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IUSPO Los Teques, 23 de marzo de 2023 Educación Mención Filosofía Filosofía Moderna II RODRIGUEZ William ORDOSGOITE Armando Jorge Berkeley (1685-1753) Marías (1963) presenta a Jorge Berkeley como el gran sucesor y continuador de Locke, con dos características que lo definen dentro de la filosofía de su tiempo: es el más metafísico de los pensadores ingleses modernos y el más profundamente religioso. Berkeley, en su obra Tratado sobre los Principios del Pensamiento Humano, según mi parecer, declara que su intención es realizar una investigación sobre los primeros principios del conocimiento humano, a fin de descubrir los principios que han conducido a la duda, incertidumbre y contradicción en la filosofía. Berkeley, pone en cuestión dos asuntos que conducen a errores. En primer lugar, expresa que la mente no puede concebir ideas abstractas. No podemos tener una idea de alguna cosa abstracta que es común a muchas ideas particulares y por tanto tiene, a la vez, muchos predicados y no predicados diferentes. En segundo lugar, Berkeley aclara que las palabras, como los nombres, no significan ideas abstractas. Los nombres, según Berkeley, significan ideas generales, no abstractas. Las ideas generales representan cualquiera entre muchas ideas particulares. Por otro lado, Berkeley asegura que la existencia es el estado de ser percibido por un perceptor. Las mentes humanas conocen ideas, no objetos. Las tres clases de ideas son las de sensación, pensamiento e imaginación. Cuando se asocian muchas ideas, se piensa que son ideas de una cosa distinta, que entonces se significa con un nombre. Según Berkeley, las ideas las conoce y percibe un perceptor cognoscente. Este perceptor se puede designar como mente, espíritu, alma, o yo. Con respecto a las ideas, Berkeley asegura que solo podemos pensar cosas particulares que han sido percibidas. La existencia de una idea consiste en percibida por los sentidos. Ahora bien, ¿qué se quiere decir con el término existir cuando se aplica a una cosa conocida por medio de los sentidos? Afirmar que algo existe, es indicar que es percibido por un perceptor. Éste, según Berkeley, es el más importante principio del conocimiento humano. Los objetos externos son cosas que se perciben a través de nuestros sentidos. Solo percibimos nuestras propias sensaciones o ideas. Las ideas y sensaciones no pueden existir si no se perciben. Decir que un objeto existe sin ser percibido es tratar de abstraer lo que no se puede abstraer. No podemos separar o abstraer objetos y sus cualidades de nuestra percepción de ellos. Si un objeto existe o es percibido, tiene que ser percibido por mí o algún otro perceptor. Es imposible separar el ser de una cosa sensible de su existencia como percepción de un perceptor. No puede haber ninguna sustancia no pensante o sustrato de las ideas. Por tanto, la mente o espíritu perceptor es la única sustancia de las ideas. Las ideas inhieren o pertenecen a un perceptor. Eliminando el concepto de ideas abstractas y pasando al concepto de ideas generales, Berkeley logra excluir por completo la substancia corpórea o materia, ya que pensar no es captar una esencia abstracta, sino ir de una imagen a otra gracias a la función del signo que es en última instancia una imagen concreta, es decir, una idea concreta. Para Berkeley, toda abstracción es ilegítima porque todos los objetos que el ser humano percibe están delimitados en una unidad, ya que el pensamiento de una cosa sensible no puede pensarse separado de la sensación que se tenga de él, en otras palabras, el objeto y la sensación son idénticos y no pueden ser abstraídos. Berkeley acepta que existe un mundo sensible, el cual todos vemos, lo que rechaza, según mi parecer, es la existencia de una substancia material que sería el soporte del mundo sensible, para él, lo que existe son ideas como soporte de esas cualidades sensibles. Berkeley no niega la existencia de las cosas con la condición de que se acepte que existir no es más que percibir y ser percibido. En consecuencia, el punto medular de la obra de Berkeley es el concepto de existencia.
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