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1 Fisiología del ejercicio anaeróbico El ejercicio anaeróbico es una forma de actividad física de alta intensidad que se lleva a cabo en ausencia de oxígeno suficiente para cubrir las demandas energéticas. Durante el ejercicio anaeróbico, el cuerpo recurre a sistemas de energía que no dependen de la presencia de oxígeno, como el sistema de fosfágeno y el sistema láctico. La fisiología del ejercicio anaeróbico implica respuestas y adaptaciones específicas para satisfacer la demanda energética en estas condiciones. El sistema de fosfágeno es una fuente inmediata de energía en el ejercicio anaeróbico de alta intensidad. Implica la liberación de fosfato de creatina para regenerar ATP, lo que proporciona una ráfaga de energía explosiva. Sin embargo, esta fuente de energía es limitada y se agota rápidamente. Cuando el sistema de fosfágeno se agota, el cuerpo recurre al sistema láctico para producir energía. Esto implica la fermentación láctica, que produce ácido láctico como 2 subproducto. El ácido láctico puede acumularse en los músculos y causar fatiga y dolor muscular. La fisiología del ejercicio anaeróbico implica un rápido aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que permite una mayor circulación de sangre a los músculos activos. El metabolismo anaeróbico es menos eficiente que el aeróbico y conlleva una deuda de oxígeno, lo que significa que el cuerpo necesita tiempo para recuperarse después del ejercicio intenso. El ejercicio anaeróbico tiene beneficios específicos, como el desarrollo de la fuerza y la potencia muscular. Sin embargo, también puede generar fatiga más rápida y una mayor producción de ácido láctico. Las adaptaciones al ejercicio anaeróbico incluyen el aumento de la capacidad del cuerpo para tolerar y eliminar el ácido láctico y la mejora de la resistencia a la fatiga en actividades de alta intensidad. 3 En resumen, la fisiología del ejercicio anaeróbico implica la utilización de sistemas de energía que no dependen de oxígeno, como el sistema de fosfágeno y el sistema láctico, para satisfacer la demanda energética en el ejercicio de alta intensidad. Estas adaptaciones son fundamentales para mejorar la fuerza y la potencia muscular.
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