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ANALISIS LITERARIO EL GATO NEGRO

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Análisis Literario de “El Gato Negro”, de Edgar Allan Poe.
Personajes:
Principales
Protagonista: El Hombre. Es un personaje muy vulnerable al cambio, con un carácter fuerte con las
demás personas y criaturas, pero como dije, es vulnerable al cambio, no tajante, pero si 
gradualmente. “Gradualmente, el sentimiento de disgusto y fatiga creció…”
Antagonista: Aunque en realidad no es un personaje, desde mi punto de vista, el 
antagonista de esta historia es el alcohol, pues es quien causa los fuertes cambios en nuestro 
protagonista, y quien lo obliga a tomar medidas desesperadas. “Mi enfermedad, empero, se 
agravaba -pues, ¿qué enfermedad es comparable al alcohol?” Ambos gatos también pueden ser 
considerados como antagonistas, pues van en contra de las acciones del protagonista.
Secundario: 
El personaje secundario en esta historia es la mujer de este hombre, que en realidad no le causa 
cambios fuertes en sus acciones o decisiones, por lo que no es un factor clave en este cuento, 
hasta llegar al final, donde retoma importancia, y se vuelve crucial. Es una mujer no muy fuerte, 
pues en ningún momento se queja de las acciones de su marido, e una mujer reprimida. “… a 
hablar descomedidamente a mi mujer y terminé por infligirle violencias personales.”
De Marco:
El resto de los animales, el perro, los peces, conejos y un monito 
“Teníamos pájaros, peces de colores, un hermoso perro, conejos, un monito…”
Colectivo:
Los policías, los vecinos, la gente.
Ambiente:
Lugar: Esta historia se desarrolla en distintos lugares, para ser específico, 3. El primero de 
ellos es durante su infancia, es un lugar donde él se desarrolló de una manera sana y feliz. “La 
ternura que abrigaba mi corazón.” “Me gustaban especialmente los animales, y mis padres me 
permitían tener una gran variedad.” “… y jamás me sentía más feliz que cuando les daba de comer 
y los acariciaba.” 
El segundo es su primer hogar de casado. Es un lugar cerrado, donde en un 
principio se sentía seguro, y era el lugar donde se desarrolló como adulto, y vivió muchas 
experiencias que fueron alterando la seguridad de la casa hasta convertirse en un lugar donde ya 
no se sentía cómodo, ni feliz, ni seguro. “Día a día me fui volviendo más melancólico, irritable e 
indiferente hacia los sentimientos ajenos.” “…sentí que el horror se mezclaba con el 
remordimiento ante el crimen cometido…” Días después de estos extraños y quebrantadores 
hechor ocurrieran, el lugar que alguna vez fue seguro, se había vuelto un lugar inseguro e 
inhabitable. “…me despertaron gritos de: "¡Incendio!" Las cortinas de mi cama eran una llama viva 
y toda la casa estaba ardiendo. Con gran dificultad pudimos escapar de la conflagración mi mujer, 
un sirviente y yo. Todo quedó destruido. Mis bienes terrenales se perdieron y desde ese momento
tuve que resignarme a la desesperanza.”
El tercer y último lugar, al igual que el segundo, en un principio fue un lugar donde 
por fin sentían una seguridad, se sentían protegidos. Hasta que otro hecho, rompió con el pasado, 
y volvió a alterar la seguridad que sentían. Este hecho fue la aparición del nuevo gato. Este nuevo 
personaje empezó a revolver aguas que ya se habían calmado y nuestro protagonista recordó todo
lo sucedido en el pasado con el viejo gato. A partir de este momento, la situación fue decayendo, 
hasta un punto en el que éste intentó matara al gato, y su mujer al intentar impedirlo resultó 
herido de muerte. Al momento de desaparecer a su mujer, él se volvió a sentir seguro y confiado, 
a tal punto de cometer un grave error frente a la policía, el cual, le contaría su libertad.
“Durante muchos meses no pude librarme del fantasma del gato, y en todo ese tiempo dominó mi 
espíritu un sentimiento informe que se parecía, sin serlo, al remordimiento. Llegué al punto de 
lamentar la pérdida del animal y buscar, en los viles antros que habitualmente frecuentaba, algún 
otro de la misma especie y apariencia que pudiera ocupar su lugar.”
“Alzando un hacha y olvidando en mi rabia los pueriles temores que hasta entonces habían 
detenido mi mano, descargué un golpe que hubiera matado instantáneamente al animal de 
haberlo alcanzado. Pero la mano de mi mujer detuvo su trayectoria. Entonces, llevado por su 
intervención a una rabia más que demoníaca, me zafé de su abrazo y le hundí el hacha en la 
cabeza. Sin un solo quejido, cayó muerta a mis pies.”
“Pasaron el segundo y el tercer día y mi atormentador no volvía. Una vez más respiré como un 
hombre libre. ¡Aterrado, el monstruo había huido de casa para siempre! ¡Ya no volvería a 
contemplarlo! Gozaba de una suprema felicidad…”
“Repito que es una casa de excelente construcción. Estas paredes... ¿ya se marchan ustedes, 
caballeros?... tienen una gran solidez.
Y entonces, arrastrado por mis propias bravatas, golpeé fuertemente con el bastón que llevaba en 
la mano sobre la pared del enladrillado tras de la cual se hallaba el cadáver de la esposa de mi 
corazón.
¡Que Dios me proteja y me libre de las garras del archidemonio! Apenas había cesado el eco de 
mis golpes cuando una voz respondió desde dentro de la tumba.”

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