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312 BÁRBARA YOLANDA PADILLA FERNÁNDEZ Y GERARDO ALFONSO MÁRQUEZ SÁNCHEZ Exploración de la próstata Tacto rectal El paciente se debe colocar en posición de plegaria mahometana o en decúbito supino con los miembros inferiores flexionados sobre el ab- domen. Con la mano enguantada se introduce el dedo índice lubricado en el recto de forma suave con el cual habrá de determinarse: límites de la glándula, características de la superficie, consis- tencia, tamaño, movilidad, síntomas [3]. Límites: normalmente está bien delimitada en los bordes externos por dos surcos laterales discretos, presenta un surco medio longitudinal. En la hiperplasia prostática benigna (HPB) los surcos laterales son más nítidos y el surco medio desaparece a consecuencia del crecimiento de la glándula. En el cáncer de próstata los bordes son difusos y la glándula está mal limitada [3]. Superficie: lo normal es que sea lisa, algo con- vexa. También lo es en situaciones de prostatitis o HPB más si la superficie es nodular o multino- dular sospecharemos de cáncer de próstata [3]. Consistencia: si es normal será blanda y fir- me, similar a la consistencia de la eminencia te- nar con aposición del pulgar. En la prostatitis es blanda, poco firme y sin tono (similar a la de los labios abiertos). En la HPB es elástica como la de la punta de la nariz. En el cáncer se palpa dura similar al tacto de los arcos supraciliares [3]. Tamaño: la normal no sobrepasa los 4,5cm. El aumento de volumen puede clasificarse en grados: I donde está discretamente aumentada la convexidad de los lóbulos con surco medio mantenido con volumen estimado de 30 gramos; II: próstata aumentada de tamaño convexidad, y surcos laterales definidos, surco medio manteni- do con peso estimado de entre 30 y 50 gramos; III: glándula grande, cara posterior totalmente convexa sin surco medio y surcos laterales pro- fundos entre 50 y 80 gramos; IV: próstata muy grande, muy prominente en ampolla rectal, sin surco medio y surcos laterales profundos con un peso estimado de más de 80 gramos [3]. Movilidad: para estudiar la movilidad se des- plaza la glándula con la punta del índice en sen- tido craneocaudal y anteroposterior. La normal, infecciosa e hiperplásica son móviles, mientras que en el cáncer infiltrante es lo contrario [3]. Síntomas: sólo es dolorosa en los procesos in- fecciosos e inflamatorios [3]. 2.6. Exploraciones complementarias más frecuentes en urología Laboratorio PSA El antígeno prostático específico (PSA por sus siglas en inglés), su determinación en suero se utiliza para detectar el cáncer de próstata en una etapa temprana e intervenible. Aproximadamen- te dos tercios de los hombres con un nivel eleva- do de PSA pueden esperar un resultado positivo falso, lo que significa que no serán diagnosticados con cáncer de próstata.16 El 15% de los hombres con un nivel de PSA <4 ng/ml tienen cáncer de próstata de cualquier grado (falso negativo) [23]. El punto de corte en las cifras de PSA total es de 4 ng/ml en la población normal, y de 3 ng/ml en personas con antecedentes familiares de cán- cer prostático. Para la detección precoz del cáncer prostático en la población normal se solicita el PSA a partir de los 50 años y a partir de los 40 en personas con antecedentes familiares de cáncer de próstata. La densidad del PSA (PSAD) es el resultado de dividir la cifra de PSA en sangre por el peso de la próstata expresado en gramos lo cual aumenta la especificidad del PSA. Pacientes con PSAD > 0,15, tienen más posibilidades de cáncer de próstata y con PSAD < 0,15 menos posibilida- des de cáncer de próstata [3]. Aunque el PSA es uno de los más valiosos mar- cadores de cáncer, está lejos de ser perfecto. Esta prueba puede conducir a biopsias innecesarias y sobrediagnóstico y sobretratamiento de próstata clínicamente insignificante cáncer [23, 24]. Marcadores tumorales testiculares LDH, alfa-fetoproteína y β-hCG, proteínas producidas por las células del tumor y que son utilizadas en el diagnóstico y/o el seguimiento de la enfermedad. La β-HCG puede estar elevada en cualquier tipo de tumor de testículo (> 2UI/L), mientras que la alfa-fetoproteína (>10 ug/L) solo aumenta en los tumores no seminomatosos. La LDH se eleva (>480UI/L) en algunos pacientes con tumores de testículo, y deberá vigilarse su evolución durante el tratamiento. Estos marca- dores tumorales no aumentan en todos los pa- cientes con cáncer de testículo; ni tampoco cual- quier elevación de estas proteínas se corresponde inequívocamente con el hecho de tener un tumor germinal [3].
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