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Manual de Endourología | Edición 2016Manual de Endourología | Edición 2016 155 teral, la instalación de un catéter doble J ureteral, en general, es insuficiente para un adecuado drenaje de la vía urinaria. Por lo tanto, existen dos alter- nativas para el manejo de la avulsión ureteral: instalación de nefrostomía percutánea y reparación diferida de la lesión o reparación inmediata in- traoperatoria. La técnica quirúrgica reconstructiva a utilizar depende en, gran medida, del sitio y extensión de la lesión ureteral (18, 19). Perforación La perforación ureteral es una de las complicaciones más frecuentementes descritas. Se presenta en menos del 2 % de los procedimientos realizados. Se produce por la ruptura de la pared ureteral accediendo a retroperitoneo, durante alguna maniobra de la URS. En general, se asocia a procedimientos de mayor dificultad técnica; en este sentido, la presencia de perforación ureteral está relacionada a cirugías con un mayor tiempo operatorio (20). Existen dos momentos en los cuales es más frecuente que se produzca una perforación ureteral: al momento de la instalación de la guía de seguridad, en general producto de una litiasis impactada en el lumen ureteral, que impide el paso de la guía a proximal. Y segundo, al momento de la extrac- ción de la litiasis, debido a una inade- cuada manipulación de ésta, tanto utilizando pinzas como canastillos para la extracción. Es frecuente que, debido a la impactación de la litiasis en la pared ureteral, al intentar extraer fragmentos pueda tomarse la pared con el elemento extractor y producir una perforación ureteral. También se ha descrito que habría más riesgo de perforación ureteral utilizando láser para la fragmenta- ción, en comparación con litotriptor neumático. Se recomienda al identificar o sospechar una perforación ureteral, suspender el procedimiento y no intentar extraer los fragmentos residuales, ya que cualquier maniobra puede agravar la lesión, incluso provocando una avulsión ureteral. Se debe instalar un catéter doble J utilizando la guía de seguridad, el cual debe mantenerse por 4 a 6 semanas. Posterior a ese momento, si persisten fragmentos residuales de litiasis, se puede realizar una nueva URS. El principal riesgo de una perforación ureteral es que se produzca una este- nosis ureteral, tema que será discutido a continuación. Por esta razón, su- gerimos, una vez retirado el doble J, un control imagenológico periódico posterior, por ejemplo, con ecografía. Extrusión de litiasis La extrusión de un lito fuera del uréter es una complicación descrita en el 0,5 % de las URS. Puede ocurrir al intentar movilizar una litiasis impactada forzan- do con el instrumento su ubicación. La presencia de una perforación es un factor de riesgo mayor para la extrusión. Se teorizaba sobre mayor riesgo de estenosis por inflamación periureteral o absceso periureteral por litiasis infectada. Cuando ocurre extrusión de la litiasis a retroperitoneo,
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