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sacros por donde surgen los ramos posterior y anterior de los nervios espinales (fig. 2-10 A a D). Los forámenes sacros anteriores (pélvicos) son mayores que los posteriores (dorsales). La base del sacro está formada por la cara superior de la vértebra S1 (fig. 2-10 A). Sus procesos articulares superiores se articulan con los procesos articulares inferiores de la vértebra L5. El borde anterior sobresaliente del cuerpo vertebral de la vértebra S1 se denomina promontorio sacro, un importante punto de referencia obstétrico (v. cap. 6). El vértice del sacro, su extremo inferior que se va estrechando, presenta una cara oval para articularse con el cóccix. El sacro soporta la columna vertebral y constituye la parte posterior de la pelvis ósea. El sacro está inclinado de tal modo que su articulación con la vértebra L5 en el ángulo lumbosacro (fig. 2-1 D) varía de 130º a 160º. En la mujer es más frecuente que la anchura del sacro sea mayor que su longitud, en comparación con el hombre, pero el cuerpo de la vértebra S1 suele ser mayor en el hombre (fig. 6-3 y tabla 6-1). La superficie pélvica del sacro es lisa y cóncava (fig. 2-10 A). En el adulto, cuatro líneas transversales en dicha superficie indican el momento en que se produjo la fusión de las vértebras sacras. En el niño, las distintas vértebras sacras están conectadas por cartílago hialino y separadas por discos intervertebrales. La fusión de las vértebras sacras comienza después de los 20 años; sin embargo, la mayor parte de los discos intervertebrales permanece sin osificar hasta la mitad de la vida adulta, o más tarde. La cara dorsal del sacro es rugosa, convexa y presenta cinco crestas longitudinales prominentes (fig. 2-10 B). La central, o cresta media sacra, representa los procesos espinosos rudimentarios fusionados de las tres o cuatro vértebras sacras superiores. S5 carece de proceso espinoso. Las crestas sacras intermedias corresponden a los procesos articulares fusionados, y las crestas sacras laterales son las puntas de los procesos transversos de las vértebras sacras fusionadas. Las características de la cara dorsal del sacro que tienen importancia clínica son el hiato del sacro, en forma de U invertida, y los cuernos (astas) del sacro. El hiato del sacro se produce por la ausencia de las láminas y procesos espinosos de S5 y, a veces, de S4. El hiato del sacro lleva al conducto del sacro. Su profundidad es variable y depende de la mayor o menor presencia del proceso espinoso y las láminas de S4. Los cuernos del sacro, que representan los procesos articulares inferiores de la vértebra S5, se proyectan inferiormente a cada lado del hiato del sacro y constituyen una guía útil para localizarlo. La parte superior de la superficie lateral del sacro tiene una forma parecida a la oreja, por lo cual recibe el nombre de cara auricular (fig. 2-10 B y C). Corresponde a la parte sinovial de la articulación sacroilíaca, entre el sacro y el ilion. En el sujeto vivo, la cara auricular está cubierta por cartílago hialino. 211 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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