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170 L O S F U N D A M E N T O S D E L A M I C R O B I O L O G Í A organismos que viven en estos ambientes están normalmente muy adaptados a su temperatura ambiental. Los estudiaremos a continuación ( Secciones 15.18 y 15.19 y Capítulo 16). Ambientes con temperaturas altas Los organismos cuya temperatura óptima de crecimiento supera los 45 °C se llaman termófilos, y aquellos cuya tempe- ratura óptima está por encima de los 80 °C son hipertermófilos (Figura 5.20). La superficie de suelos muy expuestos a la luz del sol se puede calentar hasta los 50 °C a mediodía, y algunos pue- den llegar incluso hasta los 70 °C. Los materiales en fermenta- ción como los montones de compost y los ensilados también pueden alcanzar temperaturas de 70 °C y los termófilos abun- dan en estos ambientes. No obstante, los ambientes más extre- mos en la naturaleza por sus altas temperaturas son las fuentes termales, y son el hábitat de una gran diversidad de termófilos e hipertermófilos. Muchas fuentes termales terrestres tienen temperaturas próximas a la de ebullición, mientras que las fuentes termales oceánicas, llamadas fumarolas hidrotermales, pueden alcanzar temperaturas de 350 °C o más. Hay fuentes termales en todo el mundo, pero son especialmente abundantes en el oeste de los Estados Unidos, en Nueva Zelanda, Islandia, Japón, Italia, Indonesia, América Central y en el centro de África. La mayor concentración del mundo de fuentes termales está en el par- que nacional de Yellowstone, en Wyoming (EE. UU.). Algu- nas fuentes termales tienen una temperatura variable, pero en muchas de ellas es prácticamente constante, con una variación de menos de 1 °C o 2 °C a lo largo de los años. Además, dife- rentes fuentes termales tienen composición química y valores de pH diferentes. Por encima de los 65 °C solo se encuentran en ellas procariotas (Tabla 5.1), pero la diversidad de bacterias y arqueas suele ser muy amplia. Hipertermófilos en fuentes termales En las fuentes termales en ebullición se encuentra una gran variedad de hipertermófilos (Figura 5.23), tanto especies de quimioorganótrofos como de quimiolitótrofos. La veloci- dad de crecimiento de los hipertermófilos se puede estudiar muy fácilmente en el terreno introduciendo un portaobjetos en una fuente termal y retrándolo unos días más tarde; el exa- men microscópico pondrá de manifiesto las microcolonias de procariotas que se han desarrollado a partir de células indivi- duales que se han adherido a la superficie de vidrio y han cre- cido allí (Figura 5.23b). Estudios ecológicos sencillos como este han demostrado que las velocidades de crecimiento microbia- nas son a menudo bastante altas incluso en fuentes con agua en ebullición; se han llegado a registrar tiempos de generación de tan solo 1 hora. Se han obtenido cultivos de diversos hipertermófilos que corresponden a tipos morfológicos y fisiológicos variados de bacterias y arqueas. Algunas arqueas hipertermófilas tienen temperaturas de crecimiento óptimas por encima de 100 °C, pero no se conocen especies bacterianas que crezcan por encima de los 95 °C. Mantener cultivos de laboratorio de orga- nismos con temperaturas óptimas por encima del punto de ebu- llición requiere recipientes presurizados que permitan que la temperatura del medio de cultivo suba por encima de 100 °C. Los organismos más tolerantes al calor que se conocen habitan estas propiedades moleculares mantengan flexibles y funciona- les estas enzimas en condiciones de frío. Otra característica de los psicrófilos es que su membrana citoplasmática sigue siendo funcional a temperaturas bajas. Una mayor cantidad de ácidos grasos insaturados y de cadena corta en la membrana citoplasmática permite a la membrana mante- ner su estado semifluido a bajas temperaturas para poder llevar a cabo importantes funciones bioenergéticas y de transporte. Algunas bacterias psicrófilas incluso contienen ácidos grasos poliinsaturados, y a diferencia de los ácidos grasos monoin- saturados o saturados que suelen hacerse más rígidos a bajas temperaturas, los poliinsaturados permanecen flexibles incluso cuando hace mucho frío. Otras adaptaciones moleculares a las bajas temperaturas son las proteínas de «choque térmico» y los crioprotectores, que no están limitados a los psicrófilos. Las proteínas de choque térmico están presentes incluso en Escherichia coli, y tienen distintas funciones como mantener otras proteínas en forma activa en condiciones de frío o unirse a mRNA específicos y facilitar su traducción. Entre estos últimos, en concreto, a los mRNA que codifican otras pro- teínas funcionales en frío, la mayoría de las cuales no se sinteti- zan cuando la célula está creciendo a altas temperaturas. entre los crioprotectores hay proteínas anticongelantes determinadas o solutos específicos, como el glicerol o ciertos azúcares que se pro- ducen en gran cantidad a temperaturas bajas; estos agentes ayu- dan a impedir la formación de cristales de hielo que pueden dañar la membrana citoplasmática. Las bacterias muy psicrófilas tam- bién suelen producir abundantes exopolisacáridos, a los que se atribuye asimismo propiedades crioprotectoras. Aunque las temperaturas de congelación pueden impedir el crecimiento microbiano, no necesariamente causan la muerte. Se ha visto que algunos psicrófilos tienen metabolismo a temperatu- ras mucho más bajas que las necesarias para crecer, y se ha obser- vado respiración microbiana (medida como producción de CO 2 ) en suelos de tundra a casi −40 °C. Por tanto, las enzimas siguen funcionando a temperaturas muy por debajo de las que permiten el crecimiento celular. El medio en el que las células están suspen- didas también afecta a su sensibilidad a las temperaturas de con- gelación, y se ha tenido en cuenta para la conservación de células bacterianas en colecciones de cultivos microbianos. Por ejemplo, las células suspendidas en un medio de crecimiento con 10 % de sulfóxido de dimetilo (DMSO) o glicerol y congeladas a −80 °C (en un ultracongelador) o a −196 °C (en nitrógeno líquido) siguen siendo viables en estado congelado durante años. MINIRREVISIÓN ¿En qué se diferencian los organismos psicrotolerantes de los psicrófilos? ¿Qué adaptaciones moleculares a las bajas temperaturas se han observado en la membrana citoplasmática de los psicrófilos? ¿Por qué son necesarias? 5.13 Vida microbiana a altas temperaturas La vida microbiana florece en ambientes a altas temperaturas, desde suelos y charcos calentados por el sol hasta las fuentes termales en las que el agua alcanza el punto de ebullición, y los https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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