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Ensayo I Paradigma de la complejidad Armando Ordosgoite

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Instituto Universitario Salesiano “Padre Ojeda”
Programa de Licenciatura en Educación Mención Filosofía
Profesor: BERMÚDEZ, Eduardo
Realizado: ORDOSGOITE, Armando
El pensamiento complejo: luces y sombras
Morin (1998), cuestiona la manera como el hombre ha sido capaz de
abordar la realidad, afirma que el pensamiento simplificante ha sido incapaz
de concebir la conjunción de lo uno y lo múltiple, anulando la diversidad sin
poder concebir la unidad; por lo que, este sistema, según el autor, parece
marginar la riqueza del pensamiento humano.
Ante este planteamiento, Morin (1998), propone un nuevo paradigma;
en consecuencia, habría que sustituir el paradigma de disyunción, reducción
y abstracción por un paradigma de distinción y conjunción que permita
distinguir sin desarticular y asociar sin reducir. Por tanto, en el presente
ensayo, pretendo dirigir toda mi atención y reflexión hacía esta nueva
corriente de pensamiento, el paradigma de complejidad, ofreciendo algunas
pistas de discernimiento que haga posible aperturarnos a este corriente de
pensamiento, y al mismo tiempo, mencionar las luces y sombras en la que
está envuelto este paradigma.
Paradigma de complejidad
Según Morin (1998), concibe la complejidad como:
Constituyentes heterogéneos inseparablemente
asociados, presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple,
es decir, conjunto de eventos, acciones, interacciones,
retroacciones, determinaciones, azares, que
constituyen nuestro mundo fenoménico (p 32).
Con estas pistas que nos ofrece el autor respecto a la complejidad, se
suman otros dos elementos: distinción y conjunción, es decir, la posibilidad
de distinguir sin aislar o separar, y al mismo tiempo, unificar sin tener que
reducir o simplificar.
El paradigma de complejidad, puede definirse como un marco de
referencia que hace al hombre capaz de mirar y abordar la realidad, como un
sistema complejo en el cual convergen numerosos elementos que la
estructuran y la definen. El pensamiento complejo hace ver la realidad como
un todo, evitando reducirla o simplificarla haciéndola nada.
Habiendo entendido lo anteriormente expuesto, Morin (1998), expone
tres principios que ayuda a pensar de modo complejo. El primer principio, es
el principio dialógico, el cual nos permite mantener la dualidad en el seno de
la unidad. El segundo principio es el de la recursividad, este principio
establece que un proceso recursivo es aquel en el cual los productos y los
efectos son, al mismo tiempo, causas y productos de aquellos que los
producen; el autor se refiere a este principio con el siguiente ejemplo:
Somos producto de un proceso de reproducción que
anterior a nosotros. Pero una vez que somos
producidos, nos volvemos productores del proceso que
va a continuar. Esta idea es válida sociológicamente
hablando (p 105).
Finalmente, el tercer principio, es el principio holográfico, este se
refiere que cada uno de los elementos que estructuran y configuran la
realidad, contienen casi la totalidad de la misma. Respecto a este principio, el
autor señala:
En un holograma físico, el menor punto de la imagen
del holograma contiene la casi totalidad de la
información del objeto representado. No solamente,
la parte está en el todo, sino que el todo está en la
parte (p 106).
Los principios que expone el autor: dialógico, recursividad y
holográfico, en primer lugar, hacen posible mantener la relación de
interdependencia que existe entre los elementos del sistema y los factores
que convergen con cada uno de ellos, evitando así, separar dichos
elementos, otorgando importancia a la influencia que ejerce determinados
factores sobre el sistema.
Luces
Abrirse a esta corriente de pensamiento, hace posible que el hombre
pueda retroalimentarse del aporte dado por las ciencias; sin embargo, esta
apertura debe incluir también, abrirse a las experiencias, criterios, ideas e
incluso a los sentimientos, emociones y necesidades más sentidas del
hombre que se expresa las relaciones humanas. En este sentido, nos
encontramos con un primer reto, es necesario que exista un diálogo
interdisciplinario que haga posible poner en común ideas que sirvan como
punto de referencia para abordar la realidad sin perder la amplitud de la
misma. Esto permitirá, forjar un criterio que este en función de la experiencia
particular del ser humano, articulando dicho criterio a la realidad en el cual el
hombre está inserto; de esta manera, el hombre puede ser capaz de mirar y
abordar la realidad con una perspectiva más amplia, siendo capaz de
distinguir los elementos que la estructuran y la definen, discerniendo las
relaciones que se establecen entre dichos elementos; pues, las relaciones
que se establecen entre los elementos que configuran la realidad son
indisociables; asegurándose, de esta manera, ofrecer soluciones oportunas
que se correspondan a las necesidades más sentidas de la sociedad.
Sombras
El paradigma de simplificación (disyunción, reducción y abstracción)
domina nuestra cultura de hoy; por tanto, existe el riesgo de estructurar la
realidad, fragmentándola y reduciéndola a nada. Ahora nos encontramos con
un segundo reto, el hombre tiene que ser capaz de romper el cerco
dogmático y subjetivo que se ha creado tanto del conocimiento como de la
realidad misma, para si poder pensar de manera compleja.
Ahora bien, a mi parecer, Morin (1998), no pretende erradicar ni
mucho menos desplazar el paradigma de disyunción, reducción y abstracción;
por el contrario, considero su crítica como una advertencia que evite al
hombre estancar, cerrar y polarizar su pensamiento en conjeturas subjetivas.
Literatura citada
Morin, E. (1990). Introducción al pensamiento complejo. Ciencias cognitivas
Editorial Gedisa. Paris, Francia.

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