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A n t ic o n c e p c ió n e n la m ü je r m a yo r DE 40 AÑOS 68 Enrique Herrera C. La planificación familiar en la perimenopausia es un tópico caracterizado por su controversia. Los datos de riesgos y be neficios de los numerosos métodos son limitados e incom pletos y frecuentemente contradictorios. Se considera que para el siglo XXI en Colombia, cerca de 3,5 millones de mujeres son mayores de 49 años. Si tenemos en cuenta que la mayoría de mujeres entre los 40 y 50 años tiene vida sexual activa, sin disminución de la libido (55%) con una frecuencia coital de 2 veces por semana (64%), res puesta orgásmica (94%); que el 95% de éstas con ciclos re gulares ovulan y el 34% de las que tienen oligomenorreas, en quienes se ha documentado aumento de la hormona folí culo estimulante (FSH) también ovulan, se debe insistir que este grupo de mujeres debe planificar hasta un año después de haber tenido el cese definitivo de la menstruación por la posibilidad de un embarazo no deseado. La anticoncepción en las mujeres durante los 15 años pre vios a la menopausia debe tener en cuenta, por lo menos las siguientes consideraciones: 1.E1 embarazo en este período tiene riesgos especiales como mayor mortalidad materna y anomalías fetales, tasas más altas de aborto y mortalidad perinatal (1). 2. El uso de anticonceptivos después de los 35 años tiene riesgos y beneficios especiales, siendo muy importante el balance de estos dos aspectos para la mejor selección de un método (2). 3. La mujer presenta antes de la menopausia síntomas y problemas de salud, que pueden ser atendidos simultá neamente con algunos métodos anticonceptivos. 4. La mujer mayor aumenta su actividad sexual con nue vas relaciones de pareja, tiende a abandonar los méto dos anticonceptivos, así como desea estar en embarazo si su fertilidad no está satisfecha. F is io l o g ía d e la p e r im e n o p a u sia Después de los 35 años, el ovario disminuye en tamaño y en peso ya que contiene menos folículos primordiales y más folículos atrésicos. Esto se asocia con un incremento en los niveles circulantes de FSH y una disminución de los de es tradiol y progesterona, mientas que la LH no cambia todavía de manera significativa. Estos cambios se pueden presentar frecuentemente aun en presencia de ciclos que continúan siendo ovulatorios. Es posible que estos cambios influyan en la producción disminuida de la inhibina relacionada con la disminución del número de folículos y que la producción disminuida de estradiol, no promuevan el mecanismo de retroalimenta- ción negativa sobre FSH. De esta manera, el aumento en la producción de FSH in duce un rápido desarrollo folicular, el cual puede ser la cau sa del acortamiento de los ciclos, lo que puede ser el primer indicador clínico que la menopausia se está acercando. Al disminuirse el número de folículos, la producción de es trógenos también declina hasta el punto que llega a ser insufi ciente para inducir el pico de LH necesario para la ovulación. Se conoce que los ciclos anovulatorios se hacen más frecuen tes a medida que aumenta la edad, ciclos sin posición de la progesterona, lo que aumentará la incidencia de hemorragia uterina disfuncional y de hiperplasia endometrial. Así las cosas, los oocitos liberados por parte de la mujer que está cercana a la menopausia verán reducida su calidad y tendrán menos capacidad para ser fertilizados. Esto pue de ser debido a que han sido mantenidos en el estado de metafase de la primera división de maduración durante por cerca de más de 40 años. Esto también contribuye a la reducción de la fertilidad después de los 35 años, hecho confirmado con varios mé todos de la reproducción asistida en mujeres por encima de esta edad. Estos datos permiten entender, por ejemplo, por qué los métodos son exitosos en este grupo de edad. No se conoce aún si el eje hipotálamo-hipófisis-ovario necesita, durante la perimenopausia, la misma cantidad de hormonas exógenas, o una cantidad mayor o menor, para inhibir la ovulación, o si las hormonas naturales como los estrógenos utilizados en la terapia de reemplazo hormonal (TRH) pueden inhibir efectivamente la ovulación si se admi nistran poco antes de la menopausia. GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T E s c o g e n c i a d e un c o n t r a c e p t i v o d e s p u é s DE LOS 4 0 A ñ o s : CONSIDERACIONES GENERALES Es importante tener en cuenta los beneficios contraceptivos y no contraceptivos, en donde los beneficios exceden clara mente los riesgos del método anticonceptivo, para decidir cuál método utilizar. Harlap et al han estimado que el riesgo anual de muerte asociada con un embarazo y parto para mujeres entre 35-39 años que no usan ningún método es del 11,7 por 100.000 mujeres. Sin embargo, dicho riesgo en estos grupos de eda des, usando un método anticonceptivo, por ejemplo, anti conceptivos orales es del 1 y 1,9 x 100.000 mujeres. Trussell (3) ha estimado la efectividad de cada método anticonceptivo de acuerdo a las características de la usua ria, así como el costo del uso, efectos colaterales, embarazo no deseado, llegando a la conclusión que todos los métodos evaluados, hormonales, de barrera, fueron más costo-efec- tivo que el no usarlos. La T de Cooper 380A, vasectomía, implantes de levonorgestrel y la inyección de medroxipro- gesterona acetato fueron en su evaluación los más costo- efectivos a un plazo de 5 años de uso. Alternativas anticonceptivas en la perimenopausia Para la selección del método de planificación familiar se han tenido en cuenta estrategias de investigación con estudios clínicos controlados, randomizados, observacionales, dan do resultado la siguiente recomendación: Esterilización tubárica y vasectom ía En las últimas décadas el uso de la esterilización tubárica (ET) y la vasectomía han adquirido mucha aceptación por ser mé todos quirúrgicos de bajo riesgo y de una gran efectividad. Se ha considerado que la rata acumulativa de embarazo después de esterilización tubárica en un período de 10 años, en mujeres de 34 a 44 años, está entre 0,2% y 1,9% depen diendo del método (4). La probabilidad de embarazo pos- tvasectomía es supremamente baja. Así mismo la esteriliza ción tubárica ofrece pocos beneficios no contraceptivos y la vasectomía ninguno. Con la ET se ha observado una reducción en la incidencia de enfermedad pélvica inflamatoria, así como enfermedades de transmisión sexual, además se ve reducida la incidencia de cáncer de ovario, pero el mecanismo de estos beneficios no está claro. La gran desventaja descrita de estos dos métodos es que pueden ser irreversibles. Sin embargo, las técnicas micro- quirúrgicas de anastomosis han desvirtuado parcialmente esta creencia. Los mayores riesgos son los inherentes al pro cedimiento quirúrgico per se, los cuales han sido reportados entre el 1% al 2% o menos; siendo un método seguro se ob serva un embarazo en 1 de cada 2.000 hombres operados. Los principales problemas se han visto con la vasectomía y éstos consisten en dolor escrotal, equimosis en un 50% de los casos, los cuales se resuelven en 1 ó 2 semanas. Hemato mas ocurren en menos del 1% de vasectomías e infecciones generalmente en menos del 2% (5). Existen buenas evidencias que la esterilización tubárica está asociada a muy poco o ningún cambio en la menstrua ción en los 2 años siguientes al procedimiento; sin embargo, otros estudios han demostrado efectos benéficos tales como la menorragia en la usuarias de este método. En Inglaterra es el método más común en mujeres mayores de 40 años y cerca de 42% de esta población se la ha realizado. Aunque la esterilización tubárica reduce dramáticamente el riesgo de un embarazo, incluyendo el embarazo ectópi co, esta posibilidad en observaciones a 10 años es remota y está asociada a esterilización vía laparoscópica (6). En cuanto a la vasectomía los estudios en animales y humanos han demostrado que no incrementael riesgo de enfermedad cardiovascular. En 1995 el Instituto Nacional de Cáncer de USA concluyó que la vasectomía no causa ni tiene relación con la aparición de cáncer de próstata, ni alteraciones hor monales en el hombre. En general estos métodos son utilizados en más del 40% de parejas mayores de 40 años, definitivamente no causa al teraciones del ciclo menstrual y no excluye la necesidad de terapia hormonal de reemplazo. M é t o d o s h o r m o n a l e s Anticonceptivos orales (AO). Com binados Hacia los años 70 fue cuestionado el uso de los anticoncep tivos orales (AO) en mujeres mayores de 35 años, debido a estudios epidemiológicos que los mostraban como factores causales de enfermedad cardiovascular, hipótesis que fue desvirtuada debido a que las dosis comenzaron a ser dis minuidas en los diferentes preparados. En mujeres sanas no fumadoras el riesgo de enfermedad cardiovascular con el uso de preparados de estrógenos de dosis bajas (<=30 (ag) es supremamente baja. Sin embargo, se debe tener en cuenta que este riesgo puede estar aumentado en pacientes mayo res de 35 años con factores de riesgos preexistentes como obesidad, cigarrillo, hipertensión arterial hiperlipidemia, diabetes mellitas, migraña, historia familiar de enfermedad tromboembólica. En pacientes con presiones arteriales ma yores de 140/90 mmHg, se debe considerar que son más los riesgos que los beneficios categoría 3 de la OMS y cuando la presión arterial es mayor de 160/100 mmHg se considera categoría 4 de la OMS, situaciones en las cuales no se debe formular, o si el método está instaurado se debe suspen der (7). Varios estudios epidemiológicos han reportado un riesgo bajo para enfermedad tromboembólica en mujeres usuarias de anticonceptivos orales, que contienen levonor gestrel o noretisterona, cuando se compararon a usuarias de anticonceptivos que contienen desorgestrel o gestodeno. Un anticonceptivo monofásico conteniendo levonorgestel o noretisterona <=30ng ha sido considerado como una opción de primera línea (16). La efectividad de los AO es alta en las mujeres perime- nopáusicas. Solamente el 4% de las mujeres en los EE.UU. usan AO debido al temor infundado que pueden tener más riesgo de cáncer de mama; sin embargo, el uso por tiempo prolongado de anticonceptivos orales ha sido asociado con una reducción en la incidencia de enfermedad benigna de la mama. Los anticonceptivos orales se consideran un co- factor débil para cáncer de seno (RR 1,4 en usuaria cuando se compararon a no usuarias) y no está influenciado por la duración de uso, tipo o dosis de la hormona usada. Varios estudios han demostrado el efecto protector de los anticon 470 PARTE IV 6 8 / ANTICONCEPCIÓN EN LA M UJER MAYOR DE 4 0 AÑOS T ceptivos orales sobre cáncer de endrometio, ovario y proba blemente de colon y recto. La presencia de cáncer de mama durante el uso de anticonceptivos, se ha demostrado que tienden a ser clínicamente menos agresivos, que en mujeres que nunca los han utilizado (17). Una revisión sistemática de la literatura, ha sugerido que el riesgo para enfermedad cervical se incrementa con el uso prolongado de los AO por un período mayor a 5 años, en pre sencia de infección por el virus del papiloma humano (18). Hay que recordar como se dijo de la sintomatología de la perimenopausia que, si bien es cierto mejora con terapia de reemplazo hormonal, no da un cubrimiento anticonceptivo a este grupo de pacientes, ya que no se previene una posible ovulación, así como empeoran un sangrado anormal. Se ha encontrado que en mujeres por encima de 40 años los con traceptivos orales disminuyen el riesgo de fractura en las posmenopáusicas en un 30%, regularizan la menstruación, y el usarlos a largo plazo reduce el riesgo de cáncer de ova rio y de endometrio (12). Las alteraciones menstruales o el sangrado irregular es una demostración de la dificultad de producir ovulación, siendo ésta una de las causas por las cuales los anticoncepti vos orales han sido utilizados en esta etapa de transición. En un estudio multicéntrico randomizado doble ciego controlado, usando placebo se evaluaron 201 mujeres con metrorragias, menometrorragias, aligomenorreas o polime- norreas; se les dio de manera randomizada AO trifásicos (norgestimato/35ug etinil estradiol) o placebo x 3 ciclos, ob servándose una notable mejoría del sangrado. Estas eviden cias han demostrado que en el tratamiento de la hemorragia uterina disfuncional, los AO representan una apropiada al ternativa terapéutica de primera línea, y si bien es cierto que mejora la dismenorrea su uso para esta patología no ha sido aprobada por la FDA y una reciente revisión de Cochrane evidenció que no hay disminución con el uso de los AO (9). En cuanto al efecto sobre lípidos, estudios randomizados analizando mujeres entre los 18-50 años usando AO trifá sicos producen cambios en lipoproteínas cuando han sido comparadas con monofásicos (11). Se produce un aumento de lipoproteínas de alta densidad (HDL fracción 2) y apo- proteínas A -l. En lo que respecta a síntomas vasomotores, estudios prospectivos de cohortes, realizados a tres años utilizando AO trifásicos (etinil estradiol 30/40/30 ug/ levonorgestrel 0,05/0,075/0,125 mg) con su respectivo grupo control de muestran mejoría en la sintomatología. Otro estudio randomizado doble ciego controlado utili zando 132 mujeres perimenopáusicas demostró que AO mo nofásicos a bajas dosis (20 ug etinil estradiol/noretindrona acetato 1 mg) también redujo los síntomas vasomotores (13). Los resultados actuales demuestran que hay evidencia de que mejora dichos síntomas, mejorando la calidad de vida. En general los AO conllevan a una serie de beneficios tales como una efectiva anticoncepción, tratamiento de la hemorragia uterina disfuncional, mejora la dismenorrea, re duce los síntomas vasomotores, produce aumento de lipo proteínas de alta densidad, así como prevención de cáncer de ovario y endometrio. C o n s id e r a c io n e s g e n e r a l e s pa ra la FORMULACIÓN DE A O EN LA PERIMENOPAUSIA La selección de los AO orales es muy importante pues de esto depende la tolerabilidad, sus riesgos y beneficios y ad herencia al tratamiento. Es importante realizar una historia clínica completa con antecedentes personales y familiares haciendo hincapié en factores de riesgo para enfermedad cardiovascular, HTA, consumo de cigarrillo, problemas tromboembólicos, así como identificación de problemas hepáticos severos. Debe informarse a la paciente de los di ferentes métodos que son apropiados para que ella decida conjuntamente con el médico el AO a usar. Los paquetes de 28 grageas eliminan el intervalo libre de pastas, favoreciendo la adherencia al tratamiento, lo cual hace consciente a la paciente de su toma diaria e ininterrumpida. Una de las situaciones clínicas importantes a tener en cuenta es la transición entre la suspensión del AO, y el ini cio de la terapia de reemplazo hormonal en la menopausia. En tal sentido son bien conocidas las fluctuaciones de la FSH en este período, así como la preservación de una ca pacidad (8) fértil disminuida pero a riesgo de un embarazo no deseado. Por tal motivo la recomendación para suspen der los AO es la siguiente: 1. Un año después de diagnosticada la menopausia 2. Dos años después de su última menstruación con anti concepción no hormonal 3. Con anticonceptivos combinados hormonales, después de los 50 años: a. Se deben usar métodos de barrera por 6 meses. b. Test de FSH (#2) con intervalo mínimo de 3 meses, o si el nivel hormonal persiste alto, puede suspender los AO. En lo referente a los riesgos del uso de anticonceptivos orales combinados en mujeres mayores de 40 años, se ha demostrado que tiene un riesgo relativo bajo de infarto del miocardio en usuarias que no fuman. El uso de dosis meno res de 50 microgramos de etinil estradiol (EE) tiene menos riesgo de tromboembolismo que con píldoras con unacon centración de 50 microgramos de EE. En este grupo de pacientes (mayores de 40 años no fuma doras) la dosis de 35 mcgrs de EE tiene menos efecto pro coagulante, lo cual disminuye los riesgos cardiovasculares o tromboembólicos. P r o g e s t á g e n o s a n t ic o n c e p t iv o s Las progestinas han sido clasificadas químicamente como, pregnanos, estranos y gonanos. Las progestinas usadas en los AO son derivadas de la 19 nortestosterona, la cual difiere de la testosterona por tener un grupo etinil en el carbono 17 (CI 7) y carecer de un grupo metilo en el carbono 19 (C19). Los compuestos 19 nortestosterona usados en los AO, clasi ficados como estranos incluyen norethynodrel, noretindrona y noretindrona acetato. Todos estos pueden ser convertidos a noretindrona, la cual es biológicamente activa. En cuanto GINECOLOGÍA 471 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T a los gonanos el primero que se desarrolló fue el levonor- gestrel (LNG) como el isómero activo de norgestrel. Poste riormente 3 progestinas (gonanos) de alta potencia biológica han sido desarrolladas: norgestimato (NGN) y desogestrel (DSG), los cuales están disponibles para uso clínico, el otro es gestodeno de uso en Europa, no disponible en Estados Unidos. Basados sobre su estructura química, estas progesti nas exhiben baja actividad androgénica. En la actualidad los preparados de solo progestinas incluyen: Las píldoras de progeterona que aunque han estado disponibles su aceptabilidad ha sido lim itada y es usada por el 7% de las mujeres m ayores de 40 años. E jercen su acción anticonceptiva favoreciendo cam bios en el moco cervical previniendo de esta m anera la penetración del esperm atozoide. El porcentaje de falla reportado ha sido entre 1% al 0,3% en usuarias m ayores de 40 años. Se ha sugerido que pueden ser usadas hasta dos tabletas al día en mujeres con un peso m ayor de 70 kilos, sin embargo, esta práctica no ha sido aprobada aunque no existe evi dencia de que a estas concentraciones sean perjudiciales. A su vez no se ha observado incremento en el riesgo para cáncer de seno y está contraindicado su uso en pacientes con historia previa de cáncer de seno (7). Las inyecciones de progesterona de depósito o acción prolongada disponibles son la medroxiprogesteronaaceta- to de depósito (DMPA) y el enantato de noretisterona son altamente efectivas en inhibir ovulación y se ha reportado una falla con menor del 1% mujer año con este método. Los progestágenos inyectables adicionalmente han mostrado beneficio en el manejo de menorragia y dismenorrea ade más de una reducción significativa en el riesgo de cáncer endometrial (RR.2); dentro de sus desventajas se reportan ganancia de peso e irregularidad menstrual con presencia de amenorrea con cerca de 70% de usuarias de (DMPA) y del 25% de las usuarias del enantato de noretisterona. En Inglaterra este método es utilizado por menos del 2% de las mujeres mayores de 40 años. En cuanto a la densidad mine ral óseos y la contracepción con solo progestágenos Curtís y colaboradores realizaron una revisión sistemática de la literatura encontrando que existe un ligera disminución de la densidad mineral ósea, la cual puede recuperarse un vez suspendida la contracepción (10) (figuras 1, 2, 3 ,4 , 5). D u r a c ió n Z -scc S i t i o E n a ñ o s (95% Columna lumbar Ott, et, al 2001 no siempre | ■ | Scholes, et, al 1999 0,08-11,0 |-#H Paiva, et al, 1998 3,5 | ♦ | Wanichsetakul et al 4,7 (2-10) . . 2002 1 # 1 Gbolade, et al, 1998 5 (1-16)+ |_*_| Cundy, et al, 1998 11 (2-26)+ (European) • * • Cundy, et al, 1998 17 (3-23)f I » I C a d e r a Ott, et al, 2001 No disponible |—«— T r o c á n t e r Scholes, et al, 1999 0,08-11,0 | -M Paiva, et al, 1998 3,5 |-----♦ | Wanichsetakul et al 4,7 (2-10) 2002 C u e l lo fe m o r a l Scholes, et al, 1999 0,08-11,0 !“♦ - Wanichsetakul et al 4,7 (2-10) ■ 2002 Gbolade, et al, 1998 5 (1-16)+ h *- re CI) G r u po d e co m pa ra c ió n I é I NO u su a r ia s 1 1 DE DMPA 1—m—I NO USUARIAS 1 1 HORMONALES 1—•—I POBLACIÓN ' ' NORMAL 1------- •--------1 I -2,0 -1,5 -1,0 -0,5 0 0 0,5 1,0 ta i/ ANTEB D u rac ió n a ñ o s Thamprisam, et al, 2002 Perotti, et al, 2001 Bahamondes, et al, 1999 Wanichsetakul, et al, 2002 3,5 3,87 I - 4,7 (2-10) Taneepanischskul, et al, 1997 5 (3-14) U l n a m ed ia i/ d is ta l a l a n te b r a z o Thamprisam, et al, 2002 2 Perotti, et al, 2001 3,5 Bahamondes, et al, 1999 3,87 Wanichsetakul, et al, 2002 4,7 (2-10) Taneepanischskul, et al, 1997 5 (3-14) Beksinska, et al, 2004 7 i----- -0,1 Z-score (95% CI) I---------- •- H H Grupo comparativo No usuarias de DMPA ■ No usuarias -| hormonales ■ Usuarias ■ No usuarias Figura 2. Estudios longitudinales de cambios de DMO en colum na en mujeres usuarias de DMPA y no usuarias, por porcentaje de cambio en la DMO de la linea basal. *Diferencia siginificativa entre usuarias de DMPA y no usuarias. ** NO diferencia significativa. S itio c o lu m n a lu m b a r Overall (n=81) Una inyección (n=24) 2-3 inyecciones (n=26) 4-7 inyecciones (n=17) 8 o más inyecciones (n=14) c a d e r a Overall (n=81) Una inyección (n=24) 2-3 inyecciones (n=26) 4-7 inyecciones (n=17) 8 o más inyecciones (n=14) D u r a c ió n a ñ o s Z-score (95% CI) Figura 1. Estudios transversales de DMO en columna, cadera y an tebrazo en mujeres usando DMPA y no usuarias, por duración y uso de DMPA. Figura 3. Estudio transversal por Scholes et al, de DMO en columna y cadera de mujeres adolescentes que usan DMPA y no usuarias por duración de uso de DMPA. h 472 PARTE IV 6 8 / ANTICONCEPCIÓN EN LA M U JER MAYOR DE 4 0 AÑOS T efectividad contraceptiva es de 5 años y se ha reportado un incremento en el porcentaje de embarazo en el porcentaje de uso. Reduce de manera efectiva sangrados anormales con una reducción entre el 70% y 90% del sangrado menstrual. Considerándose por esta razón un método contraceptivo indicado en mujeres con pérdidas abundantes de sangre y anemia por deficiencia de hierro (16). Aunque los inyectables son más eficaces conllevan a un mayor riesgo de irregularidad menstrual. A su vez está de mostrado que tienen menos efectos anticonceptivos que los AO combinados, sin embargo, actualmente se están dise ñando anillos vaginales los cuales dependiendo de la con centración de la progestina, ofrece más eficacia anticoncep tiva, así como ciertos beneficios en la menopausia, cuando éstos son combinados con estrógenos a bajas dosis. Figura 4. Estudios longitudinales de cambio en DMO en adolescen tes que usan DMPA y no usuarias, por porcentaje en la diferencia de la línea basal de DMO. Figura 5. Estudio longitudinal de cambios en DMO en la colum na en adolescentes y adultas con uso discontinuo de DMPA y no usuarias por diferencia en el porcentaje en la línea basal de DMO. *Diferencia significativa entre usuarias de DMPA y no usuarias. ** Estadística significativa no reportada. Los anticonceptivos inyectables de progesterona están contraindicados en pacientes con historia previa de cáncer de mama. Un nuevo producto DMPA con una concentra ción de 104 mg para aplicación subcutánea cada 12 semanas está siendo introducido en el mercado con la misma efecti vidad que la dosis de 150 mg. Implantes subdérmicos de sólo progesterona han sido utilizados para contracepción y de estos los más populares es el norplan e implanon, los cuales son biodegradables y liberan levonorgestrel y etonorgestrel respectivamente, tie nen una duración de 5 y 3 años y no se les ha demostrado efectos adversos sobre densidad mineral óseos, pero sí como efecto indeseable de sangrados anormales. El sistema intrauterino liberador de levonorgestrel, li bera 20 |ig de levonorgestrel por día y provee una buena eficacia (porcentaje de falla < 0,2 % mujer años de uso). Su acción anticonceptiva la realiza produciendo cambios a tra vés de endometrioy el moco cervical. Es usado en aproxi madamente el 2% en mujeres de 40 años en Inglaterra, su O pcio n es no hormonales Dispositivo intrauterino Los dispositivos intrauterinos están considerados un méto do óptimo para la mujer mayor de 40 años que esté libre de problemas menstruales preexistentes, pues requiere un método seguro, efectivo, reversible y que le permita con cepción por períodos prolongados, es usado por el 9% de mujeres mayores de 40 años. Es un método que tiene una alta eficacia, si se tiene en cuenta que el potencial fértil está disminuido, por la edad de la paciente; sin embargo, es bueno tener en cuenta que la mujer a medida que avanza en edad y especialmente cierto grupo de ellas tienen mayor riesgo de enfermedad infla matoria pélvica, razón por la cual no es un método ideal y especialmente cuando la HC muestra este riesgo latente, aunque hay estudios que demuestran una menor incidencia de enfermedad pélvica inflamatoria en la mujer adulta ma yor, sana (EPI). Además se ha observado que la EPI está relacionada más con el momento de la inserción, la cual ocurre 3 semanas posteriores a ésta (14). De los dispositivos disponibles y más comúnmente usados esta la T de Copper 380A, la cual tiene una tasa de embarazo de 0,59 por 1.000 mujeres año de uso. Sin embargo, debe te nerse en cuenta que en este grupo de pacientes (mayores de 40 años) hay mayor incidencia de anormalidades en el tama ño uterino, lo cual las hace no candidatas al método, aunque no es la regla general. Las evidencias en la actualidad han demostrado que su mecanismo de acción no es impedir la im plantación, lo evidente es que no hay presencia de embarazo. Una ventaja de este método es que puede ser usado a largo plazo, prolongando su uso mas allá de la menopausia (tanto los liberadores de cobre como de levonorgestrel). Dentro de sus efectos indeseables está el aumento del sangrado uterino, que cuando se presenta es bueno retirar lo, y descartar cualquier patología orgánica. Sin embargo, los DIU de levonorgestrel, tienen alta eficacia y disminuyen la cantidad y duración del sangrado por un efecto local su- presor del levonorgestrel sobre el endometrio. En un estudio realizado en 306 mujeres con inserción de DIU después de los 35 años reveló que al 25,4% de las usua GINECOLOGÍA 473 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T rias de T de Cu se les retiró por sangrado vaginal, lo cual ocurrió sólo en el 9% de los DIU con levonorgestrel (15). LOS MÉTODOS DE BARRERA Como los esperm icidas pueden ayudar en los casos de re sequedad vaginal, son controlados por la paciente y como la fecundidad disminuye con la edad, su baja efectividad llega a ser adecuada. El uso del condón puede representar dificultad en los hombres, por los problemas de erección los cuales son fre cuentes si no han tenido experiencia con este método; pero tiene la ventaja de proteger contra enfermedades de transmi sión sexual (ETS), en especial del sida. El condón femenino es usado al menos por el 1% de mujeres mayores de 40 años, su eficacia es comparable al condón masculino (5-20 por 100 mujer año de uso), es resistente a daño por lubricantes colo cados a nivel vaginal, lo que si está reportado con el condón masculino. Además, el costo del condón femenino es alto, siendo utilizado por las usuarias por más de una vez, lo cual no es recomendado pues favorece infecciones vaginales. Los espermicidas que contienen nonoxinol-9 (como cremas, pe- sarios) son otra opción disponible en mujeres mayores de 50 años, con relaciones infrecuentes. Su uso frecuente favorece daño del epitelio vaginal e incremento del riesgo de enfer medades de transmisión sexual. Otros métodos El coito interruptus a pesar de ser usado por el 2% de las pacien tes mayores de 40 años, generalmente no es recomendado, pero no debiera ser descartado como una opción siempre y cuando se le dé a la paciente una educación y consejería adecuada. CONTRACEPCIÓN DE EMERGENCIA No existe una edad límite para el uso de la contracepción de emergencia con progestágenos solo o dispositivo intrauteri no, no existe contraindicación médica para su uso y su efica cia depende del tiempo de utilización posterior a la relación sexual no protegida. La dosis recomendada es de 1,5 mg de levonorgestrel en una sola toma hasta 5 días después de la relación sexual no protegida, aunque puede ser utilizada en dosis de a 75 mg cada 12 horas sin alterar su eficacia. Para algunos autores la administración del método debe ser pre feriblemente entre las doce horas posteriores a la relación sexual no protegida y no mayor a 72 horas. La mifepristona antagonista de progesterona a dosis de 10 mg es un método contraceptivo de emergencia efectivo para ser usado después de 5 días de una relación sexual no pro tegida. La T de cobre 380A puede ser una opción ideal si el método es aceptado por la paciente para un uso prolongado. Los métodos naturales son menos seguros debido a la irre gularidad en las menstruaciones, a la anovulación y a la falta de moco cervical, pero mujeres perimenopáusicas con expe riencia previa podrían usarlos con una asesoría adecuada. En conclusión, en la actualidad no hay evidencia de cuál es el método ideal a utilizar en esta etapa de la vida. Al gunos métodos ofrecen mejor eficacia y beneficios, aunque pueden todos ellos tener utilidad de acuerdo a las caracte rísticas y necesidades de las parejas. Sin embargo, es de resaltar el uso de los AO combinados durante la perimenopausia, pues ofrece excelentes benefi cios anticonceptivos así como alivio de la sintomatología que presentan las pacientes. Este hecho representa una gran ventaja para su uso en la gran mayoría de mujeres durante estos años de transición de su vida reproductiva. R eferen cia s 1. Buchler JW, Kannitz AM, Hogue CJ, et al. Maternal Mortality in women aged 35 years or older in the United States. 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