opinión

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Opinión. 
Con lo que se comentaba a en la clase y en la lectura, recordé a mi perrita con la que compartí 10 años de mi vida y en algún momento empecé a notar que ella entendía nuestras emociones, o las facciones de nuestra cara, cuando estábamos enojados, tristes o felices y ella también actuaba de acuerdo con cómo nos sentíamos. Por ejemplo, cuando estaba triste ella iba y se acostaba conmigo o me daba besitos o cuando estaba enojada se escondía. Ahora tengo gatos y ellos más que hacer ese tipo de acciones, tienen muchos movimientos con muchos significados. Estoy empezando a notar que tienen una manera diferente de comunicarse conmigo y al final nosotros también debemos aprender a comunicarnos con ellos.