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Endourología (196)

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Manual de Endourología | Edición 2016Manual de Endourología | Edición 2016
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rotándose el tórax unos 45 grados hacia 
el lado contralateral y cruzando el brazo 
homolateral sobre el mismo (REF).
Las ventajas del decúbito supino (o de 
Valdivia Uría) son múltiples:
El posicionamiento es sencillo, requi-
riendo de la intervención de no más de 
2 o 3 personas. El paciente es apenas 
movilizado disminuyendo drásticamente 
los riesgos de lesiones neurológicas o 
articulares, la desintubación o la pérdida 
de la vía venosa periférica (Figura 21).
No existen las potenciales lesiones por 
decúbito en frente, ojos, nariz, codos, 
rodillas y dedos del pie, al no estar éstos 
en contacto con la mesa quirúrgica 
(Figura 22) (Figura 23).
Al no estar la parrilla costal en contacto 
con la mesa quirúrgica soportando el 
peso de la columna, el tórax se expande 
normalmente, por lo que el anestesió-
logo no requiere aumentar la presión 
ventilatoria. Al no aumentar la presión 
intratorácica, el retorno venoso no se 
ve afectado (Figura 24).
La vía aérea del paciente es perfecta-
mente controlada por el anestesiólogo 
(Figura 25).
Además, contrario a lo que pudiera pre-
suponerse, el colon, tiende a alejarse de 
la zona de punción, al no ser comprimido 
por la mesa quirúrgica (18,19) (Figura 26).
Sin embargo, este decúbito, tiene algunas 
desventajas:
La zona lumbar de punción segura, 
debido a la presencia de la almohadilla 
lumbar, está menos expuesta, dificultán-
dose el acceso a los cálices superiores 
(Figura 27).
Figura 25. Decúbito supino. Adecuado 
manejo de la vía aérea.
Figura 26. Decúbito supino. El colon se 
aleja de la zona de punción.
Figura 27. Decúbito supine. Acceso limitado 
a la zona lumbar de punción segura.

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