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Manual de Endourología | Edición 2016Manual de Endourología | Edición 2016 91 rotándose el tórax unos 45 grados hacia el lado contralateral y cruzando el brazo homolateral sobre el mismo (REF). Las ventajas del decúbito supino (o de Valdivia Uría) son múltiples: El posicionamiento es sencillo, requi- riendo de la intervención de no más de 2 o 3 personas. El paciente es apenas movilizado disminuyendo drásticamente los riesgos de lesiones neurológicas o articulares, la desintubación o la pérdida de la vía venosa periférica (Figura 21). No existen las potenciales lesiones por decúbito en frente, ojos, nariz, codos, rodillas y dedos del pie, al no estar éstos en contacto con la mesa quirúrgica (Figura 22) (Figura 23). Al no estar la parrilla costal en contacto con la mesa quirúrgica soportando el peso de la columna, el tórax se expande normalmente, por lo que el anestesió- logo no requiere aumentar la presión ventilatoria. Al no aumentar la presión intratorácica, el retorno venoso no se ve afectado (Figura 24). La vía aérea del paciente es perfecta- mente controlada por el anestesiólogo (Figura 25). Además, contrario a lo que pudiera pre- suponerse, el colon, tiende a alejarse de la zona de punción, al no ser comprimido por la mesa quirúrgica (18,19) (Figura 26). Sin embargo, este decúbito, tiene algunas desventajas: La zona lumbar de punción segura, debido a la presencia de la almohadilla lumbar, está menos expuesta, dificultán- dose el acceso a los cálices superiores (Figura 27). Figura 25. Decúbito supino. Adecuado manejo de la vía aérea. Figura 26. Decúbito supino. El colon se aleja de la zona de punción. Figura 27. Decúbito supine. Acceso limitado a la zona lumbar de punción segura.
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