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342 BÁRBARA YOLANDA PADILLA FERNÁNDEZ Y GERARDO ALFONSO MÁRQUEZ SÁNCHEZ de estas cinco ramas se dirige hacia los lugares principales de la ectopia testicular: el periné, el conducto femoral, el saco inguinal superficial, el área suprapúbica y el escroto contralateral (la más infrecuente). La localización más frecuente es la llamada de Dennis-Browne por la que el testículo se localiza en un repliegue subcutáneo localizado por debajo de la fascia de Scarpa, sobre la apo- neurosis oblicua externa y situada por debajo y por fuera del anillo inguinal [28-30]. Se aconseja el tratamiento quirúrgico precoz (6 meses de edad), dado que después de esta edad el testículo rara vez desciende y para evitar el daño de la espermatogénesis por la posición extraescrotal [18, 31]. Agenesia testicular. Es la ausencia verdadera del testículo. Puede ser unilateral (monorquia, 4% de los testículos no descendidos) o bilateral (anorquia 1%). Más frecuente en el lado izquier- do [18, 28]. La causa etiológica posible más fre- cuente es la vascular representada por la torsión intraútero. Otras causas serían cualquier fallo du- rante el desarrollo embrionario de la gónada [30]. – Testículo evanescente o desaparecido o sín- drome de regresión testicular y se refiere a la desaparición de un testículo que previamente había existido. Es necesario identificar los va- sos gonadales, así como el deferente para po- der diagnosticar el testículo desaparecido. En el 4-20% de los casos existe un remanente tes- ticular al final del cordón espermático. Resul- ta difícil diferenciarlo de la agenesia testicular. Puede ser debido a una obstrucción vascular durante el descenso testicular [30]. – Testículo ascendido. Es aquel testículo que ha completado su descenso en los primeros meses después del nacimiento y posterior- mente asciende. Parece ser debido a un fallo en la regresión del conducto peritoneovaginal con elongación del deferente y de los vasos go- nadales [29, 30]. Anomalías asociadas a la criptorquidia Especialmente en las criptorquidias intrabdo- minales, las anomalías genitourinarias son más frecuentes que en la población normal. Pueden ser [29]: – Anomalías epididimarias, entre el 23-86% de los casos. – Hipospadias. – Persistencia del conducto peritoneo-vaginal, 50-63%, asociado o no a la presencia de una hernia inguinal indirecta. – Anomalías renales y de las vías urinarias (3% malformaciones mayores). – Escroto hipoplásico o alteraciones vasculares del cordón espermático. – Microgenitosomía (1%, investigar síndromes intersexuales). Histopatología [30]: – Defectos de la espermatogénesis (75% de to- dos los casos). – Cambios degenerativos en las células de Ley- dig y de Sertoli. – Disminución del diámetro tubular medio con distintos grados de degeneración tubular. – Presencia variable de fibrosis intersticial. Los cuadros patológicos pueden variar entre una hipoplasia germinal leve (20-30% de los ca- sos) hasta hipoplasias germinales moderadas o gra- ves en relación con la edad, uni o bilateralidad o la localización de los testes mal descendidos [28]. Las alteraciones histopatológicas se hacen evi- dentes entre el primer y segundo año en especial la hipoplasia de las células germinales. Estas alteracio- nes son más frecuente e importantes en los casos de bilateralidad y localización intrabdominal [28]. Por otra parte, no es bien conocido si las ano- malías histológicas observadas en el testículo no descendido son producidas por un defecto prima- rio o son consecuencia de la criptorquidia [28]. Diagnóstico La presentación clínica del testículo criptor- quídico puede adquirir diversas formas [28]: – Consulta por el paciente o sus familiares ante la ausencia de una o ambas gónadas. – Hallazgo fortuito en el curso de una explora- ción general. – Durante el estudio y tratamiento de una her- nia inguinal. – Torsión de un teste no descendido. – En la consulta de Andrología en el estudio por infertilidad (5-7% de los varones infértiles). – En el curso de estudios clínicos para encontrar el origen inicial neoplásico de una enferme- dad metastásica sistémica. La exploración clínica recorre la bolsa escrotal y la zona inguinal. Al mismo tiempo se exploran la posibilidad de otras anomalías acompañantes
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