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DIETA ANTIINFLAMATORIA Y DIETA FODMAP EL ROL DE LOS NUTRIENTES PARA LA SALUD DEL CUERPO FLAMINIA DEL MORAL ÍNDICE Prólogo 1. Capítulo Uno: Introducción a la dieta antiinflamatoria 2. Capítulo Dos: Nuestro organismo y la dieta antiinflamatoria 3. Capítulo Tres: ¿Cuándo realizar la dieta antiinflamatoria? 4. Capítulo Cuatro: De la teoría a la práctica: ¿cómo seguir la dieta antiinflamatoria? 5. Capítulo Cinco: Introducción a la dieta FODMAP 6. Capítulo Seis: ¿Cuándo realizar la dieta FODMAP? 7. Capítulo Siete: De la teoría a la práctica: ¿cómo seguir la dieta FODMAP? Epílogo © Copyright 2022 - Todos los derechos reservados. Es ilegal reproducir, duplicar o compartir cualquier sección de este documento, tanto por medios electrónicos como en formato impreso. La grabación y almacenaje digital de esta publicación queda estrictamente prohibida, no se permite a menos que se cuente con un permiso escrito por el editor. Solo se permite el uso de citas en reseñas o artículos. PRÓLOGO Aveces creemos que las dietas, entendiendo por esta palabra el concepto de régimen alimenticio, únicamente sirven para bajar de peso. Dicha información aunque correcta, no es del todo cierta, pues se encuentra incompleta. No creo exagerar cuando aseguró que la función principal de cualquier dieta es velar por la salud digestiva y nutricional de las personas que recurren a ellas. Precisamente de eso trata este libro. Mi objetivo principal es mostrarte cómo puedes cuidar mejor de tu cuerpo a través de dos clases de dieta: la antiinflamatoria y la dieta FODMAP. Sin importar cuál sea nuestro género, edad, complexión física y estilo de vida, si no tenemos una correcta alimentación, nuestros procesos digestivos pueden estar provocando molestias abdominales, tales como hinchazón y dolor. Pero, antes de comenzar, cabría la pena definir algunos conceptos y despejar algunas dudas para que tanto tú, como lector, y yo, como escritor, estemos en sintonía. ¿Te parece buena idea? Comencemos. Primero, ¿qué entendemos por "dieta"? De acuerdo a la Real Academia Española, por sus iniciales RAE, tal palabra proviene del latín "diaeta", la que a su vez desciende del vocablo griego "díaita", cuya traducción más exacta sería "régimen de vida". Contrario a lo que creemos, una dieta no significa necesariamente dejar de comer ciertos alimentos o privilegiar el consumo de otros. No, su significado es más amplio que eso, implica todos nuestros hábitos alimenticios. Tú y yo, ahora mismo, seguimos una dieta. Lo que hay que preguntarnos es qué clase de dieta es esa. Una dieta alta en alimentos procesados, harinas refinadas, carnes rojas y baja en consumo de frutas, verduras y agua, puede provocar que nuestro metabolismo se vuelva lento, nuestro cuerpo retenga líquidos, nuestro abdomen se expanda y nosotros, sin entender muy bien el por qué, nos sintamos incómodos dentro de nuestra propia piel. Así como comer ciertos alimentos, en determinadas cantidades, nos puede provocar malestar, lo contrario puede ser sumamente beneficioso para nuestra salud. Comer ciertos alimentos, en determinadas cantidades, obedeciendo un régimen, puede hacernos sentir que si nos lo proponemos vamos a conquistar el mundo o, por lo menos, nuestros pantalones no nos van a apretar. Lo cual no es poca cosa. Espera, espera, ¿eso quiere decir que al seguir una dieta antiinflamatoria o FODMAP, no se baja de peso? Nunca he establecido tal cosa. Me explico. Disminuir unos cuantos kilos será una consecuencia inmediata de cambiar nuestros hábitos alimenticios, variar los productos que consumimos y transformar la manera en cómo preparamos los alimentos, nos va a ayudar a descender el número en la báscula, pero estas dietas no se limitan a tal propósito. La intención principal de estos regímenes alimenticios es desinflamar nuestro organismo. Cuando nuestro cuerpo sufre de inflamación significa que una, o varias partes de él, están padeciendo una alteración que ha provocado un aumento de calor, hinchazón y dolor. Nadie tiene que vivir de esa manera, es sumamente incomodo andar por la vida, sintiendo que estamos cargando una pelota de basquetbol debajo de nuestra camisa. Ahora, ¿qué es lo que provoca la inflamación de nuestro abdomen? Las razones pueden ser muchas y variadas, puede deberse a padecimientos tales como la artritis, la obesidad, la diabetes, el síndrome premenstrual, síndrome de colón irritable, deshidratación, estreñimiento o gingivitis, por nombrar algunos malestares. Esta alteración también, por desgracia, puede deberse a un problema más grave, como sería sufrir algún tipo de cáncer. Si esa es tu situación, lamento saberlo, pero no pierdas el buen ánimo, hay que seguir adelante. Este libro puede ayudarte. Sea cual sea tu historia, antes de cambiar drásticamente tus hábitos alimenticios es buena idea que lo consultes con un profesional de la salud que te pueda indicar, sabiendo tu situación en específico, cuál es la mejor guía, dieta y tratamiento para ti. La dieta antiinflamatoria y la dieta FODMAP van a proporcionar a nuestro cuerpo los nutrientes y los componentes que necesita para evitar, disminuir o controlar la inflamación. Aunque vas a descubrir que existen muchos alimentos que estos dos régimen recomiendan evitar, eso no compromete su valor nutricional, puesto que aquellos productos que sí están permitidos, en las cantidades justas, nos van a otorgar todos los carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas que necesitamos para funcionar. ¿Qué es lo que tienen de especial estas dos dietas? Aunque nos adentraremos con mayor profundidad en el tema, por ahora basta adelantar lo siguiente. La dieta antiinflamatoria privilegia el consumo de alimentos que está comprobado científicamente ayudan a disminuir el nivel de hinchazón en el cuerpo. Se apuesta por el consumo de grasas instauradas, polifenoles, curcumina, omega 3, carotenos, magnesio, vitamina C y fibra, como el aceite de oliva extra virgen, las uvas, el jengibre, pescado, frutos secos, semillas y una gran cantidad de frutas y verduras de temporada. Una de las características principales de esta dieta es que le proporciona al cuerpo una gran cantidad de antioxidantes, lo cual disminuye el efecto del estrés oxidativo del organismo, lo que se traduce en el hecho de que el cuerpo convierte más rápido en energía los alimentos que ingresan en él. Entonces, ¿qué es la dieta FODMAP? El curioso nombre de esta palabra es un acrónimo conformado por las primeras letras de las siguientes palabras: Fermentable Oligosacáridos Disacáridos Monosacáridos y Polioles. ¿Mejor usar el nombre FODMAP, no te parece? Lo curioso es que esta dieta consiste en evitar consumir todos los grupos de alimentos que entran dentro de su nombre, es decir, no se recomienda consumir ni oligosacáridos, ni disacáridos, monosacáridos o polioles. Los cuales, dependiendo del organismo que lo consuma y su salud digestiva previa, pueden ocasionar gases, hinchazón, diarrea y dolor abdominal. Aquí hay que tener en cuenta una información primordial, y es que esta clase de dieta no puede ser sostenida en un plazo mayor a las seis semanas. Se recomienda su uso en casos médicos que realmente ameritan privar al organismo de estos nutrientes, siempre bajo supervisión médica y por una periodicidad oscilante de dos a seis semanas. Dentro de esta dieta hay frutas, hortalizas, lácteos, carne, pescado, huevo, cereales, tubérculos, edulcorantes, frutos secos y aceites permitidos en ciertas cantidades.Por ejemplo, las fresas, las uvas, acelgas, lechugas, azúcar y pan solo pueden ser consumidos en porciones no mayores a los 40 gramos. Sin embargo, productos tales como cebollas, leche, miel, peras y manzanas están fuera de la dieta. Por otro lado, se puede consumir libremente alimentos tales como plátanos, pepino, leche de almendras, huevo, avena y nueces. No te preocupes ahora en tomar nota de todo. Esto es apenas un pequeño vistazo. En los capítulos posteriores veremos cada dieta a profundidad y en el Anexo que encontrarás alfinal de este libro podrás consultar, cada vez que lo desees, la lista de los alimentos permitidos, desestimados y regulados, de manera rápida y sencilla. Toda dieta requiere disciplina y fuerza de voluntad. En este caso en particular, si queremos realmente obtener todos los beneficios de ambos regímenes alimenticios, tenemos que evitar a toda costa productos tales como repostería industrial, bebidas alcohólicas y carnes procesadas. ¿Qué pasa si incumplimos estas normas? Vamos a provocar un estrés muy grande en nuestro organismo, nuestro cuerpo estará confundido si primero lo limpiamos, lo privamos de ciertos alimentos, fomentamos el consumo de otros más saludables y de repente nos comemos dos paquetes de galletas con un cuarto de helado de chocolate. No podemos hacer eso. Esto no quiere decir que nunca más podamos consumir con tranquilidad y placer unas ricas galletas o un poco de helado. La clave para mantener un estilo de vida saludable y sostenido en el tiempo está en ser capaces de vigilar nuestras porciones y la periodicidad del consumo de muchos alimentos. Para tomar la mejor decisión posible sobre si alguna de estas dos dietas, o incluso si ambas, es ideal, para ti, tienes que hacer tres cosas. Primero, conocerte a ti mismo. Segundo, leer este libro de principio a fin. Tercero, consultar con un profesional de la salud. ¿Comenzamos? 1 CAPÍTULO UNO: INTRODUCCIÓN A LA DIETA ANTIINFLAMATORIA Antes de hoy, ¿cuántas veces habías escuchado ese término: dieta antiinflamatoria? De seguro un par de veces, quizás las mismas ocasiones en las que has padecido de inflamación. Lo cierto es que aunque no es un tema que se trate de forma común y corriente, sentirnos hinchados es un fenómeno más común de lo que creemos. El proceso inflamatorio es una situación normal del cuerpo humano, de hecho, es propia de todos los seres vivos. Sin embargo, como cualquier otro proceso biológico es necesario verificar que sus índices están dentro del promedio estimado. Si nuestro cuerpo está la mayoría del tiempo hinchado eso no es una buena señal. El cuerpo suele inflamarse como respuesta natural ante un período de menstruación, después de consumir una comida abundante o beber demasiados líquidos. También puede deberse como respuesta ante un evento que nos genera gran estrés o preocupación. El problema se presenta cuando el cuerpo permanece inflamado la mayor parte del tiempo. ¿Qué es lo que provoca que el cuerpo humano se inflame? Diversas situaciones, desde la retención de líquidos, los gases, el síndrome de colón irritable, una dieta baja en nutrientes, actividad física nula o escasa, problemas de sueño, alto nivel de estrés, o una enfermedad crónica. ¿Por qué se inflama un cuerpo? La inflamación se ocasiona cuando los mecanismos bioquímicos de nuestro organismo se encuentran un poco atrofiados. Sé que eso no suena nada bien, la buena noticia es que tiene una solución simple, se arregla a partir de una buena alimentación. Y todo esto está perfectamente documentado. ¿Por qué una dieta antiinflamatoria es buena para la salud? Una dieta antiinflamatoria es benéfica para el organismo porque ayuda a desinflamar al organismo por medio de una alimentación balanceada. Para evitar o contrarrestar la inflamación de tejidos y órganos, una alimentación equilibrada en nutrientes, rica en antioxidantes, puede prevenir la entrada de bacterias, virus y parásitos, disminuir los desequilibrios dietéticos y eliminar el consumo de sustancias irritantes para el organismo. Ya en el siglo XIX dos científicos de nombre Rudolf Virchow y Julius Conheim concluyeron que ciertos marcadores biológicos del organismo provocan inflamación. La cual era consecuencia de una alteración hormonal y nutricional. Pero que también, en su aspecto más grave, puede ser síntoma de procesos cancerosos o de diabetes, enfermedades autoinmunes o degenerativas, tales como la aterosclerosis, la artritis reumatoide y el lupus. La medicina moderna establece que existen dos diferentes modelos nutricionales. Uno prooxidante e inflamatorio; y otro antioxidante y antiinflamatorio. Todos los alimentos, por lo tanto, se clasifican en alguno de estos dos modelos, lo cual no significa que existen alimentos mejor que otros, o que haya tal cosa como alimentos buenos o alimentos malos, no. Lo que implica es que hay alimentos cuyo efecto en nuestro organismo es diferente, pero igual de imprescindible. Lamentablemente nuestra sociedad actual ha sucumbido a dietas prooxidantes e inflamatorias debido al alto consumo de comida procesada y empaquetada. No solo esto, sino que también hemos privilegiado una alimentación alta en grasas de todo tipo, baja en el consumo de proteínas y con una ingesta casi escasa de frutas y verduras de todos los colores. La consecuencia ha sido que cada vez más un porcentaje elevado de la población se sienta hinchada. Una dieta antiinflamatoria que establece y cumple con una dosis adecuada de grasas, privilegiando las de clase Omega 6 y 3, alta en consumo de frutas y verduras de todos los colores , y un adecuado porcentaje de proteínas es perfecta para controlar, disminuir e incluso evitar la inflamación. ¿Qué tipo de alimentos serían antiinflamatorios? Aceite de oliva extra virgen, carnes rojas, pescados, fibra vegetal, verduras y frutas de temporada en su presentación cruda o poco cocida, además de especias tales como el jengibre, el orégano y la cúrcuma. ¿Qué tipo de alimentos son inflamatorios? Las bebidas alcohólicas, harinas refinadas, grasas sobresaturadas, cereales y alimentos ricos en almidón. No obstante, la dieta antiinflamatoria sí permite el consumo con moderación de vino tinto, cerveza y sidra. Ahora, para lograr un efecto antiinflamatorio completo no solo son importantes los alimentos, también cuenta la forma en cómo se cocinan. Para poder obtener mayores beneficios de las frutas y las verduras debemos optar por cocinar al hervor, al vapor, a la plancha y al horno. Y, por último, un factor clave para lograr reducir la hinchazón del organismo es masticar correctamente durante el tiempo adecuado. Un reciente estudio de la Universidad de Iowa señala que el número de veces óptimas para masticar un bocado son 40 veces. Hay que comer de forma pausada. Todo eso habrá de combinarse con la adecuada cantidad de agua para liberar al cuerpo de distintas toxinas. Dependiendo de nuestro peso y estatura, será distinta la cantidad de agua a consumir. Una persona de 90 kilos, por ejemplo, requiere de tomar dos litros y medio de agua al día; alguien de 80 kilos precisa de dos litros y cien mililitros de manera cotidiana; a las personas cuyo peso sea 70 kilos, se les recomienda beber un litro con ochocientos milímetros como parte de su rutina. ¿Por qué la dieta antiinflamatoria tendría que ser un estilo de vida, aunque no padezcas de ninguna enfermedad de gravedad? La dieta antiinflamatoria consta de privilegiar el consumo de ciertas frutas, verduras y hortalizas frescas y proteínas vegetales y animales. Más que una dieta de unas cuantas semanas, o de un único objetivo como lo sería bajar de peso, la dieta antiinflamatoria se centra en alimentos ricos en fibra, depurativos y antioxidantes. Lo cual convierte a esta dieta en un plan nutricional, y más allá de ello, en un estilo de vida. Como seres humanos que somos, nuestro cuerpo tiende a hablarnos aunque a veces no lo escuchemos. En ocasiones lo que nos dice es que no se siente del todo bien, que está experimentando dolor y molestias, ya sea de forma pasajera o de manera constante. Puede suceder que la inflamación de nuestro organismo se debe a que hemos comido algo que no nos cayó bien, quizás porque estaba echado a perder o en proceso de descomposición, quizás porque nuestro estómago no lo digirió a causa de una alergia, o a un sobreexceso de comida. Otras veces la inflamación puede deberse a procesos fisiológicos tales como la menstruación en el caso de las mujeres. En el caso de los dos ejemplos anteriores, la inflamación es temporal. Pero cuando la situación persistea través del tiempo, entonces, puede deberse a múltiples factores. Uno de los más usuales es una enfermedad o trastorno del sistema digestivo, las cuales pueden ir desde casos leves a severos. Es decir, el espectro puede ser desde padecer una simple diarrea, una afección de gastritis severa, hasta una enfermedad inflamatoria intestinal (EII), como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn. La inflamación que persiste en nuestro cuerpo también puede deberse a una forma que tiene nuestro organismo de advertirnos que nuestros niveles de estrés, pánico y ansiedad son demasiado altos. No olvides que nuestra mente también puede perjudicar a nuestro estómago. Nuestro estilo de vida también tiene una fuerte implicación, ¿qué crees que le provoca a nuestro estómago la ingesta frecuente y exclusiva de productos enlatados, empaquetados, congelados, procesados y con grandes cantidades de conservantes (también conocidos como comida chatarra)? La respuesta es simple: una dieta alta en esa clase de productos es perjudicial para la salud. Comiendo de esa manera, se está aportando una alta cantidad, en su mayoría, de grasas y carbohidratos que el cuerpo no necesita, además de una ingesta excesiva de calorías. Todo lo cual repercute en una mala salud digestiva, además de propiciar obesidad, diabetes y problemas cardiacos. La buena noticia es que sea cual sea el escenario médico con el cual nos estemos enfrentando, una alimentación rica en antioxidantes y alimentos con propiedades antiinflamatorias, puede ayudarnos a mejorar el estado de salud integral de nuestro organismo (y, en este caso en especial, de nuestros intestinos). Entre los síntomas de la inflamación se pueden encontrar: Abultamiento en el abdomen. Dolor en la zona abdominal. Flatulencias (diversidad en periodicidad, tipo e intensidad de olor). Hinchazón de la zona abdominal y pélvica. Reflujo ácido. Diarrea o estreñimiento. Heces de forma indefinida y de bajo peso y consistencia. Constipación de los músculos intestinales. ¿Cómo sabemos cuando nuestro cuerpo nos está pidiendo un cambio? Además de percibir y ser consciente del nivel de inflamación de nuestro cuerpo, para tener una idea general de cuál es la salud de nuestro estado digestivo, tenemos que ser capaces de revisar y analizar nuestras heces. Hacer tal actividad antes de comenzar la dieta antiinflamatoria nos va a permitir tener un marco de referencia observable, con el cual podamos comparar cómo está reaccionando nuestro cuerpo ante el consumo de frutas y verduras que reporten carbohidratos al organismo, además de proteínas y grasas de calidad. ¿Cómo interpretar nuestras heces? Para nuestra fortuna existe una escala de heces de Bristol, la cual nos va a ser de gran ayuda para conocer cuál es el estado de nuestro organismo a partir de la forma en cómo defecamos. Lo sé, no suena muy bello, pero es un proceso natural de nuestro cuerpo. El tipo 1 de la escala señala estreñimiento importante del organismo. Se caracteriza por trozos duros que son evacuados con dificultad. El tipo 2, casi igual, marca un estreñimiento ligero, las evacuaciones se conforman de fragmentos unidos. El tipo 3 y el tipo 4 se consideran heces normales, se caracterizan por su aspecto uniforme y contextura suave, lisa y blanda. El tipo 5, sin embargo, tiene una forma pastosa y significa falta de fibra. La diarrea se engloba en dos tipos, el tipo 6 son fragmentos aún más pastosos que en el tipo 5, los cuales marcan una diarrea ligera. La diarrea importante, el tipo 7, es completamente acuosa. La inflamación puede provocar heces de escala tipo 1, 2, 5, 6 y 7. La dieta antiinflamatoria como forma de terapia En el campo de la endocrinología y la nutrición la dieta antiinflamatoria es considerada como terapia. Ya que ayuda al organismo a depurarse y a disminuir sus niveles de tensión muscular en el área del abdomen. Entre los múltiples beneficios que se pueden enumerar aparecen: Desinflamación. Aceleración de la pérdida de peso. Esto debido a una correcta nutrición e hidratación del organismo. Reducción de la posibilidad de sufrir trastornos cardiovasculares. Aumento de colesterol HDL, también conocido en el mundo popular como colesterol bueno. Disminución del colesterol LDL, también conocido en el mundo popular como colesterol malo. Disminución de los niveles de glucosa e insulina, lo cual ayuda a equilibrar los niveles de energía en el organismo. Los médicos aconsejan la dieta para fomentar y establecer un estilo de vida más sano, además de que es una alternativa natural para lidiar con factores tales como: Hipertensión. Diabetes. Problemas de cardiopatía isquémica. Enfermedades autoinmunes. Artritis. Demencia. Cáncer. Igualmente es recomendada en personas que buscan fomentar una buena calidad de vida. Resumen del capítulo Hemos aprendido qué es la inflamación: proceso que provoca hinchazón, malestar y dolor en el organismo por la atrofia de sus mecanismos bioquímicos. Su causa puede deberse a un sin fin de padecimientos médicos, desde enfermedades crónico degenerativas hasta por la presencia de flatulencias debida a una ingesta inmoderada de alimentos no antioxidantes. Conocemos los dos modelos nutricionales: prooxidante y antioxidante. El primero fomenta la inflamación, en sus filas se encuentran las bebidas alcohólicas, harinas refinadas, grasas sobresaturadas, cereales y alimentos ricos en almidón. Por otro lado, el modelo antioxidante es capaz de disminuir los índices de inflamación, a partir del consumo de aceite de oliva extra virgen, carnes rojas, pescados, fibra vegetal, jengibre, orégano y cúrcuma. Sabemos la importancia de la preparación de los alimentos, optar por cocinar al hervor, al vapor, a la plancha y al horno. Identificamos los síntomas de la inflamación: abultamiento en el abdomen y zona pélvica, dolor en la zona abdominal y constipación de los músculos intestinales. Aprendimos a interpretar nuestras heces a partir del método Bristol para conocer el estado de salud de nuestro cuerpo. 2 CAPÍTULO DOS: NUESTRO ORGANISMO Y LA DIETA ANTIINFLAMATORIA Sentirse inflamado nunca es buena señal, nos hace sentirnos incómodos con nosotros mismos. A ese inconveniente tiene que sumarse el dolor, las flatulencias, la hinchazón, el estreñimiento o la diarrea, sino es que todo junto. Todo ello son señales de que nuestro cuerpo está inflamado. Como ya hemos establecido, la dieta antiinflamatoria es útil y benéfica para cualquier clase de persona adulta que esté preocupada por alentar en sí mismo un mejor estilo de vida. La dieta antiinflamatoria y el sistema inmunológico El sistema inmunológico es el responsable de resguardar al ser humano de cualquier tipo de amenaza interna o externa que pueda provocar daño al organismo. De igual manera, el sistema inmunitario se encarga de sanar las heridas y curar al cuerpo del desgaste físico al cual se ve expuesto día tras día. Una buena alimentación ayuda a mantener una microsistema intestinal sano a partir de probióticos y prebióticos; ayuda a una mejor absorción de los macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes (minerales y vitaminas) en el organismo y controla la inflamación. Todos estos beneficios se ven resumidos en una sola premisa: la dieta antiinflamatoria favorece la inmunidad del sistema, lo cual implica que un organismo sana mejor y de manera más rápida ante cualquier ataque (virus, bacterias, parásitos, células cancerígenas, obesidad, problemas neuro y físico degenerativos, etc.). ¿Cómo funciona el sistema inmunológico? Esa es una pregunta que todos nos deberíamos de hacer al menos una vez en la vida. ¿Qué es y cómo funciona el sistema inmunológico? También conocido como sistema inmunitario. El sistema inmunológico es el encargado de proteger al organismo de ataques de invasores externos, tales como bacterias, virus y hongos. El sistema inmunológico se encuentra esparcido por todo nuestro cuerpo, ya que involucra a muchos de nuestros órganos, células y proteínas que trabajan demanera unida como un solo frente para evitar la contaminación o la propagación de diversos factores peligrosos para la salud. Un buen sistema inmunológico nos protege de enfermarnos. Además de que sí ya existe una condición preexistente de malestares, trastornos o enfermedades, tratar de mejorar nuestro sistema inmune, va a ayudar al organismo a ser capaz de hacer frente a los agentes peligrosos. La importancia de la alimentación para el sistema inmunológico es vital. Tanto para el sistema inmunitario innato, como para el adaptativo. El primero hace referencia a las condiciones preexistentes en nuestro organismo, lo que tenemos desde el momento de nuestro nacimiento; es lo que depende de nuestros genes, lo que heredamos de generación en generación, de conformidad con el historial médico de nuestros antepasados. El sistema inmune innato está conformado por células llamadas fagocitos, cuya función consiste en eliminar cualquier tipo de invasor del cuerpo, ya sea en su presentación de virus, hongos y bacterias. Una vez que alguno de estos componentes ha entrado a nuestro cuerpo, el sistema inmune adaptativo desarrolla los anticuerpos necesarios para poder hacer frente a los invasores. Contrario al sistema inmune innato, el sistema adaptativo depende en gran medida de las alimentación y las decisiones médicas tomadas por la persona. Los linfocitos B generan los anticuerpos que protegen al organismo de enfermedades dañinas. Junto con las vacunas, la alimentación es una pieza clave para ayudar a nuestro cuerpo a resistir o a sobrellevar de la mejor manera posible todas las dolencias que contrae por presencia de agentes extraños en él. El sistema inmunológico se origina en diversos órganos los cuales trabajan en conjunto, a saber: Adenoides: Glándulas ubicadas en el conducto nasal. Médula ósea: Nombre que recibe el tejido de contextura esponjosa que se encuentra en las cavidades óseas del cuerpo. Ganglios linfáticos: Son pequeños órganos repartidos por todo nuestro cuerpo, conectados entre ellos por vasos linfáticos. Placas de Peyer: Es el tejido que se encuentra dentro del intestino delgado. Timo: Lóbulos que están enfrente de la tráquea, detrás del esternón. Amígdalas: Se encuentran en la parte inferior de la garganta, son dos masas en forma ovalada. El sistema inmunitario ayuda al organismo a mantener la homeostasis. Homeostasis es el nombre técnico de la propiedad de los organismos de ser capaces de equilibrarse a sí mismos, manteniendo condiciones estables para todos sus órganos, a través de su metabolismo. A su vez, el metabolismo es el intercambio de materia y energía que realiza un organismo con su entorno. La homeostasis es lo que hace posible que el cuerpo humano pueda regular su propia temperatura corporal, aunque la temperatura del exterior sea inferior o superior a la suya. También equilibra los fluidos y mantiene la concentración de iones imprescindibles para la vida a un nivel adecuado para que el organismo pueda cumplir sus funciones, a saber, entre los principales iones se encuentran el sodio, el potasio y el calcio. El sodio es un elemento químico. Uno de sus papeles biológicos es mantener el volumen en las construcciones musculares. El potasio, otro elemento químico, participa en la regulación de las construcciones musculares y también influye en el correcto movimiento intestinal. El calcio, un elemento químico al igual que sus compañeros, cumple funciones metabólicas, mantiene el tono muscular y mantiene en un buen nivel a los huesos y a los dientes. De igual manera, la homeostasis regula el nivel de azúcar en la sangre, de él depende el estado de energía que experimenta una persona. Una baja de azúcar puede provocar malestares tales como mareo, vista nublada y sensación de fatiga en las personas. Por el contrario, un buen nivel de azúcar en la sangre permite que las personas puedan cumplir sus actividades diarias, tanto las simplemente biológicas, como aquellas que forman parte de su rutina en sus aspectos familiares, laborales y sociales. El sistema inmunitario, tanto el innato como el adaptativo, es lo que mantiene a resguardo al cuerpo de amenazas o agresiones biológicas y fisicoquímicas tanto externas como internas. Las externas ya han sido mencionadas, son los virus, las bacterias y los hongos. Las internas, sin embargo, son las que surgen dentro del propio organismo, esto es básicamente lo que ocurre con las células cancerígenas. El sistema inmune reconoce aquello que le es extraño al organismo, lo que reconoce como una amenaza, como una agresión o como un peligro para su buen funcionamiento y, por lo tanto, lo intenta eliminar. Cuando no se puede realizar de manera adecuada esta función, el cuerpo tiende a la enfermedad. La inflamación es un síntoma de que el cuerpo necesita ayuda para desintoxicarse, por lo tanto, el sistema inmune está fallando. El mecanismo de defensa del organismo debe evitar que el cuerpo se hinche. La alimentación es clave para ayudar al sistema inmune a cumplir su función. Salvo que exista una condición médica muy severa, el sistema inmune siempre funciona. La cuestión importante es determinar cuál es su impacto benéfico para el organismo, o dicho en otras palabras, cuán rápida y poderosa es su reacción fisicoquímica biológica. La efectividad, la rapidez y la inteligencia del sistema inmune depende de su condición y de su estado. Sobre lo que ya es innato en él, el ser humano no tiene mucho poder de acción y de decisión. La persona no controla su herencia, ni sus genes, ni sus condiciones médicas preexistentes. No obstante, lo adaptativo, permite un mayor margen de decisión y conciencia del ser humano. ¿Cómo ayudan al sistema inmune todos los alimentos recomendados en la dieta antiinflamatoria? Una alimentación antiinflamatoria, rica en antioxidantes, favorece una buena memoria, estimula el proceso de aprendizaje, mantiene niveles de energía óptimos en el organismo y disminuye de manera considerable el desarrollo y padecimiento de síntomas de enfermedades mentales, cancerígenas, cardiovasculares y degenerativas. ¿Cómo es posible que la alimentación ayude tanto a una persona? Primero, tenemos que entender cómo funciona el sistema inmune, no sólo por lo que está compuesto. El 1% de las células de la sangre reciben el nombre de leucocitos, también conocidos como glóbulos blancos. La tarea de los glóbulos blancos es contrarrestar el impacto de los gérmenes en los organismos. Cuando el cerebro percibe que el cuerpo ha sufrido alguna clase de amenaza, manda a los leucocitos a contrarrestar el peligro que el organismo está corriendo. Esta amenaza puede ser desde una cortada en un dedo debido a un accidente de cocina que involucra una tabla, un cuchillo y un tomate. O puede ser un virus altamente peligroso entrando al organismo. Un ejemplo de esto último lo podemos ver en el virus llamado Covid 19. El antígeno, la sustancia peligrosa para el organismo, es atacado y, con suerte, contrarrestado por los glóbulos blancos. Los cuales nacen en la médula ósea, se resguardan en el sistema linfático y viajan a través de la sangre. A pesar de la importancia que guardan para el organismo, pues de su buen estado depende el nivel de salud del cuerpo, su plazo de vida es de apenas 24 a 72 horas. Por el tipo de función específica que prestan el organismo, los leucocitos mayoritariamente se dividen en los siguientes tipos: Los monocitos que contrarrestan a las bacterias. Los neutrófilos se enfrentan igualmente a las bacterias, pero también eliminan a los hongos. Los eosinófilos se encargan de lidiar contra los parásitos y las células cancerígenas. Los linfocitos que generan anticuerpos. Los basófilos segregan químicos para que el cuerpo se prepare para la presencia de un agente infeccioso. Junto con el sistema inmune participan otros órganos, los cuales se conocen como aliados de la defensa inmunológica, entre los que más destacan se encuentran la piel y las membranas mucosas. Las cuales fungen la función de ser barreras para el ingresode gérmenes, bacterias y virus. El sistema linfático, donde se resguardan los glóbulos blancos, está conformado por la médula ósea, el bazo y los ganglios linfáticos. Es una red de tejidos y órganos dentro del cuerpo que se encargan de transportar linfa, un líquido repleto de glóbulos blancos, a través de vasos linfáticos, parecidos a vasos sanguíneos. El cuerpo comienza a inflamarse de manera periódica como síntoma de que algo no marcha bien en el organismo. Nuestro cuerpo está sufriendo constantes amenazas y nuestro sistema inmunológico no puede hacerles frente. Estar inflamado constantemente significa al mismo tiempo dos cosas. La primera es que nuestro cuerpo nos está avisando que nuestro organismo está lidiando con un trastorno de la salud, de lo cual la inflamación es síntoma. Las opciones sobre cuál puede ser el malestar, varía entre tensión muscular hasta estreñimiento crónico, por citar algunas dolencias. Un cuerpo continuamente inflamado también significa algo más preocupante, conlleva que nuestro sistema inmune no está pudiendo lidiar con las amenazas que recibe de manera externa o, un poco más severo, con las amenazas internas que está presentando. Como ya se ha establecido anteriormente, el sistema inmune se divide en dos sistemas que trabajan juntos. Sobre su sistema inmune innato la persona no tiene gran poder de decisión, no obstante, sí tiene mayor control sobre su sistema inmune adaptativo. Cuando el sistema inmunológico de una persona no está trabajando al máximo de su capacidad, ni de manera aceptablemente óptica, una vez que hemos descartado que se deba a un fallo interno del organismo de carácter innato, debemos verificar si la forma en que una persona está tratando a su cuerpo sea benéfica para el mismo. La alimentación es clave para ayudar a que el sistema inmune esté en buena forma. De forma constante la Organización Mundial de la Salud habla de la importancia y de los beneficios para la salud de una buena y adecuada nutrición. Una vez que una condición médica ya existe en el organismo, una dieta antiinflamatoria ayuda a disminuir sus síntomas. No solo previene enfermedades , sino que funciona como un tratamiento para mejorar la calidad de vida de cualquier persona, en caso de que ya exista un trastorno de la salud. ¿Cómo afecta al organismo una dieta con mal balance nutricional? En el mundo actual resulta inevitable que todas las personas estén expuestas a altos grados de estrés, de toda índole, tanto de grado económico, como laboral, familiar, profesional, puede ser académico y, en definitiva, social. Eso aunado a un estilo de vida con un horario apretado, puede propiciar que las personas vayan a recurrir a una alimentación con poco o nulo balance nutricional. Esta falta de buena nutrición se ha vuelto una pandemia conocida con el nombre de obesidad. Una alimentación con poco balance se basa en un consumo considerablemente más elevado al recomendado por las asociaciones médicas de todo el mundo, en cuestión de carbohidratos y grasas. Esto sucede al consumir alimentos de harina refinada y grasas procesadas, sobre todo las llamadas sobresaturadas o trans. Los efectos para el cuerpo de una alimentación alta en productos perjudiciales para la salud, varían de organismo en organismo, y de factores tales como el nivel de actividad física, la genética y el ambiente. Sin embargo, sí es cierto que sin importar ninguna otra condición médica preexistente, un organismo no funciona de la mejor manera posible cuando está recibiendo una nutrición inadecuada. Entre las consecuencias se enlistan las siguientes: Problemas de memoria y aprendizaje Las reacciones químicas de los alimentos poco saludables, una vez que entran en contacto con nuestro organismo, pueden inflamar el hipocampo. El cual es el centro asociado a actividades cognitivas tales como la memoria y el nivel de atención, velocidad de respuesta ante estímulos y el estado de humor. Estas declaraciones están respaldadas por el American Journal of Clinical Nutrition. Provoca fatiga y debilidad Si el organismo no obtiene los nutrientes necesarios para funcionar, sus niveles de energía disminuyen considerablemente, dificultando o haciendo incluso imposible el poder cumplir con las actividades más básicas a nivel cotidiano. Esto debido a que el cuerpo no cuenta con las vitaminas ni minerales necesarios para su sobrevivencia. Generan adicción Los alimentos altamente procesados para no caducar en un largo período de tiempo, ya sea en su presentación de enlatados, envasados o congelados, los alimentos contienen conservantes cuyos químicos provocan dependencia en el organismo. Eso sin hablar de la dependencia que un organismo puede desarrollar a altos niveles de azúcar, por la ingesta regular de repostería industrial, en cualquiera de sus presentaciones, como galletas o malvaviscos, sin mencionar los refrescos de cola. Aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer Así como una buena alimentación puede ayudar a prevenir o a aminorar los síntomas de una enfermedad, también juega un papel muy importante al momento de propiciar las condiciones idóneas para que el organismo se defienda ante ataques de agentes extraño y también regulan cuál será el grado de impacto que el ataque va a tener en el cuerpo. Una mala alimentación tiene repercusiones directas en los niveles de triglicéridos y colesterol en la sangre, lo que provoca lesiones y placas en los vasos sanguíneos. Lo que a su vez afecta la circulación. El impacto puede ser tan severo que afecta de forma directa al corazón, incluso provocando un ataque o un infarto cardiaco. Esto debido al alto consumo de grasas saturadas e insaturadas. Incrementa el riesgo de enfermedades mentales como la depresión y los trastornos alimenticios En términos muy sencillos si nuestro cerebro no tiene las vitaminas y los minerales adecuados no puede cumplir sus funciones de manera óptima, ni puede mantener un buen equilibrio químico mental. Los niveles de serotonina, dopamina y oxitocina no se encuentran balanceados ni pueden ser producidos en las dosis normales debido a que el organismo no cuenta con los nutrientes necesarios para el óptimo funcionamiento de sus procesos físico químico biológicos. De igual manera, una mala alimentación puede repercutir en un índice mayor de grasa corporal, lo cual se traduce en riesgo de padecer o, de hecho sufrir, sobrepeso u obesidad. Por cuestiones de peso, las personas pueden desarrollar dismorfia corporal, lo que se traduce a una mala relación entre la percepción sensorial y el estado corporal. La persona puede ver su cuerpo más grande o más pequeño de lo que este es en realidad. Lo que repercute en una mayor probabilidad de desarrollar anorexia, bulimia o seguir un patrón de comer de manera compulsiva. Y lo que nos compete, una mala alimentación también influye en la inflamación. ¿Cuáles son los beneficios para el cuerpo de seguir una dieta antiinflamatoria? En el 2018 el Journal Of Internal Medicine publicó un estudio efectuado por el Instituto médico Karolinska de Suecia, dirigido por la doctora Joanna Kaluza, donde se monitoreo la dieta nutricional de 68 mil personas por 16 años. Todos los participantes mantuvieron durante esa cantidad de tiempo parámetros alimenticios fijados por la institución, los cuales se dividían en tres categorías: seguimiento completo, parcial y nulo de la dieta antiinflamatoria. Las personas que cumplieron con el seguimiento completo de la dieta disminuyeron en un 18 por ciento su riesgo de mortalidad en un aspecto general. Esto debido a que presentaron un riesgo 20 por ciento menos de sufrir problemas cardiovasculares y un riesgo 13 veces menor de padecer cáncer. Estos números son comparados a las estadísticas del grupo controlado del estudio que tuvo un seguimiento nulo de los parámetros de la dieta antiinflamatoria, es decir, de aquel grupo que no siguió la dieta. Incluso el grupo que únicamente dio un seguimiento parcial a la dieta antiinflamatoria obtuvobeneficios para la salud. La dieta les ayudó a mantener bajas sus probabilidades de contraer diabetes, cáncer e hipertensión. La inflamación es una clara señal de que algo no marcha bien en el organismo. Lo que una persona puede hacer para ayudarse a sí misma es ayudar a su organismo a obtener todos los nutrientes, vitaminas y minerales que su cuerpo necesita para lograr la desintoxicación necesaria para eliminar la amenaza, tanto interna como externa, que le está atacando. La inflamación es un síntoma de que el organismo no está depurando de forma adecuada todo lo que tiene que eliminar, por lo tanto, el organismo no está limpio. Al no existir un buen estado de limpieza interna y externa es imposible que ningún cuerpo pueda funcionar de manera adecuada. Ninguna inflamación en el organismo es buena, menos si es constante, crónica y silenciosa. Una dieta antiinflamatoria exitosa que contrarresta tal estado debe seguir las siguientes pautas para ser exitosa. Preferir alimentos naturales. Se opta por consumir principalmente plantas. Privilegiar la ingesta de frutas y verduras. Equilibrio en el consumo de macronutrientes: proteínas, carbohidratos y grasas. Equilibrio en el consumo de micronutrientes: vitaminas y minerales. Adecuada hidratación. Buen consumo de fibra. Sostener comidas equilibradas. Evitar la sobre ingesta de alimentos. ¿Cuáles son los alimentos de la dieta antiinflamatoria? La avena y los cítricos son elementos clave en este plan nutricional. Por otra parte, afiliarse a las filas de esta dieta consiste en renunciar, o disminuir drásticamente el consumo de alimentos que contengan altos niveles de grasas saturadas, sal, azúcares y proteína tanto de origen vegetal, como animal, preferir el consumo de carne blanca tal como pollo y pescado. En cuanto a las bebidas se debe prescindir del consumo regular, y optar por el consumo menos que esporádico de bebidas altamente carbonatadas, azucaradas y alcohólicas. Con la excepción del vino. El vino tiene propiedades probadas de ser antiinflamatorio, anticancerígeno y depurativo. Se recomienda disminuir el consumo de carnes rojas. De igual forma, se recomienda cambiar la sal común o de mesa, también conocida como cloruro sódico, por sal marinada. También se deberá cambiar el aceite vegetal o de maíz por el aceite de oliva o de coco. Pero, como ya se ha señalado antes, los aceites deben optarse por usar en su versión cruda, ya que al ser freídos sus propiedades benéficas disminuyen, como las de hecho casi cualquier alimento. El aceite de oliva posee un alto índice de oleocantal, conocido por sus propiedades antiinflamatorias naturales, cuyo efecto es comparado al que se obtiene por la vía química por el uso de ibuprofeno. Frutos secos Aunque a menudo los frutos secos se consideran un tentempié entre comidas, pueden ser parte vital de las principales comidas durante el día. Poseen grasas buenas para el organismo, como las insaturadas y los ácidos grasos omega 3. Además de fibra, vitamina E, esteroles vegetales y L-arginina. Nueces Desde hace más de 7 mil años que los seres humanos comen nueces, la especie más conocida es la nuez de Castilla. Es considerado uno de los frutos secos con más antioxidantes que ningún otro. Permite el correcto funcionamiento de procesos musculares y cerebrales, por su contenido en zinc, magnesio, fósforo y vitamina B, en su presentación de tiamina y piridoxina, como lo es el B1 y B6. Frutas Arándanos Los arándanos, las moras y las cerezas son conocidas por sus altos grados de antocianina. La antocianina es un antioxidante con puntuación de 1,8 y 4,4 en la medición oficial Trolox. Aportan malvidina, peonidina, cianidina y mirtilina, grandes antioxidantes, junto con vitaminas B y vitamina C. Lo sorprendente es su pterostilbeno, el cual previene enfermedades cardíacas y diabetes. Ayudan al sistema inmune al evitar la proliferación de vitaminas en el organismo por su aporte de ácidos orgánicos. Moras Grandes aliadas para lidiar con la propensión a la retención de líquidos. Están principalmente conformadas por antocianina, vitamina C y vitamina E, de propiedades antioxidantes. Estos frutos azules y morados poseen el antioxidante antocianina, un pigmento flavonoide que produce un efecto antiinflamatorio. Cuentan con hierro, resveratrol, fibra, vitamina C, E y K, vitamina B6, niacina, riboflavina y zeaxantina, todo lo cual ayuda a regular el Ph de la sangre, mantener en buen estado a la retina, el aparato respiratorio y la piel. Además de ayudar a la limpieza del colón. Protegen al corazón al reducir los niveles de colesterol alto, además de ayudar a la producción de hemoglobina por su aporte de hierro, lo cual permite que el oxígeno llegue más rápido a todas las células del cuerpo. Controlan la presión arterial al suministrar potasio, magnesio y manganeso al organismo. A todo esto se suma su elevada concentración de resveratrol, el cual evita que el sistema vascular se dañe, lo cual disminuye el riesgo de derrame cerebral. Es un aliado del sistema digestivo al proporcionar fibra y vitaminas del tipo K, B6, vitaminas C y E, niacina y riboflavina. La combinación de estos componentes estimulan y garantizan la limpieza de los intestinos y el colón. Además de eso, su efecto diurético se combina con su poder de regular el Ph de la sangre. Sandía Un alimento clave en la alimentación antiinflamatoria es la sandía. Entre sus propiedades se enlista la tasa alta de vitaminas y minerales que reporta al cuerpo, tales como vitamina A y C, compuesto B6, potasio, magnesio y aminoácidos del tipo licopeno, betacaroteno y citrulina. Lo cual se traduce en altos niveles de energía. Estos niveles son el resultado de la reducción de inflamación en el cuerpo, la prevención en la degeneración del organismo por su poder antioxidante y que las arterias y los vasos sanguíneos estén en un buen estado de salud. Todo lo cual reporta mayor oxígeno al organismo, incluyendo el cerebro, el cual constituye el centro de mando del cuerpo humano. Fresas Originarias de América, el British Journal of Nutrition reconoce su poder para aumentar y mantener la elasticidad de las arterias, repercutiendo favorablemente en la salud cardiovascular. Mantienen al organismo hidratado, debido a su alto contenido de agua. Conformando este único elemento el 92% de la estructura nutricional de las fresas. La vitamina B1 tiene un impacto favorable en la salud mental, al disminuir los niveles de irritabilidad, fomentando la relajación del cuerpo. Balancea el Ph cutáneo del organismo, combate el estreñimiento y depura el organismo por sus concentrados de vitamina C y fibra dietética. Uvas La clave con este fruto es consumir la cáscara, puesto que es lo que contiene mayor cantidad de resveratrol y flavonoides, poderosos antioxidantes. Manzanas Este fruto de árbol es sumamente popular en la cultura occidental. Se especula que fue una manzana lo que Eva le pidió a Adan que mordiera, también tiene fama de haber hecho surgir la idea de la teoría de la gravedad en la mente de Newton. Como si todo eso fuese poco, el logo de una manzana mordida representa a una empresa tecnológica multimillonaria. De igual forma, la bruja malvada de Blancanieves ofrece una manzana envenenada a su bella hijastra, con el propósito de asesinarla. Cien gramos de manzana brindan 2.4 gramos de fibra, lo cual es un número bastante elevado. Esta cantidad de fibra propicia un movimiento intestinal rápido. La pectina es una sustancia que estimula la saciedad, la pulpa blanca de la manzana está repleta de ella, por lo cual, el cerebro recibe la señal de que ya se encuentra satisfecho. La pectina, junto con los antioxidantes, permiten una aceleración de la eliminación de toxinas del organismo. Por su parte, el jugo de manzana es rico en acetilcolina, un neurotransmisor encargado de velar por el buen funcionamiento de la memoria. Es rica también en vitamina C y potasio. Verduras Aguacate Casi nadie sabe este dato, pero el aguacate tiene incluso más potasio quelos plátanos. Su valor reside en el tremendo y benéfico impacto que tiene la formación y mantenimiento de la tonificación muscular. Contiene compuesto B5 y B6, además de vitaminas A, C, D, E y K, dicha combinación favorece ampliamente al sistema neuronal del cuerpo humano, disminuye el nivel de colesterol, fomenta la pérdida de peso y la salud ocular por medio de la luteína y la zeaxantina. Coliflor Rica en vitamina A, vitamina B y vitamina del tipo B. Además de betacaroteno, ácido cafeico, ácido cinámico, rutina y quercetina, los cuales son vitales para prevenir el envejecimiento. Brócoli Esta hortaliza es famosa por su gran aporte de vitamina A, hierro, potasio, fósforo y calcio. Algo que no es muy conocido es que también es una fuente alimenticia alta en vitamina C. En concreto, ayuda en la desintoxicación del organismo por medio de betacarotenos. Ayuda igualmente en la depuración del cuerpo al suministrar un alto índice de fibra. Bajo en grasa ayuda a permanecer debajo del radar de problemas de colesterol, al mantener un bajo nivel de LDL. El LDL es conocido entre la población con el nombre de “colesterol malo”. Todas las células contienen colesterol, cierto nivel de esta sustancia parecida a la grasa, es indispensable en el organismo, pero al exceder ciertas cantidades comienza a ser perjudicial para la salud. El colesterol es una sustancia compuesta por lípidos y proteínas. Se divide en dos distintos tipos: colesterol HDL y LDL. El primero es el que popularmente se denomina “colesterol bueno”. El colesterol HDL, que es una lipoproteína, viaja alrededor de todo el cuerpo, absorbiendo el exceso de colesterol de cada célula del cuerpo. Una vez que ha finalizado su travesía, se dirige al hígado, este órgano es el encargado de procesar todas estas lipoproteínas de alta densidad y las elimina del cuerpo. Por su parte, el colesterol LDL, lipoproteínas de baja densidad, en cantidades excesivas, suministradas al cuerpo a través de alimentos altos en grasa o productos industrializados altos en grasas trans, provocan que el colesterol se acumule en las arterias. Esto puede ser tan peligroso, que a largo plazo y sin la supervisión médica adecuada, puede provocar arterioesclerosis, lo que dificulta sino es que impide por completo que la sangre llegué al corazón. Lo cual se traduce en sufrir de anginas o ataques al corazón. Col Se recomienda ampliamente su consumo en el caso de gastritis, colitis y úlceras estomacales. Facilita la asimilación de hierro en el organismo, al cual suministra vitamina C, clorofila, potasio, calcio, magnesio, hierro, fósforo y betacarotenos. Los betacarotenos son también conocidos con el nombre de vitaminas A. Rábano Es rico en antioxidantes como la vitamina C, el potasio y el yodo, los cuales son vitales para la restauración de tejidos y vasos sanguíneos en el cuerpo. El sistema inmune se beneficia de él, por su impacto positivo en la fortaleza de huesos y dientes. Tomate Fomenta el buen estado de la salud visual por su aporte de vitamina A. De igual manera suministra vitamina K y hierro para la sangre, al evitar que esta se coagule y al fomentar un buen nivel de fortaleza sanguínea, disminuye el riesgo de problemas cardiovasculares. El alto grado de vitamina C y potasio, por su parte, actúa contra el estreñimiento y es un diurético natural al mismo tiempo. Pimientos Un dato poco conocido de este alimento, del cual algunos sectores todavía se debaten si es una fruta o una verdura, es que aportan tres veces más vitamina C que los cítricos. Lo cual significa que tienen un gran poder para reforzar el sistema inmunológico al ayudarle a una mejor absorción de hierro. Su consumo también aporta fibra y altas concentraciones de calcio en el cuerpo. Algas Un elemento poco conocido por sus beneficios antioxidantes pero, que sin duda alguna, los tiene es el yodo. El cual es un componente elemental para la síntesis adecuada de hormonas en la glándula tiroidea y se encuentra presente en las algas. Setas o champiñones Contienen fenoles. Quizás esté sea uno de los alimentos más ricos en vitaminas y minerales que puedan existir, pues provee de hierro, fósforo, yodo, magnesio, selenio, calcio, potasio, zinc y vitaminas Además de aportar compuestos de la vitamina B como vitaminas B1, B2 y B3, junto con altas dosis de vitaminas C y D. Chiles El ácido sinápico y el ácido ferúlico que los caracteriza son famosos por ser antiinflamatorios. Espinacas Una dieta equilibrada depende del tipo de cuerpo y estilo de vida de quien la practique, no obstante, en todo caso hay valores predeterminados de macronutrientes y micronutrientes que se tienen que alcanzar para garantizar la buena función del organismo. En el caso de las espinacas, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, conocido por sus siglas USDA, especifica que 100 gramos de esta planta contribuye con el 34% de la recomendación diaria de vitamina C. Es alta en hierro, calcio y magnesio, por lo cual reduce los niveles de glucosa en el organismo, lo que previene al cuerpo de padecer diabetes. De igual manera, sus índices de clorofila la convierten en una planta eficaz en el bloqueo de efectos cancerígenos. También contiene índices significativos de potasio, los cuales reducen la presión arterial, al mismo tiempo que la vitamina K ayuda a mejorar la absorción de calcio en la matriz ósea. Su colágeno y hierro estimulan las células que conforman la estructura de la piel y el cabello. Lechugas Esta planta tiene una efectividad probada para combatir el estreñimiento y la retención de líquidos. Su cantidad de fibra estimula la digestión al incentivar la movilidad intestinal, reduciendo e incluso evitando padecer de flatulencias. Aunado a esto su valor en el aporte químico del organismo reside en brindar vitaminas A, B1, B2, B3, C y E, además de hierro, lo que combate la anemia, el resfriado, el dolor muscular y los niveles de colesterol altos. Guisantes o chícharros El siguiente dato toma a muchos por sorpresa, y es que los guisantes son una fuente alta de proteínas. Por lo cual aportan hierro, además de pectina, una fibra soluble que favorece la producción de insulina, lo que a su vez previene o controla cuadros de diabetes. Cumplen una función cardioprotectora al ser vasodilatadores naturales de los torrentes sanguíneos, lo que permite un mayor flujo de sangre. No es en lo único en lo que apoyan al organismo, también previenen o disminuyen los síntomas de estreñimiento, facilitando la evacuación. Todas sus propiedades juntas garantizan un tejido celular sano del sistema neuronal, del cabello, pies y uñas. Alcachofas Contienen fósforo, hierro, magnesio, calcio, potasio, niacina y vitamina C, además del complejo B1, aunado a fibra, fitoesteroles, flavonoides e inulina. Ayuda a combatir síntomas de diabetes, enfermedades cardiacas, niveles de colesterol en la sangre. Resultan antioxidantes naturales para la limpieza del organismo. Camote o batata Concentra altos grados de carbohidratos, fibra, vitaminas A, B y C, junto con potasio y magnesio. Aporta betacaroteno y antocianinas, antioxidantes naturales que previene el envejecimiento, al otorgar firmeza a la piel, disminuir la propensión a las arrugas y acelerar el proceso de cicatrización de las heridas. Zanahoria Alto contenido en betacaroteno, el cual el organismo transforma en vitamina A. Protege el corazón, mejora la salud ocular, cuida la salud de dientes y encías. Igualmente posee un efecto diurético y laxante y alivia las afecciones respiratorias. La Organización Mundial de la Salud avaló su capacidad como alimento anti cancerígeno en el 2014, por su alto nivel de carotenoides. Calabaza Conocida como el antioxidante de otoño, esta hortaliza es recomendada por la Organización Mundial de la Salud, refuerza el sistema inmunitario, cuida la hipertensión y disminuye el colesterol. Berenjenas Aunque no suele ser un alimento recurrente en la dieta diaria de las personas, este alimento es sumamente desintoxicante. Proteína HuevoContrario a lo que muchas dietas recomiendan únicamente de comer solo la clara y hacer a un lado la yema, los beneficios de este alimento se incrementa de manera considerada cuando es consumido en su totalidad. Su importancia es tal que existe una Semana Mundial del huevo en donde la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, conocida por sus siglas FAO, reconoce públicamente su alto nivel como fuente de vitaminas y lo nombra un alimento indispensable para una dieta balanceada. De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Agricultura en Argentina, una persona de dicho país consume en promedio 274 huevos de manera anual. Esta cifra coloca a la República Argentina en el quinto lugar de mayor consumo per cápita de huevo, justo por detrás de México, Japón, Ucrania y China. La importancia del huevo radica en brindar al cuerpo aminoácidos esenciales para su funcionamiento, también conocidos como componentes proteicos necesarios para mantener los músculos del cuerpo en buen estado. A menor cantidad de músculo, menor cantidad de fuerza, mayor índice de grasa, mayor probabilidad de sufrir obesidad, problemas cardíacos, o diabetes, por nombrar algunas enfermedades, además de una incidencia mayor de inflamación constante del organismo. El huevo tiene mayor concentración de los siguientes vitaminas y minerales, a comparación de otras fuentes de proteína animal: vitaminas A, D, E, K y vitamina B12, de igual forma contiene tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, piridoxina, rolado, biotina, calcio, hierro, zinc, magnesio, cobre, fósforo, potasio, selenio y sodio. Eso sin mencionar su importe de ácido fólico y colina, imprescindibles para las mujeres que están buscando un embarazo o de hecho se encuentran gestando vida. De igual forma, este último, la colina juega un papel importante en actividades cognitivas tales como la memoria y el aprendizaje. Sus propiedades antioxidantes recaen en sus ricos niveles de carotenoides, zeaxantina y luteína, aliadas en la prevención de cataratas y de la enfermedad macular. Condición médica en la cual la visión paralela y central del ser humano se va destruyendo de manera progresiva, lo cual impide que quien la padece pueda contemplar detalles y dificulta de manera severa la capacidad lectora. Pescado Consumir en su presentación sardinas, truchas, arenque o salmón. Es una rica fuente de omega 3 y vitamina D, ácidos grasos EPA y DHA. Él omega 3 es importante para el organismo, pues son uno de los proveedores más importantes de grasa poliinsaturada, grasa necesaria para el cuerpo, pero que el humano no produce por sí mismo. Su función recae en dotar de fuerza a las neuronas y al corazón. Los ácidos grasos omega -3, al igual que los ácidos EPA y DHA son impredecibles para el organismo, pero este no los puede producir. El organismo requiere recibir la dosis adecuada de ácidos grasos omega -3 p, para mantener un buen estado de salud, siempre de una fuente exterior. El ácido eicosapentaenoico, conocido como EPA, y el ácido docosahexaenoico, conocido como DHA, es requerido para el normal crecimiento y desarrollo de la membrana celular. Ambos ácidos son clave importante para un óptimo funcionamiento del sistema inmunitario. Judías El aporte calórico de estas plantas es muy bajo, por no decir, inexistente. Sin embargo, no es solo por ese motivo por el cual la OMS alienta su consumo, sino también por sus altos compuestos de vitamina A, C y K, fibra, calcio, hierro y magnesio. Puede resultar una fuente segura de proteína vegetal siempre y cuando su consumo sea reiterado y sea siempre en grandes cantidades, ya que por cada 100 gramos de alimento se obtienen 1.8 gramos de proteína. Habas Existe el rumor de que un buen plato de habas no se le niega a nadie. Esta leguminosa es alta en lisina y arginina, aminoácidos que se transforman en proteína una vez que ingresan al organismo. En cuestión de antioxidantes son ricas en flavonoides y compuestos fenólicos, lo cual le permite al cuerpo desechar más rápido lo que no necesita. De igual manera, aportan ácido fólico, niacina, potasio, fósforo y magnesio. Cereales Avena Algunos de los antioxidantes y antiinflamatorios más potentes que se conocen son el ácido férulico, p-cumarico, cafeico, vanilico y hidroxibenzoico. Todos los cuales se encuentran en este cereal. Especies Jengibre Entre sus propiedades está mejorar la digestión y reducir los dolores musculares. Cúrcuma También conocida como azafrán indio proveniente de Asia y América Central. Esta especie es muy popular entre la población que sufre artritis, ya que ayuda a reducir la inflamación. Mejora la función hepática y reduce el riesgo de padecer cáncer de páncreas, en la dosis adecuada. Un sobre consumo de cúrcuma puede dificultar la correcta coagulación de la sangre. Canela Esta especie es utilizada en batidos, postres y carnes. Además de funcionar como sazonador, la Fundación Española de Nutrición, conocida por sus siglas FEN, reconoce su aportación como fuente de calcio, hierro, zinc, selenio, potasio, magnesio, fósforo, fibra, vitaminas A, B y C. El compuesto B1 reduce los niveles de glucosa en la sangre, lo que mantiene en un nivel estable el grado de energía del organismo, beneficia el aparato digestivo, protege la piel de hongos e incluso ayuda a combatir el acné. Se emplea como relajante muscular, por dicha propiedad es usado por diversas personas para calmar los dolores menstruales. De igual forma, fortalece los huesos. Ajo Esta planta es sumamente apreciada en el ámbito médico por sus cualidades para proteger al organismo de sufrir problemas de carácter cardiovascular, cancerígeno, inflamatorio, diabético y bacterias. Además de los problemas que se relacionan con la obesidad. Clavo Es conocido por purificar y nutrir la sangre, fortaleciendo así al sistema inmune, es un analgésico y antiséptico natural y acelera el metabolismo. Su magia en la dieta antiinflamatoria radica en el hecho de que el clavo es capaz de liberar una gran cantidad de hidrógeno y reduce significativamente la peroxidación líquida. Esto significa que el cuerpo aumenta su capacidad de quebrar las cadenas de grasas poliinsaturadas, lo cual hace más sencillo al organismo la labor de tener que desechar las toxinas. Orégano Gran alimento antiinflamatorio, antioxidante y anti infeccioso por su rica composición de vitaminas, tanto A, C, E y K, compuesto B6, junto con fibra, folato, hierro, magnesio, calcio y potasio. A todo esto se añaden aceites esenciales, del carácter del carvacrol y el origine, junto con los componentes de tañidos, ácidos fenólicos y flavonoides. Esto lo convierte en un aliado del sistema digestivo para acelerar sus movimientos internos, además de que combate contra las bacterias tanto aquellas que atacan al organismo de forma externa como interna. Bebidas Té verde Algunos la conocen como la bebida más beneficiosa del planeta, este título es reconocimiento a su labor para fortalecer la función cerebral, propiciar la pérdida de grasa, disminuir las probabilidades de padecer cáncer. Todo esto por sus grandes cantidades de catequina. La catequina es un antioxidante que lucha activamente contra el daño celular. Algunas personas lo prefieren al café, puesto que tiene casi la misma cantidad de cafeína y de aminoácido L-teanina, creando un efecto sinérgico en el cerebro. Vino tinto Es costumbre de los sibaritas tomar una copa de vino al día. Sibaritas es el nombre de las personas que son grandes aficionados a la comida, encuentran un gran placer al saborear cada uno de sus ingredientes, junto con sus texturas y sus olores. Así que si lo piensas, todos somos sibaritas y todos deberíamos tomar una copa de vino al menos de vez en cuando. En la dieta antioxidante el vino tinto se aconseja a discreción, con una copa al día basta. Una copa al día aporta beneficios para la salud, más allá de su poder etílico para reducir el estrés, lo cual beneficia tanto a la estabilidad física como mental del organismo. Paraque rinda lo mejor de sus frutos se debe consumir junto a los alimentos, para prevenir enfermedades cardiacas y cancerígenas, además de padecimientos como el colesterol, la artrosis o problemas cutáneos. Además de eso, ayuda a ser más lento el proceso de envejecimiento de las células, mantener buenos niveles de omega 3, es aliado en la pérdida de peso y refuerza la capacidad mental. Todo esto, entre otras cosas, porque posee resveratrol, componente que evita el colesterol malo y flavonoides, que reducen el impacto negativo de los rayos ultravioleta en la piel. Aumenta las endorfinas, sustancia en el cerebro que alivia el dolor. Cerveza Una buena cerveza no le viene mal a nadie de vez en cuando. Al menos esa es la opinión que sostiene National Geographic, junto con la Universidad de Harvard y la American Diabetes Association. Entre sus beneficios se encuentra fomentar la buena digestión, proteger el corazón, ayudar a desechar las toxinas del organismo, fortalecer los huesos y luchar contra el envejecimiento de las células. La dieta antiinflamatoria en su aspecto más permisivo apunta por un consumo ocasional de la bebida, siendo lo aconsejable de una a dos veces a la semana una cantidad moderada del producto. Esto claro, siempre que no se consuma al mismo tiempo vino, en cuyo caso, el consumo de cerveza debe ser más esporádico. Sidra Aunque es una bebida que por lo regular únicamente consumimos en eventos sociales, en específico las fiestas de quince años en su presentación latina, o los Sweet 16 en su versión anglo sajona. La sidra tiene múltiples beneficios. La sidra es una bebida con fines depurativos, que fomenta la salud digestiva y, opuesto al alcohol y a la cerveza, es baja en calorías. Sin mencionar que es rica en antioxidantes. Todo esto debido a que equilibra la flora intestinal, tiene efectos antioxidantes, reduce niveles de colesterol y glucosa. Resumen del capítulo Conocimos como funciona el sistema inmunológico, que es el encargado de proteger al organismo de ataques de invasores externos, tales como bacterias, virus y hongos, además de amenazas internas como formación de células cancerígenas. Sabemos la diferencia entre el sistema inmunitario innato y el adaptativo. Nos informamos sobre el valor de la homeostasis, la capacidad del organismo de equilibrarse a sí mismo, en cuanto a energía, materia, temperatura y fluidos. Leímos acerca de los leucocitos, sus diferentes funciones dentro del sistema inmune para eliminar agentes infecciosos y producir anticuerpos. Establecimos la relación entre la inflamación y el sistema inmunológico, ya que la inflamación es un síntoma de que el sistema no puede lidiar con las amenazas internas o externas, lo que ha provocado un trastorno en la salud. Descubrimos las consecuencias adversas de una mala alimentación, tales como: problemas de memoria y aprendizaje, fatiga, debilidad, adicción, desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, depresión y trastornos alimenticios. Descubrimos todas las propiedades nutricionales de diferentes grupos de alimentos incluidos en la dieta antiinflamatoria: frutos secos, frutas, verduras, proteína, cereales, especies y bebidas. 3 CAPÍTULO TRES: ¿CUÁNDO REALIZAR LA DIETA ANTIINFLAMATORIA? Wow. Eso fue un largo viaje a través de las propiedades de los alimentos que conforman la dieta antiinflamatoria. Ya sabemos qué hace la comida dentro de nuestro cuerpo, cómo nos desintoxica, cómo evita que nuestras células envejezcan de manera rápida, cómo fomenta el buen estado de nuestro sistema inmunológico, previene el cáncer, acelera el metabolismo y equilibra nuestra salud mental al ayudar a regular las sustancias dentro de nuestro cerebro. Esta es la razón de por qué debemos alimentarnos sanamente, la respuesta es sencilla: para mejorar el buen estado de nuestro organismo. Por el otro lado, surge otra pregunta en el horizonte que debemos contestar y ser conscientes con nosotros mismos: ¿cuándo debemos recurrir a una dieta antiinflamatoria? La respuesta a esa pregunta sobre cuándo es el momento adecuado de cambiar nuestra alimentación a un régimen antiinflamatorio es fácil: cuando queremos mejorar las condiciones de nuestro organismo. Sabemos que es momento de cambiar algo dentro de nosotros mismos, en específico, la manera en cómo comemos cuando sentimos que algo no marcha del todo bien con nuestro organismo. Todos sabemos cuándo nuestro cuerpo se siente incómodo, por ejemplo, sabemos cuando sentimos más dolor e inflamación de lo usual, cuando son más comunes las flatulencias, además de más olorosas. ¿Qué es un cuerpo inflamado? Para la Real Academia Española la palabra cuerpo significa: “Conjunto de los sistemas orgánicos que constituyen un ser vivo”. A su vez, la misma institución define la palabra inflamación como: “alteración patológica en una parte cualquiera del organismo, caracterizada por trastornos de la circulación de la sangre y, frecuentemente, por aumento de calor, enrojecimiento, hinchazón y dolor”. ¿Cuándo saber que nuestro cuerpo está inflamado? En concreto, tienes que buscar los siguientes síntomas para saber que tu cuerpo está experimentando hinchazón. Aumento de tamaño de los pies, los tobillos y las piernas. Nos percatamos de esto en el uso de calcetines, zapatos o tenis, cuando estos nos quedan más apretados de lo usual. Aumento de tamaño de las manos y los dedos. Colocar accesorios alrededor de esta parte del cuerpo resulta molesto: los anillos o pulseras se ajustan más al cuerpo. Aumento en el tamaño del estómago, se experimenta una sensación de abultamiento. Aumento en la distinción de la piel, comienzan aparecer estrías en el área del abdomen, tanto de hombres como de mujeres. Presencia constante de flatulencias. ¿A qué se debe la inflamación? Puede deberse a alguna de estas razones: Desnutrición. Deshidratación. Inadecuado estilo de vida propenso a una falta de vitaminas, minerales y antioxidantes. Problemas en la circulación de la sangre. Problemas en el sistema linfático. Enfermedades cancerígenas. Trastornos en el sistema digestivo. Baja capacidad del organismo para eliminar toxinas. Propensión al estreñimiento. Propensión a la retención de líquidos. Síntomas de la enfermedad de colitis ulcerosa o de Crohn. Siempre es el momento adecuado para optar por la dieta antiinflamatoria En este momento del libro ha quedado claro la importancia que los antioxidantes y los alimentos con propiedades antiinflamatorias tienen en el cuerpo humano. Seguir esta dieta no solo funciona como un régimen temporal de consumo de determinados alimentos, sino que incluso puede llegar a ser un estilo de vida. Consumir únicamente alimentos con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, y reducir al mínimo e incluso eliminar por completo cualquier otro tipo de comida, puede llegar a ser un estilo de vida para aquellos que buscan alcanzar la versión más saludable de sí mismos. Esta dieta combinada con una rutina de ejercicio adecuada puede fomentar los niveles óptimos de energía en el organismo, para que este pueda cumplir con una serie de compromisos laborales, profesionales, personales, familiares y sociales. Al mismo tiempo, si por desgracia el cuerpo ya padece de algún trastorno o enfermedad, en cualquiera de sus manifestaciones y estadios, desde casos leves hasta casos en extremo urgentes, la dieta antiinflamatoria permite que el organismo pueda atravesar mejor por todos los procesos que tiene que enfrentar para tratar de eliminar o contrarrestar los síntomas del ataque orgánico que está sufriendo. La dieta antiinflamatoria otorga una nutrición adecuada al organismo, al fortalecer el sistema inmunológico, evitando enfermedades crónicas. Puede ser usada para contrarrestar los síntomas de casos concretos como sufrir de hinchazón o de digestiones lentas. De igual manera, es una aliada benéfica en casos más urgentes de salud, como lo es padecer del síndrome del sistema irritable, de colitis ulcerosa o de enfermedad de Crohn. ¿Cómo saber si miinflamación es síntoma de un trastorno de la salud? Antes que nada, en cualquier caso de duda médica, por más simple o básica que sea, lo mejor es consultar con un profesional de la salud. Aunque sólo un médico puede decretar si el organismo presenta algún tipo de trastorno que se tenga que medicar o tratar, es bueno que cada uno de nosotros, como personas autónomas y responsables de nuestro propio estado de salud, realicemos investigaciones serias sobre qué es lo que está ocurriendo en nuestro organismo a nivel de oxidación. Nuestro cuerpo se oxida como parte de un proceso perfectamente normal. El organismo tiende al envejecimiento, a la hinchazón, a la enfermedad y a la oxidación, pero también tiende a la anti oxidación, la anti inflamación, al equilibrio y a la salud. Todos tenemos que prestar atención hacia dónde se está inclinando nuestro cuerpo en momentos determinados de nuestra vida. De igual forma, al ser conscientes del valor que tiene nuestro cuerpo para nuestra vida diaria, puesto que sin él básicamente no podríamos hacer absolutamente nada, es responsabilidad de todas las personas aprender a cuidar de sí mismos. ¿Cómo saber si algo en específico marcha mal? Es hora de prestar atención a nuestro cuerpo, ver cómo reacciona ante ciertos alimentos, cuál es el estado de nuestra piel, con qué frecuencia acudimos al sanitario, cuál es la consistencia y el color de nuestras evacuaciones, cuál es nuestro peso, cuál nuestro índice de masa corporal, cuál nuestro índice de grasa y cómo sentimos nuestro abdomen. ¿Nuestra zona abdominal está distendida, hinchada o abultada? Síntomas de digestión lenta La gastroparesia es una enfermedad que afecta el movimiento normal del estómago. Los alimentos viajan a través del sistema digestivo, debido a las contracciones de los músculos. Cuando esas contracciones dejan de efectuarse en el tiempo y con la fuerza necesaria, existe un problema en el organismo. Cuando lo que sucede es que de hecho la movilidad del estómago se detiene o actúa de una forma tan lenta que resulta inservible para el organismo, entonces, se está lidiando con un caso de gastroparesis, conocida también por su nombre más popular, digestión lenta. No hay una razón en específico por lo que surja este problema en el cuerpo. Puede desarrollarse como consecuencia de la diabetes, o del consumo excesivo de analgésicos opiáceos, o fármacos relacionados a problemas cardiovasculares, de hipertensión, alergias o de depresión clínica. También puede surgir como una condición por sí sola, sin ir acompañada de ninguno de los casos anteriores. Los síntomas consisten en experimentar vómitos, náuseas y reflujo ácido que provoca falta de apetito y cambios del nivel de azúcar en la sangre. Todo esto trae como consecuencia una desnutrición que fomenta la pérdida de peso. Síntomas que indican que se padece hinchazón abdominal Aunque padecer de hinchazón abdominal es un trastorno del organismo por sí mismo, irremediablemente está ligado a los siguientes padecimientos: retención de líquidos y afecciones del síndrome del intestino irritable. El abdomen luce deforme, es duro al tacto y provoca dolor. Sin embargo, si estas condiciones desaparecen en dos días, no empeoran con el tiempo y no son muy frecuentes significa que se trata de un caso aislado que no es motivo de preocupación. No se sufre de hinchazón abdominal severa, sino tan sólo esporádica. Quizás únicamente haya muchos gases atrapados en el tracto digestivo. Entre los síntomas de la hinchazón abdominal se cuentan la presencia excesiva tanto de eructos como de flatulencias, además de una intensa necesidad de evacuar. Síndrome del sistema irritable Otro nombre que recibe este padecimiento es el síndrome de colón irritable. ¿Qué es el colón? Forma parte del tracto digestivo y recibe el nombre de intestino grueso. Su función es muy valiosa, pero muy poco valorada y casi nadie quiere hablar de ella. Incluso hacer mención al tema se considera de mal gusto. En el colón se producen y se almacenan las heces antes de ser expulsadas. El problema comienza cuando el colón no puede almacenar durante el tiempo requerido los desechos del cuerpo. O también puede suceder que el colón no pueda deshacerse de las heces y estas se acumulen dentro del intestino grueso. En cualquiera de los casos, el cuerpo sufre, el cuerpo se inflama. Además de inflamarse, otra manera que tiene el cuerpo de mostrar que su intestino está irritable, es decir, que se encuentra en mal estado, es presentar un escenario de diarrea y estreñimiento, de manera separada o paralela. En casos extremos y de suma gravedad, que requieren el auxilio médico inmediato, se comienzan a percibir la presencia de sangre en las heces, pérdida de peso, vómitos constantes, dificultad para ingerir y digerir los alimentos. Colitis ulcerosa Esta condición significa que nuestro abdomen está hinchado debido a que nuestro tracto digestivo sufre de inflamación. Afecta al revestimiento del colón, lo cual dificulta la evacuación de las heces, de igual manera, daña severamente al recto. Desgraciadamente los síntomas de esta enfermedad aún sin cura, incluyen dolorosos calambres en el área abdominal del paciente, además de sangrado constante en el recto. El recto es la parte final del colón. Es el último segmento del tracto digestivo. Es la parte que evacua todos los desechos del organismo. Si las heces no salen en tiempo y forma pueden provocar además de dolor, serias infecciones bacterianas dentro del organismo. Las heces son desperdicio, son todo aquello que no le sirve al organismo, son todo aquello que el cuerpo a través del proceso digestivo ha decidido desechar. Cuando el organismo no puede deshacerse sin dolor y sin sangre de aquello que no necesita, entonces, hay un problema. Y el problema puede ser serio. Resumen del capítulo Conocimos la definición de lo que es un cuerpo inflamado y lo que involucra. Una alteración patológica en una parte cualquiera del organismo, caracterizada por trastornos de la circulación de la sangre y, frecuentemente, por aumento de calor, enrojecimiento, hinchazón y dolor. Aprendimos cuáles son los síntomas de la inflamación, entre los que se cuentan, el aumento de tamaño de pies, tobillos, piernas, manos, dedos y estómago. Junto con ello, descubrimos cuáles son las distintas enfermedades que hacen que el cuerpo presente inflamación. Entre ellas, la desnutrición, la deshidratación, trastornos del sistema digestivo, estreñimiento, colitis ulcerosa, etc. Leímos acerca del proceso de oxidación del organismo, aunado a los diversos problemas que se pueden presentar por padecimientos tales como digestión lenta, hinchazón abdominal, sistema de colón irritable y colitis ulcerosa. 4 CAPÍTULO CUATRO: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: ¿CÓMO SEGUIR LA DIETA ANTIINFLAMATORIA? Por qué deberíamos optar por seguir la dieta antiinflamatoria? Además de prevenir la larga serie de trastornos médicos que ya hemos señalado y mejorar nuestro nivel de salud de manera integral a partir de una mejor alimentación, ¿qué otras razones tendríamos para seguirla? De hecho, no existe ninguna razón para no hacerlo. Esta dieta es completamente benéfica para nuestro organismo. Por ese motivo, debemos evitar nuestros miedos al creer que seguir este régimen alimenticio nos supondrá un costo mayor al momento de proveer nuestra despensa. También podríamos creer que vamos a invertir más tiempo del que tenemos disponible entre todas nuestras ocupaciones para cocinar los alimentos. Nada de esto es necesariamente cierto. Una buena alimentación, un buen estilo de vida, mantener en buen estado nuestro sistema digestivo, junto con un buen proceso de desintoxicación y anti inflamación es siempre razón suficiente para intentar cosas nuevas. Además de que a todos esos beneficios no se les puede poner precio, ni condicionar el tiempo. La dieta antiinflamatoria es muy sencilla. Consiste en limitar los productos que comemos, medir porciones y preferir los alimentos preparados bajo un cierto estilo.
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