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A m en o r r ea pr im ar ia y sec u n d a r ia . M a n e jo 66 Konstantinos Tserotas El problema de la amenorrea intriga al clínico y desespera a la paciente y sus familiares. La mayoría de las veces es un evento sencillo que con sólo realizar la historia clínica y examen físico completo, junto a la evaluación metódica, nos llevará al diagnóstico. Si realizamos esto, gran parte de los diagnósticos podrán ser identificados por el médico de atención primaria y manejados correctamente. El algoritmo con el que se trabajará no es nuevo y a lo largo de los años ha tenido excelentes resultados. La amenorrea se define como: 1. Falta de menstruación y de características sexuales se cundarias a los 14 años de edad. 2. Falta de menstruación a los 16 años a pesar de la pre sencia de caracteres sexuales secundarios. 3. Falta de menstruación en una mujer con menstruacio nes previas equivalentes a por lo menos 3 ciclos o 6 me ses en total (1, 2). Amenorrea primaria: paciente que nunca ha menstruado (puntos 1 y 2) Amenorrea secundaria: paciente con menstruaciones previas a la falta de ésta (punto 3). La adherencia a estas definiciones es buena pero no po demos pasar por alto la evaluación de la paciente. Si ella presenta características de síndrome de Turner a los 13 años, se debe evaluar y no pedirle que regrese después sólo por los parámetros estrictos de la definición. Para tener una menstruación debemos tener integridad anatómica y hormonal (figura 1). La anatómica consiste en la secuencia que lleva a la salida del flujo menstrual (úte- ro-endometrio-canal cervical-vagina-introito). La hormonal es más compleja e incluye regulación del sistema nervioso central, hipotálamo, hipófisis, ovario y útero a través de las hormonas liberadora de gonadotropinas (GnRH), folículo estimulante (FSH), luteinizante (LH), estrógeno (E) y pro gesterona (P). Mediante los estímulos ambientales y niveles superiores del sistema nervioso central (SNC) se estimula al hipotálamo y produce GnRH. Esta hormona estimula la hipófisis anterior que produce FSH y LH y éstas al ovario para la producción del E y P. La integridad hormonal lleva a la ovulación y al desarrollo endometrial. Al caer la pro ducción de P por el cuerpo lúteo del ovario, el endometrio se descama en forma de menstruación. El sistema es regu lado por complejos mecanismos que integran información bioquímica y biofísica compuesta de niveles interactivos de señales hormonales, factores autocrinos/paracrinos y reac ciones de las células blanco. Si dividimos estas relaciones lo podemos hacer así: Compartimiento I: desórdenes en la salida y/o útero como órgano blanco Compartimiento II: desórdenes del ovario Compartimiento III: desórdenes de la hipófisis anterior Compartimiento IV: desórdenes del sistema nervioso central. Al iniciar una evaluación debemos realizar una historia clínica y examen físico detallados. Estos son importantes en la búsqueda de: evidencia de disfunción sicológica o estrés emocional, historia familiar de anomalías genéticas aparentes, signos de problemas físicos con énfasis en el estado nutricional, crecimiento y desarrollo anormales, la presencia de un tracto reproductivo anormal y evidencia de enfermedades del SNC. Luego de esto la paciente es so metida al escrutinio del flujograma que se presenta (figura 2). Un signo importante es la galactorrea ya que muchas veces acompaña a la amenorrea y parte de su evaluación es similar. Esta secreción por el pezón proviene de varias aberturas de los conductos y no de uno solo como en los casos de patología mamaria. Paso 1 La evaluación inicia descartando un embarazo, con las prue bas de las hormonas estimuladoras de la tiroides (TSH), pro lactina (Prl) y una prueba de deprivación con progesterona. Si tenemos galactorrea le agregamos a las pruebas hormo nales una evaluación radiológica dirigida a la silla turca. El hipotiroidismo primario se debe a la disminución de la dopamina que lleva a un aumento de la hormona liberadora de tirotropina (TRH) y ésta, estimula a las células hipofisa- rias productoras de Prl. El propósito de la prueba de deprivación con progesterona es evaluar los niveles endógenos del estrógeno y la compe tencia del tracto de salida del flujo menstrual. Esto se logra con la administración de un progestágeno sin actividad estro- GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS ------------------------------------------------------ r Figura 1. Eje de control hormonal. génica. Las tres opciones más aceptadas son la progesterona parenteral en aceite (200 mg), progesterona oral micronizada (300 mg) o el acetato de medroxiprogesterona (AMP) 10 mg por 5 días. El uso de la dosis oral de AMP es más cómoda que la inyección intramuscular (dolorosa) y que la micronizada. Los anticonceptivos orales (ACO' s) deben evitarse al no po seer un efecto puramente progestacional (1). Entre 2-7 días después de la última dosis del progestá- geno la paciente sangrará o no. Si sangra, el diagnóstico es anovulación. Entonces la presencia de un tracto de salida funcional y un útero cubierto de un endometrio reactivo, suficientemente estimulado por el estrógeno, ha sido con firmada. Con la demostración de la presencia del estrógeno, una mínima función del ovario, hipófisis y del SNC se co rroboran. Si no tenemos galactorrea, y con niveles normales de Prl y TSH, mayores evaluaciones son innecesarias. ¿Cuánto sangrado es una respuesta positiva a la prueba de deprivación con progesterona? Un sangrado más allá de unas pocas gotas se considera positivo. Las pocas gotas ameritan seguimiento porque esta respuesta puede negati- vizarse y entraría en una categoría diferente. Hay 2 situaciones, que aunque raras, pueden dar una respuesta a la deprivación negativa, a pesar de adecuados niveles de estrógenos. En ambos casos el endometrio está 452 PARTE IV 6 6 / AMENORREA PRIMARIA Y SECUNDARIA. MANEJO Figura 2. Evaluación de la amenorrea. decidualizado y no se podrá descamar luego del uso de pro- gestágenos externos. Primero, se observa en los casos con andrógenos altos, debido a una anovulación (síndrome de ovarios poliquísticos) y segundo, por altos niveles de pro gesterona (problemas enzimáticos adrenales). Todas las pacientes anovulatorias ameritan tratamien to, debido al corto período de transición de un endometrio normal a la hiperplasia, luego a las atipias y finalmente, al cáncer de endometrio. Tradicionalmente, se conside ra como un problema de pacientes de mayor edad pero la estimulación constante del estrógeno, sin la oposición progestacional, puede llevar a cáncer de endometrio a una paciente relativamente joven. La terapia consta de la ad ministración cíclica de un agente progestacional. Esto pue de realizarse con acetato de medroxiprogesterona 10 mg orales por 10 días al mes, generalmente los primeros 10 días del mes. Menos de 10 días no garantiza la eliminación total del endometrio en el ciclo tratado. Si se desea protec ción contraceptiva se utilizan los ACO's de baja dosis de la forma usual. Si la paciente no responde a la deprivación progestacional (y no está embarazada) entonces pasa a la categoría de falta de sangrado por deprivación. Si la Prl es normal no hay que realizar más investigacio nes. Hay que considerar los casos raros que presentan una GINECOLOGÍA 453 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T producción de Prl ectópica: la presencia de tejido hipofisa- rio en faringe, carcinoma broncogénico, carcinoma de célu las renales, gonadoblastoma y amenorrea con hiperprolac- tinemia debido a un prolactinoma en la pared de un quiste dermoide ovárico o teratoma (3). Paso 2 Si la prueba de deprivación progestacional es negativa esto nos indica que el tracto de salida del flujo menstrual tiene problemas o el endometrio no ha sido proliferado por el es trógeno. Esto se indaga administrando estrógeno para lue go provocar la deprivación. Serealiza mediante la adminis tración de estrógenos conjugados 1,25 mg o estradiol 2 mg vía oral diario por 21 días y se le agrega 10 mg de AMP los últimos 5 días. De esta forma vemos si el compartimento I está íntegro. Si no tenemos sangrado una segunda ronda de hormonoterapia es saludable antes de dar un diagnóstico. La respuesta es sangrar o no. Si tenemos sangrado el com partimento I está íntegro y lo que nos falta es un adecuado estímulo con estrógeno. Si no tenemos sangrado, entonces el problema radica en el endometrio o en el tracto de salida. Los problemas del tracto de salida ocurren por una destruc ción del endometrio (curetaje vigoroso o infección) o por amenorrea primaria asociado a problemas en el desarrollo del conducto de Müller. Paso 3 Hasta aquí hemos visto que la paciente no puede produ cir adecuados niveles de estrógeno que estimulen al endo metrio. Para producir estrógeno, el ovario debe contener adecuados folículos y recibir estímulos suficientes de las gonadotropinas hipofisarias. Este paso pone a prueba estos 2 componentes mediante la medición de los niveles de go nadotropinas (FSH y LH). Hay que considerar una pausa de 2 semanas luego del paso 2 porque los niveles de gona dotropinas pueden alterarse con la administración exógena de estrógeno. Si la LH es alta y la paciente no menstrua dos semanas después del examen se considera la prueba altera da, si menstrua 2 semanas después, el aumento de la LH se debió a una ovulación. Este paso evalúa los folículos (compartimento II) y al eje SNC-hipófisis (compartimento III y IV). Los resultados pue den ser normales, altos o bajos. Los niveles normales de go nadotropinas son (1): Estado clínico FSH sérica LH sérica Mujer adulta normal 5-20 UI/L con pico ovulatorio 2x sobre la basal 5-20 UI/L con pico ovulatorio 3x sobre la basal Hipogonadotropismo: prepúber, disfunción hipotálamica o hipo- fisaria Menos de 5UI/L Menos de 5UI/L Hipergonadotropismo: Postmenopausia, cas tración o falla ovárica Mayor de 20UI/L Mayor de 40UI/L G o n a d o t r o p in a s a l t a s : HIPERGONADOTROPISMO Las implicaciones del hipergonadotropismo son importan tes y hay que repetir estas evaluaciones con algunos meses de diferencia para darle continuidad y no quedar engaña dos por estados transitorios. La posibilidad de los estados de postmenopausia, castración o ausencia de folículos ová- ricos es muy confiable con el hipergonadotropismo. Hay raros casos que hay que tener en cuenta: 1. Amenorrea secundaria por falla ovárica prematura puede ser por enfermedad autoinmune (4), y el meca nismo de la resistencia a las gonadotropinas es desco nocido. Hay que considerar patología tiroidea en la in vestigación que incluya anticuerpos antitiroideos. Otras patologías asociadas son la miastenia gravis, púrpura trombocitopénica autoinmune, artritis reumatoidea, vitiligo y la anemia hemolítica autoinmune. También puede preceder a la falla adrenal. Existe un raro sín drome poliglandular autoinmune que debemos tener en cuenta que incluye amenorrea, hipoparatiroidismo, insuficiencia adrenal, tiroiditis y moniliasis. 2. Aumento de la FSH en la perimenopausia y hay que considerar que este aumento no es definitivo y puede haber un embarazo. 3. Deficiencias únicas de gonadotropinas, FSH o LH, una alta y la otra normal o baja. Muy raro (5). 4. Adenom a hipofisario productor de gonadotropi nas. No están asociados a am enorrea y son difíciles de diagnosticar. 5. Tumores productores de gonadotropinas (cáncer de pulmón), muy raro. 6 . Síndrome del ovario no sensible es raro, consiste en amenorrea en una paciente con crecimiento y desarro llo normal y gonadotropinas elevadas a pesar de poseer folículos ováricos. 7. Galactosemia es un desorden autosómico recesivo y sus metabolitos son tóxicos a las oogonias, llevando a una falla ovárica prematura irreversible. 8 . Deficiencias enzimáticas específicas. Deficiencia de la 17- hidroxilasa (ovárica y adrenal) que se presenta con ausencia del desarrollo sexual secundario (no hay este- roidogénesis), junto a hipertensión, hipocalemia y altos niveles séricos de progesterona. Toda paciente con menos de 30 años de edad que se le asigne el diagnóstico de falla ovárica con base al hipergo nadotropismo debe ser evaluada mediante cariotipo. La presencia de un mosaico con la aparición del cromosoma Y requiere la escisión del tejido gonadal por la probable pre sencia de tejido testicular que degenera en tumores malig nos. Son tumores germinativos y altamente malignos: go- nadoblastomas, disgerminomas, tumores del saco vitelino y coriocarcinoma. Generalmente aparecen antes de los 20 años, pero algunos aparecen entre los 20-30 (6). Ya después de los 30 años se considera que es una menopausia prema tura y el cariotipo es innecesario. 454 PARTE IV 6 6 / AMENORREA PRIMARIA Y SECUNDARIA. MANEJO T En cuanto a la falla ovárica prematura, se puede consi derar que el futuro reproductivo es nulo y habría que con siderar la donación de óvulos. Hay un pequeño grupo de pacientes (hasta 10% en algunas publicaciones) (7) que reco bran sus ciclos menstruales unos espontáneamente y otros, luego de terapia estrogénica de reemplazo, probablemente a través de la activación de la formación de receptores folicu lares. Incluso existen reportes ocasionales de embarazos en estas pacientes. Con relación a las enfermedades autoinmu- nes que pueden estar asociadas a la falla ovárica prematura, sólo la investigación por hipotiroidismo es recomendable, si clínicamente no hay otra indicación. G o n a d o t r o p in a s n o r m a l e s : EUGONADOTROPISMO Las pacientes amenorreicas eugonadotrópicas con una prue ba de deprivación progestacional negativa son raras. Estos niveles normales de gonadotropinas son biológicamente in activos al tener defectos cualitativos en su génesis. Los mé todos de laboratorio pueden detectar una buena parte de su configuración y los resultados aparecen como normales. Se considera este hallazgo como una falla del SNC-hipófisis. G o n a d o t r o p in a s b a j a s : HIPOGONADOTROPISMO Cuando tenemos este hallazgo tenemos que identificar entre las causas hipofisarias (Compartimento III) y las del SNC- hipotálamo (Compartimento IV). Esto se realiza mediante la evaluación por imágenes de la silla turca. Se puede realizar con la tomografía computada (TC) con medio de contraste o la resonancia magnética nuclear (RMN), aunque más cara tie ne la ventaja de evaluar las extensiones extraselares y la silla turca vacía sin los problemas del uso de medio de contraste. Si la paciente en el paso 1 presenta amenorrea con galac torrea, se realiza una placa de RX de cráneo con visualiza- ción específica de la silla turca; éste es un método de tamiza je bueno. Si lo combinamos con los niveles de Prl podremos identificar aquellas pocas pacientes que ameriten estudios más sofisticados (TC o RMN). Se ha tomado como corte el nivel de 100 ng/ mL de Prl ya que la mayoría de los tumo res más grandes y agresivos están por encima de este valor. Los microadenomas (tumores menores de 10 mm), en líneas generales, no aumentarán de tamaño y su manejo puede ser conservador. El uso de agonistas dopaminérgicos está indicado sólo en aquellos tumores productores de Prl que presentan rápido crecimiento y se reserva la cirugía a los que no responden a terapia médica. El uso crónico de los agonistas dopaminérgicos no ha demostrado la completa desaparición del problema (supresión permanente de la hi- perprolactinemia o eliminación del tumor). En las autopsias se ha identificado la presencia de microadenomas (9-27%) sin mayores implicaciones clínicas y esto nos lleva a consi derar el manejo expectante ya que la mayoría son inactivos. Se puede considerar el manejo expectante como posibilidad y la intervención para los casos de infertilidad (8). C a u s a s p o r c o m p a r t im ie n t o s Compartimiento I: desórdenes del tracto de salidao el útero 1. Síndrome de Asherman: se presenta como amenorrea secundaria posterior a la destrucción del endometrio mediante un curetaje posparto vigoroso o por endome tritis postaborto. Se puede diagnosticar por histerosal- pingografía o histeroscopia con la presencia de peque ñas sinequias intrauterinas hasta la ablación casi total de la cavidad uterina. Puede estar asociado a abortos, dismenorrea e hipomenorrea. También hay que consi derarla en casos de infecciones severas con la presencia de un dispositivo intrauterino (DIU) y algunos casos de tuberculosis uterina. El manejo de la lisis de las adhe rencias por histeroscopia aparentemente es superior a la lisis a ciegas por legrado uterino con cureta. Luego de la cirugía histeroscópica se administran altas dosis de estrógenos conjugados (2,5 mg diarios VO) por 30 días y 10 mg de acetato de medroxiprogesterona los últimos 10 días para inducir sangrado por deprivación. Si más del 25% de la cavidad ha sido liberada entonces hay que colocar una sonda Foley número 8, instilar 3-3,5 mL de solución en el balón y dejarla por 7 días para evitar que se adhieran las superficies cruentas. La menstruación retorna en el 90% de las pacientes y los embarazos a tér mino se logran en 79,7% de los casos, pero se complican con frecuencia con labor prematura, placenta acreta, placenta previa y hemorragia posparto (9). 2. Anomalías müllerianas: en las amenorreas primarias las pacientes deben ser evaluadas por trastornos en el desarrollo del conducto de Müller, como himen imper forado, obliteración del orificio vaginal, y obstrucción del canal vaginal. El cérvix o el útero pueden estar au sentes, o la cavidad uterina ausente y si está presente, el endometrio puede faltar. Si el problema es obstructivo, a la amenorrea se le agrega la dolorosa distensión por hematocolpos, hematometra o hematoperitoneo. Esto debe ser evaluado por inspección directa. La RMN nos puede delinear adecuadamente la anormalidad anató mica para planear con precisión el procedimiento qui rúrgico correctivo (10). 3. Agenesia mülleriana: conocido como el síndrome de Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser y lo observamos en una paciente con amenorrea primaria y falta de vagi na. Su incidencia es de V4.OOO niñas nacidas y es la se gunda amenorrea primaria en frecuencia después de la disgenesia gonadal. Puede existir la ausencia completa de vagina, cérvix, útero y oviductos y en algunos casos alguna de estas estructuras puede estar presente de for ma hipotrófica. Los ovarios son normales al igual que el crecimiento y desarrollo. Es necesario un cariotipo para descartar otras patologías. Debe realizarse el diagnósti co de las estructuras internas por RMN, la laparoscopia no da mayores beneficios y hay que evaluar la anatomía renal mediante un pielograma intravenoso (11). El 12% de las pacientes pueden tener anormalidades esque léticas (columna, ausencia de dedos y sindactilia). Su manejo es expectante y quirúrgico. Hay varias técnicas GINECOLOGÍA 455 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T destinadas a la formación de una vagina. Si el proble ma es obstructivo y hay algo de menstruación, se abre el septo vaginal tranverso, si es el caso, o se extirpa el útero si tenemos un cérvix atrófico. Hay que dar mucho apoyo a estas pacientes, que tienen un desarrollo corpo ral y caracteres sexuales secundarios normales. Debido a su anormalidad anatómica su posibilidad de fertili dad es mediante una madre surrogada utilizando sus propios óvulos. 4. Insensibilidad a los andrógenos (feminización tes ticular): este diagnóstico se observa en pacientes con amenorrea primaria, un canal vaginal con fondo ciego y ausencia de útero. Es la tercera causa más común de amenorrea primaria después de la disgenesia gonadal y la agenesia mülleriana. Este paciente es un seudoher- mafrodita masculino. Toda amenorrea primaria nece sita un cariotipo y estos pacientes son 46, XY y tienen testículos. Seudohermafrodita porque presenta feno- típicamente un sexo diferente al gonadal (12). El pro blema de estas pacientes es la falta de receptores a los andrógenos, ya que tienen niveles séricos de testostero- na normales para hombres. Además, al tener gónadas masculinas, producen la hormona antimüller (factor inhibidor de Müller) e inhibe el desarrollo de útero, oviductos y segmento superior de vagina. Esta paciente es genéticamente y gonadalmente masculino que no se virilizó con escaso o ausente vello púbico y axilar. Uno debe sospechar este diagnóstico: a. En niñas con hernias inguinales bilaterales (los testí culos no descienden) b. Historia de amenorrea primaria c. Ausencia de útero y vello corporal. Al nacimiento tienen apariencia normal excepto la pre sencia de una probable hernia inguinal. Tienen un creci miento y desarrollo normal con una tendencia a brazos y piernas largas, mamas normales con poco tejido glandular, areolas pálidas y pezones chicos. Más del 50% tiene hernia inguinal, labios menores hipodesarrollados y vagina ciega con menor profundidad de lo normal. Los testículos tienen un desarrollo deficiente, sin espermatogénesis y con altas posibilidades de malignización. Por eso al llegar a la puber tad deben ser extirpados (entre 16-18 años) y recibir terapia de reemplazo hormonal (estrógenos). Este síndrome tiene una combinación única: 1. Fenotipo femenino normal 2. Cariotipo masculino normal: 46 XY 3. Niveles séricos normales o ligeramente altos de testos- terona para un hombre y altos de LH. A estas pacientes hay que explicarles adecuadamente su problema (si están preparadas para esto). Son infértiles y su género es completamente femenino y esto se debe reforzar. El uso de terapia estrogénica de reemplazo es mandatoria luego de la gonadectomía y necesitan, tanto la paciente como los padres, consejería sicológica. Com partim iento II: desórdenes del ovario Entre los desórdenes del ovario tenemos amenorreas primarias y secundarias. Los cariotipos ováricos entonces pueden ser: Amenorrea primaria Amenorrea secundaria 45, X (50%) 46, XX (más común) Mosaicos (25%) Mosaicos (45, X/46, XX) 46, XX (25%) Deleciones de brazos cortos y largos del X 47, XXX 45, X 1. Síndrome de Turner (12): este síndrome se presenta por la falta de uno de los cromosomas X de la paciente. Sus características de baja estatura, cuello alado, tórax en escudo, y cúbito valgo, entre otros, junto con ameno rrea primaria e hipogonadismo hipergonadotrópico los hacen de fácil diagnóstico. El cariotipo es indispensable por la presencia de mosaicos o cromosomas Y aislados que hacen del manejo algo diferente. También hay que evaluar la probabilidad de la aparición de enfermeda des autoinmunes, anormalidades cardiovasculares y renales concomitantes. El problema básico es la falta de folículos ováricos y las pacientes presentan hipoestroge- nismo. Su manejo, fuera de otras patologías asociadas, es la terapia de reemplazo hormonal (TRH) para así dis minuir los riesgos asociados al hipoestrogenismo. 2. Mosaicos: es importante conocer la presencia de un mosaico porque una línea Y en el cariotipo hace que la gónada se extirpe inmediatamente por la posibilidad de tumores malignos. Sólo en los casos de insensibili dad completa a los andrógenos hay que esperar hasta la adolescencia. Estas líneas con cromosoma Y pueden no generar virilización, pero aunque la paciente sea asinto mática, deben extirparse las gónadas. Lo importante de los mosaicos (XO/XX) es que pueden tener tejido ovári co sano y tener desarrollo intermedio entre el normal y el síndrome de Turner, incluso menstruaciones y emba razos antes de caer en menopausia prematura. 3. Disgenesia gonadal XY: se presenta como una pacien te femenina con amenorrea primaria, cariotipo 46, XY, sistema de Müller palpable, niveles de testosterona nor males para una mujer y falta de desarrollo sexual (13). Aquí el testículo sufrió una involución temprana en su desarrollo,no se presentó estimulación con la testoste rona y no produjo suficiente hormona antimülleriana para atrofiar completamente el desarrollo del conducto de Müller. Hay que extirpar las estrías gonadales por el riesgo de cáncer y administrar TRH. 4. Agenesia gonadal: es de causa desconocida y la ausen cia de gónadas nos lleva a amenorrea con hipogonadis mo hipergonadotrópico. El desarrollo es femenino, hay que extirpar las estrías gonadales y administrar TRH. 5. Síndrome del ovario resistente: son raros, presentan de sarrollo y crecimiento normales y ausencia de respuesta ovárica a las gonadotropinas. La laparotomía y biopsia son necesarias para diferenciarla de la enfermedad au- toinmune (presenta infiltrado linfocitario). Su pronóstico de fertilidad es muy bajo y con la cirugía no cambiaremos su curso, por lo que no se recomienda de forma rutinaria. La donación de ovocitos es su opción de fertilidad. 6 . Falla ovárica prematura: es relativamente común, afec tando al 1% de las mujeres menores de 40 años y entre 10-28% de las pacientes con amenorrea primaria. Su causa es desconocida. Puede asociarse a mosaicismo 456 PARTE IV 6 6 / AMENORREA PRIMARIA Y SECUNDARIA. MANEJO T genético, infecciones (parotiditis), irradiación o qui mioterapia (dependen de la edad y dosis) lo que lleva a la depleción de los folículos. Si bien el pronóstico de fertilidad es bajo, algunas pacientes tienen reversión espontánea de la falla ovárica y hay escasos casos de embarazos. Se le debe administrar TRH y si no se desea embarazo, contraceptivos orales, para los casos excep cionales de ovulaciones esporádicas. La posibilidad de criopreservación de ovocitos previa a la irradiación o quimioterapia puede ofrecer alternativas para la fertili dad aunque está en investigación. Compartimiento III: desórdenes de la hipófisis anterior La primera consideración en los desórdenes del eje hipotá- lamo-hipófisis debe ser la presencia de un tumor. Afortuna damente, la mayoría son benignos y sus problemas surgen al crecer en un espacio pequeño. Si crece cranealmente, pue de comprimir al quiasma óptico y dar los clásicos hallazgos de hemianopsia bitemporal. Esto no sucede con los tumores pequeños que representan más del 90% del total. Hay otros tumores como el craniofaringioma y, otros raros, como los meningiomas, gliomas, las metástasis y los cordomas que pueden dar síntomas dependiendo de su localización. Oca sionalmente, la sospecha proviene por signos de acrome galia (excesiva producción de hormona del crecimiento), enfermedad de Cushing (ACTH) y raramente, un tumor productor de TSH (hipertiroidismo secundario). La gran mayoría de los tumores se agrupan entre los productores de Prl (50%) y los inactivos (30-40% del total y producen la - subunidad de las gonadotropinas sin mayores efectos). Un tercio de las pacientes con amenorrea presentan hi- perprolactinemia y de éstas sólo un tercio presenta galac- torrea. La prolactina circula en varias isoformas y sólo se mide la pequeña (80-85% del total), entonces podemos tener síntomas (galactorrea) con niveles séricos normales si otra isoforma está aumentada. Aproximadamente, un tercio de las pacientes con galactorrea tienen menstruaciones norma les. En la medida que la Prl aumenta, los ciclos ovulatorios progresan a fase lútea deficiente, luego a anovulación inter mitente hasta la completa supresión y amenorrea. El manejo con agonistas dopaminérgicos es exitoso y se reserva la ci rugía a las pacientes que no responden a la terapia médica. Muchas pacientes preferirán el manejo quirúrgico a tener que mantener un control estricto con el medicamento y se guimiento por imágenes. Los resultados si bien son buenos, no son definitivos y existe un 26% de recurrencia. El manejo con radioterapia no es tan exitoso como el quirúrgico. La dosis de bromocriptina inicia con 1,25 mg al día por una semana y se aumenta la dosis a 2,5 mg y revisamos los ni veles de prolactina sérica. En los casos de macroadenomas podemos administrar hasta 7,5 ó 10 mg diarios (1). Un 10% de las pacientes no tolera el medicamento (náuseas, cefaleas y desmayos por hipotensión ortostática). Ocasionalmente pueden observarse alucinaciones, mareos, fatiga, congestión nasal y vómitos. Por eso hay que intentar crear la tolerabi- lidad al medicamento con su inicio a dosis bajas y aumento progresivo. Algunas pacientes no toleran esto tampoco y se puede administrar por vía vaginal reduciendo los efectos adversos. Por vía vaginal tenemos una mejor absorción y se puede disminuir la dosis efectiva del medicamento. Otra opción con la que contamos es la carbegolina, que produce menos efectos secundarios que la bromocriptina a un mayor costo para la paciente. A la paciente hay que advertirle que la menstruación y la ovulación regresarán antes que la des aparición de la galactorrea. Con el uso de la bromocriptina se reduce el tamaño marcadamente de los macroadenomas, se mantiene en control por 5-10 años y se puede disminuir la dosis hasta intentar suspender el medicamento con un seguimiento estricto. Hasta un 70-80% de los tumores no aumentan de tamaño nuevamente, aunque sí pueden au mentar los niveles séricos de prolactina. Para los microade- nomas el tratamiento sólo va dirigido al manejo de la inferti lidad y/o molestias mamarias. Si son asintomáticos con sólo el seguimiento es suficiente. No todas las masas intraselares son neoplásicas. Se han reportado quistes, tuberculosis, sarcoidosis y depósitos de grasa. También la hipofisitis linfocítica, una rara enferme dad autoinmune, que ocurre durante el embarazo o en los 6 meses posparto, lleva a un hipopituitarismo potencialmente fatal. La cirugía es diagnóstica y terapéutica. Lesiones cerca nas a la hipófisis anterior como el aneurisma de la carótida interna y la obstrucción del acueducto de Silvio pueden cau sar amenorrea. La insuficiencia hipofisaria puede ser pro ducto de una isquemia e infarto de la glándula secundarios a hemorragia obstétrica (síndrome de Sheehan). También tenemos amenorrea en los desórdenes genéticos como los síndromes de Laurence-Moon-Biedl y Prader-Willi. Adenomas hipofisarios y embarazo: no hay contraindica ción para la búsqueda del embarazo y posterior lactancia en las pacientes. Las series consistentemente demuestran el escaso número de pacientes (< 2%) que desarrollan signos de crecimiento tumoral. El seguimiento durante el embara zo no es necesario; si aparecen estos signos, con el uso de la bromocriptina desaparecen y la cirugía con interrupción del embarazo no es necesaria. Al terminar el embarazo, la alteración de la circulación del tumor le provoca infarto y con embarazos repetidos podemos llegar a presentar una silla turca vacía. El temor a alterar los niveles amnióticos de prolactina por el tratamiento con agonistas dopaminérgicos es infundado ya que su origen y control provienen del tejido decidual estimulado por estrógenos y progesterona, no por la dopamina cerebral. Síndrome de silla turca vacía: por defecto anatómico, se cundario a cirugía, radioterapia o infarto de tumor hipofi- siario, se ve una silla turca agrandada, generalmente simé trica como condición benigna. Necesita evaluación y confir mación por imágenes para evitar una cirugía innecesaria. Síndrome de Sheehan: se debe a infarto agudo y necrosis de la hipófisis secundario a sangrado y shock obstétrico que lle va al hipopituitarismo. Esto se observa temprano en el puer perio al no poder lactar y presentar caída del vello púbico y axilar. Las deficiencias más comunes son la hormona del cre cimiento y gonadotropinas, seguido por ACTH y raramente, la TSH. Generalmente no hay diabetes insípida. Es una con dición potencialmente letal, pero con los manejos obstétricos modernos, su incidencia ha disminuido notablemente. GINECOLOGÍA 457 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T Com partim iento IV: desórdenes del sistem a ner vioso central1. Amenorrea hipotalámica: en este hipogonadismo hi- pogonadotrópico hay una deficiencia de la secreción pulsátil de GnRH. Los problemas hipotalámicos se diagnostican por exclusión de lesiones hipofisiarias y es la categoría más común de amenorrea hipogonadotró- pica. Consiste en una supresión funcional de la repro ducción, generalmente una respuesta sicobiológica a los eventos del diario vivir. Estas pacientes tienen eventos estresantes (escuela, trabajos, enfermedades) y proble mas de bajo peso (alteraciones alimenticias o atletas). El grado de supresión de GnRH determinará la presen tación clínica. Si es leve, entonces tendrá fase lútea de ficiente, si es moderada, anovulación y menstruaciones irregulares y si es severa, amenorrea hipotalámica. Los pacientes con amenorrea hipotalámica se caracterizan por gonadotropinas bajas o normales, niveles de prola ctina normales, imagen de la silla turca normal y falla de presentar un sangrado por deprivación progestacio- nal. La evidencia experimental considera que el estrés interrumpe la función reproductiva a través de la hor mona liberadora de corticotropina (CRH) que inhibe la secreción de gonadotropinas, probablemente, por el au mento de la secreción de opioides endógenos. Hay que intervenir en los factores predisponentes, si persiste la amenorrea se administra TRH o inductores de ovula ción si la fertilidad es deseada. 2. Pérdida de peso, anorexia y bulimia: la pérdida de peso exagerada o acelerada puede llevar a amenorrea. La anorexia nerviosa y bulimia son un estado morboso de miedo a engordar (14,15). La obesidad puede aso ciarse con amenorrea pero ésta es por anovulación y no a un estado hipogonadotrópico. En ambos casos, el desorden alimenticio es un método utilizado para resol ver un dilema psicológico, siendo más grave en la ano rexia. Está asociado a amenorrea, estreñimiento, dolor abdominal, alta ingesta de alimentos pobres en calorías, hipotensión, hipotermia, piel seca, pelo tipo lanugo en espalda y glúteos, bradicardia y edema. Pueden tener hipocalemia por el uso crónico de diuréticos y laxantes. La hipercarotenemia puede estar asociada y se observa con un color amarillento de la piel, especialmente, en las palmas de las manos. La paciente bulímica tiene mo mentos de ingesta compulsiva seguidos de inducción a vomitar y el uso de laxantes o diuréticos a diferencia de las anorécticas que casi no comen. El peso no llega a estar tan bajo como en las anorécticas y tienden a ser mayores en la edad de aparición y sin tanta margina- ción de la vida social. Generalmente, la anoréctica lle ga al internista (con mal estado general) mientras que la bulímica al ginecólogo, pediatra o médico familiar como una adolescente que tiene bajo peso, amenorrea y es hiperactiva. Estas pacientes tienen varios problemas metabólicos asociados al hipotálamo: apetito, sed, con servación del agua, temperatura, sueño, balance auto nómico y secreción endocrina. Sus niveles hormonales son: FSH y LH bajas, cortisol alto, prolactina normal, TSH y T4 (tiroxina) normales, la triyodotironina (T3) baja y la T3 reversa es alta. Los síntomas están asociados a hipotiroidismo (15). Con la ganancia de peso retornan las menstruaciones de la paciente, pero un 30% de las pacientes persisten amenorreicas lo cual apoya que continúa un conflicto psicológico en ella. El manejo no es fácil, hay que orientarla a una ganancia de peso leve para tratar de salir del trastorno hormonal. No tenemos una medicación o tratamiento específico para estas pa cientes y ciertos cambios en la vida diaria o en las rela ciones interpersonales son necesarios pero, si a pesar de todas las explicaciones, apoyo familiar y orientación, no tenemos mejoría, la evaluación siquiátrica es necesaria. Por esto hay que estar pendientes (médicos y padres) al tener una adolescente con bajo peso y amenorrea para intervenir tempranamente. 3. Ejercicio: el exceso de ejercicio puede llevar a trastor nos menstruales a través de fase lútea corta o anovu lación. Se considera que hay 2 influencias muy impor tantes: un nivel crítico de grasa corporal y el nivel de estrés de estas pacientes. Se toma como nivel crítico un peso inferior a los 52 kg (115 lbs) o que haya perdido más de 4,5 kg (10 lbs) de peso al ejercitarse. A los 16 años lo mínimo necesario para mantener una mens truación es 22% de grasa corporal (16,17). Si la pacien te cae por debajo de esto empiezan los cambios. Una atleta puede tener el 50% de estos niveles de grasa, incluso estos cambios pueden suceder sin mayores va riaciones en cuanto al peso al convertir la grasa a masa muscular. Los cambios hormonales son más intensos que en las anorécticas: gonadotropinas bajas, aumento en prolactina, hormona del crecimiento, testosterona, ACTH, esteroides adrenales y endorfinas. Hay que identificar a las pacientes con una reacción anoréctica (exceso de ejercicio) de las anorécticas como tal, ya que estas últimas tienen percepciones de la realidad altera da, no consideran que están bajo peso y hay una falta de preocupación de lo grave que es su patología. Las pacientes con una reacción anoréctica tienen la capa cidad de autocriticismo y pueden ayudar a resolver el problema con un buen pronóstico. a. Problemas del hábito alim enticio y el embarazo: el bajo peso antes del em barazo y el poco aumento durante el em barazo han demostrado ser factores de riesgo del parto pretérmino y la restricción del crecim iento intrauterino. Por eso el clínico debe intentar resolver el problema antes de un em bara zo y si éste sucede, m ejorar las condiciones antes del tercer trimestre. Esto es importante ya que la restricción del crecim iento intrauterino anterior al tercer trimestre del em barazo aum enta el riesgo de m orbilidad a largo plazo. 4. Defectos genéticos heredados: a. Síndrome de Kallmann: la combinación de ameno rrea y anosmia nos hace pensar en este raro síndro me, donde hay una secreción deficiente de GnRH. Esto sucede por la falta de migración de las neuronas de GnRH y del axon olfatorio desde la placa olfatoria de la nariz. Su manejo es con TRH y si desea fertili dad con gonadotropinas exógenas ya que el ovario responde y la paciente puede ovular. b.Hipoplasia adrenal: muy raro, ligado al comosoma X y en las que sobreviven, presentan hipogonadismo hipogonadotrópico. 458 PARTE IV 6 6 / AMENORREA PRIMARIA Y SECUNDARIA. MANEJO T 5. Amenorrea poscontracepción: los medicamentos mo dernos, contraceptivos orales y acetato de medroxi- progesterona de depósito no producen amenorrea y la tasa de fertilidad se recobra a los valores previos al tratamiento. Si persiste la amenorrea por 6 meses (con traceptivos orales) o 12 meses (acetato de medroxipro- gesterona de depósito) hay que realizar la investigación con el flujograma. Tratamiento: definitivamente el diagnóstico es primor dial. La terapia de reemplazo hormonal (TRH) es el pilar del manejo en estas pacientes. Tenemos acceso a múltiples formulaciones: estrógenos conjugados naturales 0,625mg o estradiol 1 mg diario sin suspender junto a un progestáge- no: acetato de medroxiprogesterona 5 mg o noretindrona 0,7 mg los últimos 10-14 dias del mes. La TRH es importante en estos pacientes para el desarrollo adecuado de los hue sos, perfil lípídico y factores de riesgo cardiovascular y para reforzar la identificación del género femenino en los casos de disgenesia gonadal u otro trastorno congénito mediante el sangrado mensual. Si tenemos falla ovárica prematura los contraceptivos de baja dosis son los indicados si la paciente desea control de la natalidad por las ovulaciones esporádi cas. Si la causa no es por hallazgos físicos (congénitos o ad quiridos) sino por trastornos sicológicos (Ej. anorexia) hay que manejar el padecimiento más que dar TRH. La evaluación de la amenorrea en nuestras pacientes, si mantenemos el orden del flujograma, nos llevará a dar con el diagnóstico preciso. Unavez realizado esto, el manejo puede implementarse y le podremos dar un pronóstico so bre su patología y futura fertilidad. R e f e r e n c ia s 1. Speroff L. Amenorrhea. En Speroff L, Glass RH, Kase NG (eds). Clinical Gynecologic Endocrinology and Infertility. Baltimore, USA: Lippincott Williams & Wilkins, 1999. p. 421-486. 2. Practice Committee of the American Society for Reproductive Medicine: Current evaluation of amenorrhea. Fértil Steril 2004; 82(suppl 1): S33-S39. 3. Lloyd RV, Chandler WF, Kovacs K, Ryan N. Ectopic pituitary adenomas with normal anterior pituitary glands. Am J Surg Path 1986; 10: 546-552. 4. Alper MM, Garner PR. Premature ovarian failure: its relations hip to autoimmune disease. Obstet Gynecol 1985; 66: 27-30. 5. Weiss J, Axelrod L, Whitcomb RW, Harris PE, Crowley WF, Ja meson JL. Hypogonadism caused by a single amino acid subs titution in the -subunit of luteinizing hormone. N Eng J Med 1992; 326:179-183. 6. Troche V, Hernandez E. 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