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Micobacterias de crecimiento rápido y otras especies que causan enfermedad no tuberculosa Gloria I. Mejía José M. Hernández Jaime Robledo INTRODUCCIÓN Las micobacterias no tuberculosas (MNT) están distribuidas ampliamente en el ambiente y se reconocen alrededor de 125 especies diferentes aunque no todas son responsables de infección en los humanos. Estas especies de micobacterias empezaron a ser reconocidas como productoras de infección alrededor de 1950, década a partir de la cual se han reconocido nuevas especies gracias a la utilización de métodos moleculares capaces de detectar pequeñas diferencias en la composición del DNA. El aumento actual de la población inmunocomprometida, debido a la mayor supervivencia de los pacientes con enfermedades como el sida y el cáncer o de los sometidos a terapias inmunosupresoras o procedimientos invasivos, ha elevado el riesgo de que estos pacientes sean infectados por una gran variedad de microorganismos, incluyendo M. tuberculosis y otras especies de micobacterias como las MNT. Existen diferencias importantes entre las infecciones causadas por microorganismos del complejo M. tuberculosis y las MNT. Características propias de estas últimas son su amplio rango de patogenicidad, la no transmisión de persona a persona, la falta de una respuesta consistente a los tratamientos antituberculosos convencionales, la resistencia a medicamentos y la recurrencia de los procesos infecciosos.[1] Epidemiología Hasta la fecha se han identificado más de 125 miembros del género Mycobacterium, los cuales difieren en cuanto al hábitat, la capacidad de adaptación al ser humano, la virulencia, la patogénesis, la respuesta a los medicamentos y las condiciones de crecimiento y aislamiento. Las MNT, como se las ha denominado, pueden estar presentes en diferentes ambientes, tanto naturales como creados por el hombre.[2] A diferencia de M. tuberculosis, estas micobacterias se encuentran ampliamente distribuidas en el ambiente y su transmisión se debe más a la inoculación directa como consecuencia de traumas, cirugías y contacto con tierra y agua. Además, la mayoría de ellas, con pocas excepciones, son resistentes a muchos de los medicamentos antituberculosos y, por lo general, causan infecciones en pacientes con alteraciones en el sistema inmune o que presentan una enfermedad de base.[3] La Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Pulmonares (IUATLD por la sigla en inglés de International Unionagainst Tuberculosis and Lung Diseases), hizo una encuesta en 41 laboratorios de 14 países de Europa y Suramérica para conocer la variación en el número y especies de los aislamientos de MNT desde la década de los años 70. Este estudio halló un aumento significativo del número de aislamientos de MNT en muestras clínicas, que pasó de 3.049 en la década de los años 70 a 26.374 en la de los 90. También se observó una variación en las especies encontradas a lo largo del tiempo. En la década de los años 70 se aislaban principalmente M. kansasii (46%), M. gordonae (24,7%), M. avium (9,0%) y M. fortuitum(6,5%); en la década de los 80 se aislaban M. gordonae (21,3%), M. kansasii (18,1%), M. avium (17,2%) y M. xenopi (14,9%); finalmente, en la década de los 90, la frecuencia de especies aisladas estuvo encabezada por M. avium (29,1%), seguido de M. xenopi (19%), M. gordonae (18,8%) y M. kansasii (10,3%).[4] Aunque no se conoce con certeza la incidencia global de las infecciones causadas por MNT, algunos estudios llevados a cabo en Estados Unidos, Canadá y Europa refieren tasas que varían desde 1,4 hasta 6,6 por 100.000 habitantes, cifra que depende en gran medida de la utilización de técnicas adecuadas de aislamiento e identificación por parte de los laboratorios en donde se procesan las muestras.[5] [6] Es claro que la epidemia de VIH/sida en el mundo y el aumento en el número de trasplantes y de tratamientos inmunosupresores han favorecido el aumento de los casos de infecciones por MNT. Algunos estudios han demostrado que en el grupo de pacientes VIH positivos en países desarrollados la incidencia de casos de M. avium que se adquieren por vía inhalatoria puede ser superior a la de M. tuberculosis. Incluso, en algunos pacientes se ha reportado la coinfección por M. tuberculosis y M. avium.[7] [8] [9] [10] Las infecciones causadas por algunas especies están claramente relacionadas con el ambiente. Por ejemplo, las primeras infecciones causadas por M. marinum, a menudo aislado de aguas dulce y marina, fueron reportadas por exposición a aguas de piscinas y de acuarios, relacionadas con trauma. En Estados Unidos, en el estado de Carolina del Norte, las infecciones por esta especie aumentaron de 0,05 a 27/100.000 en adultos.[11] A su vez, la úlcera de Buruli, una infección de la piel causada por M. ulcerans, se relaciona con ambientes acuáticos; esta bacteria se aísla de biopelículas de plantas e insectos en áreas endémicas.[12] Otro grupo importante de infecciones por MNT son las relacionadas con diferentes procedimientos estéticos. La mesoterapia, tratamiento alternativo introducido por Pistor en 1952 para controlar síndromes dolorosos del aparato locomotor mediante la inyección intradérmica de pequeños volúmenes de analgésico.[13] se utiliza ahora para reducir las concentraciones locales de grasa por la aplicación de sustancias lipolíticas como L-carnitina, extractos de alcachofa, silicio orgánico, aminofilina y procaína; su práctica inadecuada ha producido algunos brotes epidémicos de infecciones de tejidos blandos en diferentes partes del mundo. También se ha reportado este tipo de infecciones después de cirugías estéticas. Las especies de MNT que más a menudo se han aislado en estos casos han sido las de crecimiento rápido como M. abscessus, M. fortuitum y M. chelonae.[14] [15] [16] Microbiología Las diferentes especies de micobacterias pertenecen a la familia Mycobacteriaceae del orden Actinomycetales; el género Mycobacterium es el único en esa familia. El alto contenido en guanina y citosina (G+C 61-71 mol%)las relacionan con otros géneros con ácidos micólicos en la pared celular como Gordona, Tsukamurella, Rhodococcus y Nocardia, con los cuales comparten el hecho de ser bacilos ácido-alcohol resistentes. Las micobacterias son generalmente bacilos de forma recta, algunas veces ligeramente curvos, aerobios obligados, inmóviles, cuyo tamaño va de 0,2 a 0,6 µm de ancho por 1 a 10 µm de largo. La morfología de la colonia varía según la especie: pueden ser lisas o rugosas, con pigmento o sin él; en caso de tenerlo puede ir de amarillo a naranja intenso debido al contenido de carotenos.[17] Actualmente se conocen más de 125 especies, 32 de las cuales han sido descritas en los últimos 10 años. La primera clasificación propuesta para las micobacterias no tuberculosas fue la de Runyon, basada en la velocidad de crecimiento (rápido o lento) y la producción de pigmentos (fotocromógenas o escotocromógenas). Esta clasificación es útil para una identificación inicial; sin embargo, en la actualidad se considera necesario llegar hasta la identificación de especie por las implicaciones patológicas y terapéuticas que puede tener el identificar una u otra como agente etiológico.[18] La denominación taxonómica de las nuevas especies en los últimos años está basada en la secuenciación del gen que codifica para la fracción 16S del rRNA, el cual está altamente conservado en las micobacterias, de tal manera que una nueva especie se define generalmente por diferencias en la secuencia mayores del 1%.[18] Las MNT se dividen en dos grupos según la velocidadde crecimiento (lento o rápido), según que produzcan colonias visibles en el medio de cultivo en más o menos de siete días. Entre las de crecimiento lento hay más de 30 especies potencialmente patógenas (tabla 171-1); a su vez, la lista de las especies de crecimiento rápido ha venido aumentado debido al reporte de nuevas especies en las muestras clínicas (tabla 171-2). Especies de MNT de crecimiento lento aisladas con mayor frecuencia Complejo M. avium (MAC por su sigla en inglés). El complejo MAC, también llamado MAI por incluirla especie M. intracellulare, se identifica fácilmente con los métodos bioquímicos y fenotípicos convencionales, pero estos no sirven para la diferenciación de las dos especies que lo componen, para la cual se requieren técnicas moleculares como PRA (PCR con enzimas de restricción) y la secuenciación del gen rRNA. Por medio de PRA se identifican tres patrones diferentes para M. avium y dos para M. intracellulare.[19] Generalmente, M. avium es el responsable de infecciones sistémicas y se aísla frecuentemente de sangre, biopsias de ganglios y lavado broncoalveolar, mientras que M. intracellulare se aísla más a menudo de muestras de origen respiratorio. Estas especies se han encontrado en fuentes de agua naturales y de acueducto, suelos, plantas y otras fuentes ambientales. Basados en sus características fenotípicas y genotípicas se han descrito cuatro subespecies de M. avium: M. aviumavium, M. aviumhominissuis, M. avium paratuberculosis y M. aviumsilvaticum, cuya ecología, rango de hospederos y ocurrencia potencial en el ambiente son muy variables.[20] En general se considera que esta especie es de baja patogenicidad, por lo que la posible colonización del tracto respiratorio en pacientes inmunocompetentes hace difícil la interpretación de un cultivo positivo para M. avium; sin embargo, en pacientes con algún factor de inmunosupresión, como la infección VIH/sida, se la considera como la MNT más frecuentemente aislada como causante de enfermedad. El complejo MAC es de crecimiento lento, pero fácil, tanto en los medios sólidos como en los líquidos utilizados tradicionalmente, tipo Lowenstein-Jensen (LJ), Middlebrook 7H9 y 7H11, a excepción del M. avium-paratuberculosis, para el cual se necesita suplementar los medios con micobactina, un factor de crecimiento quelante de hierro derivado de las micobacterias, de donde proviene su nombre. La morfología de las colonias del complejo MAC es variada: generalmente son lisas, planas y translúcidas, brillantes y sin pigmento, pero también pueden ser secas; algunas incluso pueden desarrollar pigmento amarillo claro luego de dos a tres semanas de crecimiento en cultivo conservado a temperatura ambiente.[21] Especie Sangre Pulmonar Piel Ganglio LCR HuesoBursa Otros M. arupense X X M. avium X X X X X M. asiaticum X M. bohemicum X M. branderi X M.chemaera X M. celatum X X X X M. conspicuum X M. doricum X M. florentinum X X M. genavense X X X X M. haemophilum X X X M. heckeshormense X M. heidelber gense X M. intermedium X M. inter jectum X X X M. intracellulare X X X M. kansasii X X X M. kubicae X M. lentiflavum X X M. malmoense X X X M. marinum X X M. nebraskense X X M. parmense X X M. parascrofulaceum X M. palustre X X M. saskatchewanse X M. scrofulaceum X X X X M. sher rissii X X M. shattsii X M. shimodei X M. simiae X X M. szulgai X X M. tusciae X M. triplex X X X X M. ulcerans X M. xenopi X X Tabla 171-1. Micobacterias no tuberculosas de crecimiento lento: sitios de infección reportados. M. kansasii. Llamado inicialmente el bacilo amarillo, se aísla también de fuentes naturales de agua y de acueductos; se considera que es la segunda especie más frecuente como productora de enfermedad pulmonar, después del complejo MAC. Causa infección pulmonar crónica cuyas manifestaciones son muy parecidas a las producidas por M. tuberculosis, especialmente en trabajadores de minas. La infección extrapulmonar es rara, pero se lo ha aislado de ganglios en casos de linfadenitis cervical en niños; y excepto en pacientes con daño de la inmunidad celular como trasplantados o infectados por VIH, excepcionalmente produce infecciones de tipo sistémico.[22] Esta especie es de crecimiento lento, fotocromógena (desarrolla pigmento en presencia de luz) y puede crecer en un rango de temperatura entre 32°C y 42°C. Genéticamente está relacionado con M. gastri, que también es de crecimiento lento pero no cromógeno. Actualmente se diferencian cinco genotipos de M. kansasii denominados del I al V.[23] todos con capacidad de causar enfermedad. El tipo I se aísla con frecuencia de muestras clínicas y menos a menudo del ambiente. La temperatura óptima para su crecimiento es de 30°C a 35oC, sus colonias pueden ser lisas o rugosas con borde irregular, y la microcolonia forma cordones al iniciar su crecimiento que se pueden confundir con los de M. tuberculosis. Especie Sangre Pulmonar Piel Ganglio TejidosBlandos Hueso Bursa Otros M. abscessus X X X X M. chelonae X X X X X M. fortuitum X X X M. mucogenicum X X X M. peregrinum X X X M. porcinum X M. senegalense X M. alvei X M. boenickei x X M. bollettii X M. brumae X M. canariasense X M. confluentis X M. cosmeticum X M. elephantis X X M. goodii X X M. hassiacum X M. holsaticum X X M. immunogenum X X X M. mageritense X X X X M. novacastrense X M. septicum X M. smegmatis X Tabla 171-2. Micobacteriasno tuberculosas de crecimiento rápido: sitios de infección reportados. M. thermoresistible X M. wolinskyi X M. xenopi. Aislada y descrita en 1959 en lesiones granulomatosas de la piel de un sapo (del género Xenopus) de donde deriva su nombre. Reconocido como patógeno humano solo a partir de 1965, la mayoría de casos se informan en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Dinamarca y Australia, mientras que todavía es raro en Latinoamérica. Su principal característica es crecer a 45oC, por lo cual se lo ha aislado de fuentes de agua caliente, naturales y de casas y hospitales. La enfermedad pulmonar es la manifestación más común en pacientes con enfermedad obstructiva crónica e inmunosuprimidos. Las colonias son lisas, de bordes irregulares, de forma estrellada en los primeros días de incubación, no cromógenas inicialmente pero pueden desarrollar pigmento intenso con el tiempo; se diferencian de la mayoría de las MNT de crecimiento lento por su temperatura óptima de crecimiento y por ser arilsulfatasa positivas a los tres días.[24] Debido a su difícil aislamiento, se han desarrollado diversos métodos moleculares utilizando la secuencia de inserción IS1395, la cual tiene un alto número de copias en su genoma. M. genevense. Es una MNT de crecimiento lento aislada de hemocultivos de un paciente con sida en 1991 en Ginebra (Suiza), de donde deriva su nombre.[25] Se ha asociado a linfadenitis e infección diseminada en pacientes VIH positivos o con otro factor de inmunosupresión, pero también se asocia a infecciones de tejidos blandos y a infecciones en aves utilizadas como mascotas. Genéticamenteestá relacionada muy de cerca con M. simiae: tienen el mismo perfil de ácidos micólicos. Para lograr su crecimiento los medios de cultivo deben estar suplementados con micobactina J. Se aísla mejor en medios líquidos, con incubación prolongada y en condiciones microaerófilas. M. malmoense. Descrito por primera vez en 1977 en cuatro pacientes de Malmo (Suecia) con evidencia de infección pulmonar. Es una MNT no cromógena de crecimiento muy lento, cuya identificación debe ser precisa pues se puede confundir fácilmente con el complejo MAC o con M. shimoidei. Para lograr un mejor crecimiento se recomienda ajustar el pH entre 6,0 y 6,5 y suplementar los medios con piruvato de sodio al 0,4%, en vez del glicerol comúnmente usado. El perfil de ácidos micólicos es de gran utilidad para su identificación. La PRA diferencia dos patrones de esta especie. [19] M. haemophilum. Descrito por primera vez en 1978 en Israel, como causa de lesiones en la piel de un paciente con enfermedad de Hodgkin. Esta especie es de crecimiento lento, no pigmentada, requiere suplementos especiales como el hierro para poder crecer (agar chocolate, citrato de amonio férrico o factor X), su temperatura ideal de crecimiento está entre 30° y 32oC y crece mucho mejor en atmósfera de CO2; las colonias pueden ser lisas o rugosas y pigmentarse con el tiempo. produce lesiones en la piel similares a las causadas por M. ulcerans,[26]localizadas especialmente en los sitios más fríos del cuerpo incluyendo las extremidades. La PRA describe un solo patrón para esta especie. M. marinum. Inicialmente denominado M. balnei, se lo aísla tanto de agua dulce como de agua salada; ha estado relacionado coninfecciones en trabajadores de la industria pesquera y de acuarios desde 1926.[27] El diagnóstico de la infección puede hacerse a partir de muestras tomadas de las lesiones cutáneas, que generalmente son papulares y nodulares. Las colonias son fotocromógenas, lisas y planas; para su aislamiento inicial es necesario cultivara temperatura de 28°C a 32oC, aunque los subcultivos se pueden hacer a 37oC. La PRA diferencia un solo tipo de patrón. M. ulcerans. La infección por M. ulcerans fue descrita inicialmente en 1897 en Uganda, pero como agente etiológico solo fue aislado en 1948 en Australia.[28] Inicialmente la mayoría de los casos se describieron en el oeste de África, pero en los últimos 10 años la infección se ha descrito en más de 25 países, por lo que en 1998 la OMS lo reconoció como un patógeno emergente; ha sido relacionado con ambientes acuáticos y se lo ha aislado de biopelículas de plantas e insectos en áreas endémicas.[12] La lesión característica que produce en la piel, de tipo necrosante, se denomina úlcera de Buruli. Es una micobacteria de crecimiento lento, cuyas colonias son rugosas y pueden ser ligeramente pigmentadas; crece fácilmente en los medios de cultivo tradicionales como Lowenstein Jensen y Middlebrook 7H9 y 7H11, requiere condiciones microaerófilas y una temperatura de 30oC. Está relacionada cercanamente con M. marinum, con patrones similares de bandas en PRA y ácidos micólicos, pero las características fenotípicas y bioquímicas pueden diferenciarlos. M. simiae. Descrito como nueva especie en 1965. Ha sido aislado de monos y de fuentes de agua natural y de acueducto y se lo ha reportado de muestras en humanos en varios países, incluyendo los del Caribe.[29] especialmente en pacientes con algún factor de inmunosupresión y con sintomatología pulmonar. Es de crecimiento lento y de las pocas especies de MNT que pueden sintetizar niacina; sus colonias son de consistencia suave y producen un pigmento amarillo claro cuando son expuestas a la luz, lo que las diferencia de las colonias del complejo MAC. La PRA diferencia cinco patrones distintos.[18] [19] M. szulgai. Descrito como nueva especie en 1972; es de distribución mundial y está implicado en infecciones pulmonares crónicas, adenitis cervical e infecciones de la piel tanto en pacientes inmunocomprometidos como inmunocompetentes.[30] Se lo ha relacionado genéticamente con M. malmoense. Es una micobacteria de crecimiento lento, escotocromógena (desarrolla pigmento en condiciones de luz y oscuridad) a 37oC, pero fotocromógena a 25oC; sus colonias pueden ser lisas o rugosas. La PRA diferencia solo un patrón de bandas.[18] [19] M. scrofulaceum. Se lo ha aislado de agua de lagos y ríos, plantas y polvo de las casas. Ha sido asociado con linfadenitis cervical en niños, enfermedad pulmonar en adultos con condiciones predisponentes, infecciones de la piel e infecciones diseminadas en pacientes con sida.[31] Es una MNT de crecimiento lento, escotocromógena, anteriormente incluida en el complejo MAC por sus características fenotípicas y bioquímicas muy similares, pero genéticamente son especies diferentes. Las colonias son suaves, pigmentadas desde amarillo a naranja. La PRA diferencia varios patrones de bandas.[18] [19] M. gordonae. Es la MNT más común en el ambiente, considerada no patógena y con frecuencia es contaminante de muestras clínicas. Sin embargo, se ha asociado con peritonitis en pacientes sometidos a diálisis frecuente.[17] M. gordonae es de crecimiento lento, escotocromógeno, sus colonias son lisas y de pigmento naranja. La PRA diferencia varios patrones de bandas. Especies de MNT de crecimiento rápido aisladas con mayor frecuencia M. abscessus, M. chelonae, M. fortuitum y grupo M. smegmatis Son las especies de MNT de crecimiento rápido capaces de producir enfermedad en los humanos. Se caracterizan por poseer en su pared ácidos micólicos de cadena larga. Por ser de crecimiento rápido sus colonias aparecen en menos de siete días. Las especies M. peregrinum y M. fortuitum tercera biovariedad (sorbitol positivo y sorbitol negativo) están asociadas con M. fortuitum.[32] Anteriormente el grupo M. chelonae, con la subespecie abscessus, era considerado solo una especie, pero en 1992 se reconoció a M. abscessus como una especie diferente. De este grupo se derivaron otras especies nuevas: M. inmunogenum y M. mucogenicum. A su vez, el grupo de M. smegmatis se dividió en M. smegmatis (grupo 1), M. wolinsky (grupo 2) y M. godii (grupo 3).[32] En general, las especies de micobacterias de crecimiento rápido se encuentran en el ambiente, especialmente en aguas y suelos. Se caracterizan por ser resistentes a la acción de muchos desinfectantes y capaces de sobrevivir en ambientes hostiles. Son ampliamente reconocidas en todo el mundo como responsables de producir infecciones en humanos en la piel, tejidos blandos, heridas quirúrgicas y el árbol respiratorio en pacientes con fibrosis quística, bronquitis crónica y diabetes. Debido a su amplia distribución en el ambiente, son también consideradas contaminantes de muestras clínicas.[33] Las especies de MNT de crecimiento rápido son no cromógenas; sus colonias son húmedas o mucosas, especialmente las de M. abscessus y M. chelonae, aunque M. fortuitum presenta colonias más secas. Las microcolonias de algunos aislamientos de M. chelonae pueden presentar formaciones acordonadas, mientras que las de M. fortuitum pueden tener un centro denso rodeado de una estructura más laxa que les da una apariencia característica (figuras 171-1 y 171-2). La técnica de PRA diferencia varios patrones de M. chelonae y M. fortuitum. Se han reportado brotes en Colombia y otros países latinoamericanos de infecciones producidas por estas especies luego de intervenciones de tipo estético.[16] La diferenciación hasta especies de este grupo de MNT es importante, debido a que el tratamiento con antibióticos se hace dependiendo de la especie. Figura 171-1.Microcolonia de M.fortuitum 10x (Mejía GI-CIB) en agar Middlebrook 7H11. Figura 171-2. Microcolonia de M. chelonae 10x (Mejía GI-CIB) en agar Middlebrook 7H11. Cuadro clínico La gran mayoría de las especies conocidas de MNT se encuentran en el ambiente y no son patógenas para los humanos. Sin embargo, el contacto con ambientes contaminados puede ocasionar infecciones que generalmente se adquieren por inhalación de los microorganismos presentes en el suelo, por ingestión o por inoculación directa. No existe evidencia de transmisión interhumana de especies de MNT.[22] En general se considera que las infecciones causadas por estas micobacterias son el resultado de tres factores: la presencia de un inóculo grande o una colonización masiva, el trauma con solución de continuidad en la piel y la disminución general o local de la capacidad de defensa del hospedero. Los órganos afectados con mayor frecuencia son el pulmón, los nódulos linfáticos, la piel, los tejidos blandos, los huesos y las articulaciones; en pacientes con compromiso inmunológico se puede presentar un cuadro clínico de infección diseminada.[34] La presentación clínica de las infecciones producidas por MNT se puede organizar de acuerdo con las características de estas. Las enfermedades producidas por especies de crecimiento lento generalmente se asocian a infecciones del pulmón y los nódulos linfáticos, mientras que las enfermedades producidas por micobacterias de crecimiento rápido se asocian a infecciones en la piel y los tejidos osteomusculares. Lo anterior depende del estado inmune del paciente.[34] [35] Infección pulmonar El pulmón es el órgano afectado con mayor frecuencia por las infecciones causadas por MNT dada la amplia distribución de las mismas y la facilidad para inhalar sus aerosoles. Estas infecciones se presentan generalmente en adultos y son causadas en su gran mayoría por el complejo Mycobacteriumavium (MAC), que incluye las especies M. intracellulare y M. avium, seguidas en frecuencia por M. kansasii, M. malmoense y M. xenopi.[5] [35] La infección pulmonar causada por el complejo MAC es más frecuente en adultos mayores de 60 años con enfermedad pulmonar crónica de tipo obstructivo, fumadores, con antecedente de tuberculosis activa o inactiva, bronquiectasias, neumoconiosis, aunque también puede ocurrir en pacientes sin enfermedad pulmonar preexistente, en cuyo caso tiene predilección por mujeres adultas mayores. Es una infección de comienzo lento, que se manifiesta principalmente por tos crónica productiva y en algunas ocasiones por fatiga, pérdida de peso y anorexia.[36] [37]Los hallazgos radiológicos dependen del grado de afectación y de la enfermedad de base de cada paciente. Generalmente están afectados los lóbulos superiores, el lóbulo medio y la língula; el compromiso se caracteriza por infiltrados de tipo retículo-nodular, un nódulo solitario e, incluso, se pueden observar cavernas indistinguibles de las causadas por la tubercu losis. En pacientes con sida e infección por este complejo la radiografía puede ser casi normal o mostrar infiltrados de tipo intersticial y adenopatías hiliares.[38] [39] Con la implementación de la terapia antirretroviral altamente efectiva y el uso de profilaxis para evitar su aparición, la prevalencia de infección por MAC en pacientes con VIH/sida ha disminuido significativamente, aunque continúa siendo la primera causa de infección por MNT en este grupo de pacientes.[7] Las infecciones debidas a M. kansasii típicamente se describen en hombres adultos de mediana edad, con antecedentes de tabaquismo, alcoholismo, cáncer de pulmón o enfermedad pulmonar crónica preexistente. Las manifestaciones clínicas son similares a las de la tuberculosis pulmonar, con tos, fiebre, pérdida de peso, anorexia y hemoptisis; suelen ser de comienzo lento y evolución progresiva que puede durar años.[40] [41] Otras especies que causan infecciones pulmonares son M. malmoense, que afecta principalmente a hombres de mediana edad y fumadores con enfermedad pulmonar preexistente; M. xenopi, que infecta a adultos mayores también con enfermedad pulmonar preexistente; y en menor proporción otras micobacterias como M. szulgai, M. simiae y M. celatum.[3] Las micobacterias de crecimiento rápido también pueden producir enfermedad pulmonar aunque en menor proporción que las de crecimiento lento. En tales casos, las más importantes son M. abscessus, seguido de M. fortuitum y M. chelonaelas cuales afectan principalmente a pacientes con enfermedades de base como acalasia del esófago, cáncer y fibrosis quística.[42] Infección linfática La mayoría de los casos de adenitis causada por MNT se presentan en niños de 1a 5 años y en personas con compromiso inmunológico como las infectadas por VIH/sida. No está muy claro cuál es la ruta de infección de las MNT hacia los ganglios linfáticos. Se cree que llegan a los ganglios de la cabeza y el cuello por los conductos linfáticos que drenan desde la faringe y la boca. Las especies que más a menudo se aíslan de ganglios linfáticos son las del complejo Mycobacterium avium, seguidas por M. scrofulaceum, M. malmoense y M. haemophilum.[43] [44] El cuadro clínico de las adenitis por MNT se caracteriza por la aparición de una masa, generalmente en el cuello y no dolorosa, que no responde al tratamiento antimicrobiano regular. La enfermedad usualmente es unilateral y su diagnóstico es relativamente sencillo gracias al fácil acceso al tejido ganglionar afectado.[35] [44] Infección de la piel y los tejidos blandos En su mayoría estas infecciones son producidas por MNT de crecimiento rápido. La presentación clínica característica es la formación, pocas semanas después de la infección, de lesiones nodulares de aspecto granulomatoso en la piel y el tejido celular subcutáneo, que pueden ulcerarse, drenar espontáneamente formando trayectos fistulosos o diseminarse en la piel. Los modos de infección más comunes son el contacto con agua contaminada, el trauma espontáneo y la iatrogenia mediante cirugías o procedimientos médicos o estéticos.[34] Las MNT que más a menudo infectan piel son: • M. marinum. Se encuentra en agua dulce y de mar y se asocia a infecciones cutáneas de origen traumático. Las lesiones generalmente se localizan en las extremidades, principalmente en las manos. Se han descrito formas epidémicas relacionadas con fuentes de agua contaminadas como piscinas, lagos y playas y asociadas a pescadores.[45] • M. fortuitum, M. chelonae y M. abscessus.Se asocian a infecciones cutáneas originadas en heridas, abrasiones, procedimientos quirúrgicos como mamoplastias o esternotomías, inyecciones cutáneas para desensibilizaciones o tratamientos cosméticos de diversa índole. Las lesiones se manifiestan como zonas de celulitis, que persisten en forma de nódulos de progresión lenta, que se pueden abscedar y fistulizar.[16] En pacientes trasplantados de riñón se han descrito también lesiones nodulares en la piel, la mayoría de ellas sin historia previa de trauma, en las cuales se ha encontrado como agente etiológico M. chelonae.[46] [47] • M. ulcerans. Como se mencionó antes, causa las infecciones cutáneas denominadas úlceras de Buruli o de Bairnsdale; es la tercera micobacteriosis en el mundo después de M. tuberculosis y M. leprae. Los pacientes presentan inicialmente nódulos en la piel de los miembros superiores e inferiores, que posteriormente se ulceran y pueden progresar hasta ser más deformantes que las lesiones causadas por la lepra. La infección generalmente se adquiere por contacto con agua contaminada en charcos o lagunas. La mayoría de los casos se reportan enÁfrica y Australia, aunque ya se han reportado casos en México y Perú.[48] Infecciones osteoarticulares Las infecciones por MNT en el tejido osteoarticular son infrecuentes en pacientes inmunocompetentes. Sin embargo, en pacientes con VIH u otras causas de afectación inmune se han reportado infecciones de tendones, huesos y articulaciones por M. avium, M. xenopi, M. fortuitum, M. abscessus, M. chelonae y M. haemophilum. Esta forma de infección suele ser consecuencia de procedimientos quirúrgicos o trauma. La sintomatología puede ser similar a la infección osteomuscular producida por M. tuberculosis, consistente en dolor localizado, fiebre, malestar general e incluso pérdida de peso. La dificultad para hacer un diagnóstico etiológico oportuno lleva a que la infección se haga crónica y se puedan presentar destrucción y necrosis del tejido. El tratamiento de estos pacientes incluye, además de una terapia farmacológica prolongada, un lavado amplio y el desbridamiento extenso de la lesión.[49] Infección diseminada Antes de la década de los años 80 fueron muy pocos los casos de infecciones diseminadas causados por MNT. Sin embargo, con la aparición del sida se volvieron muy frecuentes, hasta constituirla infección por MAC más común en estos casos. En algunos países, estas infecciones afectan a más del 50% de los pacientes con sida con recuentos de CD4 menores de 100 células/µL.[7] [34] [39] Se han descrito también otras especies de MNT como M. kansasii, M. fortuitum, M. xenopi, M. haemophilum y M. genevense como causa de infección diseminada en pacientes con VIH o con diversos tipos de inmunosupresión.[7] [34] [39] En el paciente inmunosuprimido, las infecciones diseminadas comienzan lentamente con fiebre y pérdida de peso, acompañados a menudo por sudoración nocturna, malestar general y diarrea, lo que lleva progresivamente al paciente a un estado de deterioro físico marcado (desgaste). Este cuadro clínico en pacientes con sida, en quienes se ha descartado una neoplasia, infección por Pneumocystis jirovecii o por citomegalovirus, sugiere la presencia muy probable de infección diseminada por M. avium-intracellulare. La afectación pulmonar es una manifestación frecuente de la diseminación, como también lo son las lesiones cutáneas: granulomas, nódulos, pústulas, úlceras e, incluso, zonas eritematosas.[7] Diagnóstico El diagnóstico de las infecciones producidas por MNT es un reto para los laboratorios de micobacteriología debido al gran número de especies descritas. Los laboratorios deben estar preparados para diferenciar estas especies y evaluar si el aislamiento corresponde a un verdadero patógeno o es un contaminante ambiental. El laboratorio debe ser capaz de establecer un mínimo de pruebas que lo lleven a la clasificación correcta de la mayoría de las especies de micobacterias implicadas en infecciones.[50] Criterios microbiológicos para interpretar como significativos los aislamientos de MNT • Cultivo positivo de un mínimo de dos muestras del mismo sitio. • Baciloscopia positiva. • Cultivo positivo de biopsia e histología que revele la presencia de granulomas o bacilos ácido- alcohol resistentes (BAAR). • Cultivo positivo de muestras tomadas de sitios estériles o lesiones cerradas. El diagnóstico microbiológico está basado en el aislamiento de la micobacteria a partir de la muestra del paciente, utilizando métodos estándar en el laboratorio. Para los cultivos se deben utilizar tanto medios líquidos como sólidos, tipo Middlebrook 7H9 y 7H11 y MGIT (Becton Dickinson, Sparks, MD), y no solo el de Lowenstein Jensen, ya que este no favorece el crecimiento de todas las MNT. Los medios líquidos permiten un crecimiento más rápido, pero en los medios sólidos es posible observar las características fenotípicas de las microcolonias y macrocolonias, lo cual es de importancia crucial para la identificación inicial de la especie. El examen directo con coloración de Ziehl-Neelsen de muestras respiratorias como el esputo tiene una sensibilidad mucho menor que en tuberculosis, solo 10% a 15 %, por lo que se ha recomendado la coloración con fluorocromos (de tipo auramina-rodamina) para aumentar la sensibilidad tanto para infecciones por M. tuberculosis como para MNT. El diagnóstico de MNT por cultivo es indispensable para la identificación de la especie y para poder hacer las pruebas de sensibilidad a los antibióticos. La temperatura óptima de incubación de la gran mayoría de las MNT está entre 28°C y 37ºC, por lo que los cultivos de todas las muestras tomadas de piel o líquidos de articulaciones se deben incubar a temperaturas de 28°C a 32ºC y a 37ºC.[51] Las características fenotípicas de las especies, sean de crecimiento rápido o lento, varían en la apariencia de las microcolonias y las macrocolonias (figura 171-1 y 171-2), la presencia o no de pigmentos (figura 171-3), la actividad enzimática y la capacidad de utilizar o reducir algunos sustratos. La cromatografía en capa fina para análisis de ácidos grasos, la determinación de perfiles de ácidos micólicos mediante cromatografía líquida de alta presión (HPLC) y los métodos moleculares, son todos procedimientos que reducen el tiempo necesario para la identificación de las especies y que han permitido el conocimiento de otras nuevas. Métodos moleculares de identificación como la secuenciación de la subunidad 16S del RNA ribosómico (16S rRNA), la PCR con enzimas de restricción (PRA) y sistemas comerciales de identificación como AccuProbe (GenProbe, USA), INNO-LipA Mycobacterias (Innogenetics, Bélgica) y Genotype Mycobacterias (HainLifescience, Alemania), son ejemplos de estas técnicas; sin embargo, su uso está limitado a los laboratorios de referencia pues requieren equipos sofisticados y personal altamente calificado, además de que su alto costo no permite la aplicación rutinaria en países con bajos recursos económicos.[50] [52] La PCR con enzimas de restricción (PRA) es uno de los métodos moleculares más utilizados para la identificación genotípica de las distintas especies de MNT. Este método se basa en la amplificación por PCR de un fragmento de aproximadamente 440 pares de bases (pb) del gen hsp65, el que codifica para la producción de una proteína de choque térmico presente en todas las especies de micobacterias, mediante la digestión del amplicón resultante con las enzimas BstEII y HaeIII. El análisis de los fragmentos obtenidos mediante su comparación con patrones ya publicados en la literatur.[52]y en la red (http://www.app.chuv.ch/prasite), permite la identificación de especie aproximadamente en los dos días posteriores al crecimiento del microorganismo en los medios de cultivo iniciales. Aunque la PRA se ha considerado un buen método para la identificación rápida de especies de MNT, la correlación con las pruebas convencionales de laboratorio no siempre es del 100%.[53] Para el laboratorio de microbiología es importante resolver estas discrepancias, pues de ello depende la aplicabilidad de nuevos métodos de diagnóstico y/o identificación, además de la calidad y la confiabilidad de los resultados. Figura 171-3. Clasificación de las MNT según la producción de pigmento. Tratamiento La eficacia del tratamiento de las infecciones causadas por MNT varía de acuerdo con circunstancias tales como el lugar de la infección, la toxicidad de los medicamentos, la resistencia de las micobacterias a los antibióticos y la efectividad de estos para erradicar la infección. Para el tratamiento de la enfermedad pulmonar por el complejo MAC, la cual es progresiva y en algunas ocasiones lleva a la muerte, se recomienda, cuando la enfermedad es nodular con bronquiectasias,la administración, tres veces por semana, de un macrólido (claritromicina 1 gramo o azitromicina 500 mg), rifampicina 600 mg o rifabutina 300 mg y etambutol 25 mg/kg. El problema de esta combinación es la interacción medicamentosa entre los fármacos sugeridos, especialmente porque los niveles de claritromicina disminuyen 65% y 47% cuando se administra simultáneamente con rifampicina y rifabutina, respectivamente. Como dicha interacción es significativamente menor con azitromicina, este sería el macrólido para utilizar. Cuando la enfermedad es grave o fibrocavitaria, se debe considerar un régimen de administración diario. Algunos también han recomendado la administración de amikacina o estreptomicina tres veces a la semana en la parte inicial de la terapia. Si hay resistencia a los macrólidos, el tratamiento recomendado incluye cuatro medicamentos: rifampicina o rifabutina, etambutol, una fluoroquinolona y un aminoglucósido. El tratamiento se debe continuar hasta por lo menos un año después de que el cultivo se haya negativizado, lo cual generalmente tarda entre 18 y 24 meses.[33] La mayoría de los pacientes sin enfermedad pulmonar de base tienen esputo negativo después de seis meses de tratamiento; sin embargo, los pacientes con daños pulmonares de base pueden tardar más en hacerlo, o incluso requerir cirugía en casos seleccionados de lesiones localizadas para mejorar la eficacia del tratamiento.[3] Para la enfermedad diseminada por el complejo MAC, se recomienda tratamiento con claritromicina o azitromicina a las dosis anotadas y etambutol (15 mg/kg). Algunos autores recomiendan la adición de rifabutina (300 mg/día), pero su beneficio es incierto. Las linfadenitis por el complejo MAC generalmente requieren la resección quirúrgica del ganglio con el propósito de diagnosticar adecuadamente y tratar mejor la enfermedad.[33] En pacientes con VIH y recuentos de CD4 menores de 50 células/µL, se recomienda la administración de profilaxis por el alto riesgo de enfermedad diseminada por este germen. En estos casos el régimen preferido es la azitromicina 1.000 a 1.200 mg/semana, pero la claritromicina 1 gramo/día también es efectiva. Es indispensable la identificación precisa de las especies de crecimiento rápido, M. fortuitum, M. chelonae y M. abscessus, debido a que estas especies difieren en la sensibilidad a los antibióticos. M. fortuitum es usualmente sensible a amikacina, cefoxitina, imipenem, levofloxacina o moxifloxacina, doxiciclina y claritromicina; M. chelonae es generalmente sensible a amikacina, tobramicina, claritromicina e imipenem, y es resistente a fluoroquinolonas y cefoxitina; los aislamientos de M. abscessusson sensibles a amikacina, claritromicina, cefoxitina e imipenem y resistentes a fluoroquinolonas. Una razón adicional para la necesidad de hacer la identificación precisa de especie es la asociación de M. abscessus con otras infecciones y la mayor tasa de mortalidad debida a las infecciones por esta especie, comparada con la debida a las otras especies de crecimiento rápido.[3] En la enfermedad pulmonar causada por M. abscessus se recomienda el tratamiento concomitante con al menos dos antibióticos que incluyan claritromicina 1 gramo/día y otro antibiótico para el cual se haya demostrado la sensibilidad del aislamiento (amikacina, cefoxitina o imipenem). Sin embargo, cursos de 2 a 4 semanas de tratamiento pueden producir mejoría de los síntomas, pero con recaídas frecuentes.[3] [33] La enfermedad pulmonar por M. fortuitum, que no es muy frecuente, se debe tratar de acuerdo con la sensibilidad demostrada a medicamentos como quinolonas, sulfonamidas, doxiciclina, amikacina o cefoxitina.[3] Las infecciones cutáneas causadas por las especies de crecimiento rápido se deben tratar de acuerdo con la sensibilidad de cada aislamiento a los distintos antibióticos. El tratamiento usualmente requiere tanto el drenaje quirúrgico de los nódulos y abscesos aislados como la administración de antibióticos.[33] Se ha recomendado el uso de claritromicina como único antibiótico en las formas leves y moderadas de la infección, pero en tales casos se ha descrito la aparición de resistencia. En las formas más graves de infecciones cutáneas se recomienda usar al menos dos antibióticos, ambos orales, o uno oral, claritromicina 1 gramo/día, y uno parenteral, de acuerdo con la sensibilidad del aislamiento. El tratamiento se debe administrar al menos por 4 a 6 meses.[33] El tratamiento de las infecciones causadas por las especies menos frecuentes de MNT se basa en la experiencia de reportes esporádicos en la literatura. La tabla 171-3 presenta un resumen de los tratamientos recomendados para estos casos de acuerdo con la especie y el tipo de infección. Especie Tipo deinfección Tratamiento Necesidad de antibiograma Referencia M. kansasii Pulmonar. Recomendado: rifampicina (600 mg/d), INH (300 mg/d) y etambutol (15 mg/kg/d) por 18 meses (12 meses después de que el esputo sea negativo). A rifampicina, si hay antecedentes de tratamientos previos. ATS 2007. M. xenopi Pulmonar. Sugerido: claritromicina, rifampicina y etambutol hasta por 12meses después de que el esputo sea negativo. No, porque hay poca correlación entre la sensibilidad in vitro y la respuesta in vivo. ATS 2007. M. marinum Piel y tejido subcutáneo. Recomendado: claritromicina y etambutol por 3-4 meses después de desaparecer la lesión. Monoterapia con claritromicina o doxiciclina o trimetoprim-sulfametoxazol en casos leves a moderados. Solo en casos de falla al tratamiento utilizado. Piersimoni 2009. M. scrofulaceum Linfadenitis. Sugerido: claritromicina y etambutol y escisión quirúrgica. Se sugieren pruebas de sensibilidad para seleccionar el tratamiento. ATS 2007. M. simiae Pulmonar. Sugerido: tratamientos similares a los de infecciones por MAC, omoxifloxacina, claritromicina y trimetoprim/sulfametoxazol. No, porque hay poca correlación entre la sensibilidad in vitro y la respuesta in vivo. Piersimoni 2008, ATS 2007. M. szulgai Pulmonar. Recomendado: rifampicina, isoniazida y etambutol, con o sinestreptomicina, hasta 12 meses después de negativizar el esputo. Sí, porque es útil para seleccionar el mejor tratamiento. Piersimoni 2008. BIBLIOGRAFÍA 1. Herdman AV, Steele JC Jr. The new mycobacterial species--emerging or newly distinguished pathogens. Clin Lab Med. 2004; 24(3): 651-90. 2. Gopinath k, Singh S. Non-TuberculousMicobacteria in TB-endemic countries: are we neglecting the danger? PLoS Negl Trop Dis. 2010; 4(4): e615. 3. Piersimoni C, Scarparo C. Pulmonary infections associated with non-tuberculous mycobacteria in immunocompetent patients. Lancet Infect Dis. 2008; 8(5): 323-34. 4. Martín-Casabona N, Bahrmand AR, Bennedsen J, Thomsen VO, Curcio M, Fauville-Dufaux M, et al. Non- tuberculousmicobacteria: patterns of isolation. A multi-country retrospective survey. Int J Tuberc Lung Dis. 2004; 8(10): 1186-93. 5. Prevots DR, Shaw PA, Strickland D, Jackson LA, Raebel MA, Blosky MA, et al. Nontuberculous mycobacterial lung disease prevalence at four integrated health care delivery systems. Am J Respir Crit Car Med. 2010; 182(7): 970-6. 6. 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