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E sta d o fet a l n o sa t isfa c t o r io en e l TRABAJO DE PARTO. INTERVENCIONES 63 Lluís Cabero I Roura • Julián Delgado Gutiérrez Se acepta como definición de estado fetal no satisfactorio aquel que reconoce la situación clínica permanente o transitoria, de etiologías diversas, que se caracteriza por hipoxia, hi- percapnia y acidosis y otras anomalías de la homeostasis y del intercambio gaseoso matemo-fetal a nivel placentario. El diagnóstico requiere una evaluación de los gases sanguí neos y del equilibrio ácido-básico. Conocido previamente como sufrimiento fetal agudo, la connotación estado fetal no satisfactorio incorpora los elementos de transitoriedad y de evaluación de la probabilidad de riesgo de morbimorta lidad fetal. El problema para el clínico se encuentra en de terminar el nivel de acidosis metabólica bajo la cual ocurre la morbilidad y la mortalidad fetal. F is io l o g í a Al considerar el efecto de la hipoxia sobre el feto, debe dife renciarse entre la hipoxia debida a un compromiso del flujo de la sangre umbilical y la secundaria a una hipoxia mater na. En el primer caso, el feto puede desencadenar mecanis mos compensadores que intentan disminuir la asfixia y que interfieren en la entrega del CO, y la ganancia de O,. Estos mecanismos incluyen, entre otros: a. El descenso de los niveles de O, en los vasos umbili cales, con lo cual se forma un importante gradiente de O, entre la madre y el feto, que favorece el transporte materno-fetal. b. El aumento del flujo sanguíneo umbilical, transitorio, como resultado de un aumento temporal de la presión arterial durante el inicio de la hipoxemia aguda. c. La redistribución del flujo sanguíneo que tiende a man tener el flujo sanguíneo del cerebro, del corazón y de la placenta, manteniendo un efectivo gasto cardíaco. d.El posible descenso en el consumo de O, fetal durante la hipoxia. e. La utilización de la glucólisis anaeróbica por parte del feto, bajo la cual una parte del ácido láctico puede ser transferido a la madre. Por otro lado, la hipoxia aguda y grave materna también incluye una serie de mecanismos compensadores, a saber: 1. El aumento del flujo uterino. 2. La hiperventilación materna, que pueden provocar un descenso del PaCO, materna y fetal, al inicio del episo dio hipóxico. 3. El riñón materno aumentando la excreción de ácidos inorgánicos. El CO, difunde a través de la placenta, de manera que cuando se producen grandes cantidades por el feto, pueden ser eliminadas si la respiración materna, el flujo útero-pla- centario y el flujo umbilical son normales. El ácido láctico y los cetoácidos son trasportados a la pla centa donde difunden lentamente en la circulación materna; el riñón materno excreta el ácido láctico y ayuda a regenerar el bicarbonato. Los estudios clínicos realizados en neonatos humanos con severas asfixias, ponen de manifiesto, que tras unas pocas horas del problema, presentan un espectro normal, mientras que a medida que pasan las horas van apareciendo espectros anormales, que indican la presencia de anomalías neuronales secundarias. El mecanismo que, se piensa, pue de explicar este fenómeno de lesión puede ser variado inclu yendo cambios circulatorios, efectos metabólicos secunda rios, factores endocrinos, factores de crecimiento neuronal alterados o cierta neurotoxicidad. E f e c t o s c a r d io c ir c ü l a t o r io s El grado, la duración y naturaleza del evento asfíctico es modulado por la calidad de la respuesta cardiovascular. La frecuencia cardíaca fetal (FCF) está sujeta a una serie de mecanismos reflejos, desde los presorreceptores y quimio- rreceptores del corazón y grandes vasos hasta los nervios simpáticos y parasimpáticos. La respuesta cardiovascular a la hipoxia está mediada por mecanismos neuronales y hormonales, presentándose una gran actividad del sistema nervioso autónomo. La actividad alfa-adrenérgica es impor tante para determinar la distribución regional del flujo de sangre en el feto hipóxico, por vasoconstricción selectiva. Como regla general, la hipoxia siempre resulta inicial mente en desaceleración. Durante la hipoxemia, la tensión GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T arterial fetal aumenta y la FCF disminuye. El flujo umbilical se mantiene y el flujo pulmonar disminuye, en presencia de hipoxemia sola o cuando se asocia con acidemia. Unos cambios llamativos ocurren en el gasto sanguíneo ventricu lar que se distribuye a diversos compartimentos vasculares fetales ante una situación de hipoxia y/o hipoxia y acido- sis. El porcentaje de flujo que se distribuye a la placenta au menta de 7 a 16%, tanto en el grupo hipoxémico como en el hipoxémico más acidótico; el gasto distribuido al intestino, bazo y esqueleto se reduce, mientras que el porcentaje que se dirige al cerebro, al corazón y a las suprarrenales aumenta significativamente; el aumento del flujo que se distribuye al cerebro es especialmente llamativo en el grupo con hipoxe mia y acidosis. La asfixia aumentó la proporción de sangre oxigenada en el conducto venoso y en la cava superior a través del agujero oval para su distribución al cerebro y corazón, así como también el flujo suprarrenal. Realizando estudios hemodinámicos mediante doppler, se objetiva que en las situaciones de estado fetal no satisfactorio crónico, se aprecia un incremento del flujo cerebral a nivel de la arteria cerebral media; además la vasodilatación de la carótida y de la cerebral se correlaciona con los niveles del equilibrio ácido-básico obtenido por cordocentesis. De todas mane ras, tras un período de tiempo, puede ocurrir que de nuevo disminuya el flujo, probablemente debido a un incremento del edema cerebral secundario a la hipoxia y que dificulte el paso de la sangre, provocando un edema cerebral con todas sus consecuencias. La importancia de las adrenales como fuente de cateco- laminas que mantienen una correcta homeostasis fetal, a diferencia del miocardio, parece muy evidente. El descenso de la FCF en los fetos asfixiados, así como la taquicardia, apoyan el hecho de que la influencia vagal (colinérgica) es importante ya muy al inicio de la vida, presumiblemente como resultado de una mayor inervación parasimpática del corazón fetal, comparada con la inervación simpática. Las influencias -adrenérgicas (simpáticas) sobre la circulación periférica son potentes a la luz de la selectiva vasoconstric ción de la piel, músculo, intestino, riñón, bazo y esqueleto. E f e c t o s s o b r e l o s m o v im ie n to s c o r p o r a l e s Y RESPIRATORIOS FETALES La hipercapnia y la acidosis han mostrado que afectan la inci dencia y la amplitud de los movimientos respiratorios y redu cen la actividad muscular, indicando la existencia de quimio- rreceptores centrales y periféricos activos y funcionales capaces de modular la incidencia de estos movimientos en el feto. La disminución de los movimientos respiratorios fetales sir ve como un mecanismo protector al disminuir los requerimien tos propios de 0 2. Cuando la hipoxemia se sostiene de manera moderada a severa, producida por una acidosis metabólica, los movimientos fetales respiratorios disminuyen marcadamente y más que cualquier otra actividad biofísica. Una significativa reducción de la actividad respiratoria ocurre normalmente en los días que preceden al parto. Su relación con la FCF ha dado las bases para la prueba de no estrés de la frecuencia cardíaca y su implicación en el perfil biofísico fetal. E f e c t o s m e t a b ó l i c o s s e c u n d a r i o s La acidosis metabólica fetal está caracterizada por dismi nución del bicarbonato, déficit de bases y caída del pH. Aunque no existen pruebas de relación causa-efecto, se ha sugerido que el aumento de la glucólisis es un importante factor metabólico compensador, existiendo una deprivación de 0 2 en el corazón, y se atribuye a mayor capacidad del feto y del recién nacido para resistirla anoxia, a su mayor dependencia del metabolismo glucolítico. Las reservas de carbohidratos y en particular, los depósitos de glucógeno cardíaco, parecen estar directamente relacionados con la su pervivencia en anoxia. M etabólicamente, cuando el feto está en hipoxia o anoxia, aum enta el desdoblam iento del glucógeno acti vando la fosforilasa por medio del AMP cíclico (probable mente debido al efecto de la adrenalina y/o del glucagón) y a un aumento de la glucogenólisis, reflejada m ediante una actuación del ácido láctico. C a m b i o s e n d o c r i n o s La hipoxemia fetal, con caída de la P 0 2 carotídea fetal, va acompañada de importante aumento de la concentración plasmática de catecolaminas, llegando incluso a sobrepasar sus niveles en plasma materno. El efecto de la hipoxia sobre la ACTH es también un importante incremento de ésta, a fin de mantener el gasto cardíaco y el flujo sanguíneo umbilical, por un mecanismo inotrópico positivo, como se mencionó previamente. La actividad - adrenérgica es importante para llevar a cabo la distribución regional de flujo en el feto hipóxico por vasoconstricción selectiva. Las concentraciones plasmáticas de arginina-vasopresina, -endorfinas, y factor natriurético atrial aumentan duran te la hipoxia en el feto. La vasopresina aumenta la presión sanguínea por disminución del flujo sanguíneo umbilical e intestinal. Las -endorfinas pueden estar implicadas en va sodilatación renal y periférica y el factor natriurético atrial en una disminución del volumen sanguíneo fetal. El óxido nítrico, las prostaglandinas y la adenosina también están implicados en la regulación de la circulación fetal. A l t e r a c i ó n d e f a c t o r e s d e c r e c i m i e n t o NEURONAL, NEUROTOXICIDAD Existe una serie de evidencias que pone de manifiesto que los aminoácidos excitadores, neurotransmisores cerebrales (EAAs) y el N-metil-D-aspartato (NMDA) contribuyen al desarrollo de la lesión cerebral isquémica en el adulto mien tras que el ácido alfa-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazol- propiónico (AMPA), disminuye la lesión cerebral después del insulto hipóxico. La hiperactividad del receptor NMDA en el cerebro de los fetos inmaduros implica que los ami noácidos EAAs permitan la toxicidad del NMDA durante las fases hipóxicas. De hecho existe una alta densidad de receptores NMDA y otros de EAAs en varias de las zonas vulnerables a la hipoxia-isquemia, que corre en paralelo con 430 PARTE III 6 3 / ESTADO FETAL NO SATISFACTORIO EN EL TRABAJO DE PARTO. INTERVENCIONES T la toxicidad de NMDA en esas regiones. Asimismo, se ha podido observar que la administración de antagonistas de los NMDA reduce la lesión en el inmaduro, incluso si la sus tancia es administrada inmediatamente después del insulto, lo que como puede suponerse abre unas expectativas extre madamente interesantes. Los radicales libres pueden producir destrucción celular, induciendo un aumento de la permeabilidad capilar, altera ciones en la microcirculación, lesión de las membranas celu lares por peroxidación lipídica y alteración del DNA celular. La característica de este hecho es la autoalimentación de este proceso. Existen algunos autores que involucran estas sus tancias con las lesiones isquémicas cerebrales. Ello dio pie a que se intentase prevenir la lesión o disminuir su inten sidad dando sustancias antioxidantes como la vitamina E. En datos todavía no publicados se ha podido apreciar que la administración de magnesio y ciertos reductores de los radicales libres (manitol y N-metionina) después del insulto hipóxico, reduce la zona de infarto de una media de 8,8% a 0,7%, utilizando el mismo modelo. Este hecho se apreció particularmente importante cuando se estudiaron amplias zonas de infarto. En resumen, la más larga supervivencia de los fetos en déficit de oxígeno parece ser debida a: 1. Redistribución del flujo sanguíneo 2. Menor requerimiento de O,. 3. M ayor capacidad para conseguir energía por vía anaeróbica. 4. Mayor resistencia al descenso del pH sanguíneo. 5. Sistema nervioso central menos desarrollado. Cuando el déficit de O, se establece de manera aguda (circulares de cordón, prolapsos de cordón, etc.), la primera manifestación será la acumulación de CO, estableciéndose una acidosis de carácter respiratorio, mientras que cuando el déficit es progresivo, el feto pone en marcha los mecanis mos metabólicos ya citados cuyo resultado es la acumula ción de radicales ácidos, en especial ácido láctico (acidosis metabólica). Se comprende que puedan coexistir situaciones mixtas (acidosis metabólica y respiratoria). La recuperación del estado norm al del equilibrio ácido básico puede requerir m inutos o incluso horas después de la agresión asfíctica dependiendo de la gravedad y du ración del proceso. F a c t o r e s q u e a fe c t a n e l e q u il ib r io á c id o - b á s ic o Por la definición aceptada de estado fetal no satisfactorio, cualquier situación que condicione una disminución del intercambio materno fetal con la consiguiente disminución de 0 2 disponible para el normal metabolismo fetal, aunque su origen, calidad e importancia sean muy dispares. Con el ánimo de ser algo esquemático, aceptamos tres grandes gru pos de causas, en función de que su acción la ejerzan predo minantemente en el sector materno, en el sector placentario y en el sector fetal (tabla 1). Tabla 1. Factores que afectan el equilibrio ácido-básico fetal, según el sector donde ejerzan su acción. Sector materno 1. Por inadecuada cantidad de 0 2 en la sangre Anemia Intensa Cardiopatías congénitas Asma Anestesia mal controlada 2. Por déficit en la llegada de sangre al espacio intervelloso (EIV) Hipotensión materna (supina, shock hipovolémico, sépti co, cardíaco o neurogénico) 3. Por déficit de intercambio en el EIV Distocias dinámicas (por hiperactividad uterina) Sector placentario 1. Insuficiencia placentaria 2. Desprendimiento prematuro de la placenta normoinserta (total o parcial) 3. Placenta previa central Sector fe ta l 1. Anomalías del cordón umbilical (nudos, pinzamientos, circulares, procidencias, prolapsos) 2. Infección 3. Medicamentos (que alteren la circulación fetal) 4. Traumatismos S ecto r m aterno Desde el punto de vista fisiopatológico existen tres posibili dades etiopatogénicas: 1. Las que condicionan una inadecuada cantidad de O, en la sangre: en este apartado se engloban causas como: los cambios de concentración del O, inhalado o el déficit de transporte de O, por la hemoglobina ante una acidosis materna. Son ejemplos la anemia intensa, las alteracio nes cardíacas, en especial las que cursan con cianosis (cardiopatías congénitas) o las alteraciones respirato rias maternas que condicionan una menor oxigenación de la sangre materna con la concomitante acumulación de CO,. Merecen especial atención las anomalías del tipo asmatiforme, puesto que, hasta el momento del ac ceso asmático, la madre está en perfectas condiciones, mientras que durante el broncoespasmo puede estar en manifiesta hipoxemia. También se destacan aquí las al teraciones respiratorias provocadas por una anestesia mal controlada, que pueden actuar por diversos me canismos; por un lado, deprimiendo el centro respira torio materno y, por otro, no administrando la mezcla gaseosa adecuada a la madre. Unas condiciones de evi OBSTETRICIA DE ALTO RIESGO 431 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS dente trascendencia, son todas aquéllas cuyas etiologías dependen de la existencia de una acidosis materna. En este sentido, como ya se dijo anteriormente, aparte que, en presencia de un pH circundante ácido, ciertos mecanis mos funcionan de manera distinta (intercambios a nivel del hematíe, disociación de la hemoglobina, paso del O, a nivel del capilar de la vellosidad, metabolización de la glu cosa disminuida, etc.). Esta anomalía no permite la ade cuada cesión de radicales ácidos (enespecial H+) desde la circulación fetal a la materna, dado que los mecanismos transportadores están ya saturados con los H+ matemos, acumulándose a nivel fetal y motivando una acidosis y, con ello, una situación de sufrimiento fetal. Sin embargo, debe hacerse hincapié en que esta acidosis, mal llamada transfusional, probablemente no tenga la misma trascen dencia que la acidosis primitiva que, además, va acompa ñada de hipoxemia. El ejemplo de este tipo lo brinda la pa ciente diabética ante una descompensación (cetoacidosis) o bien la paciente que está en un parto prolongado, sin el adecuado aporte calórico ni hídrico. 2. Las que condicionan un déficit de llegada de sangre al espacio intervelloso: entre las causas más importantes y frecuentes debe mencionarse, en primer lugar, la hipo tensión supina. Como ya se sabe, está motivado por la compresión que ejerce el útero sobre los grandes vasos pélvicos, en especial la vena cava, provocando un des censo de la cantidad de sangre de retorno, un déficit del gasto cardíaco materno y, consecuentemente, la hipo tensión materna resultante. Este hecho tiene una espe cial trascendencia durante el parto, de ahí la recomen dación de colocar siempre a la mujer en decúbito late ral. A decir verdad, cuando el feto goza de buena salud, como no sea muy pertinaz, habitualmente no comporta la muerte fetal, no así cuando el feto ya está hipóxico por cualquier otro motivo. En segundo lugar, las hipo tensiones que obedecen a un estado de shock materno: hipovolémico (hemorragias por placenta previa, por ejemplo), tóxico (shock séptico), cardíaco o neurógeno. En todos los casos, juntamente con anomalías genéri cas del tipo del shock, existe una reducción importante del aporte de sangre al espacio intervelloso. Mención especial debe hacerse de los cuadros hipotensivos que pueden apreciarse durante la administración de ciertos tipos de medicamentos, incluidos los anestésicos. Aun que poco frecuentes, ciertas pacientes tienen una sen sibilidad especial a sustancias sedantes y analgésicas (meperidina, etc.) o bien a barbitúricos (fenobarbital), que condicionan descensos de los niveles de tensión ar terial maternos. Por otro lado, otro tipo de sustancias, como los betamiméticos, pueden también ser origen de descensos importantes de la tensión arterial, si no se emplean ciertas normas en su administración. 3. Las que condicionan un déficit de intercambio en el es pacio intervelloso: es la causa más frecuente de acidosis fetal de origen materno, en este sentido, las distocias dinámicas por hiperactividad son las más relevantes. La forma como las anomalías de la actividad uterina ac túan es más o menos semejante en todas ellas. Al espa cio intervelloso llegan los vasos miometriales aferentes aportando sangre arterial; durante la actividad uterina mediante la metodología adecuada (registro interno con catéter) puede apreciarse que, a pesar de no estar en contracción, el útero ejerce una presión intraamnió tica, consecuencia de la tensión normal de sus fibras musculares, que constituye el tono uterino, en cuanto se sobrepasa la presión que ejerce la sangre para llegar al mencionado espacio, la circulación a ese nivel queda abolida, impidiéndose la renovación sanguínea nece saria para establecer el correcto intercambio. Por otro lado, cuando la presión sobrepasa los límites, en la zona de drenaje, la sangre se estanca a ese nivel quedando impedida su salida, cosa que también produce una dis minución de los intercambios. Como puede suponerse, cualquier anomalía que eleve el tono uterino disminuirá el nivel de intercambio a nivel del espacio intervelloso con la consiguiente afectación fetal. De entre las situaciones más frecuentes que van acompañadas de hipertonía, destacan las secundarias a otra alteración dinámi ca (polisistolia) o las iatrogénicas (sobredosis de oxitocina). De todas maneras, esta situación (dentro de los términos de la normalidad) no afecta a la condición fetal. Ahora bien, si la contracción es muy duradera o son muy frecuentes, el tiempo de intercambio disminuye, produciéndose un des censo progresivo de los niveles de O, y el inicio de la afecta ción fetal. Estas anomalías de la dinámica no son raras en los casos de desproporción feto-pélvica y en casos de despren dimiento de placenta u otros. S ecto r placentario Es bien sabido que ciertas situaciones patológicas (toxemia, diabetes, etc.) que van acompañadas de anomalías, incluso macroscópicas y microscópicas (fibrosis, vellosidades avas allares, edema de la vellosidad, etc.) presentan una inusita da frecuencia de estado fetal no satisfactorio intraparto, aun con estricta normalidad funcional de los restantes paráme tros matemos y fetales. Esta situación, que proviene de una anomalía en el funcionamiento de la placenta (al menos apa rentemente), se ha denominado insuficiencia placentaria. Otro grupo de causas de estado fetal no satisfactorio in traparto, cuyo origen está en el sector placentario es el pro veniente de los desprendimientos totales o parciales de la placenta y su correspondiente descenso de los intercambios, que pueden llegar a ser totales, con la muerte fetal incluida. Aparte, a la disminución real de las zonas de intercambio, se unen las anomalías de la dinámica uterina (hipertonía, polisistolia, hipersistolia, etc.) que agravan todavía más la ya precaria situación fetal. Otra de las anomalías placentarias que pueden provocar una disminución de los intercambios es la placenta previa central. La zona ístmica y baja del útero, donde está inserta la placenta, está habitualmente mal irrigada, con llegada de una relativa menor cantidad de sangre al espacio intervello- so, en el momento en que más necesario es este intercambio; hechos que desempeñan un papel no poco importante en el momento de explicar la alta incidencia del estado fetal no satisfactorio en los casos de placenta previa. 432 PARTE III 6 3 / ESTADO FETAL NO SATISFACTORIO EN EL TRABAJO DE PARTO. INTERVENCIONES T S ecto r fetal Las causas de estado fetal no satisfactorio que hallan su mecanismo fisiopatológico en el sector fetal involucran, la mayoría de las veces, al cordón umbilical, y puede actuar de dos maneras distintas: mediante la compresión de los vasos, que provoca trastornos hemodinámicos de la circulación fe tal e hipoxia, con descenso de pO, y acidosis, inicialmente respiratoria. La compresión puede ser producida por pinza- mientos, nudos, circulares, procedencias, prolapsos, por la clínica que presenta, puede sugerirse una probable patolo gía funicular. Es evidente que algunas situaciones provocan más frecuentemente anomalías fetales (prolapsos), mientras que otras, sólo de manera menos constante (circulares). Desde el punto de vista propiamente fetal, se comprende que cualquier fallo de la circulación fetal (infección, medi camentos, etc.) puede condicionar, sin lugar a dudas, una anomalía del propio feto. Por último, el traumatismo de diferentes estructuras del feto constituye la causa de estado no satisfactorio, lesión e incluso de su muerte. A título recordatorio, basta decir que el traumatismo físico directo puede actuar a través de la es tasis cerebral por compresión, el desgarro de la tienda del cerebro o cerebelo y/o fractura craneal. D iagnóstico El mejor conocimiento fisiopatológico del proceso, así como la oportunidad de disponer de una tecnología más espe cífica y sofisticada, condujo a una mayor probabilidad de diagnóstico del estado normal o patológico fetal. Pero toda vía no disponemos de la metodología óptima que no sólo in forme de la situación anómala, sino también, y eso es lo más importante, de las repercusiones (neuronales, metabólicas, enzimáticas, etc.). Por la tanto, todavía no se ha llegado a la situación de diagnóstico ideal. En cualquier caso, el diagnóstico, tal como ya se dijo, se basa en la detección de las alteraciones que se producen en distintos nivelesy que básicamente son: la presencia de meconio, las alteraciones de la FCF, la evaluación de la di námica de flujos en la circulación fetal y la valoración del equilibrio ácido-básico (detección de acidosis) (tabla 2). Tabla 2. Diagnóstico de estado fetal no satisfactorio agudo. 1- Presencia de meconio (ver texto) 2- Alteraciones de la FCF. Graduación pronostica: Dips tipo I Pulso saltatorio (oscilaciones rápidas) Bradicardia leve Taquicardia leve Desaceleraciones variables Taquicardia grave Dips tipo II Pulso silente 3- Evaluación de la dinámica de flujos en la circulación fetal (doppler) 4- Perfil biofísico fetal 5- Medición del equilibrio ácido-básico Existe toda una serie de situaciones patológicas materno- fetales ya enunciadas en el apartado de causas del estado fetal no satisfactorio, que han de ser adecuadamente detec tadas con la valoración clínica con el fin de corregirlas antes de que provoquen el sufrimiento. M e c o n io En todos los libros y tratados clásicos se reseña que uno de los signos clínicos que ofrece el estado fetal no satisfactorio es la presencia de meconio en el líquido amniótico, junto con otros, como las alteraciones de la FCF y la acidosis fe tal. Parece ser que no hay un acuerdo general al observar la morbimortalidad perinatal asociada a meconio y a varios signos de estrés fetal. De ahí que en los últimos años se ha dudado de la validez del meconio como indicador de estado fetal no satisfactorio. La gran variabilidad de la presencia de meconio, tanto en relación con el tiempo como en los casos de estado fetal no satisfactorio, sugiere que la expulsión de meconio es debida a múltiples factores. El brusco incremento de la incidencia de expulsión de meconio después de las 28 semanas, sugiere una madura ción del sistema reflejo parasimpático. De ahí que se con sidere que la expulsión de meconio es una función normal de los fetos maduros. Por ello, se concluye que cuando la expulsión de meconio no va acompañada de alteraciones de la frecuencia puede considerarse como una defecación ocasional in útero. F r e c u e n c ia c a r d ía c a f e t a l ( F C F ) La FCF ha representado uno de los parámetros más estudia dos y más utilizados (1-7) y ha llegado a establecerse una relación entre ciertas manifestaciones de la FCF y el grado de bienestar fetal. Las principales técnicas de recogida de dicha señal son: la auscultación, la electrocardiografía, la fo- nocardiografía y la doppler cardiografía. La FCF es el resultado de la suma de factores aceleradores y factores desaceleradores que actúan a nivel de los núcleos de estimulación y conducción miocárdico de forma sincró nica y dinámica a tenor de las diferentes circunstancias ante las que se enfrenta el feto. Cuando el feto entra en situación de acidosis aparecen una serie de anomalías de la FCF, que son las que el clínico detecta y objetiva para llegar al diag nóstico de la misma. Para ello se han utilizado diversas clasificaciones. La más ampliamente utilizada es la descrita inicialmente por Cal- deyro-Barcia que está basada en la valoración de diversos aspectos: por un lado en la valoración de la FCF basal (FCF que existe entre dos contracciones o estímulos fetales) y, por otro, en la valoración de la FCF durante las contracciones o estímulos (táctiles, ópticos, sonoros, movimientos del pro pio feto, etc.). En relación con la FCF basal se valora su nivel así como su variabilidad (variación del nivel de FCF en cada latido), y su fluctuación (cambio de sentido de la FCF en un minuto). En relación con la valoración durante la contrac ción o durante ciertos estímulos, la FCF puede reaccionar con un ascenso o con un descenso de la misma (aceleracio nes o desaceleraciones o dips de la FC). Las aceleraciones son signos de bienestar fetal, de reactividad fetal, por lo que OBSTETRICIA DE ALTO RIESGO 433 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T forman parte del patrón de FCF normal, mientras que las desaceleraciones pueden ser de distinto signo, tal como se verá. En estas últimas se valoran diversos parámetros: a. El desnivel (diferencia entre el nivel de la FCF y el pun to más bajo del descenso de la FCF), denominado am plitud de la desaceleración o del dip. b. El decalaje (espacio de tiempo entre el acmé de la con tracción y punto más bajo de la FCF). La FCF normal se considera aquella que tenga un nivel entre 120 a 160 1/min, con una variabilidad superior a 5 la tidos/min e inferior a 25 1/min, con una fluctuación de 3-5 ciclos/min, con o sin aceleraciones transitorias. Ante un re gistro con estas características, el obstetra puede considerar que la condición fetal es de plena normalidad, ya que segu ramente no existe hipoxia en dichas circunstancias. Cualquier otro tipo de patrón de la FCF es considerado patológico y, en consecuencia, tiene que ser enmarcado por el clínico en el cuadro de la adaptación o respuesta del feto a situaciones desfavorables en sus diversos grados. Por ello, los patrones patológicos de la FCF más que signos de estado no satisfactorio que condicionen una conducta obstétrica de terminada, deben ser para el tocólogo signos guía o signos de alarma que le advierten de la presencia de una situación desfavorable para el feto, que él debe intentar clasificar en el plano etiopatogénico y cuantificar en el plano clínico, para supeditar al resultado de dicha indagación su subsiguien te conducta obstétrica. No cabe duda de que en ocasiones, la persistencia de un patrón patológico y la agravación del trazado de la FCF, con el paso de un patrón a otro de ma yor significación patológica podrá condicionar la conducta a seguir. Sin embargo, el registro continuo de la FCF sigue siendo de primer orden en la vigilancia del feto durante el parto, y los actuales conocimientos permiten que el obstetra pueda ya disponer de una cierta gradación pronostica de patrones patológicos de la FCF. Dicha gradación, en sentido de menor a mayor significa ción patológica es la que se describe a continuación: 1.D ip tipo I: descenso transitorio de la FCF de más de 15 latidos minuto, con un decalaje inferior a los 18 se gundos y con la form a (a la inversa) de la contracción uterina. Suelen ser secundarios a respuestas reflejas por compresión de la presentación (cabeza fetal) so bre el canal del parto o bien por estím ulos directos sobre la calota fetal, y no suelen tener ningún tipo de traducción patológica; 2. Pulso saltatorio. Oscilaciones rápidas en la FCF basal de más de 25 latidos minuto. No se acompaña de acidosis fetal, pero obliga a iniciar una mayor vigilancia. 3. Bradicardia leve. FCF basal entre 110 y 120 latidos mi nuto, sin ningún otro patrón patológico. Muy raramen te corresponde a un feto acidótico. 4. Taquicardia leve. FCF basal entre 155 y 170 latidos mi nuto, con idénticas características a las señaladas en el apartado anterior; si se acompaña de pérdida de la va riación latido a latido (pulso silente) su pronóstico sue le ser muy grave, pues acostumbra a reflejar una gran afectación del feto. 5. Desaceleración variable. Es la desaceleración transitoria que no refleja la contracción uterina a la que va asociada y cuyo inicio es variable en relación al inicio de ésta, siempre y cuando el decalaje sea inferior o igual a + 18 segundos. Suele traducir la adaptación fetal a los cam bios hemodinámicos y bioquímicos transitorios provo cados por la compresión del cordón umbilical. 6. Taquicardia grave. FCF basal superior a 170 latidos mi nuto. Descartada la fiebre materna y/o la administra ción de medicamentos inotrópicos, suele ser signo de hipoxia fetal persistente. 7. DIP tipo II. Constituye un signo de adaptación o de res puesta fetal a situaciones de gran compromiso que, si bien puede coexistir con un mayor o menor período de tiempo con la ausencia de acidosis detectable, si persiste acaba rá siempre coexistiendo con alteración de la homeostasis fetal,con el consecutivo peligro para el feto y el recién na cido. El DIP tipo II presenta un decalaje (intervalo en se gundos entre el pico de la contracción y el fondo del DIP) de +18 a + 64 segundos. Son debidos a estasis del espacio intervelloso con la consiguiente hipoxia fetal. 8. Pulso silente. Son oscilaciones de la FCF basal de menos de 4 latidos minuto. El clínico debe considerarlo como patrón muy grave mientras no pueda asegurar la nor malidad de la homeostasis fetal. Durante el parto, un patrón de FCF con disminución de la variabilidad debido a asfixia es virtualmente precedido por patrones anormales de frecuencia cardíaca: desaceleracio nes tardías, desaceleraciones variables severas o bradicardia prolongada. Ciertos patrones representan un carácter severo de parto inmediato tales como: frecuencia cardíaca de base plana y severas desaceleraciones variables o tardías o una bradicardia prolongada por debajo de 60 latidos/min. Resaltamos, que al valorar cualquier trazado patológico de FCF, y antes de tomar cualquier tipo de decisión deberá tenerse en cuenta el factor tiempo de persistencia de los pa trones y evolución cronológica de los mismos, al igual que los datos clínicos obstétricos. La eficacia de la evaluación de la FCF en el estado fetal no satisfactorio agudo ha presentado múltiples variables y resultados en los diferentes estudios de investigación, entre los informes de no beneficios hasta su gran efectividad, se postula que: en los estudios iniciales, el número de pacientes fue inadecuado para evaluar diferencias en las tasas de mor talidad, no se estandarizaron los criterios para el diagnóstico de asfixia fetal o anormalidades de la FCF y no se considera ron los tiempos entre los resultados y la intervención reali zada. En 1997, el National Institute o f Child Health and Human Development estableció los patrones de interpretación para la evaluación de las modificaciones de la FCF, sin embargo, continúa la discordancia relacionada a la aceptación generali zada de las definiciones además de sus patrones asociados al desarrollo de daño cerebral o desarrollo neurológico. Desde su introducción, hace más de 20 años, la monitoria continua de la FCF ha llegado a ser el patrón en la mayoría de las unidades obstétricas modernas. Las prácticas bien es tablecidas en la interpretación de la FCF no colocaban en duda el valor de la monitoria fetal, tanto para identificar la hipoxia fetal como para entender la fisiología de la hipoxia y la necesaria intervención. Sin embargo, aunque estudios no randomizados demuestran una disminución en la tasa de mortalidad perinatal, muchos estudios randomizados han fallado en la confirmación de esta observación. 434 PARTE III 6 3 / ESTADO FETAL NO SATISFACTORIO EN EL TRABAJO DE PARTO. INTERVENCIONES T Ha habido preocupación en cuanto a su eficacia y seguri dad para prevenir resultados adversos en recién nacidos, no se conocen todavía cuáles anormalidades específicas de la monitoria fetal están relacionadas directamente con riesgo de parálisis cerebral que pueda ser aplicado a la población general de gestaciones sin riesgo. Sin embargo, hay pocas pruebas que sugieran disminución de su uso en un futuro cercano. El aumento en la intervención obstétrica, quirúrgica vagi nal u operación cesárea, sobre todo si no se realiza estudio de sangre para pH fetal. La monitoria tiene una baja sensibilidad y una limitada especificidad en términos de morbilidad, sus valores pre dictivos negativos y positivos se encuentran entre 99,6% y 50% respectivamente, sin embargo, se lleva a cabo uso en más del 70% de las gestantes considerando que se puede responder o disminuir la injuria fetal y el daño cerebral. La vigilancia fetal electrónica se introdujo ampliamente a la práctica clínica antes que los datos de los estudios clínicos randomizados demostraran un beneficio. Es claro que los be neficios promulgados para la monitoria electrónica de la FCF han resultado mucho más modestos que lo que inicialmente se consideró, por lo que parece prudente la posición actual del ACOG que deja al médico y a la paciente le decisión de su utilización. Hay aún mucho que aprender acerca del período intraparto y sus efectos a largo plazo sobre el feto. E v a l u a c ió n d e l a d in á m ic a d e f l u j o s e n la CIRCULACIÓN FETAL (DOPPLER) Actualmente disponemos de la evaluación en forma no invasi va del flujo sanguíneo en el feto y en la circulación placentaria. El flujo sanguíneo representa las influencias de todos los com ponentes de la circulación: bombas, vasos, resistencias y reser- vorios, además de las propiedades químicas de la sangre (8). Las ondas de flujo son influenciadas por: la contracción cardía ca, las propiedades físicas de la pared arterial y la sangre. Estudios observacionales han establecido una asociación entre velocidades de flujo y resultados adversos del emba razo tales como: restricción del crecimiento intrauterino, as fixia fetal y mortalidad perinatal. Los cambios en la FCF y en la presión sanguínea producen cambios en el flujo umbilical, al igual que las modificaciones en el gasto cardíaco. Sin embargo, los cambios agudos en la p 0 2 durante la acidosis producen un muy pequeño efecto. Los resultados referentes a estrés fetal en el parto han sido conflictivos. Inicialmente se consideró su utilidad y co rrelación entre el grado de hipoxemia y acidemia y la anor malidad en el doppler umbilical, y de la arteria cerebral me dia. Sin embargo, en los fetos humanos, la redistribución del flujo sanguíneo arterial puede ser un signo de compromiso fetal crónico más que una reacción inmediata a cambios en la oxigenación. La velocimetría doppler de la arteria umbi lical es una prueba placentaria más que una prueba fetal, identifica embarazos con aumento de riesgo de mortalidad perinatal. Está ahora bien establecido, que en embarazos de alto riesgo complicados por insuficiencia útero placentaria, el uso del doppler debe hacer parte del cuidado obstétrico y parece reducir la mortalidad perinatal. Está bien establecido que en embarazos de alto riesgo complicados con insuficiencia útero placentaria el uso del doppler ayuda al resultado en los cuidados obstétricos y pa rece reducir la mortalidad perinatal. Sin embargo, no hay asociación entre modificaciones de la velocidad de flujo en estrés fetal agudo. Perfil biofísico fetal Bajo el conocimiento de la fisiología de las modificaciones fetales secundarias a la acidosis y al balance ácido-básico, se realizaron evaluaciones de las variables biofísicas dentro de la respuesta adaptativa fetal. Descrito por Manning en 1980, combina las variables bio físicas: movimientos respiratorios, movimientos fetales y tono fetal, en una escala de puntuación (9). La respuesta aguda a la hipoxemia, inhibe las actividades biofísicas, mediadas centralmente, en una cascada secuen cial referente a la sensibilidad de los centros reguladores, así: sistema nervioso central que regula la respuesta reactiva de la FCF a los movimientos fetales (el más sensible), centro respiratorio fetal y centros reguladores del tono y los movi mientos fetales (los menos sensibles). La respuesta adaptativa crónica está mediada por qui- miorreceptores aórticos y carotídeos, con reducción en la perfusión pulmonar y renal y disminución de la producción de líquido amniótico (oligohidramnios). La evaluación combinada de las respuestas aguda y cróni ca puede ser un mejor estimativo del pronóstico que las va riables solas. La evaluación de los movimientos fetales y de la aceleración de la frecuencia cardíca puede ser usada para la exploración del bienestar fetal en fetos muy inmaduros. Se ha establecido la relación del perfil biofísico con el pH sanguíneo fetal. Ha sido observado que no ocurre acidemia o es extremadamente rara en fetos con perfil biofísico normal. Está bien documentada la presencia de movimientos cor porales fetales y aceleraciónde la FCF con mínimo riesgo de muerte intrauterina. Así, el valor predictivo negativo para el resultado perinatal normal en el perfil biofísico fetal es alto. M e d ic ió n d e l p H f e t a l Es el método que realmente valora el grado de acidosis fetal. El feto vive en una situación de dependencia con respecto al medio interno materno, durante el parto se producen toda una serie de variaciones que repercuten en los medios in ternos materno y fetal, sin embargo, el feto dispone de una serie de características en sus componentes sanguíneos que le permiten, en condiciones normales, obtener el oxígeno o la energía necesaria para su metabolismo; el feto tolera de manera correcta una situación que en el adulto se considera ría como de acidosis (10). El feto estabiliza su medio interno compensando, en las pausas intercontráctiles, el déficit en el intercambio que puede presentarse durante la contracción. Por estas razones, resulta interesante objetivar el medio in terno fetal, lo cual realizamos mediante determinaciones del pH, y tratar, si es posible, de establecer la pCO, y el exceso de bases para establecer un diagnóstico del grado de evolu ción e incluso de la etiología, de la acidosis fetal. En el año 1964, Enrich Saling a partir de la muestra he- mática de la piel fetal obtiene la información del equilibrio ácido-básico. Básicamente, se trata de visualizar la presen tación y practicar en ella una pequeña punción para obtener OBSTETRICIA DE ALTO RIESGO 435 GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T una micromuestra de sangre capaz de ser analizada por un aparato adecuado. A la luz de los resultados obtenidos, el clínico puede llegar al diagnóstico del estado fetal, estable ciendo si la situación en aquel momento es normal o no. El nivel crítico a partir del cual se considera que el feto está en acidosis es cuando su pH se sitúa por debajo de 7,25. Es evidente que este dato es tan sólo la resultante final de los componentes que integran el equilibrio ácido-básico, por lo que no informa ni del tipo, ni de la supuesta etiología de la acidosis. Por otro lado, como es obvio, cuanto más bajo sea el pH, más acidótico estará el feto, y por ello, más compro metida será su situación, lo que implica diferentes actitudes por parte del obstetra. Los errores en la técnica de la obtención de la muestra y en la medida de los valores del pH pueden proporcionar una falsa idea del real equilibrio ácido-básico: dentro de las cau sas que obedecen a la propia medición del pH, destacan: 1. La calibración del aparato con las sustancias tampón adecuadas. 2. La composición del gas que equilibra la muestra (en los tonómetros) puede ser incorrecta. 3. La temperatura a que se realiza la medición. 4. El electrodo de vidrio debe funcionar con corrección. 5. La estasis local, provocada por la presión del cérvix o bien por el amnioscopio, a nivel de la presentación pue de justificar un descenso de la perfusión, y con ello, el descenso del pH, en relación con la sangre de la circula ción general. Dado que la medición del pH por este método tiene sus inconvenientes, no se puede repetir la extracción de sangre fetal con demasiada frecuencia; el aumento del número de punciones en la presentación fetal aumenta el riesgo de he morragias así como de infecciones; para el obstetra es un inconveniente serio conocer sólo de manera momentánea el estado del equilibrio ácido-básico. Se ha puesto un especial interés en intentar conseguir un electrodo que sea capaz de proporcionar una información continua válida y real del pH fetal. La pulsooximetría fetal intraparto permite la monitorización de la saturación de oxi geno fetal como herramienta de evaluación de emergencia, que tiene un gran potencial para la aplicación clínica (11). Se requiere el desarrollo técnico de los equipos que permita obtener una señal de alta calidad y una calibración precisa de los valores de pO, (12,13). A n á l is is d e la s a n g r e d e l c o r d ó n u m bilic a l Proporciona un método más objetivo que el test de Apgar, para la evaluación de la condición ácido-básica del recién nacido especialmente en caso de hipoxia y acidemia. La muestra es tomada de un segmento de cordón de la arteria umbilical, representando la acidemia fetal patológica cuan do el pH<7,28, que ayuda a establecer un criterio diagnósti co y de seguimiento de sospecha de daño neurológico agu do y se encuentra recomendado en la evaluación del estado al nacer del neonato. T ra ta m ien to d e l e s t a d o f e t a l n o SATISFACTORIO Tras el considerable descenso de los índices de mortalidad perinatal, la perinatología moderna se ha volcado íntegra mente a disminuir la incidencia de daños reversibles o irre versibles cerebrales. Durante el parto, sin embargo, los factores que más a me nudo ocasionan las lesiones son: la hipoxia y la manipula ción obstétrica. Los modernos métodos de control fetal (monitorización electrónica de la FCF y determinación del equilibrio ácido-bá- sico fetal) proporcionan una información directa o indirecta del grado de bienestar fetal. No obstante, no se ha llegado a establecer de manera completa la relación directa y cuantita tiva entre grado de acidosis fetal y lesión neurológica (14). Paradójicamente, esto determina la asociación de dos si tuaciones lesivas para el feto: la hipoxia y la actuación obs tétrica, que en muchas ocasiones se realiza bajo condiciones desfavorables. De ahí que nuestros esfuerzos vayan dirigi dos a la búsqueda de una vía que proporcione una mejora de la condición fetal, antes de su extracción. Por tanto, la actitud lógica ante esta eventualidad durante el parto irá encaminada a mejorar, en la medida de lo posible, los dete riorados intercambios materno fetales, ya sea actuando de manera etiológica o aplicando medidas inespecíficas. Las condiciones que provocan un estrés fetal no son uni formes: ni en el origen, ni en el carácter, ni en la intensidad, ni en la duración; lo que motiva que cada caso deba ser con siderado de manera independiente. Sin embargo, la existen cia de un común denominador fisiopatológico (la reducción de los intercambios feto-maternos) estimuló la investigación para aplicar medidas generales en todos los casos de estrés fetal. Se pretende: disminuir el daño asfixiante de una ma nera temporal y restringir los casos de conducta urgente (ce sárea o parto operatorio vaginal) a los casos apropiados. Tres grandes pasos deben seguirse después del diagnós tico bioquímico fetal: 1. Diagnosticarse la existencia de un posible factor etio- lógico (compresión funicular, hiperdinamia, desprendi miento de placenta, etc.). 2. Establecer la terapia adecuada al diagnóstico realizado. 3. Si no se ha identificado la causa, intentar aumentar los intercambios materno-fetales con más o menos fortuna, a través de las varias posibilidades que a continuación estudiamos (tabla 3). Tabla 3. Tratamiento del estado fetal no satisfactorio agudo. 1. Cambio en la posición materna (a decúbito supino) 2. Administración de oxígeno (Beneficio no concluyente) 3. Administración de betamiméticos (la medida más eficaz) Posición m aterna Hacia el final del embarazo, la compresión de los vasos pél vicos es un hecho relativamente frecuente cuando la madre adopta la posición de decúbito supino, aunque en pocas pa 436 PARTE III 6 3 / ESTADO FETAL NO SATISFACTORIO EN EL TRABAJO DE PARTO. INTERVENCIONES cientes se desarrolla hipotensión con disminución del retor no venoso y disminución del gasto cardíaco. Al colocar a la madre en posición de decúbito lateral, la compresión cede, y se restablece la normalidad, constituyendo esta simple ac ción una de las formas más rápidas y efectivas de tratar el episodio anóxico en este tipo de anomalías. Administración de 0 2 La medida de administrar 0 2 (a altas concentraciones) po dría ser beneficiosa. Al revisar las causas de estado fetal no satisfactorio,se puso de manifiesto que existían dos grandes grupos que resaltaban por su frecuencia: las distocias diná micas y las anomalías del transporte (desprendimientos placentarios, prolapsos y circulares de cordón, etc.). Cuando se estudian estas anomalías desde el punto de vista fisiopa- tológico, es difícil comprender el papel del aumento de los niveles de PO, maternos, teniendo bien presente que, por la genuina curva de disociación de la hemoglobina materna, es menor la capacidad de cesión que la que sería de esperar. Debemos concluir que no puede aceptarse como medida universal y eficaz para la terapia del estrés fetal intraparto. A d m in is t r a c ió n d e b e t a m im é t ic o s Actualmente constituye la forma más eficaz y no agresiva de tratar un alto porcentaje de casos de estado fetal no sa tisfactorio intraparto. Los fármacos betamiméticos actúan sobre todos aquellos órganos y sistemas que poseen inerva ción simpática. Los betamiméticos producen inhibición de las contrac ciones del útero aislado, provocadas por cualquier agente, y son activos frente a la serotonina, acetilcolina e incluso el cloruro de bario, mostrando un antagonismo de tipo no competitivo, (disminuye la intensidad de la contracción sin que exista la posibilidad de remontar este efecto). Estudian do los efectos que sobre la dinámica uterina tenían los fár macos betamiméticos, se observó circunstancialmente que en aquellos casos de acidosis fetal intraparto no asociada a acidosis materna había un incremento del pH capilar fetal después de la administración del fármaco y una vez conse guida la útero inhibición. Los resultados obtenidos demostraron que la perfusión de ritodrina determinaba un incremento del pH capilar fe tal, mientras que en el grupo control de pH continuó des cendiendo, como era de esperar, en una evolución lógica de esta circunstancia patológica. En nuestra opinión, existen cuatro puntos fundamenta les que deben comentarse para una adecuada comprensión de la dinámica de esta terapia: 1. El diagnóstico de la acidosis fetal y el inicio del trata miento 2. Las características de administración del fármaco 3. El concepto de éxito 4. El tratamiento obstétrico subsiguiente. Diagnóstico de acidosis fetal e inicio del tratamiento. El tratamiento se indica en todos los casos de pH capilar fetal igual o inferior a 7,24 en los que no haya acidosis ma terna ni ninguna de las contraindicaciones estipuladas. La T ------------------------------------------------------------------------------------ preparación de la cesárea y su inicio no pueden hacerse en menos de 15 min después del diagnóstico de estado fetal no satisfactorio. Durante este tiempo es cuando se administra el betamimético. Así, en caso de que el tratamiento lo falle, la cesárea no se retrasa. Los estudios dosis/respuesta pusieron de manifiesto que la dosis de 250 mg/min para la ritodrina y de 15 mg/min para la orciprenalina, fueron las dosis más útero inhibido ras, sin los efectos secundarios colaterales. Conducta. Las posibilidades de la lectura del pH de con trol tras los 15 min de perfusión del betamimético son las siguientes: a. El pH ha descendido o se mantiene al mismo nivel (in cremento < 0,05 U). b. El pH ha aumentado, pero no alcanza la normalidad bioquímica (valor mínimo 7,25). c. El incremento del pH en sangre capilar indica que la si tuación de estado fetal no satisfactorio ha desaparecido (pH > 7,25). En los casos de fracaso terapéutico, el feto se extraerá in mediatamente por la vía y método más adecuado en función de las condiciones obstétricas de ese momento, sometiendo al recién nacido a la reanimación pertinente y estando segu ros de que no ha tardado más del estrictamente necesario en poder ser atendido fuera del claustro materno. Los éxitos obtenidos en bastantes casos de acidosis fetal, cuya causa era una supuesta insuficiencia placentaria, plan tean la posibilidad de los diferentes mecanismos de acción de los fármacos betamiméticos en la solución del estado fe tal no satisfactorio intraparto, y que no solamente vendría dada por la inhibición de la dinámica uterina sino también por otros, que se reseñan más adelante: 1. Inhibición de la dinámica uterina. La sustancia deseable como útero inhibidora durante el parto debe ser aquella que, cuando se administre como tratamiento de la hi- perdinamia o del estado fetal no satisfactorio, sea activa al cabo de poco tiempo de su administración, que sea capaz de inhibir totalmente la dinámica uterina, que no presente efectos secundarios indeseables, que sea fácil de administrar, y que permita reanudar fácilmente la actividad uterina una vez finalizada su administración. 2. Acciones a nivel materno. Entre otros efectos cardiocir- culatorios deben también mencionarse los incrementos de la frecuencia cardíaca (por el efecto cronotropo e inotropo positivo de los betamiméticos), así como la va- sodilatación periférica generalizada, produce un ligero incremento, pero significativo, de la presión sanguínea diferencial, la estimulación de los receptores beta pro duce un incremento de los niveles de glucosa, la adeni- lciclasa aumenta la producción de 3,5 AMP cíclico, acti vando la glucofosforilasa y la lipasa, permitiendo así la glucogenólisis y la glucólisis. 3. Acciones a nivel fetal. Hay aumento de los niveles de glucosa procedente de la madre, vasodilatación pulmo nar y aumento de la síntesis de surfactante. 4. Acciones a nivel placentario: efecto relajante sobre las fibras m usculares de los vasos placentarios, va- sodilatándolos y dism inuyendo así las resistencias vasculares periféricas. OBSTETRICIA DE ALTO RIESGO 437 GINECOLOGÍA Y O BSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T Los betamiméticos han sido relacionados con una signifi cativa disminución del riesgo de hemorragia periventricular Grado III-IV en fetos de muy bajo peso. Además, parecen afec tar el flujo placentario y cerebral, aumentando el índice de pul satilidad en la arteria cerebral media y disminuyéndolo en la arteria umbilical, factores muy positivos en el feto pretérmino. En consecuencia, y sobre todo a la luz de los éxitos obteni dos en aquellos casos en los que no existía ninguna anoma lía de la dinámica uterina, creemos que el tratamiento no es tan sólo útil en los casos de hiperdinamia sino en todos los casos de estado fetal no satisfactorio. R e s u m e n Se puede aceptar que el diagnóstico del estado fetal no sa tisfactorio sólo se realiza a través del estudio del equilibrio ácido-básico detectando la acidosis del feto, que en defini tiva es la que enmarca el estado fetal (1). Las anomalías de la FCF son signos de alarma, pero que de ninguna manera definen el estrés fetal, de ahí que, en la mayoría de centros, se proceda al control monitorizado de la FCF y de la diná mica uterina de manera rutinaria en la mayoría de casos y, en especial, en todos los de riesgo elevado, precediéndose a la valoración del equilibrio ácido-básico cuando aparezcan anomalías en el trazado de la FCF, por leves que sean. Asi mismo, cuando se considera que la FCF no puede informar adecuadamente de la normalidad fetal, por ejemplo, al ad ministrar ciertas drogas a la madre, se supervisa el estado fetal a través de mediciones seriadas del pH del feto. De esta manera se evita el excesivo intervencionismo a que induci ría el valorar tan sólo las anomalías de la FCF, y se reduciría a los que realmente tienen alteraciones. R e f e r e n c i a s 1. Intrapartum fetal heart rate monitoring. ACOG practice bulle tin no. 70. 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