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BACTERIURIA ASINTOMÁTICA EN EL EMBARAZO. MANEJO 26 Julián Guevara Ramírez • María Adelaida Vélez García La bacteriuria asintomática (BA), más que una patología clínica, es una condición médica frecuente en las mujeres gestantes durante el primer y segundo trimestre; se defi ne por la presencia de 100.000/UFC o más, de uno o más microorganismos, en dos muestras consecutivas de orina y en ausencia de síntomas atribuibles a infección urinaria (1). La piuría, el aumento de citoquinas y anticuerpos contra uropatógenos en orina y el aumento de los niveles de anti cuerpos específicos en suero indican que hay respuesta del huésped, por lo que se considera más correcto referirse a infección urinaria asintomática (2). Infección del tracto urinario agudo no complicado es una infección sintomática vesical caracterizado por frecuencia, urgencia, disuria, o dolor suprapúbico en una mujer con tracto genito-urinario normal el cual es asociado con deter minantes genéticos y de comportamiento (4, 7). Pielonefritis no obstructiva aguda es una infección renal caracterizada por dolor en el ángulo costo vertebral, muchas veces con fiebre. Infección del tracto urinario complicado, la cual pue de comprometer tanto la vejiga como los riñones, es una infección urinaria sintomática en individuos con anormali dades funcionales o estructurales del tracto genito-urinario (8). "Recaída" es una infección del tracto urinario recurrente después del tratamiento en el cual persiste el microorganis mo aislado en el tracto urinario antes de la terapia. "Reinfec ción" es una infección del tracto urinario con un organismo de origen externo al tracto urinario o con una nueva cepa bacteriana diferente de la aislada previamente que ha per sistido en la flora colonizante del intestino o la vagina (7). "Piuría" es la presencia de abundantes leucocitos polimor- fonucleares en la orina y es la evidencia de la una respuesta inflamatoria en el tracto urinario (9). La frecuencia de la bacteriuria asintomática aumenta con la edad materna, con la paridad y crece a medida que el nivel socioeconómico es menor. La BA está presente entre el 2 y 10% del total de embarazadas, con variaciones que dependen de los criterios utilizados para el diagnóstico, en particular de la pureza con que se recoge la orina para el cultivo (3,19). Aproximadamente un 30% de las mujeres con bacteriuria asintomática desarrollan posteriormente una infección sinto mática del aparato urinario (cistitis 25% o pielonefritis 50%) en el curso del embarazo, y estas gestantes presentan un índi ce mayor de prematuridad, restricción de crecimiento, abor tos tardíos, hipertensión inducida por el embarazo, así como insuficiencia renal y shock séptico, por lo que es lógico que la prevención de las infecciones del aparato urinario en las ges tantes reducirá la morbimortalidad materna y perinatal (5). Son varios los factores que favorecen la bacteriuria en la gestante, cambios fisiológicos del tracto urinario; cambios hormonales; disfunción vesical y vesicoureteral relaciona dos con los cambios anatómicos comunes en esta población y cambio en el pH vaginal. Los gérmenes más frecuentemente aislados son Esche richia coli (80-90%), otras bacterias gram-negativas Proteus mirabilis y Klebsiella pneumoniae, bacterias gram-positivas Streptococcus del grupo B y Staphylococcus saprophyticus, y otros organismos menos comunes como enterococos, Gard- nerella vaginalis y Ureaplasma ureolyticum. En la actualidad, por lo expresado, el American College of Obstetrics and Gynecology recomienda la tamización de ITU por medio de la realización de urocultivo en la primera visita prenatal; o entre las semanas 12 a 16 de gestación como reco mienda la U.S. Preventive Services Task Force (24). El tamizaje de bacteriuria asintomática en mujeres ges tantes y su tratamiento agresivo (durante 7-10 días para disminuir el riesgo de recurrencias), disminuye significa tivamente la incidencia anual de pielonefritis y diminuye notablemente los costos del manejo de ITU sintomáticas, siendo una prueba de tamizaje costo-efectiva. La elección del antimicrobiano debe estar dirigido para los agentes etiológicos más frecuentes, y debe ser seguro para la madre y el feto. El antibiótico de elección es la am- picilina (presenta 20-30% de resistencia), nitrofurantoína, cefalosporinas, fosfomicina (en única dosis), sulfonamidas (solo en el 1er. o 2do. trimestre, por el riesgo de producir kernicterus si es administrado en el 3er. trimestre). Las fluo- roquinolonas y las tetraciclinas están contraindicadas por posibles efectos tóxicos en el feto. Luego de completar el tratamiento antibiótico se debe realizar urocultivo de control para documentar el éxito de la erradicación. Estudios comparativos hechos en gestantes en los dife rentes trimestres del embarazo, que presentaban bacteriuria asintomática, llevaron a la conclusión que la administración GINECOLOGÍA Y O BSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T de antibióticos iba seguida de un adecuado control de las re caídas o reinfección en corto tiempo; de una menor frecuen cia de desarrollar pielonefritis o reinfecciones por gérmenes cada vez más resistentes y de efectos adversos secundarios a los medicamentos; obteniéndose beneficios significativos en cuanto a morbilidad y mortalidad atribuibles a una causa génito-urinaria (3,19). F is io p a t o l o g ía La susceptibilidad de la gestante para contraer bacteriuria se debe a diversos factores, tales como la dilatación del sis tema ureteropielocalicial, las modificaciones en la anatomía y la fisiología renal y la incompetencia temporal de las vál vulas vesicoureterales, a lo que se podría agregar el nivel socioeconómico bajo. La dilatación ureteral, se presenta casi en el 90% de las gestantes, del lado derecho generalmente, y persiste durante todo el embarazo hasta el parto. El mecanismo de compresión que ejerce el agrandamiento del útero sobre el tercio inferior del uréter es la causa princi pal del hidrouréter y en condiciones extremas, de hidrone- frosis. El aumento del volumen de la vejiga y la disminución del tono vesical con disminución adicional del tono ureteral por efecto de la progesterona, contribuyen a aumentar el es tasis urinario y el reflujo urétero-vesical. Por otra parte, el aumento fisiológico del volumen plas mático durante el embarazo disminuye la concentración de orina. En general, el 70% de las mujeres embarazadas desa rrollan glucosuria, fomentando el crecimiento bacteriano en la orina. El aumento de los estrógenos y progestinas urina rias puede llevar a una disminución de la habilidad del trac to urinario bajo para resistir la invasión de las bacterias. Esta disminución de la habilidad puede ser causada además, por disminución del tono ureteral o posiblemente por permitir el paso de algunas bacterias de crecimiento selectivo. Las diferencias entre el pH urinario, la osmolaridad, la gluco suria y la aminoaciduria inducidas por el embarazo pueden facilitar también el crecimiento bacteriano. En la microbiología de la bacteriuria asintomática encon tramos Echerichia coli como el organismo mas comúnmente aislado de la mujeres bacteriúricas (10-12). La cepa E-Coli aislada de mujeres con bacteriuria asintomática se caracte riza por ser poco virulenta en comparación con las aisladas de mujeres con infección sintomática (12). Otras enterobac- terias (tales como Klebsiella Pneumoniae) y otros organismos (que incluyen Staphylococcus Coagulasa negativa, especies Enterecoccus, estreptococo del grupo B, Gardnerella Vaginalis y Ureaplasma Urealyticum ) también son comunes. Todas estas bacterias colonizan en el introito vaginal y el área periuretral desde donde penetran a la uretra y pos teriormente a la vejiga. Las bacterias gram negativas uro- patogénicas poseen factores específicos de virulencia que incrementan la colonización e invasión del tracto urinario. La infección del tracto urinariode la embarazada por el es treptococo del grupo B se correlaciona con la colonización vaginal por ese microorganismo (tabla 1). Mientras la bacteriuria asintomática en mujeres no emba razadas es generalmente benigna, la obstrucción del flujo de orina en las embarazadas lleva a estasis y aumenta la probabi lidad de pielonefritis como una complicación de ésta. La bac teriuria asintomática es una entidad bastante común con una prevalencia del 10% durante el embarazo, por lo que el tamizaje de rutina para estas mujeres se justifica y debe practicarse. Para algunos autores, la bacteriuria asintomática está asociada con aumento del riesgo de restricción del creci miento intrauterino, niños de bajo peso al nacer, y el parto pretérmino. Aunque se conoce poco acerca de los mecanis mos que determinan la iniciación del parto de pretérmino, hay evidencia acumulada de que las citoquinas proinflama- Tabla 1. Etiología bacteriana de la infección del tracto urinario (6). % No complicada % Complicada * Gram negativos E coli 70-95 21-54 P mirabilis 1-2 1-10 Klebsiella sp 1-2 2-17 Citrobacter sp <1 5 Enterobacter sp <1 2-10 P aeruginosa <1 2-19 Otros <1 6-20 Gram positivos Estafilococo coagulasa-negativo 5-10** 1-4 Enterococo 1-2 1-23 Estreptococo del Grupo B <1 1-4 S. aureus <1 1-2 Otros <1 2 * Datos de Nicolle LE. Una guia practica para el manejo de infección del tracto urinario complicada ** S saprophyticus. 182 PARTE III 2 6 / BACTERIURIA ASINTOMÁTICA EN EL EMBARAZO. MANEJO T tonas secretadas por los monocitos-macrófagos de la madre o del feto en respuesta a los productos bacterianos, como las endotoxinas, podrían iniciar el trabajo de parto. Otros es tudios sugieren que los microorganismos pueden producir ácido araquidónico, fosfolipasa A2 y prostaglandinas que juegan un papel importante en el ablandamiento cervical, y aumento en el contenido de calcio libre a nivel miometrial que estimula el tono uterino y las contracciones. Éste podría ser también un mecanismo posible para causar trabajo de parto pretérmino. La alta prevalencia de bacteriuria asinto- mática durante el embarazo, se traduce en complicaciones para la mujer embarazada, pero la posibilidad de evitarlas con el tratamiento justifica el tamizaje para bacteriuria en todas las gestantes. D ia g n ó s t ic o Bacteriuria asintomática es un diagnóstico microbiológico determinado con una muestra de orina que ha sido recolecta da de tal forma que se minimice la contaminación y el trans porte al laboratorio sea en un tiempo mínimo que limite el crecimiento bacteriano. La definición cuantitativa es mayor o igual 105ufc/mi en dos muestras consecutivas de orina (13), inicialmente propuestas después de estudios realizados en la década de 1940 y 1950 (6). En estos estudios, un recuento bacterial > a 105 UFC/ mi en una muestra recogida en forma limpia fue confirmado por un recuento concomitante de una muestra tomada por catéter (7,19). Piuria es la evidencia de inflamación en el tracto genito-urinario y es común en sujetos con bacteriuria asintomática (14,15). Piuria está presente en el 30 al 70% de mujeres embarazadas con bacteriuria asin tomática (14, 16). Piuria también acompaña otras condicio nes inflamatorias del tracto génito-urinario en pacientes con cultivos de orina negativos, éstas pueden ser infecciosas tales como tuberculosis renal y enfermedades sexualmente trans mitidas, o no infecciosas como la nefritis intersticial. Por lo tanto, la presencia del piuria no es suficiente para el diagnós tico de bacteriuria, y la presencia o ausencia de piuria no di ferencia infección sintomática de la asintomática. Recomendación: el diagnóstico de bacteriuria asintomáti ca podría ser basado en el cultivo de una muestra de orina recolectada en una forma que minimice la contaminación (A ll) (tab la2). • Para mujeres asintomáticas, bacteriuria es definida como dos muestras de orina recolectadas consecuti vamente con aislamiento de la misma cepa bacteriana con un conteo > a 105 ufc/ml (B II). • Una sola muestra de orina recolectada por catéter con una especie bacteriana aislada con un conteo > 102 ufe/mi identifica bacteriuria en mujeres (A II). T r a t a m ie n t o Las mujeres en la fase temprana de su embarazo que son identificadas con bacteriuria asintomática tienen 20 a 30 ve ces mayor riesgo de desarrollar pielonefritis durante el em barazo, comparado con mujeres sin bacteriuria (16,17). Es tas mujeres también tienen mayor probabilidad de tener un parto pretérmino y tener recién nacidos de bajo peso al na cer. Estudios clínicos prospectivos, comparativos han repor tado consistentemente que el tratamiento antimicrobiano de bacteriuria asintomática durante el embarazo disminuye el riesgo posterior de pielonefritis desde un 20 a un 35% a 1- 4% (tabla 3) (16,18, 23). Metanálisis de estudios de cohorte clínicos aleatorizados también soportan la conclusión que el tratamiento antimicrobiano de bacteriuria asintomática disminuye la frecuencia de recién nacidos de bajo peso y partos pretérmino (20, 21). La mayoría de estos estudios se realizaron en la fase temprana de la era antimicrobiana, con nitrofurantoína y sulfonamidas siendo los más comunes an timicrobianos. La consistencia y veracidad de observaciones de múltiples estudios llevó a la tamización y tratamiento de bacteriuria asintomática durante el embarazo, convirtiéndo se en un cuidado estándar en los diferentes países. Reportes más recientes de la implementación de programas de tami zaje y tratamiento para bacteriuria asintomática en mujeres embarazadas observan una disminución en la frecuencia de pielonefritis para todas las mujeres embarazadas desde 1,8% al 0,6% en un centro de cuidado de salud español (26), y de 2,1% a 0,5% en un centro de cuidado de salud en Turquía (27). Estos son consistentes con los reportes previos de los beneficios con tamizaje y tratamiento de mujeres embaraza das con bacteriuria asintomática. En los estudios terapéuti cos que establecen el beneficio del tratamiento de bacteriu ria asintomática durante el embarazo, la administración de la terapia antimicrobiana continua durante la duración del embarazo fue la elección para disminuir la morbilidad (tabla 3). Un estudio prospectivo aleatorizado de terapia micro biana continua hasta el final del embarazo comparado con catorce días de nitrofurantoina o sulfametoxazol, seguidos por cultivos de orina semanales de tamizaje y retratamiento si recurre la bacteriuria, reportó resultados similares en los dos grupos de tratamiento (28). Una reciente revisión siste mática de Cochrane concluyó que hay una evidencia insufi ciente para recomendar una duración de terapia antimicro biana para mujeres embarazadas de dosis única, tres días, cuatro días, y siete días de tratamiento (29). Así, la duración óptima de tratamiento antimicrobiano para la bacteriuria en mujeres embarazadas no ha sido determinada. El test de tamizaje apropiado es un cultivo de orina (30). Tamizaje para piuria tiene una baja sensibilidad, sólo alrede- Tabla 2. Criterios diagnósticos para bacteriuria asintomática. Recolección de la muestra de orina de la mitad del chorro (limpia): para mujeres dos muestras consecutivas con aislamiento de la mis ma especie y con un recuento de por lo menos 100.000 UFC por mi de orina. Muestras de orina recolectadas por sonda vesical: una sola muestra con aislamiento de una especie bacteriana y un recuento de por lo menos 100 UFC por mi. UFC: unidades formadoras de colonia. OBSTETRICIA D E ALTO RIESGO 183 GINECOLOGÍA Y O BSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T dor del 50% para la identificación de bacteriuria en mujeres embarazadas (22). Mujeres con un cultivo negativo de una muestra tamiz de orina a las 12 o 16 semanas de embarazo tenían un riesgo del 1-2% de desarrollar pielonefritis tardía. La proporción de esta patología que puede ser prevenida con una tamización rutinario repetido no es conocida.Una sola muestra de orina obtenida por cultivo a la semana 16 de gestación se concluyó como óptima en un estudio sueco (31). Una evaluación americana de costo-beneficio, desde el punto de vista del resultado en pielonefritis estableció que un solo cultivo de tamizaje en el primer trimestre fue costo-efectivo, si la prevalencia de bacteriuria fue mayor del 2% y el riesgo de pielonefritis en mujeres bacteriúricas fue mayor del 13% (32). Recomendación: Mujeres embarazadas podrían ser ta mizadas para bacteriuria por cultivo de orina por lo menos una vez en la fase temprana de su embarazo y podrían ser tratadas si los resultados son positivos (A-I). • La duración de la terapia antimicrobiana podría ser de 3 a 7 días (AHI). • Tamizaje periódico para bacteriuria recurrente podría ser realizada luego de la terapia. (A III). • Ninguna recomendación podría ser hecha para el ta mizaje repetitivo de mujeres con cultivo negativo en la fase tardía del embarazo. Tabla 3. Antibióticos orales para tratamiento de mujeres embarazadas con bacteriuria asintomática. Categoría B en embarazo FDA: Seguridad para el uso en embarazadas no ha sido establecida. Amoxacilina Amoxacilina\clavulanato (Clavulin) Ampicilina Cefuroxime (zinat) Cefalexina (Keflex) Nitrofurantoina (Macrodantina) Categoría C en embarazo: no se puede descartar la existencia de riesgo. No existen estudios en el ser humano. En animales indica riesgo o no se ha demostrado inocuidad. Solo deben usarse cuando los beneficios potenciales justifiquen los posibles riesgos fetales. Ciprofloxacina (Cipro) Gatifloxacina (Tequin) Levofloxacina (Levaquin) Norfloxacina (Zoroxin) Trimetropin Sulfametoxazol (Bactrin) FDA = Administración de drogas y alimentos en los Estados Unidos (3,25).________________________________________________________ R e f e r e n c i a s 1. Colgan Richard, Nicolle Lindsay. Asymptomatic Bacteriuria in Adults. American Family Phyisician 2006; 74(6). 2. Nicolle LE. Asymptomatic bacteriuria in the elderly. Urinary tract infection. Inf Dis N A 1997; 11(3): 647-60. 3. 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