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Dieta Antiinflamatoria y Dieta Fodmap Thiago Palacios

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DIETA ANTIINFLAMATORIA Y DIETA FODMAP
EL ROL DE LOS NUTRIENTES PARA LA SALUD DEL CUERPO
FLAMINIA DEL MORAL
ÍNDICE
Prólogo
1. Capítulo Uno: Introducción a la dieta antiinflamatoria 2. Capítulo Dos:
Nuestro organismo y la dieta antiinflamatoria 3. Capítulo Tres: ¿Cuándo
realizar la dieta antiinflamatoria?
4. Capítulo Cuatro: De la teoría a la práctica: ¿cómo seguir la dieta
antiinflamatoria?
5. Capítulo Cinco: Introducción a la dieta FODMAP
6. Capítulo Seis: ¿Cuándo realizar la dieta FODMAP?
7. Capítulo Siete: De la teoría a la práctica: ¿cómo seguir la dieta FODMAP?
Epílogo
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prohibida, no se permite a menos que se cuente con un permiso escrito por el
editor. Solo se permite el uso de citas en reseñas o artículos.
PRÓLOGO
Aveces creemos que las dietas, entendiendo por esta palabra el concepto de
régimen alimenticio, únicamente sirven para bajar de peso. Dicha
información aunque correcta, no es del todo cierta, pues se encuentra
incompleta. No creo exagerar cuando aseguró que la función principal de
cualquier dieta es velar por la salud digestiva y nutricional de las personas
que recurren a ellas.
Precisamente de eso trata este libro. Mi objetivo principal es mostrarte cómo
puedes cuidar mejor de tu cuerpo a través de dos clases de dieta: la
antiinflamatoria y la dieta FODMAP. Sin importar cuál sea nuestro género,
edad, complexión física y estilo de vida, si no tenemos una correcta
alimentación, nuestros procesos digestivos pueden estar provocando
molestias abdominales, tales como hinchazón y dolor.
Pero, antes de comenzar, cabría la pena definir algunos conceptos y despejar
algunas dudas para que tanto tú, como lector, y yo, como escritor, estemos en
sintonía. ¿Te parece buena idea? Comencemos.
Primero, ¿qué entendemos por "dieta"? De acuerdo a la Real Academia
Española, por sus iniciales RAE, tal palabra proviene del latín "diaeta", la
que a su vez desciende del vocablo griego "díaita", cuya traducción más
exacta sería
"régimen de vida". Contrario a lo que creemos, una dieta no significa
necesariamente dejar de comer ciertos alimentos o privilegiar el consumo de
otros. No, su significado es más amplio que eso, implica todos nuestros
hábitos alimenticios.
Tú y yo, ahora mismo, seguimos una dieta. Lo que hay que preguntarnos es
qué clase de dieta es esa. Una dieta alta en alimentos procesados, harinas
refinadas, carnes rojas y baja en consumo de frutas, verduras y agua, puede
provocar que nuestro metabolismo se vuelva lento, nuestro cuerpo retenga
líquidos, nuestro abdomen se expanda y nosotros, sin entender muy bien el
por qué, nos sintamos incómodos dentro de nuestra propia piel.
Así como comer ciertos alimentos, en determinadas cantidades, nos puede
provocar malestar, lo contrario puede ser sumamente beneficioso para
nuestra salud. Comer ciertos alimentos, en determinadas cantidades,
obedeciendo un régimen, puede hacernos sentir que si nos lo proponemos
vamos a conquistar el mundo o, por lo menos, nuestros pantalones no nos
van a apretar. Lo cual no es poca cosa.
Espera, espera, ¿eso quiere decir que al seguir una dieta antiinflamatoria o
FODMAP, no se baja de peso? Nunca he establecido tal cosa. Me explico.
Disminuir unos cuantos kilos será una consecuencia inmediata de cambiar
nuestros hábitos alimenticios, variar los productos que consumimos y
transformar la manera en cómo preparamos los alimentos, nos va a ayudar a
descender el número en la báscula, pero estas dietas no se limitan a tal
propósito.
La intención principal de estos regímenes alimenticios es desinflamar
nuestro organismo. Cuando nuestro cuerpo sufre de inflamación significa
que una, o varias partes de él, están padeciendo una alteración que ha
provocado un aumento de calor, hinchazón y dolor.
Nadie tiene que vivir de esa manera, es sumamente incomodo andar por la
vida, sintiendo que estamos cargando una pelota de basquetbol debajo de
nuestra camisa.
Ahora, ¿qué es lo que provoca la inflamación de nuestro abdomen? Las
razones pueden ser muchas y variadas, puede deberse a padecimientos tales
como la artritis, la obesidad, la diabetes, el síndrome premenstrual, síndrome
de colón irritable, deshidratación, estreñimiento o gingivitis, por nombrar
algunos malestares.
Esta alteración también, por desgracia, puede deberse a un problema más
grave, como sería sufrir algún tipo de cáncer. Si esa es tu situación, lamento
saberlo, pero no pierdas el buen ánimo, hay que seguir adelante. Este libro
puede ayudarte.
Sea cual sea tu historia, antes de cambiar drásticamente tus hábitos
alimenticios es buena idea que lo consultes con un profesional de la salud
que te pueda indicar, sabiendo tu situación en específico, cuál es la mejor
guía, dieta y tratamiento para ti.
La dieta antiinflamatoria y la dieta FODMAP van a proporcionar a nuestro
cuerpo los nutrientes y los componentes que necesita para evitar, disminuir o
controlar la inflamación. Aunque vas a descubrir que existen muchos
alimentos que estos dos régimen recomiendan evitar, eso no compromete su
valor nutricional, puesto que aquellos productos que sí están permitidos, en
las cantidades justas, nos van a otorgar todos los carbohidratos, proteínas,
grasas, minerales y vitaminas que necesitamos para funcionar.
¿Qué es lo que tienen de especial estas dos dietas? Aunque nos adentraremos
con mayor profundidad en el tema, por ahora basta adelantar lo siguiente.
La dieta antiinflamatoria privilegia el consumo de alimentos que está
comprobado científicamente ayudan a disminuir el nivel de hinchazón en el
cuerpo. Se apuesta por el consumo de grasas instauradas, polifenoles,
curcumina, omega 3, carotenos, magnesio, vitamina C y fibra, como el aceite
de oliva extra virgen, las uvas, el jengibre, pescado, frutos secos, semillas y
una gran cantidad de frutas y verduras de temporada.
Una de las características principales de esta dieta es que le proporciona al
cuerpo una gran cantidad de antioxidantes, lo cual disminuye el efecto del
estrés oxidativo del organismo, lo que se traduce en el hecho de que el
cuerpo convierte más rápido en energía los alimentos que ingresan en él.
Entonces, ¿qué es la dieta FODMAP?
El curioso nombre de esta palabra es un acrónimo conformado por las
primeras letras de las siguientes palabras: Fermentable Oligosacáridos
Disacáridos Monosacáridos y Polioles. ¿Mejor usar el nombre FODMAP, no
te parece?
Lo curioso es que esta dieta consiste en evitar consumir todos los grupos de
alimentos que entran dentro de su nombre, es decir, no se recomienda
consumir ni oligosacáridos, ni disacáridos, monosacáridos o polioles. Los
cuales, dependiendo del organismo que lo consuma y su salud digestiva
previa, pueden ocasionar gases, hinchazón, diarrea y dolor abdominal.
Aquí hay que tener en cuenta una información primordial, y es que esta clase
de dieta no puede ser sostenida en un plazo mayor a las seis semanas. Se
recomienda su uso en casos médicos que realmente ameritan privar al
organismo de estos nutrientes, siempre bajo supervisión médica y por una
periodicidad oscilante de dos a seis semanas.
Dentro de esta dieta hay frutas, hortalizas, lácteos, carne, pescado, huevo,
cereales, tubérculos, edulcorantes, frutos secos y aceites permitidos en
ciertas cantidades.Por ejemplo, las fresas, las uvas, acelgas, lechugas, azúcar
y pan solo pueden ser consumidos en porciones no mayores a los 40 gramos.
Sin embargo, productos tales como cebollas, leche, miel, peras y manzanas
están fuera de la dieta. Por otro lado, se puede consumir libremente
alimentos tales como plátanos, pepino, leche de almendras, huevo, avena y
nueces.
No te preocupes ahora en tomar nota de todo. Esto es apenas un pequeño
vistazo.
En los capítulos posteriores veremos cada dieta a profundidad y en el Anexo
que encontrarás alfinal de este libro podrás consultar, cada vez que lo
desees, la lista de los alimentos permitidos, desestimados y regulados, de
manera rápida y sencilla.
Toda dieta requiere disciplina y fuerza de voluntad. En este caso en
particular, si queremos realmente obtener todos los beneficios de ambos
regímenes alimenticios, tenemos que evitar a toda costa productos tales
como repostería industrial, bebidas alcohólicas y carnes procesadas.
¿Qué pasa si incumplimos estas normas? Vamos a provocar un estrés muy
grande en nuestro organismo, nuestro cuerpo estará confundido si primero lo
limpiamos, lo privamos de ciertos alimentos, fomentamos el consumo de
otros más saludables y de repente nos comemos dos paquetes de galletas con
un cuarto de helado de chocolate. No podemos hacer eso.
Esto no quiere decir que nunca más podamos consumir con tranquilidad y
placer unas ricas galletas o un poco de helado. La clave para mantener un
estilo de vida saludable y sostenido en el tiempo está en ser capaces de
vigilar nuestras porciones y la periodicidad del consumo de muchos
alimentos.
Para tomar la mejor decisión posible sobre si alguna de estas dos dietas, o
incluso si ambas, es ideal, para ti, tienes que hacer tres cosas.
Primero, conocerte a ti mismo.
Segundo, leer este libro de principio a fin.
Tercero, consultar con un profesional de la salud.
¿Comenzamos?
1
CAPÍTULO UNO: INTRODUCCIÓN A LA DIETA
ANTIINFLAMATORIA
Antes de hoy, ¿cuántas veces habías escuchado ese término: dieta
antiinflamatoria? De seguro un par de veces, quizás las mismas ocasiones en
las que has padecido de inflamación. Lo cierto es que aunque no es un tema
que se trate de forma común y corriente, sentirnos hinchados es un
fenómeno más común de lo que creemos.
El proceso inflamatorio es una situación normal del cuerpo humano, de
hecho, es propia de todos los seres vivos. Sin embargo, como cualquier otro
proceso biológico es necesario verificar que sus índices están dentro del
promedio estimado. Si nuestro cuerpo está la mayoría del tiempo hinchado
eso no es una buena señal.
El cuerpo suele inflamarse como respuesta natural ante un período de
menstruación, después de consumir una comida abundante o beber
demasiados líquidos. También puede deberse como respuesta ante un evento
que nos genera gran estrés o preocupación. El problema se presenta cuando
el cuerpo permanece inflamado la mayor parte del tiempo.
¿Qué es lo que provoca que el cuerpo humano se inflame? Diversas
situaciones, desde la retención de líquidos, los gases, el síndrome de colón
irritable, una dieta baja en nutrientes, actividad física nula o escasa,
problemas de sueño, alto nivel de estrés, o una enfermedad crónica.
¿Por qué se inflama un cuerpo? La inflamación se ocasiona cuando los
mecanismos bioquímicos de nuestro organismo se encuentran un poco
atrofiados. Sé que eso no suena nada bien, la buena noticia es que tiene una
solución simple, se arregla a partir de una buena alimentación. Y todo esto
está perfectamente documentado.
¿Por qué una dieta antiinflamatoria es buena para la salud?
Una dieta antiinflamatoria es benéfica para el organismo porque ayuda a
desinflamar al organismo por medio de una alimentación balanceada. Para
evitar o contrarrestar la inflamación de tejidos y órganos, una alimentación
equilibrada en nutrientes, rica en antioxidantes, puede prevenir la entrada de
bacterias, virus y parásitos, disminuir los desequilibrios dietéticos y eliminar
el consumo de sustancias irritantes para el organismo.
Ya en el siglo XIX dos científicos de nombre Rudolf Virchow y Julius
Conheim concluyeron que ciertos marcadores biológicos del organismo
provocan inflamación. La cual era consecuencia de una alteración hormonal
y nutricional.
Pero que también, en su aspecto más grave, puede ser síntoma de procesos
cancerosos o de diabetes, enfermedades autoinmunes o degenerativas, tales
como la aterosclerosis, la artritis reumatoide y el lupus.
La medicina moderna establece que existen dos diferentes modelos
nutricionales. Uno prooxidante e inflamatorio; y otro antioxidante y
antiinflamatorio. Todos los alimentos, por lo tanto, se clasifican en alguno de
estos dos modelos, lo cual no significa que existen alimentos mejor que
otros, o que haya tal cosa como alimentos buenos o alimentos malos, no. Lo
que implica es que hay alimentos cuyo efecto en nuestro organismo es
diferente, pero igual de imprescindible.
Lamentablemente nuestra sociedad actual ha sucumbido a dietas
prooxidantes e inflamatorias debido al alto consumo de comida procesada y
empaquetada. No solo esto, sino que también hemos privilegiado una
alimentación alta en grasas de todo tipo, baja en el consumo de proteínas y
con una ingesta casi escasa de frutas y verduras de todos los colores. La
consecuencia ha sido que cada vez más un porcentaje elevado de la
población se sienta hinchada.
Una dieta antiinflamatoria que establece y cumple con una dosis adecuada
de grasas, privilegiando las de clase Omega 6 y 3, alta en consumo de frutas
y verduras de todos los colores , y un adecuado porcentaje de proteínas es
perfecta para controlar, disminuir e incluso evitar la inflamación.
¿Qué tipo de alimentos serían antiinflamatorios? Aceite de oliva extra
virgen, carnes rojas, pescados, fibra vegetal, verduras y frutas de temporada
en su presentación cruda o poco cocida, además de especias tales como el
jengibre, el orégano y la cúrcuma.
¿Qué tipo de alimentos son inflamatorios? Las bebidas alcohólicas, harinas
refinadas, grasas sobresaturadas, cereales y alimentos ricos en almidón. No
obstante, la dieta antiinflamatoria sí permite el consumo con moderación de
vino tinto, cerveza y sidra.
Ahora, para lograr un efecto antiinflamatorio completo no solo son
importantes los alimentos, también cuenta la forma en cómo se cocinan. Para
poder obtener mayores beneficios de las frutas y las verduras debemos optar
por cocinar al hervor, al vapor, a la plancha y al horno. Y, por último, un
factor clave para lograr reducir la hinchazón del organismo es masticar
correctamente durante el tiempo adecuado. Un reciente estudio de la
Universidad de Iowa señala que el número de veces óptimas para masticar
un bocado son 40 veces.
Hay que comer de forma pausada. Todo eso habrá de combinarse con la
adecuada cantidad de agua para liberar al cuerpo de distintas toxinas.
Dependiendo de nuestro peso y estatura, será distinta la cantidad de agua a
consumir. Una persona de 90 kilos, por ejemplo, requiere de tomar dos litros
y medio de agua al día; alguien de 80 kilos precisa de dos litros y cien
mililitros de manera cotidiana; a las personas cuyo peso sea 70 kilos, se les
recomienda beber un litro con ochocientos milímetros como parte de su
rutina.
¿Por qué la dieta antiinflamatoria tendría que ser un estilo de vida,
aunque no padezcas de ninguna enfermedad de gravedad?
La dieta antiinflamatoria consta de privilegiar el consumo de ciertas frutas,
verduras y hortalizas frescas y proteínas vegetales y animales. Más que una
dieta de unas cuantas semanas, o de un único objetivo como lo sería bajar de
peso, la dieta antiinflamatoria se centra en alimentos ricos en fibra,
depurativos y antioxidantes. Lo cual convierte a esta dieta en un plan
nutricional, y más allá de ello, en un estilo de vida.
Como seres humanos que somos, nuestro cuerpo tiende a hablarnos aunque a
veces no lo escuchemos. En ocasiones lo que nos dice es que no se siente del
todo bien, que está experimentando dolor y molestias, ya sea de forma
pasajera o de manera constante.
Puede suceder que la inflamación de nuestro organismo se debe a que hemos
comido algo que no nos cayó bien, quizás porque estaba echado a perder o
en proceso de descomposición, quizás porque nuestro estómago no lo digirió
a causa de una alergia, o a un sobreexceso de comida.
Otras veces la inflamación puede deberse a procesos fisiológicos tales como
la menstruación en el caso de las mujeres.
En el caso de los dos ejemplos anteriores, la inflamación es temporal. Pero
cuando la situación persistea través del tiempo, entonces, puede deberse a
múltiples factores. Uno de los más usuales es una enfermedad o trastorno del
sistema digestivo, las cuales pueden ir desde casos leves a severos.
Es decir, el espectro puede ser desde padecer una simple diarrea, una
afección de gastritis severa, hasta una enfermedad inflamatoria intestinal
(EII), como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
La inflamación que persiste en nuestro cuerpo también puede deberse a una
forma que tiene nuestro organismo de advertirnos que nuestros niveles de
estrés, pánico y ansiedad son demasiado altos. No olvides que nuestra mente
también puede perjudicar a nuestro estómago.
Nuestro estilo de vida también tiene una fuerte implicación, ¿qué crees que
le provoca a nuestro estómago la ingesta frecuente y exclusiva de productos
enlatados, empaquetados, congelados, procesados y con grandes cantidades
de conservantes (también conocidos como comida chatarra)?
La respuesta es simple: una dieta alta en esa clase de productos es perjudicial
para la salud. Comiendo de esa manera, se está aportando una alta cantidad,
en su mayoría, de grasas y carbohidratos que el cuerpo no necesita, además
de una ingesta excesiva de calorías. Todo lo cual repercute en una mala salud
digestiva, además de propiciar obesidad, diabetes y problemas cardiacos.
La buena noticia es que sea cual sea el escenario médico con el cual nos
estemos enfrentando, una alimentación rica en antioxidantes y alimentos con
propiedades antiinflamatorias, puede ayudarnos a mejorar el estado de salud
integral de nuestro organismo (y, en este caso en especial, de nuestros
intestinos).
Entre los síntomas de la inflamación se pueden encontrar: Abultamiento en
el abdomen.
Dolor en la zona abdominal.
Flatulencias (diversidad en periodicidad, tipo e intensidad de olor).
Hinchazón de la zona abdominal y pélvica.
Reflujo ácido.
Diarrea o estreñimiento.
Heces de forma indefinida y de bajo peso y consistencia.
Constipación de los músculos intestinales.
¿Cómo sabemos cuando nuestro cuerpo nos está pidiendo un cambio?
Además de percibir y ser consciente del nivel de inflamación de nuestro
cuerpo, para tener una idea general de cuál es la salud de nuestro estado
digestivo, tenemos que ser capaces de revisar y analizar nuestras heces.
Hacer tal actividad antes de comenzar la dieta antiinflamatoria nos va a
permitir tener un marco de referencia observable, con el cual podamos
comparar cómo está reaccionando nuestro cuerpo ante el consumo de frutas
y verduras que reporten carbohidratos al organismo, además de proteínas y
grasas de calidad.
¿Cómo interpretar nuestras heces?
Para nuestra fortuna existe una escala de heces de Bristol, la cual nos va a
ser de gran ayuda para conocer cuál es el estado de nuestro organismo a
partir de la forma en cómo defecamos. Lo sé, no suena muy bello, pero es un
proceso natural de nuestro cuerpo.
El tipo 1 de la escala señala estreñimiento importante del organismo. Se
caracteriza por trozos duros que son evacuados con dificultad. El tipo 2, casi
igual, marca un estreñimiento ligero, las evacuaciones se conforman de
fragmentos unidos.
El tipo 3 y el tipo 4 se consideran heces normales, se caracterizan por su
aspecto uniforme y contextura suave, lisa y blanda. El tipo 5, sin embargo,
tiene una forma pastosa y significa falta de fibra. La diarrea se engloba en
dos tipos, el tipo 6 son fragmentos aún más pastosos que en el tipo 5, los
cuales marcan una diarrea ligera. La diarrea importante, el tipo 7, es
completamente acuosa.
La inflamación puede provocar heces de escala tipo 1, 2, 5, 6 y 7.
La dieta antiinflamatoria como forma de terapia En el campo de la
endocrinología y la nutrición la dieta antiinflamatoria es considerada como
terapia. Ya que ayuda al organismo a depurarse y a disminuir sus niveles de
tensión muscular en el área del abdomen.
Entre los múltiples beneficios que se pueden enumerar aparecen:
Desinflamación.
Aceleración de la pérdida de peso. Esto debido a una correcta nutrición e
hidratación del organismo.
Reducción de la posibilidad de sufrir trastornos cardiovasculares.
Aumento de colesterol HDL, también conocido en el mundo popular como
colesterol bueno.
Disminución del colesterol LDL, también conocido en el mundo popular
como colesterol malo.
Disminución de los niveles de glucosa e insulina, lo cual ayuda a equilibrar
los niveles de energía en el organismo.
Los médicos aconsejan la dieta para fomentar y establecer un estilo de vida
más sano, además de que es una alternativa natural para lidiar con factores
tales como:
Hipertensión.
Diabetes.
Problemas de cardiopatía isquémica.
Enfermedades autoinmunes.
Artritis.
Demencia.
Cáncer.
Igualmente es recomendada en personas que buscan fomentar una buena
calidad de vida.
Resumen del capítulo
Hemos aprendido qué es la inflamación: proceso que provoca hinchazón,
malestar y dolor en el organismo por la atrofia de sus mecanismos
bioquímicos.
Su causa puede deberse a un sin fin de padecimientos médicos, desde
enfermedades crónico degenerativas hasta por la presencia de flatulencias
debida a una ingesta inmoderada de alimentos no antioxidantes.
Conocemos los dos modelos nutricionales: prooxidante y antioxidante. El
primero fomenta la inflamación, en sus filas se encuentran las bebidas
alcohólicas, harinas refinadas, grasas sobresaturadas, cereales y alimentos
ricos en almidón. Por otro lado, el modelo antioxidante es capaz de
disminuir los índices de inflamación, a partir del consumo de aceite de oliva
extra virgen, carnes rojas, pescados, fibra vegetal, jengibre, orégano y
cúrcuma.
Sabemos la importancia de la preparación de los alimentos, optar por cocinar
al hervor, al vapor, a la plancha y al horno.
Identificamos los síntomas de la inflamación: abultamiento en el abdomen y
zona pélvica, dolor en la zona abdominal y constipación de los músculos
intestinales.
Aprendimos a interpretar nuestras heces a partir del método Bristol para
conocer el estado de salud de nuestro cuerpo.
2
CAPÍTULO DOS: NUESTRO ORGANISMO Y LA DIETA
ANTIINFLAMATORIA
Sentirse inflamado nunca es buena señal, nos hace sentirnos incómodos con
nosotros mismos. A ese inconveniente tiene que sumarse el dolor, las
flatulencias, la hinchazón, el estreñimiento o la diarrea, sino es que todo
junto.
Todo ello son señales de que nuestro cuerpo está inflamado.
Como ya hemos establecido, la dieta antiinflamatoria es útil y benéfica para
cualquier clase de persona adulta que esté preocupada por alentar en sí
mismo un mejor estilo de vida.
La dieta antiinflamatoria y el sistema inmunológico El sistema
inmunológico es el responsable de resguardar al ser humano de cualquier
tipo de amenaza interna o externa que pueda provocar daño al organismo. De
igual manera, el sistema inmunitario se encarga de sanar las heridas y curar
al cuerpo del desgaste físico al cual se ve expuesto día tras día.
Una buena alimentación ayuda a mantener una microsistema intestinal sano
a partir de probióticos y prebióticos; ayuda a una mejor absorción de los
macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes
(minerales y vitaminas) en el organismo y controla la inflamación.
Todos estos beneficios se ven resumidos en una sola premisa: la dieta
antiinflamatoria favorece la inmunidad del sistema, lo cual implica que un
organismo sana mejor y de manera más rápida ante cualquier ataque (virus,
bacterias, parásitos, células cancerígenas, obesidad, problemas neuro y físico
degenerativos, etc.).
¿Cómo funciona el sistema inmunológico?
Esa es una pregunta que todos nos deberíamos de hacer al menos una vez en
la vida.
¿Qué es y cómo funciona el sistema inmunológico?
También conocido como sistema inmunitario. El sistema inmunológico es el
encargado de proteger al organismo de ataques de invasores externos, tales
como bacterias, virus y hongos. El sistema inmunológico se encuentra
esparcido por todo nuestro cuerpo, ya que involucra a muchos de nuestros
órganos, células y proteínas que trabajan demanera unida como un solo
frente para evitar la contaminación o la propagación de diversos factores
peligrosos para la salud.
Un buen sistema inmunológico nos protege de enfermarnos. Además de que
sí ya existe una condición preexistente de malestares, trastornos o
enfermedades, tratar de mejorar nuestro sistema inmune, va a ayudar al
organismo a ser capaz de hacer frente a los agentes peligrosos.
La importancia de la alimentación para el sistema inmunológico es vital.
Tanto para el sistema inmunitario innato, como para el adaptativo. El
primero hace referencia a las condiciones preexistentes en nuestro
organismo, lo que tenemos desde el momento de nuestro nacimiento; es lo
que depende de nuestros genes, lo que heredamos de generación en
generación, de conformidad con el historial médico de nuestros antepasados.
El sistema inmune innato está conformado por células llamadas fagocitos,
cuya función consiste en eliminar cualquier tipo de invasor del cuerpo, ya
sea en su presentación de virus, hongos y bacterias. Una vez que alguno de
estos componentes ha entrado a nuestro cuerpo, el sistema inmune
adaptativo desarrolla los anticuerpos necesarios para poder hacer frente a los
invasores.
Contrario al sistema inmune innato, el sistema adaptativo depende en gran
medida de las alimentación y las decisiones médicas tomadas por la persona.
Los linfocitos B generan los anticuerpos que protegen al organismo de
enfermedades dañinas. Junto con las vacunas, la alimentación es una pieza
clave para ayudar a nuestro cuerpo a resistir o a sobrellevar de la mejor
manera posible todas las dolencias que contrae por presencia de agentes
extraños en él.
El sistema inmunológico se origina en diversos órganos los cuales trabajan
en conjunto, a saber:
Adenoides: Glándulas ubicadas en el conducto nasal.
Médula ósea: Nombre que recibe el tejido de contextura esponjosa que se
encuentra en las cavidades óseas del cuerpo.
Ganglios linfáticos: Son pequeños órganos repartidos por todo nuestro
cuerpo, conectados entre ellos por vasos linfáticos.
Placas de Peyer: Es el tejido que se encuentra dentro del intestino delgado.
Timo: Lóbulos que están enfrente de la tráquea, detrás del esternón.
Amígdalas: Se encuentran en la parte inferior de la garganta, son dos masas
en forma ovalada.
El sistema inmunitario ayuda al organismo a mantener la homeostasis.
Homeostasis es el nombre técnico de la propiedad de los organismos de ser
capaces de equilibrarse a sí mismos, manteniendo condiciones estables para
todos sus órganos, a través de su metabolismo. A su vez, el metabolismo es
el intercambio de materia y energía que realiza un organismo con su entorno.
La homeostasis es lo que hace posible que el cuerpo humano pueda regular
su propia temperatura corporal, aunque la temperatura del exterior sea
inferior o superior a la suya. También equilibra los fluidos y mantiene la
concentración de iones imprescindibles para la vida a un nivel adecuado para
que el organismo pueda cumplir sus funciones, a saber, entre los principales
iones se encuentran el sodio, el potasio y el calcio.
El sodio es un elemento químico. Uno de sus papeles biológicos es mantener
el volumen en las construcciones musculares. El potasio, otro elemento
químico, participa en la regulación de las construcciones musculares y
también influye en el correcto movimiento intestinal. El calcio, un elemento
químico al igual que sus compañeros, cumple funciones metabólicas,
mantiene el tono muscular y mantiene en un buen nivel a los huesos y a los
dientes.
De igual manera, la homeostasis regula el nivel de azúcar en la sangre, de él
depende el estado de energía que experimenta una persona. Una baja de
azúcar puede provocar malestares tales como mareo, vista nublada y
sensación de fatiga en las personas. Por el contrario, un buen nivel de azúcar
en la sangre permite que las personas puedan cumplir sus actividades diarias,
tanto las simplemente biológicas, como aquellas que forman parte de su
rutina en sus aspectos familiares, laborales y sociales.
El sistema inmunitario, tanto el innato como el adaptativo, es lo que
mantiene a resguardo al cuerpo de amenazas o agresiones biológicas y
fisicoquímicas tanto externas como internas. Las externas ya han sido
mencionadas, son los virus, las bacterias y los hongos. Las internas, sin
embargo, son las que surgen dentro del propio organismo, esto es
básicamente lo que ocurre con las células cancerígenas.
El sistema inmune reconoce aquello que le es extraño al organismo, lo que
reconoce como una amenaza, como una agresión o como un peligro para su
buen funcionamiento y, por lo tanto, lo intenta eliminar. Cuando no se puede
realizar de manera adecuada esta función, el cuerpo tiende a la enfermedad.
La inflamación es un síntoma de que el cuerpo necesita ayuda para
desintoxicarse, por lo tanto, el sistema inmune está fallando.
El mecanismo de defensa del organismo debe evitar que el cuerpo se hinche.
La alimentación es clave para ayudar al sistema inmune a cumplir su
función. Salvo que exista una condición médica muy severa, el sistema
inmune siempre funciona. La cuestión importante es determinar cuál es su
impacto benéfico para el organismo, o dicho en otras palabras, cuán rápida y
poderosa es su reacción fisicoquímica biológica.
La efectividad, la rapidez y la inteligencia del sistema inmune depende de su
condición y de su estado. Sobre lo que ya es innato en él, el ser humano no
tiene mucho poder de acción y de decisión. La persona no controla su
herencia, ni sus genes, ni sus condiciones médicas preexistentes. No
obstante, lo adaptativo, permite un mayor margen de decisión y conciencia
del ser humano.
¿Cómo ayudan al sistema inmune todos los alimentos recomendados en
la dieta antiinflamatoria?
Una alimentación antiinflamatoria, rica en antioxidantes, favorece una buena
memoria, estimula el proceso de aprendizaje, mantiene niveles de energía
óptimos en el organismo y disminuye de manera considerable el desarrollo y
padecimiento de síntomas de enfermedades mentales, cancerígenas,
cardiovasculares y degenerativas.
¿Cómo es posible que la alimentación ayude tanto a una persona?
Primero, tenemos que entender cómo funciona el sistema inmune, no sólo
por lo que está compuesto. El 1% de las células de la sangre reciben el
nombre de leucocitos, también conocidos como glóbulos blancos. La tarea
de los glóbulos blancos es contrarrestar el impacto de los gérmenes en los
organismos.
Cuando el cerebro percibe que el cuerpo ha sufrido alguna clase de amenaza,
manda a los leucocitos a contrarrestar el peligro que el organismo está
corriendo.
Esta amenaza puede ser desde una cortada en un dedo debido a un accidente
de cocina que involucra una tabla, un cuchillo y un tomate. O puede ser un
virus altamente peligroso entrando al organismo. Un ejemplo de esto último
lo podemos ver en el virus llamado Covid 19.
El antígeno, la sustancia peligrosa para el organismo, es atacado y, con
suerte, contrarrestado por los glóbulos blancos. Los cuales nacen en la
médula ósea, se resguardan en el sistema linfático y viajan a través de la
sangre. A pesar de la importancia que guardan para el organismo, pues de su
buen estado depende el nivel de salud del cuerpo, su plazo de vida es de
apenas 24 a 72 horas.
Por el tipo de función específica que prestan el organismo, los leucocitos
mayoritariamente se dividen en los siguientes tipos: Los monocitos que
contrarrestan a las bacterias.
Los neutrófilos se enfrentan igualmente a las bacterias, pero también
eliminan a los hongos.
Los eosinófilos se encargan de lidiar contra los parásitos y las células
cancerígenas.
Los linfocitos que generan anticuerpos.
Los basófilos segregan químicos para que el cuerpo se prepare para la
presencia de un agente infeccioso.
Junto con el sistema inmune participan otros órganos, los cuales se conocen
como aliados de la defensa inmunológica, entre los que más destacan se
encuentran la piel y las membranas mucosas. Las cuales fungen la función
de ser barreras para el ingresode gérmenes, bacterias y virus.
El sistema linfático, donde se resguardan los glóbulos blancos, está
conformado por la médula ósea, el bazo y los ganglios linfáticos. Es una red
de tejidos y órganos dentro del cuerpo que se encargan de transportar linfa,
un líquido repleto de glóbulos blancos, a través de vasos linfáticos, parecidos
a vasos sanguíneos.
El cuerpo comienza a inflamarse de manera periódica como síntoma de que
algo no marcha bien en el organismo. Nuestro cuerpo está sufriendo
constantes amenazas y nuestro sistema inmunológico no puede hacerles
frente.
Estar inflamado constantemente significa al mismo tiempo dos cosas. La
primera es que nuestro cuerpo nos está avisando que nuestro organismo está
lidiando con un trastorno de la salud, de lo cual la inflamación es síntoma.
Las opciones sobre cuál puede ser el malestar, varía entre tensión muscular
hasta estreñimiento crónico, por citar algunas dolencias.
Un cuerpo continuamente inflamado también significa algo más
preocupante, conlleva que nuestro sistema inmune no está pudiendo lidiar
con las amenazas que recibe de manera externa o, un poco más severo, con
las amenazas internas que está presentando.
Como ya se ha establecido anteriormente, el sistema inmune se divide en dos
sistemas que trabajan juntos. Sobre su sistema inmune innato la persona no
tiene gran poder de decisión, no obstante, sí tiene mayor control sobre su
sistema inmune adaptativo.
Cuando el sistema inmunológico de una persona no está trabajando al
máximo de su capacidad, ni de manera aceptablemente óptica, una vez que
hemos descartado que se deba a un fallo interno del organismo de carácter
innato, debemos verificar si la forma en que una persona está tratando a su
cuerpo sea benéfica para el mismo.
La alimentación es clave para ayudar a que el sistema inmune esté en buena
forma. De forma constante la Organización Mundial de la Salud habla de la
importancia y de los beneficios para la salud de una buena y adecuada
nutrición.
Una vez que una condición médica ya existe en el organismo, una dieta
antiinflamatoria ayuda a disminuir sus síntomas. No solo previene
enfermedades
, sino que funciona como un tratamiento para mejorar la calidad de vida de
cualquier persona, en caso de que ya exista un trastorno de la salud.
¿Cómo afecta al organismo una dieta con mal balance nutricional?
En el mundo actual resulta inevitable que todas las personas estén expuestas
a altos grados de estrés, de toda índole, tanto de grado económico, como
laboral, familiar, profesional, puede ser académico y, en definitiva, social.
Eso aunado a un estilo de vida con un horario apretado, puede propiciar que
las personas vayan a recurrir a una alimentación con poco o nulo balance
nutricional.
Esta falta de buena nutrición se ha vuelto una pandemia conocida con el
nombre de obesidad. Una alimentación con poco balance se basa en un
consumo considerablemente más elevado al recomendado por las
asociaciones médicas de todo el mundo, en cuestión de carbohidratos y
grasas. Esto sucede al consumir alimentos de harina refinada y grasas
procesadas, sobre todo las llamadas sobresaturadas o trans.
Los efectos para el cuerpo de una alimentación alta en productos
perjudiciales para la salud, varían de organismo en organismo, y de factores
tales como el nivel de actividad física, la genética y el ambiente.
Sin embargo, sí es cierto que sin importar ninguna otra condición médica
preexistente, un organismo no funciona de la mejor manera posible cuando
está recibiendo una nutrición inadecuada. Entre las consecuencias se enlistan
las siguientes:
Problemas de memoria y aprendizaje
Las reacciones químicas de los alimentos poco saludables, una vez que
entran en contacto con nuestro organismo, pueden inflamar el hipocampo. El
cual es el centro asociado a actividades cognitivas tales como la memoria y
el nivel de atención, velocidad de respuesta ante estímulos y el estado de
humor. Estas declaraciones están respaldadas por el American Journal of
Clinical Nutrition.
Provoca fatiga y debilidad
Si el organismo no obtiene los nutrientes necesarios para funcionar, sus
niveles de energía disminuyen considerablemente, dificultando o haciendo
incluso imposible el poder cumplir con las actividades más básicas a nivel
cotidiano.
Esto debido a que el cuerpo no cuenta con las vitaminas ni minerales
necesarios para su sobrevivencia.
Generan adicción
Los alimentos altamente procesados para no caducar en un largo período de
tiempo, ya sea en su presentación de enlatados, envasados o congelados, los
alimentos contienen conservantes cuyos químicos provocan dependencia en
el organismo.
Eso sin hablar de la dependencia que un organismo puede desarrollar a altos
niveles de azúcar, por la ingesta regular de repostería industrial, en
cualquiera de sus presentaciones, como galletas o malvaviscos, sin
mencionar los refrescos de cola.
Aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y
cáncer Así como una buena alimentación puede ayudar a prevenir o a
aminorar los síntomas de una enfermedad, también juega un papel muy
importante al momento de propiciar las condiciones idóneas para que el
organismo se defienda ante ataques de agentes extraño y también regulan
cuál será el grado de impacto que el ataque va a tener en el cuerpo.
Una mala alimentación tiene repercusiones directas en los niveles de
triglicéridos y colesterol en la sangre, lo que provoca lesiones y placas en los
vasos sanguíneos. Lo que a su vez afecta la circulación. El impacto puede
ser tan severo que afecta de forma directa al corazón, incluso provocando un
ataque o un infarto cardiaco. Esto debido al alto consumo de grasas
saturadas e insaturadas.
Incrementa el riesgo de enfermedades mentales como la depresión y los
trastornos alimenticios
En términos muy sencillos si nuestro cerebro no tiene las vitaminas y los
minerales adecuados no puede cumplir sus funciones de manera óptima, ni
puede mantener un buen equilibrio químico mental.
Los niveles de serotonina, dopamina y oxitocina no se encuentran
balanceados ni pueden ser producidos en las dosis normales debido a que el
organismo no cuenta con los nutrientes necesarios para el óptimo
funcionamiento de sus procesos físico químico biológicos.
De igual manera, una mala alimentación puede repercutir en un índice mayor
de grasa corporal, lo cual se traduce en riesgo de padecer o, de hecho sufrir,
sobrepeso u obesidad.
Por cuestiones de peso, las personas pueden desarrollar dismorfia corporal,
lo que se traduce a una mala relación entre la percepción sensorial y el
estado corporal. La persona puede ver su cuerpo más grande o más pequeño
de lo que este es en realidad. Lo que repercute en una mayor probabilidad de
desarrollar anorexia, bulimia o seguir un patrón de comer de manera
compulsiva.
Y lo que nos compete, una mala alimentación también influye en la
inflamación.
¿Cuáles son los beneficios para el cuerpo de seguir una dieta
antiinflamatoria?
En el 2018 el Journal Of Internal Medicine publicó un estudio efectuado por
el Instituto médico Karolinska de Suecia, dirigido por la doctora Joanna
Kaluza, donde se monitoreo la dieta nutricional de 68 mil personas por 16
años. Todos los participantes mantuvieron durante esa cantidad de tiempo
parámetros alimenticios fijados por la institución, los cuales se dividían en
tres categorías: seguimiento completo, parcial y nulo de la dieta
antiinflamatoria.
Las personas que cumplieron con el seguimiento completo de la dieta
disminuyeron en un 18 por ciento su riesgo de mortalidad en un aspecto
general.
Esto debido a que presentaron un riesgo 20 por ciento menos de sufrir
problemas cardiovasculares y un riesgo 13 veces menor de padecer cáncer.
Estos números son comparados a las estadísticas del grupo controlado del
estudio que tuvo un seguimiento nulo de los parámetros de la dieta
antiinflamatoria, es decir, de aquel grupo que no siguió la dieta.
Incluso el grupo que únicamente dio un seguimiento parcial a la dieta
antiinflamatoria obtuvobeneficios para la salud. La dieta les ayudó a
mantener bajas sus probabilidades de contraer diabetes, cáncer e
hipertensión.
La inflamación es una clara señal de que algo no marcha bien en el
organismo.
Lo que una persona puede hacer para ayudarse a sí misma es ayudar a su
organismo a obtener todos los nutrientes, vitaminas y minerales que su
cuerpo necesita para lograr la desintoxicación necesaria para eliminar la
amenaza, tanto interna como externa, que le está atacando.
La inflamación es un síntoma de que el organismo no está depurando de
forma adecuada todo lo que tiene que eliminar, por lo tanto, el organismo no
está limpio. Al no existir un buen estado de limpieza interna y externa es
imposible que ningún cuerpo pueda funcionar de manera adecuada.
Ninguna inflamación en el organismo es buena, menos si es constante,
crónica y silenciosa. Una dieta antiinflamatoria exitosa que contrarresta tal
estado debe seguir las siguientes pautas para ser exitosa.
Preferir alimentos naturales.
Se opta por consumir principalmente plantas.
Privilegiar la ingesta de frutas y verduras.
Equilibrio en el consumo de macronutrientes: proteínas, carbohidratos y
grasas.
Equilibrio en el consumo de micronutrientes: vitaminas y minerales.
Adecuada hidratación.
Buen consumo de fibra.
Sostener comidas equilibradas.
Evitar la sobre ingesta de alimentos.
¿Cuáles son los alimentos de la dieta antiinflamatoria?
La avena y los cítricos son elementos clave en este plan nutricional. Por otra
parte, afiliarse a las filas de esta dieta consiste en renunciar, o disminuir
drásticamente el consumo de alimentos que contengan altos niveles de
grasas saturadas, sal, azúcares y proteína tanto de origen vegetal, como
animal, preferir el consumo de carne blanca tal como pollo y pescado.
En cuanto a las bebidas se debe prescindir del consumo regular, y optar por
el consumo menos que esporádico de bebidas altamente carbonatadas,
azucaradas y alcohólicas. Con la excepción del vino. El vino tiene
propiedades probadas de ser antiinflamatorio, anticancerígeno y depurativo.
Se recomienda disminuir el consumo de carnes rojas. De igual forma, se
recomienda cambiar la sal común o de mesa, también conocida como cloruro
sódico, por sal marinada. También se deberá cambiar el aceite vegetal o de
maíz por el aceite de oliva o de coco. Pero, como ya se ha señalado antes, los
aceites deben optarse por usar en su versión cruda, ya que al ser freídos sus
propiedades benéficas disminuyen, como las de hecho casi cualquier
alimento.
El aceite de oliva posee un alto índice de oleocantal, conocido por sus
propiedades antiinflamatorias naturales, cuyo efecto es comparado al que se
obtiene por la vía química por el uso de ibuprofeno.
Frutos secos
Aunque a menudo los frutos secos se consideran un tentempié entre
comidas, pueden ser parte vital de las principales comidas durante el día.
Poseen grasas buenas para el organismo, como las insaturadas y los ácidos
grasos omega 3.
Además de fibra, vitamina E, esteroles vegetales y L-arginina.
Nueces
Desde hace más de 7 mil años que los seres humanos comen nueces, la
especie más conocida es la nuez de Castilla. Es considerado uno de los frutos
secos con más antioxidantes que ningún otro. Permite el correcto
funcionamiento de procesos musculares y cerebrales, por su contenido en
zinc, magnesio, fósforo y vitamina B, en su presentación de tiamina y
piridoxina, como lo es el B1 y B6.
Frutas
Arándanos
Los arándanos, las moras y las cerezas son conocidas por sus altos grados de
antocianina. La antocianina es un antioxidante con puntuación de 1,8 y 4,4
en la medición oficial Trolox.
Aportan malvidina, peonidina, cianidina y mirtilina, grandes antioxidantes,
junto con vitaminas B y vitamina C. Lo sorprendente es su pterostilbeno, el
cual previene enfermedades cardíacas y diabetes.
Ayudan al sistema inmune al evitar la proliferación de vitaminas en el
organismo por su aporte de ácidos orgánicos.
Moras
Grandes aliadas para lidiar con la propensión a la retención de líquidos.
Están principalmente conformadas por antocianina, vitamina C y vitamina E,
de propiedades antioxidantes.
Estos frutos azules y morados poseen el antioxidante antocianina, un
pigmento flavonoide que produce un efecto antiinflamatorio. Cuentan con
hierro, resveratrol, fibra, vitamina C, E y K, vitamina B6, niacina,
riboflavina y zeaxantina, todo lo cual ayuda a regular el Ph de la sangre,
mantener en buen estado a la retina, el aparato respiratorio y la piel. Además
de ayudar a la limpieza del colón.
Protegen al corazón al reducir los niveles de colesterol alto, además de
ayudar a la producción de hemoglobina por su aporte de hierro, lo cual
permite que el oxígeno llegue más rápido a todas las células del cuerpo.
Controlan la presión arterial al suministrar potasio, magnesio y manganeso
al organismo. A todo esto se suma su elevada concentración de resveratrol,
el cual evita que el sistema vascular se dañe, lo cual disminuye el riesgo de
derrame cerebral.
Es un aliado del sistema digestivo al proporcionar fibra y vitaminas del tipo
K, B6, vitaminas C y E, niacina y riboflavina. La combinación de estos
componentes estimulan y garantizan la limpieza de los intestinos y el colón.
Además de eso, su efecto diurético se combina con su poder de regular el Ph
de la sangre.
Sandía
Un alimento clave en la alimentación antiinflamatoria es la sandía. Entre sus
propiedades se enlista la tasa alta de vitaminas y minerales que reporta al
cuerpo, tales como vitamina A y C, compuesto B6, potasio, magnesio y
aminoácidos del tipo licopeno, betacaroteno y citrulina. Lo cual se traduce
en altos niveles de energía.
Estos niveles son el resultado de la reducción de inflamación en el cuerpo, la
prevención en la degeneración del organismo por su poder antioxidante y
que las arterias y los vasos sanguíneos estén en un buen estado de salud.
Todo lo cual reporta mayor oxígeno al organismo, incluyendo el cerebro, el
cual constituye el centro de mando del cuerpo humano.
Fresas
Originarias de América, el British Journal of Nutrition reconoce su poder
para aumentar y mantener la elasticidad de las arterias, repercutiendo
favorablemente en la salud cardiovascular. Mantienen al organismo
hidratado, debido a su alto contenido de agua. Conformando este único
elemento el 92% de la estructura nutricional de las fresas.
La vitamina B1 tiene un impacto favorable en la salud mental, al disminuir
los niveles de irritabilidad, fomentando la relajación del cuerpo. Balancea el
Ph cutáneo del organismo, combate el estreñimiento y depura el organismo
por sus concentrados de vitamina C y fibra dietética.
Uvas
La clave con este fruto es consumir la cáscara, puesto que es lo que contiene
mayor cantidad de resveratrol y flavonoides, poderosos antioxidantes.
Manzanas
Este fruto de árbol es sumamente popular en la cultura occidental. Se
especula que fue una manzana lo que Eva le pidió a Adan que mordiera,
también tiene fama de haber hecho surgir la idea de la teoría de la gravedad
en la mente de Newton. Como si todo eso fuese poco, el logo de una
manzana mordida representa a una empresa tecnológica multimillonaria.
De igual forma, la bruja malvada de Blancanieves ofrece una manzana
envenenada a su bella hijastra, con el propósito de asesinarla.
Cien gramos de manzana brindan 2.4 gramos de fibra, lo cual es un número
bastante elevado. Esta cantidad de fibra propicia un movimiento intestinal
rápido. La pectina es una sustancia que estimula la saciedad, la pulpa blanca
de la manzana está repleta de ella, por lo cual, el cerebro recibe la señal de
que ya se encuentra satisfecho.
La pectina, junto con los antioxidantes, permiten una aceleración de la
eliminación de toxinas del organismo. Por su parte, el jugo de manzana es
rico en acetilcolina, un neurotransmisor encargado de velar por el buen
funcionamiento de la memoria.
Es rica también en vitamina C y potasio.
Verduras
Aguacate
Casi nadie sabe este dato, pero el aguacate tiene incluso más potasio quelos
plátanos. Su valor reside en el tremendo y benéfico impacto que tiene la
formación y mantenimiento de la tonificación muscular.
Contiene compuesto B5 y B6, además de vitaminas A, C, D, E y K, dicha
combinación favorece ampliamente al sistema neuronal del cuerpo humano,
disminuye el nivel de colesterol, fomenta la pérdida de peso y la salud ocular
por medio de la luteína y la zeaxantina.
Coliflor
Rica en vitamina A, vitamina B y vitamina del tipo B. Además de
betacaroteno, ácido cafeico, ácido cinámico, rutina y quercetina, los cuales
son vitales para prevenir el envejecimiento.
Brócoli
Esta hortaliza es famosa por su gran aporte de vitamina A, hierro, potasio,
fósforo y calcio. Algo que no es muy conocido es que también es una fuente
alimenticia alta en vitamina C.
En concreto, ayuda en la desintoxicación del organismo por medio de
betacarotenos. Ayuda igualmente en la depuración del cuerpo al suministrar
un alto índice de fibra. Bajo en grasa ayuda a permanecer debajo del radar de
problemas de colesterol, al mantener un bajo nivel de LDL.
El LDL es conocido entre la población con el nombre de “colesterol malo”.
Todas las células contienen colesterol, cierto nivel de esta sustancia parecida
a la grasa, es indispensable en el organismo, pero al exceder ciertas
cantidades comienza a ser perjudicial para la salud.
El colesterol es una sustancia compuesta por lípidos y proteínas. Se divide
en dos distintos tipos: colesterol HDL y LDL. El primero es el que
popularmente se denomina “colesterol bueno”.
El colesterol HDL, que es una lipoproteína, viaja alrededor de todo el
cuerpo, absorbiendo el exceso de colesterol de cada célula del cuerpo. Una
vez que ha finalizado su travesía, se dirige al hígado, este órgano es el
encargado de procesar todas estas lipoproteínas de alta densidad y las
elimina del cuerpo.
Por su parte, el colesterol LDL, lipoproteínas de baja densidad, en cantidades
excesivas, suministradas al cuerpo a través de alimentos altos en grasa o
productos industrializados altos en grasas trans, provocan que el colesterol
se acumule en las arterias. Esto puede ser tan peligroso, que a largo plazo y
sin la supervisión médica adecuada, puede provocar arterioesclerosis, lo que
dificulta sino es que impide por completo que la sangre llegué al corazón. Lo
cual se traduce en sufrir de anginas o ataques al corazón.
Col
Se recomienda ampliamente su consumo en el caso de gastritis, colitis y
úlceras estomacales. Facilita la asimilación de hierro en el organismo, al cual
suministra vitamina C, clorofila, potasio, calcio, magnesio, hierro, fósforo y
betacarotenos.
Los betacarotenos son también conocidos con el nombre de vitaminas A.
Rábano
Es rico en antioxidantes como la vitamina C, el potasio y el yodo, los cuales
son vitales para la restauración de tejidos y vasos sanguíneos en el cuerpo. El
sistema inmune se beneficia de él, por su impacto positivo en la fortaleza de
huesos y dientes.
Tomate
Fomenta el buen estado de la salud visual por su aporte de vitamina A. De
igual manera suministra vitamina K y hierro para la sangre, al evitar que esta
se coagule y al fomentar un buen nivel de fortaleza sanguínea, disminuye el
riesgo de problemas cardiovasculares.
El alto grado de vitamina C y potasio, por su parte, actúa contra el
estreñimiento y es un diurético natural al mismo tiempo.
Pimientos
Un dato poco conocido de este alimento, del cual algunos sectores todavía se
debaten si es una fruta o una verdura, es que aportan tres veces más vitamina
C
que los cítricos. Lo cual significa que tienen un gran poder para reforzar el
sistema inmunológico al ayudarle a una mejor absorción de hierro. Su
consumo también aporta fibra y altas concentraciones de calcio en el cuerpo.
Algas
Un elemento poco conocido por sus beneficios antioxidantes pero, que sin
duda alguna, los tiene es el yodo. El cual es un componente elemental para la
síntesis adecuada de hormonas en la glándula tiroidea y se encuentra
presente en las algas.
Setas o champiñones
Contienen fenoles. Quizás esté sea uno de los alimentos más ricos en
vitaminas y minerales que puedan existir, pues provee de hierro, fósforo,
yodo, magnesio, selenio, calcio, potasio, zinc y vitaminas Además de aportar
compuestos de la vitamina B como vitaminas B1, B2 y B3, junto con altas
dosis de vitaminas C y D.
Chiles
El ácido sinápico y el ácido ferúlico que los caracteriza son famosos por ser
antiinflamatorios.
Espinacas
Una dieta equilibrada depende del tipo de cuerpo y estilo de vida de quien la
practique, no obstante, en todo caso hay valores predeterminados de
macronutrientes y micronutrientes que se tienen que alcanzar para garantizar
la buena función del organismo.
En el caso de las espinacas, el Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos, conocido por sus siglas USDA, especifica que 100 gramos de esta
planta contribuye con el 34% de la recomendación diaria de vitamina C.
Es alta en hierro, calcio y magnesio, por lo cual reduce los niveles de
glucosa en el organismo, lo que previene al cuerpo de padecer diabetes. De
igual manera, sus índices de clorofila la convierten en una planta eficaz en el
bloqueo de efectos cancerígenos.
También contiene índices significativos de potasio, los cuales reducen la
presión arterial, al mismo tiempo que la vitamina K ayuda a mejorar la
absorción de calcio en la matriz ósea.
Su colágeno y hierro estimulan las células que conforman la estructura de la
piel y el cabello.
Lechugas
Esta planta tiene una efectividad probada para combatir el estreñimiento y la
retención de líquidos. Su cantidad de fibra estimula la digestión al incentivar
la movilidad intestinal, reduciendo e incluso evitando padecer de
flatulencias.
Aunado a esto su valor en el aporte químico del organismo reside en brindar
vitaminas A, B1, B2, B3, C y E, además de hierro, lo que combate la
anemia, el resfriado, el dolor muscular y los niveles de colesterol altos.
Guisantes o chícharros
El siguiente dato toma a muchos por sorpresa, y es que los guisantes son una
fuente alta de proteínas. Por lo cual aportan hierro, además de pectina, una
fibra soluble que favorece la producción de insulina, lo que a su vez previene
o controla cuadros de diabetes.
Cumplen una función cardioprotectora al ser vasodilatadores naturales de los
torrentes sanguíneos, lo que permite un mayor flujo de sangre. No es en lo
único en lo que apoyan al organismo, también previenen o disminuyen los
síntomas de estreñimiento, facilitando la evacuación.
Todas sus propiedades juntas garantizan un tejido celular sano del sistema
neuronal, del cabello, pies y uñas.
Alcachofas
Contienen fósforo, hierro, magnesio, calcio, potasio, niacina y vitamina C,
además del complejo B1, aunado a fibra, fitoesteroles, flavonoides e inulina.
Ayuda a combatir síntomas de diabetes, enfermedades cardiacas, niveles de
colesterol en la sangre. Resultan antioxidantes naturales para la limpieza del
organismo.
Camote o batata
Concentra altos grados de carbohidratos, fibra, vitaminas A, B y C, junto con
potasio y magnesio. Aporta betacaroteno y antocianinas, antioxidantes
naturales que previene el envejecimiento, al otorgar firmeza a la piel,
disminuir la propensión a las arrugas y acelerar el proceso de cicatrización
de las heridas.
Zanahoria
Alto contenido en betacaroteno, el cual el organismo transforma en vitamina
A.
Protege el corazón, mejora la salud ocular, cuida la salud de dientes y encías.
Igualmente posee un efecto diurético y laxante y alivia las afecciones
respiratorias.
La Organización Mundial de la Salud avaló su capacidad como alimento anti
cancerígeno en el 2014, por su alto nivel de carotenoides.
Calabaza
Conocida como el antioxidante de otoño, esta hortaliza es recomendada por
la Organización Mundial de la Salud, refuerza el sistema inmunitario, cuida
la hipertensión y disminuye el colesterol.
Berenjenas
Aunque no suele ser un alimento recurrente en la dieta diaria de las personas,
este alimento es sumamente desintoxicante.
Proteína
HuevoContrario a lo que muchas dietas recomiendan únicamente de comer solo la
clara y hacer a un lado la yema, los beneficios de este alimento se
incrementa de manera considerada cuando es consumido en su totalidad.
Su importancia es tal que existe una Semana Mundial del huevo en donde la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación,
conocida por sus siglas FAO, reconoce públicamente su alto nivel como
fuente de vitaminas y lo nombra un alimento indispensable para una dieta
balanceada.
De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Agricultura en Argentina, una
persona de dicho país consume en promedio 274 huevos de manera anual.
Esta cifra coloca a la República Argentina en el quinto lugar de mayor
consumo per cápita de huevo, justo por detrás de México, Japón, Ucrania y
China.
La importancia del huevo radica en brindar al cuerpo aminoácidos esenciales
para su funcionamiento, también conocidos como componentes proteicos
necesarios para mantener los músculos del cuerpo en buen estado. A menor
cantidad de músculo, menor cantidad de fuerza, mayor índice de grasa,
mayor probabilidad de sufrir obesidad, problemas cardíacos, o diabetes, por
nombrar algunas enfermedades, además de una incidencia mayor de
inflamación constante del organismo.
El huevo tiene mayor concentración de los siguientes vitaminas y minerales,
a comparación de otras fuentes de proteína animal: vitaminas A, D, E, K y
vitamina B12, de igual forma contiene tiamina, riboflavina, niacina, ácido
pantoténico, piridoxina, rolado, biotina, calcio, hierro, zinc, magnesio, cobre,
fósforo, potasio, selenio y sodio.
Eso sin mencionar su importe de ácido fólico y colina, imprescindibles para
las mujeres que están buscando un embarazo o de hecho se encuentran
gestando vida. De igual forma, este último, la colina juega un papel
importante en actividades cognitivas tales como la memoria y el aprendizaje.
Sus propiedades antioxidantes recaen en sus ricos niveles de carotenoides,
zeaxantina y luteína, aliadas en la prevención de cataratas y de la
enfermedad macular. Condición médica en la cual la visión paralela y central
del ser humano se va destruyendo de manera progresiva, lo cual impide que
quien la padece pueda contemplar detalles y dificulta de manera severa la
capacidad lectora.
Pescado
Consumir en su presentación sardinas, truchas, arenque o salmón. Es una
rica fuente de omega 3 y vitamina D, ácidos grasos EPA y DHA.
Él omega 3 es importante para el organismo, pues son uno de los
proveedores más importantes de grasa poliinsaturada, grasa necesaria para el
cuerpo, pero que el humano no produce por sí mismo. Su función recae en
dotar de fuerza a las neuronas y al corazón.
Los ácidos grasos omega -3, al igual que los ácidos EPA y DHA son
impredecibles para el organismo, pero este no los puede producir. El
organismo requiere recibir la dosis adecuada de ácidos grasos omega -3 p,
para mantener un buen estado de salud, siempre de una fuente exterior.
El ácido eicosapentaenoico, conocido como EPA, y el ácido
docosahexaenoico, conocido como DHA, es requerido para el normal
crecimiento y desarrollo de la membrana celular. Ambos ácidos son clave
importante para un óptimo funcionamiento del sistema inmunitario.
Judías
El aporte calórico de estas plantas es muy bajo, por no decir, inexistente. Sin
embargo, no es solo por ese motivo por el cual la OMS alienta su consumo,
sino también por sus altos compuestos de vitamina A, C y K, fibra, calcio,
hierro y magnesio.
Puede resultar una fuente segura de proteína vegetal siempre y cuando su
consumo sea reiterado y sea siempre en grandes cantidades, ya que por cada
100
gramos de alimento se obtienen 1.8 gramos de proteína.
Habas
Existe el rumor de que un buen plato de habas no se le niega a nadie. Esta
leguminosa es alta en lisina y arginina, aminoácidos que se transforman en
proteína una vez que ingresan al organismo.
En cuestión de antioxidantes son ricas en flavonoides y compuestos
fenólicos, lo cual le permite al cuerpo desechar más rápido lo que no
necesita. De igual manera, aportan ácido fólico, niacina, potasio, fósforo y
magnesio.
Cereales
Avena
Algunos de los antioxidantes y antiinflamatorios más potentes que se
conocen son el ácido férulico, p-cumarico, cafeico, vanilico y
hidroxibenzoico. Todos los cuales se encuentran en este cereal.
Especies
Jengibre
Entre sus propiedades está mejorar la digestión y reducir los dolores
musculares.
Cúrcuma
También conocida como azafrán indio proveniente de Asia y América
Central.
Esta especie es muy popular entre la población que sufre artritis, ya que
ayuda a reducir la inflamación. Mejora la función hepática y reduce el riesgo
de padecer cáncer de páncreas, en la dosis adecuada. Un sobre consumo de
cúrcuma puede dificultar la correcta coagulación de la sangre.
Canela
Esta especie es utilizada en batidos, postres y carnes. Además de funcionar
como sazonador, la Fundación Española de Nutrición, conocida por sus
siglas FEN, reconoce su aportación como fuente de calcio, hierro, zinc,
selenio, potasio, magnesio, fósforo, fibra, vitaminas A, B y C.
El compuesto B1 reduce los niveles de glucosa en la sangre, lo que mantiene
en un nivel estable el grado de energía del organismo, beneficia el aparato
digestivo, protege la piel de hongos e incluso ayuda a combatir el acné. Se
emplea como relajante muscular, por dicha propiedad es usado por diversas
personas para calmar los dolores menstruales. De igual forma, fortalece los
huesos.
Ajo
Esta planta es sumamente apreciada en el ámbito médico por sus cualidades
para proteger al organismo de sufrir problemas de carácter cardiovascular,
cancerígeno, inflamatorio, diabético y bacterias. Además de los problemas
que se relacionan con la obesidad.
Clavo
Es conocido por purificar y nutrir la sangre, fortaleciendo así al sistema
inmune, es un analgésico y antiséptico natural y acelera el metabolismo.
Su magia en la dieta antiinflamatoria radica en el hecho de que el clavo es
capaz de liberar una gran cantidad de hidrógeno y reduce significativamente
la peroxidación líquida. Esto significa que el cuerpo aumenta su capacidad
de quebrar las cadenas de grasas poliinsaturadas, lo cual hace más sencillo al
organismo la labor de tener que desechar las toxinas.
Orégano
Gran alimento antiinflamatorio, antioxidante y anti infeccioso por su rica
composición de vitaminas, tanto A, C, E y K, compuesto B6, junto con fibra,
folato, hierro, magnesio, calcio y potasio. A todo esto se añaden aceites
esenciales, del carácter del carvacrol y el origine, junto con los componentes
de tañidos, ácidos fenólicos y flavonoides.
Esto lo convierte en un aliado del sistema digestivo para acelerar sus
movimientos internos, además de que combate contra las bacterias tanto
aquellas que atacan al organismo de forma externa como interna.
Bebidas
Té verde
Algunos la conocen como la bebida más beneficiosa del planeta, este título
es reconocimiento a su labor para fortalecer la función cerebral, propiciar la
pérdida de grasa, disminuir las probabilidades de padecer cáncer. Todo esto
por sus grandes cantidades de catequina.
La catequina es un antioxidante que lucha activamente contra el daño
celular.
Algunas personas lo prefieren al café, puesto que tiene casi la misma
cantidad de cafeína y de aminoácido L-teanina, creando un efecto sinérgico
en el cerebro.
Vino tinto
Es costumbre de los sibaritas tomar una copa de vino al día. Sibaritas es el
nombre de las personas que son grandes aficionados a la comida, encuentran
un gran placer al saborear cada uno de sus ingredientes, junto con sus
texturas y sus olores. Así que si lo piensas, todos somos sibaritas y todos
deberíamos tomar una copa de vino al menos de vez en cuando.
En la dieta antioxidante el vino tinto se aconseja a discreción, con una copa
al día basta. Una copa al día aporta beneficios para la salud, más allá de su
poder etílico para reducir el estrés, lo cual beneficia tanto a la estabilidad
física como mental del organismo.
Paraque rinda lo mejor de sus frutos se debe consumir junto a los alimentos,
para prevenir enfermedades cardiacas y cancerígenas, además de
padecimientos como el colesterol, la artrosis o problemas cutáneos. Además
de eso, ayuda a ser más lento el proceso de envejecimiento de las células,
mantener buenos niveles de omega 3, es aliado en la pérdida de peso y
refuerza la capacidad mental.
Todo esto, entre otras cosas, porque posee resveratrol, componente que evita
el colesterol malo y flavonoides, que reducen el impacto negativo de los
rayos ultravioleta en la piel. Aumenta las endorfinas, sustancia en el cerebro
que alivia el dolor.
Cerveza
Una buena cerveza no le viene mal a nadie de vez en cuando. Al menos esa
es la opinión que sostiene National Geographic, junto con la Universidad de
Harvard y la American Diabetes Association. Entre sus beneficios se
encuentra fomentar la buena digestión, proteger el corazón, ayudar a
desechar las toxinas del organismo, fortalecer los huesos y luchar contra el
envejecimiento de las células.
La dieta antiinflamatoria en su aspecto más permisivo apunta por un
consumo ocasional de la bebida, siendo lo aconsejable de una a dos veces a
la semana una cantidad moderada del producto. Esto claro, siempre que no
se consuma al mismo tiempo vino, en cuyo caso, el consumo de cerveza
debe ser más esporádico.
Sidra
Aunque es una bebida que por lo regular únicamente consumimos en
eventos sociales, en específico las fiestas de quince años en su presentación
latina, o los Sweet 16 en su versión anglo sajona. La sidra tiene múltiples
beneficios.
La sidra es una bebida con fines depurativos, que fomenta la salud digestiva
y, opuesto al alcohol y a la cerveza, es baja en calorías. Sin mencionar que es
rica en antioxidantes. Todo esto debido a que equilibra la flora intestinal,
tiene efectos antioxidantes, reduce niveles de colesterol y glucosa.
Resumen del capítulo
Conocimos como funciona el sistema inmunológico, que es el encargado de
proteger al organismo de ataques de invasores externos, tales como
bacterias, virus y hongos, además de amenazas internas como formación de
células cancerígenas. Sabemos la diferencia entre el sistema inmunitario
innato y el adaptativo.
Nos informamos sobre el valor de la homeostasis, la capacidad del
organismo de equilibrarse a sí mismo, en cuanto a energía, materia,
temperatura y fluidos.
Leímos acerca de los leucocitos, sus diferentes funciones dentro del sistema
inmune para eliminar agentes infecciosos y producir anticuerpos.
Establecimos la relación entre la inflamación y el sistema inmunológico, ya
que la inflamación es un síntoma de que el sistema no puede lidiar con las
amenazas internas o externas, lo que ha provocado un trastorno en la salud.
Descubrimos las consecuencias adversas de una mala alimentación, tales
como: problemas de memoria y aprendizaje, fatiga, debilidad, adicción,
desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, depresión y
trastornos alimenticios.
Descubrimos todas las propiedades nutricionales de diferentes grupos de
alimentos incluidos en la dieta antiinflamatoria: frutos secos, frutas,
verduras, proteína, cereales, especies y bebidas.
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CAPÍTULO TRES: ¿CUÁNDO REALIZAR LA DIETA
ANTIINFLAMATORIA?
Wow. Eso fue un largo viaje a través de las propiedades de los alimentos que
conforman la dieta antiinflamatoria. Ya sabemos qué hace la comida dentro
de nuestro cuerpo, cómo nos desintoxica, cómo evita que nuestras células
envejezcan de manera rápida, cómo fomenta el buen estado de nuestro
sistema inmunológico, previene el cáncer, acelera el metabolismo y equilibra
nuestra salud mental al ayudar a regular las sustancias dentro de nuestro
cerebro.
Esta es la razón de por qué debemos alimentarnos sanamente, la respuesta es
sencilla: para mejorar el buen estado de nuestro organismo. Por el otro lado,
surge otra pregunta en el horizonte que debemos contestar y ser conscientes
con nosotros mismos: ¿cuándo debemos recurrir a una dieta
antiinflamatoria?
La respuesta a esa pregunta sobre cuándo es el momento adecuado de
cambiar nuestra alimentación a un régimen antiinflamatorio es fácil: cuando
queremos mejorar las condiciones de nuestro organismo.
Sabemos que es momento de cambiar algo dentro de nosotros mismos, en
específico, la manera en cómo comemos cuando sentimos que algo no
marcha del todo bien con nuestro organismo. Todos sabemos cuándo nuestro
cuerpo se siente incómodo, por ejemplo, sabemos cuando sentimos más
dolor e inflamación de lo usual, cuando son más comunes las flatulencias,
además de más olorosas.
¿Qué es un cuerpo inflamado?
Para la Real Academia Española la palabra cuerpo significa:
“Conjunto de los sistemas orgánicos que constituyen un ser vivo”.
A su vez, la misma institución define la palabra inflamación como:
“alteración patológica en una parte cualquiera del organismo, caracterizada
por trastornos de la circulación de la sangre y, frecuentemente, por aumento
de calor, enrojecimiento, hinchazón y dolor”.
¿Cuándo saber que nuestro cuerpo está inflamado?
En concreto, tienes que buscar los siguientes síntomas para saber que tu
cuerpo está experimentando hinchazón.
Aumento de tamaño de los pies, los tobillos y las piernas. Nos percatamos de
esto en el uso de calcetines, zapatos o tenis, cuando estos nos quedan más
apretados de lo usual.
Aumento de tamaño de las manos y los dedos. Colocar accesorios alrededor
de esta parte del cuerpo resulta molesto: los anillos o pulseras se ajustan más
al cuerpo.
Aumento en el tamaño del estómago, se experimenta una sensación de
abultamiento.
Aumento en la distinción de la piel, comienzan aparecer estrías en el área del
abdomen, tanto de hombres como de mujeres.
Presencia constante de flatulencias.
¿A qué se debe la inflamación?
Puede deberse a alguna de estas razones:
Desnutrición.
Deshidratación.
Inadecuado estilo de vida propenso a una falta de vitaminas, minerales y
antioxidantes.
Problemas en la circulación de la sangre.
Problemas en el sistema linfático.
Enfermedades cancerígenas.
Trastornos en el sistema digestivo.
Baja capacidad del organismo para eliminar toxinas.
Propensión al estreñimiento.
Propensión a la retención de líquidos.
Síntomas de la enfermedad de colitis ulcerosa o de Crohn.
Siempre es el momento adecuado para optar por la dieta
antiinflamatoria En este momento del libro ha quedado claro la importancia
que los antioxidantes y los alimentos con propiedades antiinflamatorias
tienen en el cuerpo humano.
Seguir esta dieta no solo funciona como un régimen temporal de consumo de
determinados alimentos, sino que incluso puede llegar a ser un estilo de vida.
Consumir únicamente alimentos con propiedades antiinflamatorias y
antioxidantes, y reducir al mínimo e incluso eliminar por completo cualquier
otro tipo de comida, puede llegar a ser un estilo de vida para aquellos que
buscan alcanzar la versión más saludable de sí mismos.
Esta dieta combinada con una rutina de ejercicio adecuada puede fomentar
los niveles óptimos de energía en el organismo, para que este pueda cumplir
con una serie de compromisos laborales, profesionales, personales,
familiares y sociales.
Al mismo tiempo, si por desgracia el cuerpo ya padece de algún trastorno o
enfermedad, en cualquiera de sus manifestaciones y estadios, desde casos
leves hasta casos en extremo urgentes, la dieta antiinflamatoria permite que
el organismo pueda atravesar mejor por todos los procesos que tiene que
enfrentar para tratar de eliminar o contrarrestar los síntomas del ataque
orgánico que está sufriendo.
La dieta antiinflamatoria otorga una nutrición adecuada al organismo, al
fortalecer el sistema inmunológico, evitando enfermedades crónicas.
Puede ser usada para contrarrestar los síntomas de casos concretos como
sufrir de hinchazón o de digestiones lentas. De igual manera, es una aliada
benéfica en casos más urgentes de salud, como lo es padecer del síndrome
del sistema irritable, de colitis ulcerosa o de enfermedad de Crohn.
¿Cómo saber si miinflamación es síntoma de un trastorno de la salud? Antes
que nada, en cualquier caso de duda médica, por más simple o básica que
sea, lo mejor es consultar con un profesional de la salud.
Aunque sólo un médico puede decretar si el organismo presenta algún tipo
de trastorno que se tenga que medicar o tratar, es bueno que cada uno de
nosotros, como personas autónomas y responsables de nuestro propio estado
de salud, realicemos investigaciones serias sobre qué es lo que está
ocurriendo en nuestro organismo a nivel de oxidación.
Nuestro cuerpo se oxida como parte de un proceso perfectamente normal. El
organismo tiende al envejecimiento, a la hinchazón, a la enfermedad y a la
oxidación, pero también tiende a la anti oxidación, la anti inflamación, al
equilibrio y a la salud. Todos tenemos que prestar atención hacia dónde se
está inclinando nuestro cuerpo en momentos determinados de nuestra vida.
De igual forma, al ser conscientes del valor que tiene nuestro cuerpo para
nuestra vida diaria, puesto que sin él básicamente no podríamos hacer
absolutamente nada, es responsabilidad de todas las personas aprender a
cuidar de sí mismos.
¿Cómo saber si algo en específico marcha mal?
Es hora de prestar atención a nuestro cuerpo, ver cómo reacciona ante ciertos
alimentos, cuál es el estado de nuestra piel, con qué frecuencia acudimos al
sanitario, cuál es la consistencia y el color de nuestras evacuaciones, cuál es
nuestro peso, cuál nuestro índice de masa corporal, cuál nuestro índice de
grasa y cómo sentimos nuestro abdomen.
¿Nuestra zona abdominal está distendida, hinchada o abultada?
Síntomas de digestión lenta
La gastroparesia es una enfermedad que afecta el movimiento normal del
estómago. Los alimentos viajan a través del sistema digestivo, debido a las
contracciones de los músculos. Cuando esas contracciones dejan de
efectuarse en el tiempo y con la fuerza necesaria, existe un problema en el
organismo.
Cuando lo que sucede es que de hecho la movilidad del estómago se detiene
o actúa de una forma tan lenta que resulta inservible para el organismo,
entonces, se está lidiando con un caso de gastroparesis, conocida también
por su nombre más popular, digestión lenta.
No hay una razón en específico por lo que surja este problema en el cuerpo.
Puede desarrollarse como consecuencia de la diabetes, o del consumo
excesivo de analgésicos opiáceos, o fármacos relacionados a problemas
cardiovasculares, de hipertensión, alergias o de depresión clínica. También
puede surgir como una condición por sí sola, sin ir acompañada de ninguno
de los casos anteriores.
Los síntomas consisten en experimentar vómitos, náuseas y reflujo ácido que
provoca falta de apetito y cambios del nivel de azúcar en la sangre. Todo
esto trae como consecuencia una desnutrición que fomenta la pérdida de
peso.
Síntomas que indican que se padece hinchazón abdominal Aunque padecer
de hinchazón abdominal es un trastorno del organismo por sí mismo,
irremediablemente está ligado a los siguientes padecimientos: retención de
líquidos y afecciones del síndrome del intestino irritable.
El abdomen luce deforme, es duro al tacto y provoca dolor. Sin embargo, si
estas condiciones desaparecen en dos días, no empeoran con el tiempo y no
son muy frecuentes significa que se trata de un caso aislado que no es
motivo de preocupación. No se sufre de hinchazón abdominal severa, sino
tan sólo esporádica. Quizás únicamente haya muchos gases atrapados en el
tracto digestivo.
Entre los síntomas de la hinchazón abdominal se cuentan la presencia
excesiva tanto de eructos como de flatulencias, además de una intensa
necesidad de evacuar.
Síndrome del sistema irritable
Otro nombre que recibe este padecimiento es el síndrome de colón irritable.
¿Qué es el colón? Forma parte del tracto digestivo y recibe el nombre de
intestino grueso. Su función es muy valiosa, pero muy poco valorada y casi
nadie quiere hablar de ella. Incluso hacer mención al tema se considera de
mal gusto. En el colón se producen y se almacenan las heces antes de ser
expulsadas.
El problema comienza cuando el colón no puede almacenar durante el
tiempo requerido los desechos del cuerpo. O también puede suceder que el
colón no pueda deshacerse de las heces y estas se acumulen dentro del
intestino grueso.
En cualquiera de los casos, el cuerpo sufre, el cuerpo se inflama.
Además de inflamarse, otra manera que tiene el cuerpo de mostrar que su
intestino está irritable, es decir, que se encuentra en mal estado, es presentar
un escenario de diarrea y estreñimiento, de manera separada o paralela.
En casos extremos y de suma gravedad, que requieren el auxilio médico
inmediato, se comienzan a percibir la presencia de sangre en las heces,
pérdida de peso, vómitos constantes, dificultad para ingerir y digerir los
alimentos.
Colitis ulcerosa
Esta condición significa que nuestro abdomen está hinchado debido a que
nuestro tracto digestivo sufre de inflamación. Afecta al revestimiento del
colón, lo cual dificulta la evacuación de las heces, de igual manera, daña
severamente al recto.
Desgraciadamente los síntomas de esta enfermedad aún sin cura, incluyen
dolorosos calambres en el área abdominal del paciente, además de sangrado
constante en el recto.
El recto es la parte final del colón. Es el último segmento del tracto
digestivo. Es la parte que evacua todos los desechos del organismo. Si las
heces no salen en tiempo y forma pueden provocar además de dolor, serias
infecciones bacterianas dentro del organismo.
Las heces son desperdicio, son todo aquello que no le sirve al organismo,
son todo aquello que el cuerpo a través del proceso digestivo ha decidido
desechar.
Cuando el organismo no puede deshacerse sin dolor y sin sangre de aquello
que no necesita, entonces, hay un problema. Y el problema puede ser serio.
Resumen del capítulo
Conocimos la definición de lo que es un cuerpo inflamado y lo que
involucra.
Una alteración patológica en una parte cualquiera del organismo,
caracterizada por trastornos de la circulación de la sangre y, frecuentemente,
por aumento de calor, enrojecimiento, hinchazón y dolor.
Aprendimos cuáles son los síntomas de la inflamación, entre los que se
cuentan, el aumento de tamaño de pies, tobillos, piernas, manos, dedos y
estómago.
Junto con ello, descubrimos cuáles son las distintas enfermedades que hacen
que el cuerpo presente inflamación. Entre ellas, la desnutrición, la
deshidratación, trastornos del sistema digestivo, estreñimiento, colitis
ulcerosa, etc.
Leímos acerca del proceso de oxidación del organismo, aunado a los
diversos problemas que se pueden presentar por padecimientos tales como
digestión lenta, hinchazón abdominal, sistema de colón irritable y colitis
ulcerosa.
4
CAPÍTULO CUATRO: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: ¿CÓMO
SEGUIR LA DIETA ANTIINFLAMATORIA?
Por qué deberíamos optar por seguir la dieta antiinflamatoria? Además de
prevenir la larga serie de trastornos médicos que ya hemos señalado y
mejorar nuestro nivel de salud de manera integral a partir de una mejor
alimentación,
¿qué otras razones tendríamos para seguirla?
De hecho, no existe ninguna razón para no hacerlo. Esta dieta es
completamente benéfica para nuestro organismo.
Por ese motivo, debemos evitar nuestros miedos al creer que seguir este
régimen alimenticio nos supondrá un costo mayor al momento de proveer
nuestra despensa. También podríamos creer que vamos a invertir más tiempo
del que tenemos disponible entre todas nuestras ocupaciones para cocinar los
alimentos.
Nada de esto es necesariamente cierto.
Una buena alimentación, un buen estilo de vida, mantener en buen estado
nuestro sistema digestivo, junto con un buen proceso de desintoxicación y
anti inflamación es siempre razón suficiente para intentar cosas nuevas.
Además de que a todos esos beneficios no se les puede poner precio, ni
condicionar el tiempo.
La dieta antiinflamatoria es muy sencilla. Consiste en limitar los productos
que comemos, medir porciones y preferir los alimentos preparados bajo un
cierto estilo.

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