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Manual para los catequistas de hoy - Ginger Infantino

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Manual
para los
CATEQUISTAS
de hoy
 Compartiendo la fe
 El papel de los catequistas
 Planeando clases efectivas
GINGER INFANTINO
 
 One Liguori Drive Liguori, MO 63057-9999
2
Imprimi Potest
Thomas D. Picton, C.Ss.R
Provincial de la Provincia de Denver
Los Redentoristas
Imprimatur
Reverendísimo Robert J. Hermann
Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de St. Louis
Publicado por Libros Liguori, Liguori, MO 63057-9999
Para hacer pedidos llame al 800-325-9521.
www.librosliguori.org
© 2009 Ginger Infantino
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta obra podrá ser reproducida,
almacenada en sistemas electrónicos o transmitida sin el permiso escrito de
Publicaciones Liguori
Library of Congress Cataloging-in-Publication Data
Infantino, Ginger.
 [Handbook for today’s catechist. Spanish]
 Manual para el catequista de hoy: el papel del catequista planificar lecciones eficaces
compartir la fe / Ginger Infantino.
 p. cm.
 Includes bibliographical references and index.
 ISBN 978-0-7648-1871-4 (alk. paper)
 1. Catechetics--Catholic Church. 2. Catholic Church—Education. I. Title.
 BX1968.I59517 2010
2009036973
 
Los reconocimientos de derechos de autor están en la página 7.
Publicaciones Liguori, una corporación sin fines de lucro, es un apostolado de los
Redentoristas. Para más información, visite Redemptorists.com
Impreso en Estados Unidos de América
3
http://www.librosliguori.org
http://Redemptorists.com
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Primera edición
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INDICE
 
Reconocimientos
Fuentes
1. Llamados a ser catequistas
2. Fundamentos de la catequesis
3. Planificar y preparar lecciones
4. Aspectos practicos
5. Revelación, Escritura y tradición
6. Jesucristo: Verdadero Dios y verdadero hombre
7. La Iglesia
8. Oración y Liturgia
9. Sacramentos
10. Discipulado: La vida en Cristo
11. Nutrir su llamada como catequista
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RECONOCIMIENTOS
 
Esta obra no hubiera sido posible sin el amor y apoyo de Bob, mi esposo y alma
gemela en estos 47 años. Él me ha animado al ministerio a cada paso del camino, ha
tomado responsabilidades extra cuando me impliqué en el ministerio diocesano y ha
usado sus extraordinarios talentos como profesor de educación para revisar y hacer
sugerencias para esta publicación. Bob es una gran inspiración y testigo de lo que
significa ser cristiano activo y comprometido.
Siento un profundo agradecimiento hacia nuestros seis hijos, Bob, Susan, Debbie,
Karen, Amy y Paul y también nuestros nietos por su ánimo e ilusión en que su
mamá y abuelita se convirtiera en autora. ¡Gracias, en especial a Paul por las
charlas de ánimo de los martes por la tarde!
Muchas gracias a mis queridas amigas: Georgia, Sandy, Sharon, Judy y Yolanda,
que oran y comparten su fe conmigo todas las semanas, pero que oraron
especialmente por mí durante este tiempo de redacción.
Estoy también profundamente agradecida por los miles de catequistas de la
Diócesis de San Diego que participaron en cursos de certificación de catequistas,
talleres y clases que desarrollé durante mis treinta años como directora diocesana.
Su “sí” al ministerio de la catequesis, su deseo de aprender más sobre su fe y su
disponibilidad para compartir su fe con los demás, me han proporcionado la
inspiración y fundamentos para esta publicación.
Gracias especiales al Padre Matt Kessler y a Publicaciones Liguori por darme la
oportunidad de compartir mi experiencia catequética y especialmente a Ron Knapp
por acompañarme en el proceso de la publicación con humor y entusiasmo.
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FUENTES
 
Traducción al español del Catecismo de la Iglesia Católica para Estados Unidos de
América. Copyright 1994, Conferencia de Obispos de Estados Unidos, Inc.
Librería Editrice Vaticana. Traducción al español del Catecismo de la Iglesia
Católica. Modificaciones a la Editio Typica, copyright 1997, Conferencia de
Obispos de Estados Unidos, Inc. Librería Editrice Vaticana.
Pasajes del Directorio Nacional para la Catequesis, copyright © 2005, Conferencia
de Obispos de Estados Unidos (USCCB), Washington, DC: pasajes del
Catecismo para Adultos de los Estados Unidos, copyright © 2006 USCCB.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta obra se puede reproducir
o transmitir de ninguna manera sin el permiso del propietario del copyright.
Pasajes del Concilio Vaticano II. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1982.
Los textos de la Escritura en esta obra están tomados de la Biblia de Nuestro
Pueblo, Pastoral Bible Foundation, 2007. Copyright 2007. Todos los derechos
reservados. Ninguna parte de esta Biblia se puede reproducir sin permiso del
propietario del copyright.
7
Recursos adicionales
 
Papa Juan Pablo II. Exhortación Apostólica sobre la Catequesis en nuestros
tiempos, 1979.
Papa Pablo VI. Exhortación Apostólica sobre la Evangelización en el Mundo
Moderno, 1975.
Santa, Thomas M., C.Ss.R. The Essential Catholic Handbook of the Sacraments.
Liguori, MO: Liguori Publications, 2001.
Enseñar como lo hizo Jesús. Un mensaje pastoral sobre la educación católica.
Washington, DC: United States Conference of Catholic Bishops, 1972.
8
1
LLAMADOS A SER CATEQUISTAS
 
Los museos antropológicos de nuestros países, las ciudades aztecas o mayas, las
antiguas edificaciones coloniales, escuelas, universidades, hospitales y palacios
construidos por los colonizadores, son tesoros históricos valiosísimos para nosotros que
contemplamos entusiasmados y que nuestros gobiernos cuidan y protegen como parte
del patrimonio nacional.
Tú has sido llamado a ser catequista y se te ha confiado un ministerio privilegiado.
Has sido llamado a transmitir el valioso tesoro de la fe católica a innumerables jóvenes.
El don inapreciable de la fe no es como las piezas estáticas de un museo que sólo se
pueden leer y mirar a través de una barrera de cristal. El tesoro que comunicas es una fe
viva y activa, transmitida desde el tiempo de los Apóstoles hasta el presente. El tesoro
incorruptible es para ser experimentado, compartido, y extendido como buena noticia
para todos los pueblos. El don vivo y dinámico de la fe es para ser tocado y para tocar.
Al responder a la llamada de ser catequista, no está sola: se une a cientos de católicos
comprometidos que han respondido a la llamada a servir. Has respondido a esta llamada
porque amas al Señor Jesús y deseas compartir ese amor con los jóvenes. Quizá tu
llamada no fue tan dramática como la de Moisés en la zarza ardiente, o tan sorprendente
como la llamada a Pablo, que se cayó de su caballo, o tan transformante de toda la vida,
como la llamada a Pedro, a quien se le pidió que dejara su medio de ganarse la vida. Tu
llamada puede haber venido por una conversación con el director de catequesis de la
parroquia o de una chispa de interés que te produjo leer un anuncio en el boletín
parroquial que pedía catequistas voluntarios.
El modo en que recibiste esta llamada no es importante. Lo importante es que has
dicho “sí”. Ese pequeño sí tiene enormes implicaciones. Al dar ese sí, estás respondiendo
a tu llamada bautismal a ser discípulo, a seguir a Cristo, y a enseñar en su nombre. Al
comprometerte a usar tus dones y talentos para conducir a otros a Cristo, respondiste a la
llamada interior del Espíritu Santo a servir en un ministerio específico dentro de la
Iglesia (ver el Directorio Nacional para la Catequesis, que de aquí en adelante
llamaremos DNC, 228).
No hay razón para tener miedo o temor de aceptar esta llamada y responsabilidad.
Puedes confiar en el Espíritu Santo que te dará inspiración y puedes mirar a Jesús, el
maestro modelo, para tu guía. Puedes contar con el director parroquial para tu
orientación y puedes contar con los catequistas expertos en tu parroquia para que te
9
apoyen.
Una palabra sobre la terminología: el término “catequesis” es una palabra que usaba la
iglesia primitiva para expresar cómo transmitía las enseñanzas de Jesús y la fe de la
Iglesia. Viene de la palabra griega catechein, que significa “eco”. Los catequistas son
quienes hacen eco de las enseñanzas de Jesús y la fe de la Iglesiay se las pasan a los
creyentes.
Como catequista, se te encarga comunicar el mensaje de Dios en su totalidad y en
fidelidad a la enseñanza de la Iglesia, así que tienes que estar lo mejor preparado que te
sea posible para este ministerio. Aumentarán tus conocimientos y capacidades los cursos
básicos de formación, talleres y conferencias. Las reuniones de catequistas
proporcionarán una información necesaria sobre el curriculum que sigue la parroquia, las
orientaciones y procedimientos. Tales encuentros también ofrecen oportunidades de
conocer a otros catequistas y de compartir información e ideas.
10
Los catequistas participan en un ministerio eclesial
 
Los catequistas aceptan un papel importante en los esfuerzos evangelizadores y
catequizadores de la Iglesia al ser llamados y enviados por la Iglesia para transmitir la fe
(ver DNC, 241-242). Como los catequistas sirven a un ministerio eclesial, deben ser
católicos practicantes que viven su fe en una manera coherente con las enseñanzas de la
Iglesia (ver DNC, 228-229). Ellos poseen un compromiso personal con Jesucristo como
centro de sus vidas y se esfuerzan por fortalecer tal compromiso a través de una activa
vida de oración. Los catequistas demuestran su profundo amor a la Iglesia a través de la
participación activa en la vida litúrgica. Los catequistas se comprometen a enseñar
dentro de la tradición católica romana y a participar en la vida comunitaria de la
parroquia. Son personas de fe que tienen una fuerte consciencia de la presencia de Dios
en sus vidas y que dan testimonio de tal presencia por la palabra y el ejemplo.
Ya que los catequistas sirven en un ministerio de la Iglesia que implica a menores de
edad, se les hacen escrutinios y se les requiere participar en entrenamientos para crear
ambientes de seguridad. Los catequistas aceptan estas reglas gustosamente porque
entienden la importancia de proteger a los niños y de proporcionar un ambiente seguro
donde los jóvenes puedan aprender.
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Jesús, modelo de maestro y catequista
 
Jesucristo es el maestro y catequista por excelencia. Cuando los obispos de Estados
Unidos publicaron un mensaje pastoral sobre la educación católica lo titularon Enseñar
como lo hizo Jesús (1972). Este llamativo título proporciona, tanto un mandato a cumplir
por los catequistas como un objetivo al que aspirar. Jesús el maestro modelo proporciona
un modelo y ejemplo para todos los catequistas.
Jesús el maestro conocía bien su materia y habló de ello y lo enseñó con autoridad.
Comprendía las Sagradas Escrituras y enseñó a quienes lo escuchaban sobre el gran
amor, perdón y compasión de Dios, su Padre. Jesús conocía a su audiencia y les
enseñaba según sus necesidades. Después de enseñar a las multitudes, Jesús dio a sus
discípulos una instrucción más profunda sobre puntos que no entendían. Era un narrador
excelente que a menudo usaba las parábolas para enseñar los misterios del reino. Jesús
usaba preguntas para desafiar a los corazones y mentes de aquellos con quienes se
encontraba. Era suave con los que de verdad buscaban respuestas. Pero Jesús no dudaba
en debatir con personas hipócritas o cínicas—a menudo respondía a sus preguntas
tramposas con nuevas preguntas desafiantes que los dejaban sin palabras.
Jesús usaba ejemplos sencillos de la experiencia diaria de la gente para enseñar
verdades profundas. Su caja de herramientas catequéticas incluía los pájaros del campo,
ovejas, pastores, monedas con la imagen del César, las lágrimas de una mujer, peces,
redes de pesca, lámparas, semillas, árboles, agua, levadura, pan, viñedos y vino. Jesús no
limitaba su enseñanza a los muros de la sinagoga. El mundo era su salón de clase y
aprovechaba cualquier oportunidad para enseñar—bodas, funerales, colinas llenas de
gente, lugares desiertos, caminos muy trillados, mares en tempestad, reuniones públicas,
y cenas privadas. Jesús era sensible a las necesidades de las personas y les enseñaba
sobre el reino a través de los milagros, curaciones, y exorcismos. Fue más allá de los
tabús de su tiempo: tocó a los intocables, habló con la mujer que parecía impura, acogió
a los marginados y comió con los pecadores.
En tiempos de Jesús, los estudiantes escogían a los maestros bajo quienes estudiar.
Pero Jesús escogió a sus propios estudiantes para enseñarles y que le siguieran. Jesús era
un líder carismático—con sólo unas pocas palabras de invitación, sus discípulos dejaban
sus familias y su trabajo y lo seguían. A menudo buscó un lugar apartado para orar y
nutrir su relación con su Padre. Jesús enseñó a sus discípulos a orar y a llamar a Dios su
Padre. Durante tres años, explicó los misterios del reino a sus discípulos. Jesús daba
ejemplo del ministerio ante ellos, les confiaba su propia misión y finalmente los envió a
continuar esa misión.
Jesús no escogió discípulos perfectos para llevar a cabo la enorme tarea del reino. Los
evangelios sinópticos reflejan una imagen algo desoladora y vergonzosa del grupo de
discípulos desarrapados a quienes Jesús llamó. Una y otra vez no entendían el mensaje y
12
necesitaban que se lo repitieran mil veces. Los discípulos pidieron puestos elevados en el
reino. Tenían miedo y les faltaba confianza. Uno de esos discípulos traicionó a Jesús y
los otros le negaron y lo abandonaron en su momento más difícil. Y sin embargo Jesús
los escogió, los perdonó y continuó su obra con ellos. Jesús moldeó a estos discípulos
débiles e inseguros en el grupo poderoso de líderes en que se convertirían e irían a
cambiar el mundo.
Incluso cuando pueda alcanzar resultados maravillosos con los jóvenes, ¡no se espera
que haga milagros! Se espera, sin embargo, que sea un comunicador eficaz del mensaje.
Al permitir a Jesús, el maestro modelo, que le guíe, puede aumentar su efectividad. Al
seguir su enfoque, aprenderá sobre sus alumnos, sus diversas procedencias, y sus
necesidades individuales. Usará ejemplos de sus experiencias diarias para enseñar las
verdades de la fe y para relacionar tales verdades a su propia vida. Responderá a sus
preguntas y repetirá el mensaje hasta que quede claro. Habrá momentos en que tendrá
que abandonar la lección que había preparado para llevar amor, perdón, o compasión a
una situación. Enseñará a los jóvenes a orar y a ser discípulos, y se sentirá desafiada a
ser un ejemplo de lo que significa ser cristiano.
Al aceptar la llamada a ser catequista, se esforzará por aumentar su conocimiento de
las enseñanzas de la Iglesia y a crecer en su comprensión de cómo pasar el precioso
tesoro de una fe viva. Aprenderá más y más sobre Jesús, su mentor y modelo.
Profundizará en su propia llamada y su compromiso a seguir a Jesús que “…es al mismo
tiempo el mensaje, el mensajero, el propósito del mensaje y la consumación del
mensaje”. (DNC, 4).
13
2
FUNDAMENTOS DE LA CATEQUESIS
 
Como catequista, quiere ser consciente de algunos principios básicos y fundamentales
que influyen sobre el ministerio de la catequesis. Estos principios están sacados de
documentos recientes de la Iglesia y proporcionan orientación y guía para el ministerio
catequético y también ofrecen una información básica para los catequistas. Pero estos
documentos no están dirigidos al uso directo con los niños. Hay tres documentos
catequéticos importantes que proporcionan las bases de la catequesis y a los que nos
referimos a lo largo de este manual para catequistas:
 Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) publicado en 1994, es un compendio de la fe
organizado en cuatro partes: el Credo, los sacramentos, la vida de fe y la oración.
 Directorio Nacional para la Catequesis (DNC) publicado en 2005, proporciona
orientaciones y directrices para la catequesis en Estados Unidos al liderazgo
diocesano y parroquial.
 Catecismo Católico para Adultos de los Estados Unidos (CCAUSA) publicado en 2006
y basado en el Catecismo de la Iglesia Católica, consiste de historias, enseñanzas
doctrinales, aplicaciones, oraciones, y preguntas para la reflexión en un formato fácil
de leer.
Los principios de la catequesis que se enumeran a continuaciónconforman los
programas de formación de catequesis, la catequesis parroquial para los niños y adultos,
y todas las publicaciones catequéticas recientes.
14
Principio uno: La catequesis es un proceso de toda la vida
 
El objetivo último de toda nuestra catequesis es la intimidad y comunión con Jesucristo
(ver el DNC, 55). La catequesis es mucho más que una educación religiosa elemental: es
un proceso de aprendizaje de toda la vida y de formación en el discipulado. La
catequesis comienza en el nacimiento y se extiende a lo largo de toda la vida. La
formación en la fe de adultos es una prioridad catequética porque sólo los adultos tienen
la capacidad de dar una respuesta madura (ver el DNC, 187).
15
Principio dos: La catequesis es una tarea de evangelización
 
Desde los comienzos, la Iglesia respondió al mandato misionero dado por Cristo (ver
Mateo 28:18). Ese mandato comisionaba a la iglesia primitiva, y a la iglesia de hoy, a ir
y hacer discípulos, a bautizar y a enseñar. El Papa Pablo VI dijo que evangelizar es “la
identidad más profunda” de la Iglesia. “Ella existe para evangelizar” (Papa Pablo VI, n.
14). Este mandato llama a todos los cristianos a ser evangelizadores, a ir a sus ambientes
cotidianos—familia, trabajo, social—a llevar a Cristo a esos ambientes y a llevar esos
mismos ambientes a Cristo. Este mandato viene con una promesa. Ningún discípulo hace
esta misión solo: se promete a los discípulos el don del Espíritu Santo para llevar a cabo
su trabajo.
El Papa Juan Pablo II describió la catequesis como “un momento esencial” en el
proceso de evangelización (Papa Juan Pablo II, 18). La catequesis tiene un papel
importante y particular en llevar a cabo el mandado misionero de la Iglesia. La
catequesis busca “hacer evangelizadores de quienes han sido evangelizados”. (DNC, 52;
Directorio General para la Catequesis, 58).
16
Principio tres: La catequesis tiene seis tareas
 
El fundamento de la catequesis es la formación de discípulos que conocen la fe y la
tradición, que celebran la fe a través de la oración, la liturgia y los sacramentos; que
viven su fe a través del servicio; y que le pasan la fe a otros. Las seis tareas de la
catequesis enumeradas en el Directorio Nacional para la Catequesis (67-71) se pueden
resumir de la manera siguiente:
 Comunicar el mensaje: la catequesis inspira amor a Cristo y a sus enseñanzas. Los
discípulos que aman a Cristo lo quieren conocer más plenamente y pasar sus
enseñanzas.
 Celebrar la presencia de Cristo en la liturgia y los sacramentos: la catequesis enseña a
quienes conocen y aman a Cristo a celebrar su presencia salvífica en la liturgia y los
sacramentos, especialmente la Eucaristía.
 Promover la conversión: la catequesis fomenta la formación moral y la formación de la
conciencia. Los discípulos acogen los valores y actitudes de Cristo y los emplean
para tomar decisiones de vivir una vida moral.
 Anima a la comunión: la catequesis fomenta un espíritu de oración y relación. Los
discípulos se esfuerzan por profundizar en su relación personal con Cristo.
 Nutrir la comunidad: la catequesis cultiva una comunidad de discípulos y los prepara a
participar en la vida y misión de Cristo.
 Preparar misioneros: la catequesis inspira un espíritu de evangelización que motiva a
los discípulos a extender la Buena Noticia como cristianos que viven en sociedad.
17
Principio cuatro: El obispo es el principal catequista en la diócesis
 
La responsabilidad última de transmitir la fe reside en el obispo local, que se asegura de
que la fe sea transmitida de una manera exacta y completa. Él asegura que los criterios
de una catequesis auténtica, según se presenta en el Directorio Nacional para la
Catequesis (91) son respetados en los cursos de formación de catequistas, en programas
catequéticos, y en los libros de texto catequéticos seleccionados para su uso en las
parroquias.
18
Principio cinco: Los laicos tienen papeles específicos dentro de la catequesis
 
Por su Bautismo, todos los cristianos están llamados a participar en la misión de la
Iglesia de evangelizar y catequizar. Aunque todos comparten la tarea de extender el
Evangelio y de dar testimonio de Cristo en palabra y acción, algunos tienen papeles más
específicos en la formación de los niños. Los padres, catequistas y la comunidad
parroquial comparten la responsabilidad de la formación catequética de los niños. Cada
uno tiene un papel en dar testimonio de la fe, en transmitir la fe y en proporcionar un
ambiente donde se experimenta la fe.
19
EL PAPEL DE LOS PADRES
 
Los padres son los primeros educadores de sus hijos. Son los primeros catequistas y los
más influyentes. La catequesis que tiene lugar en la familia normalmente se contagia,
más que se enseña. Es espontánea y responde a situaciones y experiencias que surgen
dentro de la familia. Los padres siempre están enseñando, incluso cuando no son
conscientes de ello.
Los padres fomentan los valores cristianos y la vida de virtud en sus hijos
comenzando a una edad temprana. Tienen una seria responsabilidad de nutrir la vida de
fe de sus hijos. “Su fe, su actitud hacia otros seres humanos y su confianza en un Dios de
amor influyen profundamente en el desarrollo de la fe de un niño. Los padres son
catequistas precisamente por eso, por ser padres. Su función en la formación de los
valores cristianos en sus hijos es irreemplazable” (DNC, 222).
Las parroquias proporcionan ayuda a los padres para llevar a cabo su responsabilidad.
Las parroquias ofrecen sesiones pre-bautismales para padres y acentúan el importante
papel de los padres en modelar las creencias y prácticas religiosas de sus hijos. Muchas
parroquias ofrecen talleres o grupos de discusión sobre cómo ser padres y animan a los
padres a participar en oportunidades de formación de adultos. La mayoría de las
parroquias ofrecen materiales y orientación a los padres para ayudarles a preparar a sus
hijos para los sacramentos. Muchas parroquias tienen programas que salen al encuentro
de padres que se han alejado de la iglesia y los guían para que tomen los pasos
necesarios para regresar a una vida sacramental activa.
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EL PAPEL DEL CATEQUISTA
 
Los catequistas tienen un papel particular y específico en la catequesis de niños y
jóvenes adultos. Son responsables de una catequesis intencional y sistemática. Esta
catequesis sistemática se amplía cada año llevando a los jóvenes a una relación más
profunda con el Señor Jesús y con su iglesia. Los catequistas transmiten la fe de una
manera intencional, utilizando el curriculum seleccionado por la parroquia.
21
EL PAPEL DE LA COMUNIDAD PARROQUIAL
 
La comunidad parroquial también tiene un papel catequético: ser testigos para los
jóvenes. Proporciona un ejemplo de cómo es una comunidad cristiana madura y cómo
funciona como Cuerpo de Cristo. La parroquia invita a los jóvenes a implicarse y
experimentar la comunidad de fe en acción. La parroquia demuestra cómo la comunidad
continúa aprendiendo y creciendo en fe y en espiritualidad, cómo ora y da culto en la
liturgia y los sacramentos, y cómo lleva a cabo la misión y ministerio de Jesús a través
del servicio.
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Principio seis: La catequesis se adapta a la edad y situación de quien
aprende
 
La catequesis utiliza un lenguaje y fórmulas comunes para transmitir las enseñanzas de
la fe. Como iglesia, “no creemos en fórmulas sino en las realidades que éstas expresan y
que la fe nos permite tocar” (CIC 170). La catequesis utiliza un lenguaje y métodos
adecuados a la edad y etapa de desarrollo de los que aprenden y toma en consideración
sus orígenes culturales, situaciones de vida, y necesidades especiales…sin alterar, la
sustancia de la fe (DNC, 96).
Es importante que usted se familiarice con estos principios y entienda su influencia en el
proceso catequético. Si tiene una comprensión básica del material que enseña y lo usa en
el curriculum parroquial, comprobará que estos principios fundamentales están
integrados en sus cursos de formación, su manual de catequista, y los materialesdel
estudiante. Una buena comprensión de estos principios le ayudará a planificar y preparar
sus lecciones.
23
3
PLANIFICAR Y PREPARAR LECCIONES
 
Hacer un viaje de turismo a un destino lejano por primera vez puede ser emocionante y
excitante, pero también un poco abrumador. Los planes se hacen con mucha
anticipación: recoger información de libros de turismo, idear el itinerario, asegurarse los
tiquetes de avión y los hoteles, decidir cuánto dinero gastar. La mayoría de los viajeros
tratan de ser lo más organizados posible, para poder disfrutar de la excursión. Y, si esto
es así para pasear, será incluso más para hacer un cambio tan radical como emigrar a otro
país, o decidir exiliarse por razones políticas. Hay muchas cosas qué pensar y mucho qué
planificar para no dificultar aún más una situación de por sí difícil.
Algo parecido ocurre con los catequistas. Como catequista, usted está a punto de
embarcarse en una aventura preciosa. Acompañará a un grupo de jóvenes en su camino
de fe donde se encontrarán con el Señor Jesús, escucharán sus enseñanzas, serán
invitados a seguir a Jesús como discípulos y aprenderán sobre la iglesia y su misión.
Como con cualquier gran excursión, usted no querrá dejar los detalles de este viaje a la
casualidad; querrá estar tan organizado como sea posible y planificar todo lo que pueda
para poder disfrutar de este viaje maravilloso junto con sus alumnos.
24
Planificación anticipada: la preparación remota
 
El primer paso en la planificación anticipada es familiarizarse con el manual del
catequista o la guía para maestros que acompaña a los libros de texto de los alumnos.
Este gran recurso es un instrumento indispensable que le orientará en su enseñanza,
proporcionará preparación doctrinal y sugerirá métodos y actividades. Dedique un par de
horas a esta preparación anticipada y use un cuaderno para tomar notas y apuntar detalles
importantes.
Empiece la preparación anticipada—como comenzará toda planificación y
preparación—con una oración al Espíritu Santo pidiendo apertura, sabiduría y
entendimiento. Ore también por los estudiantes a quien el Señor le envía a enseñar.
Después, relájese y ojee el manual. Revise el índice de contenidos y dése cuenta de los
conceptos doctrinales más importantes para este grado. Mire el libro para hacerse una
idea de cómo se organiza la información del manual. Cada serie de libros de texto es
distinta, pero la mayoría de los manuales incluyen:
 La gama y un cuadro de secuencia que demuestra todo el curriculum para los grados
primero hasta el octavo y sintetiza cómo la serie de libros presenta una catequesis
sistemática que deberían recibir todos los estudiantes.
 Un perfil de los estudiantes que incluye las características psicológicas, cognitivas, y
de desarrollo de fe.
 Información básica de interés para los catequistas sobre los conceptos doctrinales a
enseñar.
 Una copia del texto del estudiante dentro de las páginas del manual.
 Planes de lecciones para cada sección que incluyan instrucciones paso a paso sobre
cómo enseñar la lección y actividades adicionales para apoyar la lección y
posibilidades de uso de audiovisuales.
Algunas series también proporcionan:
 Apoyo de internet para las lecciones
 Páginas reproducibles
 Páginas para la familia para enviar a casa
 Instrucciones para la evaluación
A medida que usted va entendiendo la materia a enseñar en el próximo curso, quizás
desee aumentar su comprensión del material a través de más lecturas o estudio. Por
ejemplo, si está enseñando a un octavo grado con un enfoque teológico en el Credo,
podría querer revisar el Catecismo de la Iglesia Católica, Primera Parte: la Profesión de
Fe (26-1065). Si está enseñando a un quinto grado, con concentración en los
sacramentos, podría estar interesado en The Essential Catholic Handbook of the
Sacraments (Liguori Publications, 2001).
Este tipo de planificación anticipada también permite hacer preparativos para
25
actividades fuera de la clase. Por ejemplo, si quiere llevar a los de sexto grado a una
sinagoga judía, ya que van a estudiar el Antiguo Testamento, debe hacer arreglos
especiales antes para el tour, transporte, y permisos de los padres.
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Un breve perfil de los alumnos y su curriculum
 
A medida que prepara las lecciones, familiarícese con el perfil de sus alumnos y cómo el
curriculum responde a su etapa de desarrollo.
Los estudiantes de elemental viven centrados en sí mismos, sus hogares y sus familias.
Su mundo se va expandiendo al participar en la escuela, la iglesia, deportes y otras
actividades. Estos jóvenes tienen espacios de atención muy cortos. Los catequistas deben
equilibrar el movimiento con ratos de silencio y las actividades de escuchar con las de
“hacer”. Estos aprendices tan concretos responden a actividades sensoriales y a ejemplos
del mundo real. Les gustan las actividades de implicación directa, así como las historias,
cantos, gestos y sorpresas.
En el curriculum de primaria, los alumnos descubren el amor de Dios hacia ellos
según se expresa en la creación y en el envío de Dios de su Hijo, Jesús. Escuchan
historias sobre cómo vivió Jesús y son invitados a desarrollar una relación personal con
Jesús, que los conduce al Padre. Se presenta a los alumnos la figura del Espíritu Santo
que forma y guía a la Iglesia, la comunidad de creyentes. La mayoría de los alumnos
celebran su primera reconciliación y primera Eucaristía durante estos años de primaria.
Los alumnos de escuela intermedia están en un período de transición; a veces parecen
estar saliendo de una conducta infantil, pero pronto regresan a acciones poco apropiadas.
Pueden ser sensibles y cambiar de humor, y están empezando a desarrollar sus propias
actitudes y valores. Estos niños están fuertemente motivados por una competición
amistosa, construcción de modelos y trabajo de equipo y a menudo se sienten a menudo
atraídos hacia los héroes y heroínas. Están desarrollando un sentido moral y conciencia
como guías hacia una buena conducta.
Los alumnos de escuela intermedia tienen espacios de atención más largo, más
facilidad para la lectura y una mejor memoria para los detalles. Su curriculum examina
las guías para la vida cristiana, como las Bienaventuranzas, el Gran Mandato del Amor y
los Diez Mandamientos. Los estudiantes se familiarizan con héroes bíblicos, santos y
testigos modernos que ponen su fe en acción y sirven como modelos de conducta.
Estudian los sacramentos en profundidad y entran en muchas de las historias del Antiguo
Testamento.
La adolescencia temprana puede ser un tiempo de rápido crecimiento a muchos
niveles—físico, mental y emocional. Típicamente, las chicas maduran un poco más
rápido que los chicos. Los compañeros son cada vez más importantes y se desarrollan
amistades íntimas. Una respuesta favorita es: “¿Por qué?” ya que más y más estos
jóvenes empiezan a cuestionárselo todo. Se debe asegurar a estos jóvenes el amor de sus
padres y familias, incluso si ellos no responden a ese amor abiertamente. Pueden
manejar conceptos abstractos y tienen un sentido de la historia y de la justicia social.
Los catequistas pueden aprovechar este período para continuar orientando a sus
27
alumnos a una amistad profunda con Cristo, enseñándoles a aprender a dar testimonio de
Cristo y mostrándoles cómo vivir, amar y actuar como cristianos. Los estudiantes se
familiarizan con el Jesús de los Evangelios, con la Iglesia primitiva y con la iglesia en el
mundo de hoy. Un estudio profundo del Credo resume las creencias de la fe. El
curriculum también acentúa el papel de la iglesia en la evangelización del mundo y en la
extensión del evangelio a través del testimonio personal y la acción.
28
Planificar lecciones
 
Aunque el manual del catequista proporciona un plan de lección bien desarrollado,
posiblemente no uses el plan exactamente como está. Debe ser flexible y adaptar las
lecciones al marco de tiempo en el que enseñará; las capacidades y necesidades de
aprendizaje de los alumnos; sus propios talentos, capacidades y estilos deenseñanza; el
espacio físico donde dará clase; y consideraciones culturales. El preparar un plan
detallado de clase no pone freno al espíritu ni limita la creatividad. Proporciona una
manera de organizar la lección y permite la flexibilidad de responder a llamadas
inesperadas del Espíritu Santo y las necesidades inmediatas de tus estudiantes. Una
manera eficaz de planificar las lecciones es utilizar un enfoque de tres pasos que incluye:
1) planificación a largo plazo; 2) planificación a corto plazo; 3) escribir el plan de clase
concreto.
29
Planificación a largo plazo
 
Comience la planificación a largo plazo con el manual de catequista y con un calendario
de lecciones para determinar cuántas sesiones se darán este año. Por ejemplo, si la fiesta
de Navidad está programada para un día de clase, quizá ese día no se enseñe del libro.
Una vez que determine el número exacto de sesiones, mire cuántas lecciones se
presentan en el libro. Algunas sesiones del libro podrían tener que ser eliminadas o
combinadas. Si tiene dudas sobre qué sesiones eliminar, pregunte al director parroquial.
Luego, planifique cuándo enseñará las lecciones de momento litúrgico, tales como
Adviento o Cuaresma, y también las devociones tradicionalmente hispanas asociadas a
estas fechas, como las Posadas, o el Via Crucis. Algunas series sitúan las sesiones de
momentos litúrgicos al final del texto, así que fíjese dónde están. Marque las fechas y los
temas para esas lecciones en su calendario de clase.
30
Planificación a corto plazo
 
Varias semanas antes de enseñar una lección, léala. Estudie la información para el
catequista. Piense en los métodos y actividades que utilizará para comunicar el mensaje.
Solicite audiovisuales, compra o solicita materiales necesarios. Empiece a preparar los
materiales para las actividades. Si está trabajando en un proyecto y necesitas ayuda de
los padres, asegúrate pronto de su ayuda.
Este tipo de planificación a corto plazo le permite cuidar de muchos detalles por
adelantado y le ayuda a aliviar el estrés al prepararse para escribir y presentar su plan de
clase.
31
Preparación inmediata
 
Al desarrollar el plan de clases semanal, use el manual de catequista como guía. Utilice
una planilla de planificación (se incluye un modelo al final de este capítulo). Al escribir
el plan de clase, incluya el objetivo o tema de la lección y los objetivos—lo que los
alumnos van a aprender en esta clase. Ayuda hacer un plan paso a paso y diseñar una
línea de tiempo para cada paso. Enumere los materiales o recursos que necesite.
Una lección catequética eficaz incluye varios componentes: experiencia de vida,
dimensión de fe-doctrinal, reflexión-integración y respuesta. Estos elementos se irán
entretejiendo a través de la lección.
32
EXPERIENCIA DE VIDA
 
La catequesis se dirige a los que aprenden en el contexto de sus vidas diarias, así que la
mayoría de las lecciones de catequesis comienzan con la experiencia de los alumnos.
Esto es parte del método que se usa mucho en la pastoral hispana de ver-juzgar-actuar-
evaluar-celebrar. Esto es el primer paso. Determine cómo utilizará las experiencias de
los alumnos y comience a pensar sobre el tema. Algunos modos de explorar las
experiencias de los alumnos son a través de preguntas, una presentación audiovisual o un
cuento, usando imágenes o cantos, o proporcionando una experiencia directa. Por
ejemplo, una lección de segundo grado sobre la Eucaristía podría comenzar con una
discusión de una cena familiar, un día de Acción de Gracias, o una clase de primer grado
sobre la creación podría comenzar con un paseo por la naturaleza.
33
DIMENSIÓN DE FE Y COMPONENTE DOCTRINAL
 
Este es el núcleo de la lección. Asegúrese de tener una buena comprensión de las
enseñanzas esenciales de la lección y enumere los pasos que dará para comunicar esas
enseñanzas de una manera que los alumnos lo comprendan. El manual del catequista es
útil aquí porque presenta el mensaje de una manera apropiada al nivel de la edad.
Algunos métodos para presentar estos componentes incluyen:
 Una breve enseñanza
 Uso de historia, canto, marionetas, drama o arte
 Proclamación de la Escritura
 Presentación de los conceptos a aprender de memoria
 Uso de un panel de franela, gráficos, afiches.
Si una lección contiene palabras que los estudiantes quizá no entiendan, asegúrese de
explicar la terminología (¡Hemos oído historias como la del alumno de séptimo grado
que pensaba que las epístolas eran las esposas de los apóstoles!). Escriba y explique el
vocabulario nuevo y muestre a los alumnos mayores dónde encontrarlos en el glosario de
sus textos.
34
REFLEXIÓN E INTEGRACIÓN
 
Este elemento de la catequesis está dirigido a que los estudiantes interioricen el mensaje
y lo integren en sus propias vidas. Evidentemente, la interiorización no ocurre de la
noche a la mañana. Quizá no vea inmediatamente los frutos de sus esfuerzos. Anime a la
reflexión e integración a través de la oración y los momentos de silencio, la escritura
creativa, meditaciones guiadas, proyectos relacionados con el tema, y discusiones de
grupo sobre preguntas bien desarrolladas.
35
RESPUESTA
 
Las sesiones de catequesis invitan a los que aprenden a responder a la Palabra de Dios en
sus vidas, a profundizar su relación con Jesucristo y a hacerse discípulos más
comprometidos. Incluso los niños más pequeños son capaces de una respuesta apropiada
a su edad a estas invitaciones. Los métodos que promocionan tales respuestas incluyen
proyectos de servicio que demuestran una respuesta concreta y vivida al mensaje,
oración y celebración de los sacramentos, formulación de propósitos de vida y compartir
la fe en grupos pequeños.
36
Entienda cómo aprenden los alumnos: estilos de aprendizaje
 
Al preparar la lección, recuerde que cada persona tiene un estilo de aprendizaje preferido
—un modo en que aprenden mejor.
 Algunos estudiantes aprenden por la vista. Aprenden mejor a través de mirar cosas
como expresiones faciales, demostraciones, ilustraciones, audiovisuales o mirando un
teatro de marionetas o una presentación dramática. Para estos alumnos, simplemente
escuchar una explicación no es suficiente.
 Algunos estudiantes son aprendices auditivos. Aprenden mejor a través de
presentaciones orales, discusiones, hablar de cosas, escuchar lo que dicen los demás,
y la música. Para estos alumnos, la información escrita podría tener poco significado
hasta que se escucha.
 Algunos alumnos son aprendices táctiles o kinestéticos. Aprenden mejor tocando las
cosas. Exploran el mundo activamente y tienen dificultad en estar sentados por
mucho tiempo. A estos jóvenes les gusta moverse, hacer cosas y tocar cosas.
37
Otras actividades que responden a estilos de aprendizaje variados:
 
 Hay actividades individuales que incluyen la memorización, escritura creativa, lectura,
dibujos, hacer pósters, collages, libros de recuerdos, móviles, gráficas, o usando
plastilina.
 Hay actividades de grupo que incluyen trabajo de comité, búsquedas de internet
guiadas, excursiones, proyectos de servicio, presentaciones dramáticas, teatros de
marionetas, presentaciones de juegos de computadora, dramatizaciones, edición de
videos, lecturas corales, pantomimas, y hacer murales y construcciones.
 Actividades para intercambiar ideas incluyen discusiones en grupo grande, discusiones
en grupo pequeño, discusiones de panel, debates, actuando en roles, historias de final
abierto, lluvias de ideas, preguntas y respuestas y entrevistas.
Al planificar las lecciones, recuerden los distintos modos en que aprenden los
alumnos, e integren una variedad de actividades para responder a sus distintas
necesidades de aprendizaje. Para presentar clases dinámicas en las que los estudiantes
disfrutan participando, escojan diversas técnicas para descubrir las experiencias de sus
aprendices, para reforzar la dimensión de la doctrina y la fe, para animar a la integración
y para crear respuestas.
38
Completar el guión del plan de la clase
 
Al completar un plan declase, escriba los puntos más importantes en tarjetas. Revise los
puntos para que pueda estar en la clase y no pegada al libro. Después de dar la lección,
anote las técnicas que trabajaron bien, las que consiguieron una respuesta favorable, y
las que no parecieron funcionar bien. Un plan de clase para este tipo de sesión
catequética exige varias horas de preparación cada semana. Una vez que prepara algunas
clases, la planificación se hace más fácil, aunque todavía lleva tiempo. Después de
enseñar unas cuantas sesiones, usted y sus estudiantes desarrollarán una relación y sabrá
cuáles de esas actividades reciben mejor respuesta de esta clase concreta. Con oración y
preparación, estará en camino de guiar a sus alumnos en su extraordinario camino de fe.
Guía de Plan de Clase
 
Fecha___________________________________________________________
Grado___________________________________________________________
Páginas del libro de texto_______________________________
Tema____________________________________________________________
Objetivos_______________________________________________________
Nuevo vocabulario_______________________________________________
Oración inicial:
Tiempo_________________
Experiencia de vida. Introduciré el tema de la siguiente manera:
Tiempo________________
1._____________________________________________________________
2._____________________________________________________________
3._____________________________________________________________
Dimensión de fe/Componente doctrinal. Enseñaré esta lección, con las siguientes
actividades, métodos y técnicas:
Tiempo________________
1._____________________________________________________________
2._____________________________________________________________
3._____________________________________________________________
4._____________________________________________________________
5._____________________________________________________________
Integración/Reflexión. Animaré a la integración del mensaje por medio de:
Tiempo________________
1._____________________________________________________________
2._____________________________________________________________
39
Respuesta. Invitaré a la respuesta por medio de:
Tiempo________________
1._____________________________________________________________
2._____________________________________________________________
Comentarios:
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Materiales necesarios:
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
40
4
ASPECTOS PRACTICOS
 
Este capítulo presenta sugerencias para ayudarle a desarrollar una presencia eficaz en la
clase, descubrir cómo ser un catequista atractivo, y dirigir su clase con gracia y
seguridad.
41
Conoce las orientaciones parroquiales
 
Las orientaciones parroquiales son desarrolladas a partir de experiencias en la parroquia
concreta. Las orientaciones normalmente se discuten en una reunión preliminar. Si
necesita clarificación, asegúrese de preguntar.
 Sea consciente especialmente de las orientaciones para llevar un registro fiel de la
asistencia, manejar los procedimientos de emergencia y llevar a cabo medidas de
evacuación y seguridad.
 Conozca el procedimiento a seguir cuando vaya a estar ausente.
 Siga las orientaciones de la parroquia para la disciplina en la clase.
 Averigüe cómo solicitar y obtener materiales y si se le va a reembolsar por compras
que haga.
 Si comparte el salón con un maestro de la escuela diaria, respete la disposición de los
muebles y la propiedad personal del maestro o maestra y de los estudiantes. Si es
posible, hable con el maestro para determinar qué pueden hacer los dos para facilitar
el uso compartido del espacio.
42
Desarrolle una buena relación con sus estudiantes
 
Es importante que conozca a los jóvenes y sus procedencias. Anime a una atmósfera de
comunidad que se sienta más como iglesia que como escuela. Establezca un ambiente de
hospitalidad donde los niños se sientan cómodos y bienvenidos.
 Llame a los niños por su nombre. Utilice gafetes o coloque tarjetas en sus sitios hasta
que los conozca a todos por su nombre. Asegúrese de que ellos también saben
nombre de usted. Algunos niños se pasan todo el año y no saben el nombre de su
catequista. Coloque su nombre en sitio visible todas las semanas al principio del año.
 Salude a los niños por su nombre cuando llegan; planifique actividades para hacer
mientras van llegando todos y empieza la clase.
 Haga una foto de cada estudiante el primer día de clase. Invite a los alumnos a escribir
una biografía breve en una tarjeta y haga un póster de la clase. ¡Les gusta verse!
 Pida a los padres que escriban una carta presentando a su hijo, con sus gustos y lo que
no les gusta, sus pasatiempos, sus talentos y los orígenes de la familia.
 Envíe a sus estudiantes tarjetas de cumpleaños o una tarjeta de “te extrañamos” cuando
están ausentes. A los niños les encanta recibir correo. Una nota suya antes de que
empiecen las sesiones la hará simpática a los estudiantes incluso antes de conocerla.
 De vez en cuando, llame a los padres para darles buenos informes. A los padres les
gusta oír que sus hijos han tenido un buen día, y los jóvenes se alegrarán de saber que
se les ha visto hacer algo bueno.
43
Crear un ambiente para la catequesis
 
Cada sesión catequética debería ser dirigida en un ambiente acogedor y de oración donde
la fe se experimente y comparta. Sólo Dios da el don de la fe, pero usted puede fomentar
un ambiente donde la fe pueda arraigarse, ser alimentada, crecer y tener fruto.
 Designe un área del salón como espacio de oración donde la clase se reúna para la
oración y la celebración.
 Ore con una variedad de formas de oración, como oración de grupo, oración personal
en silencio, oración espontánea y meditación guiada.
 Use buena música litúrgica. Que se oiga música instrumental cuando vayan llegando
los niños. Use música del libro de cantos de la parroquia para los servicios de
oración. Si no puedes cantar bien, usa un CD. La editorial OCP ofrece buena música
bilingüe para celebraciones con niños y catequesis.
 Anime a la discusión sobre puntos importantes usando preguntas pertinentes que
exigen pensamiento. Permita un tiempo para pensar y utilice una voz calmada para
animar a los estudiantes a responder.
 Dispóngase a desviarse del plan si hay una preocupación de la comunidad que afecta a
las vidas de tus alumnos. Puede ser que necesiten hablar sobre ello y orar sobre ello
como un adulto que se preocupa e interesa.
44
Haga del salón su hogar
 
Incluso si utiliza el salón solamente una vez por semana, es importante que los niños
sientan que es su espacio, por lo menos por la hora o el tiempo en que estén juntos. Esto
quiere decir que usted va a tener que implicarse en el importante ministerio de “arrastrar
muebles”. Procure que sea sencillo, pero traiga cada semana lascosas que necesite que
los alumnos sepan que el espacio está preparado para ellos.
 Use una caja de cartón de almacenamiento para crear un altar. Sobre la caja, ponga una
tela de color (use el color litúrgico apropiado), una Biblia, luces votivas con velas
encendidas con batería (por razones de seguridad) y un pequeño crucifijo. Use flores
o una estatua de María o uno de los santos que más cercanos estén a su cultura y
experiencia. Pida a los distintos niños que coloquen el altar cada semana.
Periódicamente, pida a los niños que ofrezcan una oración escrita o una obra de arte
al Señor y la coloquen en el altar.
 Haga su propio cartel de anuncios. Compre un cartón de tres partes (de los que se usan
para los proyectos escolares). Decórelo y úselo para colgar un banderín anunciando
el tema de la clase, para colocar respuestas de oraciones o un verso de la Escritura
para aprender de memoria.
 Lleve una caja de materiales si la parroquia no se las proporciona. Las cajas de plástico
con asas son muy apropiadas. Incluya materiales de oficina, papel de notas, y una
linterna. Esto eliminará viajes innecesarios a la oficina (o el entrar en el escritorio de
la maestra del salón) cada vez que se necesite algo.
45
Controle su clase
 
Los jóvenes tienen que entender que usted está en control de la clase. Esto no quiere
decir que tenga que ser estricta o demasiado inflexible, o que los niños se tengan que
sentar en filas y levantar la mano cuando quieren hablar. Pero sí significa que está
preparado, organizado, y que mantiene el orden en un ambiente disciplinado. Recuerde
que la raíz de la palabra “disciplina” es discípulo, que quiere decir, aprender. Usted
quiere que su clase de discípulos aprendan a seguir a Jesús, a conducirse en una manera
ordenada, y a respetar a otros y la propiedad. Todos deben saber que hay ciertas
conductas que no se tolerarán y que hay consecuencias para conductas inapropiadas.
 Señale las reglas en la primera o segunda clase. Discuta brevemente por qué las reglas
son importantes. Guíe a los niños a crear una serie de reglas y a enunciarlas de
manera positiva, en lugar de negativa. Por ejemplo: “Escuchar atentamente cuando
están hablando otros”; “Respetar a los demás y sus propiedades”; “Mantén tus manos
donde deben estar”. Coloque las reglas en lugar visible.
 Use diversos métodos para enseñar la misma lección. Los niños de elemental tienen un
espacio de atención corto y podrían comportarse mal si pierden interés. Las sesiones
de catequesis a menudo se dan después de que los niños han estado en la escuela todo
el día o en la tarde, cuando están cansados. Así que haga sus sesiones interesantes.
No pretenda entretener, sino invitar a los alumnos a entrar en el tema personalmente.
 No se salga de sus casillas si un niño se porta mal. Algunos niños buscan atención y
harán cualquier cosa para llamar la atención. Cuando esté usted desilusionado por
una conducta, dígalo. Evite medidas disciplinares que implican insultos, argumentos,
confrontación, humillación, y vergüenza. Nunca use castigo corporal.
 Anime a la buena conducta usando refuerzos positivos, como pegatinas, certificados
por buena asistencia, invitando a un alumno a ser el líder de la oración, o el cantor, o
a través de afirmaciones como “Gracias por caminar en silencio al área de oración”.
Si utiliza premios de dulces, asegúrese de que son saludables y de que nadie tiene
alergias.
 Si un alumno tiene una dificultad de aprendizaje, pregunte a los padres qué tipo de
arreglos se hacen en el ambiente de la escuela. Trate de facilitar la cosas a ese alumno
de manera parecida.
 Para algunos niños que consistentemente presentan problemas de conducta, puede ser
necesario pedir una conferencia con los padres y trabajar con el alumno para elaborar
un contrato individual de conducta.
46
Haga colecciones
 
Dedique un espacio en casa para almacenar las cosas que va a coleccionar. Pida a los
padres, amigos y feligreses que también recojan cosas.
 Haga un archivo de fotos. Busque en calendarios, guías de viaje y revistas fotos de
naturaleza, gente (jóvenes y viejos, ricos y pobres, personas que sufren, gente
ayudando a otros) animales y paisajes. Pegue las fotos en cartulinas. Coloque las
fotos en sitio visible cuando enseñe sobre la belleza de la creación. Use las fotos
como rompehielos con los mayores—pida que seleccionen y escojan una foto que
refleje sus sentimientos sobre el mundo, la clase, la iglesia, la vida. Deje que los
estudiantes emparejen sus fotos con las líneas de un salmo o las Estaciones de la
Cruz.
 Coleccione diversos contenedores. Deje que la imaginación vuele. Los frascos de
jabón líquido se pueden usar para crear marionetas y cuando se les viste, pueden
convertirse en santos o en personajes de la Escritura. Vístalos con los ornamentos de
los colores apropiados para mostrar lo que llevan los sacerdotes para la misa. Los
botes de yogurt son buenas macetas donde plantar semillas cuando hablen de la
parábola del Sembrador, o cuando hables de la muerte y la vida nueva. Las cajas de
papas fritas cilíndricas son buenas para hacer velas de Pascua cuando se cubren con
papel blanco, se decoran y se “encienden” con una llama de papel color naranja.
 El cartón de las cajas de cereales puede convertirse en un buen fondo para los
rompecabezas. Para hacer un rompecabezas sencillo, use pegamento y pegue una
imagen de un libro de religión usado. Corte piezas de rompecabezas de tamaño
mediano y póngalas en una bolsa de plástico. Haga estas piezas disponibles para los
alumnos que llegan pronto. El cartón también puede servir para trazar figuras. Es
fácil de cortar y lo suficientemente fuerte para que muchas manos lo toquen.
47
Mire con ojos de catequista
 
Desarrolle una perspectiva en la que considere cómo usar actividades, proyectos, juegos
y artesanías aparentemente seculares para reforzar sus lecciones catequéticas.
 Adapte artesanías del tiempo o de las fiestas para sus clases de religión. Por ejemplo,
usa un corazón del Día de San Valentín para afirmar el amor de Dios en cualquier
tiempo del año, o flores en el Día de las Madres para hablar también de María, la
madre de Jesús.
 Muchos periódicos, revistas, y sitios web contienen ideas para tarjetas, marcadores de
libros y pequeños presentes. Dé a estos proyectos temas de la escritura o religiosos y
que los alumnos los den como regalos que los ministros de la Eucaristía puedan
llevar a los feligreses que no pueden salir de casa.
 Haga un libro de ideas para proyectos o archívelas según el tema.
48
Sea una buena cuentista
 
A casi todo el mundo le gusta una buena historia que capta un trozo de vida, subraya
sueños o temores, o habla del bien que vence al mal. Las historias son una gran manera
de hacer surgir la experiencia de los estudiantes. Recuerde, Jesús fue narrador de
historias. No dude en incluir algunas de sus historias.
Mantenga un archivo de historias que cuentan buenas noticias, especialmente sobre
jóvenes de la edad de sus estudiantes. Jóvenes que sirven a otros, que ayudan a la familia
o vecinos, que hacen buenas opciones. Encuentre historias en los periódicos, revistas o el
internet.
Ensaye el cuento unas cuantas veces para asegurarse de que tienes todos los
elementos. Si es necesario, escriba un guión.
Es importante el modo en que se entrega la historia. Cambie el tono de voz, la
velocidad del habla y la expresión facial. Use imágenes o elementos que ayuden. Por
ejemplo, un catequista cuenta la historia del Buen Pastor a los niños de segundo grado
vestido con una túnica, lleva un bastón y tiene a varios niños con máscaras de ovejas.
49
Use la tecnología
 
En esta era de la tecnología, nuestros estudiantes tienen muchas influencias de la
televisión, la música, el internet y la comunicación instantánea. Se nos desafía y se nos
anima a usar los medios en nuestra catequesis. “Una catequesis bien planificada debe
emplear estos medios de manera que el mensaje de Jesucristo se pueda comunicar
eficazmente en las circunstancias realesy la cultura de aquellos que lo buscan” (DNC,
318). Lo que sigue son algunos recursos tecnológicos a considerar:
 La Web o internet puede ser una gran fuente de información para los catequistas. Se
puede encontrar Escritura, documentos de la Iglesia, las vidas de los santos y tratados
teológicos. Sin embargo, hay que ser conscientes de que no todos los sitios web que
dicen ser católicos abrazan las enseñanzas de la Iglesia. Si usted dirige a los alumnos
a un sitio web, avise a los padres, y pídales que ayuden a sus hijos. Los catequistas
deben buscar información de fuentes auténticamente católicas como:
 El sitio Web del Vaticano (www.vatican.va) que incluye textos de los documentos del
Concilio Vaticano II, encíclicas y cartas de los papas recientes, tours virtuales de los
lugares vaticanos, música coral que se puede bajar a un MP3, un calendario papal e
información general.
 El sitio web de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos
(www.usccb.org) incluye una sección de noticias, una información de las lecturas
diarias, críticas de películas recientes, nuevas publicaciones de DVDs y videos, toda
la Biblia y todo el Catecismo de la Iglesia Católica.
 Su propia web diocesana puede incluir las políticas y orientaciones de la diócesis,
libros de texto recomendados, clases y talleres, información litúrgica y enlaces con
otros sitios católicos.
 Las páginas web de las series de libros catequéticos así como las de otros editores
recomendados en la diócesis pueden incluir sugerencias para catequistas, ideas para
los tiempos litúrgicos y celebraciones para todos los visitantes al sitio, aunque no se
esté usando su texto.
 Los sitios web de editores católicos pueden ofrecer recursos. Por ejemplo, la casa
publicadora de este libro, Liguori Publications (liguori.org) tiene un sitio que incluye
publicaciones, reflexiones diarias y un lugar donde presentar peticiones de oración.
De vez en cuando, use un DVD corto o un video en tu sesión para introducir un tema
o resumir una unidad. Muchas parroquias y diócesis tienen centros de recursos. Algunos
medios de comunicación proporcionan información sobre temas teológicos para los
catequistas; otros ofrecen materiales para los alumnos sobre los sacramentos, historias de
la Escritura, oración, meditaciones, o dilemas morales. Revise siempre los materiales
antes de usarlos con los alumnos y asegúrese antes de empezar la clase de que el equipo
electrónico funciona.
50
http://www.vatican.va
http://www.usccb.org
http://www.liguori.org
Sea consciente de los programas de televisión y películas que ven los alumnos. De vez
en cuando, use un resumen de un programa de televisión para introducir un tema, o
emplee una escena de un programa de televisión para discutir conductas apropiadas o
inapropiadas.
Los siguientes capítulos de este libro cubren temas que son de naturaleza más
teológica, tales como la Revelación, la Escritura, la Iglesia y los sacramentos. Estos
capítulos ofrecen una valiosa información para el catequista. Al final de cada capítulo
hay una sección llamada “Ayudas prácticas para el Catequista” que sugiere algunos
modos creativos de integrar los temas del capítulo en las lecciones.
51
5
REVELACIÓN, ESCRITURA Y TRADICIÓN
 
Nuestro Dios es un Dios admirable, digno de alabanza, honor y reverencia. Nuestro
Dios nos ama con amor incondicional, nos crea en su propia imagen y nos acompaña con
su presencia sin fin. A través de la historia de la salvación, Dios ha decidido ser un Dios
de revelación, un Dios de comunicación, un Dios que se nos revela. Esta revelación de
Dios es puro don y gracia, que se nos da por propia iniciativa de Dios.
Imagínese un juego magnífico del escondite entre Dios y su pueblo. No importa
cuántas veces el pueblo se esconda o se aparte, Dios los busca y los encuentra y continúa
revelando un amor más abundante, más compasión, más perdón, más sanación.
52
Revelación en el Antiguo Testamento
 
En la historia del paraíso terrenal (Génesis 3:1-24), Adán y Eva se esconden después de
haber desobedecido a Dios, pero Dios los busca y promete un Mesías y Redentor (ver
CIC 410). A través de Noé, Abraham y Sara, Jacob, José y Moisés, los israelitas
comprenden que Dios quiere revelarse a través de acciones salvíficas en sus vidas. Dios
repetidamente busca al pueblo de Israel y les ofrece una relación de alianza: Él será su
Dios y ellos serán su pueblo. Esta alianza se solidifica en la Pascua y la experiencia de
Éxodo, cuando Dios salva a los israelitas por la sangre del cordero y los conduce a la
liberación a través del Mar Rojo.
Siempre que los israelitas se ocultan y dejan de guardar su relación de alianza con
Dios, Dios los busca a través de los profetas, los jueces, los reyes, y los llama a regresar
a su relación única con el Dios que nunca los ha dejado. A través de la gradual y
continua revelación de Dios, los israelitas llegan a una comprensión más explícita, un
conocimiento más claro y una fe más profunda en el Dios que los llama de la esclavitud
a la libertad.
El Antiguo Testamento revela la promesa de Dios y el plan amoroso de Dios de salvar
a la humanidad. El plan de Dios se hace posible a través de la respuesta de fe de María,
“…un canal único de la Revelación de Dios…” (DNC, 43). Es el sí de María lo que
permite a Dios que se revele plenamente. Es la respuesta en fe de María lo que permite
que la Palabra de Dios se haga carne.
53
La plenitud de la revelación de Dios
 
El culmen de la comunicación de Dios se encuentra en la persona de Jesucristo. Él es la
Palabra final pronunciada por Dios, la culminación de la revelación de Dios. El
evangelio de Juan nota, “En el principio…la Palabra estaba con Dios y la Palabra era
Dios…y el Verbo se hizo carne…” (1:1-14). Dios dijo todo lo que tenía que ser dicho
cuando el Verbo se hizo carne en la Encarnación. Ya no hay nada que revelar sobre Dios
—sobre la misericordia de Dios, el amor de Dios, la fidelidad de Dios, el perdón de
Dios, la justicia de Dios, etc—que no se haya dicho y revelado en Jesucristo “…la
imagen del Dios invisible” (Col 1:15). No hay revelación pública nueva que se vaya a
dar hasta el final de los tiempos cuando Cristo venga en gloria. “El proceso de la
Revelación, que tardó siglos en desarrollarse, llegó a su plenitud magnífica en la vida,
muerte y Resurrección de Jesucristo” (CCAUSA, 16).
Algunas personas pueden experimentar manifestaciones personales del amor, la
misericordia o la sanación de Dios, o ver a Dios manifestado en la belleza de la creación.
Estas son revelaciones privadas, como las apariciones de Fátima. Pero ni las
manifestaciones personales ni las revelaciones privadas añaden nada “…a lo que se ha
revelado públicamente hasta Cristo y por medio de Él…” (CCAUSA, 17).
Es a través de Jesucristo que se revela el misterio central de la Trinidad. A través de
Jesucristo llegamos a conocer a las tres divinas personas en un solo Dios—el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo. Estas divinas personas, distintas, pero inseparables, se revelan
en quiénes son y lo que hacen: el Padre por la obra de la creación, el Hijo por la obra de
la redención y el Espíritu Santo por la obra de la santificación.
54
La revelación de Dios requiere una respuesta
 
De la misma manera en que la comunicación de Dios pidió una respuesta de nuestros
antepasados en la fe, la revelación de Dios pide una respuesta hoy. Respondemos a la
revelación de Dios en la fe, en la creencia, en la conversión y en la gratitud. Es la fe la
que nos vuelve a Dios, a la confianza cuando los momentos son oscuros o difíciles, y a
creer incluso cuando Dios parece estar ausente. Es en fe que comprendemos al Dios que
no se esconde, sino que nos busca activamente. Es en fe que abrazamos las enseñanzas
transmitidas a lo largo de los tiempos. Es en fe que continuamos viendo a Dios en la
persona de Jesucristo.
Como catequista, usted presenta al amoroso Dios uno y trino a los jóvenes de manera
que les capacite para conocer a Dios, amar a Dios y servir a Dios. Quiere encender en los
jóvenesuna sed por el Dios en cuya imagen fueron creados—el Dios que desea que sean
totalmente humanos y estén totalmente vivos. Quiere ayudarlos a buscar al Dios que les
ama, que los conoce por su nombre, y que camina con ellos todos los días. Quiere
animarlos a encontrar al Dios que no está escondido, sino que los busca activamente.
55
Sagrada Escritura
 
La revelación de Dios es preservada y transmitida en la iglesia a través de la Escritura y
la Tradición. Las Sagradas Escrituras, contenidas en la Biblia, son una fuente principal
de la catequesis.
La Biblia comprende cuarenta y seis libros del Antiguo Testamento y veintisiete libros
del Nuevo Testamento, que, todos juntos, revelan el amoroso plan de salvación de Dios.
Como católicos entendemos que las Escrituras son la Palabra de Dios, escrita por
autores humanos que fueron inspirados y guiados por el Espíritu Santo. Estas Escrituras
contienen “las verdades necesarias para nuestra salvación”, y son “…verdaderamente la
Palabra y la obra de Dios” (CCAUSA, 35). Las Escrituras reflejan las acciones salvíficas
de Dios en la historia y dan sentido a los acontecimientos históricos, pero no presentan
necesariamente hechos históricos absolutos. Las Escrituras no nos dan una historia según
entendemos hoy.
La Biblia es una colección de libros—una biblioteca de libros inspirados por Dios que
contienen distintos tipos de literatura. Para entender las Escrituras más completamente,
es necesario ser conscientes del estilo literario y la forma que utilizó cada autor. Algunos
de los libros son historia inspirada (como el Éxodo), poesía inspirada (como los Salmos),
profecía inspirada (como Isaías), sátira inspirada (como Jonás), parábola inspirada (como
Job), correspondencia inspirada (como Corintios), o evangelio inspirado (como Mateo).
Si no entendemos el tipo de literatura que usó el autor humano, la verdad que quería
reflejar el autor podría quedar enmascarada o perdida.
Los lectores de las Escrituras deberían también entender que las historias y
acontecimientos que revelan el amor de Dios y su plan salvífico fueron primero
transmitidas de manera oral de generación en generación. Durante más de once siglos,
las partes de esta tradición oral fueron integradas, incluidas y escritas. El “Canon de la
Escritura”—el término que describe los setenta y tres libros de la Biblia que la Iglesia
considera de inspiración divina—fue acordado durante los primeros siglos de la Iglesia.
56
El Antiguo Testamento
 
El Antiguo Testamento contiene muchas formas literarias y estilos distintos. La Ley o
Torah se contiene en los primeros cinco libros. Estos libros, por los que los judíos
sienten una gran reverencia, narran la historia de cómo Dios formó a los israelitas como
pueblo, y dispuso leyes y mandamientos para ayudar a los israelitas a cumplir la alianza.
El Antiguo Testamento también incluye historia, poesía, fábulas, genealogías, y
profecías. Muchos de los cantos que se encuentran en los Salmos dan alabanza a Dios;
otros ofrecen consuelo y ánimo a quienes los oran y cantan. Algunos de los más bellos
escritos se encuentran en los Profetas, como Isaías u Oseas, que invitan a la gente a
regresar a la relación íntima que desea Dios. Desde una perspectiva cristiana, la Ley del
Antiguo Testamento, las profecías y la alianza encuentran su realización y plenitud en
Jesucristo.
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El Nuevo Testamento
 
El Nuevo Testamento es una colección de obras literarias escritas por diversos autores
para diversas audiencias.
Los evangelios o Buena Noticia son una forma literaria singular del cristianismo.
Estos cuatro libros son centrales para la vida de la Iglesia porque en el centro de los
evangelios encontramos a Jesús. Escritos aproximadamente entre cuarenta y setenta años
después de la resurrección de Cristo, estaban dirigidos a comunidades concretas con
necesidades particulares. Los evangelistas llevaron sus propias personalidades y
experiencias a sus escritos. Escogieron historias, narrativas, y los dichos de Jesús que
pensaron serían de utilidad para sus comunidades.
Aunque los autores de los evangelios no son nombrados en los textos, la Iglesia los
llamó Mateo, Marcos, Lucas (los evangelios sinópticos porque son muy parecidos) y
Juan. Todos los evangelios están escritos con el prisma de la fe pascual, proclamando
que Jesús está vivo y resucitado de entre los muertos. Aunque hubo muchos más
evangelios escritos en la historia temprana del cristianismo, la Iglesia mantuvo estos
cuatro evangelios como los que fielmente expresaban la vida y enseñanzas de Jesucristo
y la predicación de los Apóstoles.
Las epístolas son veintiún cartas escritas por Pablo, Santiago, Pedro y otros cuyos
nombres no conocemos. La mayoría de estas cartas, que dan ánimo, exhortación y
orientación a los miembros de las primeras comunidades cristianas, fueron escritas antes
que los evangelios.
Los Hechos de los Apóstoles consideran la primera comunidad cristiana y sus
estructuras. Demuestra cómo los apóstoles y discípulos predicaron, enseñaron, y
extendieron el mensaje de Jesucristo.
El Apocalipsis usa lenguaje simbólico para llevar esperanza y ánimo a la primera
iglesia que sufría persecuciones.
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Tradición
 
Jesús confió a los apóstoles la misión de enseñar y predicar el Evangelio. Una vez que
los apóstoles recibieron el don del Espíritu Santo, salieron y proclamaron con valentía el
mensaje de Cristo predicando acerca del Señor resucitado. Desde el comienzo, algunos
sucesores de los apóstoles fueron escogidos como obispos para continuar la misión y
ministerio de Cristo y para preservar la enseñanza auténtica de la Iglesia. En todas las
edades, a través de esta sucesión apostólica, la Iglesia transmite e interpreta la Palabra de
Dios según se encuentra en la Escritura y la Tradición, que juntas componen el Depósito
de la Fe. “La Iglesia realiza esta función con autoridad a través de su vivo oficio docente:
el Magisterio. El Magisterio garantiza la fidelidad de la Iglesia a las enseñanzas de los
apóstoles en cuestiones de fe y de moral” (DNC, 61).
Como catequista, usted sabe que Dios se ha revelado a través de la Escritura y de la
tradición viva de la Iglesia. El estudio de las Escrituras y de las enseñanzas de la Iglesia
profundizará su comprensión y la ayudará a descubrir al asombroso Dios que continúa
buscándonos y encontrándonos.
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AYUDAS PRÁCTICAS PARA EL CATEQUISTA
 
Utilice diversos recursos para ayudar a sus estudiantes a conocer y aprender sobre Dios
que se revela en la Escritura y la Tradición.
 Cada semana coloque la Biblia sobre un trono abriéndola y colocándola
reverentemente en el altar de la clase antes de empezar la sesión.
 Cada vez que use la Biblia para la oración, asegúrese de proclamar la lectura
directamente desde la Biblia. Si usted o un estudiante lee de la Biblia, muestren
reverencia por la Palabra de Dios haciendo una pequeña inclinación ante la Biblia
abierta.
 Deje que algunos grupos de alumnos mayores creen sus propios videos contando una
de las parábolas adaptada a una situación actual.
 Lea un pasaje de la Escritura y deje que los estudiantes hagan una dramatización
mientras lee, o utilice franela o marionetas para contar la historia.
 Deje que los estudiantes creen un mural en grupo de un acontecimiento que ocurre a
través del tiempo, como el Éxodo, o una parábola con varias partes, como el hijo
pródigo.
 Use las imágenes de su propio archivo o imágenes de computadora para orar con los
Salmos.
 Enseñe a los alumnos mayores a buscar referencias en la Biblia. Luego haga un turno
de relevos, en que los estudiantes se turnan para mirar una lista de referencias
bíblicas que ha preparado. Los alumnos miran el pasaje, anotan la persona o cosa
mencionada, y pasan la Biblia y la lista al siguiente estudiante. Por ejemplo, si una
referencia es Mateo 16:16, la respuesta adecuada es Simón Pedro. Esta actividad
ayuda a los estudiantes a localizar el libro, capítulo y versículo.
 Empiece y termine la clase con la Señal de la Cruz, la oración trinitaria que recuerdanuestro Bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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6
JESUCRISTO: VERDADERO DIOS Y VERDADERO
HOMBRE
 
“Amor es el pan de la vida; amor es la copa divina. Amor es un algo sin nombre…”
dice un famoso bolero. Cuando dos personas están enamoradas, pasan mucho tiempo
conociéndose, descubriendo las cosas que les gustan y que no, las personalidades, los
anhelos más profundos y los sueños para el futuro. Si deciden casarse, disfrutan
conociendo a las familias y aprendiendo sobre los orígenes del futuro cónyuge. Les
encanta escuchar historias sobre su prometido y mirar fotos y videos de años anteriores.
Quieren saberlo todo sobre esa persona con quien van a entrar en una unión íntima para
toda la vida.
De la misma manera, usted deseará conocer todo sobre Jesús el Cristo, que es el
centro y enfoque de toda catequesis. Querrá estudiar las Escrituras para sacar las
imágenes de lo que dijo e hizo Jesús mientras andaba en la tierra. Estará interesado por
ver cómo la primitiva iglesia respondía a la vida, muerte y resurrección de Jesús y mirará
a la tradición de la Iglesia para ver cómo se desarrolló y transmitió la comprensión de la
Iglesia sobre Jesucristo (su cristología) a lo largo de las generaciones. Tratará de conocer
todo lo que puedas sobre Jesucristo que te ama con amor eterno. Se esforzará por
profundizar en su propia relación con Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre y
segunda persona de la Trinidad. Animará a sus estudiantes a tener esta misma curiosidad
sobre Jesús para que su relación con él pueda crecer, profundizar y madurar.
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¿Quién dicen ustedes que soy yo?
 
Hace más de 2,000 años, Jesús le preguntó a Pedro, “Quién dices que soy yo?” (Mateo
16:15). Hoy día Jesús pide una respuesta a esta misma pregunta. Su propia respuesta a la
pregunta de Jesús puede haber cambiado a través de los años—una respuesta cuando era
niña, otra como adolescente y una más ahora. Sus experiencias de Jesús, su formación,
su espiritualidad, su comprensión de las Escrituras y su madurez en la fe en último
término la deben llevar a hacer una confesión de fe parecida a la de Pedro: “Tú eres el
Cristo. Tú eres el Señor. Tú eres el Mesías”.
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Jesucristo en el Nuevo Testamento
 
Una de las primeras cosas que nos dicen los evangelios sobre Jesús es que era judío.
Nació en una familia judía. Participó en las fiestas judías, y las celebraciones. Fue a la
sinagoga y al Templo. Se familiarizó con las Escrituras Hebreas y comprendía la alianza.
Frecuentemente Jesús cita los Salmos, la Ley y los Profetas y hace referencia a los
antepasados en la fe. A través de los ojos de la fe en la resurrección, los escritores de las
epístolas reconocen a Jesús como la perfección de la Ley, el cumplimiento de las
profecías del Antiguo Testamento y el cumplimiento de la Nueva Alianza.
Solamente dos de los evangelios (Mateo y Lucas) cuentan narraciones o historias
sobre el nacimiento de Jesús. Con algunos detalles distintos en lo que cuentan, ambos
relatos revelan la humanidad y la divinidad de Jesús. El principio del evangelio de Juan
claramente afirma la naturaleza divina de Jesús, la Palabra hecha carne. Los Evangelios
hablan poco de la vida de Jesús hasta que empezó a predicar y a enseñar—excepto
cuando se encontró a Jesús con sólo doce años de edad enseñando en el Templo, que él
llamó la casa de su Padre.
Jesús pasa la mayoría de los tres años de su vida pública predicando y enseñando
sobre el reino de Dios y cómo prepararse a su venida. Lleva a cabo milagros y señales
que demuestran que el reino ya está llegando y está ya presente. Cuenta parábolas sobre
la semilla de mostaza, el tesoro escondido, y la levadura para enseñar a la gente cómo es
el reino de Dios.
Los evangelios presentan un retrato del Jesús humano como un maestro, predicador y
sanador carismático que se conmueve profundamente por el dolor de quienes están
excluidos, rechazados u olvidados. Jesús es un hombre que experimenta fuertes
emociones humanas—solloza ante la muerte de un amigo; se enoja con los tratos
comerciales en el Templo; siente frustración con los discípulos que no entienden su
enseñanza; se duele con el rechazo, la negación y la traición. Jesús experimenta un dolor
y sufrimiento reales durante su pasión y crucifixión.
A través de su ministerio, Jesús revela el amor universal e incondicional de Dios, que
no se gana, sino que es dado a todos gratuitamente. Usando parábolas como el Hijo
pródigo, el Buen Pastor, y la Oveja Perdida, Jesús sorprende a la gente a medida que
aprenden sobre la tremenda paciencia, la generosidad abundante, el amor interminable y
la salvación gratuita. Tiene una relación íntima con Dios, su Padre. A través de sus
acciones, Jesús muestra el deseo de Dios de perdonar, de sanar, de entregar misericordia
y de llevar la justicia a todos los pueblos. Al escuchar a Jesús, la gente oye la voz de
Dios. Al ver a Jesús, ven el rostro de Dios.
Jesús considera el sufrimiento y la cruz como partes esenciales de su misión. En varias
ocasiones predice su sufrimiento y muerte y viaja a Jerusalén voluntariamente a pesar de
las protestas de sus discípulos. Jesús acepta la voluntad de su Padre, acoge el sufrimiento
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y la muerte con los brazos abiertos y libremente ofrece su vida y su espíritu a su Padre.
Los escritores del Nuevo Testamento entendieron que el sacrificio de Jesús trajo la
salvación a la humanidad. Su obediencia a la voluntad de su Padre sustituyó a la
desobediencia de la raza humana (ver CIC 615). “Nuestra salvación procede de la
iniciativa de amor de Dios hacia nosotros, porque ′Él nos amó y envió a su Hijo como
propiciación por nuestros pecados′ (1 Jn 4:10)” (CIC 620). En Cristo, Dios reconcilió al
mundo consigo mismo (ver 2 Cor 5:19).
Después de su muerte en la cruz, Jesús es enterrado; el tercer día resucita de entre los
muertos. Los evangelios no describen la resurrección como tal, pero relatan la tumba
vacía, los paños del entierro y las apariciones de Jesús a los discípulos. El cuerpo
glorioso resucitado de Cristo lleva las marcas de su sufrimiento y muerte. Pero su cuerpo
glorioso no está limitado al tiempo y al espacio—ya no está en el espacio humano. El
Misterio Pascual (la pasión, muerte y resurrección de Cristo) “…tiene dos aspectos: por
su muerte, Cristo nos libera del pecado; por su resurrección, nos abre el acceso a una
nueva vida” (CIC 654). El sacrificio de Cristo en la cruz ha pagado por nuestro pecado.
La resurrección de Cristo de entre los muertos ofrece esperanza para nuestra propia
resurrección. “Así como todos mueren con Adán, así en Cristo todos volverán a la
vida…” (1 Corintios 15:22). La Aclamación Memorial que se usa en la liturgia expresa
brevemente nuestra creencia y nuestra esperanza: “Con tu muerte destruiste nuestra
muerte; con tu resurrección restauraste nuestra vida”.
Antes de ascender al cielo, Jesús confía a sus seguidores la misión de hacer discípulos,
bautizar y enseñar. Luego les promete su presencia hasta el final del mundo (ver Mateo
28:18-20).
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Jesucristo en la tradición de la Iglesia
 
Los Hechos de los Apóstoles y las Epístolas proporcionan una luz sobre lo que creía la
primitiva iglesia sobre la humanidad y la divinidad de Jesús. Describen a Jesús usando
títulos que nos dan una idea de la fe de los primeros cristianos:
 Cristo o Mesías, que revelaba su misión divina (ver CIC 438)
 Hijo de Dios, que mostraba su divinidad
 Señor, que mostraba que el honor y gloria debidos a Dios Padre también son debidos a
Jesús (CIC 449).
Estas comunidades también utilizaban fórmulas breves para expresar su fe y creencia
en Jesús, como “…si confiesas con tus labios que Jesús es Señor y crees en tu corazón
que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvado” (Romanos 10:9). Su creencia en
Jesús como Dios y hombre se expresa bellamente en un himno que habla sobre cómo
Cristo que tenía la forma de Dios, se humilló a sí mismo y se hizo hombre (ver
Filipenses 2). Muchos de los primeros cristianos fueron martirizados por su fe en el
nombre y el poder

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