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Dermatofitosis: aspectos clínicos, epidemiológicos y terapéuticos Amalia del Palacio María S. Cuétara Esther Viedma DEFINICIÓN Los dermatofitos son hongos filamentosos queratinofílicos por su capacidad de degradar la queratina y colonizar e invadir el estrato córneo de piel, pelos y uñas, originando las dermatofitosis o tinea. De forma excepcional en pacientes inmunosuprimidos pueden dar lugar a infecciones subcutáneas –dermis- y profundas.[1] Los dermatofitos se encuadran dentro de tres géneros: Epidermophyton, Trichophyton y Microsporum, con unas 40 especies.[2]. Los tres géneros descritos corresponden a su forma asexual (imperfecta, anamorfa) obtenida in vitro en los medios de cultivo de los laboratorios; también se conoce la forma sexual (perfecta, teleomorfa) de los géneros Trichophyton y Microsporum como Arthroderma. Hábitat Las especies geófilas (telúricas) habitan en la tierra de forma saprofita -a menudo en queratina en descomposición (pelos, plumas o uñas). Ocasionalmente pueden infectarse los animales y el hombre (especialmente manipuladores de tierra como niños o jardineros) (tabla 197-1). Las especies zoófilas se caracterizan porque los animales son el hospedero o reservorio principal y ocasionalmente pueden infectar al hombre dando lugar a formas clínicas muy inflamatorias denominadas kerion. Es necesario que retornen a su huésped habitual para conservar su capacidad patógena. Finalmente, hay especies cuyo único hospedero es el hombre, antropófilas, que de forma excepcional pueden dar lugar a dermatofitosis en animales. Epidemiología y transmisión Los hongos dermatofitos son ubicuos y no hay ninguna zona geográfica ni ninguna población que no esté expuesta a ellos, aunque algunas especies tienen distribución geográfica (tabla 197-1). La infección se adquiere tras contacto con partículas infectivas de forma directa (de hombre o animal, enfermo o portador asintomático) o indirectamente por fómites (peines, sombreros, toallas, muebles y enseres domésticos). En condiciones adversas (calor y desecación) los artroconidios pueden persistir durante años sobre todo si el ambiente es húmedo como duchas, piscinas, etc., y especialmente si se encuentran en material descamado y pelos. Los artroconidios tienen mayor capacidad de adherencia a los corneocitos.[3] Especies Distribución Prevalencia Geófilas Microsporum gypseum. Microsporum fulvum. Microsporum cookei. Microsporum praecox. Microsporum racemosum. Microsporum vanbreuseghemii. Trichophyton ter restre. Mundial. Mundial. Mundial. Francia, EE. UU. Rumanía, Venezuela, EE. UU. Rusia, África, India, EE. UU. Mundial. Ocasional Ocasional Ocasional Infrecuente Infrecuente Infrecuente Infrecuente Zoófilas Microsporum canis (gato, perro). Microsporum gallinae (gallina). Microsporum nanum (cerdo). Microsporum persicolor (puercoespín, topo). Trichopyton equinum (caballo). Trichophyton erinacei (erizo). Trichophyton mentagrophytes var. mentagrophytes. (granular) (roedor) 2. Trichophyton simii (mono). Trichophyton ver rucosum (ganado). Mundial. Mundial. Mundial. Mundial. Mundial. Europa, N. Zelanda, África. Mundial. India. Mundial. Común Rara Infrecuente Rara Rara Ocasional Común Ocasional Común Antropófilas Epidermophyton floccosum. Microsporum audouinii. Microsporum fer rugineum. Trichophyton concentricum. Trichophyton gourvilii. Trichophyton megninii. Trichophyton mentagrophytes var. interdigitale (algodonosa). Trichophyton rubrum. Trichophyton schoenleinii. Trichophyton soudanense. Trichophyton tonsurans. Trichophyton violaceum. Trichophyton yaoundei. Mundial. África y Europa del Este. África, Asia. Pacífico, Asia (Sureste), América Central. Oeste de África. Europa, África. Mundial. Mundial. Europa del Este, África, Asia. África. Mundial. Europa, África, Asia, América Central, Sur África Ecuatorial. Común Común Endémico Endémico Endémico Endémico Común Común Endémico Endémico Común Común Endémico La transmisión de especies antropófilas está bien documentada, por ejemplo, en las minas de carbón hasta el 65% de los trabajadores se encuentran habitualmente infectados en los pies por la utilización de baños comunes, situación que también sucede en colegios, cuarteles y usuarios de piscinas. Es frecuente que el reservorio de especies antropófilas sean portadores asintomáticos; se citan clásicamente los espacios interdigitales de los pies y el cuero cabelludo de niños y de adultos en estrecho contacto con casos índice de tinea capitis. El estado de portador asintomático de especies zoófilas constituye un reservorio infectivo importante en el período postratamiento tras la curación clínica. Sin embargo, estos portadores asintomáticos aunque resultan ser un reservorio de infección, en general, si son seguidos por métodos de laboratorio suelen alcanzar la curación micológica. No se conoce bien la prevalencia de las dermatofitosis en la población general, ya que, aunque se trata de dermatitis infectocontagiosas no son de declaración obligatoria en la gran mayoría de los Tabla 197-1. Clasificación y ecología de los dermatofitos. países pero en el centro de Europa, por ejemplo, las dermatofitosis debidas a Microsporum canis sí son de declaración obligatoria.[4] La prevalencia varía en función del país, del tiempo y de distintos factores como: la ecología de las especies, el clima, el nivel sociocultural, la nutrición, los hábitos de higiene e incluso la inmunidad. La mayor parte de los estudios sobre prevalencia están hechos en poblaciones seleccionadas que acuden al médico o dermatólogo por su sintomatología. Se calcula que de un 10% a un 20% de la población mundial está infectada por hongos dermatofitos.[4] La asociación entre las especies infectantes y las localizaciones anatómicas también varía a lo largo del tiempo debido a factores tales como: higiene personal, migraciones, nivel sociocultural e introducción de nuevas medidas terapéuticas. Después de la Segunda Guerra Mundial, aparecieron cambios epidemiológicos importantes como la introducción en los países desarrollados de Trichophyton rubrum hasta convertirse hoy en día en la especie más prevalente seguida de Trichophyton interdigitale (tabla 197-1).[4] Estas infecciones se caracterizan por ser crónicas y extenderse desde los pies a la ingle e incluso a las manos, afectando finalmente a las uñas de los pies y de las manos. El descubrimiento de América supuso la introducción por los europeos de Trichophyton tonsurans en este continente. En la actualidad es la especie más prevalente de tinea capitis en EE. UU., Canadá y Centroamérica y es responsable, aproximadamente, del 50% de las dermatofitosis de piel lampiña. En Europa, hace 100 años la tinea capitis era la dermatofitosis más frecuente, originada en más del 90% de los casos por Microsporum audouinii y en menor proporción por Trichophyton tonsurans. Sin embargo, hace 50 años estas especies fueron progresivamente reemplazadas por M. canis, con virtual desaparición de Trichophyton violaceum, que era muy frecuente en los países del Mediterráneo. A finales del siglo pasado, distintos estudios efectuados en Europa en poblaciones con alta tasa de inmigración americana y africana han demostrado el resurgimiento de M. audouinii y T. tonsurans.[5] [9] Formas clínicas de dermatofitosis Las infecciones causadas por hongos dermatofitos pueden asentar en individuos sanos o en enfermos inmunodeprimidos en los que aparecen con presentación clínica atípica (figura 197-1) y falta de respuesta al tratamiento convencional. También pueden presentarse en pacientes tratados empíricamente con corticosteroides; se trata de un cuadro clínico paucisintomático denominado tinea incognita (figura 197-2). Figura 197-1. Tinea corporis extensa debida a Trichophytongallinae en un paciente VIH positivo en estadio C3. Figura 197-2. Tiña incógnita en mujer postparto debida a Trichophyton rubrum. Las dermatofitosis engloban distintas entidades clínicas que dependen de la localización anatómica y de la especie infectante. Se denominan con la palabra latina tinea seguida del lugar infectado. Tinea corporis La tinea corporis es la infección por dermatofitos de la piel glabra (cara, tronco y extremidades). Las lesiones son pruriginosas, únicas o múltiples o confluentes y se caracterizan por presentar un borde activo con mayor o menor respuesta inflamatoria, desde mínimo eritema y descamación hasta formas muy inflamatorias con eritema marcado, pústulas y vesículas, ocasionando un borde definido y circinado que se extiende centrífugamente al que debe su característica clínica más relevante (ringworm o herpes circinado) (figura 197-3). De este borde es de donde se deben hacer las tomas de muestras para estudio micológico, pues en el centro de la lesión habitualmente el dermatofito no es viable. Puede aparecer en niños en zonas expuestas de la piel tras contacto con animales domésticos y como brote epidémico entre atletas de deportes de contacto como luchadores (tinea corporis gladiatorum). Figura 197-3. Tinea corporis (herpes circinado) debida a M. canis Una forma especial de tinea corporis crónica es la tinea imbricata debida a Trichophyton concentricum (tabla 197-1), que aparece como maculopápulas de color marrón en las que se despegan las escamas centrales; aparecen fisuras periféricas también con coloración marrón y bordes elevados, que forman anillos concéntricos e imbricados a partir de la lesión inicial. En la tinea corporis poco inflamatoria debe hacerse el diagnóstico diferencial con psoriasis, dermatitis seborreica, pitiriasis versicolor, sífilis secundaria y lupus eritematoso discoide. Las lesiones anulares deben diferenciarse de pitiriasis rosácea, eczema numular y eritema numular centrífugo. Granuloma de Majocchi Se observa con mayor frecuencia en mujeres que tienen onicomicosis o tinea pedis tras la depilación de las piernas. Consiste en la invasión del folículo piloso por T. rubrum con formación de pústulas perifoliculares difíciles de diferenciar de la foliculitis bacteriana, con posterior penetración fúngica de las paredes foliculares y formación de granulomas alrededor del pelo y paso del dermatofito a la dermis. En la zona cutánea afectada aparecen eritema y pápulas perifoliculares con pequeños nódulos e incluso pústulas. Las biopsias cutáneas demuestran la presencia de hongos dermatofitos en la dermis juntamente con su aislamiento en cultivo. El diagnóstico diferencial debe hacerse con piodermas bacterianos, infecciones fúngicas profundas y tuberculosis. Tinea cruris La tinea cruris o eczema marginado de Hebra es más frecuente en hombres que en mujeres, y si bien inicialmente se afectan los pliegues inguinales, puede extenderse al escroto, pliegue perianal, muslos y región púbica. El diagnóstico diferencial debe hacerse con candidiasis, eritrasma, psoriasis, dermatitis seborreica, dermatitis irritativa y dermatitis de contacto. Tinea pedis La tinea pedis o “pie de atleta” (figura 197-4) es la localización más frecuente en la práctica clínica y coexiste a menudo con tinea unguium, tinea cruris e incluso tinea manuum. Puede aparecer de forma aguda o crónica por contacto con artrosporas diseminadas por individuos infectados en piscinas, duchas, gimnasios, vestuarios, etc. La forma aguda generalmente se debe a Trichophyton mentagrophytes var. interdigitale y la forma crónica, a T. rubrum. Figura 197-4. Tinea pedis interdigitale debida a T. rubrum. Las formas interdigitales agudas de tinea pedis comienzan en el cuarto espacio interdigital con ulterior afectación del resto de los espacios interdigitales y de las plantas y el dorso del pie. Se acompañan de intenso prurito, formación de vesículas con tendencia a romperse, confluir y formar fisuras dolorosas. El diagnóstico diferencial debe hacerse con intertrigo candidiásico, hiperhidrosis y eritrasma. La sobreinfección bacteriana origina el llamado “complejo dermatofítico.[10] caracterizado por mayor maceración, mal olor y mala respuesta al tratamiento oral. En la forma inflamatoria o vesicular de tinea pedis aparecen bullae y costras en la superficie plantar (media y anterior) con dolor y prurito. Esta forma clínica impide la marcha y pueden incluso aparecer adenopatías con linfangitis. Debe diferenciarse la tiña inflamatoria del eczema dishidrótico, psoriasis pustular, dermatitis de contacto y enfermedades ampollosas. Pueden aparecer erupciones secundarias a distancia debidas a una reacción inmunológica frente al hongo dermatofito: se trata de erupciones estériles vesiculosas que suelen asentar en palmas y dedos, denominadas “ides”. Se caracterizan por desaparecer cuando se trata la infección primaria. Las formas crónicas de tinea pedis son las que se observan con más frecuencia y sin tratamiento persisten indefinidamente. Se caracterizan por ser pruriginosas, descamativas, secas y con ligero eritema, que al extenderse a las superficies plantar y lateral del pie originan la afectación “en mocasín” (figura 197-5). Debe hacerse diagnóstico diferencial con dermatitis de contacto, psoriasis, eczema y queratodermias. Figura 197-5. Forma crónica de tinea pedis “en mocasín” por T. rubrum. Tinea manuum La tinea manuum (figura 197-6) consiste en una afectación de la superficie palmar y de los espacios interdigitales de las manos. Debe hacerse diagnóstico diferencial con dermatitis de contacto, psoriasis, eczema y queratodermias. Figura 197-6. Tinea manuum debida a T. rubrum. Tinea barbae La tinea barbae (figura 197-7) es una dermatofitosis que afecta al pelo de la barba o el bigote del varón, frecuente cuando el afeitado se realizaba en barbería, pero que en la actualidad se observa raramente. Las especies antropófilas suelen ser poco inflamatorias aunque en zonas rurales con ganadería es posible una etiología zoófila con formación de kerion. A diferencia de los piodermas bacterianos, en la tinea barbae el pelo es friable y se rompe. Figura 197-7. Tinea barbae inflamatoria (kerion) debida a T. mentagrophytes. Tinea capitis La tinea capitis es una infección del folículo piloso del cuero cabelludo, cejas y pestañas, causada por especies de los géneros Microsporum y Trichophyton. Aparece fundamentalmente en niños prepuberales y excepcionalmente en adultos (mujeres posmenopáusicas). Se desconoce la verdadera incidencia de tinea capitis en poblaciones no seleccionadas. Según un estudio prospectivo realizado en población escolar en España en 13.000 niños, la prevalencia de tinea capitis fue del 0,35%, con una asociación significativa a población inmigrante (africana y sudamericana) y a la aparición de especies no autóctonas como T. tonsurans[5] [6] Clínicamente puede tener pocas manifestaciones; se caracteriza por descamación ligera hasta formas muy floridas con alopecia (por destrucción del folículo piloso) o incluso formación de pústulas con adenopatías cervicales y postauriculares dolorosas cuando el agente infectante es de origen zoófilo. Estas adenopatías pueden ser de utilidad diagnóstica para diferenciar la tinea capitis de otras causas de alopecia. Las tiñas microspóricas (M. canis, M. audouinii y M. ferrugineum) (figura 197-8) se reconocen por presentar una placa escamosa blanquecina con escasa o nula inflamación, que puede alcanzar varios centímetros de diámetro, y en la cual se observan pelos rotos que sobresalen cinco o 10 mm de la superficie cutánea como un “campo de trigo”. Figura 197-8. Tinea capitis microspóricapor M. canis. Las tiñas tricofíticas y antropófilas (T. tonsurans, T. violaceum, etc.) (figura 197-9) forman pequeñas placas escamosas con pelos de poca longitud, en forma de W o Z, situados en el espesor de la escama o bien rotos al nivel de la superficie dando un aspecto de “puntos negros”, casi siempre sin inflamación. Cuando la infección se debe a especies zoófilas (T. mentagrophytes var. mentagrophytes, T. verrucosum, etc.) (figura 197-10) se observan placas escamosas de tamaño variable, que se inflaman y se elevan sobre la superficie cutánea; aparecen numerosas pústulas foliculares que dan lugar al kerion. Figura 197-9. Tinea capitis tricofítica debida a T. tonsurans. Figura 197-10. Tinea capitis inflamatoria (kerion) debida a T. mentagrophytes. La tiña favosa (Trichophyton schoenleinii) presenta costras amarillentas, cóncavas y centradas por un pelo denominadas escútulas o cazoletas fávicas. Están formadas por un conglomerado de hifas que origina una foliculitis y con el tiempo alopecia cicatricial por destrucción de la matriz. Es bien conocido el estado de portador asintomático: en él se puede cultivar la especie infectante a partir del cuero cabelludo de personas sin manifestaciones clínicas, adultos y niños, en contacto estrecho con casos índice.[5] [8] El diagnóstico diferencial debe hacerse con alopecia areata, celulitis disecante, impétigo, psoriasis, liquen plano, dermatitis seborreica y lupus eritematoso discoide. Tinea unguium La onicomicosis es la infección por hongos de la unidad ungueal (pie y/o mano) que puede afectar al lecho, tabla o matriz ungueales de forma aislada o en combinación.[11] El término onicomicosis es amplio pues engloba infecciones por hongos dermatofitos, hongos filamentosos no dermatofitos y levaduras. La prevalencia de la onicomicosis en la población general oscila entre 3% y 13% y aumenta por encima de los 60 años. Según un estudio prospectivo estratificado por edades y realizado en España. [12] el 90,3% de las onicomicosis se debían a hongos dermatofitos, el 6,5% a hongos filamentosos no dermatofitos (Scopulariopsis brevicaulis) y el 3,2%, a Candida albicans localizadas en uñas de la mano. En tinea unguium, T. rubrum era la especie con mayor prevalencia (74,2%) seguida de T. mentagrophytes var. interdigitale (12,9%) y T. tonsurans (3,2%).[12] La forma de presentación clínica de las onicomicosis es variable y puede ser encuadrada como: La onicomicosis distal y lateral subungueal (ODLS) o “uña en médula de junco” (figura 197-11) comienza la afectación en el epitelio del lecho ungueal del borde libre de la uña y va extendiéndose hacia la parte más profunda (ventral) de la tabla ungueal y proximalmente hacia la matriz. La sustancia ungueal se sustituye por un material amarillento y friable, mientras que la lámina exterior puede estar infectada o destruida. Los tres signos clínicos mayores independientes son: hiperqueratosis subungueal, onicolisis y paroniquia. Esta forma se observa típicamente en la tinea unguium (T. rubrum, T. mentagrophytes var. interdigitale) y en onicomicosis debidas a S. brevicaulis o Neoscytalidium dimidiatum. En ocasiones, en formas excepcionales de onicomicosis por Candida spp., en pacientes con enfermedad de Raynaud o tratados con corticoides, la lesión comienza con una inflamación del borde periungueal que evoluciona hasta afectar la porción lateral de la tabla ungueal que aparece plisada. Figura 197-11. Tinea unguium (distal y lateral subungueal) debida a T. rubrum. La onicomicosis proximal subungueal (OPS) comienza en la porción ventral del pliegue proximal de la uña y ulteriormente afecta el área proximal de la tabla ungueal hasta llegar a la matriz. Estas formas pueden cursar sin paroniquia (en recidivas de tinea unguium tratadas o algunas debidas a Candida spp.) o con paroniquia (por Candida albicans o por hongos miceliales no dermatofitos como Fusarium solani, S. brevicaulis o Aspergillus spp.). La onicomicosis blanca superficial (OBS) se manifiesta como una mancha blanca lechosa en un punto cualquiera de la superficie de la uña, que se va extendiendo progresivamente. Se debe a dermatofitos (T. mentagrophytes var. interdigitale o a T. rubrum en niños o en pacientes con sida) o a hongos miceliales (Acremonium spp., Fusarium spp., o Aspergillus spp.). La onicomicosis negra superficial (ONS) afecta también al dorso de la tabla ungueal que aparece de color negruzco; generalmente se debe a T. rubrum o a N. dimidiatum. La onicomicosis endonix (OE) es una forma de presentación clínica descrita recientemente que afecta primariamente y casi en forma exclusiva a la tabla ungueal (superficial y profundamente) sin dañar el lecho (sin hiperqueratosis ni onicolisis); se debe a organismos que producen tinea capitis endotrix (Trichophyton soudanense y T. violaceum). La onicomicosis distrófica total (ODT) (figura 197-12) afecta al lecho, la matriz y la tabla ungueales, como consecuencia del estadio final de cualquier forma clínica de onicomicosis. El 50% de las distrofias ungueales se deben a infección fúngica, el resto pueden ser psoriasis (la más común), liquen plano, dermatitis de contacto, onicolisis idiopática, tumores del lecho ungueal y paroniquia congénita. Figura 197-12. Tinea unguium (distrófica total) debida a T. rubrum. Diagnóstico y tratamiento de las dermatofitosis La presunción clínica de dermatofitosis se debe confirmar siempre por examen directo y cultivo con identificación hasta el nivel de especie (figura 197-13). El éxito del estudio micológico se basa en una toma correcta de la muestra.[13] En las lesiones cutáneas producidas por hongos dermatofitos se debe raspar preferentemente del borde activo con un escalpelo desechable ya que dicho borde es el que contiene mayor número de elementos fúngicos viables (figuras 197-14A, 197-14B y 197-14C). De forma complementaria enestudios epidemiológicos, así como en pacientes clínicamente curados como consecuencia del tratamiento, se puede hacer el método del cuadrado de moqueta de Mariat y Adam Campo.[14] que consiste en frotar cinco veces con un cuadrado de alfombra de lana estéril la totalidad de la superficie que se va a examinar (piel glabra o cuero cabelludo) (figuras 197-14C, 197-14D, 197-14E y 197-14F). Figura 197-14. Toma de muestras (A, B, C) de lesiones cutáneas. D. Toma de muestra de paciente con herpes circinado mediante cuadrado de moqueta. E. Implantación en medio de cultivo de la moqueta. F. Aspecto del medio de cultivo inmediatamente después de la implantación. G. Crecimiento masivo de T. tonsurans a los 10 días de la implantación. H. Reverso y anverso de cepillo de plástico estéril para toma de muestras de cuero cabelludo. I. Aspecto del medio de cultivo inmediatamente después de la implantación del cepillo. J. Cultivo semicuantitativo con técnica de cepillo, de portador asintomático de T. tonsurans a los 10 días de la implantación. K. Cultivo masivo de M. canis a los 10 días de la implantación de muestra de un niño con tinea capitis. En las tiñas del cuero cabelludo o de la barba es importante recoger los pelos parasitados, arrancándolos con la raíz intacta, ya que cortarlos es menos eficaz. En muchas ocasiones los pelos se reconocen porque están deslustrados, rotos, friables o se desprenden fácilmente con el raspado o tienen una fluorescencia positiva con la luz de Wood. Con esta técnica M. canis y M. audouinii siempre producen fluorescencia verde, en tanto que Microsporum gypseum y Microsporum nanum solo lo hacen ocasionalmente. T. schoenleinii causa una fluorescencia verde pálida.[13] En las formas de microspórica (ectotrix), los pelos parasitados suelen ser friables y se arrancan con facilidad al raspar con el escalpelo. En las tiñas tricofíticas endotrixlos “puntos negros” son los que deben extraerse con la punta del escalpelo o mediante pinzas (figura 197-13A). Figura 197-13. Examen directo y cultivo. A. Examen directo con KOH de pelo con parasitación endotrix debida a T. tonsurans; B. Examen directo con KOH de tinea corporis debida a M. canis; C. Examen directo de tinea unguium (hifas septadas con artroconidios) debida a T. rubrum; D. Aspecto macroscópico de T. tonsurans; E. Aspecto macroscópico de M. canis; F. Aspecto macroscópico de T. rubrum; G. Aspecto microscópico con azul algodón de lactofenol (x 400) de T. tonsurans; H. Aspecto microscópico con azul algodón de lactofenol (x 400) de M. canis; I. Aspecto microscópico con azul algodón de lactofenol (x 400) de T. rubrum. En el caso de tinea capitis inflamatoria (kerion) los pelos situados en la placa tienen una longitud variable y se pueden extraer con facilidad sin causar dolor al paciente. En esta forma clínica y en el caso de tinea favus, la muestra de las lesiones se debe tomar con asa (el pus folicular) y con cucharilla (cazoletas). En la tinea capitis se pueden hacer tomas con la técnica de la moqueta de Mariat y Adan-Campos y con un cepillo de plástico estéril de diámetro inferior al de la placa figura 197-14H).[13] Consiste en cepillar enérgicamente diez veces el cuero cabelludo y posteriormente implantar las púas del cepillo sobre la superficie del agar (figura 197-14I). Estos métodos de cultivo son extremadamente sensibles y de gran valor para hacer estudios epidemiológicos de niños en contacto con casos de tinea capitis y de animales domésticos sospechosos, así como en pacientes tratados y con curación clínica aparente, para verificar si también ocurrió la curación micológica. Estas dos técnicas tienen el inconveniente de que no permiten la observación directa. En las onicomicosis la toma de las muestras depende de la forma de afectación clínica.[13] • En la ODLS los alicates son esenciales para recoger el material subungueal y cortar los trozos de la parte más proximal de la tabla ungueal, ya que, aunque sea la menos accesible, es la que menos se contamina y la que presenta elementos fúngicos más jóvenes y viables. • En los casos con paroniquia se tomará como muestra complementaria el pus de la lesión acompañante, con torunda o asa estéril, tras una incisión con lanceta o haciendo presión en la porción lateral del dedo. • En la OPS se debe recoger el material decolorado (blanquecino, verde o negruzco) de la porción más profunda de la tabla ungueal más cercana a la cutícula, raspando con el bisturí en la profundidad del surco periungueal; si hay paroniquia acompañante se debe proceder a la toma del pus como previamente se mencionó. • En la OBS para recoger la muestra se raspa con el escalpelo la superficie afectada. • En la ODT se debe obtener de preferencia el material subungueal. Deben tenerse en cuenta además los siguientes puntos: • En el granuloma de Majocchi y en las excepcionales formas profundas de dermatofitosis en inmunodeficientes, las biopsias cutáneas son imprescindibles y demuestran la presencia de hongos dermatofitos en la dermis y tejidos más profundos. Además, permiten el aislamiento de la especie infectante en cultivo. • En las lesiones dolorosas e inflamatorias (kerion) o en niños pequeños puede resultar difícil la toma de muestras. En estos casos, el uso de una torunda humedecida con solución salina estéril sobre la zona afectada puede ser el único medio de conseguir una muestra. Con esta técnica es posible obtener cultivos positivos, aunque los resultados negativos no excluyen la infección.[13] • En la tinea unguium la piel adyacente suele estar afectada, por lo que en estos casos hay que procesar por separado las muestras cutáneas, ya que el cultivo de estas últimas es más sensible que el procedente de las uñas.[13] El examen microscópico directo es ineludible, permite un diagnóstico presuntivo rápido y con ello la instauración de un tratamiento inmediato sin tener que esperar al crecimiento de los cultivos (figura 197-13 B). Su sensibilidad varía según la experiencia del micólogo clínico, la etiología, la forma clínica y la muestra (cantidad y calidad de la misma). En tinea unguium la sensibilidad del examen directo es superior a la del cultivo: en la primera muestra es de 73,8% con un valor predictivo positivo de 75,8%; sin embargo, con un seguimiento de muestras se alcanza una sensibilidad en torno al 100%.[15] El cultivo es un procedimiento de diagnóstico lento, más sensible que el examen directo (excepto en onicomicosis) y específico, que permite establecer con certeza el diagnóstico etiológico del género y la especie (figuras 197-13D, 197-13E, 197-13F, 197-13G, 197-13H y 197-13I).[16] Es muy importante la identificación de la especie infectante en pacientes con tinea capitis pues ella es la que determina la elección del tratamiento antifúngico y la pauta que se va a utilizar. Para establecer el diagnóstico de onicomicosis causadas por otros hongos filamentosos no dermatofitos y por levaduras es necesario tener en cuenta que: • No debe existir un examen directo compatible con dermatofito (hifas septadas regulares y estrechas con frecuentes artroconidios) (figura 197-13C), ni aislamiento de hongo dermatofito. • Lo observado en el examen directo debe ser compatible con la especie aislada en cultivo. • Repetido aislamiento de la misma especie fúngica en muestras ulteriores, también con resultado del examen directo compatible.[15] Tratamiento Las dermatofitosis no tienen curación espontánea y por consiguiente es necesario establecer un tratamiento específico así como medidas preventivas para evitar la transmisión y las recaídas. Tratamiento tópico de las dermatofitosis En la tabla 197-2 se presentan las indicaciones y los principios activos potencialmente útiles y disponibles desde hace más de 60 años para el tratamiento tópico de las dermatofitosis. La terapia tópica se caracteriza por su baja toxicidad y pocos efectos secundarios. Se basa en que el principio activo alcance la suficiente concentración en la capa córnea, donde en los queratinocitos se encuentran los hongos dermatofitos. Los signos y síntomas que aparecen en los individuos infectados se deben a la inflamación aguda o crónica de la dermis. Por ello, cuando se aplican tópicamente los antifúngicos, es necesario que tengan capacidad de penetrar en las células del estrato córneo para que se llegue a producir la curación. La gran mayoría de los principios activos son fungistáticos frente a los dermatofitos, cuyo crecimiento retrasan cuando se aplican tópicamente; entonces dichos hongos se eliminan finalmente con la renovación cutánea hasta llegar a la curación. Con base en ello, el tratamiento tópico debe mantenerse hasta tres a cuatro veces el período de renovación de la capa córnea, que en la piel glabra es de dos semanas, mientras que en zonas hiperqueratósicas como las plantas es de hasta tres meses. Esto supondría que en el caso de tinea manuum (palmar) y tinea pedis (plantar) habría que mantener el tratamiento tópico al menos por cuatro o cinco meses; esto es inviable en la práctica, porque cuanto más largo es un tratamiento tópico menor es el cumplimiento terapéutico por parte del paciente. Indicaciones • Extensión limitada de las lesiones. • Pacientes con interacciones con antifúngicos orales. • Pacientes que rechacen el tratamiento oral. • Como adyuvante del tratamiento oral para acortar, mejorar o limitar este último. • Como uso profiláctico para evitar recaídas postratamiento oral. • Pacientes en los que el tratamiento oral esté contraindicado (embarazo, lactancia etc.). Principios activos Derivados morfolínicos • Amoralfina.Alilaminas y derivados bencilaminas • Naftifina. • Terbinafina. • Butenafina. Derivados azólicos • Bifonazol, Butoconazol, Clotrimazol, Croconazol, Eberconazol, Econazol, Fenticonazol, Flutrimazol, Isoconazol, Ketoconazol, Miconazol, Omoconazol, Oxiconazol, Sertaconazol, Sulconazol, Terconazol, Tioconazol. Derivado de la piridona • Ciclopiroxolamina. Misceláneos • Griseofulvina tópica, Haloprogina, Pomada de Whitfield, Ácido undecilénico, Úrea, Ácido láctico. Causas posibles de fallo del tratamiento tópico • Diagnóstico incorrecto de dermatofitosis. El examen directo y el cultivo siempre son necesarios. • Indicación incorrecta del tratamiento tópico.0 • Aplicación incorrecta: en forma o tiempo. En el caso de tratamiento de dermatofitosis de piel glabra, es aconsejable prolongar su aplicación hasta dos semanas después de conseguir la curación clínica completa. La mayoría de los compuestos incluidos como misceláneos en la tabla 197-2 eran los que se Tabla 197-2. Tratamiento tópico. utilizaban en los años 50 del pasado siglo (excepto la griseofulvina tópica que fue formulada 30 años después de la síntesis de la formulación oral). Los azoles tópicos fueron introducidos en los años 60, y al compararlos en estudios con el haloprogin y la pomada de Whitfield mostraron tener mayor actividad que estos últimos con la desventaja de su costo superior. Un inconveniente del haloprogin y la pomada de Whitfield es la irritación frecuente responsable de mala tolerancia y por consiguiente del incumplimiento por parte del enfermo. Estos efectos irritativos pueden aparecer rara vez con los derivados azólicos. En la actualidad en los países desarrollados ya no se utilizan el haloprogin, la pomada de Whitfield, etc., que han sido sustituidos por distintos compuestos antifúngicos (ciclopiroxolamina, derivados morfolínicos, azólicos y alilaminas). De todos ellos se encuentran distintas formulaciones tales como: lociones, cremas, pomadas, gel, champú, polvo, laca ungueal; se debe considerar la preferencia por parte del paciente de una determinada formulación porque aumenta el cumplimiento terapéutico. Algunas de estas formulaciones con excipiente alcohólico no se deben utilizar (por su mala tolerancia) en el tratamiento de dermatofitosis con fisuras como en formas de tinea pedis interdigitale o cuando exista denudación del estrato córneo. En general los primeros antifúngicos tópicos introducidos en la práctica clínica se basaban en ensayos clínicos con aplicación cada 12 horas, como por ejemplo el clotrimazol, considerado por otra parte el antifúngico tópico de referencia en las micosis superficiales. Los siguientes derivados azólicos introducidos seguían utilizando esta misma pauta (miconazol, ketoconazol, etc.) y el bifonazol fue el primer azólico que se aplicaba una sola vez al día, seguido del resto de imidazoles, alilaminas y derivados morfolínicos. Diversos estudios cinéticos han puesto de manifiesto que no hay diferencia entre una y dos aplicaciones diarias. Es aconsejable instruir al paciente para que diariamente lave con jabón y seque la lesión que se va a tratar y que la medicación tópica se extienda suavemente hasta alcanzar dos centímetros de la piel sana adyacente. Es fundamental, asimismo, evitar la humedad, la oclusión y la maceración provocadas por zapatos o ropa ajustada de fibras artificiales. Una característica importante del tratamiento antifúngico tópico con azólicos y alilaminas es que estos poseen una actividad antiinflamatoria elevada que intrínsecamente conlleva la mejoría subjetiva rápida de los síntomas.[17] Utilizando distintas formulaciones comerciales antifúngicas in vivo en humanos, las alilaminas y la ciclopiroxolamina tienen mayor actividad antiinflamatoria; la del ketoconazol es intermedia. Se desconoce el mecanismo de acción de esta actividad antiinflamatoria. Se dispone comercialmente de formulaciones tópicas antifúngicas con incorporación de corticoides. En general se desaconseja su utilización. Tratamiento oral de la dermatofitosis El tratamiento oral es obligado en los casos de tinea capitis, tinea barbae, tinea unguium, lesiones con afectación del folículo piloso (foliculitis), lesiones múltiples o con gran extensión cutánea, lesiones muy inflamatorias o muy hiperqueratósicas (palmas y plantas) y en el caso de intolerancia al tratamiento tópico, falla del mismo o recurrencia de la enfermedad.[18] En la tabla 197-3 se presentan las características principales de los antifúngicos orales útiles para el tratamiento de las dermatofitosis. Griseofulvina Fluconazol Itraconazol Terbinafina Unión a la Baja Baja Fuerte Fuerte Tabla 197-3. Caracteristicas de los antifúngicos orales para el tratamiento de las dermatofitosis. queratina Excreción por el sudor Alta Alta Moderada Baja Afinidad por la grasa Baja Baja Alta Alta Mecanismo de acción Disrupción del huso mitótico. Inhibición de la 14 a lanosterol- demetilasa Inhibición de la 14 a lanosterol-demetilasa. Inhibición de la escualeno-epoxidasa. Acción fungicida No No No Sí Dosis Tinea corporis Micronizada 20 mg/kg/d x 2-4 ss. Ultramicronizada 15 mg/kg/d x 2-4 ss. 150-300 mg/una dosis semanal x 2-4 ss. 200 mg/d x 1 ss* 100 mg/d x 2 ss* 250 mg/d x 4 ss Tinea cruris Micronizada 20 mg/kg/d x 2-4 ss. Ultramicronizada 15 mg/kg/d x 2-4 ss. 150 mg/d x 2-3 ss. 200 mg/d x 1 ss*100 mg/d x 2 ss* 250 mg/d x 2-4 ss Tinea pedis y Tinea manuum Ineficaz. 150-300 mg/una dosis semanal >8 ss 100 mg/d x 8 ss. 200 mg/12h x 1 ss* 100 mg/d x 4 ss* 250 mg/d x 2-6 ss Tinea barbae Micronizada 20 mg/kg/d x 4-6 ss. Ultramicronizada 15 mg/kg/d x 4-6 ss. 150-300 mg/una dosis semanal x 4-6 ss 200-400 mg/d >4 ss. 200 mg/d x 4-6 ss 250 mg/d x 4-6 ss Tinea capitis Micronizada 20-25 mg/kg/d x 8-16 ss. Ultramicronizada 15 mg/kg/d x 8-16 ss. Disponible en algunos países. Suspensión micronizada 125 mg/5 mL. Dosis: 6 mg/kg/d. D. adulto: 200 mg/d x 3-6 ss. D. pediátríca: 6 mg/kg/d x 3-6 ss. Disponible en algunos países suspensión a 10 mg/mL o 40 mg/mL. Dosis: 5 mg/kg/d. D. adulto: 200 mg/d mínimo 6 ss D. pediátrica: mayoría: 100 mg/d. Niños más pequeños: 100 mg días alternos. Formulación líquida con ciclodextrina disponible. Dosis adulto: 250 mg/d mínimo 6 ss. Dosis pediátrica (gránulos): <25 kg peso: 125 mg/d 25-35 kg peso: 187,5 mg/d. >35 kg peso: 250 mg/d mínimo 6 semanas. Dosis pediátrica (comprimidos): 10-20 kg peso: 62,5 mg/d 20-40 kg peso: 125 mg/d >40 kg peso: 250 mg/d mínimo 6 semanas. Tinea unguium Ineficaz 150-300 mg/dosis semanal x 6-12 meses (poca experiencia disponible). Uña de pie: 200 mg/d x 12 ss (tto. continuo). Uña de mano: 200 mg/12 h en semanas 1 y 5 (tto. pulsátil). Uña de pie: 250 mg/d x 12-16 ss. Uña de mano: 250 mg/d x 6 ss. El tiempo de tratamiento es orientativo, dependiendo este de la respuesta clínica. ss: semanas; d: día; h: horas Desde su introducción clínica por Gentle.[19] en los años 60, la griseofulvina sigue siendo el medicamento de elección para el tratamiento de las dermatofitosis (excluyendo tinea unguium y zonas hiperqueratósicas de pies y manos), con la ventaja adicional de su bajo costo. Su espectro de acción es estrecho y específico, ya que solo es efectiva para el tratamiento de lesiones por hongos dermatofitos. Su biodisponibilidad es variable en función de la ingesta y de la formulación. Es recomendable administrarla con la ingesta rica en grasa, así como en formulaciones micronizadas y ultramicronizadas. Se ha desarrollado una formulación en solución que facilita su uso en niños pequeños con dificultad para tragar las tabletas; sin embargo, debido a no ser rentable económicamente, solo está disponible en pocos países (EE. UU.).[18] En general es bien tolerada, aunque es frecuente que aparezca cefalea en los primeros días de tratamiento,pero desaparece después de suspenderla. La intolerancia digestiva (náuseas, vómitos, dispepsia, etc.) puede llegar a ser intensa y requerir la interrupción del tratamiento. Ocasionalmente produce hepatotoxicidad y rara vez fotosensibilidad e intolerancia al alcohol. La concentración máxima de griseofulvina se consigue en la capa más externa del estrato córneo; una vez que la alcanza, su liposolubilidad y su unión reversible a las proteínas hacen que cuando se interrumpe la administración del fármaco su nivel en el estrato córneo caiga abruptamente. Esto lleva a que en los pacientes tratados con griseofulvina se la deba administrar hasta la completa curación clínica. La dosis recomendada es de 20 mg/kg/día de la forma micronizada, que incluso hay que elevarla hasta 30-35 mg/kg/día en niños con tinea capitis. No se han descrito resistencias secundarias al fármaco. El fluconazol es un triazol hidrosoluble y extremadamente bien absorbido independientemente de la ingesta o de la acidez gástrica. Tiene alta biodisponibilidad y buena difusión tisular, baja unión a proteínas plasmáticas, vida media de 22-30 horas y alcanza niveles estables a los seis a 10 días de iniciar el tratamiento. Su eliminación de la piel es más lenta que la plasmática y que la de la griseofulvina. La mayor parte de el medicamento se excreta en forma activa por la orina, y en enfermos con insuficiencia renal se requiere ajuste de dosis. Para el tratamiento en pediatría tiene la ventaja de estar disponible en suspensión oral de agradable sabor. Aparecen efectos secundarios en aproximadamente 16% de los enfermos, los más frecuentes son las náuseas, vómitos y alteración de la función hepática.[18] El itraconazol es un triazol poco hidrosoluble, por lo que requiere su ingesta con comida grasa o con bebidas con cola para facilitar su absorción. Se une a proteínas plasmáticas en una alta proporción y debido a su vida media de 20-60 horas, alcanza concentraciones estables a las dos semanas de su administración diaria. Sin embargo, por su liposolubilidad alcanza altas concentraciones terapéuticas en la piel y las uñas, donde permanece después de suspender su administración (hasta cuatro semanas en la piel y de cuatro a seis meses en las uñas). El 65% se elimina en las heces y el 35% en la orina en forma de diversos metabolitos. No requiere ajuste de dosis en la insuficiencia hepática o renal. El itraconazol está disponible en cápsulas de 100 mg y como solución en ciclodextrina que aumenta su biodisponibilidad, aunque puede causar complicaciones tales como diarrea grave, además esta formulación está contraindicada en niños. La hepatotoxicidad es también posible y se debería monitorizar la función hepática en tratamientos prolongados por más de un mes.[18] La terbinafina es una alilamina fungicida absorbible por vía oral, con una biodisponibilidad del 70%-80%, que alcanza altas concentraciones en el plasma a las dos horas de su administración, aunque su unión a las proteínas plasmáticas es fuerte. Tiene una importante liposolubilidad, con altas concentraciones en la piel y estructuras cutáneas. El 80% se elimina en la orina en forma de metabolitos. Requiere ajuste de dosis en enfermos con disfunciones graves hepáticas o renales. Cuando se suspende el tratamiento con terbinafina, la concentración en el estrato córneo permanece elevada durante ocho semanas y esto lleva a la utilización de pautas cortas de tratamiento. La incidencia de efectos adversos es aproximadamente del 10%; casi todos ellos aparecen en las primeras semanas de tratamiento y desaparecen si se continúa su administración. Está disponible en comprimidos de 250 m.[18] y en gránulos de 125 mg y 187,5 mg en EE. UU., y en algún otro país está pendiente de aprobación sanitaria. Esta formulación está indicada para el tratamiento de tinea capitis en niños de cuatro años o mayores de esta edad; la posología recomendada es de 125 mg/día para niños con menos de 25 kg de peso, de 187,5 mg/día para los que pesan de 25-35 kg y se reserva la dosis de 250 mg/día para los niños con más de 35 kg de peso. Pautas de tratamiento según la forma clínica Las dermatofitosis requieren distintas pautas de tratamiento dependiendo del lugar anatómico y de la especie infectante. El tratamiento tópico se utiliza para lesiones localizadas o leves y el tratamiento oral es obligado en los casos de tinea capitis, tinea barbae, tinea unguium, lesiones con afectación del folículo piloso (foliculitis), lesiones múltiples o con gran extensión cutánea, lesiones muy inflamatorias o muy hiperqueratósicas (palmas y plantas) y en el caso de intolerancia al tratamiento tópico, falla del mismo o recurrencia de la enfermedad.[18] Tinea corporis El tratamiento tópico con imidazoles logra la curación en aproximadamente el 80% de los casos.[20-23] La amoralfina y las alilaminas son alternativas posibles.[24-27] En algunos casos el tratamiento tópico es insuficiente y el agente oral de elección es la griseofulvina durante cuatro semanas en promedio.[28- 29] El itraconazol, la terbinafina y el fluconazol pueden ser otras alternativas cuando se administran de una a cuatro semanas en promedio (tabla 197-3). Tinea cruris Generalmente se usa el tratamiento tópic.[20] [27] pero en casos debidos a T. rubrum con afectación crónica y foliculitis se requiere tratamiento oral (tabla 197-3).[28] [29] Las recaídas suelen ser más frecuentes cuando se trata con griseofulvina. Los esteroides tópicos están desaconsejados. Tinea pedis y tinea manuum El tratamiento de la tinea pedis y la tinea manuum depende del tipo y de la gravedad. Las formas agudas y crónicas interdigitale.[18] [30] de tinea pedis y tinea manuum se pueden tratar tópicamente con imidazoles (econazol) y ciclopiroxolamina que tienen la ventaja de ser también activos frente a bacterias grampositivas causantes de infecciones secundarias. Los imidazoles tienen que ser aplicados durante tres a seis semanas.[21] [27] Cuando en la tinea pedis hay sobreinfección con bacterias gramnegativas, los imidazoles son ineficaces.[10] en estos casos es recomendable el uso de antisépticos como el permanganato potásico o la solución de cloruro de aluminio al 20%-30%, que deben utilizarse dos veces al día. Si existe evidencia microbiológica de celulitis bacteriana debe administrarse un antibiótico oral. Las alilaminas se pueden utilizar tópicamente durante períodos más cortos.[31] Es de destacar que el tratamiento oral de la tinea pedis interdigital con griseofulvina es ineficaz porque rara vez se consigue la curación micológica y la infección suele recurrir.[18] La utilización de terbinafina oral (250 mg/día) o itraconazol (200 mg/día) durante dos semanas puede lograr una tasa de curación en torno al 70%.[31] El problema de la tinea pedis interdigital es su tasa de recurrencia extremadamente alta, especialmente en los casos debidos a T. rubrum. Los polvos antifúngicos en el interior del calzado se pueden utilizar profilácticamente en climas húmedos y calientes, con la finalidad de evitar la reinfección. En las formas hiperqueratósicas y extensas de tinea pedis y tinea manuum (formas en mocasín o palmares) se requiere tratamiento oral (tabla 197-3); en general, la griseofulvina es ineficaz con altas tasas de recaídas.[18] Con triazoles y alilaminas la duración del tratamiento ha quedado reducida lo que conlleva un mejor cumplimiento. Los emolientes como ácido láctico o úrea se pueden utilizar como coadyuvantes cuando la descamación y la hiperqueratosis son intensas. Las formas vesiculares se deben tratar simultáneamentecon medicación tópica y oral durante cuatro a seis semanas. Tinea barbae Requiere tratamiento simultáneo oral y tópico de cuatro a seis semanas con itraconazol y terbinafina (tabla 197-3).[18] Tinea capitis Para que la terapia sea eficaz el medicamento debe penetrar en el folículo piloso. Los agentes tópicos (gel de ketoconazol al 2%, champú de sulfuro de selenio al 1%) tienen una penetración muy restringida en el folículo piloso y únicamente ayudan a erradicar los conidios o esporos superficiales presentes en el pelo y que constituyen un reservorio infectivo importante, disminuyendo el riesgo de contagio. La griseofulvina sigue siendo el tratamiento de elección en tinea capitis. Aunque la dosis de 10 mg/kg/día de griseofulvina micronizada fue efectiva en el tratamiento de la tinea capitis hace cuatro o cinco décadas, en la actualidad el Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia Americana de Pediatrí.[32] recomienda dosis mayores que oscilan entre 20-25 mg/kg/día de la preparación micronizada y de 10-15 mg/kg/día de griseofulvina ultramicronizada. Al investigar la tasa de recurrencia de tinea capitis en niños tratados con griseofulvina micronizada utilizando la dosis convencional (15 mg/kg/día) y los tratados con dosis mayores (20-25 mg/kg/día) se encontró una clara relación entre la dosis utilizada y el porcentaje de recurrencia: los tratados convencionalmente tenían mayor probabilidad de recaídas, mientras que la tasa de recurrencia y la falla terapéutica eran raras en los niños tratados con dosis más altas.[33] La duración del tratamiento es generalmente de seis a ocho semanas aunque se recomienda continuarlo hasta conseguir la curación clínica y micológica que en algunos pacientes puede requerir de 12-16 semanas, especialmente en los niños con tinea capitis por M. canis.[34] La Academia Americana de Pediatría recomienda continuar el tratamiento hasta dos semanas después de la desaparición de los síntomas.[32] En el caso de la infección por M. canis el tratamiento puede ser incluso más largo de 16 semanas y se requiere más tiempo de tratamiento que en los casos debidos a T. tonsurans; las tasas de curación micológica varían entre 70% y 100% dependiendo del organismo infectante, la dosis utilizada y la duración del tratamiento.[35] Según Gupta.[36] la griseofulvina consigue una tasa de curación del 88% en los casos de infección debida a Microsporum pero es significativamente más baja (67%) en los debidos a Trichopyton spp. Dado que los tratamientos prolongados aumentan el riesgo de bajo cumplimiento y las fallas ocasionadas por el mismo.[34] se han utilizado tratamientos monodosis (2 a 3 gramos) y pautas intermitentes o pulsátiles (25 mg/kg dos veces por semana) especialmente en países en desarrollo, con la finalidad de reducir el costo y aumentar el cumplimiento. Otras alternativas para el tratamiento oral de tinea capitis incluyen la terbinafina, el itraconazol y el fluconazol (tabla 197-3). La terbinafina se ha utilizado desde mediados de los años 90 en el tratamiento de dermatofitosis en niños; la mayor parte de los estudios pediátricos se han realizado en niños con tinea capiti.[18] En la mayoría de los estudios publicados T. violaceum y T. tonsurans eran los agentes infectantes con una respuesta clínico-micológica favorable en torno al 93% con pautas de cuatro semanas y dosis en relación al peso (tabla 197-3). Estudios para valorar la eficacia de la terbinafina en tinea capitis han demostrado que si bien es eficaz en el tratamiento de la tinea capitis endotrix (T. tonsurans, T. violaceum) es poco eficaz en el tratamiento de casos de tinea capitis microspóricas (M. canis, M. audouinii y M. ferrugineum).[18] [37] [38] Está disponible en comprimidos de 250 m.[18] y en gránulos de 125 mg y 187,5 mg en EE. UU.[38] El itraconazol tiene una eficacia terapéutica equivalente a la de la griseofulvina en el caso de T. capitis debidas a M. canis cuando se administra en dosis de 100 mg durante seis semanas.[39] Por ello parece razonable elegirlo como primera alternativa de tratamiento en niños con tinea capitis microspórica, que no responden a dosis altas de griseofulvina con tratamiento prolongado o que tienen intolerancia a este fármaco. Está disponible en cápsulas de 100 mg y en solución oral con ciclodextrina; su dosificación es más problemática (tabla 197-3) y en general se desaconseja utilizar la formulación líquida en niños. El fluconazol se encuentra disponible en formulación líquida y en tabletas; diversos estudios con terapia continua o pulsátil en tinea capitis por Trichophyton han demostrado su utilidad a la dosis de 6 mg/kg/día (tabla 197-3).[33] En casos de kerion se pueden administrar glucocorticoides por vía oral con la finalidad de reducir la formación de cicatrices (alopecia secundaria permanente), a una dosis de 1 mg/kg/día de prednisona durante dos semanas. El tratamiento coadyuvante se basa en la utilización de gel de ketoconazol (2%) o de sulfuro de selenio (2,5%) con el fin de minimizar la dispersión de conidios infectivos del pelo. Algunos estudios han demostrado que hasta el 30% de los adultos expuestos a T. tonsurans tienen cultivos positivos y son portadores asintomáticos. La alta contagiosidad intrínseca de la tinea capitis plantea la controvertida decisión de cuándo el niño afectado por ella puede volver al colegio. La Academia Americana de Pediatrí.[32] aconseja que los niños vayan al colegio sin necesidad de cortarse o afeitarse el pelo, ni de emplear gorros. Otro problema por resolver es el de si los portadores asintomáticos de dermatofitos en el cuero cabelludo (figura 197-14) deben ser o no tratados. El estado de portador puede darse en individuos con tinea capitis en el período postratamiento, en compañeros de clase y en familiares del caso índice. Dicho estado puede durar hasta ocho meses y representa una fuente infectiva potencial para la comunidad. Gree.[40] y otros autore.[5-7] mantienen la utilidad de hacer cultivos cuantitativos de cuero cabelludo y en caso de recuento masivo se recomienda el tratamiento tópico con gel de ketoconazol, así como en casos en que se aísla T. tonsurans (incluso con recuentos bajos) debido a la alta contagiosidad de esta especie. Tinea unguium La onicomicosis causada por hongos dermatofitos se denomina tinea unguium. Es una enfermedad crónica y recalcitrante que afecta casi exclusivamente a la población adulta y requiere tratamiento porque su curación espontánea es muy improbable. Para el dermatólogo es un desafío terapéutico pues se trata de la infección fúngica superficial con tratamiento más difícil y problemático. Diversas razones apoyan el tratamiento de la misma: sin tratamiento las onicomicosis empeoran y llegan a afectar a la totalidad de las uñas; son un reservorio infectivo importante; pueden promover episodios de celulitis y tromboflebitis y empeoran la calidad de vida de pacientes ancianos.[18] [41] El tratamiento debe basarse en el diagnóstico etiológico mediante la visión directa y el cultivo (figuras 197-13C, 197-13F y 197-13I). Para la elección del tratamiento deben tenerse en cuenta los ensayos clínicos en los que estén perfectamente definidos los criterios de curación o eficacia real (respuesta clínica completa con curación micológica), así como el costo económico y los efectos secundarios adversos como consecuencia del mismo.[41] [42] Los estudios clínicos publicados sobre el tratamiento de onicomicosis tienen en general serios problemas metodológicos pues en ellos los enfermos no están estratificados en cuanto a la extensión y gravedad de la lesión, no está bien definido el momento en que debe de hacerse la valoraciónfinal, no existe en general seguimiento a largo plazo para ver la tasa de recaídas y lo más importante es que no están bien definidos los criterios de eficacia. El tratamiento tópico de tinea unguium debería ser restringido a pacientes en los que el tratamiento oral estuviera contraindicado o que rechazaran la terapia sistémica.[18] [41] [42] Se debe tener en cuenta que dicho tratamiento tópico aislado es en general ineficaz, excepto en la OBS y las formas clínicas limitadas al tercio distal, y que se lo debe mantener hasta la completa curación clínica y micológica.[41] Existen diversas medicaciones tópicas: soluciones de tioconazol al 28%, ciclopiroxolamina al 8%, amoralfina al 5% y finalmente bifonazol al 1% con crema de úrea al 40% para tratamiento oclusivo ungueal. Todos ellos cuando se utilizan de forma aislada producen bajísimas tasas de curación y remisión.[18] [41] [42] La mayor parte de los estudios clínicos publicados sobre terapia tópica en tinea unguium tienen serias limitaciones pues carecen de grupo control y se encuentran publicados en suplementos carentes de revisores independientes.[41][42] La griseofulvina era el único tratamiento oral disponible para tinea unguium antes de la síntesis de los azólicos y las alilaminas. Tenía varios inconvenientes como requerir largo tiempo de tratamiento (hasta 18 meses en tinea unguium de pies) con una tasa de curaciones inferior al 30% y tasa alta de recaídas, en torno al 50%.[18] Actualmente no se utiliza para el tratamiento de tinea unguium. Aunque con el fluconazol se hicieron algunos estudios hace una década, con base en su penetración en la uña a través de la matriz y el lecho ungueal, no ofrece en la práctica clínica aportaciones terapéuticas que apoyen su uso. El médico y el enfermo deben conocer las limitaciones del tratamiento oral en tinea unguium, con la finalidad de tomar una decisión racional basada en buena información: no pueden esperarse curaciones completas (clínico-micológicas) superiores al 35%-50% cuando se utiliza la terbinafina en tratamiento continuo o del 25%-40% con itraconazol continuo.[43] En cualquier caso, cuando se comparan estos dos antifúngicos la terbinafina resulta ser superior al itraconazol. En un estudio multicéntrico, aleatorizado y comparativo en 508 enfermos la tasa de curación completa (clínica y micológica) fue del 46% y 23% para la terbinafina y el itraconazol, respectivamente, a las 12 semanas de tratamiento; y del 55% y 26% después de las 16 semanas de terapia.[44] Un estudio con terbinafina en el que se comparó la terapia continua (250 mg/día durante tres meses) frente a la terapia pulsátil (500 mg/día una semana al mes por tres meses) demostró que la terapia continua era superior a la pulsátil (40,5% de curación completa frente al 28%, respectivamente).[45] A largo plazo (cinco años) una ventaja adicional de la terbinafina es que tiene menor tasa de recaídas, como lo demuestra un estudio hecho en Islandia en que solo recayeron el 23% del grupo tratado con terbinafina frente al 53% del grupo tratado con itraconazol.[46] y es aún menor cuando los pacientes se tratan cuatro meses en lugar de tres (25% frente a 30% de recaídas).[47] Los efectos secundarios debidos a la terbinafina aparecen en menos del 1% de los enfermos y consisten en dolor de cabeza, alteraciones gastrointestinales y ocasionalmente erupción. En el 1% de los enfermos puede originar toxicidad hepática fatal, y se recomienda monitorizar la función hepática en la cuarta o sexta semana del tratamiento, así como no emplearla en pacientes con enfermedad hepática crónica o activa.[41] Los efectos secundarios del itraconazol resultan ser similares a los de la terbinafina, aunque a diferencia de esta también puede aparecer insuficiencia cardíaca congestiva. Los efectos secundarios del itraconazol pueden disminuir cuando se administra de forma pulsátil. Todas las interacciones con otros fármacos quedan incluidas en la tabla 197-4. Griseofulvina Fluconazol Itraconazol Terbinafina Medicamentos que incrementan los niveles séricos de antifúngico Ninguna Hidroclorotiazida. Ninguno. Cimetidina. Medicamentos que disminuyen los niveles séricos de antifúngico Fenobarbital. Rifampicina. Rifampicina. Rifabutina. Isoniacida. Fenitoína. Antiácidos (alcalinos, anti-H2, anticolinérgicos, omeprazol, sucralfato). Fenobarbital. Carbamacepina. Rifampicina. Fenobarbital. Terfenadina. Medicamentos cuyos niveles séricos pueden incrementarse con el antifúngico Etanol. Warfarina Antidiabéticos orales. Fenitoína. Ciclosporina. Anti-H1 (terfenadina, astemizol). Tacrolimus. Difenilhidantoína. Barbitúricos. Rifabutina. Teofilina. Zidovudina. Metadona. Etinil-estradiol. Alfentanilo Antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, nortriptilina). Aumenta el efecto anticoagulante de los cumarínicos. Teofilina. Fenitoína. Warfarina. Ciclosporina. Tacrolimus. Difenilhidantoína. Barbitúricos. Benzodiacepinas (triazolam, alprazolam, midazolam, temazepam, y clordiacepóxido). Anti H1 (terfenadina, astemizol). Inhibidores de la proteasa del VIH (saquinavir, ritonavir). Antidiabéticos orales. Cardiotónicos: digoxina. Insulina. Corticoides. Felodipine. Midazolam. Cisaprida. Calcioantagonistas. Busulfán. Corticoides. Aumentan el efecto anticoagulante de los cumarínicos. Potencian la nefrotoxicidad de la vincristina. Ciclosporina. Nortriptilina. Medicamentos cuyos niveles séricos pueden disminuir con el antifúngico Tabla 197-4. Interacciones de los antifúngicos orales utilizados en dermatofitosis. Ciclosporin. Salicilatos. Acción anticoagulante de los cumarínicos. Efecto de los anticonceptivos. Disminuye la eficacia de los anticonceptivos orales. Antipirina. Quinidina. Disminuye la eficacia de los anticonceptivos orales. Anticoagulantes orales. En cuanto a la combinación de tratamiento simultáneo (tópico y sistémico) se hizo un estudio aleatorizado, con monoterapia con terbinafina oral continua durante tres meses frente a la combinación de terbinafina oral con amoralfina tópica durante una semana al mes durante 12 meses; se halló un 59% de curación clínica y micológica a los 18 meses con la terapia combinada frente al 45% conseguido con la monoterapia.[48] Se han descrito diversos factores asociados a fallos de la respuesta al tratamiento oral de onicomicosis (tabla 197-5).[49]. Hace una década se describió el dermatofitoma unguea.[50] consistente en una masa de dermatofito, “pelota fúngica”, que puede aparecer como un túnel blanquecino lineal o una masa redondeada blanca rodeada por una zona de onicolisis. Esto tiene implicaciones terapéuticas debido a la baja penetración tanto de los antifúngicos tópicos como de los sistémicos; por eso, para que el tratamiento sea eficaz se necesita la avulsión quirúrgica. En relación con el diagnóstico: Diagnóstico incorrecto: el estudio micológico (examen directo y cultivo) es siempre necesario. Enfermedades coexistentes de la piel: liquen, psoriasis, etc. En relación con el tratamiento antifúngico: • Falta de cumplimiento del paciente. • Falta de absorción o de penetración del antifúngico. • Interacción del antifúngico con otros tratamientos sistémicos. En relación con el huésped: • Mayores de 60 años. • Inmunosupresión. • Alteración de la vascularización periférica, diabetes. En relación con el cuadro clínico: tinea unguium -de mal pronóstico • Distrofia total ungueal. • Afectación de la lúnula. • Afectación de la matriz. • Afectación de más del 75% de la tabla. • Afectación lateral de la uña (onicolisis fisiológica). • Hiperqueratosis subungueal mayor de 2 mm. • Onicolisis extensa. • Presencia de artrosporas en el examen directo. • Presencia de túneles y/o dermatofitomas. • Falta de crecimiento ungueal. Cuando se sigue a lo largo del tiempo alos enfermos tratados por tinea unguium, aunque el tratamiento sea efectivo los cultivos pueden seguir siendo positivos a las 16 semanas de haberlo iniciado, pero a las 24 semanas deberían ser negativos. Un cultivo positivo en este momento indica fracaso del tratamiento, mientras que los casos con cultivos negativos al final del tratamiento y mejoría clínica, pero que más tarde vuelven a tener cultivos positivos probablemente sean recaídas y puedan beneficiarse de futuros tratamientos orales.[51] Tabla 197-5. Posibles razones de fracaso del tratamiento oral de la tinea unguium. Clínicamente la respuesta al tratamiento se puede evaluar midiendo la aparición de la “banda de curación” correspondiente a la formación de tejido ungueal libre del dermatofito. Cuando esta banda sufre un estancamiento o un retroceso hacia la parte proximal de la uña, indica la necesidad de instaurar un nuevo ciclo de tratamiento. Asimismo, hay que evaluar otras causas de onicodistrofias acompañantes como liquen, psoriasis, traumatismos a repetición, carcinoma escamoso periungueal o el síndrome de la uña amarilla.[41] El médico debe preguntarse si el enfermo se ha reinfectado o ha recaído. El término recaída se utiliza para describir los casos en que la infección basal no ha llegado a curarse completamente, mientras que la reinfección consiste en haber alcanzado la curación total y al cabo de un intervalo de un año o más sufrir una nueva infección.[52] En la tabla 197-6 se presentan algunos de los factores que contribuyen a la recaída. • Predisposición genética. • Otras enfermedades ungueales concomitantes (psoriasis, liquen, carcinoma escamoso periungueal, síndrome de la uña amarilla, etc.). • Inmunosupresión. • Edad superior a 60 años. • Traumatismos de repetición. • Alteraciones biomecánicas del pie. • Humedad. • Tinea pedis. • Tratamiento oral inadecuado: en dosis o duración. • Falta de cumplimiento del paciente. • Higiene defectuosa, uso de calcetines o calzado inadecuados. La avulsión mecánica o química de la uña con la finalidad de extirpar el tejido ungueal infectado, no solo tiene riesgos inherentes (dolor, infección, etc.) sino que, además, la infección puede persistir en el tejido del lecho ungueal e incluso cuando la avulsión es quirúrgica puede aumentar el grado de distrofia ungueal. La avulsión mecánica o química combinada con el tratamiento tópico y oral puede teóricamente aumentar la tasa de curación de tinea unguium o incluso acortar la duración del tratamiento oral, ya que ambas vías de administración del antifúngico son complementarias: el itraconazol y la terbinafina difunden por vía sanguínea alcanzando el lecho y la matriz ungueales y distribuyéndose por el tejido ungueal; mientras que los antifúngicos aplicados tópicamente aun en el caso en el que haya onicolisis penetran rápidamente en la tabla ungueal alcanzando mayor concentración en superficie.[49] No es fácil establecer normas para prevenir la tinea unguium y pedis. La viabilidad de las artrosporas de los dermatofitos en zonas cálidas y húmedas (duchas, piscinas, saunas, moquetas de gimnasio, etc.) es muy prolongada y se mantiene por largos períodos de tiempo, por lo que es aconsejable evitar caminar descalzo en estas áreas contaminadas. Los calcetines y el calzado deben ser adecuados para facilitar la transpiración y se debe mantener una buena higiene (cortando las uñas, lavando y secando meticulosamente los espacios interdigitales). En personas de riesgo como son los deportistas se puede utilizar polvos antifúngicos (bifonazol, terbinafina, etc.) en el calzado, aunque esta recomendación no está avalada por ningún estudio prospectivo. Se ha recomendado en individuos especialmente susceptibles la aplicación semanal de crema de terbinafina en la superficie ventral de todas las uñas, recomendación no basada en la evidencia puesto que no existen estudios clínicos que la apoyen. Todavía no está disponible el antifúngico ideal para el tratamiento de las dermatofitosis (lo que Erhlich denominó “bala mágica”). Teóricamente el antifúngico ideal debería ser: fungicida, muy Tabla 197-6. Factores que contribuyen a la recaída de tinea unguium. queratinofílico y lipofílico, que permanezca prolongadamente en el estrato córneo de la piel, uñas y pelo y que sea eficaz en bajas concentraciones tisulares. Debería utilizarse con pautas de tratamiento cortas, puesto que el cumplimiento en estos casos es mayor y estar disponible en formulaciones en solución para facilitar el tratamiento de los niños e inmunosuprimidos. Además debería tener un bajo porcentaje de recaídas postratamiento, un bajo costo, buena tolerancia y baja incidencia de efectos adversos e interacciones. De cara al futuro es necesario mejorar los resultados del tratamiento de tinea unguium, tinea pedis y formas recalcitrantes de dermatofitosis en mocasín no solo en población inmunocompetente, sino también, lo que es más importante, resolver la problemática que plantea el tratamiento de las dermatofitosis en población inmunodeprimida (figura 197-1). BIBLIOGRAFÍA 1. Faergemann J, Gisslén H, Dahlberg E, Westin J, Roupe G. Trichopyyton rubrum abscesses in immunocompromised patients. A case report. Acta Derm Venereol 1989; 69(3): 244-7. 2. Mackenzie DWR, Loeff ler W, Mantovani A, Fujikura T. Guidelines for the diagnosis, prevention and control of dermatophytosis in man and animals. WHO/CDS/VPH, 1986. p. 82 3. Zurita J, Hay RJ. Adherence of dermatophyte microconidia and arthroconidia to human queratinocyte in vitro. J Invest Dermatol. 1987; 89(5): 529-34. 4. Borman AM, Campbell CK, Fraser M, Johnson EM. 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