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Unidad 6. Las regiones biogeográficas de España Geografía, 2º Bachillerato
INTRODUCCIÓN
La vegetación o flora es el conjunto de especies vegetales de un territorio. Está integrada por
formaciones vegetales o grupos de vegetación individualizados por su tamaño y por su fisonomía. Los tres
tipos básicos son el bosque (árboles), el matorral (arbustos) y el prado (pastos o herbáceas). 
En la Tierra, la vegetación se distribuye en grandes conjuntos florísticos denominados reinos florales,
subdivididos en regiones. España forma parte del reino holártico, que comprende las tierras continentales al
norte del trópico de Cáncer. La Península incluye tres regiones florales: la región boreoalpina (zonas más
elevadas de los Pirineos y de la cordillera Cantábrica); la región eurosiberiana (norte peninsular y algunos
sectores de los sistemas Central e Ibérico); y la región mediterránea (resto de la Península). Las islas Baleares
forman parte de la región mediterránea, y las islas Canarias, de la región macaronésica. 
1. FACTORES DE LA DIVERSIDAD BIOGEOGRÁFICA
La vegetación española cuenta con unas 6.000 especies. Esta diversidad resulta de la variedad de
factores que inciden sobre ella: 
 Los factores físicos son la diversidad del clima, pues cada planta requiere unas condiciones específicas
de temperatura y precipitación. La España peninsular pertenece a los dominios atlántico y
mediterráneo. Éste último es el más extendido y determina tanto por sus contrastes estaciones como por
las gradaciones espaciales, la aparición de biotopos diversos. La diversidad del relieve, que propicia
especies diferentes en función de la altura, y de la orientación de las vertientes a barlovento/sotavento
del viento dominante, o en la solana/umbría. Y la variedad de suelos, dado que cada especie prefiere un
tipo concreto. A la diversidad vegetal de España colaboran también la posición de puente de la
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Península (influencias atlántica, mediterránea, sahariana y europea) y la originalidad de la vegetación
canaria, motivada por la insularidad. Cuando la vegetación de una zona resulta exclusivamente de la
incidencia de factores naturales se denomina clímax o potencial. 
 Los factores humanos se manifiestan en la degradación de la cubierta vegetal existente, o en la
introducción de especies foráneas interesantes por su aprovechamiento agrario o por su valor
económico (especies de repoblación como el eucalipto). Cuando la vegetación de una zona es el
resultado de la intervención humana se denomina vegetación secundaria. 
2.- CARACTERÍSTICAS DE LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS
En Biogeografía, los rasgos o jerarquías que se establecen son los siguientes: reino, provincia y
sector. España forma parte del reino holártico boreal que se extiende sobre los continentes al norte del
trópico de Cáncer. Éste comprende once regiones, de las cuales tres están presentes en España:
 Región eurosiberiana. Se corresponde con la cornisa Cantábrica y Pirineos, excepto la parte
oriental de los mismos. Se caracteriza por una vegetación exuberante, como corresponde a un clima
de temperaturas suaves y humedad abundante y bien distribuida a lo largo del año. Estas
condiciones, unidas a las características de un suelo pobre, permiten el desarrollo de un bosque
caducifolio que alcanza de 25 a 30 metros de altura y cuya frondosidad reduce considerablemente
el acceso de la luz solar hasta el suelo, dificultando el desarrollo de los estratos arbustivo y
herbáceo.
Se encuentra dividida en dos provincias:
1. Provincia atlántica que comprende el norte y el noroeste peninsular
2. Provincia submediterránea que se extiende desde la provincia anterior hacia 
el este, ocupando la vertiente meridional del Pirineo.
 Región mediterránea. Comprende el resto de la Península y las islas Baleares. El principal rasgo de la
vegetación es su carácter perennifolio, que deriva de las exigencias de adaptación al medio que
impone el clima. El clima mediterráneo presenta una sequía estival muy acusada a la que se han
adaptado las plantas desarrollando mecanismos para reducir la evapotranspiración y alcanzar la
humedad del suelo. Por eso, la vegetación mediterránea tiene hojas pequeñas y de color cobre, y una
raíz extensa y profunda que se hunde vigorosamente en el sustrato (a este tipo de hojas se les llaman
esclerófilas).
 Región macaronésica. Se corresponde con el archipiélago canario. Entre sus características: la
insularidad, variedad litológica y antigüedad de la flora. Esto hace que entre sus principales rasgos
encontremos la variedad florística y la elevada proporción de endemismos. Esta diversidad procede de
la unión en el archipiélago de las influencias del mundo holártico y mediterráneo con las africanas,
mientras que la insularidad ha fortalecido los caracteres autóctonos.
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3.- FORMACIONES VEGETALES DE LA ESPAÑA PENINSULAR E INSULAR
Las formaciones vegetales se disponen en comunidades, cuyo conjunto constituye el paisaje vegetal de un
área. Dado que el clima ejerce una influencia decisiva sobre la vegetación, estudiaremos los paisajes vegetales de
España por bioclimas, es decir, por áreas dotadas de una cierta homogeneidad interna en cuanto a su clima y
vegetación. 
3.1. EL PAISAJE VEGETAL DE CLIMA OCEÁNICO.
Corresponde a la región floral eurosiberiana. Sus formaciones vegetales características son el bosque 
caducifolio, la landa y el prado. 
a) El bosque caducifolio. 
El bosque caducifolio es denso. Está constituido por árboles altos, con tronco recto y liso, y la hoja
grande y caduca. En el sotobosque crecen helechos y musgos, en un ambiente sombrío causado por las copas de
los árboles, que se sitúan próximas entre sí, impidiendo que llegue mucha luz al suelo. Las especies más
características son el roble y el haya, que pueden aparecer formando grandes masas específicas o mixtas.
 El haya exige gran humedad, tolera mal el calor y muy bien el frío, por lo que es un árbol de montaña,
que prefiere los suelos calizos, aunque tolera los silíceos. Su madera, dura y de buena calidad, se
emplea para elaborar muebles y utensilios. Su área principal está en la cordillera Cantábrica y el
Pirineo navarro. 
 El roble exige menos humedad que el haya, y tolera mal el calor y el excesivo frío, por lo que se sitúa a
alturas más bajas. Prefiere suelos silíceos. Su madera, dura, se emplea par la construcción y para
fabricar muebles y barcos. Las áreas más extensas de roble se encuentran en Galicia y en la cordillera
Cantábrica.
 El bosque marcescente1 de rebollo y quejigo es propio del clima oceánico de transición. Es menos
denso y de árboles menos altos, que mantienen sus hojas secas hasta el nacimiento del nuevo brote para
proteger las yemas del frío. Sus bellotas se usan para la alimentación del ganado. 
La acción humana ha supuesto cambios en la vegetación natural: 
 La reducción de la extensión del bosque por la pérdida de sus usos tradicionales (la leña y el carbón
vegetal en la calefacción rural, ahora se usa grsoil, y la madera para la fabricación de aperos); las
quemas incontroladas para obtener pastos; y los incendios forestales.
 La introducción de especies secundarias de aprovechamiento agropecuario, como el castaño, que ha
ganado terreno a costa del roble por el uso de su fruto y de su madera.
 Las repoblaciones con árboles de crecimiento rápido y buen aprovechamiento económico, como el
pino (madera y resina) y el eucalipto (celulosa y pasta de papel). Estas repoblaciones han sido muy
criticadas porque las hojas de ambos árboles colaborana la acidificación y al empobrecimiento del
suelo y son especies que arden con más facilidad en caso de incendio. 
1 Cualidad de algunos árboles de no desprender las hojas de las ramas cuando llega el invierno. Así las hojas
se quedan adheridas a la mata. Sólo ocurre en algunos árboles de hoja caduca como el rebollo, quejigo,
etc. 
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b) La landa y los prados. 
La landa es una vegetación densa de matorral, cuya altura puede ser baja o alcanzar los cuatro metros.
Sus especies más abundantes son el brezo, el tojo y la retama o genista. La landa aparece como degradación del
bosque caducifolio o como vegetación supraforestal (piso que se inicia aproximadamente a partir de los 2.000
metros). Suele usarse para cama de animales y luego como abono mezclado con los excrementos del ganado. 
Los prados son una vegetación herbácea que ocupa grandes extensiones de terreno en los paisajes
oceánicos. Se usan como alimento del ganado (pastizales). 
3.2. EL PAISAJE VEGETAL DE CLIMA MEDITERRÁNEO.
Corresponde a la región floral mediterránea. Sus formaciones vegetales características son el bosque
perennifolio y el matorral: la maquia, la garriga y la estepa.
Estas formaciones xerófilas (vegetación adaptada a la aridez) se han adaptado a la sequía estival. Así,
desarrollan raíces muy extendidas en superficie o en profundidad para captar el agua. Poseen hojas perennes y
esclerófilas (duras y coriáceas), con diversos sistemas para disminuir la transpiración: pequeño tamaño;
pilosidades; revestimientos de resina, cera o goma; formación de espinas.
a) El bosque perennifolio.
Es un bosque poco denso. Lo forman árboles de mediana altura, con tronco sinuoso, grueso y rugoso, y
hoja perenne. Sus ramas crean copas globulares y amplias, que proyectan sombra sobre el suelo para mitigar la
insolación y la evaporación. Posee un rico sotobosque (matas y arbustos que crece bajo los árboles de un
bosque o monte), con especies como la retama, ya que los árboles se sitúan algo apartados unos de otros y la luz
penetra con facilidad. Las especies más características son: 
 La encina es resistente a la sequía y se adapta a todo tipo de suelos, por lo que es el árbol más típico y 
extendido del clima mediterráneo. Su madera, muy dura y resistente, se empleaba tradicionalmente 
para elaborar ruedas, carpintería exterior, utensilios y carbón; y su fruto, la bellota, para alimentar al 
ganado. Los bosques mejor conservados se encuentran en Sierra Morena, Extremadura y la sierra de 
Guadarrama.
 El alcornoque necesita cierta precipitación (más de 500 mm/año), inviernos suaves, y suelos silíceos. 
Su madera, muy dura, se aprovecha para la realización de toneles y barcos, y su corteza, para la 
obtención de corcho. Se concentra en el SO. Peninsular, en sectores del sur de Andalucía (de Cádiz a 
Málaga), en el NO. de Cataluña y en Castellón.
La acción humana ha supuesto cambios en la vegetación natural:
 La reducción de la extensión del bosque por la pérdida de muchos de sus usos tradicionales; el
obstáculo que representan los árboles para la mecanización agraria y para el regadío móvil; y los
incendios forestales.
 La modificación para uso agropecuario mediante el sistema de la dehesa. Consiste en aclarar el
bosque de encina y alcornoque y combinar su conservación y la protección del suelo, por los árboles,
con el aprovechamiento agroforestal del fruto, la leña, la madera o la corteza de los árboles; la práctica
de la ganadería y del cultivo; y otros usos, como la caza.
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 Las repoblaciones con pino se han extendido por amplias zonas. Se valora su adaptación a
condiciones climáticas extremas (frío, calor, aridez y humedad) y a suelos diversos; su rápido
crecimiento; y el aprovechamiento económico de su resina y de su madera para la construcción, la
elaboración de muebles, el aglomerado y la pasta de papel. 
b) El matorral.
El matorral mediterráneo no es una formación clímax, sino el resultado de la degradación del bosque 
por el ser humano. Presenta tres tipos característicos:
 La maquia es una formación arbustiva densa, casi impenetrable, de más de dos metros de altura. Está
integrada por matorrales esclerófilos (hojas duras) como la jara, el brezo, el lentisco y la retama. Se
encuentra en el mismo área del alcornoque. 
 La garriga está formada por arbustos y matorrales de poca altura, que dejan zonas sin cubrir, donde
aparece la roca desnuda. Prefiere los suelos calizos. Especies características son el tomillo, el romero y
el espliego. 
 La estepa está formada por hierbas bajas, entremezcladas con arbustos espinosos, nudosos, bajos y
discontinuos, que dejan al descubierto suelos pobres. Entre sus especies destacan el palmito, el tomillo,
el espartal y el espárrago. Es propia de la zona semiárida del sureste peninsular y del valle del Ebro,
donde la sequía impide el crecimiento de los árboles y en zonas donde la garriga ha sido degradada por
la acción humana. 
El matorral mediterráneo tiene diversos usos: en perfumerías; en la medicina natural o en la industria
farmacéutica; como condimento gastronómico; y para la fabricación de escobas, esteras, cuerdas y
cestos. 
3.3. EL PAISAJE VEGETAL DE RIBERA.
En las riberas de los ríos, el suelo se impregna de humedad, por lo que su vegetación tiene rasgos
diferentes a la de su entorno, especialmente en las zonas de clima seco. La presencia constante de agua hace
que solo puedan vivir allí ciertas especies, que se disponen en franjas paralelas al río, desde las que están en
contacto semipermamente con el agua hacia el exterior.
Los bosques de ribera están formados por las siguientes especies:
 el aliso y sauce (cuyas raíces necesitan estar en el agua)
 el chopo, el álamo y el fresno (solo requieren humedad en el extremo inferior de las raíces) 
 el olmo, (menos exigente en humedad).
Algunos de esos árboles, de crecimiento rápido y madera blanda, como el chopo o el sauce, se usan
para armazones y embalajes. Junto a los bosques crecen juncos y matorrales, como el cornejo, el aligustre, la
madreselva, las zarzamoras y los rosales silvestres. 
La acción humana ha reducido la extensión de los bosques de ribera, al alterar los márgenes y los
cauces fluviales para implantar cultivos, urbanizaciones o canalizaciones. Este hecho ha supuesto una grave
pérdida, sobre todo en la España seca, donde la reducción de la vegetación ha supuesto una degradación
paisajística, ha aumentado la erosión, el riesgo de inundación, el aumento de la evaporación y de la temperatura
en la zona. 
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3.4. EL PAISAJE VEGETAL DE MONTAÑA.
En la montaña, la vegetación se dispone en pisos bioclimáticos o cliseries con formaciones vegetales
distintas según la latitud, la altitud y la orientación (barlovento, al recibir más precipitación que el sotavento,
tiene vegetación abundante; solana, orientada al sur, está más afectada por la acción del sol que la umbría y por
tanto, retiene menos la humedad). En general se suceden el bosque hasta la zona donde la temperatura media
anual alcanza los 10ºC; los matorrales a partir de la altura donde el frío impide el crecimiento de los árboles;
los prados y pastizales de hierbas y matas enanas en las zonas cubiertas por la nieve muchos meses; y las
plantas rupícolas adaptadas a vivir sobre las rocas o en el interior de sus grietas y fisuras (líquenes y musgos). 
a) La montaña alpina o pirenaica está representada por los Pirineos. En su parte alta, sobre el bosque de
encinas o robles, pueden distinguirse tres pisos:
 El piso subalpino (1200-2400 m.) reúne coníferas2 naturales, como el abeto, el pino negro y el pino
silvestre.El abeto puede formar bosques mixtos con el haya. El sotobosque está constituido por
arbustos como el rododendro y el arándano.
 El pino alpino (2400-3000 m.) es dominio del prado, que tiene un período vegetativo corto, ya que
pasa siete u ocho meses cubierto por la nieve. Por este motivo no pueden desarrollarse plantas de
mayor tamaño. En estas alturas abundan los sectores de roca desnuda y los canchales, donde crecen
pequeñas plantas rupícolas (adaptadas a vivir en las rocas).
 El piso nival (más de 3000 m.) tiene espacios de topografía algo plana o de pendiente reducida en los
que la nieve se mantiene todo el año y la vegetación es inexistente. Posee también otros espacios de
fuerte inclinación, donde la nieve desaparece cierto tiempo. Aquí se encuentran pequeñas plantas
rupícolas, dispuestas directamente sobre la roca (líquenes y musgos) o en las grietas y fisuras.
b) El resto de las montañas peninsulares carecen del piso subalpino de coníferas. 
b.1.) La montaña atlántica está representada por la vertiente norte de la cordillera Cantábrica. En ella se
suceden un piso basal forestal de bosque caducifolio; un piso supraforestal de landa; y una cima con prados. 
b.2.) La montaña mediterránea incluye las montañas del resto de la Península y de la islas Baleares. En ella
se suceden un piso basal forestal de bosque perennifolio precedido de arbustos y matorrales espinosos que
alternan con pedregales en las zonas más secas. Por encima del piso supraforestal se encuentran los prados,
que en la zona mediterránea se reducen al fondo de los valles y otras zonas húmedas. 
La acción humana ha reducido los bosques de montaña en favor de usos agropecuarios (pastos en la montaña
atlántica, o cultivos en la mediterránea – almendro, olivo, vid -) y de la extensión de los bosques de
repoblación con buen rendimiento económico. En otros casos, la degradación o desaparición del bosque ha
provocado su sustitución por el matorral. 
2 Árboles o arbustos resinosos, de hojas aciculares (como agujas) y frutos agrupados en conos (piñas). 
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3.5. EL PAISAJE VEGETAL DE CANARIAS.
La vegetación de Canarias corresponde a la región macaronésica de las que proceden las especies
autóctonas, a las que los sucesivos pobladores incorporaron especies mediterráneas europeas y africanas y
especies americanas. Además, por su situación insular, desempeñan un gran papel los endemismos
(formaciones vegetales propias y exclusivas) y las reliquias (vegetación que ocupó grandes extensiones en otras
épocas geológicas del clima distinto y que se ha refugiado en enclaves muy reducidos). 
Las islas orientales (Lanzarote y Fuerteventura), por su relieve poco acusado, presenta un cambio en la
vegetación. La falta de montañas elevadas hace que los alisios no provoquen los “mares de nubes”, por lo que
hay ausencia total de laurisilva y el pino canario no existe en estas islas. Su vegetación está adaptada a la aridez
extrema (subdesértica). No obstante, en el resto de las islas con relieve montañoso, resulta una riqueza vegetal
extraordinaria, en las que se suceden los siguientes pisos vegetales: 
 El piso bajo (desde el nivel del mar hasta los 300-500 m.) tiene muy poca humedad y, por ello, carece
de vegetación arbórea, pues predominan los matorrales ralos (poco espeso y poblado) y ásperos (cardón
y tabaiba). Incluye plantas que soportan la sal (halófilas) y la arena (psamófilas) como la barrilla. 
 El piso intermedio (200-800 m.) está condicionado por el descenso térmico y el aumento de la
humedad que transportan los vientos alisios. Aquí crece la palmera, el drago y la sabina. 
 El piso termocanario (800-1200 m.). La vegetación se adapta al mar de nubes o niebla causada por el
alisio que aporta gran humedad, más fresco y menor insolación. Está formada por el bosque de
laurisilva (muy denso y compuesto por más de veinte especies) y el fayal-brezal (degradación de la
laurisilva por la acción humana). 
 El piso de montaña (hasta 2200 m.) está dominado por el bosque de coníferas. Su especie principal es
el pino canario que, al quedar fuera del mar de nubes, debe adaptarse a unas especiales condiciones de
aridez y al frío. En las zonas más altas de este piso pueden hallarse otras especies, como el cedro
canario. 
 El piso supracanario (más de 2200 m.) solo está presente en Tenerife y La Palma. Se caracteriza por
una acusada desnudez, con matillas dispersas, pero de gran riqueza florística (violeta del Teide). 
La acción humana se ha manifestado en el retroceso de la vegetación en las zonas bajas y en las medianías por 
la implantación de urbanizaciones turísticas y cultivos; y en las áreas de bosque, dada la escasez de madera del 
archipiélago. 
4.- LA INTERVENCIÓN HUMANA Y SUS CONSECUENCIAS GEOGRÁFICAS.
El medio ambiente es de una gran importancia para el ser humano, pues de él obtiene sus recursos.
Pero la acción antrópica (humana) causa problemas al medio natural. Los principales son la destrucción o
desaparición total de elementos medioambientales, la sobreexplotación o explotación del medio por encima de
su capacidad de producción y regeneración, y la contaminación o adición de materias nocivas en proporción no
asimilable por el medio. 
Unidad 6. Las regiones biogeográficas de España Geografía, 2º Bachillerato
4.1. La deforestación o destrucción de la cubierta vegetal.
La deforestación tiene como causas principales las roturaciones agrarias, la ocupación del espacio
forestal para otros usos y los incendios forestales. 
 La agricultura y la ganadería, desde el pasado remoto, han roturado miles de kilómetros cuadrados
de bosque que se han destinado a cultivos o se han convertido en prados para el ganado.
 La ocupación urbana, las instalaciones industriales, las segundas residencias y las grandes
infraestructuras también se han realizado en muchos casos a costa del bosque.
 Los incendios forestales han tenido una clara evolución ascendente en los últimos treinta años. Su
mayor frecuencia se da en el verano y se estima que el 96% son provocados, por descuido o de forma
intencionada, por algunos ganaderos que quieren obtener nuevas zonas de pastos, por especuladores
que desean suelos para segundas residencias o instalaciones hoteleras, y por excursionistas. 
Los incendios se han visto favorecidos además por la densificación del sotobosque en muchas zonas
(debida al abandono de los usos tradicionales del bosque) y por las repoblaciones con especies que arden con
facilidad, como el pino y el eucalipto. Los mayores riesgos se concentran en Galicia, los Montes de León, la
cornisa cantábrica y la fachada mediterránea. 
Frente a la alteración y la deforestación, en el Plan Forestal Español 2002-2023, se propone: 
• el desarrollo sostenible y el uso multifuncional del bosque, es decir, combinar la protección con el
aprovechamiento racional de sus recursos por la población rural y con un uso recreativo responsable. 
• prevenir los incendios mediante campañas de información y sensibilización; incremento de las penas
para los causantes; prohibición de recalificar los terrenos afectados para otros usos durante treinta
años; limpieza de la maleza de los bosques; e incremento de los medios para sofocarlos (cortafuegos,
puntos de agua, hidroaviones).
• Restaurar las zonas incendiadas y la reforestación de 3,8 millones de hectáreas , como forma de
contribuir a la conservación de la biodiversidad y a la lucha contra el cambio climático, dado que el
bosque absorbe CO2 y suministra biomasa que reduce el consumo de otras fuentes energéticas. 
4.2. La contaminación, la erosión y la desertificación del suelo.
La contaminación del suelo es obra de los vertidos industriales y urbanos y, sobre todo, del abuso en
el empleo de fertilizantesquímicos y plaguicidas en las actividades agrícolas, que a largo plazo pueden dar
características tóxicas al suelo.
La erosión del suelo es un fenómeno natural que, en una parte importante de España, se ve acentuado
por las acusadas pendientes y el carácter torrencial de las precipitaciones. Pero la erosión natural puede
intensificarse también debido a acciones humanas, como la deforestación y las prácticas agrícolas y ganaderas
inadecuadas:
 La deforestación por tala o incendio contribuye a la erosión, pues la vegetación fija el suelo con sus
raíces y retiene el agua de lluvia, dejándola caer lentamente, de modo que evita que golpee
directamente sobre el suelo.
 El excesivo pastoreo en pastos pobres acentúa la erosión. Lo mismo sucede con prácticas agrarias
inadecuadas, como no dejar descansar suficientemente el suelo, abusar de los abonos y plaguicidas
químicos o cultivar en la laderas de gran pendiente sin adoptar medidas de protección.
Unidad 6. Las regiones biogeográficas de España Geografía, 2º Bachillerato
En España, la erosión destruye una media de 200 kg de suelo por segundo (5 mm de su capa superficial
al año). Las áreas con más riesgo son la costa mediterránea, el valle del Guadalquivir y áreas montañosas con
pendientes, ríos torrenciales, e insuficiente protección vegetal. 
La desertificación es la degradación de las tierras de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas
hasta adquirir rasgos propios de los desiertos. Sus causas son la erosión, la aridez, los incendios y la
sobreexplotación de los acuíferos. Así, un 6% del suelo español está desertificado y un 17,8% se halla en riesgo
muy alto o alto. Las áreas más afectadas son el SE peninsular y Canarias. 
Frente a este problema España cuenta con una red de estaciones de seguimiento de la erosión y la
desertificación (Red RESEL). Desarrolla actuaciones de prevención y control en el marco de los compromisos
suscritos con Naciones Unidas, Convención de la Lucha contra la Desertificación (1966), que ha dado lugar al
Proyecto LUCDEME – Lucha contra la Desertificación en el Mediterráneo – y al Plan de Acción Nacional
contra la Desertificación – PAND-. 
4.3. La reducción de la biodiversidad.
España es uno de los países de la UE con mayor biodiversidad o variedad de especies vegetales y
animales, gracias a la diversidad de su medio físico. 
Sin embargo, la biodiversidad se ve amenazada por las siguientes razones: 
 Alteración de los hábitats naturales.
 Introducción de especies exóticas invasoras.
 Selección genética (agricultura y ganadería) en favor de especies más rentables.
 Caza o pesca excesivas. 
Las consecuencias son la especies amenazadas o en peligro de extinción como siempreviva, piña de
mar, cardo, oso pardo, lince ibérico, esturión, águila imperial, quebrantahuesos, etc. 
Por ello, España ha suscrito un acuerdo internacional (el Convenio sobre Diversidad Biológica) y ha
elaborado una Ley (2007) y un Plan Estratégico (2011-2017) sobre el Patrimonio Natural y la Biodiversidad
que pretende detener su pérdida, recuperando hábitats naturales, evitar especies invasoras y potenciar las
especies autóctonas. Así, se recuperaría las especies amenazadas -en peligro de extinción y vulnerables -. 
CONCLUSIONES 
Como hemos visto a lo largo del tema, en España hay una gran diversidad de formaciones vegetales,
adaptadas a unas determinadas condiciones climáticas, de suelos, de relieve y de posición. Estas formaciones
vegetales tienen un carácter claramente regresivo debido a la acción humana, concretamente la deforestación y
unas repoblaciones que han constituido en realidad unas auténticas agresiones medioambientales.

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