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485 HIPERPLASIA BENIGNA DE PRÓSTATA En la actualidad no hay un consenso univer- salmente aceptado sobre la definición de hiper- plasia benigna de próstata (HBP), aunque desde un punto de vista conceptual puede definirse si- guiendo criterios histopatológicos y/o valorando criterios de sintomatología, el volumen prostático y la obstrucción a la salida del flujo vesical. En la 5ta reunión sobre HBP patrocinada por la Orga- nización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional frente al Cáncer (Paris 2000) se puso de manifiesto la necesidad de establecer las definiciones de HBP y los síntomas del tracto urinario inferior (STUI). En ella de indico la im- portancia de definir unos criterios que sirviesen para determinar su grado de gravedad, conocer su etiología y desarrollar modelos de prevención [9]. 2.2. Epidemiología La prevalencia varía según el país de estudio, sin embargo, en todos se aprecia un aumento con la edad. La prevalencia general es de 12-25% para los síntomas moderados y del 2-6% para los graves [10]. En España se ha comunicado una prevalencia de 4.5% en la cuarta década y 8.7% a partir de la séptima década, en base a la definición de HBP utilizando tres parámetros para realizar el estudio epidemiológico: Puntuación IPSS (International Prostate Symptom Score) >7, flujo máximo inferior a 15 ml/s y volumen prostático mayor de 30 cc [4]. La HBP es un problema relacionado con el envejecimiento y su prevalencia histológica es de aproximadamente el 10% en los hombres de 30 a 40 años, del 20% en los 40 a 50, del 50 al 60 % en los de los 60 a 70 años, y del 80 al 90 % en los de más de 70 %. El volumen prostático aumen- ta con la edad. En el estudio de Omstad el volu- men prostático mediano fue de 21, 27, 32 y 34 ml en la 5.a, 6.a, 7.a, y 8.a décadas respectivamente. Este estudio observó un aumento medio anual de 1,6% del volumen prostático. La velocidad de cre- cimiento variaba mucho de individuo a otro, pero los pacientes con volúmenes iníciales mayores ten- dían a experimentar un crecimiento más rápido. Se han encontrado grandes variaciones geográficas en cuanto al tamaño prostático. Diversos estudios muestran tamaños significativamente menores en los hombres japoneses, chinos e indios en compa- ración con los estadounidenses o australianos [11]. 2.3. Fisiopatología y etiología Existen 2 teorías sobre la patogenia de la HBP: – Teoría hormonal: En edades avanzadas se produce un aumento de la DHT en la próstata, este andrógeno procede de la testosterona, al ser metabolizada por la 5 alfa reductasa. Existen 2 tipos de 5 alfa reductasa: Tipo 1 que predomina en los tejidos extraprostáticos y la tipo 2 que pre- domina a nivel prostático. La DHT favorece la formación de factores de crecimiento involucra- dos en el crecimiento prostático [12]. – Teoría estromal: La HBP se produce por una alteración del equilibrio entre la prolifera- ción de las células y la apoptosis de las mismas [4]. Secundariamente, la HBP acaba produciendo trastornos en la vejiga: El crecimiento de la prós- tata puede obstruir el flujo de orina de la vejiga, lo cual lleva a inestabilidad del músculo detrusor, con sensación de vaciado incompleto, infección del tracto urinario, retención aguda de orina (RAO). Si la obstrucción continúa, conduce a una disminución de la capacidad contráctil del músculo detrusor, lo cual lleva a un vaciado in- completo. Puede aparecer extrema dificultad para iniciar la micción, unida a un flujo urinario muy débil. Por lo tanto, para establecerse el cuadro de HBP, se tienen en cuenta 3 factores, enunciados por Hald en su modelo (Figura 1): Sintomatolo- gía (TUB), tamaño prostático (volumen) y grado de obstrucción [5]. Figura 1. Diagrama de Hald RPM: Residuo postmic- cional. IPSS: índice internacional de síntomas prostá- ticos (Fuente [5])
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