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Hasta dar la vida - José Miguel Nuñez Moreno

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12. El caso JC. Un acercamiento original a la figura de Jesús. AA.VV.
13. Hablar de Dios con el cuerpo. Equipos de Pastoral HH. de San Juan de Dios.
14. Religión, religiosidad alternativa y sectas. José Luis Sánchez Nogales.
15. Jornadas de convivencia y reflexión con jóvenes. Alfonso Francia.
16. La orientación vocacional. José Sorando.
17. La Biblia en las manos del pueblo. Lourenço Gauci.
18. Catequesis Prebautismal. Emeterio Sorazu.
19. Materiales para la clase de Religión en Primaria/1. Miguel Ángel Torres /
Gemma Villar.
20. Materiales para la clase de Religión en Primaria/2. Miguel Ángel Torres.
21. Materiales para la clase de Religión en Primaria/3. Miguel Ángel Torres.
22. Formación de jóvenes para la vida/1. AA.VV.
23. Formación de jóvenes para la vida/2. AA.VV.
24. Cristiano vivo. Cesáreo Fernández de las Cuevas.
25. Hasta dar la vida. José Miguel Núñez.
26. Ejercicios Espirituales. José María Rueda, S. J.
27. Encuentros vocacionales con jóvenes. Secundino Movilla.
28. Materiales para la clase de Religión en Bachillerato. M. A. Torres / J. L.
Méndez.
29. Catequesis del matrimonio. Eugenio Alburquerque.
30. Convivencias para Adviento y Cuaresma. Álvaro Ginel.
31. Hacia la Pascua. José Real Navarro.
32. De Getsemaní a Pascua. Equipo Pasionista.
33. ¿Quién decís que soy yo? José Miguel Núñez.
34. Preparad el camino. José Real Navarro.
35. Convivencias con mujeres. María del Carmen Cirujano.
36. Encuentros sobre la Eucaristía. José Antonio Rivera.
37. Convivencias con grupos. Miguel Ángel Lucea.
38. Los cristianos en la Historia/1. Miguel Ángel Torres Merchán.
39. Mejoremos nuestras reuniones. Enzo Bianco.
40. Los cristianos en la Historia/2. Miguel Ángel Torres Merchán.
41. ¡La vida de Jesús en juegos! José María Escudero.
Colección RECURSOS DE PASTORAL
ÚLTIMOS TÍTULOS PUBLICADOS
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42. Claves de acción pastoral con los excluidos. Julio César Rioja.
43. Apuntes de Pastoral Gitana. Sergio Rodríguez.
44. Talleres de formación de evangelizadores jóvenes. Secundino Movilla.
45. Educar: un compromiso cristiano. José María Escudero.
46. Días mundiales. Almudena Colorado.
47. Descubrir el templo cristiano. Miguel Ángel Torres.
48. Un curso a ritmo de juego. José María Escudero.
49. La Educación de la Interioridad. Elena Andrés.
50. La Palabra de Dios, fuente de oración. Álvaro Ginel.
51. Catequesis con dibujos. Álvaro Ginel.
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Segunda edición: enero 2002.
Página web de EDITORIAL CCS: www.editorialccs.com
© 2001. José Miguel Núñez
© 2001. EDITORIAL CCS, Alcalá, 166 / 28028 MADRID
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pú bli ca o transformación de esta
obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la
ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográ - fi cos, www.cedro.org) si
necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Diseño de portada: Olga R. Gambarte
Dibujos interiores: Domingo Sánchez
ISBN (pdf): 978-84-9023-546-1
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http://www.editorialccs.com
http://www.cedro.org
MANUAL DE INSTRUCCIONES
Seguro que te has preguntado alguna vez cómo vivir con más autenticidad tu
seguimiento de Jesús. Aunque ya estás en camino, sin embargo echas en falta
mayores dosis de entrega y te gustaría responder mejor a la iniciativa de Dios en tu
historia personal. La cosa no es nada fácil, claro. Es más, probablemente esta
preocupación nos acompañará siempre. Tampoco pretenden estas páginas ofrecerte
una «solución mágica». ¿Sabes? El esfuerzo por crecer «hasta la estatura de Jesús» es
un compromiso que dura toda nuestra vida. Y me temo que no hay atajos. Lo que sí
es cierto es que podemos «hacer camino al andar». Este «tiempo fuerte» puede ser
una buena oportunidad para dar algunos pasos decididos o darle un golpe de timón a
nuestro vivir rutinario. ¿Te animas?
Aquí tienes un itinerario de Cuaresma para jóvenes creyentes con corazón inquieto.
Una «propuesta» para ti. No es un «itinerario al uso». No se trata de un simple
comentario o de una introducción a cada semana de este tiempo fuerte. Ni siquiera
quiere ser una «receta fácil» para preparar la Pascua. No se trata de leer o meditar,
no. Se trata de caminar. ¿Quieres venir?
No es un sendero fácil. Hay quienes se las prometen bien felices pero… la tentación
del «abandono» la experimentarán a la vuelta de la esquina. Tendrás que entrenarte
un poco porque se necesita «mucho fondo» y buen ritmo. Calcula tus posibilidades
pero, ¡no te preocupes! No hay que ser un superman. Basta con que quieras «ponerte
en forma», seas constante y descubras dónde queda el punto de llegada. ¡Ah! Es
verdad. Perdona. No te lo había dicho. ¡Qué despiste! Se trata de caminar, pero
¿hacia dónde? Tendrás que descubrirlo tú mismo. No, no es una broma. Vas a seguir
las huellas de Jesús y a medida que avances, te darás cuenta de que cada vez se
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perfila de forma diferente el horizonte. No pierdas de vista su figura ni te alejes de
los trazos dejados en el sendero porque serán tu única referencia en el camino. Allá a
lo lejos, recortada al atardecer, aparece la silueta de la cruz. ¿Comprendes ahora?
¡Hasta dar la vida…!
Si te decides a empezar, aquí tienes un «manual de instrucciones». Antes que nada,
lee con detención estas líneas. En ellas encontrarás indicaciones precisas sobre cómo
proceder, sobre todo al principio. El «mapa de ruta» es el que tienes en las manos. Te
debe acompañar todo este tiempo. Vuelve a él cada día, a ser posible siempre a la
misma hora. Es importante marcar el ritmo cotidiano en medio de las mil
ocupaciones que tienes. Dos indicaciones importantes: intenta ser constante y
esfuérzate por acoger las sugerencias de cada momento. Te hará falta, quizás, un
poco de voluntad y una chispa de creatividad personal. Haz buen acopio de todo esto
en tu mochila antes de partir.
En tu equipaje, sólo dos cosas serán imprescindibles: la Palabra de Dios será tu
compañera de viaje más fiel. Tu vida «a flor de piel» será el ámbito donde
confrontarla en toda ocasión. Después del trecho cotidiano, siéntate a la vera del
camino y haz un hueco para la escucha de la Palabra y el encuentro con Jesús. Será la
brisa fresca que aliviará tus pies cansados y el bálsamo que cicatrizará alguna que
otra herida de la batalla de la vida diaria. La oración, la escucha, el encuentro… te
ayudarán a iluminar cada jornada. Quizás descubras una luz nueva y un amanecer
novedoso desde los que afrontar cuanto acontece.
El itinerario dura cinco semanas. Allá, al fondo, se perfila la Pascua. Caminar con
Jesús es poner los pies allí donde él pisó, hacer nuestro su mensaje, captar su mirada
y abrir nuestras manos (acaso atravesadas en el madero) para dar vida a nuestro
alrededor. Estas páginas quieren ayudarte al encuentro con el Maestro y a responder
desde la vida a su propuesta liberadora. ¡Buena andadura!
Sevilla
Solemnidad de la Madre de Dios
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La Cuaresma es el tiempo de la «escucha» y la acogida
de la Palabra que ilumina nuestra vida y nos invita a la
transformación, al cambio, a la conversión… Se trata
de rehacer el camino andado cuando hemos
equivocado las veredas…
Por eso, haz un «hueco» (15 o 20 minutos) en cada
jornada para acercarte a la Palabra y dejarte susurrar al
oído cuanto el Señor tenga que decirte. Afina el oído
para percibir su presencia en la «historia salvadora»
que narra cada día la Escritura y «agudiza tus
sentidos» para saber leer los signos de su cercanía en
los acontecimientos que vives y en cada persona con la
que compartes el camino.
LA PALABRA DE DIOS EN MI VIDA
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No olvides que Dios habla al corazón y que sólo descubrirás su presencia
en la «brisa suave» de tu vida… No valen las «prisas», el mucho hacer y el
«no tengo tiempo». Será importante, por el contrario, encontrar el
momento y la sintonía adecuados para «escuchar» su voz y poder iluminar
la vida.
Encuentra un LUGAR en tu habitación en el que colocar, bien visible y
con particular cuidado, la Escritura... quizás con la «luz» (una pequeña
vela) del compromiso delante. Proponteun momento cotidiano en tu
horario y trata de ser muy fiel a él.
Remueve la buena tierra de tu vida para acoger el agua fresca de la Palabra
que en estos días lloverá abundantemente sobre ti… ¡Buena andadura!
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• Antes de celebrar la Eucaristía en este domingo, dedica 20
minutos a confrontarte con la Palabra.
• Busca el lugar adecuado, escoge la mejor postura posible y
serénate. Haz un momento de silencio. Cierra los ojos e
invoca al Espíritu: ¡Espíritu Santo, ven!
• Haz un momento de oración antes de continuar:
DOMINGO I
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Señor, ilumina mi corazón con tu Palabra, abre mis oídos y mi
corazón a cuanto tienes que sugerirme y dame la audacia necesaria
para hacerlo realidad en mi vida... a Ti que vives y reinas por los
siglos de los siglos».
2. ATENTOS A LA PALABRA
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• Gn 2,7-9;3,1-7; Rm 5,12-19; Mt 4,1-11.
• Dios tiene grandes proyectos sobre el hombre: «Hagamos al hombre a nuestra
imagen, a nuestra semejanza» (Gn 1,26); pero desde los primeros pasos del camino,
la realidad del pecado rompe el plano de Dios. Cuando el hombre en su libertad
recorre caminos que no son los de Yahveh (Gn 2,7-9;3,1-7), equivoca la estrategia y
se descubre perdido y solo. Toda la historia de la salvación no es más que el
entretejerse de la iniciativa de Dios que tiende la mano al hombre y la tozudez de
éste que se empeña en darle la espalda.
• Y así como «por un hombre entró el pecado en el mundo (…), cuánto más ahora,
por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un
derroche de gracia y el don de la justificación» (Rm 5,12-19). La Buena Noticia de
Jesucristo es, pues, el hombre nuevo según Dios. Todos estamos llamados a
«reproducir» en nosotros los rasgos de Cristo, acogiendo el derroche de Gracia que
brota de su costado atravesado y experimentando la cercanía de Dios que en su Hijo
ha abrazado a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos.
• Gn 9,8-15; 1Pe 3,18-22; Mc 1,12-15.
• Un momento importante de esta historia salvadora, es narrada también en el primer
domingo de Cuaresma: se trata del pacto que Dios establece con Noé (Gn 9,8-15) y
con él, la intención de recomenzar, de hacer nuevas todas las cosas. Con el relato del
diluvio, con matices ciertamente míticos, el autor sagrado nos quiere hacer
comprender la necesidad de volver a Dios, de no alejarnos de él, de renovar al
hombre para que éste pueda recuperar la armonía de los orígenes. Es la propuesta
que el tiempo de Cuaresma nos hace a los cristianos: cambiar de mentalidad,
cambiar de vida… para volver el rostro a nuestro Dios.
• Así nos lo recuerda Pedro en su carta: «Cristo murió por nuestros pecados... para
conducirnos a Dios» (1 Pe 3,18). Nos insiste el Apóstol que pidamos a Dios un
corazón y una conciencia puras, el corazón y la conciencia del hombre nuevo en
Cristo. Jesús nos llama a la libertad de Dios y de su Reino, que es servicio (voluntad
del Padre), donación (no bastan un poco de tu tiempo o de tus cosas) y amor (sin él,
CICLO B
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lo demás de nada sirve). ¿Recuerdas aquello de 1Cor 13,1-13?
• Dt 26,4-10; Rm 10,8-13; Lc 4,1-13.
• «Mi padre fue un arameo errante…» (Dt 26,4-10), leemos en el libro del
Deuteronomio. Es la historia siempre recordada y actualizada en el «hoy» del
pueblo de Israel. Es la memoria que no olvida cómo Yahveh ha liberado a los
antepasados de la esclavitud de Egipto abriendo las aguas del Mar con brazo
poderoso y conduciéndolo a una nueva tierra que mana leche y miel. Es el «éxodo»
que el hombre debe recorrer continuamente cuando se descubre «esclavo» y en
tierra extranjera, alejado de Dios. El texto, en la liturgia de la Palabra de este
domingo, es una invitación a renovar la esperanza y a ofrecer al Señor las
«primicias» de una vida más acorde con su proyecto.
• La historia de la salvación encuentra su punto culmen en Jesucristo, el Señor. Pablo,
en su carta a la comunidad de Roma (Rm 10,8-13), invita a los cristianos a vivir
desde la fe, es decir, confesando con el corazón el señorío de Jesús en la propia vida
y adhiriendo la propia existencia al Dios de la vida que ha resucitado a Jesús de
entre los muertos. La Cuaresma, apenas iniciada, no puede hacernos perder de vista
el horizonte de la Pascua hacia el que caminamos para poder descubrir que nuestra
salvación está en el nombre de Jesucristo y nuestro camino liberador en la entrega
de la propia vida.
• Los tres ciclos nos ofrecen los relatos, en las versiones de los Sinópticos, de las
tentaciones de Jesús en el desierto tras ser bautizados y justo antes de comenzar su
misión.
• Jesús, movido por el Espíritu, vive un período de desierto antes de lanzarse a su
misión (Mc 1,12-15 y paralelos). Abandona sus seguridades superando la prueba de
CICLO C
CICLO A, B Y C
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la tentación con la obediencia fiel a la palabra, renunciando a la búsqueda de
seguridades, a las pruebas convincentes y rechazando el culto a otros dioses que no
sean el Dios-Amor. Jesús va por delante de nosotros en su «Cuaresma»
fortaleciendo su espíritu, porque el momento está por llegar, la urgencia del Reino
es proclamada con la insistencia de la conversión. Esta es la Buena Noticia, que
Dios nos ama y nos propone un nuevo camino de plenitud: el dar la vida y darla
toda. Así lo entendió Jesús cuando aceptó la cruz… sólo así surgirá el hombre
nuevo, el hombre resucitado. Al inicio de la Cuaresma, levanta la mirada y otea el
horizonte… no pierdas de vista dónde terminan las pisadas del Maestro… no pierdas
de vista la Pascua.
• Sabes bien que la historia de Israel es la reflexión del Pueblo sobre la realidad del
hombre que, a pesar de llevar en su corazón las huellas del creador ha preferido
«montárselo» al margen de aquel de quien viene la vida. Es sugerente la imagen del
«camino equivocado» del que aleja sus pasos de Dios «frustrando» su «sueño».
Parece que está claro, vivir al margen de Dios lleva al hombre a precipitarse en el
vacío del sin-sentido… Pregúntate un momento… ¿Qué caminos equivocados estás
recorriendo en tu historia personal? Tus pasos ¿se han alejado de Dios? Quizás en la
respuesta sincera a estas preguntas encuentres algunas claves en las que empeñarte
en esta Cuaresma.
3. CONECTANDO CON LA VIDA
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• Jesús te propone hoy caminos nuevos en tu vida. Pero, atento a los «atajos». Las
tentaciones no son más que eso, atajos. Hay un camino por delante que lleva la
impronta de la entrega de la propia vida... pero hay otros atajos que el «tentador»
quiere apuntar: el atajo del éxito, del poder, de la huida fácil por la puerta de atrás.
Como alguien dijo alguna vez, mejor una vida larga y tranquila de «león» que la
precipitada vereda de «cordero de Dios».
• Piensa un momento en tus ATAJOS, en todo aquello que te lleva a vivir «lo fácil», a
lo que sale, sin demasiados esfuerzos…
• Algunas tentaciones para nuestros días:
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• Pon una «cruz» en aquella tentación que se da también en ti y frente a la que
sucumbes alguna vez... Aunque pensándolo bien es mejor que además de la cruz
pongas también una raya para que no se vuelva a dar nunca más tu vida.
• Si has llegado hasta aquí y te has puesto sin tapujos delante del espejo de tu realidad
quizás veas ahora, con más claridad, la necesidad de hacer también «cuarenta pasos»
en el desierto fuertemente unido a Jesús para superar la tentación de recorrer atajos y
veredas que no te conducen a ningún sitio. ¿Por qué no intentas tomar un
COMPROMISO pequeño-práctico que te pueda ayudar a dar pasos en tu camino de
conversión en esta Cuaresma?
 
 
 
 
 
1. PRIMERA TENTACIÓN: Andar demasiado «cogidos» con «nuestras cosas»,
nuestros «rollos» cotidianos que, bien pensado, son poco importantes. Preocupaciones
que nos roban demasiado tiempo y nos hacen gastar energías que bien podríamos
emplear en cosas que realmente merezcan la pena.
2. SEGUNDA TENTACIÓN: La tentación de aparecer ante los demás como gente
«superguai» que busca a menudo el «placer» de los demás y necesita ser «reconocido»
por cuanto hace porque, de otra manera, le asalta una terriblefrustración.
3. TERCERA TENTACIÓN: Vivir pendiente de la vida de los demás, dispuestos en
todo momento a «referir» (que no a criticar, por supuesto) cuanto nos fastidia de los
demás porque en el fondo no acabamos de aceptarnos a nosotros mismos. De aquí a
«rajar» por la espalda con manifiesta sangre fría y ningún escrúpulo no hay más que un
paso. Lo peor es el consuelo... ¡es que todo el mundo lo hace!
En esta Cuaresma quiero dar pasos en…
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• Es el momento de transformar en oración el camino recorrido, momento de dar
gracias a Dios por todo aquello que he comprendido en mi vida y en/con su Palabra.
Es el momento de pedir luz y fuerza para seguir con fidelidad el camino del
seguimiento de Jesús con mayor radicalidad.
La oración de uno que quiere caminar en autenticidad
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• Busca un lugar tranquilo, serena el corazón y haz un
momento de oración:
• Lv 19,1-2.11-18; Mt 25,31-46.
• Lee con detención la Palabra de Dios de hoy. Hazlo sin
prisas; no corras por el texto... Abre tus oídos y tu corazón y
escucha la voz del Señor susurrada en tu vida.
• «Sed santos... como yo soy santo». Dios te invita en este día a
mirar lejos, más allá de tu medianía y tu mediocridad, más
LUNES I
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Señor Dios, acompaña mi camino de este día, dame la luz necesaria
para ver las huellas de tu presencia en mi historia, dame la fuerza
para caminar en fidelidad y ayúdame a vivir con ojos limpios y
corazón íntegro, a ti que vives y reinas…».
2. ATENTOS A LA PALABRA
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• Deja que la brisa del Espíritu te despabile. No hace falta que te diga en qué consiste
«ser santos». La santidad no es otra cosa que el esfuerzo cotidiano por vivir a pleno
pulmón el Evangelio de Jesús. Eres tú quien tiene que descubrir por dónde caminar
y recorrer las sendas preparadas para ti en este día... ¿Coges la onda?
• Cierra un momento los ojos y proyecta tu jornada poniéndole alas. Antes de leer el
Evangelio, déjate sugerir por la siguiente viñeta:
• Y por si fuera poco, el Evangelio nos plantea la única clave desde la que hacer
realidad el proyecto de Jesús: la clave del «estoy contigo», «aquí me tienes»,
«cuenta conmigo», «no te preocupes» (Mt 25,31-46). Una propuesta difícil ¿verdad?
Pero es que el Evangelio no admite «rebajas»...
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• Se trata de ver a Jesús en cada persona que camina a tu lado, en cada persona que te
tiende su mano, en los más pequeños, en los más alejados, en aquellos que
habitualmente no entran en tu mundo, en cada persona que necesita de tu sonrisa, de
tu silencio, de tu esperanza, de tu empuje...
• «A mí me lo hicisteis...». Descéntrate de ti mismo y deja de girar en torno a tus
preocupaciones. No esperes a las grandes ocasiones...
• Haz un poco de silencio en ti... no tengas prisa.
• Después de haber reflexionado la Palabra, escoge la expresión, la palabra clave que
quieres que te acompañe durante toda la jornada:
• Piensa en gestos concretos que en este día pueden ayudarte en tu camino de
conversión ¡Buena jornada!
 
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Hoy la «palabra clave» será
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• Haz un momento de oración, pon delante de Dios tu jornada
y pide la luz y la fuerza del Espíritu para vivir con
entusiasmo este día.
• Is 55,10-11; Mt 6,7-15.
• Lee con detención el texto de Isaías que se nos propone.
Prepara tu tierra como el campesino prepara su parcela
esperando que la lluvia fecunde la semilla. Tú eres la tierra,
deja al Espíritu hacer de campesino. La Palabra de Dios no
quedará estéril si encuentra en ti bien roturado el corazón.
También para ti, Dios habla en este día y te propone nuevos
MARTES I
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Señor, la buena tierra de mi vida está bien dispuesta, hazla fecunda
con la frescura de tu Palabra y cuida con esmero mi corazón para
poder crecer según tu proyecto, amén».
2. ATENTOS A LA PALABRA
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las sugerencias que vienen a continuación. Se trata de rezar a partir de las palabras
de Jesús:
• Padre, somos tus hijos.
• Nuestro, hermanos de los hombres.
• Que estás en el cielo, caminamos esperanzados.
• Santificado sea tu nombre, en fidelidad y alabanza.
• Venga a nosotros tu Reino, llamados y escogidos para seguir a
Jesús.
• Hágase tu voluntad, la escucha incondicional de tu Palabra.
• Danos hoy nuestro pan de cada día, pobres y solidarios.
• Perdona nuestras ofensas, construimos el Reino desde la sencillez
y la responsabilidad.
• Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, con corazón
grande.
• No nos dejes caer en la tentación, con las lámparas encendidas.
• Líbranos del mal, en tus manos de Padre.
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• La Palabra es lluvia fresca en tu vida que quiere hacer fructificar tu sequedad… La
has acogido con corazón abierto. Llega el tiempo de las opciones claras.
• ¿Has pensado por dónde caminar este día? Toma un compromiso pequeño (o
grande) —práctico— concreto que pueda ayudarte a seguir caminando en
radicalidad.
 
 
 
 
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Hoy quiero comprometerme...
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• Antes de orar, párate un momento y busca serenarte del ajetreo y las prisas. Cierra
los ojos y repite despacio: «nada te turbe, sólo Dios basta».
• Proclama con calma las palabras del salmo y dispón tu corazón al encuentro con la
Palabra:
MIERCOLES I
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Tú me sondeas y me conoces; sabes cuándo me siento y cuándo me
levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi caminar y
mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
Aún no está la palabra en mi lengua y ya, Señor, la conoces por
entero; me estrechas por detrás y por delante, me cubres con tu
mano. Todo este saber me desborda, es tan sublime que no puedo
abarcarlo.
¿A dónde iré yo lejos de tu aliento, a dónde huiré de tu mirada?» (Ps
138).
2. ATENTOS A LA PALABRA
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• Jon 3,1-10; Lc 11,29-32.
• Los habitantes de Nínive, la gran ciudad, se habían alejado del Señor rompiendo su
alianza con él. El profeta Jonás alza, poderosa, su voz en nombre de Dios invitando
a la conversión... ¿conversión? Sí, transformación del corazón, enderezar los propios
pasos cuando hemos perdido el sendero; volver al Señor cuando le hemos dado la
espalda, cambiar de vida si hemos equivocado la estrategia... En definitiva, vivir con
más autenticidad nuestro seguimiento de Jesús... ¿Y tú? ¿Qué caminos tienes que
enderezar? ¿En qué tienes que cambiar?
• Trata de pensar qué «trono» y qué «manto» tienes que dejar..., con qué «sayal»
debes vestirte en estos días. Intenta ser muy concreto. Quizás te ayuden las
siguientes viñetas:
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• Lee con detención el Evangelio de hoy. Vuelve a surgir la temática del profeta Jonás
y la conversión de la ciudad de Nínive. Jesús compara su generación —también hoy
podemos hacerlo con la nuestra, con nosotros— con la del tiempo de Jonás. Jonás
fue un signo para los ninivitas... Muchos contemporáneos de Jesús no reconocieron
al Mesias como «signo» de parte de Dios. Párate un momento y pregúntate si Jesús
es para ti el «gran signo» que sostiene y alienta tu vida. Quizás descubras que, en
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ocasiones, te pasa desapercibida su presencia o que su propuesta no acaba de calar
en tu vida. Quizás Jesús no acaba de ser auténticamente «significativo» para ti.
Puede que andes un poco «despistado» buscando «otros signos» ¿No será que hay
que abrir algo más los ojos y disponer mejor el corazón para el encuentro cotidiano
con el Maestro? Hoy puede ser un buen día para «agudizar» la mirada.
• ¿Por qué no pruebas a descubrir a Jesús en los rostros de personas con las que te vas
a encontrar hoy? Aquellos que te necesitan, que reclaman de ti una mano, aquellos
que te pasan desapercibidos cada día, los que te acogen con una sonrisa y aquellos
con los que quizás no simpatices tanto...
• Intenta retener alguna expresión de la Escritura que puedas recordar durante el día y
te resulte particularmente iluminadora.
• ¿Por qué no pruebas a celebrar hoy la Eucaristía? ¿Miércoles...? ¡Claro! Basta con
que encuentres el hueco en la jornada y prepares tu corazón para el encuentro con
los hermanos y con Jesús.
3. CONECTANDOCON LA VIDA
Hoy, de parte de Dios...
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• ¿Has caído en la cuenta de que también tú puedes ser un «signo» para los demás de
parte de Dios? Trata de concretar algún pequeño compromiso para el día de hoy.
 
 
 
 
Hoy quisiera comprometerme...
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• Haz un poco de silencio en ti..., no tengas prisa. Dios no está
en las prisas, ni el huracán, ni en el terremoto, ni el fuego...
tan sólo en la brisa suave.
• Est 14,1.3-5.12-14; Mt 7,7-12.
• La reina Ester eleva su oración al Señor en momentos de
dificultad: «Líbranos con tu mano y a mí, que no tengo otro
auxilio, protégeme tú, Señor...». Es la expresión de confianza
de quien se apoya sólo en Dios. Pregúntate: ¿cómo ando yo
de confianza en el Señor? ¿Es mi fuerza en toda ocasión?
JUEVES I
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Padre bueno, envíame tu Santo Espíritu, ilumina mi corazón y abre
mis oídos para que, atento a tu Palabra pueda hacer realidad tu
proyecto sobre mí: seguir más de cerca a tu Hijo Jesús que vive y
reina contigo y con el Espíritu, amén».
2. ATENTOS A LA PALABRA
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• Puedes rezar con el Salmo responsorial de hoy:
• Lee con atención el Evangelio y acoge con corazón bien dispuesto la invitación de
Jesús a orar sin descanso: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os
abrirá...». De nuevo, una llamada a cultivar la confianza en el Padre, que siempre
dará cosas buenas a aquellos que se lo pidan. Pero no te olvides: «A Dios rogando y
con el mazo dando», dice el refrán castellano... ¿Te has dado cuenta cómo acaba el
texto de hoy? «Tratad a los demás como queráis que ellos os traten». ¿Te había
pasado desapercibido? Porque quien dice que confía en Dios y no se preocupa por
su hermano es un mentiroso... Quizá puedas proponerte «agrandar» tu corazón para
que se parezca más al de tu Padre.
• Piensa un poco en la situación que estás viviendo y en las dificultades que viven los
que están a tu lado. Cierra un momento los ojos y «ora a tu Padre que está en lo
secreto» por todas las personas y situaciones que necesiten de tu intercesión.
• Puede que haya alguna persona que esté esperando algo de ti... ¿Una respuesta? ¿Un
cambio de actitud? ¿Una palabra de reconciliación? ¿Un detalle? ¿Por qué no das el
paso?
Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Te doy gracias de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti.
Me postraré hacia tu santuario.
Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad. Cuando te
invoqué, me escuchaste, acreciste el valor de mi alma.
Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
3. CONECTANDO CON LA VIDA
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Hoy quisiera...
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• Busca la serenidad necesaria y reza así:
• Ez 18,21-28; Mt 5,20-26.
• El viernes es un día con tonalidad «penitencial» para la comunidad cristiana. Así, la
Palabra que se ha escogido para hoy gira en torno a la idea de la conversión y la
transformación del corazón.
• ¡Bonito texto del profeta Ezequiel! No tengas prisa al leer y esfuérzate por gustar las
palabras que Dios pone en boca de su enviado: «Si el malvado se convierte de la
maldad que hizo, ciertamente vivirá». No se trata de que te des golpes de pecho, no,
pero sería bueno que fueras capaz de caer en la cuenta de que no todo en tu vida
VIERNES I
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Concédeme, Señor, oídos atentos para escuchar tu Palabra,
docilidad para dejarme transformar por ella y valentía para hacer
concreta tu propuesta en mi vida. AMÉN».
2. ATENTOS A LA PALABRA
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cotidiana es como debiera. ¿Hay actitudes de las que arrepentirte? ¿Situaciones que
cambiar? Vale la pena que, sin estridencias, seas exigente contigo mismo para no
«perdonarte la vida» constantemente. Hoy puede ser un buen momento para afrontar
con decisión el cambio necesario.
• Palabras exigentes de parte de Jesús en el día de hoy. Puede que pienses que es el
«más difícil todavía», pero es que hay una carga de radicalidad en el evangelio que
no podemos «obviar» saltándanos aprisa las páginas. «Si cuando vas a poner la
ofrenda en el altar te das cuenta de que tienes algo contra tu hermano...». ¿Cómo son
las relaciones con las personas que están a tu lado? ¿Tu familia? ¿Tus compañeros?
¿Tus amigos? ¿Aquellos que no te quieren tan bien? La Palabra te ofrece una buena
oportunidad para dar un «salto de cualidad» en tus relaciones con las personas,
particularmente con las que las cosas no van del todo bien.
 
 
 
 
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Quizá deba dar pasos decididos en algunos aspectos de
mi vida...
41
42
 
 
 
 
Hoy tengo que pensar más en...
43
• Un nuevo día... pon tu jornada en manos del Padre, invoca el don del Espíritu para
que guíe con acierto tus pasos.
• Párate y busca la serenidad adecuada para acoger la Palabra que hoy se te regala.
• Dt 26,16-19; Mt 5,43-48.
• ¡Tiene tela la Palabra de hoy! Detente con atención en el texto del Deuteronomio.
Cierra los ojos y repite varias veces: «Hoy me he comprometido con el Señor, mi
Dios, a ir por sus caminos y a escuchar su voz». ¿Cuáles son los caminos de Dios
para ti en la jornada que tienes por delante?
• Toda la semana la Palabra nos ha insistido en la fuerza del amor, la única clave justa
para acoger el Reino que viene. Amar a las personas que nos caen bien, que nos
quieren, que son nuestros amigos... no deja de ser fácil. La lógica del Evangelio va
mucho más allá. Sólo un corazón universal que no vive «estrechamente», que
disculpa siempre, que acepta siempre, que va siempre al encuentro del otro, es
llamado por Jesús «Hijo de Dios». Pero... lee con atención el texto del Evangelio.
¿Te has preguntado si «evangélicamente» también tú eres un «pagano»?
SABADO I
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
2. ATENTOS A LA PALABRA
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• Apunta alto... «Sed perfectos, como vuestro Padre es perfecto».
• Trata de revisar esta primera semana de «andadura» Cuaresmal.
3. CONECTANDO CON LA VIDA
45
46
• Ya has recorrido un pequeño tramo del camino… Comienzas
ahora esta segunda semana dispuesto a dar algunos pasos más
hacia la «estatura» de Jesucristo, tu horizonte. Si no lo has
hecho ya, revisa un poco la experiencia: ¿Has encontrado la
sintonía adecuada para dejarte «iluminar» por la Palabra cada
día? ¿Qué tal tu constancia? Tienes una nueva semana por
delante… ¡Valor y al toro!
• Reza a tu Padre que «está en lo escondido»:
• Hoy es domingo. Antes de celebrar la Eucaristía con la
comunidad cristiana, prepara un momento la Liturgia de la
Palabra. Te ayudarán las siguientes pautas.
DOMINGO II
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Padre bueno, ilumina mi corazón y abre mis oídos a tu Palabra;
dame tu Espíritu Santo para que pueda caminar siempre a tu lado y
lleve adelante tu proyecto sobre mí con fidelidad… por Jesucristo, tu
Hijo y mi hermano, AMÉN.
47
• Gn 12,1-4a; Tim 1,8b-10; Mt 17,19.
• En este segundo domingo de Cuaresma, el protagonista de la Liturgia de la Palabra
es Abraham, el padre de los creyentes. En el texto del libro del Génesis se nos narra
la vocación de aquel pastor con quien Dios entabla «amistad» y a quien invita a
abandonar su tierra prometiéndole su bendición. La respuesta de Abraham es
expresión de la confianza en el Señor y acogida de su propuesta. En este tiempo, la
Palabra nos recuerda también a nosotros que la experiencia religiosa, para ser
auténtica, debe configurarse como «relación personal» con Dios en clave de acogida
y respuesta a su iniciativa en nuestra vida cotidiana. Hoy, el Señor te propone: «¡Sal
de tu tierra!».
• El inicio de aquella «alianza» que Yahveh estableció con Abraham, encuentra su
punto culminante con la muerte y resurrección de Jesucristo en quien Dios ha
derramado su gracia en la vida de los hombres. Pablo lo recuerda así a la comunidad
que preside Timoteo e invita a los cristianos a tomar parte en los trabajos de anuncio
del Evangelio. No cabe duda de que la mejor «buena noticia» que podemos ofrecer a
cuantos caminan junto a nosotros es, precisamente, la vida coherente y auténtica de
cada seguidor de Jesús. Acoge hoy lainvitación del Señor a «tomar parte en los
trabajos del Evangelio» y empéñate en ser «buena noticia» para todos anunciando
con tu vida a Jesucristo.
• Gn 22,1-2.9-13.15-18; Rm 8,31b-34; Mc 9,2-10.
• La respuesta de Abraham se pone a prueba cuando el Señor pide a su siervo que le
entregue la vida de su hijo. La fe se «acrisola» en la prueba y Abraham será llamado
«padre de los creyentes» porque se fió de Dios. Así será como se establezca un
«pacto de eternidad» por el que Yahveh se compromete a caminar junto a su siervo,
sostenerlo en la palma de su mano y derramar sobre él y sus descendientes sus
bendiciones.
CICLO A
CICLO B
48
En el contexto cuaresmal, el texto te invita a hacer más recia tu experiencia de fe,
respondiendo con generosidad al Señor y confiando en su cercanía y su bondad aun
en los momentos de mayor dificultad… ¿Quién no los tiene? La figura de Abraham,
el padre de los creyentes, es una «palabra de aliento» para todos los que buscan y
anhelan la cercanía de Dios aun en los momentos más complicados.
• En esta misma dirección se encamina la reflexión de Pablo a la comunidad de
Roma: ¿Quién podrá separarnos del amor de Dios? Si Dios está con nosotros…
¿Quién contra nosotros? Dios nos ha amado entrañablemente en Jesucristo y nos ha
«rescatado» por la fuerza de su muerte y resurrección del sin sentido, de la
oscuridad, del abandono… para hacernos experimentar la luz y la vida plena en su
Hijo. Las palabras de Pablo alientan la esperanza y nos dan la fuerza para perseverar
en el compromiso cotidiano de responder a la llamada del Señor.
• Gn 15,5-12.17-18; Flp 3,17-4, 1; Lc 9,28b-36.
• El ciclo de Abraham en este segundo domingo de Cuaresma se completa con este
texto del Libro del Génesis en el que Yavheh promete a su siervo una descendencia
numerosa (signo de la bendición de Dios) y una tierra ancha y fecunda. Aún
consciente de la esterilidad de su mujer Sara, Abraham «creyó» en la palabra de
Yahveh y acogió, esperanzado, el signo que sellaba el pacto con su Señor.
• Caminar en la fe acogiendo el don de Dios. He aquí la propuesta de este segundo
domingo de Cuaresma. Caminar de la mano de tu Dios, experimentando su
misericordia y mirando con esperanza lo que está por venir, porque el futuro es de
Dios.
• Y el futuro es Jesucristo muerto y resucitado. Nos lo recuerda Pablo: «aguardamos
un salvador que transformará nuestra condición humilde y nos hará semejantes a
él». La mirada está puesta en la Pascua. La experiencia de la «transfiguración»,
como experiencia central de este segundo domingo de Cuaresma, nos «anticipa» ese
horizonte en el que seremos criaturas nuevas, vencidas las barreras de la oscuridad y
de la muerte. ¡Qué bien se está aquí! Pero, como aquellos discípulos, habrá que caer
en la cuenta de que no hay vida sin entregar la vida.
CICLO C
49
• Jesús, en el texto de los sinópticos que nos ofrece la liturgia de la Palabra, revela su
naturaleza divina: Él es el Hijo predilecto de Dios (Mc 9,2-10 y paralelos).
• Su rostro resplandeciente y la blancura de sus vestidos son dos signos externos de la
gloria pascual, signos que sus discípulos revivirán después de la resurrección… A
decir verdad, les costará bastante abrir los ojos y el corazón, pero será una gran
alegría.
• Esto es sólo una anticipación, porque el camino hacia Jerusalén es todavía muy
largo: Jerusalén significa pasión y muerte en la cruz… será un momento
complicado… VER EN EL FRACASO EL ÉXITO, LA GLORIA… será difícil.
• Los dos discípulos que están con Él en el monte, y los otros, necesitan
ESCUCHARLO y aprender de Él…
• La fe de los discípulos es muy pobre (por no decir que son auténticamente
«descreídos») y no les permite imitar al Maestro… todavía no han comprendido que
es necesario aceptar el mensaje de Jesús en la pasión, que es necesario pasar a través
de la cruz… ¡Queda mucho camino por recorrer y no hay atajos!
• En el bautismo, Jesús es proclamado Hijo de Dios. Venciendo las tentaciones
(domingo pasado), Jesús actúa como auténtico hombre: es la humildad del Hijo. En
la transfiguración, haciendo la voluntad del Padre, acepta en libertad la cruz… Y la
cruz significa la «fuerza» de Dios que sostiene a su siervo.
• Déjate sugerir por la siguiente viñeta:
50
1. Camino por la vida convencido de que...
Soy el más «guai».
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Test de la transfiguración
Comprueba por ti mismo tu madurez evangélica.
51
Tengo que ser el mejor.
Vale la pena vivir desde la sencillez.
2. Cuando me siento débil...
Entonces soy fuerte.
Voy al gimnasio.
Nunca me siento débil.
3. Para mí servir…
Es cosa de «débiles».
Es una oportunidad para crecer.
No está de moda.
• Reflexiona durante un tiempo adecuado, sin prisas, la propuesta que Dios te hace en
la Palabra de hoy. ¿Puedes tomar algún compromiso concreto en orden a tu
crecimiento personal en este día?
52
 
Hoy quiero comprometerme...
53
 
 
 
• Celebra la Eucaristía con toda la comunidad cristiana en este día y agradece a Dios
el camino recorrido y su presencia siempre cercana y alentadora.
Algunas sugerencias
54
• Busca un lugar y un momento tranquilos. Cierra los ojos y
repite varias veces, sin prisas: «Tu Palabra, Señor, me da la
vida… dispón mi corazón para acogerla con gozo».
• Puedes leer, si no lo has hecho todavía, las pistas de trabajo
de esta segunda semana. ¿Te das cuenta? En Jesús, Dios nos
llama a salir de nuestras seguridades y recorrer el camino que
pasa por la cruz para que nazca en nosotros el hombre nuevo
(puedes volver a leer el evangelio del domingo). La semana
recién estrenada es una «provocación» para dar pasos
decisivos hacia el horizonte de la Pascua… ¿Te has cansado
ya de caminar? Seguro que no. ¡Adelante!
• Dn 9,4-10; Lc 6,36-38.
• Lee con atención el texto del profeta Daniel. «Derrama»
también tú, como el profeta, tu oración ante el Señor. El
camino hacia la «santidad» encuentra obstáculos en nuestra
medianía, en nuestra cerrazón, en nuestra superficialidad…
LUNES II
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
2. ATENTOS A LA PALABRA
55
A veces somos muy exigentes con los otros, no dejando a nuestro alrededor «títere
con cabeza», y sin embargo con nosotros somos mucho más «tolerantes»… Déjame
que te sugiera:
3. CONECTANDO CON LA VIDA
56
• Puedes aplicar cada una de las notas anteriores a tu situación concreta, cotidiana…
Es posible que quedes «desenmascarado». Sólo así te darás cuenta de que tu corazón
no se parece al de Dios. Su medida, todavía, no es la tuya. Aquí está la clave. Lo
demás son «cuentos chinos» ¿no te parece?
• Date algunas sugerencias para vivir hoy «evangélicamente».
 
 
 
 
 
Sugerencias
57
• Busca un momento sereno y deja a un lado las prisas. Abandona todo lo que pueda
estorbarte y colócate en la sintonía adecuada para encontrate con el Señor. Recuerda
que Dios no está en el terremoto, ni en el fuego, ni en el vendaval, sino más bien en
la brisa suave…
• Haz un momento de oración invocando la luz y la fuerza del Espíritu.
• Is 1,10.16-20; Mt 23,1-12.
• Dios llama continuamente a la conversión. La Palabra del profeta Isaías se alza
poderosa, acusando al pueblo de la promesa de haber desvirtuado el pacto con
Yahveh. Sodoma y Gomorra son dos nombres que simbolizan el mal, la
MARTES II
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Señor, envíanos tu Espíritu para que con su luz y su fuerza podamos
acoger tu Palabra y hacerla realidad en nuestra vida, te lo pedimos
por Jesucristo nuestro Señor».
2. ATENTOS A LA PALABRA
58
degeneración, lo perverso.
• La Palabra de Dios es llamada urgente a volver atrás y des-andar los caminos
equivocados: «cesad de obrar mal, aprended a obrar bien…». Yahveh Dios tiende la
mano a su pueblo con generosidad… También a ti. Que no falte, por tu parte, el
esfuerzo cotidiano en tu camino de crecimiento y conversión.
• Aquí tienes una buena pista: alejar de ti las actitudes farisaicas (Mt 23,1-12).
¿Cuáles son las «filacterias» que alargo habitualmente en mi vida? ¿Ensancho las
franjas de mi manto esperando reconocimiento por parte de losdemás?
• Como Jesús en la transfiguración, la Palabra te invita a ALEJAR de ti la seguridad
del que ya se siente «cómodo», «justificado» y «logrado», el cinismo de los que
exigen a los otros sin el esfuerzo personal cotidiano y coherente. Como Jesús,
necesitamos entender que el único camino evangélico es el servicio y la sencillez:
«el primero entre vosotros será vuestro servidor».
• Busca alguna frase que puedas tener presente durante todo el día y proponte realizar
algún signo concreto de conversión en tu camino personal de esta jornada.
3. CONECTANDO CON LA VIDA
De parte de Dios, hoy quisiera...
59
• Busca un momento tranquilo en el día en el que poder retomar, durante un momento
sencillo de oración, la frase escogida en la mañana de manera que puedas iluminar
la realidad que vives desde la Palabra que has recibido de parte de Dios.
60
• Haz un momento de oración:
• Jr 18,18-20; Mt 20,17-28.
• ¿Recuerdas el texto de la transfiguración que reflexionamos y
compartimos el domingo pasado? Pues bien, la invitación de
Dios a ESCUCHAR a Jesús nos pone, una vez más, «entre la
espada y la pared». En efecto, aceptar con coherencia la
palabra de Jesús significa seguirlo hasta dar la vida… estar
dispuesto «a las duras y a las maduras». Detente con atención
sobre el texto del profeta Jeremías.
MIERCOLES II
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Señor, que tu luz y tu fuerza no nos abandonen, para que,
entregados con generosidad al servicio de los demás, experimentemos
tu presencia cercana y alentadora en nuestra vida, a ti que vives y
reinas…».
2. ATENTOS A LA PALABRA
61
se pondrán feas ¿estás dispuesto a dar la vida con generosidad? A veces nos ocurre
como a la madre de los Zebedeo y tenemos la tentación de creer que ya hemos
acumulado demasiados méritos… soy cristiano, estoy en grupos de fe, soy
animador… Jesús rompe de nuevo tus esquemas, ¡Es otra cosa! No olvides que el
Hijo del Hombre no ha venido «para que le sirvan, sino para dar la vida en rescate
por muchos».
• Pon una cruz en las situaciones cotidianas en las que crees que podrías
comprometerte más:
En mis responsabilidades personales (estudio).
En las relaciones con mi familia.
En el servicio en casa.
En la amabilidad y el buen humor con las personas que están a mi lado.
En el diálogo con las personas que más me cuesta aceptar.
En el compromiso pastoral que he asumido.
 
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Señor, hoy quiero...
62
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64
• Haz un momento de oración invocando al Espíritu Santo.
• Hacemos un alto en el camino a mitad de semana. Puede que
el cansancio o la monotonía estén haciendo mella en ti. Hay
que reaccionar. Reflexiona un momento con la ayuda de
algunas preguntas.
¿Cómo estoy caminando estos días? ¿Qué opciones
concretas he hecho en esta segunda semana de
Cuaresma?
¿Hago un paralelo entre mi vida y las sugerencias de las
páginas referidas al Evangelio del domingo
(transfiguración)? ¿Qué contradicciones encuentro?
• Da gracias a Dios por el trecho de camino recorrido.
• Jr 17,5-10; Lc 16,19-31.
• Esfuérzate por vivir hoy como «un árbol plantado junto al
JUEVES II
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
2. ATENTOS A LA PALABRA
65
relaciones, tu compromiso, tu actitud de servicio con suficiente profundidad?
• En el abandono de nuestras seguridades y acogiendo la invitación de Jesús a recorrer
el camino que pasa por la cruz y la resurrección, se nos pide «afinar la puntería» y
aclarar motivaciones. Lee con atención el Evangelio.
• ATENTO a la propuesta de Jesús: es necesario optar por los valores auténticamente
evangélicos, creciendo en solidaridad con cuantos nos rodean: la justicia, el amor, la
liberación… son signos de salvación para ti, una PALABRA de parte de Dios para
nosotros en este día…¿Cómo vivir esta propuesta de Dios de forma concreta en tu
vida?
• Piensa en algunos valores evangélicos en los que quisieras insistir particularmente
hoy:
 
 
 
• Proponte algún momento de oración durante el día…
• No te olvides de una «palabra clave» para la jornada:
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Valores evangélicos a insistir
La palabra clave de hoy...
66
67
• Pide luz y fuerza al Padre en esta mañana.
• Reza así:
• Gn 37,3-4.12-12ª.17b-28; Mt 21,33-43.
• Lee con atención la historia de José en el libro del Génesis. ¿Sabes aquello de «Dios
escribe torcido en renglones…»? No, ¡Al revés! «Dios escribe derecho en renglones
torcidos». Así está mejor. En los «aparentes» momentos contradictorios de nuestra
VIERNES II
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con
espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu Santo
Espíritu.
Devuélveme la alegría de la salvación, afiánzame con Espíritu
generoso. Señor, me abrirás los labios y mi boca proclamará tu
alabanza» (Salmo 50).
2. ATENTOS A LA PALABRA
68
vida, como en la de José, hay mucha historia de salvación de Dios para nosotros.
• Jesús propone a sus discípulos una parábola: «Había un propietario que plantó una
viña…». Se refiere el evangelista, sin duda, a la historia de Israel. ¿La conoces bien,
verdad? El pueblo de «dura cerviz» ha rechazado una y otra vez la intervención de
Dios en los entresijos de los acontecimientos. Jesús les echa en cara su tozudez y lo
enturbiado de su mirada, incapaz de reconocer la cercanía de Dios. No estaría mal
que hoy, echases un vistazo a tu historia personal y trataras de identificar todos los
«signos» a través de los cuales Dios te ha susurrado al oído su proyecto y te ha
hecho experimentar su cercanía. Intenta dar gracias por tanto don y agudiza tu
mirada para que en el día de hoy no te pase desapercibida su presencia.
• Párate un poco y piensa: ¿Cómo andas de «lectura entre líneas»? Echa un vistazo a
tu vida en estos últimos meses y trata de descubrir la mano de Dios sosteniendo tus
pasos y su aliento en tu caminar.
• En todo este camino de salvación, la invitación de Jesús a seguirlo se hace dura y
exigente ¿Te has planteado alguna vez si eres «piedra viva» en la construcción del
Reino? ¿Cómo estás contribuyendo con tu vida y tu compromiso a «adelantar» el
Reino de Dios entre nosotros?
• ¡Ah! Y otra cosa… ¿Te has sentido alguna vez «signo de contradicción» a causa del
Evangelio? ¿En casa? ¿En la facultad, quizá? ¿Con tus amigos? No dejes la
respuesta para mañana…
• O si prefieres, pregúntate: ¿Cómo ando de frutos evangélicos?
• No te olvides… hoy es viernes. Te ofrezco algunas sugerencias:
Haz una lista de lo que «anda mal» a tu alrededor…
Plántale cara la realidad.
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Sugerencias
69
Ten paciencia contigo. Las dificultades no se superan en un momento.
No te «perdones» demasiado la vida justificándote inútilmente…
Haz que tu esfuerzo vaya acompañado de buenas dosis de confianza en el
Señor.
• Toma un compromiso pequeño-práctico-preciso que te haga descubrir la alegría que
contienen las cosas pequeñas, escondidas, las que requieren esfuerzo…
Hoy mi ayuno va a ser...
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• Pide luz y fuerza a Dios Padre esta mañana:
• Mi 7,14-15.18-20; Lc 15,1-3.11-32.
• Transformo en oración el camino recorrido: es el momento de pedir al Señor fuerza
y luz para ser fiel al compromiso contraído.
SABADO II
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Padre, ayúdame a caminar con talante evangélico. Renueva mi
esfuerzo y hazme experimentar tu gracia para seguir avanzando
hacia la identificación con Jesús, mi Señor, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos».
2. ATENTOS A LA PALABRA
3. CONECTANDO CON LA VIDA
72
• Da gracias a Dios por toda la semana transcurrida, por cada regalo, por cada
esfuerzo, por cada dificultad, por cada paso dado… Hazlo desde el corazón, el único
«centro de datos» fiable y creíble… ¡Ah! Y no tengas prisa ¿vale?
• Si tienes tiempo, revisa la semana y tu camino de «tranfiguración».
73
74
• Antes de participar en la Eucaristía con la comunidad
cristiana, concédete un momento para preparar bien la
Palabra que hoy será proclamada en la celebración.
• Rezaun momento:
• Ex 17,3-7; Rm 5,1-2.5-8; Jn 4,5-42.
DOMINGO III
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Padre bueno, dame ojos nuevos para descubrir la novedad que nos
trae tu Hijo Jesús, la única ley, para poder vivir desde la entrega sin
límites a todos mis hermanos, a ti que vives y reinas…»
2. ATENTOS A LA PALABRA
CICLO A
75
de Israel en el desierto está siendo muy difícil y a pesar de caminar hacia la tierra de
la promesa, el pueblo mira con nostalgia hacia atrás ante la dureza del camino. ¿No
es esta también la historia de nuestra vida? Cuando las cosas se ponen «cuesta
arriba», anhelamos otros «paraísos» aunque hayan supuesto para nosotros
experiencia de «muerte» y esclavitud. Y tú… ¿echas de menos «los ajos y las
cebollas de Egipto» cuando te das cuenta de que avanzar en el «desierto» no es nada
fácil?
• Moisés, siempre «mediador», hará brotar —en nombre del Señor— el agua de la
roca para que beban todos. Es el agua de la vida que reconforta y alienta para seguir
adelante. Es, desde luego, el signo de la presencia de Yahveh que conduce y
acompaña a Israel en cada tramo del camino. «Ojalá escuches —también tú— hoy
su voz» (Ps 94) y descubras la brisa fresca de tu Dios que sostiene tus pasos y el
agua fresca del encuentro con Él que alivia tus pies cansados.
• Cuando hoy celebres la Eucaristía, caerás de nuevo en la cuenta —como tantas otras
veces— que el amor de Dios ha sido derramado en tu corazón con el Espíritu Santo
que nos ha sido dado. Así nos lo recuerda Pablo en su carta a la comunidad de
Roma. Cristo, muerto y resucitado, es el agua viva. Quien bebe de esta agua, no
vuelve a tener sed…
• Es hermoso el texto de Juan en el que se nos narra el encuentro de Jesús con la
mujer samaritana. Lo conoces de sobra, ¿verdad? Párate un poco y, en el contexto
de este domingo, seguro que descubres muchos «registros» en el diálogo. ¿Te das
cuenta? Aquella mujer parece no entender bien a Jesús porque sus «discursos» están
en un nivel diferente. La mujer se queda demasiado en la superficie y Jesús quiere ir
cada vez más al fondo. El agua del pozo… el vivir cotidiano, nuestras actitudes de
cada día, ¿no te parece que se mueven entre motivaciones bastante «tierra-tierra»?
¿No será que tampoco nosotros «entendemos» a Jesús porque estamos demasiado
centrados en el cubo, el brocal y el agua? Quizás necesitemos de un agua diferente,
pero ¡qué lástima! Nuestro corazón está demasiado «atareado» en mil cosas y no
somos capaces de acoger el don de Dios.
• Ex 20,1-17; 1Co 1,22-25; Jn 2,13-25.
CICLO B
76
• La ley de Dios era la gloria del pueblo escogido. El decálogo recoge los grandes
imperativos éticos impresos en el corazón del hombre. Esta ley se fue complicando
pesadamente hasta hacerse insoportable. Cristo nos ofrece su nueva ley «yugo suave
y carga ligera». Es el yugo del Evangelio, su palabra viva. Es el mandamiento del
amor, que plenifica todos los mandamientos. El amor apunta a horizontes más altos,
sin límites. En resumen, NUESTRA VERDADERA LEY ES JESUCRISTO.
• Algo parecido hay que decir del templo de Dios. Lo que fue lugar de encuentro con
Dios se pervirtió, no sólo en el culto mercantilizado, sino en la idea misma del
templo.
• Cristo expulsa a los mercaderes con el látigo de la verdad y del amor y anuncia un
templo vivo, su propio cuerpo. Todo cristiano, todo hombre es templo vivo de Dios,
mejor que cualquier basílica o catedral.
• Pare defender estos templos —los hombres, profanados millones de veces y de mil
maneras— tenemos que levantar también nosotros el látigo de la justicia y la
caridad.
• Déjate sugerir por la siguiente viñeta…
77
• Ex 3,1-8ª.13-15; 1Cor 10,1-6.10-12; Lc 13,1-9.
CICLO B
78
• «Descálzate porque el sitio que pisas es terreno sagrado». La experiencia de Moisés
es enormemente significativa para nosotros. Más allá de lo espectacular de la escena
de la zarza ardiendo que ha quedado en nuestra retina después de haber visto
algunas películas en torno a la experiencia del Exodo, es necesario que seamos
capaces de percibir en esta cercanía de Dios a Moisés, una auténtica experiencia
religiosa. Moisés responde a la iniciativa de Dios que se acerca hasta él para
encomendarle una misión. Aquel pastor desconcertado percibe a Dios como un
«fuego» que no se consume. «¿Quién eres?», le pregunta. Dios le responde: «Yo soy
el que está aquí, contigo, con mi pueblo». Es una traducción algo «libre», pero es —
sin duda— el sentido que le dará Israel cuando perciba a Yahveh «tenazmente»
empeñado en su liberación. Más allá del mar, hay una tierra que mana leche y miel.
Ese es nuestro horizonte.
• La experiencia bíblica que acabamos de comentar es «signo» de nuestra propia
historia. Como Pablo recuerda a los cristianos de Corinto, aquello fue solo una
«figura» de cuanto debía acontecer. Para los seguidores de Jesús, su propuesta
liberadora es la realización definitiva de cuanto Dios había prometido a Israel. En
Jesús, Dios realiza un nuevo éxodo, la alianza definitiva. En este tiempo de
Cuaresma, preparando la Pascua, estamos invitados a atravesar el mar Rojo hacia la
tierra que mana leche y miel, el hombre nuevo según Cristo, horizonte de plenitud
hacia el que hoy levantamos nuestra mirada y hacia el que dirigimos nuestros pasos
en el esfuerzo cotidiano por dejar atrás todo aquello que nos ata a los pesados muros
de nuestro particular Egipto.
• Deja que el Señor cave bien tu viña y la abone adecuadamente. La parábola de Jesús
nos ayuda hoy a comprender que nosotros somos la higuera «protagonista» del
relato y que el viñador busca fruto en ella. Son los frutos de conversión que nuestra
vida debe dar.
• En este tiempo de gracia, pídele al «viñador» que te abra los oídos a su Palabra y te
de la capacidad de hacerla realidad en el día a día. Sólo quien permanece bien unido
a la Palabra puede dar fruto. Y tú ¿cómo andas de buenos frutos?
• Siéntate junto a Jesús un momento… mira sus ojos y está pendiente de sus manos.
Déjale decir todo sobre ti… como aquella mujer. Prueba de su agua. Sentirás dentro
3. CONECTANDO CON LA VIDA
79
de ti «un manantial de agua que salta hasta la vida eterna». Y entonces no «creerás»
porque otros te lo hayan dicho sino porque has experimentado en tu corazón que
Jesús es la Vida. ¡Buen domingo!
• Intenta celebrar bien hoy la Eucaristía con toda la comunidad cristiana. Tratar de
encontrar las coordenadas desde las que vivir toda la semana.
 
 
 
 
 
Para mí, que Jesús sea mi única ley significa...
80
• «Ojalá escuchéis hoy su voz». Prepara tu corazón para acoger
con buena disposición la Palabra que hoy se derrama, como
lluvia fresca, sobre la tierra buena de tu vida. Haz un
momento de silencio, sin prisas, y repite pausadamente con el
corazón: AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU
VOLUNTAD.
• Haz un momento de oración con el Salmo 22:
LUNES III
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«El Señor es mi pastor,
nada me falta.
En verdes prados me apaciente,
Me conduce hacia fuentes de descanso
Y repara mis fuerzas.
Aunque pase por cañadas oscuras, no tengo miedo a nada,
Pues tú estás junto a mí,
Tu vara y tu cayado me dan seguridad».
2. ATENTOS A LA PALABRA
81
• Esta tercera semana de Cuaresma está profundamente marcada por el signo del
agua. Símbolo que, como bien sabes, hace referencia a nuestro bautismo. El texto de
la primera lectura de hoy pone de relieve, precisamente, cómo en el bautismo
renacemos a la vida nueva en Cristo, de forma que la historia del creyente se ve
absolutamente transformada por la fuerza del Espíritu.
• Naamán, el protagonista del texto del libro de los Reyes, experimenta en su vida que
Dios «salva». Eso significa, precisamente, su nombre. En él, Dios nos da a entender
que la salvación salta las fronteras del pueblo que se siente elegido. Naamán
«renace» y cura su enfermedad, descubriéndose a sí mismo una criatura nueva: «su
carne quedó límpia como la de un niño». El gesto de Dios da un vuelco al corazón
de Naamán: «ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que el Dios de
Israel».
• Pero para acoger la salvaciónde Dios son necesarios ojos nuevos y un corazón bien
dispuesto. Los paisanos de Jesús no son capaces de descubrir el rostro de Dios en
Jesús de Nazaret. La salvación de Dios pasa a su lado pero «un profeta no es bien
mirado en su tierra» (Lc 4,24-30). ¿Descubres en ti esos ojos nuevos? ¿Hay en ti una
mirada transparente que busca las huellas de Dios a su alrededor? Mira con ojos
nuevos y dale un latido diferente a tu corazón. Descubrirás con sorpresa que la
realidad se transforma.
• Podrías esforzarte en el día de hoy en descubrir la salvación de Dios que pasa a
nuestro lado, también en las personas que están más cerca de nosotros. No vale
exclamar: «A este ya lo conozco…»; «Hay que dejarlo por imposible…». Es la
actitud de los paisanos de Jesús ¿no?
• Quizás puedas caer en la cuenta de que también tú eres una «palabra de salvación»
de parte de Dios para las personas que se cruzan en tu camino, especialmente
aquellos más cercanos. No dejes pasar la oportunidad de ser «buena noticia» para tu
familia, tus amigos, tus compañeros…
• Haz un momento de oración serena y memoriza alguna frase que puedas tener
presente y repetirte durante el día. ¡Buena jornada!
3. CONECTANDO CON LA VIDA
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Hoy, de parte de Dios, quiero tener en cuenta...
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• Haz un momento de oración:
• En el bautismo somos «sumergidos» en Cristo por la fuerza del Espíritu Santo y
renacemos a vida nueva. La experiencia de nuestro día a día es que, sin embargo, en
tantos momentos no vivimos la fidelidad al proyecto de felicidad que Dios nos
propone; como Daniel, queremos reconocer con corazón sencillo que necesitamos el
perdón de Dios y su mano fuerte que nos sostenga (Dn 3,25.34-43).
• Quizás pueda ayudarte la oración de Daniel:
MARTES III
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Señor, que tu luz y tu fuerza no nos abandonen para que, entregados
con generosidad al servicio de los demás, experimentemos tu
presencia cercana y alentadora en nuestra vida, te lo pedimos a ti,
que vives y reinas…».
2. ATENTOS A LA PALABRA
86
• Por otra parte, la vida nueva en el Espíritu que nos propone Jesús nos impulsa a
«esculpir» en nuestro corazón un corazón como el de Dios. Nuestro Dios es un Dios
con entrañas de misericordia, capaz de perdonar siempre y de tender su mano al
hombre una y otra vez. Hoy la Palabra nos estimula, precisamente, a potenciar en
nuestra vida la «ancha sonrisa» de Dios. El hombre nuevo es aquel capaz de
perdonar siempre, disculpar siempre, sonreír siempre, amar siempre… (Mt 18,21-
35).
• No pases aprisa por estas líneas, vence la tentación del «ya lo sé» o del «acabar
pronto». Intenta darle una «frescura nueva» a tu jornada, pidiendo a Dios y
esforzándote tú, en ser un signo más claro de la bondad del Padre. ¿No te parece que
tienes una buena oportunidad de serlo con cuantas personas se acercarán a ti este
día?
• Párate y tómale el pulso a tu fidelidad al proyecto personal. Pon tu mirada en algún
aspecto que potenciar en particular en este día.
 
 
 
«Ahora te seguimos con todo el corazón, te respetamos y buscamos tu
rostro: no nos dejes defraudados; trátanos según tu clemencia y tu
abundante misericordia; líbranos con tu obrar admirable y da gloria
a tu nombre, Señor».
3. CONECTANDO CON LA VIDA
De mi proyecto personal, quisiera tener en cuenta hoy...
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• Busca, como cada día, un momento de serenidad interior y exterior.
• Puedas orar así:
MIERCOLES III
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Padre, haz que mis ojos vean lo que Tú ves. Haz que mis oídos oigan
el estruendo de tu voz en las ondas de lo creado.
Haz que mi hablar sea un baño de palabras de néctar que se viertan
sobre hombros de amargura.
Haz que mis labios sólo canten los cantos de tu amor y tu alegría.
Padre amado, realiza por medio de mí la obra de la verdad.
Ten mis manos ocupadas en servir a todos los hombres.
Haz que mi voz esparza de continuo semillas de amor para Ti en el
terreno de los hombres que te buscan.
Haz que mis pies avancen siempre por el camino de la justicia.
Guíame de mi ignorancia a tu luz».
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• Dt 4,1.5-9; Mt 5,20-48.
• El pacto que Dios establece con Israel es un pacto de amor que encierra exigencias
para el pueblo y que se resumen en el decálogo. La fidelidad a la alianza, pasa,
necesariamente, por la fidelidad a Dios.
• La ley en el Antiguo Testamento es llevada a cumplimiento por Jesús que le da todo
su sentido y la reviste de plenitud (Mt 5,20-48). ¿Te has dado cuenta? ¡Los tiempos
viejos han pasado, «colega»! Puede ser, sin embargo, que nosotros sigamos
revestidos de ropajes «demasiado gastados» y ni nos enteremos, tan habituados
como estamos a «perdonarnos la vida» a nosotros mismos.
• El Maestro nos recuerda hoy que el Reino es esfuerzo cotidiano de fidelidad al
Evangelio. Sólo es «grande» el que, desnudo, renueva cada día su entusiasmo
recomenzando en cada «naufragio» y alejando la fácil tentación del «como ayer», de
la comodidad, del «yo soy así» que decimos de vez en cuando, resignados.
• Está atento al texto que te propongo, conéctalo con tu vida y escribe lo que te
sugiere.
2. ATENTOS A LA PALABRA
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Véase algo nuevo en Jn 8,1-11
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• Escribe una oración (no tengas miedo). Podría titularse: «Quiero apuntarme a lo
nuevo…». Esta vez… sin «renglones» ¡a corazón descubierto! Quizás al final del
día, antes de dormir, te ayude a decirle a Dios ¡Buenas noches!
¡Quiero apuntarme a lo nuevo!
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• Pide luz y fuerza a Dios Padre en este día. Ora en silencio durante unos minutos.
• Jr 7,23-28; Lc 11,14-23.
• «Esto dice el Señor…». Pues está clarísimo. Si esto es lo que dice el Señor, que
callen otras voces; sobran otras palabras. Lee despacio Jr 7,23-28. Incluso puedes
hacerlo varias veces, tratando de no «sobrevolar» la lectura sino sintiéndote
destinatario de ella ¿Qué crees que Dios te está diciendo concretamente a ti con
estas palabras?
JUEVES III
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Señor, abre mi corazón a tu Palabra, dispón mis oídos para
escucharte y dame la valentía necesaria para llevar a mi vida cuanto
me propones. ¡Que yo pueda caminar a tu luz durante toda la jornada
y sea un fiel reflejo de tu presencia para cuantos están a mi lado! A ti
que vives y reinas…».
2. ATENTOS A LA PALABRA
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• Llevamos todos estos días reflexionando sobre el «agua viva» que el Señor Jesús
nos ofrece. ¿Estas bebiendo de este agua? El Reino ya está aquí y el que no recoge
con Jesús «desparrama» (Lc 11,23-28). ¿Estás fuertemente unido al Señor? ¿Es el
Evangelio el auténtico criterio de tu actuar?
• Vamos avanzando en el camino de Cuaresma, ¿te sientes cansado? Quizás pueda
servirte el recordar que:
Que la Cuaresma son cuarenta días…
Que el «Espíritu es fuerte pero…».
Que para caminar en el desierto es necesario borrar de la arena la tentación
de los caminos fáciles y rutinarios.
Que es necesario no «bajar la guardia» y renovar cada día nuestro
entusiasmo…
(Puedes añadir tú algunos otros «recuerdos»).
 
 
 
• Déjate sugerir por la siguiente viñeta.
3. CONECTANDO CON LA VIDA
Tengo que recordar…
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• Hoy es un día con acento penitencial… Párate un momento y al revisarte en tu
camino de esta semana, pide perdón al Señor con corazón sincero. Hazlo sin prisas,
con tranquilidad, tómate tu tiempo…
• Os 14,2-10; Mc 12,28-34.
• Hoy la Palabra nos invita a la esperanza. El pueblo de Israel ha experimentado la
dureza del camino equivocado y quiere enderezar sus pasos hacia el Dios de la vida
(Os 14,2-10). En el retorno, Dios le sale a su encuentro y les ofrece el perdón y el
cariño de un padre. Todos los verbos están en futuro: «curaré», «amaré», «seré
rocío», «florecerá»… y muchos más. Detente un momento en ellos y cae en la
VIERNES III
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Padre, concédenos el don de tu Espíritu para que, dóciles a sus
inspiraciones, vivamos en fidelidad el Evangelio de Jesús, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos».
2. ATENTOS A LA PALABRA
98
cuenta de que el sujetoes siempre Dios. El verdadero protagonista de nuestro
camino de conversión es el mismo Dios. Aquel que sostiene nuestra mirada
esperanzada. ¿Quién será el sabio que comprenda? ¿Quién será el prudente que lo
entienda?
• Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón…» y «amarás a tu prójimo como a ti
mismo»… Esta es la única ley (Mc 12,28-34). Pregúntate como anda tu relación con
el Señor, tu Dios. ¿Ocupa el centro de tu vida? ¿Motiva tus acciones? ¿Cuántos
«otros dioses» te has creado en tu caminar diario? ¡Atrévete a desenmascararlos!
• El paso siguiente es inevitable… ¿Quién es, en concreto tu prójimo? Sin olvidar que
el «prójimo» es también aquel que está lejos, necesitado de ti y que, con su silencio,
llama a tu puerta.
• Si tratas de responderte con integridad y profundidad a esta pregunta, probablemente
tampoco a ti, como al personaje del Evangelio, te queden muchas ganas de hacer
más preguntas al Maestro.
3. CONECTANDO CON LA VIDA
COMPLETA EL SIGUIENTE TEST
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100
• Casi mitad de Cuaresma…
• Tiempo oportuno para revisar el camino andado. Haz un
momento de oración y revisa los compromisos con los que
comenzaste al inicio de este tiempo.
SABADO III
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• Encuentra un momento de silencio y tranquilidad. Dispón el
corazón y reza despacio con el siguiente salmo de alabanza
muy apropiado en este domingo Cuaresmal:
DOMINGO IV
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
Que no me olvide de ti, Jerusalén (Ps 136)
Jerusalén, ciudad de paz,
Jerusalén, ciudad de Dios.
Trabajas por la paz y te acercas a Jerusalén.
Buscas a Dios y peregrinas a Jerusalén.
Jerusalén, ciudad de paz:
las experiencias familiares,
los encuentros amistosos,
los hermanos reconciliados,
la comunidad auténtica,
la asociación solidaria,
la vuelta a casa…
103
y la alegría o el dolor en comunión.
Todo es Jerusalén.
No me olvidaré de Jerusalén.
De vosotros, familiares y amigos.
Aunque viva en Babilonia,
en el destierro y la rivalidad,
en el estres y la diversión.
No me olvidaré.
Añoro vuestro encuentro.
Jerusalén, ciudad de Dios:
el silencio y la palabra,
el canto y el pan partido,
el amor samaritano,
el encuentro en torno a Cristo,
la lucha por la justicia,
la común-unión frecuente,
la alegría del Espíritu…
Todo es Jerusalén.
No me olvidaré,
son experiencias que perduran.
Y aunque viva en Babilonia,
la ciudad de las grandes torres y rascacielos,
la ciudad del orgullo y de la técnica,
de los mercados y ordenadores,
ciudad de la que Dios está ausente,
no me olvidaré de Jerusalén,
todos mis deseos para ti, oh Dios.
Y te buscaré en las avenidas y jardines,
en los teatros y las bibliotecas,
en las residencias y hospitales, y me saciaré de tu presencia.
Pero Jerusalén está aún en construcción,
algún día la veremos perfecta,
y bajará del cielo
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• 1Sam 16,1b.6-7.10-13a; Ef 5,8-14; Jn 9,1-41.
• ¡Precioso el texto del Libro de Samuel que narra la elección de David como rey de
Israel! Samuel es enviado a la casa de Jesé, en Belén, para «ungir» al que habría de
ser rey del Pueblo. El texto está lleno de imágenes sugerentes: es Dios quien escoge
para la misión, quien envía a su profeta… Dios que no mira las apariencias, como
frecuentemente hacemos las personas, sino que mira el corazón. El más pequeño, el
más débil, el último… ése es «ungido» para ser puesto al frente del pueblo de la
promesa. La mirada de Dios va más allá. ¿Y tu mirada?
• El tema de la elección está muy presente en este texto escogido para el cuarto
domingo de Cuaresma. El Mesías, «ungido de Dios», se proyecta en el tiempo en
aquel liberador anunciado por los profetas que haría definitivamente realidad las
promesas de Dios. David es la imagen del cumplimiento que se alcanzará
definitivamente en Jesucristo. El es la «luz del mundo», aquel que libera de las
tinieblas y devuelve la vista a los que la han perdido.
• Si el domingo pasado la idea central de la Liturgia de la Palabra giraba alrededor del
agua, este cuarto domingo está centrado en torno a la idea de la luz. El texto del
Evangelio nos narra la curación del ciego de nacimiento. Más allá de lo meramente
externo y ritual: «¿Quién pecó éste o sus padres?» (es la pregunta de los fariseos), la
mirada de Jesús va más allá. Es una mirada liberadora, que no se queda en la
superficie y que alcanza el corazón. Aquel ciego descubre un horizonte nuevo. El
encuentro con Jesús lo transforma y le hace descubrir una realidad diferente.
• ¿Crees en el Hijo del Hombre? ¿Y quién es para que crea en él? ¡Creo, Señor! Creo
«engalanada como una novia»
(Cáritas. Dossier Cuaresma 2000)
2. ATENTOS A LA PALABRA
CICLO A
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en ti, en tu palabra liberadora, en tu mirada limpia y transparente, en tu presencia
alentadora… porque tú eres la luz. ¡Tú eres el Señor! Y para ti… ¿El Señor es la
luz?
• Pablo invita a la comunidad de Efeso a vivir como «hijos de la luz», es decir, a vivir
desde las claves de la bondad, de la justicia y de la verdad. El que se ha encontrado
con Jesús, está en la luz. Acoge las palabras del Apóstol como si estuvieran dichas
para ti en este día: «¡Despierta, tú que duermes! ¡Levántate de entre los muertos y
Cristo será tu luz!».
• 1Cro 36,14-16,19-23; Ef 2,4-10; Jn 3,14-21.
• En la primera lectura, descubrimos cómo los cronistas de Israel contemplan todos
los acontecimientos del pueblo con mirada de fe y tejen con ellos una verdadera
«historia sagrada». Es una invitación a descubrir el proyecto de Dios en nuestra
historia personal tratando de leer los acontecimientos cotidianos desde la hondura de
la mirada del que se sabe alentado y sostenido por su Dios.
• En el texto de Pablo a la comunidad de Efeso percibimos una gran fuerza y mucha
riqueza espiritual. Es un canto al amor infinito y misericordioso de Dios. Este amor
se prueba sobre todo en Jesucristo en quien Dios ha manifestado su cercanía y su
cariño para con el hombre. Este derroche de gracia es salvación para nosotros.
Queda nuestra respuesta: la fe, esto es, vivir de cara a Dios entregando la propia
vida desde la única clave posible que Jesús nos ofrece: el amor.
• En el texto del evangelio de Juan, verdaderamente nuclear, se nos ofrece el mismo
mensaje de la segunda lectura pero en estilo positivo y sugestivo. El infinito amor de
Dios se manifiesta en Jesucristo, especialmente en su cruz, para nuestra salvación.
Cristo elevado en el madero es un sacramento de gracia, como fue la serpiente de
bronce para los israelitas. Sólo una condición: mirar con fe. ¿Cómo es tu mirada?
CICLO B
CICLO C
106
• Jos 5,9a.10-12; 2Cor 5,17-21; Lc 15,1-3.11-32.
• ¡La promesa se ha hecho realidad! El pueblo de Israel ha alcanzado, por fin, la tierra
de Canaán que Dios había prometido a sus antepasados. La travesía ha sido larga y
penosa. Pero aquel atardecer fue diferente. Celebraron la Pascua y experimentaron
la liberación de Dios, siempre fiel, en un nuevo horizonte. Yahveh ha perdonado la
culpa de su pueblo y ha abierto de nuevo el mar haciendo nuevas todas las cosas.
• ¡Es la novedad de Dios! Y es que el que está en Cristo es una criatura nueva porque
lo viejo ha quedado definitivamente atrás. El paso del mar Rojo, el desierto, son las
imágenes del hombre viejo que es destruido para siempre en la tierra nueva de
Jesucristo. Él es nuestro definitivo «éxodo». Con su muerte y resurrección, nos ha
abierto un paso por las aguas caudalosas conduciendo al hombre hacia un nuevo
horizonte. ¡Lo nuevo ha comenzado!
• Así nos lo recuerda Pablo cuando nos hace caer en la cuenta de que en Cristo hemos
sido reconciliados con Dios que ha olvidado, para siempre, el pecado de su pueblo
«sin pedir cuentas». Y ahora, los cristianos estamos llamados a ser también «signos
de reconciliación». Revisa un poco tu vida. ¿Te sientes «reconciliado» con Dios? Y
tú ¿eres signo de reconciliación? Tus «entrañas» ¿son de misericordia para con los
demás?
• Conoces bien el evangelio de hoy ¿verdad? No pases deprisa por estas líneas, por
favor. Detente un momento y disfruta de esta hermosa parábola siempre «novedosa»
y actual en nuestra vida. Más que la parábola «del hijopródigo» debería llamarse la
parábola «del padre bueno» ¿no es verdad? El texto pone de relieve, sobre todo, la
actitud de padre, siempre dispuesto a perdonar y que abraza, sin pedir cuentas, al
hijo que vuelve a casa. Nuestro Dios es un padre bueno, con entrañas de
misericordia, que cada día otea el horizonte desde la terraza de casa para ver si
vuelve su hijo. Y cuando lo ve venir a lo lejos, sale corriendo y lo come a besos sin
dejar que termine sus disculpas. Y en seguida ¡hagamos fiesta! El mejor manto,
sandalias nuevas y un buen anillo. ¡Estás en casa, hijo! Comienza a caminar de
nuevo y no te olvides de mi alianza contigo. ¡Te quiero mucho!
• Quizás sea un buen momento para «levantarte» y volver a casa de tu Padre. Sus
manos de madre/padre acariciarán tu mejilla y su mirada entrañable te hablará del
calor del hogar.
• El valor de una mano amiga, signo de la ternura y el amor de Dios
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«El Día de Acción de Gracias en EEUU, una maestra de un barrio de marginados
pidió a sus alumnos que dibujaran algo por lo que estaban agradecidos. Como era de
esperar, la mayoría pintó pavos o mesas con comida o adornos. Un niño, Douglas,
dibujó una mano.
Todos sus compañeros y la maestra querían saber a quién representaba aquella
mano: ¿será la de Dios?, ¿la de sus padres?, ¿la de alguien poderoso…? El niño,
Douglas, desveló el secreto: “Es su mano, maestra. Muchas veces en los recreos la
he sentido acariciándome. Ha sido una forma de sentir que alguien me quería de
verdad”.
Fue el mejor regalo que recibió aquella maestra en un Día de Acción de Gracias».
• Déjate sugerir por las siguientes viñetas.
(ANÓNIMO, en Misión Joven, mayo 1999)
3. CONECTANDO CON LA VIDA
108
109
• Busca el mejor momento y el mejor lugar posibles… Ponte un poco de música de
fondo, tranquila, relajante… Cierras los ojos y ora a tu Padre, que está en la brisa
suave y en el silencio, en lo escondido de tu corazón bien dispuesto.
• Puedes orar así:
• Is 65,17-21; Jn 4,43-54.
• Con la luz del Señor vemos la realidad con ojos nuevos. Hoy, la profecía de Isaías
nos habla de novedad: los cielos nuevos y la tierra nueva que quiere inaugurar entre
nosotros el Dios de la vida. Y es que Dios es más futuro que pasado, es el Dios de la
LUNES IV
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Señor Dios, acompaña mi camino de este día, dame la luz necesaria
para ver tus huellas en mi historia, dame la fuerza para seguir
adelante y ayúdame a vivir con ojos limpios y corazón íntegro, a ti
que vives y reinas…».
2. ATENTOS A LA PALABRA
110
novedad constante, de la transformación, de la sorpresa… ¿Por qué no lees con
atención la lectura del profeta Isaías? Detente en cada verbo… procura pensar
durante unos instantes que el sujeto que es transformado eres tú mismo… ¡sueña por
un momento! Descubrirás con alegría que el auténtico protagonista del cambio en tu
vida es el mismo Dios.
• Con la luz, proclamamos también nuestra fe en Jesús, salvación, curación… (Jn
4,45-54). El funcionario real, un pagano para más señas, sabe reconocer con ojos
nuevos a Jesús que pasa por su vida… «El hombre creyó en la Palabra de Jesús y se
puso en camino». La fe auténtica provoca el verdadero «milagro», el cambio total en
nuestra vida, aleja de nosotros la «fiebre»… «Y creyó él con toda su familia».
• Déjate inspirar con la siguiente viñeta:
3. CONECTANDO CON LA VIDA
111
• Trata de memorizar alguna frase que puedas recordar durante todo el día y que te
evoque tu reflexión en torno a la Palabra. Procura darle unidad a tu jornada haciendo
vida la propuesta de Jesús:
• Piensa algún gesto concreto que en este día pueda ayudarte a dar pasos en tu camino
de conversión:
 
 
 
 
 
Palabra de Dios para mí en este día...
Hoy quiero...
112
• «Sedientos, acudid por agua —dice el Señor—, venid los que
no tenéis dinero y bebed con alegría» (Is 55,1).
MARTES IV
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Padre, dispón nuestro corazón a tu Palabra, reaviva la fuerza de tu
Espíritu en nosotros para que podamos seguir con coherencia y
novedad de vida las huellas de tu Hijo Jesús, que vive y reina por los
siglos de los siglos».
113
• Ez 47,1-9.12; Jn 5,1-3ª.
• Con el agua del Bautismo, que es salvación, sanamos, nos revitalizamos. El templo
de la visión de Ezequiel es manantial de vida. ¿Qué quiere decirnos el profeta con
esta visión? Que el mismo Dios es la fuente de la vida. El río de Dios anima la
vegetación a su paso, produce vida y hace crecer los frutos… No estaría mal que, en
este día, nos dejásemos «empapar» de la cercanía de Dios que produce «frescura» en
nuestra vida, revitaliza nuestros esfuerzos y regenera nuestras fuerzas.
• La salvación se hace también presente en el tullido del Evangelio (Jn 5,1-3a). Jesús
se solidariza con el sufrimiento de las personas y saca al hombre de sus propias
oscuridades.
2. ATENTOS A LA PALABRA
3. CONECTANDO CON LA VIDA
114
• Es importante revitalizar en nuestra vida, cada día, el dinamismo bautismal en el que
todos los creyentes estamos inmersos. El bautismo, particularmente para los
cristianos de los primeros siglos, significaba un camino de muerte y resurrección.
Por eso, el bautismo estaba íntimamente unido a la Pascua: en el Bautismo, el
creyente se sumerge en la pasión de Cristo y resucita con El a una vida nueva, por la
fuerza del Espíritu. Vivir el dinamismo de nuestro Bautismo no significa otra cosa
que revitalizar la fuerza y la luz del Espíritu en nosotros, que nos impulsa a seguir
cada día más de cerca los pasos del Señor Jesús que terminan en el calvario. No hay,
pues, seguimiento de Cristo sin entrega total de sí mismo; como no hay camino
cuaresmal sin esfuerzo serio de transformación y de sintonía con el Espíritu.
• Podríamos preguntarnos este día ¿de qué parálisis quisiera que Jesús me liberase?
(no te esquives a ti mismo, colega…; la superficialidad, además de parálisis,
provoca «cáncer»).
• Un paso más en nuestro camino de Cuaresma… es necesario seguir intentándolo y
no dejarnos arrebatar el tiempo consumidos por la rutina o el cansancio
momentáneo. No busquemos más justificaciones… Dios nos ha puesto alas. ¡Los
que se apunten a lo nuevo que se tiren al agua!
115
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• Haz un momento de oración… pon delante de Dios todo lo
que está siendo, ha sido o va a ser tu jornada. Pide su luz y su
fuerza para seguir caminando en fidelidad.
• Is 49,8-15; Jn 5,17-30.
• De nuevo la temática de la luz aparece en la Palabra que se
nos regala hoy. A los que están en tinieblas, Dios los invita a
MIERCOLES IV
1. DISPONIENDO EL CORAZÓN
«Vuelve a mí. No vayas tras los dioses extraños, engañosos. Vuelve a
mí. No tienes que hacer mucho camino. Solamente el trayecto que va
de tu mente a tu corazón. Volver a mí es entrar en ti. Vives hacia
fuera, corres muy deprisa y te fatigas. Vuelve a mí, entra en ti, y
encontrarás descanso. Vives hacia fuera, quieres gozar todo, comprar
todo, pero estás insatisfecho. Vuelve a mí, entra en ti y te sentirás
saciado».
2. ATENTOS A LA PALABRA
117
acompañando nuestros pasos. Porque… ¿puede una madre olvidarse de su criatura,
no conmoverse por el hijo de sus entrañas?
• El verdadero rostro de Dios se nos ha dado a conocer en Jesucristo; El es el rostro
humano de Dios, es su manera humana de darse a conocer (Jn 5,17-30): un Dios que
es auténticamente PADRE. Cierra los ojos e intenta hacer una «lluvia de ideas
mental» con todas las connotaciones que te sugiere la palabra «padre» (no, no
creas… no es ninguna tontería).
• Quizás pueda ayudarte la siguiente historieta (instrucciones: no querer llegar aprisa
al final; tomarlo con calma, en dosis apropiadas y reflexionando para iluminar la
propia vida. De no ser así, no surtirá efecto):
3. CONECTANDO CON LA VIDA
118
119
• Haz un momento breve de oración invocando la luz del Espíritu.
• Ex 32,7-14; Jn 5,31-47.
• Lee con atención la lectura del libro del Éxodo. El pueblo de Israel se ha hecho un
«toro de metal» al que adorar, alejándose de Dios y rompiendo su alianza. De nuevo
la infidelidad del hombre que no actúa con «lealtad»

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