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12 Traumatismos cerrados más frecuentes en el niño incluso una muesca, o, en casos más graves, la retracción del músculo. La equimosis superficial es inconstante. El tratamiento médico es la base, siendo el tratamiento quirúrgico solo reservado para desinserciones graves o síndromes compartimentales, afortunadamente excepcionales. El tratamiento va encaminado a reducir la cicatriz fibrosa y reorganizar el tejido de sostén que permita reorientar las fibras musculares. Los primeros 3 a 5 días en reposo, hielo, compresión elástica para evitar progresión del hematoma y an- tiálgicos orales, ya que no está indicado el masaje por favorecer el sangrado. Del 5.º al 10.º día se comienza por apoyo parcial, inicio de contracciones estáticas, continuando con la compresión elástica y el frío. Del 10.º al 21.º día apoyo completo, estiramientos suaves, ya estando indicados masajes superficiales, antiinflamatorios tópicos (AINE, Traumeel S®) y fisioterapia. A partir del día 21.º se inicia la fase de recuperación con ejercicios aeróbicos, acentuando la actividad muscular. En roturas graves de cuádriceps puede precisar de hasta 6 semanas de reposo deportivo para evitar la progresión del hematoma y la formación de miositis osificante de difícil tratamiento, que incluso en ocasiones, por sus imágenes radiológicas, hacen preciso un diagnóstico diferencial con osteosarcomas o sarcoma de Ewing. TRAUMATISMOS ARTICULARES Los traumatismos articulares se producen por fuerzas indirectas que hacen perder la continuidad articular, pero recuperándola posteriormente la mayor parte de las veces, recayendo la tensión sobre las estructuras que la forman, como son la cápsula articular y los ligamentos, que refuerzan y estabilizan esta cápsula y que están generalmente colocados en posiciones colaterales. Dependiendo de la intensidad del traumatismo, se producen artritis postraumá- ticas con integridad capsuloligamentosas, esguinces leves de los ligamentos con distensión, esguinces moderados con rupturas parciales o graves, con ruptura completa de la cápsula y de los ligamentos que la estabilizan. En el caso de una luxación articular se pierde el contacto sin recuperarlo y para ello deben verse afectados los estabilizantes de una articulación: la integridad de la cápsula y sus ligamentos, por una parte, y los contornos recíprocos de las superficies ar- ticulares (fractura-luxación), por otra. En el niño, las estructuras capsuloligamen- tosas son elásticas, pudiendo alcanzar límites articulares muy amplios. Además, estas estructuras son más fuertes y resistentes que la fisis de crecimiento, por
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