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P l a c e n t a prev ia - p l a c e n t a d e in s e r c ió n b a ja 51 Juan C. Quintero M. Se considera placenta previa cuando su inserción se presenta en el segmento uterino inferior y se antepone a la presenta ción fetal ocluyendo total o parcialmente el orificio cervical interno (1). La manifestación clínica principal de la placenta previa (placenta de inserción baja) es el sangrado vaginal, generalmente indoloro y rutilante, que puede comprometer la vida de la madre y el feto (2). También puede acompañar se de una mala presentación fetal por lo cual puede ser sos pechada o diagnosticada antes de producirse el sangrado. El sangrado asociado a la placenta previa y su alta morbi mortalidad materna y perinatal implican prolongados tiem pos de estancia hospitalaria y muchos interrogantes sobre el manejo adecuado de esta complicación. Generalmente el punto aceptado por los diferentes autores es tratar de conse guir madurez pulmonar fetal, mantener el estado hemodi- námico del binomio madre-feto y desembarazar por vía alta (cesárea) en el momento adecuado o si la urgencia lo requie re, así como también la aplicación rutinaria de globulina anti-D en las pacientes con sospecha de incompatibilidad de Rh (3). En este capítulo se mencionan los aspectos clínicos pertinentes así como lo referente a medicina basada en evi dencia en relación a la intervención del equipo de salud. In c id e n c ia Se presenta en aproximadamente el 0,5 % de los embarazos al nacimiento. Entre la semanas 16 y 19, el 5% del total de las embarazadas puede presentar hallazgos ecográficos que sugieran placenta previa (4), dada la teoría de la migración placentaria se puede explicar su verdadera incidencia (1). E t io l o g ía Se mencionan diferentes factores que aumentan el riesgo de placenta previa (5): • Antecedente de cesárea (5 veces más riesgo) y número de cesáreas previas. El riesgo se incrementa a 44 si tiene 3 cesáreas previas. • Madre fumadora (2 veces más riesgo). • Multiparidad, edad avanzada materna, antecedentes de legrados o terminación del embarazo, historia de pla centa previa, consumo de cocaína. • También se mencionan placentas grandes (embarazo gemelar). • Embarazos logrados por técnicas de reproducción asis tida incrementan el riesgo de placenta previa. M o r b il id a d a s o c ia d a En pacientes con placenta previa se incrementa el riesgo rela tivo de sangrado anteparto 9,8 (IC 95% 8,92-10,79), necesidad de histerectomía 33,2 (IC 95% 18,1-60,8), acretismo placentario 2,48 (IC 95% 1,55-3,98), hemorragia posparto 1,86 (IC 95% 1,46-2,36), transfusión sanguínea 10,05 (IC 95% 7,45-13,55), septicemia 5,5 (IC 95% 1,31-23,54), tromboflebitis 4,85 (IC 95% 1,5-15,6) (13). C l a s if ic a c ió n Se considera su clasificación en relación a la cercanía con el orificio cervical interno (OCI) en el estudio con ecografía transvaginal y si lo ocluye total o parcialmente (1): Placenta previa central u oclusiva total: (ocluye total mente el OCI) se encuentra en el 30% de los casos y se acom paña de mayor morbilidad. Placenta previa parcial: ocluye parcialmente el OCI. Placenta marginal: alcanza el borde del OCI. Placenta de inserción baja: es la que se encuentra a me nos de 3 cm del OCI por ecografía transvaginal. D ia g n ó s t ic o El punto cardinal en el diagnóstico es el sangrado vaginal que se presenta en el segundo o tercer trimestre de gestación en la mayoría de las pacientes (un 10% puede llegar al término sin presentar sangrado) (5). Generalmente este sangrado es rutilante e indoloro pues se evacúa fácilmente hacia el canal vaginal. Los episodios de sangrado pueden acrecentarse a medida que avanza el embarazo lo cual requiere largos pe ríodos de hospitalización o reposo absoluto en cama. GINECOLOGÍA Y O BSTETRICIA BASADAS EN LAS NUEVAS EVIDENCIAS T El ultrasonido o ecografía es el medio principal para el diagnóstico apropiado y la clasificación precisa en los casos de sangrado asociado a placenta previa (4, 6). Se prefiere el examen endovaginal por la precisión en la ubicación de la placenta así como por la comodidad para la paciente al no necesitarse la vejiga llena. Se recomienda aplicar el transduc tor sin tener contacto con el cérvix a una distancia mayor de 2 centímetros idealmente. El hallazgo cardinal en pacientes en las que se sospecha acretismo placentario asociado es la pre sencia de "lagunas" de placenta en la escala de grises (16). También se menciona la vía transperineal (se aumenta ligeramente el riesgo de sangrado al introducir el transduc tor vaginal). Ayudas tecnológicas como el doppler color o power doppler incrementan la confiabilidad del ultrasonido y permiten un mapeo preciso de la placenta en cuanto a lo calización y sospecha de acretismo placentario. Es de gran ayuda la resonancia magnética nuclear principalmente en pacientes obesas o con placentas posteriores. En el examen físico de ingreso de la paciente con sangra do vaginal se recomienda evitar el tacto vaginal, sólo la ob servación de donde proviene el sangrado por medio del uso cuidadoso del espéculo y la evaluación del bienestar materno y fetal deben realizarse en el consultorio. En caso de no con tar con ecografía se recomienda el tacto vaginal meticuloso e idealmente en sala de cirugía con los equipos listos para la operación cesárea inmediata y atención del recién nacido. I n t e r v e n c io n e s e n p l a c e n t a p r e v ia En el manejo adecuado de esta complicación se han mencio nado diferentes tipos de intervención por parte del equipo de salud, entre los cuales se puede mencionar largos perío dos de estancia hospitalaria (7), requerimiento de transfu siones sanguíneas o autodonación (8), tratamiento o preven ción de la anemia materna uso de útero inhibidores (9), uso de inductores de la madurez pulmonar fetal y procedimien tos como el cerclaje del cérvix uterino (10,11). En cuanto a la terminación del embarazo por vía alta (cesárea) también hay controversias en cuanto a la técnica (segmentaria vs. In t e r v e n c io n e s p o r s o s p e c h a d e p l a c e n t a p r e v ia Comparación / Resultados Peto Odds Ratio (95%) WMD (95%) M a n e jo eu casa vs. hospitalizada Episodios de sangrado Transfusión sanguínea Cesárea en sangrado recurrente Hemorragia seveTa que requiere transfusión Cesárea histerectomia Edad gestacional al nacimiento (sem) Peso al nacer Admisión a UCI neonatal Síndrome de dificultad respiratoria Hemorragia intraventricular Sepsis neonatal confirmada Cerclaje del cérvix vs. No cerclaje Transfusión antes del nacimiento Hospitalización de la madre Edad gestacional al nacimiento Edad gestacional < o “ a 34 (sem) Operación cesárea Cesárea histerectomia Transfusión al nacimiento Muerte neonatal Peso al nacer < de 2 kg Apgar < de 6 (5 min) Síndrome de dificultad respiratoria Admisión del RN a UCI 342 PARTE III 51 / PLACENTA PREVIA - PLACENTA DE INSERCIÓN BAJA corporal) y el tipo de anestesia que se debe usar (conductiva vs. general). Se prefiere la anestesia general por el riesgo de sangrado profuso debido a la ubicación placentaria y por el riesgo de terminar en cesárea-histerectomía en casos de acretismo placentario. La anestesia conductiva impide un manejo adecuado del estado hemodinámico materno por el bloqueo simpático (12). Estudios recientes demuestran que la anestesia regional epidural, en pacientes que no tienen sangrado importante o que su estado hemodinámico al ini ciar la cesárea era estable, no inciden en forma negativa para el control de sangrado (15). El enfoque general de la paciente con placenta previa o con sangrado del segundo o tercer trimestre debe encaminarse a garantizar un apropiado manejo del estado hemodinámico materno y fetal (reposición de líquidos con soluciones cris taloides o productos sanguíneos), monitoreo del bienestar fetal (monitoria electrónica de la frecuencia cardíaca fetal o perfil biofísico fetal por ultrasonido),remisión inmediata al nivel terciario. En el diagnóstico diferencial de esta entidad se menciona en primer lugar el abrupcio de placenta, vasa previa, lesiones en el cérvix uterino (tumorales o inflamato rias), trabajo de parto prematuro. La mortalidad materna se ha logrado disminuir a niveles muy bajos en el último siglo (cerca al 1%); sin embargo, la morbimortalidad en el neonato depende de la edad gesta cional y de la tecnología con que se cuente en las unidades de cuidado intensivo del recién nacido. De los diferentes estudios en intervención en casos de placenta previa se presentan los resultados de tres estudios que aplican para ser analizados (Tomado de Cochrane Li brary 2000 Issue 1 y 2003 Issue 2) en la gráfica que se incluye en este capítulo. Aunque se mencionan resultados positivos en el estudio que recomienda el uso del cerclaje del cérvix uterino, se hace mención a que se necesitan más evidencias clínicas lo cual motiva a continuar la investigación (14). R e f e r e n c ia s 1. Cifuentes B. Rodrigo. Obstetricia. Editorial Distribuna, Bogotá 2006. p. 811-818. 2. Neilson JR Perinatal loss and appropriate fetal surveillance. En Van Geijn HP, Copray FJA, editors. A critical Appraisal of fetal surveillance. Amsterdam: Elsevier Science BV, 1994. p. 16-24. 3. Crowther CA, Keirse MJNC. Anti-D administration in preg nancy (Cochrane Review). En The Cochrane Library, Issue 3, 1997. Oxford: Update Software. 4. Tan NH, Abu M, Woo JLS, Tahir HM. The role of transvaginal sonography in the diagnosis of placenta previa. Aust NZ J Obs tet Gynaecol 1995; 35:42-5. 5. Alexander JD, Schneider FD. Vaginal bleeding associated with pregnancy. Primary Care Clinics in Office Practice, volume 27, number 1. March 2000. 6. Sunna E, Ziadeh S. Transvaginal and transabdominal ultra sound for the diagnosis of placenta previa. J Obstet Gynaecol 1999; 19(2): 152-4. 7. Wing DA, Paul RH, Millar LK. Management of the symptom atic placenta previa: A randomized, controlled trial of inpatient versus outpatient expectant management. Am J Obstet Gynecol 1996; 175: 806-11. 8. Dinsmoor MJ, Hogg BB. Autologus blood transfusion with pla centa previa is it feasible? Am J Perinat 1995; 12: 382-4. 9. Besinger RE, Moniak CW, Paskiewicz LS, Fisher SG, Tomich PG. The effect of tocolytic use in the management of sympto matic placenta previa. Am J Obstet Gynecol 1995; 172:1770-8. 10. Cobo E, Conde-Agudelo A, Delgado J, Canaval H, Congote A. Cervical cerclage: an alternative for the managment of placenta previa? Am J Obstet Gynecol 1998; 179:122-5. 11. Arias F. Cervical cerclage for the temporary treatment of pa tients with placenta previa. Obstet Gynecol 1988; 71: 545-8. 12. Bonner SM, Hayness SR, Ryall D. The anaesthetic management of cesarean section for placenta previa- a questionnaire study. Anaesthesia 1995; 50: 992-4. 13. Oyelese Y, Smulian J. Placenta Previa, Placenta Accreta and Vasa Previa. Obstet Gynecol 2006; 107: 927-41. 14. Neilson JP. Interventions for suspected placenta previa. Co chrane Database 2003 Issue 2 Artículo CD001998. 15. Hong JY. Comparison of general and epidural anesthesia in elective cesarean section for placenta previa total.Int J Obstet Anesthesia 2003; 12:12-16. 16. Comstock CH. Antenatal diagnosis of placenta accreta: a re view. Ult Obstet Gynecol 2005; 26: 89-96. OBSTETRICIA DE ALTO RIESG O 343
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