese modo esta región (que normalmente es muy delgada) a un aumento muy marcado de la tensión mural. La expansión del infarto se asocia a un aumento de la mortalidad y de la incidencia de complicaciones no mortales, como insuficiencia cardíaca y aneurisma ventricular. La expansión del infarto suele identificarse como una elongación de la región no contráctil del ventrículo en
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