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IUSPO Los Teques, 01 de junio de 2023 Educación Mención Filosofía Filosofía Moderna II RODRIGUEZ William ORDOSGOITE Armando Fichte (1762- 1814) Fichte, en la primera y segunda introducción a la Teoría de la Ciencia, según mi parecer, expresa su propósito de transformar el modo de pensar de su época en cuanto a filosofía y ciencia se refiere. Para Fichte, la primera petición de la filosofía que hace a su aprendiz es fijarse en sí mismo, desviar la mirada de todo lo que le rodea y dirigirla al interior, es decir, no se habla nada de fuera, sino de sí mismo. En la auto-observación se percibe cualquier diferencia en determinaciones inmediatas de la conciencia que Fichte llama representaciones; sin embargo, estas no pueden parecer dependientes de nuestra libertad y, de aquí que, en el conocimiento no nos tenemos por libres. Por lo que, algunas de nuestras representaciones van acompañadas por el sentimiento de la libertad y otras por el sentimiento de la necesidad. ¿Cuál es el fundamento del sistema de las representaciones acompañadas por el sentimiento de la necesidad? Le corresponde a la filosofía indicar el fundamento de toda experiencia; sin embargo, su objeto está necesariamente fuera de toda experiencia. A esta afirmación sólo se puede objetar lo siguiente: que alguien negara que en la conciencia existan representaciones acompañadas por el sentimiento de la necesidad; podría decir alguien que la cuestión planteada es imposible de responder y se podría tomar en cuenta la denominación, y afirmar que la filosofía es otra cosa. Sólo una cosa que se juzga contingente se pregunta por un fundamento y, el problema de buscar el fundamento de una cosa contingente significa mostrar otra cosa por cuya naturaleza se deje comprender; lo fundado tiene entre las múltiples determinaciones que podrían convertirle, justamente aquellas que tiene. Ahora bien, el ente racional finito no tiene nada fuera de la experiencia, es la materia de su pensar y el hace filosofía se encuentra en las mismas condiciones. Sin embargo, él puede abstraer, separar mediante la libertad del pensar lo unido de la experiencia, pero en ella están inseparablemente unidas la cosa y la inteligencia. En la primera abstracción obtiene una inteligencia en sí, que es el idealismo, y en la segunda obtiene una cosa en sí, es decir, el dogmatismo. Entre el dogmatismo y el idealismo hay una notable diferencia. Pues, el objeto del idealismo es el yo en sí, es decir, que se presenta como algo real y realmente en la conciencia, determinado por mí mismo y por encima de toda experiencia. En cambio, el objeto del dogmatismo pertenece a los que son producidos por el pensar libre. El dogmatismo quiere asegurar a la cosa en sí la necesidad de ser pensada como fundamento de toda experiencia. Por consiguiente, los dos sistemas refutan el uno del otro, cada uno niega al opuesto, y no tienen absolutamente un punto en común, y en los que parece estar cada uno la forma en sentido distinto. Pues, la discusión entre el idealismo y el dogmátismo es propiamente ésta: si debe ser sacrificada a la independencia del yo la independencia de la cosa, o a la inversa, a la independencia de la cosa la del yo. ¿Qué es lo que impulsa a un hombre razonable a declararse preferentemente por uno de los dos? El pensar algo corresponda a la representación independientemente del representar, es decir, que la representación no puede existir por sí sola, únicamente unida con otra cosa es algo, por sí sola no es nada. La inteligencia se ve a sí misma y este verse a sí misma dirige inmediatamente a todo lo que ella es, esta unión inmediata del ser y del ver, consiste la naturaleza de la inteligencia. En cambio, los objetos son en mí en cuanto los veo, el ver y el ser están inseparablemente unidos, esto significa que la inteligencia y la cosa son directamente opuestas. El dogmatismo sólo puede repetir su principio bajo diversas formas y enunciar, pero no puede pasar de él a lo que hay que explicar y deducir, y por el lado de la especulación, que no es una filosofía, sino sólo una afirmación y aseveración. En definitiva, la única filosofía posible que queda es el idealismo.
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