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608 | El nivel molecular en biomedicina Recuadro 33-6. ALTERACIONES METABÓLICO-GENÉTICAS DE LA VISIÓN Unos 30 millones de personas en el mundo sufren ceguera total y un núme- ro muy superior está aquejado de minusvalías de la visión. Una propor- ción considerable de estos casos se deben a enfermedades causadas por trastornos metabólicos o genéticos. Entre las alteraciones metabólicas de la visión destaca la xeroftalmia. Puesto que los mamíferos no son capa- ces de sintetizar β-carotenos, el déficit de vitamina A provoca anomalías de la visión debidas a alteraciones en la for- mación de rodopsina funcional. La xeroftalmia provoca la formación de una película seca y dura sobre la cór- nea, con pérdida de agudeza visual en condiciones de penumbra y ceguera nocturna. Todo ello evoluciona a cegue- ra total si no se aporta la (pro)vitamina A durante períodos prolongados. El sín- drome de Bassen-Kornzweig, debido a un mal funcionamiento del sistema de absorción de las vitaminas liposolubles, cursa con síntomas parecidos a la xerof- talmia. Por otra parte, algunos estados patológicos presentan efectos secunda- rios importantes sobre la visión. El caso más frecuente es el de la diabetes, que ocasiona una atrofia progresiva del sis- tema microvascular del ojo, de impor- tancia variable, pero que puede acabar en ceguera. Otro ejemplo es el de las cataratas producidas a consecuencia de la galactosemia. Dentro de las enfermedades de ori- gen genético, cabe destacar la ceguera al color, provocada por alteraciones en los genes que codifican las distintas opsinas, mediante mutaciones que afectan a la interacción de la opsina con el 11-cis-retinal, lo que desplaza el máximo de absorción de las tres rodopsinas esenciales para la capta- ción de los colores en los conos (Fig. 33-16). Pueden ofrecer distinto grado, desde la ceguera para un color o el dal- tonismo (falta de discriminación entre el rojo y el verde), hasta la visión en blanco y negro. En la ceguera noctur- na estacionaria congénita, enfermedad hereditaria asociada a una alteración de la función de los bastones, el paciente presenta un fondo de ojo nor- mal, pero sufre ceguera nocturna no progresiva, con miopía y agudeza visual reducida. En cambio, la retinitis pigmentosa es un proceso degenerati- vo que afecta al epitelio pigmentario, y que comienza con ceguera nocturna y dificultades en la visión periférica. Generalmente, progresa con la edad hasta llegar a la ceguera total (véase Recuadro 34-3). 33 Capitulo 33 8/4/05 12:29 Página 608
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