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1 Nefrología y urología (322)

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BÁRBARA YOLANDA PADILLA FERNÁNDEZ Y GERARDO ALFONSO MÁRQUEZ SÁNCHEZ
3.6. Vascularización
Presencia de vasos aberrantes, accesorios o 
múltiples. Aneurisma de la arteria renal en 0.1-
0.3 % de la población general (17), el 93% de 
tipo sacular lo que incluye todas las capas de la 
pared (aneurisma verdadero). La clínica viene 
dominada por la presencia de dolor, hematuria 
e hipertensión arterial. Se presume el diagnóstico 
cuando se palpa una masa pulsátil en la región 
del hilio renal o cuando se detecta un soplo en 
la auscultación abdominal. La ecografía Doppler 
color, angiografía renal y angioresonancia mag-
nética confirman el diagnóstico [1].
4. VÍA URINARIA SUPERIOR
4.1. Cálices
Hidrocáliz o megacáliz, consiste en la dilata-
ción aislada de un grupo calicial mayor. Puede ser 
debida a causas congénitas o adquiridas. La obs-
trucción extrínseca se debe al cruce vascular en el 
infundíbulo calicial (síndrome de Fraley) o existir 
una estenosis intrínseca del cuello calicial [16].
El cáliz más frecuentemente afectado es el su-
perior y habitualmente se trata de un descubri-
miento casual que no precisa tratamiento. Debe 
realizarse el diagnóstico diferencial con los diver-
tículos caliciales grandes. En caso de síntomas 
dolorosos puede tratarse quirúrgicamente a tra-
vés de una infundibuloplastia transinusal. Puede 
complicarse con la aparición de litiasis [1].
Divertículo calicial: Están constituidos por la 
presencia de una cavidad quística recubierta por 
epitelio transicional e incluida dentro del parén-
quima renal, comunicada con un cáliz a través de 
un estrecho conducto. Generalmente se localizan 
en los polos renales drenando en la copa calicial 
(divertículo tipo I) o directamente en la pelvis re-
nal (divertículo tipo II). La permanencia de orina 
en los divertículos puede dar lugar a litiasis [1].
El divertículo calicial congénito tiene una in-
cidencia de 4,5 por 1 000 y se atribuye a la per-
sistencia de pequeñas divisiones del brote ureteral 
de tercera o cuarta generación que no involucio-
nan [1].
Debe hacerse el diagnóstico diferencial con 
divertículos caliciales adquiridos y secundarios a 
abscesos corticales antiguos y drenados a través 
de un cáliz. La ecografía sugiere el diagnóstico, 
pero se confirma por ecografía Doppler color, TC 
y urografía por RM. Habitualmente no precisan 
tratamiento [1].
Megacaliosis: Agrandamiento no obstructivo 
de los cálices por malformación de las papilas re-
nales. Los cálices renales aparecen dilatados y en 
mayor número con una configuración afacetada 
y de mayor tamaño que en condiciones norma-
les. El cáliz adquiere esta morfología adaptativa al 
espacio vacío que ha dejado la falta de desarrollo 
de las pirámides renales. Predomina en varones 
con una relación 6:1 y sólo se ha observado en in-
dividuos de raza blanca. El compromiso unilate-
ral segmentario afecta únicamente a mujeres [1].
La pelvis renal es normal sin obstrucción y la 
función renal se encuentra conservada. Debe rea-
lizarse diagnóstico diferencial con los fenómenos 
obstructivos de la unión pieloureteral. Lo funda-
mental es que en esta circunstancia existe dilata-
ción sin obstrucción. Habitualmente no precisa 
tratamiento, sólo el de las complicaciones como 
la litiasis [1].
4.2. Pelvis renal
En condiciones normales la pelvis renal tiene 
forma ampular, en el 85% de las ocasiones. Se 
ramifica en los cálices mayores superior, medio e 
inferior, los cuales se subdividen a su vez en cá-
lices menores. Puede faltar la ramificación media 
o pueden llegar a observarse hasta seis ramifica-
ciones. Como variedades morfológicas normales 
podemos considerar a las pelvis bífidas (la pel-
vis aparece dividida en dos partes, con una sola 
unión pieloureteral y un solo uréter) o las pel-
vis extrarrenales con frecuencia asociadas a otras 
malformaciones renales como las malrotaciones 
y las ectopias las cuales sólo son de importancia 
clínica cuando hay alteración del drenaje [1].
4.3. Síndrome de la unión pieloureteral 
(SUPU)
Se define como la dilatación de la pelvis re-
nal y de los cálices, secundaria a un proceso obs-
tructivo funcional o anatómico congénito de la 
unión pieloureteral que impide parcialmente el 
paso de la orina [16].
	UROLOGÍA 
	CAPÍTULO 03. MALFORMACIONES CONGÉNITAS DEL APARATO URINARIO SUPERIOR
	4. VÍA URINARIA SUPERIOR

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