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317 Capítulo XVII. Biotecnología y salud: las vacunas En la primera mitad del siglo XX, las epidemias de poliomielitis dejaron numerosas víctimas, especialmente entre los niños. Se sospecha que si bien las mejores condiciones higiénicas evitaban el contacto prematuro con el virus, la exposición tardía en la edad escolar encontraba un grupo vulnerable, favoreciendo la aparición de brotes. Hasta la década de 1950, las medidas preventivas eran limitadas y la enfermedad, aterradora. Al haber un brote, las escuelas cerraban y los niños eran privados del contacto entre ellos, perma- neciendo aislados hasta que pasara el peligro. La llegada de una vacuna tuvo una repercusión extraordinaria. La vacuna de virus inactivados de Jonas Salk (IPV, del inglés, inactivated polio vaccine) comenzó a ser aplicada en 1954. Para fabricarla, tres tipos de poliovirus eran cultivados en riñón de mono (Macacus rhesus) y, posterior- mente, se los inactivaba con formalina. Una segunda opción apareció en 1963, con la vacuna de virus atenuados de Albert Sabin (OPV, del inglés oral polio vaccine). Debido a modificaciones en los procesos productivos, la efi- ciencia de ambas vacunas aumentó considerablemente en los años posteriores. Ambas tienen ventajas y desventajas. La inyección (IPV) demanda agu- jas y jeringas estériles, y por eso es más cara y menos segura que la ingestión por gotas (OPV). Por otro lado, una vacuna de virus atenuados como la OPV debe mantenerse en frío. Desde el punto de vista de la eficacia, la OPV confiere una inmunidad más amplia, porque envuelve la mucosa digestiva y frena la transmisión del virus salvaje. Pero al estar basada en virus atenuados, la OPV es peligrosa para las personas inmunodeprimidas, porque aunque no fueran vacunadas, el virus podría llegarles a través de la contaminación con heces de personas inmunizadas. Por estas ventajas y desventajas algunos países usan la IPV y otros la OPV. Hay nuevas vacunas que se están investigando como, por ejemplo, una de tipo recombinante en la que el gen de una proteína de la cápside viral se insertó en el genoma de Escherichia coli. Esta bacteria, que coloniza normal- mente el intestino, sintetizaría la proteína que inmunizaría al hospedador. A pesar del éxito de la vacunación, la erradicación de la enfermedad parece ser más compleja que lo esperado. La polio aún subsiste en algunas regiones de África, del subcontinente indio y del Extremo Oriente, donde las campañas de vacunación son complejas y muchas veces interrumpidas por conflictos bélicos. El brote ocurrido en Holanda (1992-1993) en un grupo que se opone a la vacunación por motivos religiosos, mostró que el virus salvaje continúa presente en la naturaleza. En 2000, la polio reapareció en Haití y República Dominicana. En la ocasión se comprobó que el virus atenuado puede revertir y que aún cuando no se detecten más casos de polio,
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