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1 Nefrología y urología (421)

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INFECCIONES ESPECÍFICAS: TUBERCULOSIS Y BRUCELOSIS GENITOURINARIA
de un derivado proteico purificado de tuberculi-
na (PPD-RT23) y se observa la reacción cutánea 
que se produce a las 48-72 horas. La positividad 
va a depender del diámetro de la induración, de si 
el paciente ha sido vacunado previamente y de su 
estado inmunológico fundamentalmente (Tabla 
1). En casos dudosos puede realizarse técnicas in 
vitro del INF-γ [5].
Situación Infección TBC
No vacunados con BCG ≥ 5 mm
Vacunados con BCG, contactos íntimos o frecuentes de enfermos con 
baciloscopia positiva ≥ 5 mm
Vacunados con BCG, contactos esporádicos y enfermos con baciloscopia 
positiva o contactos íntimos o frecuentes de enfermos con baciloscopia 
negativa
≥ 15 mm (entre 5 y 15)
A más induración más posibilidad de 
infección
Infectados por VIH u otros inmunodeprimidos Cualquier induración
Virajes tuberculínicos durante el estudio de contactos ≥ 5 mm
Tabla 1. Respuestas tuberculínicas indicativas de infección tuberculosa según diversas situaciones (Fuente [5])
Test de tuberculina tipo de contactos
En el estudio convencional de contactos en 
tuberculosis existe una clasificación de los con-
tactos según el sistema de los círculos concéntri-
cos y el lugar de contacto. Aquí la misma [10, 
11]:
1er círculo: Contacto íntimo: diario > 6 horas.
2do círculo: Contacto frecuente: diario < 6 
horas.
3er círculo: Contacto esporádico: no diario.
A través de este sistema se inicia la investiga-
ción por los contactos de mayor riesgo (primer 
círculo) y se va ampliando el estudio hasta que la 
prevalencia de la infección encontrada sea la pre-
vista en dicha población. Si se detecta un nuevo 
bacilífero entre los contactos, debe iniciarse otra 
vez, a partir de éste, el esquema de círculos con-
céntricos [10, 11].
El sistemático y sedimento de orina es funda-
mental para identificar la piuria estéril, para de-
terminar si existe hematuria y para descartar otras 
patologías. El examen urinario se complementa 
con la realización de un cultivo en el medio espe-
cífico de Löwenstein-Jensen y analizándolo pos-
teriormente con la tinción de Ziehl-Nielsen para 
bacilos ácido-alcohol resistentes. En casos que se 
manifiesten como formas paucibacilares, extra-
pulmonares o en pacientes con VIH podemos 
recurrir a la serología [5, 6].
Cuando se realizan estudios de posibles brotes 
en una comunidad, se desea diferenciar entre re-
activación y reinfección o descartar posibles con-
taminaciones, o si nos encontramos ante cepas 
multirresistentes podemos utilizar la amplifica-
ción genómica mediante fragmentos de restric-
ción de longitud polimórfica (RFLP) o reacción 
en cadena de la polimerasa (PCR) [5, 6].
Pruebas de imágenes
En cuanto a las pruebas de imagen, es indis-
pensable poseer una radiografía de tórax para 
descartar enfermedad pulmonar activa concomi-
tante (en ocasiones es la que nos lleva a sospechar 
la enfermedad genitourinaria). También debe-
mos realizar una radiografía simple de abdomen 
(puede ayudarnos a detectar un riñón mastic u 
otras calcificaciones patológicas, pero también 
descubrir un mal de Pott). La urografía intrave-
nosa es útil para detectar anomalías caliciliares, 
alteraciones vesicales (microvejiga, retracciones 
de la unión uretero-vesical), hidronefrosis, calci-
ficaciones y estenosis ureterales; puede sustituirse 
por la pielografía anterógrada o retrógrada. Ac-
tualmente es casi obligatorio el estudio del apara-
to urinario con ecografía y/o TAC, llegando in-
cluso a sustituir a las pruebas anteriores. En casos 
seleccionados pueden ser útiles la cistoscopia y la 
ureteroscopia [12].

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