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425 INFECCIONES ESPECÍFICAS: TUBERCULOSIS Y BRUCELOSIS GENITOURINARIA de un derivado proteico purificado de tuberculi- na (PPD-RT23) y se observa la reacción cutánea que se produce a las 48-72 horas. La positividad va a depender del diámetro de la induración, de si el paciente ha sido vacunado previamente y de su estado inmunológico fundamentalmente (Tabla 1). En casos dudosos puede realizarse técnicas in vitro del INF-γ [5]. Situación Infección TBC No vacunados con BCG ≥ 5 mm Vacunados con BCG, contactos íntimos o frecuentes de enfermos con baciloscopia positiva ≥ 5 mm Vacunados con BCG, contactos esporádicos y enfermos con baciloscopia positiva o contactos íntimos o frecuentes de enfermos con baciloscopia negativa ≥ 15 mm (entre 5 y 15) A más induración más posibilidad de infección Infectados por VIH u otros inmunodeprimidos Cualquier induración Virajes tuberculínicos durante el estudio de contactos ≥ 5 mm Tabla 1. Respuestas tuberculínicas indicativas de infección tuberculosa según diversas situaciones (Fuente [5]) Test de tuberculina tipo de contactos En el estudio convencional de contactos en tuberculosis existe una clasificación de los con- tactos según el sistema de los círculos concéntri- cos y el lugar de contacto. Aquí la misma [10, 11]: 1er círculo: Contacto íntimo: diario > 6 horas. 2do círculo: Contacto frecuente: diario < 6 horas. 3er círculo: Contacto esporádico: no diario. A través de este sistema se inicia la investiga- ción por los contactos de mayor riesgo (primer círculo) y se va ampliando el estudio hasta que la prevalencia de la infección encontrada sea la pre- vista en dicha población. Si se detecta un nuevo bacilífero entre los contactos, debe iniciarse otra vez, a partir de éste, el esquema de círculos con- céntricos [10, 11]. El sistemático y sedimento de orina es funda- mental para identificar la piuria estéril, para de- terminar si existe hematuria y para descartar otras patologías. El examen urinario se complementa con la realización de un cultivo en el medio espe- cífico de Löwenstein-Jensen y analizándolo pos- teriormente con la tinción de Ziehl-Nielsen para bacilos ácido-alcohol resistentes. En casos que se manifiesten como formas paucibacilares, extra- pulmonares o en pacientes con VIH podemos recurrir a la serología [5, 6]. Cuando se realizan estudios de posibles brotes en una comunidad, se desea diferenciar entre re- activación y reinfección o descartar posibles con- taminaciones, o si nos encontramos ante cepas multirresistentes podemos utilizar la amplifica- ción genómica mediante fragmentos de restric- ción de longitud polimórfica (RFLP) o reacción en cadena de la polimerasa (PCR) [5, 6]. Pruebas de imágenes En cuanto a las pruebas de imagen, es indis- pensable poseer una radiografía de tórax para descartar enfermedad pulmonar activa concomi- tante (en ocasiones es la que nos lleva a sospechar la enfermedad genitourinaria). También debe- mos realizar una radiografía simple de abdomen (puede ayudarnos a detectar un riñón mastic u otras calcificaciones patológicas, pero también descubrir un mal de Pott). La urografía intrave- nosa es útil para detectar anomalías caliciliares, alteraciones vesicales (microvejiga, retracciones de la unión uretero-vesical), hidronefrosis, calci- ficaciones y estenosis ureterales; puede sustituirse por la pielografía anterógrada o retrógrada. Ac- tualmente es casi obligatorio el estudio del apara- to urinario con ecografía y/o TAC, llegando in- cluso a sustituir a las pruebas anteriores. En casos seleccionados pueden ser útiles la cistoscopia y la ureteroscopia [12].
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