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504 imagen quística menor de 2 cm de diámetro, con áreas sólidas, septos y calcificacio- nes (vale la pena notar que la calcificación periférica en “cáscara de huevo” señala malignidad con alta probabilidad). Puede llegar a desplazar el conducto pancreático. No se demuestra comunicación con el conducto pancreático. Neoplasia papilar intraductal mucinosa (IPMN) Su caracterización es reciente. Se las ha denominado de varias maneras (ectasia mucinosa ductal, tumor hipersecretor de mucina, adenomatosis vellosa mucinosa, etc.). Por el hallazgo frecuente de dilatación irregular del conducto principal, con o sin dilataciones quísticas de conductos periféricos y atrofia de parénquima pan- creático, se puede confundir con la pancreatitis crónica del adulto mayor. Existen dos subclases de IPMN según su origen: del conducto pancreático principal y de los conductos secundarios. Si se encuentra en el conducto pancreático principal, produce una acentuada dilatación del conducto de Wirsung, por una parte la lesión quística misma y especialmente si se ubica en la cabeza del páncreas, llegando a formar un gran tapón de mucina, produciendo una dilatación por obstrucción hacia el cuerpo y cola. La probabilidad de malignización de IPMN del conducto principal es alta, más aún, en la mayoría de los casos, por lo menos displasia de alto grado está presente en la lesión en el momento del diagnóstico. Sin embargo, el pronóstico postquirúrgico es incomparablemente mejor que en el adenocarcinoma pancreático. Los IPMN de los conductos secundarios en muchos casos son múltiples y asin- tomáticos. Presentan un aumento de incidencia “epidémico” (ambiental o genético). Los síntomas en algunos casos pueden ser semejantes a la pancreatitis crónica (dolor crónico), en ausencia de factores predisponentes de pancreatitis crónica (alcohol, historia familiar). La edad promedio es aproximadamente 68 años y es más frecuente en hombres. La mayoría de ellos son pequeños, sin características imagenológicas “preocupantes” (“worrysome features” en literatura inglesa) y la probabilidad de crecimiento y malignización consecutiva es relativamente baja, por lo que se puede decidir seguimiento de ellos, siendo la colangiorresonancia sin medio de contraste un método suficiente. El compromiso del conducto pancreático principal es un indicador de mayor riesgo de malignidad, lo mismo que la presencia de nodulaciones en la pared, engrosamiento parietal y diámetro mayor de 3 cm. Una síntesis de las principales características de las NQP más frecuentes se en- cuentra en la Tabla 1. Tratamiento 1. Frente a una NQP estudiada con TAC de abdomen (protocolo de páncreas) y RNM con CRNM, la primera pregunta es si existen antecedentes de pancreatitis aguda. Si la respuesta es afirmativa, se debe excluir la presencia de un pseudoquiste inflamatorio. GUILLERMO WATKINS S.
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