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Vientos De Apostasía - Jose A Holowaty

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Vientos de Apostasía
José A. Holowaty
Todas las citas bíblicas han sido tomadas de la Santa Biblia Versión Reina
Valera, Revisión 1960.
Capítulo I
¿Qué señal habrá de tu venida?
Faltando ya muy poco para que el Señor cumpliera su misión de llevar nuestros
pecados en el Calvario, una triple pregunta de sus discípulos motivó esta
solemne respuesta del Salvador.
El diálogo es breve, pero muy significativo: “Cuando Jesús salió del templo y
se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del
templo. Respondiendo él les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que
no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. Y estando él
sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte,
diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu
venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie
os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el
Cristo; y a muchos engañarán (Mat. 24:1-5).
No me cabe la menor duda de que en estas pocas palabras, “Dinos, ¿cuándo
serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida; y del fin del
siglo?” (Mat. 24: 3b), tenemos un bosquejo completo de los principales
acontecimientos proféticos en un correcto orden cronológico. Después de que
les mostró la singular construcción del templo y demás edificios en sus
proximidades, Jesús les dijo que vendría el día cuando el templo sería
destruido hasta no quedar de él piedra sobre piedra. El Señor no les dijo
cuándo sucedería esto, pero hoy sabemos que ocurrió en el año 70 de nuestra
era, cuando los ejércitos del general romano Tito, quien en el año 79 se
convirtiera en emperador de Roma, sitiaron la ciudad y la tomaron. Hay
descripciones escalofriantes de lo que ocurrió entonces. Flavio Josefo, el
historiador judío, ofrece muchos detalles sobre el sitio de la ciudad y cómo cayó
finalmente en manos de los romanos. Algunos historiadores dicen que cerca de
un millón trescientos mil judíos murieron en manos de los romanos.
Ese mismo día, momentos antes, Jesús, previendo todo cuanto les esperaba,
les dijo: “¡Jerusalén, ¡Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los
que a ti son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la
gallina junta a sus polluelos debajo de las alas y no quisiste! He aquí
vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no
me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del
Señor” (Mat. 23:37.39).
Esta declaración de Jesús se cumplió con exactitud. No solamente Jerusalén y
el templo judío fueron destruidos, sino que a diferencia de las otras diásporas,
cuando los judíos fueron dispersados, expulsados de su territorio, esta vez
tuvieron que huir por todo el mundo.
En relación a esto mismo, Jesús también les dijo: “Pero cuando viereis a
Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha
llegado. Entonces los que estén en Judea huyan a los montes; y los que
en medio de ella; váyanse; y los que estén en los campos, no entren en
ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las
cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encinta, y de las que
críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra; e ira
sobre este pueblo. Y caerán afilo de espada; y serán llevados cautivos a
todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles hasta que
los tiempos de los gentiles se cumplan”
Es admirable la exactitud con que se cumplieron estas palabras, pues todo
cuanto Jesús dijo aquí ya es historia. Jerusalén fue rodeada por los ejércitos
extranjeros - los romanos. Israel fue dispersado por todo el mundo y los judíos
vivieron sin patria, sin nación propia, hasta hace menos de medio siglo, pues
recién en el año 1948 se restablecieron en la tierra de sus antepasados. Sin
embargo, les tomó algún tiempo para recuperar toda la ciudad de Jerusalén, la
cual cayó bajo su dominio en la guerra de los seis días, en junio de 1967.
Pero... ¿Podemos asegurar que Jerusalén ya no está más “hollada por los
gentiles”?
Muchas cosas más sucederán en esa diminuta nación, pero lo que ahora nos
interesa es lo que Jesús le dijo a sus discípulos a modo de respuesta a su triple
pregunta. Ellos querían saber cuándo serían destruidos Jerusalén y su templo y
cuándo serían dispersados los judíos por todo el mundo. El Señor, sin
embargo, no les dio fecha exacta.
Hoy, mirando retrospectivamente, notamos que cuando Jesús estuvo ante
Pilato, y cuando éste le presentó al pueblo, manifestando que era inocente, esa
multitud sin saberlo, “profetizó en coro” diciendo: “Su sangre sea sobre
nosotros, y sobre nuestros hijos”(Mat. 27:25).
Efectivamente, sin que se percataran de esta trágica profecía colectiva, unos
37 años después, cuando muchos de ellos todavía vivían y sus pequeñuelos de
brazos estaban en sus 37 a 40 años de edad, llegó el derramamiento de la
sangre de ellos y de sus hijos.
Pero lo que más nos llama la atención es la segunda parte de la triple pregunta
de los discípulos: “¿Y qué señal habrá de tu venida?”. Esta “venida” abarca
el rapto de la Iglesia, lo mismo que su venida con la Iglesia para establecer el
Reino Milenial. Ambos eventos están incluidos aquí, ya que en la parte final de
la pregunta ellos le interrogan sobre “el fin del siglo”, que corresponde el
juicio de los impíos ante el trono blanco. Nuestro análisis se concentra ahora en
la respuesta de Jesús a la“Señal” (singular) que ellos le plantean. Es como si
lo discípulos no quisieran saber de las “señales”, sino de una señal específica.
En el mismo capítulo Jesús menciona otras “señales” que anunciarían la
proximidad de su venida, como por ejemplo,“guerras y rumores de
guerra... se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá
pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares” (Mat. 24:6,7). Sin
embargo, Jesús primero les dio “la señal”, para que ellos, que en ese
momento representaban a los cristianos, a la iglesia, pudieran reconocer
fácilmente cuándo estaría ante las puertas el día de su regreso, que
comenzaría con el rapto. Ésta es la solemne advertencia del Señor: “Mirad
que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre; diciendo:
Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán”.
Jesús les hizo ver que la característica principal de que el tiempo de su gracia
estaba llegando a su fin, sería la invasión de falsos predicadores, falsos
maestros de la Biblia, falsas iglesias, falsos mesías y falsos cristianos. También
Jesús destacó que muchos serían desviados y seguirían a estos
falsos “cristos”. Aunque la cuestión hambre, guerras, terremotos y pestes, todo
es horrible, estas experiencias, sin embargo por lo general purifican la iglesia.
Cuando hay serios aprietos, ya sean sociales, políticos, económicos,
problemas de salud física, enfermedades y todo cuanto nos conduce a un
callejón incierto, lo que ocurre con los cristianos es que en tales circunstancias
se acercan más al Señor. Pero cuando hay salud, cuando disfrutamos de paz
en el país, cuando la economía sigue creciendo, cuando nuestro trabajo no
está en peligro, por lo general se debilita la vida espiritual. Pero cuando nos
vemos rodeados de inseguridad, amenaza de guerra, alguna enfermedad
incurable o la muerte inesperada de algún ser querido, entonces sí, buscamos
refugio en Dios.
Los discípulos querían que el Señor les diera una sola señal, porque
seguramente esperaban simplificar el trabajo al reconocer el verdadero peligro,
justo antes del regreso del Salvador. Jesús les dijo que tuvieran cuidado con
las falsas doctrinas, falsos predicadores, falsos teólogos, falsos maestros,
falsos evangelistas y falsas iglesias.
Capítulo II
A la luz de la Biblia
Pero... ¿Cómo puedo saber yo si lo que una persona predica y enseña es
falso? Él usa la Biblia, menciona a Jesús, da gloria a Dios, nombra mucho el
Espíritu Santo, ora como corresponde, tiene miles de seguidores. Es probable
que parezca difícil desenmascarar el fraude de estos días, pero tenemos a
nuestro alcance un medio que no falla. Todo cuantoalguien enseña, predica o
hace, debe examinarse siempre a la luz de la Palabra de Dios, la Biblia. Si
resiste este examen, es bíblico, pero si no lo resiste, entonces es antibíblico y
debe ser rechazado inmediatamente. El cristiano debe cuidarse hoy como
nunca antes.
Hay actualmente una larga lista de reverendos y reverendas que aparecieron
como hongos por todas partes. No podrían haber escogido un mejor momento,
ya que el hombre común de hoy realmente busca un líder. No necesariamente
un líder político, sino un líder espiritual, porque el vacío que siente el pecador
sin Cristo es aterrador, y éstos “líderes” vienen con un paquete de soluciones
mágicas. ¿Quiere salud? Hay curanderos “en el nombre de Jesús” ¿Quiere
riquezas materiales? Hay visualizadores“en el nombre de Jesús” ¿Quiere
fama? Hay oportunidades y sólo necesita comenzar a insistir que oye la voz de
Dios o de Jesús y dispóngase a elaborar una historia más o menos aceptable,
así tendrá seguidores. Además, si quiere ejercitar sus poderes de sanidad, sólo
tiene que crear sus propios endemoniados y sus enfermos y luego comience
a... “expulsar demonios”, siempre “en el nombre de Jesús y para su gloria” y
también ordene a los demonios que dejen a sus “víctimas”. No olvide
mencionar de cuando en cuando, que... “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy
y por los siglos”. No importa si lo hace fuera de contexto, porque la gente de
todos modos no cuestionará sus afirmaciones. Lo importante es que los
enfermos se sanen y los endemoniados sean curados, así tendrá muchos
seguidores y le darán mucho dinero.
Si alguien le sugiere que “citar un texto fuera de contexto es quedar con el
pretexto”, no le haga caso, dígale que es sólo un juego de palabras. Pregúntele
si no cree que ciertamente “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos” (Heb. 13:8).
Pero cuidado, porque es probable que él le haga la siguiente
pregunta: “¿Significa esto que puesto que Jesucristo ‘ayer’ era un bebé que
nació en Belén, lo hará de nuevo ahora; sólo porque él es el mismo? Puesto
que él también murió en el Calvario, y esto sucedió ‘ayer’ - en el pasado -
vuelve a morir cuantas veces se nos ocurra; porque ... ‘Jesucristo es el
mismo?’: Es probable también que su interlocutor le cite a Pablo cuando
dice: “Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas
en cuanto vive para Dios vive” (Rom. 6:10). “Sabiendo que Cristo,
habiendo resucitado de los muertos ya no muere; la muerte no se
enseñorea más de él”(Rom. 6:9).
Es fácil ver que aún siendo Jesucristo el mismo “ayer y hoy y por los
siglos”, esto no quiere decir que todo lo que él hizo y dijo“ayer” - en el pasado
- se volverá a repetir al entero antojo de un mago con título de sacerdote,
pastor, reverendo o ministro. La Biblia no es un horóscopo, no se la puede leer
como aquella dama que tanto dependía del “cómo me irá hoy”, que cuando se
convirtió, al enterarse de que no debía recurrir más al horóscopo, pensó que la
Biblia podría ser usada en su lugar, como si se tratara del horóscopo diario. Su
costumbre era abrir la Biblia por la mañana, pero con los ojos cerrados. Luego
colocaba a ciegas el dedo en la página abierta y abría los ojos para leer el texto
que había señalado. ‘De esta manera” - decía ella - ‘Dios me está dando mi
texto del día; indicándome exactamente qué debo hacer y cómo”.
Un día se encontró con un serio dilema, porque al colocar su dedo, leyó donde
decía: “Y Judas fue y se ahorcó” (Mat. 25:5).Esta hija del horóscopo quedó
espantada, y pensó que lo correcto era repetir el procedimiento, por si la
segunda vez tenía mejor suerte. Así que volvió a cerrar sus ojos y abrió la
Biblia en otro pasaje y cuando abrió los ojos leyó estas palabras: “Vé, y haz tú
lo mismo” (Luc. 10:37). Esta dama quedó aterrada, pero pensando que era
simple mala suerte dijo: “Bueno, la tercera es la vencida. Intentaré una vez
más, porque no puede ser que Dios quiera que yo vaya y me ahorque como
Judas Iscariote”Volvió a repetir por tercera vez su procedimiento de cerrar los
ojos y así, a ciegas, encontrar su bendición del día. Cuando los abrió, leyó
espantada estas palabras en la Biblia: “Lo que vas a hacer, hazlo más
pronto” (Jn. 13:27b). Poniendo estos textos completamente fuera de sus
respectivos contextos, tenemos el siguiente imperativo bíblico: “Judas fue y se
ahorcó, vé, y haz tú lo mismo. Lo que vas a hacer, hazlo más
pronto”. Aunque parezca exagerado, este “método” de manipular las
Escrituras es muy común hoy en día. Es muy raro que alguien se pregunte qué
tiene que ver determinado pasaje bíblico con lo que el orador dice.
Cuando Lucas escribió el libro de los Hechos de los Apóstoles, incluyó este
interesante incidente ocurrido en Berea.“Inmediatamente, los hermanos
enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo
llegado, entraron en la sinagoga de los judíos Y éstos eran más nobles
que los que estaban en
Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando
cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hec. 17:10,11).
Las palabras de Pablo y Silas eran convincentes. El mensaje era claro, la
demostración de que Jesús era el Cristo predicho por los profetas, parecía
irrefutable. Los bereanos decidieron someter las enseñanzas de estos dos
siervos de Dios a una prueba que siempre resulta infalible. Simplemente
compararon lo que los siervos de Dios decían, con aquello que para entonces
era la Palabra de Dios. ¿El resultado? “Así que creyeron muchos de ellos, y
mujeres griegas de distinción y no pocos hombres”(Hec. 17: 12).
Usted escucha muchos programas de radio, ve en la pantalla de televisión a
comunicadores muy capaces y con gran carisma que verdaderamente atraen
su atención. Lee un libro sobre alguna doctrina bíblica. Es probable que en el
fondo de su mente sienta como que “algo no está bien” Pero usted desconoce
la Biblia y francamente quisiera que todo lo que dice su predicador favorito
fuese verdad. Así que decide escucharlo, apoyarlo y aceptar sus enseñanzas.
¡Esto puede ser trágico! Su alma está en juego. No se trata de adherirse a una
religión, iglesia, o filosofía tal o cual. Aquí está en juego su alma la eternidad.
Así que lo que debe hacer es someter a un examen muy severo, todo cuanto
escucha, lee o ve, respectivamente
Capítulo III
¿Gran cruzada de milagros?
Un ejemplo del descarado engaño de estos días lo tenemos en algunos
titulares donde se invita al público a participar de una reunión donde se
anticipan los milagros. Puesto que los milagros escapan del dominio humano,
pueden provenir de Dios o de Satanás, ningún cristiano puede afirmar que
habrá milagros en tal o cual lugar, a tal día o determinada hora, porque todo
cristiano verdadero se sujeta a la voluntad divina. Cuando los milagros ocurren
por voluntad del orador de turno, del milagrero con “poderes
sobrenaturales”, puede usted estar seguro que Dios nada tiene que ver con esa
persona y con todo cuanto él o ella predican o enseñan. No importa cuán
bíblico suene. Jesús mismo dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielo, sino el que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel días Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y
en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca
os conocí; apartaos de mí hacedores de maldad” (Mat. 7:21-23).
Es probable que usted haya visto o que llegue a ver alguno de los muchos
videos que se distribuyen ahora, donde se pueden ver a individuos moviéndose
en la plataforma de un extremo a otro y ofreciendo salud, bienestar y plenitud
del Espíritu Santo como si fuera un producto a disposición de todos, sin ser
convertidos ni regenerados, y donde el que decide la cuantía del Espíritu Santo
para cada caso es el gurú de turno. Basta con que tumbe a la gente, con que
pruebe haber “sanado” a alguien, con que reúna una gran multitud, con que
sepa elaborar una historia interesante de su encuentro a solas, en su
habitación, con el Espíritu Santo.
Elgurú moderno no es el antiguo de la India que venía con ropa sucia, barba
larga y que se sentaba en posición yoga, encantando serpientes. No, esto no
ocurre hoy. El gurú moderno viste traje hecho a la medida, corbata de seda,
reloj de oro, y está rodeado de “ayudantes” muy probablemente con su esposa
al frente en la plataforma, asegurando que Dios le habló privadamente por
medio del Espíritu Santo.
Examinemos a continuación la forma cómo trabajan estos señores en nuestros
días. Usted podrá darse cuenta cómo se hace el trabajo y examinar como los
de Berea a los predicadores de nuestros días.
“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del
falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son
espíritus de demonios, que hacen señales… (Apoc. 16:13,14a).
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros
falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun
negarán al Señor que los rescaté, atrayendo sobre si mismos destrucción
repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el
camino de la verdad será blasfemado” (II Ped. 2:1,2).
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien
al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y
entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el
espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida, inicuo
cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y
prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se
pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a
fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad sino
que se complacieron en la injusticia” (II Tes. 2:7-12).
Estas cuatro citas corresponden a cuatro autores:Juan, Pedro, Pablo y el Señor
Jesucristo. La Iglesia ya está en su cuenta regresiva, muy pronto partirá para
estar con el Salvador. Por tal razón la actividad del maligno nunca había
prosperado tanto como ahora, especialmente en esas cruzadas
de “tumbadores”, “sopladores”, “curanderos”, “soñadores”,
“manipuladores” e “hipnotizadores de multitudes” Es verdaderamente
alarmante lo que está sucediendo, pero mi mayor temor es que todo pueda
desembocar en un escándalo tan grave en el que mueran tal vez miles de
personas y que debido a esto el Evangelio sea virtualmente prohibido. La
humanidad y los gobernantes son incapaces de distinguir el evangelio de los
gurúes modernos, quienes se disfrazan con vestidos de “ministros”,
“predicadores” y a veces de “evangelistas”.
El “tráfico de almas” a cargo de estos individuos sin escrúpulos es en extremo
peligroso. En el libro de Apocalipsis se habla de esto, cuando dice: “Y los
mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella [sobre Babilonia
la Grande la prostituta religiosa], porque ninguno compra más sus mercaderías
trigo, bestias ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres” (Apoc.
18:11,13).
Hace muchos, años se oía hablar de la “trata de blancas”, del tráfico de
mujeres, cuando estaba de moda robarse a las mujeres para dedicarías a la
prostitución. Luego vino el tráfico de drogas y con esto se han destruido casi
dos generaciones. Por último tenemos algo mucho más sofisticado, sin que la
ley persiga a estos traficantes - el tráfico de almas. Hombres y mujeres, cual
mansos corderitos acuden en tropeles a las citas que el gurú de turno organiza,
y se mueven al mandato del que se pasea por la plataforma con miradas
astutas de autosuficiencia y dominio del “espíritu”, el cual también se le sujeta,
actuando ante cualquier antojo suyo.
Hay cristianos bíblicos y fieles a la Palabra que se alarman, pero esto no debe
ser así, la Biblia predice estos días y habla de esos que se disfrazarían como
ministros de Cristo, siendo en realidad ministros de Satanás. Pablo le dijo a los
corintios: “Porque éstos son falsos apóstoles obreros fraudulento, que se
disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo
Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también
sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será
conforme a sus obras” (II Cor. 11:13-15).
A aquellos cristianos que han visto o verán estos videos de “milagros” vamos a
ofrecerles un consejo sano y constructivo a la luz de la Palabra de Dios, ya que
creemos que es necesario que cada cristiano, al verse rodeado de algo que le
parece novedoso y extraño, lo examine cuidadosamente a la luz de la Palabra
de Dios. Eso mismo fue lo que hicieron los hermanos de Berea, aunque quien
les hablaba era el apóstol Pablo. “Y éstos eran más nobles que los que
estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud
escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran
así” (Hec. 17:11).
Ellos no se sintieron impresionados por un Pablo que soplaba saturado de
un “poder” que le había derivado algún otro... tal vez Pedro. Tampoco Pablo les
ofreció “una doble porción”.Ni soplaba, ni tiraba a nadie al suelo, ni ofrecía
sanidad, ni los obligaba a repetir algunas palabras a modo de canciones
para “blanquearles la mente” y prepararlos para recibir ese “espíritu que les
permitía cantar y hablar en lenguas”. No, no había nada de eso. Pablo les
predicó a Jesús como el Cristo, el Mesías prometido por los profetas. Ese
Jesús que había muerto y resucitado ofreciéndoles salvación y perdón
completo. El mensaje para ellos era claro, nadie temblaba, ni sentía que le pa-
saba como fuego por el cuerpo.
El Espíritu Santo se valió de este mensaje sencillo y cambió sus vidas. Se
produjo en ellos el nuevo nacimiento, especialmente después de comprobar
que Pablo no era un embaucador y que todo cuanto enseñaba respecto a lo
que los profetas habían dicho sobre el Salvador, armonizaba perfectamente
con las Escrituras. Por eso el resultado fue maravilloso: Así que creyeron
muchos de ello; y mujeres griegas de distinción, y no pocos
hombres” (Hec. 17:12).
Es verdaderamente sutil la forma como actúan los milagreros de hoy, y cómo
tratan de probar sus “verdades” - saltando de un texto a otro de la Biblia - y
muy de cuando en cuando citándolos fuera de su contexto a fin de darle a su
hipnotismo colectivo un toque de mensaje bíblico. A continuación
examinaremos el peligro involucrado en todo esto
Capítulo IV
Se juega con los demonios
El “predicador” luce muy suficiente, soberbio, como si tuviera a Satanás y a los
demonios bajo su completo control. Manipula a la audiencia y luego llama a
quienes desea para “hacerlos caer” públicamente sin darles la mayor
importancia, porque... “toda la gloria es para Jesús” - aunque no aclara a qué
Jesús se refiere. No enfatiza la salvación del pecador, sino su sanidad física. A
cada momento reclama que los demonios y Satanás ya están derrotados.
Sus sanidades no son como las que ocurrían en los días de Jesús, cuando el
Señor se acercaba y sólo tocaba al enfermo o como lo hacían los apóstoles.
Este “milagrero” cuenta con un poder virtualmente ilimitado, y es él mismo, no
Dios, quien decide que la noche será de milagros. Entonces el espíritu con
quien trabaja le obedece, a juzgar por los testimonios de los “enfermos” y
especialmente al notar cómo logra “tumbar” a quien quiera. Por supuesto que
también cura por televisión, pues basta con que disponga algo, para que
suceda lo que ordena.
En algunos casos, tal como lo que viera en un video, la víctima suplica: “No me
tires... no me tires… porque quiero dar mi testimonio A esta súplica, el
predicador sonríe como diciendo: “Fíjense cómo me teme”. Y es cierto. Los
poseídos por demonios en los días de Jesús, también se estremecían porque
los demonios los tiraban: “Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un
espíritu de demonio inmundo, el cual clamó a gran voz; diciendo:
Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para
destruirnos? Yo te conozco quién eres; el Santo de Dios Y Jesús lereprendió, diciendo: Cállate, y sal de él Entonces el demonio,
derribándole en medio de ellos salió de él y no le hizo daño
alguno” (Luc. 4:33-35). “Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio
lo derribó y le sacudió con violencia, pero Jesús reprendió al espíritu
inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre” (Luc. 9:42).
Vemos por la Escritura, que el demonio es quien derriba. Jesús y los apóstoles
siempre levantaban, fortalecían y ayudaban a los endemoniados. Pero
los “tumbadores” modernos, quieren hacerle creer a sus seguidores que ellos
en realidad están bajo la acción del Espíritu Santo. En ninguna otra
circunstancia hemos visto más claro el pecado que no tiene perdón la
blasfemia contra el Espíritu Santo, como en estos encuentros en donde el
Espíritu Santo es claramente blasfemado.
Aquí está atribuyéndosele al Espíritu Santo, lo que en los Evangelios parece
ser especialidad de los demonios. El Señor Jesucristo advirtió de este pecado
cuando dijo: “De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a
los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero
cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón,
sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu
inmundo” (Mar. 3:28-30).
La “estrella” del video, ora al Espíritu Santo, dándole incluso la bienvenida al
lugar y agradeciéndole por estar allí. Le dice entre otras cosas: “Quiero
conocerte quiero que me lleves, ayúdame a orar, a cantar, quiero recibir la
unción” Esto contradice lo que el mismo Jesús enseñó sobre la oración en
Mateo 6: 9-13.
La Biblia no enseña en ningún lugar que debemos darle la bienvenida al
Espíritu Santo, alabarlo o pedirle algo. El Señor dice que debemos orar siempre
al Padre en el nombre de Jesús. Los apóstoles y la iglesia primitiva siempre lo
hicieron así: “Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y
dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el
mar y todo lo que en ellos hay... Y ahora Señor, mira sus
amenazas...“(Hec. 4:24,29).
A lo largo del “festival”, el predicador no está subordinado al Espíritu, como le
corresponde a un auténtico siervo de Dios, sino que él mismo le ordenaba a
su “espíritu” para que le diera “doble porción” a uno, y a veces “triple” a otro. En
ocasiones decía que el tal espíritu lo hiciera con los que estaban a su derecha,
a su izquierda, atrás o adelante... Pero, ¿es esto lo que enseña la Biblia? Llegó
el momento cuando “el mensajero”el humilde “canal” se atrevió a decir que
ahora exigía espíritu “por toneladas”.
La Biblia declara lo contrario, dice que Dios da todo el Espíritu Santo al
momento de la conversión. “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios
habla; pues Dios no da el Espíritu por medida” (Jn. 3:34). “El que cree en
mí como dice la Escritura; de su interior correrán ríos de agua viva. Esto
dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no
habla venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún
glorificado” (Jn. 7:38,39).
El único requisito que presenta la Escritura para que una persona pueda recibir
el Espíritu Santo es creer en Jesús. “Pero cuando se manifestó la bondad
de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no
por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en
el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por
Jesucristo nuestro Salvador” (Ti. 3:4-6).
La salvación es un don de Dios, un regalo que el pecador obtiene al oír la
Palabra, arrepentirse de sus pecados y depositar su fe en Cristo. En ese
instante Dios sella esa salvación, dándole también como don pecador obtiene
al oír la Palabra, arrepentirse de sus pecados y depositar su fe en Cristo. En
ese instante Dios sella esa salvación, dándole también como don el Espíritu
Santo. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados
con el Espíritu santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia
hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su
gloria” (Efe. 1:13,14).
Pablo le manifiesta a los efesios que ellos recibieron el Espíritu Santo al oír el
Evangelio y creer, aceptando a Jesús por Salvador, Pero... ¿Por cuánto tiempo
recibieron ellos el Espíritu Santo? “Hasta la redención de la posesión
adquirida” El apóstol no dice que será hasta que reciban una segunda
unción, “fresca y poderosa” suministrada por cualquier milagrero. Pablo afirma
que es “hasta la redención” naturalmente la redención física, total, en el
momento del arrebatamiento de los redimidos.
En el mismo video, usted podrá escuchar al orador que dice: “Hoy muchos van
a conocer al Espíritu Santo”. Pero usted sabe que el Espíritu Santo es un don
de Dios para aquellos, que habiendo oído la Palabra de Dios se arrepienten de
todo corazón, confiesan sus pecados y reciben a Cristo como Señor y
Salvador. Este orador no habla de la necesidad del arrepentimiento, ni de la fe
en Cristo Jesús. Durante dos horas mantuvo a la gente saltando, brincando,
mostrándoles su poder para tumbar gente, soplar y habló con él. Pero lea lo
que dijo el Señor Jesucristo: “Porque os digo que desde ahora no me
veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del
Señor” (Mat. 23:39). Esta declaración solemne del Señor se refiere a la hora
de mayor crisis en el planeta, cuando los ejércitos del mundo rodearán a
Jerusalén, en el filo de la gran tribulación y los judíos clamarán buscando
socorro divino. Será entonces cuando lo verán llegando con “poder y gran
gloria” (Mat. 24:30).
Obviamente cualquier predicador que dice que ve a Jesús, debe ser
otro “Jesús” que nada tiene que ver con nuestro Salvador, porque si el Señor
dijo “Desde ahora no me veréis” y estipulé un tiempo que todavía no se ha
cumplido, cualquiera que pretenda ser Jesús, en visión o real, siempre será
falso.
Pero hay más contradicciones: Estos oradores acostumbran decirle a su
audiencia que saldrán de ese lugar “borracha en el espíritu”. Pero el día de
Pentecostés, Pedro contradijo a quienes sugirieron que los 120 hermanos
estaban borrachos cuando descendió el Espíritu Santo. “Porque éstos no
están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del
día Mas esto es lo dicho por el profeta Joel” (Hec. 2: 15,16).
Pedro no sólo refuta a quienes pensaban que ellos estaban ebrios, sino que
también agregó que en ese día se había cumplido la profecía de Joel sobre el
derramamiento del Espíritu Santo. Este derrama miento jamás volverá a tener
lugar, ya que cuando una profecía se cumple no se vuelve a repetir.
La cita de Joel mencionada por Pedro en Hechos 2:17-19 tuvo cumplimiento el
día de Pentecostés: “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los
postreros días, dice Dios, derramaré de Espíritu sobre toda carne, y
vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán
visiones y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis
siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu y
profetizarán” Mientras que los versículos 19 al 21, son todavía cosa del futuro.
Como si las contradicciones fueran pocas, estos
flamantes “mensajeros”, también hablan de...“Cantar en lenguas, de comenzar
a recibir la diversidad de dones...” Pero la Biblia dice: “Pero todas estas
cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere” (I Cor. 12:11).
Es Dios mismo quien se reserva el derecho de repartir a cada uno como él
quiere, de tal manera que usted no recibe un don porque lo demande, lo desea
o lo pida, ya que por ser don, es Dios mismo quien lo da. Si pudiéramos recibir
algo a pedido, por orar, gemir, llorar o anhelar, ya no sería un don, un regalo,
sino algo que adquirimos o tal vez compramos
Si quiere saber algo acerca de determinado predicador, evangelista,
conferencista, milagrero, sanador o lo que fuera, mida siempre sus enseñanzascon la regla de la Palabra inspirada - la Biblia. Cuando las contradicciones son
muchas, esto indica que alguien está equivocado. Obviamente, usted ya sabe
quién está en error. Jesús dijo en su oración: “Santificalos en tu verdad; tu
palabra es verdad” (Jn.17:17).
OBLIGAN A LA BIBLIA A MENTIR
A voz en cuello, estos hombres, micrófono en mano, gritan a todo pulmón: “La
misma gloria que estaba en el monte Sinaí se encuentra aquí hoy...” Mientras
que dice la Escritura: “Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió
el monte. Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí y la nube lo
cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la
nube. Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador
en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel” (Exo. 24:15-17).
No se sabe exactamente cómo era esa gloria, porque aquello era un
espectáculo que los israelitas no podían mirar y que les inspiraba un gran
temor. Tal vez estos milagreros se refieren a algo que ven y que tienen que
comunicarle a sus seguidores, aunque los demás nada vean.
Ahora bien: ¿Qué es lo que el cristiano recibe? Recibe a Cristo Jesús como su
Salvador personal. Y la Biblia dice sobre él: “Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos
en él que es la cabeza de todo principado y potestad” (Col. 2: 9,10).
Cuando nuestros primeros padres estaban en el Edén, Dios los rodeó de todo.
No les faltaba nada, absolutamente nada. Pero vino la serpiente y le sugirió a
Eva que “había más, mucho más” y que ella debía poseerlo. Eva cedió a la
tentación, tal como hoy sucumben muchos ante la serpiente que ahora se
presenta vestida de traje, corbata, reloj y alhajas relucientes, con un
vocabulario impecable y música subliminal, para lograr lo que Lucifer obtuvo en
el huerto del Edén.
Estos gurúes de turno, no necesitan más que una audiencia ávida de algo... de
más poder, más salud, más riqueza, más fama... Satanás, el seductor por
excelencia, ha persuadido a muchos hombres para que busquen algo más,
nadie ignora el éxito que ha tenido. Ha hecho sucumbir a muchos hombres que
por años parecían disfrutar del perdón de Dios. Después de años de ministerio,
repentinamente descubrieron esa nueva fuente de poderes, de nuevas
verdades, mayor luz para comprender lo que antes no entendían. No se dieron
cuenta que era la vieja fuente de la cual bebieron también Adán, Eva y el tercio
de los ángeles que son hoy los demonios. Es la misma fuente del engaño de
Satanás.
Pablo nos dice: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare
otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como
antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica
diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gal.
1:8,9). “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para
provecho... Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en
cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos nos dio a
beber de un mismo Espíritu” (1 Cor. 12:7, 13).
Pero estas palabras y estas enseñanzas estrictamente bíblicas, son pasadas
por alto, por “querer más y más, una doble porción de la unción o tal vez una
triple”, dependiendo de lo que el gurú de turno decida. Como si todo esto fuera
poco, estos oradores siempre están hablando de las nuevas revelaciones que
reciben. Éste es otro pecado condenado severamente en la Biblia, ya que el
Señor dice que aquellos que alteren el Canon Sagrado serán castigados con el
infierno. “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía,
Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las
cosas que están escritas en este libro” (Apoc. 22:19).
Capítulo V
Disparates lamentables
Si usted ha tenido la oportunidad de asistir a alguna de estas reuniones o ver
alguno de estos videos, tal vez habrá notado que se trata de servicios en los
que reina el desorden total. El “predicador o evangelista” al frente es quien
decide los milagros. En otras palabras, tienen un dios que se sujeta a su
voluntad, por eso pueden anunciar los milagros por adelantado con toda
confianza, porque no es necesario pedir que se haga la voluntad de Dios. El
mismo gurú hace el papel de Dios, ¡y cómo lo hace! ¡Es increíble cómo se le
sujeta el espíritu tumbador!
Durante todo el servicio casi no se usa la Biblia, excepto una que otra vez
como pretexto, se lee un pasaje que no tiene ninguna aplicación con lo que el
animador está diciendo. Su interés es llegar a los bolsillos de los presentes, en
ellos está lo que busca. Las almas no importan para nada, tan pronto
los “emborracha” de espíritu, es el momento de ajustar cuentas.
No sé cuánto dinero recogen, pero lo cierto es que después de las ofrendas,
comienzan los testimonios “de sanidad” y las“alabanzas”. El líder sigue
ordenando más y más para cada sector del público. Todos caen como manojos
de paja movidos por el viento. El líder se divierte y se confunde con la
audiencia. Muchas mujeres danzan abrazándose, riendo a carcajadas con una
mirada que luce verdaderamente extraña.
Algunas muchachas jóvenes tiemblan como epilépticas, moviendo la cabeza de
la misma forma como lo hacía el hindú que tenía varios rehenes en Oregón,
saltan, caen y se retuercen dando voces y alaridos extraños. Allí los alaridos se
confunden con las “alabanzas”, y es claro que si estas reuniones se
prolongaran, la multitud podría perder los estribos, quedando sin ningún
control. Algunos jóvenes saltan, otros gimen se revuelcan en el suelo, abren la
boca desmesuradamente, se desmayan, o tal parece que se desmayan,
tiemblan y al mismo tiempo ríen.
Los pastores (al menos dicen serlo) que están allí, verdaderamente idolatran a
estos líderes y buscan de ellos esa ‘doble unción “. Cuando Simón el mago
solicitó exactamente lo mismo, como Pedro el apóstol no era un “televangelista,
ni un milagrero” no le sopló, ni le tocó, ni le ordenó al Espíritu que tomara
posesión de él. “Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de
los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo:
Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere
las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero
perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con
dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu Corazón no
es recto delante de Dios Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a
Dios si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón, porque en
hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás” (Hec. 8:18-23).
Cada vez se nota más y más el desorden y confusión en estas reuniones, no
obstante, el espíritu que reina allí siempre obra con mucha cautela, no quiere
destruir su misión antes de obtener los frutos esperados. No obstante, es
probable que no pase mucho tiempo antes de que esto se salga de su cauce.
No me extrañaría que en un futuro comenzaran a desvestirse y a andar
desnudos en el lugar de reunión. Cualquier cosa es posible cuando se juega
con el espíritu de confusión, pretextando que es el Espíritu Santo. Las mismas
palabras que le dijera Pedro a Simón, aplican en este caso particular de la
doble unción: “No tienes tú parte ni suerte en este asunto”
RECODEMOS LA HISTORIA
Quiero compartir ahora con mis lectores, algo que ocurrió hace muchos años,
antes de que yo naciera, mis padres solían contarnos lo sucedido. He tenido la
oportunidad de conocer personalmente a varios hermanos que presenciaron lo
acaecido, aunque nunca le di mucha importancia, hasta hace poco que hablé
con mi padre quien me recordó todas estas cosas.
Él me contó de los casos que ocurrieron entre 1930 a 1933, cuando un espíritu
extraño se apoderó de las iglesias Pentecostales extremistas. En la vecindad
donde vivían mis padres, habían varias familias que pertenecían a esa iglesia,
pero como en ese tiempo, ni los Bautistas ni los Pentecostales tenían templo,
decidieron congregarse juntos. El problema surgió cuando los Pentecostalesrecibieron este “soplo” del espíritu, porque hicieron cosas tan vergonzosas que
voy a limitarme a relatarles sólo unas pocas.
En un comienzo se pensaba que esto había acontecido solamente en esa
pequeña localidad, pero luego supimos que exactamente en esos mismos días
ocurrieron hechos similares en las iglesias Pentecostales en todo el mundo.
En primer lugar surgieron algunos “profetas”, quienes profetizaron que el rapto
de la iglesia tendría lugar en una fecha que ellos mismos señalaron. Conforme
se aproximaba el plazo fijado, se prepararon reuniéndose con otras familias de
la misma iglesia, llevaron consigo enseres domésticos, animales y todo lo que
consideraron necesario.
Todos se reunieron en un campo abierto, propiedad de uno de los miembros de
la iglesia, del líder principal.
La convivencia en este campo abierto, duró sólo unas semanas, los profetas
siempre estaban “profetizando”. Los hombres y las mujeres se subían al techo
de los edificios, se quitaban la ropa y calculaban las medidas del templo
celestial. El desorden era increíble, a pesar de que se trataba de personas
trabajadoras, honradas y moralmente intachables.
Con el paso de los días las autoridades se interesaron en el asunto. El Señor
por cierto no vino. Entonces el “espíritu” les dijo “que debían cambiar de
esposas, tomando una nueva para cada uno de ellos, especialmente los
líderes. A uno de ellos, cuyo nombre omito deliberadamente, el “espíritu” le dijo
que tomara una jovencita de sólo 16 años. Yo tuve la oportunidad de conocerla
cuando ya era madre de varios hijos. Esta jovencita, como era hija de un
hermano de la iglesia Bautista, tuvo que ser regresada a su casa a la fuerza, su
padre la rescató a tiempo, y para evitar que volviera al lugar, la ató con una
soga como si se tratara de una bestia.
Ella mismo dijo que no tenía idea porqué actuaba así. No tenía fuerzas para
resistir a ese “espíritu” Después que el Señor no vino en el rapto, algunos de
ellos llevaron a sus casas a sus nuevas esposas, las que a su vez fueron
echadas de allí por las esposas legítimas. Fue por esta causa que la iglesia
Bautista en esa comarca que conozco, se separó para siempre de la iglesia
Pentecostal.
Verdaderamente era una “nueva unción”. Todo lo quedan “doble” “triple”, y
cuanto quisieran. Hoy este espíritu extraño que va arrasando con todo, ha
vuelto a invadir nuestras iglesias. Esto que sucedió en Argentina está
manifestándose en Europa, Australia, en todo el continente americano y en la
antigua Unión Soviética de una manera total.
Capítulo VI
Falsos Cristos
Aunque los líderes de este movimiento no dicen ser ellos mismos el Cristo, una
y otra vez afirman, que el mismo Señor dijo que sus seguidores harían mayores
milagros que él. De manera, que según ellos, lo que Jesús quiso decir fue que
habrían predicadores que lo superarían en milagros y prodigios.
Jesús nunca implicó tal cosa cuando dijo: “El que cree en mí, las obras que
yo hago, él las hará también; y aun mayores hará... “(Jn. 14:12). No
olvidemos que sólo tuvo la oportunidad de realizar sus obras durante tres años
y medio. Murió en plena flor de la vida, cuando la mayoría de ministros
comienzan su ministerio - a los 33 años de edad. Por lo tanto estaba
refiriéndose a la brevedad de su labor. Hoy, muchos pastores, especialmente
esos que tienen acceso a los medios masivos, le predican el Evangelio a
millones, algo que el Señor Jesucristo nunca pudo hacer en
persona. “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros Como me
envió el Padre; así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y
les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Jn. 20:21,22).
Por supuesto que Jesús no afirmó que tenemos que andar por allí
distribuyendo el Espíritu Santo, dando doble porción o algo así, sino que le dijo
a los suyos que esperaran en Jerusalén hasta que recibieran la promesa del
Consolador, el Espíritu Santo. Y luego, como prueba de que habían recibido el
Espíritu Santo, no declaró que hablarían en lenguas, sino que añadió: “Pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y
me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo
último de la tierra” (Hec. 1:8).
El Señor Jesucristo nunca manifestó que recibirían poder para hablar en
lenguas o para sanar o tumbar gente, sino para dar testimonio, para hablar
valientemente del Cristo resucitado, el único Salvador. Pretender soplar para
impartirle el Espíritu Santo a terceros, es procurar uno mismo ser el Señor
Jesucristo. En el video puede verse claramente esta pretensión. También al
orar dice: “Lo que tú has puesto en mi vida Señor, en este momento lo
transfiero, lo que tú me has dado lo reciben ellos” Es casi una repetición literal
de las palabras que expresara el Señor Jesucristo: “Ahora han conocido que
todas las cosas proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he
dado...” (Jn. 17:7,8).
En otro momento él dice ser “el ungido de Dios como canal de
bendición... “También declara: “Venga, reciba, beba todo lo que tiene que
beber” Es bien sabido que los hombres no tenemos otra cosa que ofrecer más
que un completo fracaso. Es en realidad el Señor Jesucristo quien dice: “Si
alguno tiene sed venga a mí y beba” (Jn. 7:37b). Jesús nunca le dijo a los
que le seguían que buscaran a un predicador, a algún “ungido” para beber. Él
es el único que puede proporcionamos la Palabra de vida y su Espíritu Santo.
Dirigiéndose a las multitudes este hombre atrevido dijo: “El Señor va a soplar
sobre ustedes un viento de gloria”, pero luego el único que realmente sopló
usando el micrófono fue él mismo. ¿Será acaso que se cree el Señor?
El extremo del auto señorío de estos “profetas de los últimos días” se nota
cuando toman la Biblia y leen un pasaje en Isaías 45:1-4, y abiertamente se
refieren a sí mismos con los títulos que aparecen en este pasaje.
Atribuyéndose expresiones tales como “su ungido”, “iré delante de ti” “te
daré los tesoros escogidos”, “Los secretos más guardados”, “mi
escogido te llamé”, etc. Pero... ¿Son ellos el ungido? ¿Son los poseedores de
los tesoros y secretos escondidos y los enviados a las naciones?
Ellos hablan mucho de visiones, de que el Señor les habla de que tienen una
revelación aquí y allá. Desde luego que esto se opone a la todo-suficiencia de
la Biblia, porque si se permite que el escucha coloque sus visiones y mensajes
recibidos de Dios, a la par con la Biblia, Dios protestará advirtiéndonos que nos
cuidemos de tales visionarios, de tales profetas, porque él no los ha enviado,
somos nosotros los que debemos comparar sus enseñanzas a la luz de las
Escrituras.
La Biblia nos dice que la suprema revelación divina es nuestro Señor
Jesucristo. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las
palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas
esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.
Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a
cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá
mal sobre vosotros” (Jer. 23: 16,17).
Este predicador y muchos otros predicen bonanza y paz para los hombres.
Hablan de avivamiento porque arrastran a miles que casi pelean para entrar y
escuchar sus charlas. No mencionan una sola palabra de arrepentimiento, ni
del juicio venidero. Repiten…“¡Estupendo, esto es maravilloso, ésta es una
fiesta de Dios, aquí está Dios, el poder de Dios se manifiesta!”. Pero lo que en
realidad celebran son reuniones ocultistas salpicadas con algunas palabras de
la Biblia para disfrazarlas como reuniones cristianas. Los artistas saben
manipular a sus dóciles ovejitas, y éstos como si fueran llevados al matadero,
cumplen con todos los requerimientos del gurú.
“No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas
ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían
hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal
camino, y de la maldad de sus obras Dice Jehová.- He aquí que yo estoy
contra los profetas que endulzan sus lenguasy dicen. Él ha dicho. He
aquí dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos;,
y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus
lisonjas;, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a
este pueblo, dice Jehová” (Jer. 23:21,22,31,32).
La Biblia está saturada de advertencias para los cristianos, a fin de que no
sucumbamos víctimas de los trucos de Satanás.“Muchos” - dijo
Jesús, “vendrán diciendo que son el Cristo” Ciertamente no es necesario que la
persona diga literalmente “Yo soy el Cristo “. Pero cuando se presenta
atribuyéndose los atributos divinos, lo que pretende es usurpar el lugar de él.
La Biblia no enseña nada respecto a la “segunda unción”, ni de un ministerio de
la unción fresca y poderosa del Espíritu Santo. Ese “evangelio” es la mentira de
la nueva religión llamada la Nueva Era, aunque es tan vieja como Lucifer. Esta
oleada furiosa entró con una fuerza increíble y confundió a muchísimos
cristianos, porque los sorprendió desprotegidos. Un cristiano carente de
conocimiento de la Palabra de Dios, puede ceder fácilmente ante la fuerza de
algo que le hace reír, saltar, brincar, sentirse bien, que le da deseos de abrazar
a otros y de recibir una “tonelada de poder”, gracias a la generosidad y
humildad del gurú de turno.
Usted puede ver las manos de todos, extendidas hacia ellos, como
solicitándoles algo que tienen, porque son escogidos por Dios, pero que
nosotros también podremos tenerlo si cumplimos con ciertos requisitos y
seguimos las instrucciones que nos dan.
El espíritu de confusión y de perdición, por lo general es ruidoso. Hace que las
personas se sientan atemorizadas y amenazadas. Eso fue exactamente lo que
ocurrió cuando los israelitas edificaron el becerro de oro en el desierto y se
entregaron al desenfreno. Así está registrado en el capítulo 32 del libro de
Éxodo.
Algo muy diferente ocurrió en el caso de Elías y los profetas de Baal,
mencionado en el capítulo 1 del libro primero de Reyes, cuando
verdaderamente se manifestó el Espíritu Santo, cuando era Dios mismo quien
estaba presente. “Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de
Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que
rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová, pero Jehová
no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no
estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no
estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando
lo oyó Elías, cubrió su rostro con su mano, y salió, y se puso a la puerta
de la cueva. Y he aquí vino a él una vos diciendo: ¿Qué haces aquí
Elías?”(1 Rey. 19:11-13).
El Espíritu Santo no tiene que ser “invitado”, ni puede ser manipulado, ni
aplaudido, ni tampoco puede haber hombre alguno que le “ordene” hacer esto
o aquello, sanar a éste o llenar al otro. No todo lo sobrenatural procede del
Espíritu Santo o de Dios. Aunque quien hable o haga algo, lo diga y lo haga “en
el nombre y para la gloria de Dios”. El deber del cristiano no es escuchar con
atención y limitarse a eso, su obligación es analizar lo escuchado a la luz de las
Escrituras. La Biblia dice: “Amados, no creáis a todo espíritus, sino probad
los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido
por el mundo” (1 Jn. 4:1).
Note el imperativo: se nos ordena “probar los espíritus”; y se nos informa que
los “muchos” no están del lado de la verdad sino del engaño. No tenemos
problema para reconocer a un gitano, un gurú declarado, o a un hechicero que
no oculta su mensaje y su fe. Nuestro problema es descubrir la verdadera
enseñanza de un “evangelista”, un “predicador o pastor”, uno de esos...“siervos
de Dios”. Éste usa la Biblia, salpica sus retóricas con expresiones bíblicas,
da “Gloria a Dios” dice “amén” y puede que cante algún himno cristiano, que
ore fervorosamente, diga y haga otras cosas que parecen totalmente
aceptables - cristianas.
Es mi esperanza que este libro le permita abrirse camino y lograr captar la
astucia de Satanás para no caer en sus garras, porque el desfile de
los “profetas, sanadores, tumbadores, sopladores y distribuidores de poderes
divinos”, va en aumento. Estas prácticas irán aumentando rápidamente y es
probable que en un futuro no muy lejano ocurran cosas tan vergonzosas y
trágicas en estos encuentros de “doble unción” que las autoridades tendrán que
fijar ciertas pautas y decidir qué es y qué no es cristiano.
Bien caben aquí las palabras del apóstol Pablo al joven pastor
Timoteo: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán
tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que
tendrán apariencia de piedad pero negarán la eficacia de ella; a éstos
evita” (II Tim. 3:1-5).
El deber del cristiano es seguir a Cristo y permanecer fiel a él. La atracción de
estos “cristos” en su desfile tan apresurado es de hacernos ver que la partida
de los redimidos está a la puerta, pero también el amo de este mundo y el falso
cristianismo apresuran su marcha. Todo está profetizado en la Biblia y todo
está tomando su lugar. Jesús dijo: “Cuando estas cosas comiencen a
suceder, erguíos y levantad vuestra cabezas, porque vuestra redención
está cerca” (Luc 21:28).
ALGUNOS CONSEJOS
1 Lea la Biblia y haga su propio estudio.
2 Tenga cuidado con los libros de autores que están a favor de nuevas
experiencias.
3 Asegúrese de que su iglesia sea verdaderamente cristiana, bíblica.
4 Nunca asista a esos centros espiritistas que son presentados hoy como
concentraciones de muchos cristianos para escuchar a algún predicador
doblemente ungido. Se trata de lugares muy peligrosos donde se practica la
hipnosis colectiva y se trafica con las almas.
5 Tenga mucho cuidado con los sanadores y las sanidades, hay mucho, pero
realmente mucho fraude.
6 Cuando esté enfermo, haga todo lo que pueda por aliviarse, pida a Dios que
le ayude, y si es su voluntad que le sane. Pero no acuda a recibir ayuda de
ningún “sanador”, porque si ese sanador es instrumento de Dios, usted también
es cristiano y sanará de la misma manera. Usted puede clamar directamente a
Dios, además si a eso vamos el propio Señor Jesucristo dijo en Marcos
16:17,18, que estas señales seguirán a todos “Los que creen”.
7 Evite por todos los medios de caer en el pecado y blasfemar contra el
Espíritu Santo.
8 Busque cuanto antes una iglesia bíblica y concurra allí con toda su familia.
9 No mande su dinero a los “sanadores” radiales, de televisión o dondequiera
que estén, no participe “en pecados ajenos” (I Tim. 5:22).
10 Pase más tiempo en oración, a solas con el Señor y en compañía de su
familia.
Capítulo VII
Señales de los tiempos
La mayoría de personas en Estados Unidos probablemente están enteradas
que Diane Sawyer, en su programa de televisiónPrimetime Live que se trasmite
en el territorio de la Unión Americana, recientemente expuso a tres de los
evangelistas más populares: A W. V. Grant, Larry Lea y Robert Tilton. Este
último recibe por lo menos $80 millones de dólares anuales, gracias a sus
promesas de salud y riqueza a esos que le envían ofrendas.
Vivimos en un día triste en que los medios noticiosos seculares acusan a los
líderes evangélicos de engaño deliberado, apoyando aparentemente sus
acusaciones con pruebas y documentos, acarreándole de este modo crítica al
Evangelio y al nombre de Cristo.
Pero... ¿Por qué hay tantos millones de cristianos crédulos dispuestos a apoyar
económicamente a cualquiera que ofrece sanidad y prosperidad, a pesar de
que estas promesas son obviamente antibíblicas, extravagantes y casi siempre
fallan? ¿En dónde están los líderes de la iglesia que deberían estar
protegiendo al rebaño mediante advertencias específicas en contra de los
falsos maestros y falsos "hacedores de milagros"?¿En dónde está Billy
Graham, Chuck Swindoll, James Dobson y otros que serían escuchados si
hablaran? ¿Por qué los líderes evangélicos respetados no los corrigen? ¡Eso
es lo que estos "evangelistas" necesitan en forma desesperada!
W. V Grant, un "evangelista", menciona nombres, enfermedades y otros
detalles pertinentes a individuos específicos, negando tener ningún
conocimiento previo respecto a ellos, asegurando que recibe esta información
de Dios. De hecho, él usa el viejo truco de recolectar la información disponible
y memorizaría presentándola más tarde como "revelación". Grant fue
desenmascarado hace 6 años por Randi Kurtz y su grupo. Pese a todos los
líderes cristianos continúan honrándolo. Entre esos que se unieron a Grant
como conferencistas durante la reciente conferencia que tuvo lugar en una
iglesia en Dallas, estaban Mike Murdock, T. L Osborn, Ben Kinchlow, Jamie
Buckingham, B. J. Hargis y Hilton Sutton.
La evidencia irrefutable de que W. V. Grant opera un fraude deliberado, fue
presentada por primera vez en dos ediciones de la revista humanista Free
Inquiry de la primavera y verano de 1986. Ellos comenzaron a seguir a las
personas que Grant aseguraba haber curado, sólo para descubrir que no había
tenido lugar ninguna curación. Actores que habían sido colocados entre la
audiencia, eran sanados de supuestas dolencias mientras Grant exponía la
información fraudulenta que le había sido suministrada de antemano por sus
informantes antes de que se iniciara la reunión y la cual según Grant "le había
sido revelada por Dios"
Grant incluso lleva consigo sillas de ruedas y sus acomodadores persuaden a
los ancianos que están cansados de caminar a que se sienten en ellas, con la
promesa de ser empujados en las sillas hasta el frente. Son éstas las personas
que se ponen de pie al ser llamadas dramáticamente para que abandonen sus
sillas de medas, y son ellas las mismas que Grant asegura haber sanado,
entretanto que esos que verdaderamente han llegado enfermos en sillas de
ruedas se preguntan por qué no fueron sanados también mientras otros
aparentemente si fueron.
Esos que están en su lista de correo reciben las cartas más extravagantes en
la que se les dice lo mucho que han orado por ellos, personalmente, aunque es
un programa de computadora el que intercala los nombres en la carta para que
luzca como una misiva personal. En las cartas se ofrecen los métodos más
extravagantes para recibir bendiciones, involucrando en ellos rituales de
hechicería que son un insulto a la inteligencia.
Por ejemplo, la última de estas cartas traía un dibujo grande de 'Jesús" con sus
manos extendidas, con éstas instrucciones:"TOQUE MIS MANOS - YO
TOCARÉ LAS SUYAS, a través de una ventanas, tal como dice Malaquías
3:10, en donde Dios ha prometido, que 'ABRIR(Á) LAS VENTANAS DE LOS
CIELOS, y de derramar(á) sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde'..'
Coloque cualquier cuenta no pagada y su cartera en estas manos de Jesús
traspasadas por los clavos" Todo debe ser devuelto con la mayor ofrenda
posible. Grant sigue diciendo: "Entonces tomo todo hasta esa ventana que Dios
está mostrándome, mientras coloco mis manos en donde usted puso las
suyas' La condición para recibir la "bendición", siempre es"la semilla de ofrenda
de fe" Esta invención de Oral Roberts es ahora usada por muchos
otros "evangelistas" para persuadir a los crédulos a fin de que sieguen a cien
por uno.
Hay una nueva estrella que está surgiendo en medio de este movimiento
carismático de sanidad. Benny Hinn ha atraído multitudes hasta de 30.000
personas. Pastorea el Centro Cristiano de Orlando, una de las iglesias de más
rápido crecimiento. Cada domingo, su auditorio de 2.800 asientos está
atiborrado tres veces su capacidad y los servicios son trasmitidos más tarde a
través de la cadena de televisión TBN.
Aunque ha predicado en la iglesia de Grant, los métodos de Hinn varían entre
los de Popoff o Grant. Recauda $12 millones de dólares anuales con la
acostumbrada promesa falsa de sanidad y prosperidad a cambio de "la semilla
de ofrenda de fe" - una condición imprescindible para que se lleve a cabo "el
milagro". "No dé menos de $100 dólares" - exhorta a su audiencia,
prometiendo "imponerle las manos a los sobres con las ofrendas y luego
pedirle a Dios que otorgue milagros financieros a los ofrendantes"
El secreto del poder de Hinn es su peculiar unción, la cual asocia con Kathryn
Kuhlman y Aimee McPherson, fundador de la
iglesia Foursquare Gospel. Cuenta que sintió por primera vez el "poder pleno
del Espíritu Santo" sobre su persona durante un servicio de sanidad de la
señora Kuhlman en el año 1973 - cuando el manto de ella presumiblemente
cayó sobre él. Lleva a cabo sus reuniones exactamente de la misma forma
como lo hacía ella, aunque necesita más tiempo para llevar a su audiencia
hasta el estado de ánimo de expectativa que parecen generar los "milagros
sicosomáticos".
En un sermón pronunciado el .7 de abril de 1991, Hinin reveló que visitaba
periódicamente la tumba de Kuhlman, y que es uno de los pocos que tiene
acceso a ella. También visita la tumba de Aimee, y cuenta: "Sentí una unción
extraordinaria... Estaba temblando de pies a cabeza ... estremecido por el
poder de Dios "Amado Señor" - dije - "Siento la unción"... Creo que la unción
partió del cuerpo de Aimee".
La unción o el poder juega un papel primordial en los "servicios
milagrosos". Hinn lo usa para "golpear en el espíritu" tal como hacía la señora
Kuhlman hace 30 años. Desde entonces ella ha sido imitada por los
evangelistas que sanan. Sin embargo, Hinn tiene un nuevo arrebato. Sí, al igual
que la señora Kuhlman, él toca a las personas en la frente o en el cuello para
hacer que caigan de espalda. Pero también sopla o arroja la "unción" y
"golpea" a las personas desde la distancia.
La oficina de Benny en la iglesia está colmada de sus propias fotografías con
George Bush y Juan Pablo II. Esta fue la impresión de Mike Thomas durante
una entrevista que sostuviera con Hinn: "Luce como un aviso de Ralph Laurent,
un verdadero caballero galante. Su cabello, como siempre, está rociado
sólidamente, cada hebra en su lugar. 'No sé si alguna vez ha visto a un
reverendo sin calcetines' - dijo con orgullo (ya que no lleva puesto calcetines).
'Así es como soy. Soy un hombre más terrenal que la mayoría de personas".
"Estas palabras provienen de un hombre que no hace mucho cambió su
automóvil Mercedes por un Jaguar y que recientemente se mudó de una
urbanización en Heathrow a una mucho más exclusiva en Alaquia, donde ahora
vive en una mansión de $685.000 dólares. Sus trajes son confeccionados a la
medida; sus zapatos son de cuero italiano y sus muñecas y dedos fulguran con
el oro y los brillantes... él considera que su estilo de vida es modesto, como si
todos vivieran en la misma forma"
"Lleva puesto un reloj Rolex de diamantes, anillos de brillantes, brazaletes de
oro y trajes confeccionados a la medida para que todos lo vean... '¿Qué gran
cosa, por Dios?' - dice. '¿Qué es lo que se supone que debo hacer?, ¿conducir
un Honda? ... Eso no está en la Biblia... Estoy enfermo y cansado de oír hablar
de las calles de oro en el cielo. Yo no necesito oro en el cielo. Tengo que
tenerlo aquí y ahora.
Benny declara: 'He recibido un nuevo mandato celestial - ¡el llevar el mensaje
milagroso del poder sanador de Dios de regreso a Norte América! "¡Invada
nuestra nación con el poder milagroso de Dios en la década de los
noventa!", declara. Asegurando además que cerca de mil personas son
sanadas en cada uno de sus servicios de sanidad. Pero tal como el señor
Thomas informó, 'A pesar de los miles de milagros que Hinn asegura llevar a
cabo, tal parece que la iglesia es presionada para que presente uno que
convenza a los más escépticos... Cuando Susan Smith, la vocera de la iglesia,
se vio verdaderamente presionada para hablar de milagros convincentes y
verdaderos, citó a una mujer en Orlando que fue curada de ceguera causada
por diabetes. Pero no dio su nombre. Más tarde admitió que la visión de la
mujer quizá estabatodavía borrosa. Añadiendo: 'Ella todavía tiene diabetes, y
ha vuelto a ser hospitalizada':
"Pueblo de Dios" - grita Benny, "nunca debemos expresar palabras de fe tan
destructoras como estas: 'Si es tu voluntad, Señor'...¡Yo soy Él, soy Jesús! ¡El
Verbo se ha hecho carne en miií! ... ¡Usted es un dios en miniatura en la
tierra...!': Sus otras herejías incluyen la enseñanza de que Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo, cada uno individualmente, tienen un cuerpo, un alma y un
espíritu. "¡Hay nueve de ellos!", le dijo a su congregación "lo supe por
revelación ". Sin embargo, es muy probable que tomara esta idea de la Biblia
de Referencia Anotada por Dake, en donde se revive esta antigua herejía en la
página 55.
Hinn enseñó la misma herejía de Hagin y Copeland, que cuando Jesús murió
en la cruz descendió al infierno y tomó sobre sí la naturaleza de Satanás y fue
torturado por el diablo por nuestra redención. Luego, a principios de 1991
repudió esta enseñanza junto con otra "Palabra de Fe" de su peculiar doctrina.
Pese a todo había enseñado que se trataba de "una revelación de Dios",pero el
caso es que las revelaciones de Dios no cambian.
A sus críticos Hinn les dice: "¿Sabe usted?, he buscado algún versículo en la
Biblia - pero tal parece que no puedo encontrarlo -un versículo que diga, 'Si no
te gustan, mátalos'. ¡Verdaderamente quisiera poder encontrarlo! ... Algunas
veces desearía que Dios me diera una ametralladora del Espíritu Santo. ¡Yo les
volaría la cabeza!': La audiencia en el estudio del canal de televisión de la TBN
grita y aplaude ruidosamente ante estas graciosas palabras del "hombre de
Dios':
Sin duda estamos viendo el cumplimiento de una de las señales principales
dadas por el Señor Jesucristo para indicar la cercanía de su retorno: "Porque
se levantarán falsos Cristo y falsos profeta, y harán grandes señales y
prodigios de tal manera que engañarán si fuere posible, aun a los
escogidos" (Mat. 24:24). Tratemos de conocer a Dios y a su Palabra y
andemos en obediencia a él, contendiendo ardientemente por la fe que le fuera
dada una vez a los santos.
Capítulo VIII
¿Alabanza o alapanza?
Con frecuencia se dan casos de iglesias que dicen haber redescubierto las
alabanzas. En México me contaron de un pastor que camina en la plataforma
como un zorro, de repente salta sobre el púlpito con la rapidez de una ardilla y
coloca las manos como si estuviera tocando una trompeta, señalándole a la
congregación que así, así, exactamente sonará la trompeta del rapto. Hecha
esta demostración, baja del púlpito para caminar por los pasillos del templo y le
ordena al portero que apague las luces, porque ha llegado el momento para
alabar con danzas a oscuras. El apóstol Pablo le escribió estas palabras hace
muchos años a la iglesia más carnal de todos los tiempos: "De cierto se oye
que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se
nombra entre los gentiles..." (1 Cor. 5:1).
Cuando los mundanos celebran sus danzas, o tienen muy bien iluminado el
salón o lo hacen a media luz. Pero nuestros"pastores" hoy en día
reciben "inspiración del espíritu"... para apagar completamente las luces. No
está lejano el día en que se lleven a cabo orgías y desvaríos en los propios
templos "cristianos" Toda la culpa por cierto, siempre la tiene el espíritu. Y así
es, en todos estos casos, lo que ocurre es que la persona que está al frente, el
gurú que hace el papel de pastor, ciertamente tiene comunicación con el
espíritu, oye voces, recibe órdenes, instrucciones precisas de un espíritu de
confusión que finge ser el Espíritu Santo.
Es verdaderamente triste ver lo que ocurre hoy en los templos y en los
servicios que supuestamente son de adoración y alabanza. Lo que menos hay
es esto. Los himnarios, con himnos que sirvieran de inspiración a muchas
generaciones, tanto por su lírica, ritmo, como por su melodía y armonía, han
sido retirados hoy de nuestros templos. Lo mismo ocurrió con el piano y el
órgano. Estos fueron sustituidos por guitarras eléctricas, tambores, baterías,
instrumentos de percusión y todo tipo de"traka-traka" con ruidos
ensordecedores que más bien parecen fluir del fondo del infierno tratando de
mitigar los tormentos de sus habitantes, que de alabanzas al Señor.
Sin embargo, es muy poco lo que se puede decir al respecto, porque al tocar
este tema el argumento inevitable siempre será que es... "para la gloria de
Dios". Pero...¿Quiere decir esto que todos esos cristianos que por los siglos,
desde la iglesia primitiva y pasando por la Reforma, adoraron al Señor"con
himnos y cánticos espirituales" (Efe. 5:19), no lograron sus objetivos?
Obviamente los cristianos hicieron esto durante siglos, pero ahora la iglesia de
este siglo de las luces, ¡redescubrió la verdadera alabanza! Si usted me dice
que no, que lo que hicieron los antepasados no estaba bien y que sí está
correcto lo que hacen hoy muchas iglesias con sus ruidos, entonces tenemos
aquí a un Dios mutable, un Dios que recibía antes un tipo de alabanza y que
hoy recibe otro.
Lo que ocurre realmente en la actualidad, es que los "alabadores" no son sino
piratas que asaltaron los tesoros de Dios y en lugar de rendirle pleitesía a él, se
alaban a sí mismos. Buscan encontrar su propia satisfacción emocional, por
medio de saltos, aplausos, gritos, aleluyas, glorias a Dios, retorcidas,
convulsiones y caídas hacia atrás. Estas experiencias los colocan en cierto
nivel especial, donde habiéndose desahogado emocionalmente, sienten por un
momento cierto alivio, cierta paz, como el borracho que olvida por un momento
sus necesidades, penas y dolores, pero pasado este momento de éxtasis
y"borrachera" en alabanzas (alapanzas), la situación vuelve a ser igual o peor
que antes.
En la Biblia tenemos un caso ilustrativo y muy interesante cuando el Señor
Jesucristo alimentó milagrosamente a grandes multitudes en pleno desierto. El
capítulo 6 del Evangelio de Juan nos relata que un muchacho tenía cinco
panes de cebada y dos pe cecillos, "Y tomó Jesús aquellos panes y
habiendo dado gracias los repartió entre los discípulos, y los discípulos
entre los que estaban recostados; asimismo de los peces;, cuanto
querían" (Jn. 6:11). Y Mateo 14: 21 dice: "Y los que comieron fueron como
cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños" (Mat. 14: 21).
Es casi seguro que si se hubiera contado el total de personas la cifra de
comensales habrían sido de más de 20.000. Imagino que la comida era muy
sabrosa y que todos quedaron muy satisfechos, ya que comieron cuanto
querían y aun sobró mucho. Jesús esperaba que al mostrarles un milagro tan
elocuente, creyeran en él, pero no fue así. Cabe destacar que aunque el Señor
Jesucristo hizo muchos milagros, como sanar enfermos, limpiar a los leprosos,
dar vista a los ciegos, hacer caminar a los paralíticos, etc, su misión no era esa,
como tampoco lo es ahora. Parece que los que comieron ese día lo que él les
sirvió, interpretaron su milagro fuera del contexto.
A ellos les convenía un Jesús que sana, que alimenta, que los hacía sentirse
bien, que estaba siempre a la mano, que no quería que un hijo de ellos sufriera
de hambre, depresión, enfermedad o colapso financiero. Cuando Jesús
alimentó a esa multitud la Biblia dice: "Al anochecer, descendieron sus
discípulos al mar, y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia
Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. Y se
levantaba el mar con un gran viento que soplaba. Cuando habían remado
como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el
mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. Mas él les dijo: Yo soy; no
temáis. Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en
seguida a la tierra donde iban. El día siguiente la gente que estaba al otro
lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que
Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se
habían ido solos. Pero otras barcas que habían arribado de Tiberios junto
al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias elSeñor. Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba al1í ni sus
discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a
Jesús" (Mat. 6:16-24).
Uno se siente animado cuando lee este relato, porque dice: "¡Qué bueno que la
gente buscara a Jesús tan ansiosamente! ¡Quiera Dios que más personas lo
siguieran hoy de esa misma manera!". Pero la admiración por esta gente se
desvanece cuando descubrimos lo que ocurrió después. "Y hallándole al otro
lado del mar, le dijeron: Rabí: ¿cuándo llegaste acá? Respondió Jesús y
les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis
visto las señales sino porque comisteis el pan y os saciasteis" (Jn.
6:24, 25).
Jesús había permitido que toda esa multitud se quedara allí en el desierto
porque sabía lo que iba a hacer. Debía exhibir sus credenciales de Mesías y lo
haría para que los judíos que conocían las profecías mesiánicas comprobaran,
una vez más, que él era realmente el Mesías prometido. Sin embargo, ellos no
tenían la menor idea de esto, consideraban que como Jesús era"el mismo ayer,
y hoy, y por los siglos" estaba obligado a satisfacer sus necesidades físicas y
materiales. Mientras los alimentaba, curaba a los enfermos, todo era ¡Aleluya y
gloria a Dios!, pero cuando el Señor les hizo ver lo equivocados que estaban y
cuán erróneas eran las motivaciones que los movían a buscarlo, ellos quedaron
perplejos. Mientras Jesús estuvo en este mundo realizó muchos milagros, sanó
enfermos, alimentó hambrientos y hasta resucitó a los muertos. Pero esta NO
era su misión. Él vino expresamente para dar su vida por nosotros y de esta
manera saldar nuestra deuda delante de Dios.
Por favor, note lo que le contesta el Señor Jesucristo a los mensajeros de Juan
el Bautista, cuando él, estando en la cárcel, envió a dos de sus discípulos para
que le pregunten al Señor si él era realmente el Mesías: "Cuando, pues, los
hombres vinieron a él dijeron. Juan el Bautista nos ha enviado a ti para
preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir o esperaremos a otro? En esa
misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas y de espíritus
malos, y a muchos ciegos les dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo:
Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los
cojos andan, los leprosos son limpiado .los sordos oyen, los muertos son
resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado
es aquel que no halle tropiezo en mí" (Luc. 7:20-23).
No olvidemos que Juan estaba entonces en la cárcel, esperando sin saberlo,
su decapitación. Él había comenzado a dudar de su papel al presentar a Jesús
al pueblo de Israel como el "Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo". Jesús al responderle a los dos mensajeros no les dice ni sí, ni no. Su
respuesta es muy extraña, les manifiesta: 'Vayan a Juan y díganle que los
ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, etc". Pero... ¿Por qué
esta respuesta tan original? Porque los profetas habían dicho entre otras
cosas, que el Mesías además de ser un descendiente de la tribu de Judá,
nacería de una virgen en la aldea de Belén, y que además de provenir de
Egipto protagonizaría toda clase de milagros para que los judíos creyesen en
él. El profeta Isaías dijo: "Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no
temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios
mismo vendrá y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará
como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán
cavadas en el desierto y torrentes en la soledad" (Is. 35:4-6).
No es necesario cursar estudios teológicos para descubrir que Jesús no vino
para curar a los enfermos, ni alimentar a los hambrientos. Sin embargo, sí lo
hizo, aunque no siempre ni con todos, pero lo hizo. El Señor Jesucristo debía
probar que Isaías hablaba de su persona, que nadie jamás había exhibido
credenciales como éstas. Los hombres lo confundieron con un bonachón que
se deleitaba en alimentar milagrosamente a los vagos. Cuando estas personas
buscaron a Jesús al otro lado del mar, aunque era la hora del desayuno, Jesús
no hizo más milagros. No los alimentó. Pero... ¿Acaso no es cierto que él es el
mismo "ayer y hoy, y por los siglos"? ¿Cómo es posible entonces que ayer
alimentara a esos miles y que no lo hiciera al día siguiente? ¿Cree usted que la
gente no tuvo entonces fe en él y en su poder? Si no hubieran tenido fe no
habrían ido a buscarlo hasta el otro lado del lago. Ellos no tenían la menor
duda de que Jesús, no sólo podía ofrecerles pan como desayuno, sino hasta
huevos fritos con tiras de tocino al estilo americano, con pan bendito, y tortillas
para los mexicanos. Pero el Señor Jesucristo no protagonizó el milagro que
esperaban que hiciera. Si Jesús les hubiera preguntado: "¿Cuántos creen que
puedo alimentarlos esta mañana con pan, tal como lo hice ayer?". El grito de
aprobación habría sido unánime. Pero... supongamos que Jesús hubiera
actuado como los gurúes de hoy y hubiera seguido preguntando:
"¿Cuántos creen que puedo curar toda enfermedad y dolencia?". "¡Yo...!" -
habría gritado a coro la multitud. "¿Cuántos creen que puedo transformar un
siclo de los que ustedes han depositado en el plato de ofrenda en cien siclos?".
"¡Yo...!" - habrían vuelto a gritar. Es que en circunstancias como esta, no era
difícil creer, porque el Señor había probado su capacidad hacía menos de 24
horas. No obstante, tal cosa no ocurrió, y esa gente tuvo que volver a cruzar el
mar de Galilea para ir a sus casas porque Jesús no les dio lo que pedían.
Me temo que muchas de las supuestas alabanzas de nuestros días no son sino
comedias de individuos que saltan al son de espíritus extraños, que si les
hacen los favores en la medida necesaria para tenerlos atrapados en su poder.
Es posible que alguien se sane de vez en cuando, aunque sea a base de
trucos. Por otra parte qué bien se sienten después de dar saltos en las danzas
de David, después de los muchos aplausos para "Jesús", después de escuchar
música subliminal, después de los ruidos ensordecedores que los hacen saltar
hasta el cansancio y luego de relajarse y poner la mente en blanco, para
que "el espíritu de Jesús los guíe" ...
Usted no necesita ser un experto en la Biblia para descubrir los siguientes
aspectos: ¿Habla el orador directamente de la Palabra de Dios, urgiendo al
pecador para que se arrepienta y acuda por fe a Cristo Jesús? ¿O le ofrece
directamente el Espíritu Santo hasta emborracharlo? ¿Presenta a Jesús como
único salvador tal como dice Hechos 4:12, que "...en ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podamos
ser salvos"? ¿Deja clara que el Espíritu Santo es un don de Dios y que el
cristiano nunca debe pedirlo, ni siquiera para obtener la tal llenura, "pues Dios
no da el Espíritu por medida" (Jn. 3:34)? ¿Dice el predicador que el perdón
de Dios es gratuito y que el pecador puede ser salvo de una vez y para
siempre, porque Jesús dice... "Y yo les doy vida eterna; y no perecerán
jamás; ni nadie las arrebatará de mi mano"?
Éstas y otras palabras deben ser contestadas claramente. Si usted acude a
escuchar la Palabra de Dios, porque alguien le convidó, porque publicaron
anuncios en el diario, recogió algún volante o escuchó la invitación por
televisión o radio, es su deber asegurarse que no se encuentra en medio de un
círculo de ocultistas, frente a curanderos que como pretexto invocan el nombre
de Jesús. No interesa cuánta emoción sienta por las oraciones, los cánticos o
los dichos conmovedores de quienes trabajan sin que usted se dé cuenta para
lograr una hipnosis colectiva a fin de manipular a toda la audiencia. Por lo
general algunas canciones, música instrumental, palabras escogidas,
testimonios, sopladeras, tumbaderas, carcajadas espirituales y cosas de este
tipo, son necesarios para lograr dominar a toda la multitud reunida. Concurrir a
ese tipo de reuniones, aunque no sea más que por pura curiosidad, le traerá a
usted tanto beneficio como

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