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Animales de sangre caliente

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Animales de sangre caliente:
Los animales de sangre caliente son aquellos que son capaces de mantener su temperatura corporal relativamente constante, independientemente de las condiciones del entorno en el que se encuentren. También se conocen como homeotermos pues conservan la homeostasis interna, es decir, el equilibrio térmico interior. En esto se diferencian de los animales de sangre fría, que dependen del entorno para calentarse o enfriarse.
A esta diferencia se la conoce como termorregulación. Es común, así, que los animales de sangre fría se expongan al sol para calentarse, por ejemplo, mientras que los animales de sangre caliente cuentan con sus propias estrategias fisiológicas y corporales para conservar el calor, como tiritar, sudar, expandir o contraer sus vasos sanguíneos, jadear, entre otras. Entre los animales de sangre caliente figuran los mamíferos y las aves, incluyendo al ser humano.
Sin embargo, cuando hablamos de animales de sangre caliente, nos referimos en realidad a tres aspectos distintos de la termorregulación, que presentan la mayoría de estos animales:
· Endotermia. Consiste en la capacidad de conservar la temperatura interna en una franja estable, gracias a dinámicas como el jadeo, la vasodilatación, el tiritar o la quema de grasas.
· Homeotermia. Consiste en el consumo de energía química procedente de los alimentos, para mantener la temperatura corporal bastante por encima de la temperatura del entorno.
· Taquimetabolismo. Consiste en la capacidad de mantener el metabolismo actuando a niveles altos (o sea, consumiendo mucha energía y produciendo mucho calor) a pesar de hallarse el animal en un estado de reposo. O sea, el metabolismo está siempre encendido.
Es importante entender que si bien tradicionalmente se clasificó a los animales entre aquellos de sangre fría y aquellos de sangre caliente, investigaciones contemporáneas han revelado que no se trata de una división simple y completa. En realidad, estas categorías operan como los extremos de un espectro en materia de termorregulación.
Es decir, los animales pueden contar con más o menos estrategias para adaptarse a los cambios de temperatura del ambiente: en algunos casos son estrategias corporales y en otros son estrategias ambientales, y en la mayoría una combinación de ambas cosas.
Características de los animales de sangre caliente
En general, los animales de sangre caliente se caracterizan por lo siguiente:
· Tienen metabolismos rápidos, siempre encendidos, que consumen gran cantidad de energía y generan mucho calor. Por esta razón, la temperatura corporal de estos animales supera normalmente la del entorno.
· Su temperatura corporal es independiente del entorno, es decir, pueden conservarse calientes en invierno, o en la ausencia de luz solar, o frescos bajo el sol del verano. Para esto disponen de mecanismos propios de su cuerpo (lo cual no quiere decir que no traten de proveerse también alivio variando las condiciones del entorno).
· Su mayor grado de actividad metabólica les permite tener órganos internos más complejos y de gran consumo energético (como cerebros) y por ende requieren de un suministro alimenticio más grande y continuo en comparación con los animales de sangre fría.
· Tienen una temperatura corporal constante, en una franja cercana a los 37 °C (para los mamíferos) y los 40 °C (para las aves). Esto significa que no se aletargan en el frío, como los animales de sangre fría, y que sus procesos fisiológicos se dan de manera óptima (respirar, digerir, etcétera).
Ejemplos de animales de sangre caliente
· Los perros y otros cánidos como la hiena o el chacal. Estos animales cuadrúpedos, tanto en sus especies domésticas como especies salvajes, son criaturas de sangre caliente que en situaciones de mucho calor corporal recurren a un jadeo característico, con la lengua afuera, para liberar vapor de agua y enfriarse.
· Los camellos y dromedarios. Estos camélidos son propios de climas áridos y calurosos, como los desiertos cálidos tropicales, y tienen un límite más alto de tolerancia al calor corporal que el resto de los mamíferos, para retrasar la sudoración y no perder fluidos vitales. Estas dinámicas les permiten soportar condiciones muy extremas, además, en la joroba tienen grandes reservas de grasa a las que pueden acudir en condiciones de frío.
· Los gatos y otros felinos como el león, el puma o el lince. Además de los rasgos de termorregulación que estos animales comparten con el resto de los mamíferos, los gatos tienen la capacidad de engrosar o adelgazar su pelaje dependiendo de las condiciones ambientales. Así, en épocas de frío, ganan pelo y facilitan la retención del calor corporal; mientras que en épocas de calor, pierden pelo para refrescar la superficie del cuerpo.
· Las ballenas. Estos mamíferos marinos de gran tamaño pueden sumergirse en las aguas profundas del océano por largos períodos de tiempo, gracias a su gran capacidad pulmonar y también a sus reservas de grasa que les permiten sostener el consumo energético de su metabolismo (y por lo tanto el calor corporal) a pesar de hallarse lejos del sol en aguas frías y oscuras.
Otros ejemplos de animales de sangre caliente son:
· Las gallinas y aves de corral.
· Los simios, macacos y monos.
· Las aves de rapiña y carroñeras, como el cóndor, el buitre, el halcón, entre otras.
· Los cerdos, las vacas, las ovejas y las cabras.
· Los antílopes, alces, venados y ciervos.
· Los rinocerontes, los elefantes y los hipopótamos.
· Los ñandúes, avestruces y aves no voladoras de gran tamaño.
· Las ratas, hámsters y roedores de todo tipo.
· Los búhos y otras aves nocturnas.
· Otros mamíferos acuáticos como la foca, el león marino, el delfín.

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