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La médula espinal y el encéfalo se hallan bien protegidos. Ambos se encuentran suspendidos en líquido, el líquido cefalorraquídeo, y están rodeados por los huesos de la columna vertebral y del cráneo (v. caps. 4 y 5). Por desgracia, si la intensidad de un golpe o traumatismo es suficientemente grande, estas estructuras protectoras pueden verse superadas, con el consiguiente daño en el delicado tejido nervioso subyacente. Además, es probable que también resulten lesionados los nervios craneales y raquídeos y los vasos sanguíneos. Lesiones de la médula espinal El grado de lesión de la médula espinal a diferentes niveles vertebrales depende de factores anatómicos. En la región cervical, la luxación o fractura luxación es común, pero el gran tamaño del conducto vertebral suele prevenir una lesión importante en la médula espinal. Sin embargo, cuando se produce un desplazamiento considerable de los huesos o de los fragmentos óseos, la médula resulta seccionada. La respiración cesa si la médula es seccionada completamente por encima del origen segmentario de los nervios frénicos (C3-C5) por resultar paralizados los músculos intercostales y el diafragma, con lo que se produce la muerte. En las fracturas luxaciones de la región torácica hay con frecuencia un desplazamiento considerable y por el reducido tamaño del conducto vertebral se produce una lesión intensa en esta región de la médula espinal. En las fracturas luxaciones de la región lumbar hay dos hechos anatómicos que ayudan al paciente. Primero, la médula espinal en el adulto se extiende hacia abajo sólo hasta el nivel del borde inferior de la primera vértebra lumbar (fig. 1-16). Segundo, el gran tamaño del agujero vertebral en esta región proporciona un amplio espacio a las raíces de la cola de caballo. Por consiguiente, la lesión nerviosa puede ser mínima en esta región. La lesión de la médula espinal puede producir una pérdida parcial o completa a nivel de la lesión y una pérdida parcial o completa de la función de los tractos nerviosos aferentes y eferentes por debajo de la lesión. Se consideran los síntomas y signos de tales lesiones una vez que se haya comentado la estructura detallada de la médula espinal, y en el capítulo 4 se consideran las vías medulares ascendentes y descendentes. Lesiones de los nervios raquídeos Patología y agujeros intervertebrales Por los agujeros intervertebrales (fig. 1-19) pasan los nervios raquídeos y las pequeñas arterias y venas segmentarias, todos los cuales se hallan incluidos en tejido conectivo laxo. Cada agujero está limitado por arriba y por abajo por los pedículos de las vértebras adyacentes, por delante por la parte inferior del cuerpo vertebral y por el disco intervertebral, y por detrás por las apófisis articulares y la articulación entre ellas. En esta situación, el nervio raquídeo es muy vulnerable y puede ser comprimido o irritado por patología de las estructuras circundantes. La hernia del disco intervertebral, fracturas de los cuerpos vertebrales y artrosis que afecta a las articulaciones de las 50 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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