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RECOMENDACIONES para el MANEJO de la OSTEOPOROSIS en ATENCIÓN PRIMARIA RECOMENDACIONES para el MANEJO de la OSTEOPOROSIS en ATENCIÓN PRIMARIA Eduardo Carrasco, José Gálvez, Isabel M Hidalgo, Luís F Linares, Pilar Marín, Carlos Marras, Herminia Martínez, Francisco J Martínez, Adriana Mocciaro, Pedro Pérez, Encarnación Sáiz SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MÉDICOS SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MÉDICOS DE ATENCIÓN PRIMARIADE ATENCIÓN PRIMARIA SEMERGENSEMERGEN MURCIA Este documento ha sido realizado por los siguientes autores, miembros de la Sociedad Murciana de Ginecologia (SEGO), Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN-MURCIA), Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SMUMFYC) y de la Sociedad Murciana de Reumatología (SMR), • Eduardo Carrasco Carrasco. Médico de Atención Primaria. Centro de Salud J. Humberto Gómez Tornero de Abarán. Murcia. Grupo Osteoporosis. SEMERGEN-MURCIA. • José Gálvez Muñoz. Médico Especialista en Reumatología. Hospital Morales Meseguer. Murcia. SMR. • Isabel María Hidalgo García. Médico de Atención Primaria. Centro de Salud Vistalegre-La Flota. Murcia. SMUMFYC. • Luis Francisco Linares Ferrando. Médico Especialista en Reumatología. Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca. Murcia. SMR. • Pilar Marín Sánchez. Médico Especialista en Ginecología. Sociedad Murciana de ginecologia SEGO. • Carlos Marras Fernández-Cid. Médico Especialista en Reumatología Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca. Murcia. SMR. • Herminia Martinez Pérez. Médico Especialista en Ginecología. Sociedad Murciana de ginecologia SEGO. • Francisco J. Martínez Martínez. Médico de Atención Primaria. Centro de Salud Torre Pacheco. Murcia. Grupo Osteoporosis. SEMERGEN-MURCIA. • Adriana Mocciaro Lovechio. Médico de Atención Primaria. Sociedad Española de Investigación Ósea. Murcia. Grupo Osteoporosis SEMERGEN-MURCIA. • Pedro Pérez López. Medico de Atencion Primaria, Centro de salud Vistalegre-La Flota Murcia SMUMFYC. • Encarnación Sáiz Cuenca. Médico Especialista en Reumatología. Hospital Morales Meseguer. Murcia. SMR. 1 PRESENTACIÓN n Junio del 2002 se editó la primera Guía para la evalua- ción, diagnóstico y tratamiento de la Osteoporosis de la Región de Murcia fruto de la colaboración y consenso de tres socieda- des científicas (Sociedad Murciana de Reumatología (SER), Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SMUMFYC) y Sociedad Murciana de Médicos de Atención Primaria -SEMERGEN-), con el propósito de ofrecer un documen- to de consulta que permitiera al Médico de Atención Primaria conocer los últimos avances sobre esta enfermedad. Desde entonces, ha habido nuevos estudios científicos que avalan cambios en el manejo del paciente osteoporótico, tanto farma- cológicos como preventivos. De esta forma, se ha hecho impres- cindible una revisión de la literatura médica con el fin de actua- lizar conocimientos y recomendar pautas de actuación en con- sonancia con estos cambios. En esta labor se ha incorporado al grupo de trabajo la Sociedad Murciana de Ginecología y se ha ampliado el número de autores para realizar una búsqueda más eficaz de la literatura y obtener un punto de vista más amplio y consensuado sobre la osteoporosis, tratando de evitar la variabilidad de la actuación médica ante este padecimiento metabólico, ya que la cantidad de información de todo tipo que recibe el profesional sanitario y la población sobre la Osteoporosis no contribuye a clarificar una visión global ni a una actuación homogénea. i en el 2002, ya afirmábamos que la Osteoporosis constitu- ía un problema sanitario de primer orden por su incidencia, morbimortalidad que producen las fracturas osteoporóticas, disminución de la calidad de vida y costes socioeconómicos, del que la Región de Murcia no quedaba al margen; hoy en día, esta aseveración es cada vez más cierta, siendo asumida por la clase sanitaria y la población general, de forma que, el Médico es más consciente de la necesidad de identificar al paciente con riesgo 3 E S de Osteoporosis y de implementar una prevención temprana de este padecimiento, y la población demanda con más asiduidad información sobre la enfermedad. Por otra parte, el aumento de la esperanza de vida de nuestra población, va a suponer un aumento de la carga de esta patología en un futuro no muy leja- no. En este contexto, el número de consultas, tanto en Atención Primaria como en Atención Hospitalaria, ha aumentado, por lo que es necesario un conocimiento pleno de los métodos educa- tivos, diagnósticos y terapéuticos, amén de una disponibilidad universal de los recursos precisos para paliar los efectos de la Osteoporosis. reemos que la forma más eficiente y eficaz de trabajar contra los efectos de la Osteoporosis es la PREVENCIÓN y en ello estamos implicados los estamentos sanitarios, la población general y la Administración Regional, que debe proveer los recursos necesarios, dotando a los profesionales de medios diagnósticos y preventivos adecuados. El profesional Médico debe continuar formándose y gestionar los recursos de forma consecuente en sus consultas y la población debería asumir las medidas preventivas y su cumplimiento como garantía de salud. Queda como asignatura pendiente la disponibilidad del Médico de Atención Primaria de pruebas complementarias diagnósticas tan asequibles como la Densitometría y la dismi- nución de las listas de espera para su realización por parte de la Administración Regional. ste documento de Recomendaciones conserva los mismos objetivos que el anterior, es decir, servir de consulta para clarifi- car el manejo preventivo, el diagnóstico temprano y el trata- miento adecuado de la Osteoporosis; todo ello de una forma 4 C E práctica, concreta y clara, basada en las últimas evidencias cien- tíficas y con el compromiso de realizar puestas al día periódicas, de acuerdo con las aportaciones de futuros estudios o descubri- mientos. Con él también pretendemos reducir la variabilidad de actuación, la gestión eficiente de los recursos sanitarios y procu- rar información preventiva para la educación poblacional. Con ello se podrá reducir los efectos de la Osteoporosis: disminución de fracturas, morbimortalidad, disminución de la calidad de vida y consumo de recursos socioeconómicos y sanitarios. SER: Manuel Castaño Sánchez SEGO: José Mª Marín Musso SEMERGEN: Eduardo Carrasco Carrasco SMUMFYC: Juan de Dios González Caballero 5 ÍNDICE 1 - INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 1. 1 Necesidad de unas recomendaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 1. 2 Objetivos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 1. 3 Niveles de evidencia y grados de recomendación. . . . . . . . . . . 13 2 - DEFINICIÓN. EPIDEMIOLOGÍA. CLASIFICACIÓN . . . . . . . . . . 14 2.1 Definiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 2.1.1 Osteoporosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 2.1.2 Menopausia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 2.1.3 Fractura osteoporótica o por fragilidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 2.2 Magnitud del problema: La epidemia silente. . . . . . . . . . . . . . . . 17 2.3 Importancia de la masa ósea en la predicción de fracturas por osteoporosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 2.4 Clasificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 3 - FACTORES DE RIESGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 4 - MANIFESTACIONES CLÍNICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 5 - ESTUDIOS DIAGNÓSTICOS EN OSTEOPOROSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 5.1 Anamnesis y exploración física. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 5.2 Pruebas de laboratorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 5.2.1 Pruebas habituales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 5.2.2 Marcadores bioquímicos de remodelado óseo . . . . . . . . . . . . . . . . 50 5.3 Pruebas de imagen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 5.3.1 Radiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 5.4 Valoración de masa ósea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 5.4.1 Densitometría ósea central . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 5.4.2 Densitometría periférica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 5.4.3 Ultrasonidos cuantitativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 5.5 Estudios histopatológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 5.6 Cribado de osteoporosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 5.7 Diagnostico diferencial de la osteopenia/osteoporosis . . . . . . 67 7 6 - PREVENCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 6.1 Recomendaciones universales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 6.2 Medidas preventivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 6.2.1 Ingesta adecuada de calcio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 6.2.2 Vitamina D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 6.2.3 Calcio+Vitamina D. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 6.2.4 Ejercicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 6.2.5 Tabaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 6.2.5 Consumo de bebidas alcohólicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 6.2.7 Consumo de cafeína . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 6.2.8 Prevención de caídas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 6.2.9 Consistencia de las recomendaciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 7 - TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 7.1 A quién tratar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 7.2 Con qué tratar: fármacos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 7.2.1 Tratamiento hormonal sustitutivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 7.2.2 Tibolona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 7.2.3 Raloxifeno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 7.2.4 Calcitonina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 7.2.5 Bifosfonatos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 7.2.6 Ranelato de estroncio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 7.2.6 Teriparatida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 7.2.8 Combinación de fármacos antiosteoporóticos. . . . . . . . . . . 130 7.3 Consistencia de las recomendaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 8 - CRITERIOS DE DERIVACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 8.1 Criterios de derivación a reumatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135 8.2 Criterios de derivación a traumatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136 8.3 Criterios de derivación a ginecología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136 8.4 Criterios de derivación a fiseoterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 8 9 - OSTEOPOROSIS EN SITUACIONES ESPECIALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 9.1 OP. en el varón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 9.2 OP. inducida por glucocorticoides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 10 - ALGORTIMO DE SEGUIMIENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158 11 - RECOMENDACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160 12 - BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 13 - APÉNDICES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 I Test de riesgo de osteoporosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189 II Indicaciones de densitometría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190 III Niveles de evidencia de las recomendaciones . . . . . . . . . . . . . 193 IV Contenido de calcio de los alimentos por raciones habituales de consumo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194 V Suplementos de Calcio y vitamina D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 VI Consejos para evitar las caídas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199 VII Manejo de las osteoporosis en el varón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 VIII Recomendaciones del american college of rheumatology para el manejo de la osteoporosis inducida por corticoide . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202 IX Algoritmo manejo osteoporosis inducida por glucocorticoides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 X Fármacos antiosteoporóticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204 XI Algoritmo de Manejo de pacientes con riesgo y/o sospecha de osteoporosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205 9 INTRODUCCIÓN1 En los últimos años la osteoporosis y sus consecuencias están aumentando las demandas sociales y sanitarias, tanto en el ámbito de Atención Primaria (AP) como especializada (AE), y se están dando respuestas muy dispares a las cuestiones planteadas para su prevención y tratamiento. 1.1 Necesidad de unas recomendaciones La elaboración de este documento se justifica por la preva- lencia de la osteoporosis en la población y el elevado consu- mo de recursos que suponen sus consecuencias y, además porque un mismo paciente con osteoporosis puede ser diag- nosticado y tratado de distinta forma (anamnesis, explora- ción física, pruebas complementarias, criterios de derivación al reumatólogo, etc.), dependiendo del centro o del médico al que ha acudido, lo que quizás conduzca a distintos resulta- dos clínicos, un consumo de recursos desigual y desconcier- to en los pacientes que consulten a distintos profesionales para obtener una segunda opinión. Por todo ello unas recomendaciones para la osteoporosis, basadas en las evidencias disponibles, pueden beneficiar tanto a médicos como a pacientes. A los médicos porque les puede orientar a un manejo más óptimo de la osteoporosis y a la utilización adecuada de los recursos sanitarios disponi- bles, y a los pacientes porque se benefician de una atención homogénea y de calidad contrastada. Las características de este problema de salud conllevan la necesidad de una ade- cuada coordinación entre niveles asistenciales, médicos de AP y médicos de AE, por lo que estas recomendaciones pre- tenden homogeneizar los criterios de actuación entre los diferentes profesionales y crear un clima fluido de comunica- ción y de entendimiento entre ellos. 11 Este documento aborda el manejo de la osteoporosis y de las situaciones previas que nos pueden llevar a ella, siendo una actualización de la 1ª guía elaborada en junio de 2002 a la que consideramos el marco adecuado para presentar la sín-tesis de la mejor evidencia disponible y de las recomendacio- nes adaptadas a nuestro propio entorno. Finalmente, los pacientes con osteoporosis, los profesionales de la salud, los gestores sanitarios y los servicios asistenciales deberían tener acceso a instrumentos como este que permi- ten mejorar la calidad de la atención. 1.2 Objetivos La finalidad de este documento es generar unas recomenda- ciones acerca del manejo óptimo de la osteoporosis en el ámbito de la AP y AE. Su objetivo principal es ayudar a opti- mizar el proceso diagnóstico de la osteoporosis, identifican- do a los pacientes con riesgo y facilitando los algoritmos de diagnóstico y tratamiento, basados en las evidencias más recientes. De esta forma se podrá lograr una disminución de la variabilidad de la práctica clínica y así, gestionar de forma más eficaz los recursos sanitarios y disminuir la morbilidad ocasionada por esta enfermedad. El marco de actuación son los pacientes que aún no tienen osteoporosis y aquellos que cumplen los criterios diagnósti- cos de osteoporosis según las recomendaciones de las sociedades y de las guías de práctica clínica nacionales e internacionales. Aborda los factores de riesgo, las indicacio- nes de pruebas complementarías, el seguimiento y el trata- miento. En ningún caso va dirigida a los pacientes con pro- cesos osteo-articulares no incluidos en la definición de oste- oporosis. 12 1.3 Niveles de evidencia y grados de recomen- dación Para establecer los niveles de evidencia y el grado de reco- mendación de las diferentes alternativas clínico-terapéuticas evaluadas se ha utilizado la metodología basada en la pro- puesta del Centro de Medicina Basada en la Evidencia de Oxford (Centre for Evidence-Based Medicine). Su última revi- sión fue en mayo de 2001 y se puede consultar en: http://www.cebm.net/?o=1023 13 2 DEFINICIÓN EPIDEMIOLOGÍA CLASIFICACIÓN 2.1 Definiciones 2.1.1 Osteoporosis A lo largo de la mayor parte del siglo XX la reducción de la masa ósea fue el núcleo de la definición de osteoporosis1. La palabra misma hace referencia a esa reducción, sin embargo en los últimos años está cambiando el concepto de osteopo- rosis y se le está dando mayor importancia a la fragilidad ósea, que es la verdadera determinante del incremento del riesgo de fractura. Así, en febrero de 2001 el National Institute of Health (NIH) de EE.UU. estableció una nueva definición en la que se excluía la cuantificación densitométrica2: “Enfermedad esquelética caracterizada por una disminución de la resistencia ósea que expone al individuo a un mayor riesgo de fracturas. La resistencia en el hueso refleja principalmente la integración de la densidad ósea y la calidad del hueso” Esta definición, que habla de resistencia ósea como integra- ción de la densidad ósea y la calidad del hueso, reconoce una fuerte asociación entre densidad de masa ósea (DMO) y ries- go de fractura, pero además informa que existen otros facto- res independientes de la DMO que también influyen en el riesgo de fracturas y que están relacionados con la calidad ósea (rango de pérdida ósea, alteraciones de la arquitectura, ineficacia de la reparación de daños óseos -ej. microfracturas- y aspectos geométricos de la estructura ósea). Esta defini- ción, adoptada posteriormente por la OMS, está modificando diametralmente la actitud del personal sanitario frente a la enfermedad, de tal forma que actualmente se considera que la aparición de una fractura por fragilidad (traumatismo de 15 baja energía) es causa suficiente para el diagnóstico de oste- oporosis en pacientes mayores de 45 años en los que no exis- tan indicios de otras patologías esqueléticas. 2.1.2 Menopausia La OMS define la Menopausia natural como: Cese permanente de la menstruación, determinado de forma retrospectiva, después de 12 meses consecutivos de amenorrea, sin causas patológicas No constituye ninguna enfermedad y no debe ser considera- da como un factor de riesgo mayor para el desarrollo de oste- oporosis. Menopausia precoz es aquélla que se produce en menores de 45 años, constituyendo un factor de riesgo para el des- arrollo de osteoporosis 2.1.3 Fractura osteoporótica o por fragilidad Aquella fractura secundaria a traumatismo leve o caída desde bipedestación o sedestación, sin que se identifique otro factor que pueda justificar la fragilidad (Neoplasia, metástasis ósea, enfermedad de Paget…) En la Tabla 1 podemos ver algunas características distintivas de este tipo de fracturas. 16 2.2 Magnitud del problema: La epidemia silente La osteoporosis es una enfermedad de alta prevalencia, aun- que es difícil su estimación exacta porque es asintomática hasta que se produce la fractura y los estudios poblacionales son costosos y arrojan resultados desiguales. Se admite que la osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más prevalente y, debido al aumento progresivo de nuevos casos y a que los síntomas no aparecen hasta que se produce la fractura, se la denomina “la epidemia silente”. Un 12,73% de la población femenina española tiene osteoporo- sis, ya sea en columna lumbar ya en el cuello de fémur, y un 2,68% tiene osteoporosis en ambas localizaciones. La prevalencia de osteoporosis entre los hombres es diferente: la global fue 11,12%. En mujeres mayores de 50 años, las cifras se disparan hasta un 26%, bien en columna lumbar, bien en cuello de fémur 3. ✓ Desproporcionada al traumatismo sufrido ✓ Fractura en ausencia de traumatismo ✓ Fractura por caída desde la misma altura ✓ Sin otros factores que originen la fragilidad (metástasis óseas, enfermedad de Paget...) ✓ Localizada en huesos que típicamente se ven más afectados en la osteoporosis ✓ No estrictamente diafisaria ✓ Edad avanzada ✓ Género femenino Tabla 1.- Características de la Fractura por fragilidad 17 Si extrapolamos los resultados del estudio de Díaz Curiel et al3. a la población murciana, nos podemos dar una idea apro- ximada de la importancia de la enfermedad, que también afecta a nuestra comunidad (Tabla 2). Osteopenia Osteopenia Osteopenia Osteopenia Mujeres Lumbar Lumbar Femoral Femoral España Murcia España Murcia (%) (nº personas) (%) (nº personas) 20-44 13,1 75.139 12,6 72.272 45-49 31,9 26.897 26,7 22.512 50-59 42 55.419 39 51.461 60-69 50 52.180 51,4 53.641 70-80 39,4 35.967 57,6 52.582 Osteoporosis Osteoporosis Osteoporosis Osteoporosis Lumbar Lumbar Femoral Femoral Mujeres España Murcia España Murcia (%) (nº personas) (%) (nº personas) 20-44 0,3 1.720 0,2 1.147 45-49 4,3 3.626 0 0 50-59 9,1 12.007 1,3 1.715 60-69 24,3 25.359 5,7 5.948 70-80 40 36.515 24,2 36.515 Osteoporosis Osteoporosis Osteoporosis Osteoporosis Hombres Lumbar Lumbar Femoral Femoral España Murcia España Murcia 50-60 3,7 4.882 1 1.319 70-80 11,3 10.315 2,6 2.373 Tabla 2.- Prevalencia Osteopenia y osteoporosis, según criterios densitométricos de la OMS, en España y su extrapolación a la Región de Murcia. 18 Se estima que más de un tercio de las mujeres presentarán tras la menopausia una o más fracturas de origen osteoporótico. Sin embargo, dependiendo de los niveles de densidad ósea y la presencia o no de factores de riesgo, esta cifra puede variar sustancialmente entre distintos individuos3. ■ En España la prevalencia de mujeres mayores de 50 años con baja Densidad Mineral Ósea (DMO) a nivel de cadera, es del orden del 9,1%, cifra mucho menor que la de la población de EEUU (20%) o la de la población de Inglaterra y Gales (22,5%). Esto podría explicar, junto a otros factores, la menor proporción de fracturas de cuello de fémur de la población española respecto a países más septentriona- les4,5. ■ Las fracturas vertebrales son las más comunes en la osteo- porosis, con una prevalencia de 900-1.800/100.000 habi- tantes6. Cerca de un 25% de las mujeres mayores de 50 años sufrirá una o más fracturas vertebrales osteoporóti- cas. El riesgo de fracturas vertebrales para el hombre es también importante, alrededor del 5,4%5. ■ Las fracturas de cadera representan en torno al 20%del total de fracturas osteoporóticas, conviertiéndose en las más prevalentes de la población en edad avanzada. En Europa y Norteamérica, después de los 45 años, la fractura de cadera está entre las enfermedades más frecuentes en mujeres, junto con el cáncer de mama y la diabetes4. Son tres veces más frecuentes en la mujer que en el varón. Se calcula que la incidencia en nuestro país es de 127/100.000 personas mayores de 50 años a 267/100.000 personas de esa edad. Esto se traduce en aproximadamente 30.000 fracturas de cadera al año debidas a la osteoporosis5. 19 ■ La fractura distal de antebrazo (fractura de Colles) es res- ponsable de alrededor del 15% de las de origen osteopo- rótico. Predominan en el sexo femenino en una proporción de 4:1, donde existe un aumento lineal de su incidencia3. ■ Morbi-mortalidad: Las fracturas osteoporóticas se acompa- ñan de altas tasas de morbilidad y hospitalización (Tabla 3)6,7 en el caso de la fractura de cadera, de un aumento de la mortalidad (2298 directas en el año 2004 según Instituto Nacional de Estadistica, 2006). Estas tasas de mortalidad o invalidez relacionadas con fracturas de cadera son compa- rables a enfermedades tales como accidentes cerebro-vas- culares o los infartos de miocardio. ■ En fractura de cadera, la mortalidad se estima en un 30% al cabo del primer año, siendo la mayor parte los fallecimien- tos en los primeros meses siguientes a la fractura. Aproximadamente la mitad se deben a complicaciones de la misma (embolia pulmonar, neumonía), y la otra mitad a las enfermedades concomitantes. Entre un tercio y la mitad de las mujeres que sobreviven a la fractura no vuelven a andar y se hacen dependientes de terceros5. ■ En fractura vertebral existe un exceso de mortalidad del 20% a los cinco años, más atribuible a enfermedades con- comitantes que a la propia fractura (ésta podría ser excep- cionalmente responsable del fallecimiento por las dificul- tades ventilatorias vinculadas a la cifosis)5. Localización Incidencia Coste (€)/fractura Coste Total (€) Cuello femoral 24.090 5.129,09 123.559.811,58 Antebrazo distal 2.733 800,82 2.188.633,66 Vertebral 345 1.570,51 541.826,21 TOTAL 126.290.134,36 Tabla 3. Coste hospitalario de las fracturas osteoporóticas con ingreso en España. 20 ■ La tasa de mortalidad por osteoporosis y fractura osteo- porótica en la región de Murcia es 5/100.000 habitan- tes/año, lo que supone 67 muertes anuales por estas cau- sas (datos del INE 2005). Un aspecto muy interesante de la enfermedad es el gran porcentaje de pacientes osteoporóticos no diagnosticados y, por lo tanto, infratratados. En el estudio EPISER 2000, realizado en nuestro país, supuso el 94% de los diagnosticados; el número de pacientes trata- dos era muy bajo, al igual que el grado de conocimiento que los pacientes tenían sobre su la enfermedad. Resulta llamativo también que el coste anual para la prevención de la osteoporosis sea más barato que el de la prevención de otras patologías8 (Tabla 4): Fármaco Efecto adverso NNT Coste anual (€) Antihipertensivo ACV, IAM o exitus 700 36.778,33 Hipolipemiante Patología coronaria 111 35.681,57 Vacuna de la gripe Cuadro gripal 23 111,97 Raloxifeno Fractura vertebral 45 20.225,74 Alendronato Fractura vertebral 15 4.557,72 Fractura de cadera 91 27.650,14 Cualquier fractura 22 6.684,65 Tabla 4. Comparación del número necesario de tratamientos (NNT) para prevenir un evento entre la osteoporosis y otras enfermedades 21 ■ En España, en el estudio AFOE (Acta de Fracturas Osteoporóticas en España)9 en el que se incluyeron 16.480 fracturas osteoporóticas, el más amplio realizado en nues- tro país, se observó una incidencia anual de fractura de cadera en pacientes mayores de 60 años de 7,2 ‰, lo que supone unas 63.000 fracturas de caderas en esta pobla- ción. Si sumamos las fracturas de húmero y las dístales de radio de origen osteoporótico, estamos en 145.000 fractu- ras anuales. Según este trabajo, el tratamiento preventivo en nuestro país es muy bajo (sólo el 18% de los pacientes con fractura de cadera realiza algún tratamiento preventi- vo) y, un dato más preocupante, que tras la fractura osteo- porótica y su tratamiento hospitalario, el porcentaje con tratamiento farmacológico no supera el 26%. ■ Posteriormente, en el AFOE Vertebral10 los datos son tam- bién contundentes: en España se producen entre 900 y 1.800 fracturas vertebrales osteoporóticas por cada 100.000 habitantes al año, casi 4 veces más que las fractu- ras de cadera; y de ellas, dos terceras partes no se diagnos- tican por no presentar manifestaciones clínicas. La inciden- cia de las fracturas vertebrales suele aumentar después de la menopausia y continúa incrementándose de forma pro- gresiva en función de la edad. ■ Las fracturas osteoporóticas tienen, además, valor pronós- tico respecto al desarrollo de nueva fracturas de la misma naturaleza. En concreto, se considera que las posibilidades de que se produzca una fractura osteoporótica aumentan en un 50-500% (dependiendo de la localización) cuando existe otra fractura osteoporótica previa3. La presencia de estas enfermedades hace que la osteoporosis se considere un “marcador de mala salud”. 22 23 COSTES Además de sus importantes repercusiones sociosanitarias, el impacto económico de la fractura osteoporótica es muy importante. Los tipos de costes más relevantes son los sanitarios directos, pero los costes indirectos alcanzan una considerable magni- tud por la disminución de la productividad que originan. En el estudio de Gimeno et al.11, se habla de 126 millones de € anuales de costes directos y de 420 millones de costes indi- rectos. Los costes directos son mayores para la fractura de cadera, siendo el más importante las estancias hospitalarias y los cuidados domiciliarios, mientras que los tratamientos farmacológicos tienen mucha menor relevancia (Tabla 5)12 Tipo de fractura Vértebras Muñeca Cadera Instalaciones 19,6 11,3 223,1 Hospital 1,9 1,1 21,5 Urgencias 2,5 1,4 28,3 Consultas hospital 4,5 2,6 51,8 Consutas ambulatorias 4,6 2,6 51,9 Medicamentos 0,4 0,2 4,7 Cuidados domiciliarios 5,9 3,4 67,2 Residencias asistidas 50,0 12,2 107,8 TOTAL 89,5 35,0 1.556,5 Tabla 5. Coste directos de las fracturas osteoporóticas (en millones de dólares)12. Es importante hacer una valoración del déficit de calidad de vida que supone una fractura osteoporótica según la edad del sujeto (Tabla 6)12, por los apreciables costes indirectos que se añaden. La Fundación Europea para la Osteoporosis y las Enfermedades Óseas, el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y Cutáneas de EE.UU. y la Fundación Nacional Americana de Osteoporosis, coinciden en aceptar que las fracturas causadas por la osteoporosis ocasionan un impacto considerable en la mortalidad, la morbilidad y los gastos sanitarios en todo el mundo; suponen un problema de salud pública de primer orden y, además, con perspectivas de ir en aumento a medida que se eleva la esperanza de vida, ya que la incidencia de las fracturas está ligada con la edad. Así, en Europa, según La Comunidad Económica Europea, se espera un incremento exponencial en los próximos años de la incidencia de fracturas de cadera (Figura 1). Tabla 6. Reducción de CVRS en mujeres con relación al tipo de fractura y edad (CVRS: calidad de vida relacionada con la salud; medido como porcentaje de pérdida de utilidad)12. Fractura Rango de edades 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-79 80-84 >85 Vértebra 20 14 17 14 14 10 6 5 Cadera 21 33 42 52 61 68 78 77 Muñeca 11 9 7 5 4 3 2 1 Hombro 5 3 2 3 2 2 1 1 Otras 43 41 32 26 19 17 13 16 24 2.3 Importancia de la masa ósea en la predicción de fracturas por osteoporosis. La probabilidad de una fractura depende fundamentalmente de la disminución de la masa ósea, de la alteración de la calidad del hueso y del tipo e intensidad del traumatismo. De estas tres variables, únicamente la masa ósea es capaz de evaluarse en la actualidad mediante técnicas densitométri- cas no invasivas,y es, por el momento, el método más fiable para predecir el riesgo de futuras fracturas. La masa ósea de un individuo varia a lo largo de su vida. La cantidad de mineral óseo es máxima alrededor de los 30 años (pico de masa ósea). Posteriormente se va produciendo una pérdida gradual que es más intensa en las mujeres a par- tir de la menopausia. La densidad mineral ósea (DMO) de la población tiene una distribución normal en todas las edades y en ambos sexos (Figura 2). Figura 1. Previsión para 50 años de la incidencia de fractura de cadera en la Unión Europea. 25 La relación entre DMO y la osteoporosis está claramente establecida y es comparable a la que existe por ejemplo entre la presión arterial y el riesgo de ictus, o colesterol y riesgo de infarto13. El riesgo de fractura se incrementa de forma continua y pro- gresiva al disminuir la DMO; así, por cada disminución de la Desviación Estándar (DE) de la DMO, se estima que el riesgo de fractura se incrementa 50-160% (RR: 1,5-2,6)14. Por tal moti- vo, un panel de expertos de la OMS15 propuso en 1994 que aquellas mujeres con una DMO de más de 2,5 DE por debajo del valor medio de los adultos jóvenes sanos (T-score) deben ser consideradas osteoporóticas. Si han sufrido una o más fracturas por fragilidad ósea se las deberá considerar con osteoporosis establecida y si los valores de densidad ósea se sitúan entre 1 y 2,5 DE por debajo del valor medio de los adultos jóvenes deberían clasificarse como osteopénicas (Tabla 7). Figura 2. Evolución de la masa ósea con la edad en mujeres. 26 ■ Sin embargo, No existen valores absolutos de densidad ósea que permitan discriminar aquellos individuos que desarrollarán fracturas de los que no presentarán esta complicación. ■ Es muy importante recordar que Aunque los valores densitométricos sean normales, no queda garantizado que no pueda presentar una fractura: simplemente indica que el riesgo es menor. Cuando la densidad mineral ósea está en el rango osteoporótico las fracturas son probables, pero tampoco significa que tengan que ocurrir invariablemente. Categoría Definición por DMO Normal DMO de menos de 1 DE por debajo del valor de un adulto joven Osteopenia DMO entre 1 y 2,5 DE por debajo del valor de un adulto joven Osteoporosis DMO de más de 2,5 DE por debajo del valor de un adulto joven Osteoporosis DMO de más de 2,5 DE por debajo del valor de un establecida adulto joven y la existencia de una o más fracturas por fragilidad Tabla 7. Categorías diagnósticas de osteoporosis según los criterios de la OMS (DMO: Densidad Mineral Ósea; DE: Desviación Estándar). 27 2.4 Clasificación La osteoporosis se clasifica en primaria y secundaria, pero no podemos caer en el engaño de entender que el factor res- ponsable es único, sino que lo más habitual es una asociación de múltiples factores, a veces, no coincidentes en el tiempo. Entre la primaria, destacan las idiopáticas: juvenil (adolescen- cia) y del adulto joven (20-40 años), y las involutivas (posme- nopáusica y senil). En la Tabla 8 vemos las características de las involutivas, que son las más frecuentes. La lista de las secundarias es extensa y no siempre la relación causa-efecto es clara (Tabla 9)16. Sin embargo, recientes estu- dios muestran que alrededor del 20% al 64% de las mujeres con densidad mineral ósea baja, presenta otra enfermedad Tipo I Tipo II osteoporosis osteoporosis posmenopáusica senil Edad 51-75 > 75 Predomnio femenino 6:1 2:1 Tipo pérdida ósea Trabecular Trabecualar y cortical Velocidad pérdida ósea Rápida Lenta Localización Vertebrales y Vertebrales y fracturas radio distal cuello fémur Función paratiroidea Disminuida Aumentada Absorción intestinal calcio Disminuida Disminuida Hidroxilación renal Normal/disminuida Disminuida Etiopatogenia Disminución estrogénica, Envejecimiento, factores predisponentes alteración eje individuales vitamina d- pth Tabla 8.- características de la osteoporosis involutivas 28 29 oculta17,18. Entre los diagnósticos más frecuentes destacan el hiperparatiroidismo primario, hipertiroidismo subclínico, enfermedad celíaca silente, mieloma múltiple en los más añosos, tubulopatías renales perdedoras de calcio, y cirrosis biliar primaria. Se destacan por su frecuencia e importancia la osteoporosis asociadas a drogas como corticoides, que mere- ce un capítulo aparte, y la hipovitaminosis D, frecuente en los adultos mayores de 65 años, que induce osteoporosis por hiperparatiroidismo secundario. La osteoporosis masculina no reconocida años atrás, también se considera un problema de salud pública. La mitad de los sujetos presenta causas secundarias de osteoporosis, vinculadas a otras enfermeda- des, estilos de vida, y medicamentos. El hipogonadismo, el exceso de alcohol y los corticoides son las causas de osteopo- rosis secundarias más frecuentes en los varones19. Enfermedades endocrinas. Hiperparatiroidismo, síndrome de Cushing e hipercortisolismo exógeno, hipertiroidismo, diabetes mellitus tipo 1, insuficiencia suprarrenal, acromegalia, déficit de hormona del creci- miento en el adulto, diabetes insípida central. Enfermedades gastrointestinales. Síndromes de malabsorción (celia- quía, enfermedad inflamatoria intestinal, cirugía bariátrica con by-pass yeyuno-ileal, etc.), y trastornos nutricionales,gastrectomía, enfermedad hepática grave (colestasis crónica, hepatitis crónica activa), insuficiencia pancreática (fibrosis quística) Malnutrición, anorexia nerviosa, anemia perniciosa, déficit de calcio y vitamina D, nutrición parenteral, dietas hiperproteicas. Enfermedades neoplásicas. Enfermedades linfoproliferativas y mielo- proliferativas, producción de péptido relacionado con la hormona para- tiroidea (PTHrP) y hematológicas asociado con tumores malignos, mas- tocitosis sistémica Hemofilia, talasemia, anemias hemolíticas. Enfermedades reumatológicas. Artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, lupus eritematoso sistémico, polimialgia reumática. Estados hipogonadales primarios. Hipogonadismo femenino (síndro- me de Turner, hiperprolactinemia, amenorrea hipotalámica, anorexia nerviosa, menopausia precoz) y secundarios Hipogonadismo masculino (fallo gonadal primario -síndrome de Klinefelter, orquiectomía-, o secun- dario). Fármacos. Heparina, dicumarínicos, anticomiciales, neurolépticos, ciclosporina A, L-tiroxina, glucocorticoides, análogos de GnRH, metrote- xato, quimioterápicos, litio, diuréticos de asa, teofilina, vitamina A y reti- noides. Tóxicos. Alcohol, tabaco, cafeína, sal. Otros. Inmovilización prolongada, ejercicio excesivo, enfermedad pul- monar obstructiva crónica, embarazo y lactancia, escoliosis, esclerosis múltiple, sarcoidosis, amiloidosis, postrasplante, hipercalciuria, trabaja- dores del aluminio, bulimia, depresión, porfiria, insuficiencia cardiaca. Tabla 9.- Causas más frecuentes de osteoporosis secundarias. 30 3 FACTORES DE RIESGO Se trata de enfermedades, situaciones clínicas o administra- ción de fármacos, en las que el riesgo de desarrollar la enfer- medad es alto. Estos escenarios son muy numerosos y plan- tean la dificultad de cuantificar el riesgo relativo de cada uno para decidir su lugar en el momento de la toma de decisiones sobre la intervención o no. Sin embargo, son elementos de presunción diagnóstica para utilizar, ya que Permiten identificar individuos asintomáticos con mayor probabilidad de padecer osteoporosis y fracturas osteoporóticas e implementar medidas que eviten su aparición. Existen factores genéticos o constitucionales, factores nutri- cionales y estilo de vida, enfermedades (neurológicas, endo- crinas) y fármacos. Aunque es conveniente separar los facto- res de riesgo relacionados con una baja masa ósea de los fac- tores de riesgo asociados a las fracturas, con fines prácticos los podemos dividir en modificables y no modificables, inde- pendientemente que sean asociados a osteoporosis o a frac- tura; de esta forma, incidiremos sobre los modificables con medidas preventivas (Tabla 10)20 En un intento desimplificar la ponderación y, de acuerdo con revisiones de distintas guías publicadas, se han elaborado otras tablas para valorar riesgo de osteoporosis (Tabla 11) y de fractura (Tabla 12)20,21 Una de las revisiones más conocida en España en relación a estos factores es la de la Sociedad Española de Investi- gaciones Óseas y Metabolismo Mineral (SEIOMM). (Tabla 13)22,23 33 La presencia de los factores de riesgo más importantes debe- rá alertar para continuar la investigación en una paciente seleccionada, pero no servirán para predecir la densidad mineral ósea. Factores no modificables • Herencia (Mujeres con antecedentes familiares de osteoporosis y/o fractura tienen menos DMO. Valorar Historia osteoporosis y fractura osteoporótica en familiar 1er grado) • Etnia caucasiana: En raza blanca mayor riesgo de osteoporosis (x 2,5) • Género femenino • Edad avanzada (DMO disminuye con la edad. A>edad,>riesgo caidas y traumas) • Talla y peso (estatura y peso bajos, IMC < 20 kg/m2) • Fracturas previas por traumatismos leves (de bajo impacto) • Edad de la menarquia: <30 años de vida fértil • Menopausia precoz (<45 años, natural o quirúrgica) Factores modificables • Dieta muy pobre en calcio y/o vitamina D • Hábitos tóxicos: • Abuso de bebidas alcohólicas • cafeína • tabaquismo activo (> 1 paq/día o > 15 paq/año) • Ejercicio físico (sedentarismo, discapacidad física) • Niveles hormonales (hipogonadismo, amenorrea) • Medicamentos (corticoides, litio, heparina, anticonvulsivantes, etc.) • Enfermedades (hiperparatiroidismo, hipertiroidismo, gastrectomía, malabsorción intestinal, hepatopatías, artritis reumatoidea...) Tabla 10.- Factores de riesgo relacionados con la osteoporosis 34 Tabla 11.- Factores que identifican a las personas en las que se debe valorar la presencia de osteoporosis (modificada). (*Artritis Reumatoide, anorexia nerviosa, enfermedad hepática crónica, insuficiencia renal, transplante de órganos, mieloma, Tirotoxicosis, Prolactinoma, Hipercorticismo, Osteogénesis imperfecta, EPOC, Trastornos neurológicos, Mastocitosis, Diabetes tipo 1.** Litio, Tiroxina a altas dosis, Inmunosupresores) Factores de riesgo Mayores Factores de riesgo menores Edad > 65 años Estilo de vida sedentario Fractura vertebral por compresión Tabaquismo (disminución altura vertebral) Fractura por fragilidad después Ingesta excesiva de de los 40 años bebidas alcohólicas Antecedentes familiares de Ingesta excesiva fracturas osteoporóticas de cafeína Tratamiento general con IMC <19 k/m2. Peso < 57 kg glucocorticoides de > 3 meses de duración (≥ 5 mg Prednisona Adelgazamiento > 10 % o equivalente/día, > 3 meses) del peso a los 25 años Síndrome de malabsorción Ingesta baja de calcio mantenida (500-850mg/dia) Hiperparatiroidismo primario Enfermedades crónicas asociadas a riesgo de Osteoporosis* Propensión a las caídas Antecedentes de hipertiroidismo clínico Osteopenia aparente en Tratamiento crónico una radiografía con heparina Hipogonadismo en el varón Tratamiento anticonvulsivante crónico Déficit estrogénico: Toma crónica de Menopausia precoz (< 45 años; Fármacos relacionados quirúrgica en edad fértil) con osteoporosis** Amenorrea >1 año) Menopausia fisiológica de más de 10 años 35 Se recomienda valorar la presencia de estos factores a todas las mujeres posmenopáusicas y varones mayores de 50 años que acuden a consulta (GradoA)21 Los factores más importantes de riesgo de fractura osteopo- rótica son: ■ La edad por sí sola es el factor de riesgo más potente. El riesgo de fractura osteoporótica se dobla cada 7-8 años después de los 50 años12.Todo parece debido a la disminu- ción de la DMO con la edad así como a la pérdida de cali- dad del hueso y al mayor riesgo de caídas. ■ La relación DMO-Fractura se ha comprobado en numero- sos estudios. La DMO es el factor pronóstico de fractura más fácilmente cuantificable en personas que todavía no han sufrido una fractura osteoporótica. Por cada disminu- ción de la desviación estándar de la DMO, el riesgo de frac- tura se incrementa en 1,5-3 veces14 DMO baja Hª previa de Fractura por fragilidad (> 40 años*) Edad>65 años* Antecedentes de osteoporosis en familiares de primer grado Bajo peso (< 57 kg*) Aumento riesgo de caídas Hábito tabáquico activo Tratamiento corticoideo ≥ 5 mg/día de Prednisona o equivalente, > 3 meses* Tabla 12.- Factores predictivos de fracturas osteoporóticas (según la NOF)20 (* Introducidos por Canadian Consensus Conference on Osteoporosis 2006 update.) 36 Tabla 13.- Factores de riesgo de afectación ósea, de caídas y factores protectores (Fv: fractura vertebral; FF: fractura de fémur;DMO: Densidad Mineral Ósea; DE: Desviación estándar).Muchos factores pueden afectar simultáneamente el metabolismo óseo y el riesgo de caída. (*) Diversas estimaciones. (**) Varía en diferentes áreas medidas. (***) Ajustado por peso. (****) En edad superior a 50 años). Factores Riesgo RR Nivel de De riesgo óseo asociado (IC 95%) evidencia > 2 FV previas FV 11,8 (5,1-22,6) 1b Descenso de la DMO FF 3,8-5,8 (2,2-9,5)(**) 1b(*) por cada DE FV 1,6 (1,3-1,9) 1-2 FV previas FV 3,6 (2,5-5,2) 1b Historia materna de Fc FF 1,8 (1,2-2,7) 1b Sedentarismo FF 1,7 (1,2-2,4) 1b Cualquier fractura en edad > 50 años. FF 1,5 (1,1-2,0) 1b Edad (cada 5 años) FF 1,4 (1,2-1,6) 1b Estatura (A los 25 años por cada 6 cms.) FF 1,3 (1,1-1,5) 1b Consumo elevado de FF 1,22 proteínas F de antebrazo (1,04-1,43) 1b 1,17 hasta 2,08 Tabaquismo FF (1,05-2,54) 2a según edad Fractura previa de Fractura de 2,58 antebrazo antebrazo (1,84-3,71) 2b Marcadores de remodelado FF 1,39-2,3 2b Nivel indetectable FF 6,9 (1,5-32) (***) de estradiol y SHBG FV 7,9 (2,2-28 ) (***) 3b Factores de riesgo Riesgo RR Nivel de de caída asociado (IC 95%) evidencia Uso prolongado de benzodiacepinas. FF 1,6 (1,1-2,4) 1b Incapacidad para levantarse de una silla FF 1,7 (1,1-2,7) 1b Frecuencia cardiaca mayor de 80 lpm FF 1,7 (1,1-2,0) 1b Factores protectores RR (IC 95%) Consumo de alcohol 5 a 7 dosis /semana (****) FV 0,65 (0,53-0,99) 2b Ejercicio físico moderado FF 0,64 (0,47-0,88) 2a Ejercicio físico intenso FF 0,64 (0,45-0,89) 2a 37 ■ Los pacientes que han sufrido una o más fracturas en cual- quier sitio están expuestos a desarrollar fracturas subsi- guientes, independientemente del valor de densidad ósea. Una fractura vertebral duplica el riesgo de sufrir una de cadera, multiplica por 12 el de sufrir otra fractura vertebral y por 1,5 el de sufrir una de radio distal, todo en 10 años 24 El antecedente familiar de haber sufrido fractura osteoporó- tica, sobre todo de cadera, incrementa el riesgo de fractura, que suele ser de localización específica, es decir, el antece- dente de fractura de cadera, aumenta el riesgo de fractura de cadera, si de muñeca, aumenta riesgo de fractura de muñeca y así sucesívamente25 No debemos olvidar que la mayoría de fracturas osteoporóti- cas se producen tras una caída, que se convierte en un factor determinante de los efectos desfavorables de esta enferme- dad. Existen una serie de asociaciones comórbidas, como los trastornos neurológicos crónicos y las cataratas, cuya preva- lencia aumenta en la edad avanzada y factores ambientales y domésticos que al igual que los anteriores, aumentan el ries- go de fracturas en forma independiente de la densidad mine- ral ósea, debido al incremento del riesgo de caídas. Estas caí- das se producen en el marco de factores conocidos y, la mayoría, prevenibles (TABLA 14) 26 Los factores asociados a mayor riesgo de caídas son: Debilidad muscular, historia anterior de caídas, trastornos de la marcha, déficit de equilibrio, uso de ayudas ortopédicas y dificultad visual26. La investigación científica ahora respalda el uso de terapias probadas para prevenir las fracturas por osteoporosis, según 38 la probabilidad de fractura del sujeto, en contraposición con su score de densidad ósea, únicamente. En la actualidad, un grupo de trabajo de la OMS (creado en1998), en colabora- ción con la IOF y la NOF (EE. UU.), ha validado este nuevo con- cepto, a fin de garantizar su precisión y reproducción. A partir de datos procedentes de 9 estudios poblacionales mundiales, se ha creado un modelo estadístico que predice el riesgo a 10 años de desarrollar fractura de cadera u otras fracturas importantes. Se ha creado una herramienta prácti- ca para que los médicos clínicos puedan evaluar el riesgo de fractura de sus pacientes de ambos sexos, de cualquier edad, grupo étnico y país. El modelo, llamado FRAX, incor- pora IMC, edad, sexo, DMO y otros siete factores de riesgo (http://www.shef.ac.uk/FRAX). La IOF (International Osteopo- rosis Foundation) ha desarrollado un test rápido para autoe- valuar el riesgo de osteoporosis para pacientes (Apéndice I). Tabla 14.- Factores de riesgo de caídas FACTORES FACTORES FACTORES INTRÍNSECOS EXTRÍNSECOS AMBIENTALES > 65 años (en mujeres) Calzado inapropiado Iluminación Pobre control postural Vestido inapropiado Desniveles escaleras Propiocepción defectuosa Polimedicación Suelos Debilidad MM.II. Sedantes Cables Trastornos de la marcha, equilibrio y movilidad 2os Antihipertensivos Macotas a enfermedades Déficit visual Clima Déficit cognitivo o Tráfico y transporte depresión público Pérdida de conocimiento Obstáculos súbita urbanos 39 4 MANIFESTACIONES CLÍNICAS La osteoporosis es un proceso silente hasta que se produce la primera fractura. Por tanto, la clinica de la osteoporosis dependerá de las fracturas asociadas a la misma, así como de la presencia de los factores clínicos de riesgo que hagan sos- pecharla. Las fracturas son la única consecuencia clínica de la osteopo- rosis y se pueden producir en cualquier localización. La clínica de las fracturas periféricas es la misma que las frac- turas de la misma localización no osteoporóticas; lo que las distingue, fundamentalmente, es el hecho de que la fractura osteoporótica se produce ante un traumatismo menor (pos- terior a una caida en bipedestación o de menor altura). Por lo demás, el enfermo presenta igualmente dolor, impo- tencia funcional y deformidad. Una fractura traumática leve de una persona mayor de 45 años, debe despertar la sospecha de osteoporosis. En otros casos, la osteoporosis se presenta como dorsalgia, lumbalgia o disminución de estatura. En la Tabla 15 se describen algunas características de las mis- mas. • La fractura vertebral es la manifestación clínica más común de la osteoporosis. Suele aparecer de forma más temprana que la de cadera, especialmente en los varones, si bien su prevalencia es mayor en las muje- res. Con relativa frecuencia produce un dolor muy intenso e invalidante, localizado en la región dorsal o 41 lumbar, aunque en ocasiones puede ser silente y des- cubrirse de forma casual. Los síntomas mejoran des- pués de 2-3 semanas y con frecuencia permanece un dolor de intensidad variable. Es frecuente que, sin tra- tamiento, se fracturen nuevas vértebras, ocasionando cifosis, pérdida progresiva de la talla y un importante aumento de la morbilidad. La localización más fre- cuente es D6-D12 y L1-L35. • La fractura de cadera es la más grave y, en la mayor parte de las ocasiones, se produce tras una caída. Su incidencia en España se estima en unos 227 casos por cada 100.000 habitantes/año, aunque con variaciones en las distintas regiones. La fractura de cadera tiene 42 Localización más frecuente de las fracturas Características • Más frecuentes en mujeres < 65 años Distal del antebrazo • Pocas repercusiones funcionales • Morbilidad infraestimada: Dolor persistente, discapacidad funcional, neuropatía, artrosis postraumática. • Inicio indolente: (asintomático en 2/3 de los pacientes). Puede causar cifosis Cuerpos vertebrales progresiva con pérdida de estatura Localización: mitad • En el resto: Dolor muy intenso tras flexión inferior dorsal y superior brusca o golpe de tos. Con gran lumbar(L1-L3) incapacidad en las siguientes semanas • Dolor residual sordo o continuo agravado con los movimientos Proximal de la cadera • Más frecuentes en mujeres > 65 años • Asociada con gran morbilidad y aumento de mortalidad Tabla 15.- Osteoporosis: características y localización de las fracturas unas repercusiones que son inmediatas tras la propia fractura, como son la intervención quirúrgica en el 80% de los casos y, en general, una elevada estancia hospitalaria. Sin embargo, las repercusiones de una fractura de cadera no se limitan a su tratamiento hos- pitalario, sino que la calidad de vida de los pacientes se deteriora en gran medida. El pronóstico depende, en parte, de la capacidad funcional previa a la fractura5. • La fractura de Colles es muy común, y hasta un 15% de las mujeres pueden presentarla a lo largo de su vida. Aunque esta fractura es de las menos deteriorantes de todas las fracturas osteoporóticas, su morbilidad es frecuentemente infraestimada. El 16% de las mujeres entre 45 y 54 años que presentan esta fractura requie- ren hospitalización, y hasta el 75% de las mayores de 85 años. La fractura de Colles puede originar dolor per- sistente, discapacidad funcional, neuropatía y artritis postraumática; además, es un factor de riesgo signifi- cativo para la futura presentación de fracturas verte- brales o de cadera5. Debe tenerse en cuenta el impacto psicológico y social que pueden conllevar las fracturas osteoporóticas. • El desarrollo de depresión es el trastorno psicológico citado con más frecuencia27. La aparición de ansiedad, miedo a nuevas fracturas, y otras reacciones emocio- nales son también importantes, e influyen en la recu- peración de los pacientes. Las repercusiones familiares que producen la presencia de un paciente con fractu- ra de cadera y a menudo con una gran dependencia física y psíquica, sencillamente no pueden llegar a cal- cularse por su complejidad. 43 5 ESTUDIOS DIAGNÓSTICOS EN OSTEOPOROSIS La importancia del diagnóstico de la Osteoporosis radica en la capacidad de predecir el riesgo de fractura. Para ello, debemos tener en cuenta otros factores además de la DMO. Se pueden seguir unas pautas generales que nos ayuden en la difícil tarea de manejar al paciente con sospecha de osteoporosis. Dos deben ser nuestros objetivos en esta labor: primero, sopesar su riesgo de fractura; segundo, decidir qué medidas tomar con él. Determinar la suma de factores de riesgos (clínicos, densitométricos y bioquímicos) y la potencia de cada uno de ellos será la clave. Para el diagnóstico de la enfermedad osteoporótica es imprescindible objetivar el descenso de la DMO o la presencia de una fractura por fragilidad. Una correcta anamnesis y exploración física, como en cual- quier otro campo de la Medicina, constituyen la base de un buen diagnóstico (Tablas 16,17, Figura 3). La sospecha clínica de la enfermedad precisa de la confirmación por medio de 45 • Edad de menopausia y tipo, menarquia, amenorrea prolongada, número embarazos, lactancia natural • Hábitos tóxicos: Alcohol, tabaco • Estilos de vida: Actividad física que desempeña • Antecedente de fractura < 40 años • Antecedente familiar de osteoporosis y/o fractura • Fármacos: Litio, corticoides, heparina, anticonvulsivantes... • Hábitos dietéticos. Ingesta media diaria de calcio • Enfermedad osteopenizante concomitante • Pérdida de altura. • Historia de raquialgia • Riesgo de caídas, sobre todo en ancianos • Institucionalización (por encamamiento, no-exposición solar, mala nutrición, patología de base grave) Tabla 16.- Anamnesis, cuestiones esenciales. pruebas de laboratorio, de imagen y, ocasionalmente, tam- bién con técnicas histopatológicas. Se debe realizar el mismo tipo de estudio ante la sospecha de una osteoporosis, se hayan producido fracturas o no. Los estudios están encami- nados a confirmar el diagnóstico, determinar la gravedad de la enfermedad, la patogenia de la pérdida de hueso y la fisio- logía del esqueleto en el momento de la presentación5,28. 5.1 Anamnesis y exploración física En la historia clínicase recogerán los factores de riesgo rela- cionados con el desarrollo de la enfermedad. Se deben anali- zar antecedentes familiares y entre los personales, estilos de vida, historia ginecológica, antecedentes de fracturas, toma de fármacos, etc. (Tabla 11). • Peso y altura. IMC • Equilibrio y agilidad (balance muscular) • TA, cardiovascular, audición y visión • Signos de enfermedades osteopenizantes (Cushing...) • Exploración del raquis (Figura 1) a. Deformidad cifoescoliótica dorso-lumbar b. Maniobras de carga vertebral c. Existencia de hiperextensión cervical d. Protusión abdominal e. Disminución de distancia costal-pélvica f. Aumento distancia occipucio-pared Tabla 17.- Exploración física, cuestiones básicas. 46 Se hará una exploración física global, ya que, en casos de oste- oporosis secundarias, debemos buscar signos de enfermeda- des que pueden afectar de forma sistémica al organismo. Se recomienda una búsqueda activa de posibles fracturas vertebrales asintomáticas en aquellos pacientes que presentan una pérdida de altura de > 2 cm en un año o una pérdida histórica de altura de > 4 cm Todo ello, nos hará sospechar la enfermedad y solicitar otras pruebas de confirmación. Figura 3.- Pérdida de talla corporal y cambios característicos de conformación corporal en la Osteoporosis. Medidas en la exploración del raquis. 47 5.2 Pruebas de Laboratorio 5.2.1 Pruebas de laboratorio habituales En general, las pruebas analíticas habituales no muestran alteración en la osteoporosis, pero su solicitud es necesaria ante la sospecha de una osteoporosis secundaria y para el diagnóstico diferencial. Los exámenes de laboratorio nos van a ser útiles para excluir otras enfermedades, establecer el diagnóstico de osteoporosis secundaria, realizar el seguimiento de la enfermedad y su tratamiento Es interesante destacar que hasta un 30% de las osteoporosis catalogadas como posmenopáusicas son en realidad secundarias12 48 Estudio inicial: Hemograma, VSG Perfil bioquímico (general, hepático, renal) Calcemia, Fosfatemia TSH Calciuria de 24 horas Ante sospecha de osteoporosis 2ª u otros casos especiales solicitar: electroforesis proteica en sangre y orina si posibilidad de mieloma, Testosterona y LH en varón, FSH, LH y 17‚ estradiol en la mujer premenopáusicas, PTH, 25(OH)D3, Marcadores de remodelado, etc. En el seguimiento Calcemia, fosfatemia, fosfatasa alcalina, creatinina y calciuria de 24 horas cada 4-6 meses. Tabla 18.- Estudios analíticos básicos en la osteoporosis. Las pruebas analíticas habituales a solicitar se describen en la Tabla 1829. Con las Tablas 19 y 20 podemos inferir el diagnós- tico diferencial de las alteraciones analíticas relacionadas12,26. Parámetro en sangre Sentido Enfermedad Hemograma Alterado Enfermedad hematológica Neoplasia, A. Reumatoide. Enfermedad inflamatoria: VSG, PCR Elevadas A. Reumatoide, Neoplasia, Mieloma Creatinina Elevada Insuficiencia renal Elevado Hiperparatiroidismo 1º, Calcio Metástasis. Disminuido Osteomalacia (puede estar normal) Osteomalacia, Fósforo Disminuido Hiperparatiroidismo 1º (puede ser normal) Transaminasas Elevadas Hepatopatía GGT Elevada Metástasis hepática Hepatopatía, Neoplasia ósea, Hiperparatiroidismo F. Alcalina Elevada 1º, Osteomalacia, Fracturas óseas (aplastamiento vertebral) Proteinograma Alterado Mieloma TSH Elevada Hipotiroidismo Disminuida Hipertiroidismo Testosterona, LH Disminuida Hipogonadismo (posible en corticoterapia) Déficit absorción, falta 25 (OH)D3 Disminuida exposición solar, enfermedades hepatobiliares y renales Paratohormona Elevada Hiperparatiroidismo 1º Tabla 19.- Alteraciones analíticas y enfermedades relacionadas. 49 5.2.2 Marcadores bioquímicos de recambio óseo En el proceso de formación-resorción ósea se liberan una serie de péptidos y proteínas que pueden ser detectados en sangre y orina que, en conjunto, se llaman marcadores bio- químicos de remodelado óseo (MBRO) y que nos indican, de una forma indirecta, la fisiología del hueso (Tabla 21). Ante una situación de elevado recambio podremos objetivar un aumento de los MBRO. Aunque no está recomendado su uso de forma rutinaria, exis- te una evidencia cada vez mayor de que los MBRO son una ayuda útil a la hora de predecir la tasa de pérdida de masa ósea, identificar a población con mayor riesgo de fractura30 y valorar la respuesta al tratamiento31, ya que la medición ais- lada de la densidad mineral ósea (DMO) no nos indica la acti- vidad metabólica ósea en ese momento ni la tasa de pérdida ósea futura que se correlaciona con el riesgo de fractura. Calciuria orina 24 horas Significado Patología Disminución absorción < 100 mg BAJO (ancianos), Osteomalacia, Hiperparatiridismo 2º 100-300 mg NORMAL Hiperparatiroidismo 1º, > 300 mg ALTO Neoplasia ósea, Intoxicación vitamina D Tabla 20.- Valores de calcio en orina de 24horas y significado patológico de las alteraciones 50 La utilidad de los MBRO está relacionada con (TABLA 22): ■ Identificación de pacientes con elevado recambio óseo (Por ejemplo, en pacientes postmenopáusicas con osteo- penia en las que una elevación de los marcadores por enci- ma del límite superior para mujeres postmenopáusicas podría decidirnos a iniciar tratamiento32. 1. Investigación de patología ósea 2. Adherencia al tratamiento antiresortivo 3. Respuesta al tratamiento antiresortivo 4. MRO + DEXA mejoran estimación del riesgo de fractura 5. ¿Predicción de tasas futuras de pérdida ósea? Tabla 22.- Utilidad de los Marcadores Bioquímicos de Recambio Óseo FORMACIÓN RESORCIÓN (SUERO) SUERO ORINA Enlaces unidos a Osteocalcina (OC) C-telopéptidos Hidroxiprolina de colágena tipo I (ICTP) Propéptidos de Fosfatasa ácida Piridinolinas colágena tipo I resistente a totales y libres carboxil terminal (PICP) tartrato (TRAP) (Pyd) Propéptidos de Deoxipiridinolinas colágena tipo I totales y libres amino terminal (PINP)* (Dpd) Fosfatasa alcalina N-telopéptidos específica el hueso de los enlaces de (BSAP)* colágena (NTx)* Fosfatasa Alcalina C-telopéptidos de total los enlaces de colágena (CTx)* Tabla 21.- Marcadores Bioquímicos de Remodelado Óseo. *Reconocidos como los más sensibles en su clase. 51 ■ Monitorización de la respuesta al tratamiento antirre- sortivo. Es esta su mayor indicación clínica, ya que es importante conocer el grado de respuesta al tratamiento y detectar las pacientes no respondedoras, en cuyo caso habría que plantearse modificaciones terapéuticas. Diferentes estudios han demostrado que se puede valorar el efecto del fármaco de forma precoz (3-6 meses) cuando la DEXA todavía no muestra cambios significativos en la DMO21,33. De forma basal se realizaría un densitometría ósea y una medición de MBRO, con una nueva medición del marcador tras seis meses de tratamiento. Una disminu- ción mayor del 50% ó del 30%, respectivamente, de la excreción urinaria del telopéptido amino terminal del colá- geno I (NTX) o del telopéptido carboxiterminal de la cade- na alfa del colágeno sérico (CTX) nos da idea de la adhe- rencia al tratamiento y de su eficacia34 . Sin embargo, debemos saber que los resultados de grandes estudios clínicos o epidemiológicos con estos marcadores son a veces difíciles de extrapolar a las situaciones clínicas diarias. Además, no son específicos de la enfermedad, sólo reflejan una situación fisiopatológica ósea que puede ser provocada por diversas causas e incluso puede ser transitoria y, finalmente, presentan elevada variabilidad. Por lo que: Los MBRO nunca deben ser utilizados para el diagnóstico de Osteoporosis ni en la selección de pacientes candidatos a realizarse una DEXA. 52 5.3 Pruebas de Imagen 5.3.1 Radiología ■ La radiología es una prueba muy accesible en la valoración de alteraciones relacionadas con la enfermedad, pero, en casos de osteopenia, su sensibilidad y especificidad no son todo lo deseable, ya que varía según diversos parámetros físicos así como con la opinión subjetiva y experiencia de quien la interpreta.Además, Debe producirse una pérdida del 20-40% en la masa ósea para que se detecte radiológicamente una osteopenia. ■ Sin embargo, el estudio radiográfico simple continúa sien- do una ayuda esencial para el diagnóstico y seguimiento de las fracturas osteoporóticas, sobre todo vertebrales. Si se sospecha una fractura osteoporótica, debe realizarse una radiografía de esa parte del esqueleto. ■ Fracturas vertebrales El diagnóstico de fractura vertebral es crítico para el manejo de la osteoporosis, ya que su presencia incrementa considera- blemente el riesgo de nuevas fracturas. Sin embargo, el exa- men simple de las radiografías no siempre es concluyente. • La proyección a solicitar sería una AP y L de columna dor- sal (centrada en D7) y columna lumbar (centrada en L2). 53 • En las tablas 23 y 24 se recogen las principales indica- ciones de estudios radiológicos vertebrales y los sig- nos radiológicos más representativos. • Métodos para el diagnóstico radiológico: El criterio más manejado es la objetivación de la deformidad vertebral, pudiendo utilizar vários métodos: 54 CLINICA Dorso lumbalgia aguda en – Valorar fractura, osteopenia > 50 años u otros datos de y otros diagnósticos alarma clínica – Proyección AP y lateral de columna dorsal y lumbar Dorso lumbalgia crónica, – Valorar osteopenia, fractura disminución de altura y/o previa, deformidad vertebral deformidad raquídea y considerar otros diagnósticos – Proyección AP y L de columna dorsal y lumbar Pacientes asintomáticos y – Radiografía lateral de columna dorso diagnóstico de osteoporosis lumbar (valorar fractura previa que mediante densitometría incremente el riesgo de nueva fractura: 2.6 veces) Tabla 23.- Indicación de estudio radiológico vertebral y proyecciones radiológicas según la clínica. • Adelgazamiento de la cortical en huesos largos • Aumento de transparencia de los cuerpos vertebrales • Resalte de los platillos vertebrales • Predominio de la trabeculación vertical sobre la trasversal • Disminución de altura de los cuerpos vertebrales – Acuñamiento anterior – Vértebra bicóncava – Hundimiento del platillo superior – Vértebra en “galleta” Tabla 24.- Signos radiológicos de osteopenia y osteoporosis. 55 Figuras 4-1; 4-2 y 4-3. Método de evaluación, clasificación y esquemas de fracturas vertebrales osteoporóticas. A, M, P: Muros Anterior, médio y posterior. (Genant HK, Li J, Wn CY, Shepherd JÁ Vertebral fractures in osteoporosis: a new method for clinical assessment. J Clin Densitom 2003; 3:281-90. • Visual: consiste en identificar la vértebra a valorar para determinar la altura del cuerpo vertebral en su porción (muro) anterior, media y posterior. La disminución de más del 20% en cualquiera de los muros, es diagnóstica de fractura vertebral, así como uma disminución de más de 4mm comparada com mediciones anteriores en la misma vértebra.Esto puede dar lugar a diferente morfo- logia vertebral (Figura 4-1). • Morfométrico: Consiste en la marcación manual de 6 puntos en la vértebra y medición con regla milimetrada de la altura de los tres muros de la vértebra sospechosa y comparación con vértebra adyacente sana o aplica- ción de la fórmula para valorar porcentaje de pérdida de altura. Gran precisión y alta sensibilidad (Figura 4-2). • Mixto: Es el recomendado por la NOF y el IOF america- nos. Marcación de los seis puntos y medición con regla milimetrada de la altura de los tres muros de las vérte- bras sospechosas y aplicación de la fórmula (Figura 4-3). • En la actualidad podemos utilizar un software especí- fico para determinar las dimensiones de los cuerpos vertebrales sobre estudios radiográficos convenciona- les. Esto es también posible realizarlo mediante estu- dios laterales de columna vertebral con DEXA de alta resolución que funciona básicamente como un apara- to de imagen digital de rayos-X35. • Aunque la técnica ha sido empleada en estudios clíni- cos y epidemiológicos, su utilidad en la clínica está aún por establecer36. ■ Se debe hacer un diagnóstico diferencial para excluir causa congénitas, del desarrollo, degenerativas y neoplási- cas (mieloma, metástasis) (Tabla 25). OSTEOPOROSIS NEOPLASIA SCHÜERMANN Deformidad Cuña anterior Cuña posterior Acuñamiento vertebral Bicóncava múltiple Aplastamiento Contornos No desplazada irregulares Espacio de plataformas interdiscal conservado Localización D4-L4 Cervicales-D5L5 Variable Afectación Pedículos NO SÍ NO Otros Signos Aumento Nódulos Osteopenia densidad Schmörl ósea/Osteolísis Epífisis libre Tabla 25.- Diagnóstico diferencial radiológico de afectación vertebral. 56 5.4 Valoración de la Masa Ósea 5.4.1 Densitometría ósea central. Sabemos que la densidad ósea puede medirse con exactitud y seguridad, que las fracturas derivan, al menos en parte, de una masa ósea baja, que el riesgo de futuras fracturas no puede obtenerse con fiabilidad por otras valoraciones clíni- cas y, por último, que se pueden tomar decisiones clínicas basadas en la información obtenida por la medición de la densidad mineral ósea. La medición de la masa ósea tiene tres aplicaciones clínicas: el diagnóstico de la osteoporosis, la predicción del riesgo de fractura y el análisis de la evolución de la masa ósea, de forma espontánea o en relación con una intervención terapéutica. ■ La capacidad predictiva de la densidad ósea en relación con el desarrollo de la fractura es comparable en magnitud a la que tiene la presión sanguínea en relación con el acci- dente vascular cerebral, y es mejor que la del colesterol sérico para la enfermedad coronaria13. El riesgo relativo de fractura aumenta de 1,5 a 2,5 veces por cada disminución de una desviación estándar en la DMO con respecto a con- troles de la misma edad. Existe una relación exponencial entre la pérdida de DMO y el incremento en el riesgo de fractura. Por tanto, no existe un valor determinado de DMO por debajo del cual aparecen las fracturas y por encima del cual no se den. 57 En la actualidad la técnica más ampliamente utilizada -patrón oro- para la medición de la masa ósea es la densitometría por absorciometría radiológica de doble energía (DEXA), por su buena sensibilidad, elevada precisión y fiabilidad, rapidez de medición y baja dosis de radiación (GRADO A). Las personas que cuentan con una densidad mineral ósea (DMO) significativamente más baja que otras de similar edad y sexo, son más susceptibles de padecer fracturas. La DMO justifica hasta un 85% de la resistencia efectiva y por este motivo la medición de la DMO es tan importante para la eva- luación del estado del esqueleto. • La mayor calidad en la capacidad de predicción de fracturas por la densitometría se obtiene cuando las mediciones se efectúan en la misma región que se desea evaluar37. La importancia clínica de las fracturas de columna y fémur proximal, y el hecho de disponer de una mayor proporción de hueso trabecular, con- vierten a estas regiones en las preferidas para el diag- nóstico de osteoporosis (L2-L4, cuello femoral o cade- ra total). • Con la DEXA medimos la t-score, la z-score, densidad mineral ósea y el contenido mineral óseo. La t-score es el valor de la DMO del paciente con respecto a la media de la población adulta joven (20-39 años) del mismo género y la z-score es el valor de la DMO del paciente con respecto a la media de la población de la misma edad y género. • En 1994, auspiciada por la OMS, surgió una definición operativa de osteoporosis como todo valor de la den- sidad mineral ósea inferior a –2,5 desviaciones están- 58 dar del valor medio de la población adulta joven (t- score); además se definieron los conceptos de norma- lidad y osteopenia densitométrica (Figura 5). Aunque inicialmente estas definiciones se realizaron en pobla- ción femenina americana posmenopáusica caucasiana (estudio NHANES III), probablemente sirven también para varones de 50 años cuyas mediciones hayan sido realizadas con DEXA en columna lumbar, cuello femo- ral y fémur total38. ■ A la hora de aplicar la t y z-score es precisoconocer la población de referencia porque los valores absolutos de la DMO variarán de unas poblaciones a otras. Figura 5.- Valores DMO obtenidos por DEXA y significación (n: valor normal en la escala o puntuación; DMO: Densidad de masa ósea; DE: desviación estándar; *valor de la DMO por debajo del cual está la DMO del 90% de pacientes con una o varias fracturas osteoporóticas, coincide con el valor -2 de la escala*Mateo Soria L, Valverde García J. Técnicas no invasivas en el estudio de la osteoporosis. En: Roig Escofet D editor. Enfermedades óseas metabólicas. Prous Editores, 1992; 123-137). 59 ■ Si queremos aplicar la t-score y los criterios diagnósticos de la OMS, debemos utilizar la base de datos del estudio NHANES, que suelen llevar incorporada los densitómetros. Si pretendemos utilizar el z-score, es mejor disponer de los datos de la población local específica. En España, Díaz Curiel publicó los datos de referencia39. ■ Para mujeres premenopáusicas y varones menores de 50 años, la Sociedad Internacional sobre Densitometría clíni- ca, recomienda utilizar la Z-score40. ■ En sujetos ancianos la medición en columna puede resul- tar artefactada por la presencia de cambios degenerativos y calcificación aórtica, por lo que se recomienda la medi- ción en cadera. ■ En pacientes más jóvenes, en el periodo posmenopáusico inmediato, se podría limitar el estudio a columna lumbar. En el resto de los casos se recomienda estudio de columna y fémur proximal. ■ Las mediciones seriadas no se pueden comparar si no están realizadas con el mismo aparato de la misma casa comercial. ■ Es necesario conocer la precisión específica del aparato de medición ya que de ella depende el valor real que debe- mos dar a los cambios longitudinales de la DMO. No debemos olvidar que se puede hacer un diagnóstico clínico de osteoporosis en presencia de fracturas por fragilidad ósea sin importar el valor de la DMO. 60 ■ No se indica la realización de una DEXA si el resultado no con- dicionaría una actitud terapéutica posterior, si no hay posibi- lidad de realizar un seguimiento, si se objetiva una mala cali- dad de vida o si hay contraindicaciones referentes a la perso- na o a la técnica en sí. Indicaciones de la densitometría En consonancia con la evidencia actual, no es operativo reali- zar una densitometría a toda la población para detectar a aquellas personas que tienen osteoporosis o un alto riesgo de fractura; es necesario limitar su uso de tal forma que sea rentable y efectivo, que no se sature realizando mediciones innecesarias a personas de bajo riesgo e impidiendo acceder a ella a aquéllas otras que se van a beneficiar de un trata- miento, para de esta forma hacer un uso correcto de la densi- tometría incrementando la relación coste-beneficio. Es decir, no se aconseja el cribado poblacional. La valoración de la soli- citud de la densitometría debe analizarse desde la perspecti- va de una búsqueda selectiva de casos, priorizando aquéllos con factores de riesgo, sospecha radiológica de osteoporosis y monitorización del tratamiento41,42. Todavía no existe una uniformidad de criterios para indicar una densitometría con fines diagnósticos. Actualmente varias Sociedades proponen criterios de indicación de la prueba: Grupo de expertos de Osteoporosis de la OMS, Fundación Nacional de Osteoporosis (NOF), Sociedad Española de reumatología (SER) y más recientemente se han publicado los propuestos por la Sociedad Internacional de Densitometría Clínica40 (ISCM) (Apéndice II). 61 Entre los objetivos de esta publicación destaca el homologar criterios de indicación de esta prueba para disminuir la variabilidad de actuación y ahorrar costes innecesarios. En base a esto, creemos indicar una DEXA de acuerdo con la edad y otros factores de riesgo Tabla 26. 5.4.2 Densitometría periférica: Se ha introducido recientemente la medición de la masa ósea con DEXA periférico (antebrazo, metacarpo, falange, calcá- neo) y ultrasonidos cuantitativos periféricos. • Mujeres de 65 años o mayores con 2 o más factores de riesgo • Mujeres postmenopáusicas menores de 65 años con 3 o más factores de riesgo para osteoporosis • Varones mayores de 70 años con 2 o más factores de riesgo • Adultos con fracturas por fragilidad ósea • Adultos con una enfermedad o con medicación asociada a baja masa o pérdida ósea • Cuando se considere tratamiento farmacológico para osteoporosis • Durante el tratamiento por baja masa ósea, para monitorizar el efecto del tratamiento • Cuando alguien no esté recibiendo tratamiento y la evidencia de la pérdida ósea podría llevar a iniciar tratamiento • En las mujeres que suspenden tratamiento estrogénico se podría considerar examinar la densidad ósea según las indicaciones listadas arriba. Tabla 26.- Indicaciones de la Densitometría ósea. 62 Se considera que los DEXA periféricos pueden ser útiles en la predicción del riesgo de fractura y en el cribado de estos pacientes y parece mejor tomar decisiones con el apoyo de DEXA periférico que con la simple evaluación de factores de riesgo de la pérdida ósea, cuando no disponemos de DEXA central. ■ Hay que considerar, sin embargo, que el umbral de diagnós- tico no es intercambiable entre los DEXA periféricos y cen- trales. Para asegurar que en pocos pacientes con baja densi- dad mineral ósea se obtengan resultados falsamente nega- tivos es prudente utilizar un punto de corte conservador (T score -1 ó menor) a la hora de seleccionar aquellos que pre- cisan estudio con DEXA central para confirmar osteoporosis. 5.4.3 Ultrasonidos cuantitativos La evaluación con ultrasonidos cuantitativos (QUS) informa sobre microarquitectura y calidad del hueso trabecular, no sobre cantidad ósea como lo hace la DEXA central. ■ Mediante esta técnica se obtiene el BUA (Broadband Ultrasound Atenuation) que representa la atenuación de la onda ultrasónica al atravesar el hueso, y el SOS (Speed of Sound) que representa la velocidad de trasmisión de la onda a través del hueso. A partir de esto se estima la T- score y la DMO estimada, que no es extrapolable a resulta- dos de la DEXA central. Los QUS en calcáneo son los más difundidos, existiendo en nuestro país un amplio estudio de referencia poblacional43. 63 ■ Han demostrado capacidad en la predicción del riesgo de fracturas44-48, similar a la determinación de masa ósea, sien- do, además, un factor predictor independiente de la propia masa ósea. • Ventajas: - Utiliza fuente no radiológica - Bajo coste, rapidez, fácil manejo y transporte. - La precisión de los QUS es aceptable pero, al con- siderar el estrecho rango de variabilidad biológica (rango en el que se sitúa la población), es inferior a la DXA. - El coeficiente de correlación con la DEXA es varía entre 0.66 y 0.8. • Utilidad: - Discrimina entre sujetos normales y pacientes osteoporóticos con riesgo de fractura aumentado y puede proporcionar información respecto al riesgo de fractura y la calidad del hueso si no se dispone de densitometría. - Es un método adecuado para estudios poblacio- nales y de identificación de factores de riesgo49, teniendo como perspectiva la realización poste- rior de una DEXA. - Como método de cribado en mujeres posmeno- páusicas mayores de 65 años, unos valores de DMO estimada en calcáneo por QUS de –2,5 t score o menos aseguraría el diagnóstico de osteoporosis en columna lumbar o cadera por DXA, mientras que valores por encima de –0,05 t score excluirían dicho diagnóstico, pero el 77,9% de la población de dicha edad precisaría la realización de DXA axial para asignar un diagnóstico correcto 50. 64 - En base a criterios epidemiológicos y de correla- ción con la DXA axial, el punto de corte a partir del cual es más probable el diagnóstico de osteopo- rosis se sitúa en una t score entre –1,5 y –1,8, tanto en población americana como aplicando criterios similares en población española51,52. • Inconvenientes: - El coeficiente de correlación con la DEXA disminu- ye cuando se comparan diferentes zonas anatómi- cas (0.3-0.6) - Falta
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