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542 CRISTINA SALVATIERRA PÉREZ Y ALEJANDRO MARTÍN PARADA Son factores de riesgo que pueden contrain- dicar la cirugía laparoscópica las enfermedades cardiopulmonares severas, coagulopatías no con- troladas, accidentes cerebrovasculares o cardio- vasculares recientes y trombosis venosa profunda reciente [37]. El tiempo quirúrgico es variable según las se- ries, oscilando en general entre 2,3 y 5,5 horas. Desde el punto de vista oncológico no existen di- ferencias entre la cirugía laparoscópica y la abier- ta, con supervivencias a los 5 años de 92 y 91% respectivamente [37]. Figura 5. Técnica transperitoneal: El paciente se coloca en decúbito lateral o posición oblicua a 45º. Los trócares se colocan en disposición romboidea. El primero de 12 mm se va a situar a nivel del borde de los músculos rectos del abdomen. Este trócar se puede colocar de forma abierta o mediante la punción directa. Se coloca el laparoscopio y se procede a la colocación del segundo trócar de 12 mm en la misma horizontal, sobre la línea axilar anterior o ligeramente más lateral. Los trócares de 5 mm se colocan sobre la línea media axilar anterior, uno a 2 cm de la espina ilíaca anterosuperior y otro a 2 cm por debajo del reborde costal (Fuente: Archivo personal Dr. Alejandro Martín Parada, Urólogo en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Salamanca 37007, España). Nefrectomía parcial La primera nefrectomía parcial fue realizada por Winfield en 1992, en una paciente con un diver- tículo con litiasis. Con el aumento en el diagnós- tico de tumores renales de forma incidental y en estadios tempranos, el número de casos susceptible de ser sometido a cirugía conservadora renal es cada vez mayor [38]. Sin embargo, la nefrectomía parcial laparoscópica no ha tenido una aceptación tan rápida como la nefrectomía radical, debido a la complejidad técnica de la misma, principalmente en la manera de asegurar la hemostasia [38].
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