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Virología Médica 21 cubiertas proteicas. El ensamblaje viral es ineficiente, produciéndose además partículas virales aberrantes, no-infectivas. El proceso de maduración es asincrónico y los virus ya maduros permanecen asociados a la célula huésped hasta que ésta se lisa, liberando miles de partículas virales, las cuales inician nuevos ciclos infectivos en las células vecinas. La maduración de los virus RNA suele ocurrir en el citoplasma, realizándose con relativa rapidez a partir del material viral sintetizado. En el virus de la poliomielitis, se sabe que primero se ensamblan 2 de los 4 polipéptidos capsulares, con un tercer polipéptido, precursor de los otros 2 restantes, formándose una procápsula. Posteriormente el RNA viral, al asociarse a la procápsula, desencadena la ruptura del precursor, originando a los 2 polipéptidos que faltaban para completar la dotación de cada capsómero, y al hacerlo se forma el virión completo. Los viriones formados se acumulan por corto tiempo intracelularmente. LIBERACIÓN La forma en que los virus salen de las células infectadas depende del tipo de virus. Los virus DNA desnudos, por ensamblarse en el núcleo, no alcanzan la superficie celular con facilidad, se acumulan por algún tiempo dentro de la célula, siendo liberados por lisis o destrucción celular. Los virus RNA sin manto se ensamblan en el citoplasma, liberándose en forma sincrónica por lisis celular, que es llevada a cabo por las enzimas hidrolíticas lisosomales. Durante la infección con virus líticos, la membrana lisosomal se torna en una primera etapa más permeable, siendo finalmente destruida, vaciando entonces su contenido enzimático. Los virus que poseen manto, ya sea DNA o RNA, adquieren esta envoltura por el proceso de yemación. En este proceso interactúa la nucleocápsula con las proteínas del manto viral, las que se han acumulado a nivel de las membranas de la célula. Los virus influenza, parainfluenza y otros, maduran en la membrana citoplasmática; los herpes lo hacen en la membrana nuclear. Al microscopio electrónico se observa que la membrana citoplasmática “yema” en ciertas zonas, formándose una esfera o yema que rodea la nucleocápsula, de modo que ésta sale envuelta con la membrana celular a la que ya están adosadas las proteínas del manto viral. La yemación es, por lo tanto, un proceso inverso al de la viropexia. Las proteínas del manto viral son codificadas por el virus, mientras que los lípidos son similares a los de la célula huésped; hasta ahora, todas las evidencias señalan que éstos son proporcionados por la célula. Los carbohidratos del manto se unen por glicosilación a las proteínas del manto, formándose glicoproteínas que se acumulan en las membranas celulares. Para la formación de estas glicoproteínas se utilizan los sistemas enzimáticos glicosilantes de la célula huésped. Los componentes lipídicos del manto se adquieren durante la yemación misma, de modo que la composición lipídica del manto refleja la de la membrana celular. Luego, si un mismo virus se hace crecer en dos células diferentes tendrá diferentes lípidos en su manto. El proceso de yemación es relativamente selectivo, debido a que en éste no se adquieren normalmente otros elementos propios de la membrana celular, como proteínas. Los virus con manto son liberados a medida que se producen; los virus influenza salen de la célula a medida que yeman desde la membrana citoplasmática. Algunos arbovirus yeman en vacuolas intracitoplasmáticas y su
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