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La infancia de Jesús según Lucas - José Miguel García Pérez, Mariano Herranz Marco

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Jos(· .\ligud García nano en \ladrid en 
19) l. Rt·alizú sus estudios edt·siásticos t•n 
d St·minario \layor <.k .\ladrid y ft1e orde-
nado san·nlott· en 19""). Obtuvo su 
Doctorado t·n 'ko1ogía por la Fandtad dt· 
Teología dd \or1e de Espaila con sede en 
Burgos l'n 198-i. lla sido colaborador de 
Cuadernos de /:'l'{lllp,elio y autor de varios 
artít'ulos publicados en la revista Estmlios 
llíiJ/icos sobre d tr;to.;fondo semítico dd 
t·vangdio de san l.uc:ts. En t·sta misma 
cokcdón publicó su trabajo doctoral con d 
título San J.ums: el'tlll~elio )' tmdición. En 
la actualidad es ddt·gado diocesano de 
P:Lstoral l 'niwrsitaria, siendo d promotor 
<.k la Cútedra de Teología: :Lsimismo es pm-
ksor en la Facultad de Teología .. san 
Dúm:tso ... 
. \lariano lkrranz .\tarco nadó en 1928. De 
19.W a 19) 1 hizo los estudios edesiisticos 
t•n d St·minario dt· .\ladrid. En 19):). d 
entonces obispo de la diót-esis. Dr. O. 
l.t·opoldo Eijo y (iaray lo puso l'On otro 
nmdiscípulo suyo en manos dd P. Joaquín 
\l. Peiluda. s.j., doctor en knguas semíticas 
por la l 'niversidad de Berlín. para estudiar 
ho.; mism:Ls con mir:Ls alt·studio de la Biblia. 
Tr:Lo.; m1ew ailos de t·ste esn1dio. t·n 1962-6.1 
hizo un curso en I'Écok Biblique de 
.JenJsalén. Luego ftlt.' prot(·sor· de knguas 
bíhliGL"i y Ex(·gesis dd :\T en d Seminario 
de .\ladrid. En 19""""' oht<.·nía d tínllo de 
Doctor en Teología Bíblica l'n la t · ni-
wrsidad Pontitkia Comilho.;, nm una tesis 
sobre 1/uel/as de arameo en/os et'liiiJ!.elios 
y en la catequesis fJrimitil'a t-ristimw. 
publicada en esta colección. Publicó una 
st·rie de ar1índos sobre perít'opas pmbk-
mátiGLS d<.· los evangelios. En 19"" + """" fue 
din·ctor de n·dacdón de la colección 
Ciwdernm• de /:hmp,e/io,en la que se publi-
cu·on t·uan·nta números de odwnta pági-
n:Ls. 
STUDIA SEMITICA NOVI TESTAMENTI 
VI 
Th1.e One 
1/llllllllllllllll ll lllllllllllllllllllllllllll 
2SKL-A06-TUB2 
COMITÉ DIRECfiVO 
Julián Carrón Pérez 
César A. Franco Martínez 
]osé Miguel Garda Pérez 
Ángel R. Garrido Herrero 
DIRECfOR 
Mariano Herranz Marco 
JOSÉ MIGUEL GARCÍA PÉREZ 
MARIANO HERRANZ MARCO 
LA INFANCIA DE JESÚS 
SEGÚN LUCAS 
Ediciones Encuentro, S. A. 
Fundación San )ustino 
Madrid, 2000 
© 2000 Ediciones Encuentro 
C José Miguel Garda Pérez y Mariano Herranz 
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita 
de los titulares del ·Copyright•, bajo las sanciones estable-
cidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta 
obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la 
reprograf'm y el tratamiento informático, y la distribución de 
ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. 
Ediciones Encuentro 
Cedaceros, 3-2°- 28014 Madrid- Tel. 91 532 26 07 
PRÓLOGO 
En los últimos cincuenta años se han publicado extensas 
monografías sobre los dos primeros capítulos de los evangelios 
de Mateo y Lucas, en los cuales se contienen relatos de la infan-
cia de Jesús. Al mismo tiempo, a una bibliografía muy rica ya 
existente, se han ido sumando infinidad de artículos dedicados a 
relatos concretos o incluso a versículos que contienen una difi-
cultad especial. Ante este panorama puede considerarse atrevido 
presentar al público un libro de no muchas páginas sobre los 
relatos de la infancia de Jesús contenidos en el evangelio de 
Lucas. Incluso, a la vista del pequeño volumen de nuestro traba-
jo, pudiera ocurrir que ciertos lectores cualificados tuviesen como 
primera reacción una sonrisa semicompasiva. 
Sin embargo hay un hecho que nos movió inicialmente a 
emprender la redacción de esta obra, y que a la vez ha disipado 
en nosotros el recelo de publicarla. Nos referimos al hecho de 
que incluso en las extensas monografías son muchas las estri-
dencias redaccionales o las extrañezas de sentido que o no se 
mencionan en absoluto, o a lo sumo son aludidas como de pasa-
da. Y desde hace ya bastantes años tenemos la experiencia en el 
estudio de los evangelios primero, y de las cartas de Pablo des-
pués, de que la primera tarea que deben realizar los estudiosos 
que intenten hacer una buena exégesis es la de identificar las 
anomalías de redacción o de sentido; cosa que no siempre resul-
ta fácil, porque en un buen número de casos estamos tan fami-
liarizados con los textos que los leemos y releemos sin percibir 
nada extraño. Sólo cuando se ha dado este primer paso puede 
pasarse al segundo, que consiste en explicar cómo ha podido 
nacer el extraño texto griego que tenemos delante; no es preciso 
demostrar que esta búsqueda resulta en muchas ocasiones fati-
gosa y lenta, y, desgraciadamente, para sentir suficiente certeza 
de que se ha alcanzado la meta no contamos con otro medio que 
8 PRÓLOGO 
el sentido diáfano y coherente del texto reconstruido tras los des-
perfectos del griego. 
Si no puede haber exégesis digna sin el trabajo duro, rigu-
roso de la filología, también debemos advertir que la fJ.J.ología 
sobre textos del Nuevo Testamento no podrá ser nunca comple-
ta si no se especifica, en caso necesario, como fJ.J.ología bilingüe. 
Porque una elemental consideración frente a determinados tex-
tos, tanto de los evangelios como de las cartas de Pablo, debe ser 
la de que es inconcebible que un hombre que redactó directa-
mente en griego dejase escritos pasajes de uno o varios versícu-
los, e incluso de capítulos enteros, en un griego oscuro, que se 
resiste a toda traducción e interpretación, o que es claro en su 
significado pero con un sentido que resulta totalmente incom-
prensible e inaceptable. Tanto en nuestro estudio de los evange-
lios desde hace más de veinte años, como en el de Pablo desde 
hace seis, nuestra obsesión ha sido siempre la de buscar luz 
sobre versículos, lotes de versículos o capítulos enteros oscuros; 
nuestra intención directa e inmediata nunca ha sido buscar argu-
mentos para demostrar que los evangelios fueron escritos en ara-
meo y, por lo que se refiere a los dos primeros capítulos de 
Lucas, en hebreo. Esto, el hecho de los originales semíticos de 
estos escritos, ha aparecido ante nosotros con claridad mientras 
buscábamos luz para los pasajes oscuros mediante un trabajo m.o-
lógico del que formaba parte importante la hipótesis o posibili-
dad de que en esos casos el texto griego representaba una tra-
ducción defectuosa de un original hebreo o arameo. 
Esto es lo que hemos hecho con los relatos de la infancia 
en el evangelio de Lucas. Por eso observara. el lector que lo pri-
mero que hacemos en cada capítulo es señalar las incongruencias 
o anomalías de la redacción griega. Teniendo en cuenta que a 
todo lector, incluso los preparados en la ciencia de la exégesis, 
puede resultarle fatigosa la lectura de exposiciones de teorías que 
a lo largo de muchos decenios han presentado los estudiosos, 
hemos prescindido totalmente de ellas; incluso no hemos queri-
do recargar las páginas con referencias bibliogra.ficas por la 
misma razón. Por otra parte hemos creído imprescindible ajustar 
a este esquema la redacción de nuestro estudio para facilitar al 
lector el que pueda seguirnos hasta en las más pormenorizadas 
puntualizaciones lingüísticas. Si después de haber leído nuestro 
pequeño libro siente deseos de ampliar sus conocimientos res-
pecto a la infancia de Jesús narrada por Lucas, puede echar mano 
PRÓLOGO 9 
de las extensas monografías o de los estudios parciales a que 
hemos aludido. Con este mismo fm de aliviar la lectura a toda 
clase de lectores hemos simplificado la documentación lingüísti-
ca. Esta, naturalmente, era inevitable. Es imposible hacer ver 
cómo resultó un extraño texto griego por traducción defectuosa 
del original hebreo sin citar palabras y construcciones sintácticas 
griegas y hebreas. Pero éstas las hemos reducido siempre a lo 
esencial; ofrecemos simplemente un ejemplo para que el lector 
pueda ver inmediatamente nuestro razonamiento fJ.J.ológico y lo 
bien fundado del mismo. Pero incluso en la presentación de tex-
tos hebreos y griegos hemos procurado siempreque la redacción 
pueda ser seguida por lectores con escaso conocimiento de las 
lenguas biblicas. 
El último capítulo de nuestro libro exige una aclaración, ya 
que muy probablemente sorprenderá a los lectores. Lo hemos 
titulado ·Cuándo escribió Lucas su evangelio•. Y lo que ofrecemos 
en él es el análisis de un pasaje de la segunda carta a los Corin-
tios, en que Pablo alude a escritos que contienen el Evangelio de 
jesucristo, y que se leían regularmente en las iglesias durante la 
celebración de la Cena del Señor todos los domingos. Este pasa-
je de esta difícil y oscura carta entraña también, en su texto grie-
go, no pequeña dificultad para la interpretación. Pero, desde 
hace cinco años, el pequeño grupo de licenciados y doctores en 
teología biblica de la Fundación San }ustino se ha visto obligado 
a reconocer que el Apóstol no dictó o escribió sus cartas directa-
mente en griego, sino en arameo; esto, naturalmente, sólo ha 
podido deducirse de los múltiples casos de mala traducción que 
representan todos los pasajes oscuros de sentido o extraños de 
redacción que especialmente en las tres cartas mayores han sido 
sometidos a examen. 
SIGLAS BÍBLICAS Y DE REVISTAS 
Gn Génesis 
Ex Exódo 
Lv Levítico 
N m Números 
Dt Deuteronomio 
]os ]osué 
]u e Jueces 
Rut Rut 
lSm 1° Samuel 
2Sm 20 Samuel 
lRe 1° Reyes 
2Re 20 Reyes 
lCr 1° Crónicas 
2Cr 2° Crónicas 
Esd Esdras 
N eh Nehenúas 
Tob Tobías 
Jdt Judit 
Est Ester 
lMac 1° Macabeos 
2Mac 2°Macabeos 
Job Job 
Sal Salmos 
Prov Proverbios 
Ecl Eclesiastés 
Cant Cantar de los Cantares 
Sab Sabidulia 
Eclo Eclesiástico 
Is Isaías 
Jr }erenúas 
Lam Lamentaciones 
Bar Baruc 
12 SIGLAS BÍBUCAS Y DE REVISTAS 
Ez Ezequiel 
Dn Daniel 
Os Oseas 
JI Joel 
Am Amós 
Abd Abdías 
Jon Jonás 
Miq Miqueas 
N ah Nahum 
Hab Habacuc 
Sof Sofotúas 
Ag Ageo 
Zac Zacarías 
Mal Mala quías 
Mt Mateo 
Me Marcos 
Le Lucas 
Jn Juan 
Hch Hechos de los Apóstoles 
Ro m Romanos 
ICor 1 SI Corintios 
2Cor 20 Corintios 
Gál Gálatas 
Ef Efesios 
Flp Filipensens 
Col Colosenses 
!Tes 1 SI Tesalonicenses 
2Tes 211 Tesalonicenses 
lTm 111 Timoteo 
2Tm 211 Timoteo 
Tit Tito 
Flm Filemón 
Heb Hebreos 
Sant Santiago 
JPe J11 Pedro 
2Pe 211 Pedro 
JJn J11 Juan 
2Jn 211 Juan 
3Jn 311 Juan 
Jds Judas 
Ap Apocalipsis 
SIGLAS BÍBUCAS Y DE REVISTAS 13 
AncB 
BAC 
BibOr 
BNTC 
CNT.DS 
EtB 
HNf 
ICC 
]ThS 
KEK 
KNT 
NCB 
NIC 
NTD 
NT. S 
SBT 
SB 
SSNT 
ThHK 
WBC 
Anchor Bible 
Biblioteca de Autores Cristianos 
Biblica et Orientalia 
Black's New Testament Commentaries 
Commentaire du Nouveau Testament 
Deuxieme Série 
Études Bibliques 
Handbuch zum Neuen Testament 
International Critica! Commentary of the Holy 
Scriptures 
Journal of Theological Studies 
Kritisch-exegetischer Kommentar über das 
Neue Testament 
Kommentar zum Neuen Testament 
New Clarendon Bible 
New International Commentary on the New 
Testament 
Das Neue Testament Deutsch 
Novum Testamentum Suppl. 
Studies in Biblical Theology 
Studi Biblici 
Studia Semitica Novi Testamenti 
Theologischer Hondkommentar zum Neuen 
Testament 
Word Biblical Commentary 
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INTRODUCCIÓN A LOS EVANGEUOS 
LAS GARANTÍAS DE SU HISTORICIDAD 
l. El dificil griego de Pablo 
Desde cuando, hace más de veinte años, iniciamos nuestro 
estudio de los evangelios, siempre que nuestra atención se vio 
orientada hacia el problema de su historicidad tuvimos el conven-
cimiento de que para demostrar ésta lo primero que necesitábamos 
era un testimonio escrito, cuya fecha nos fuese perfectamente con~ 
cida y de la mayor antigüedad, que hablase de escritos con que en 
la Iglesia naciente se proclamaba el Evangelio. Pues bien, este tes-
timonio lo hemos encontrado en Pablo, en un pasaje de la prime-
ra carta a los Corintios y en tres pasajes de la segunda; se trata de 
pasajes famosos ya de antiguo por su oscuridad o extrañeza. 
Por una afortunada coincidencia surgió en nosotros la sos-
pecha de que Pablo no dictó las cartas directamente en griego, 
sino en arameo, y luego fueron traducidas al griego por un cola-
borador cuya lengua materna era sin duda la griega, pero con un 
conocimiento imperfecto del arameo. Esto, sumado a la extrema 
dificultad que entrañaba el traducir textos arameos escritos casi 
exclusivamente con consonantes, explica la cantidad de pasajes 
cuyo griego es ininteligible y cuya redacción es caótica. Para ilus-
trar lo que decimos analizaremos aquí un texto paulino en que 
nosotros no tardamos en adivinar que su extrañeza se debia a 
mala traducción del arameo. 
Una de las dificultades más llamativas en la lista que nos 
ofrece Pablo de los beneficiarios de apariciones de Jesús resuci-
tado reside en la penúltima de estas apariciones, la inmediata-
mente anterior a la que él mismo tuvo (lCor 15,7). En efecto, al 
comienzo había dicho ya que de la segunda aparición de Jesús 
los beneficiarios habían sido los Doce, es decir, aquellos que 
conocemos como los apóstoles de jesús; por tanto, resulta sin 
20 lA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
duda redundante que vuelva a nombrarlos aqui como destinata-
rios de una nueva aparición. De ahi que los estudiosos se pre-
gunten intrigados quiénes son estos •todos los apóstoles•. 
Afortunadamente podemos afumar que la extrañeza de la 
frase -a todos los apóstoles• se explica muy bien desde el arameo. 
Se trata, sin duda, de una mala traducción. La preposición aramea 
que significa -a, para• (le), también significa -como, según•. El tra-
ductor del original arameo de Pablo creyó que la preposición tenia 
el primero de los sentidos indicados, y el resultado fue el extraño 
texto griego que poseemos. En cambio, el significado -como- enca-
ja perfectamente en la frase, que por añadidura liga muy bien con 
lo que sigue. En consecuencia podemos afumar con pleno con-
vencimiento que el texto arameo decia: -después, como a todos los 
apóstoles ... •. Y con estas palabras introducía el Apóstol la aparición 
de Jesús que tuvo él en el camino de Damasco, con una fórmula 
que decia asi: •Después, como a todos los apóstoles, en el último 
lugar de todos, como al abortivo, se apareció también a mi•. 
Recuérdese que en el c. 9 de esta misma carta Pablo proclama su 
condición de apóstol y funda esta condición de apóstol en el 
hecho de haber visto a Jesús, es decir, él vio a Jesús resucitado 
como lo hablan visto los otros apóstoles, los que vivieron desde el 
comienzo con Jesús. Por tanto, en el original arameo de este pasa-
je Pablo no ofreéta una lista de seis apariciones de Jesús, sino sola-
mente de cinco; y la quinta, la última, era la que tuvo él. 
El original griego de estos textos paulinos a veces es ver-
daderamente ininteligible, pero en muchos casos su original ara-
meo contenía también afmnaciones históricas o teológicas de una 
gran importancia, que en la mala traducción griega fueron elimi-
nadas. Nosotros mismos fuimos fuertemente sorprendidos por 
este hallazgo, cuando tuvimos de él la primera sospecha hace 
seis años, hasta el punto de resistirnos a creer en su verdad. Sólo 
un continuo estudio de pasajes dificiles y oscuros de las tres car-
tas mayores han hecho que adquiriéramos un convencimiento 
total. En la actualidad, en la Fundación San Justino se están 
redactando un lote de tesis doctorales y postdoctorales sobre un 
total de más de ocho capitulos de las tres cartas mayores 
(Romanos, !Corintios, 2Corintios), y pasajes sueltos de 
!Tesalonicenses, Filipenses y Gálatas. En todos estos pasajes de 
griego oscuro o raro se logra una espléndida claridad reconstru-
yendo el original arameo que babia sido traducido defectuosa-
mente. Como es natural, este trabajo es enormemente exigente 
INTRODUCCIÓN A LOS EVANGEUOS 21 
en cuanto al dominio de las lenguas bíblicas, y de una gran deli-
cadeza. No obstante, hoy vemos el panorama exegético descu-
bierto de esta manera con plena confmnza. 
2. Las lecturas sagradas de los Corintios 
Una de las cosas que se deduce de los pasajes en que Pablo 
habla de -evangelios• escritos es que éstos no se escribieron para 
uso exclusivo de los predicadores, sino también, y quizá con 
mayor razón, para que los creyentes en Cristo tuviesen una lectu-
ra sagrada que hablase de El en sus celebraciones de la Eucaristía 
los domingos. Pero todos estos pasajes están redactados en un 
griego tan difícil y extraño que los traductores y comentaristas 
vacilan o se debaten sobre su sentido. Así ocurre en el capítulo 
primero de la segunda carta a los Corintios, en un versículo donde 
el griego dice literalmente: •porque no os escribimos otra cosa 
sino lo que leéis• (1,13). A pesar de su sencillez gramatical, esta 
aftrmación de Pablo resulta enigmática. Así lo demuestran los 
esfuerzos de los estudiosos para hallarle un sentido, esfuerzos que 
no han logrado una claridad de sentido aceptable. 
A nuestro juicio, la única explicación válida de esta oscuri-
dad del griego se debe a que en él tenemos una mala traducción. 
En efecto, en hebreo y arameo, además del acusativo que hace 
de complemento directo de verbos transitivos, existen los acusa-
tivos indirectos, y entre ellos el llamado acusativo de especifica-
ción; éste debe traducirse haciéndolo preceder de la preposición 
•acerca de•. Entendiendo así el acusativo de esta proposición pau-
lina que comentamos, viendo en ella la traducción defectuosa de 
una acusativo de especiftcación, el original arameo decía: ·Porque 
no os escribimos sino acerca de las cosas que leéis·. Es claro, a 
nuestro juicio, que con estas palabras Pablo quiere decir lo 
siguiente: lo que yo escribo en mis cartas es reflexión teológica, 
comentario a lo que vosotros leéis en vuestra lectura sagrada de 
los domingos. El Apóstol se siente atado a esta tradición sobre 
jesús fijada por escrito. Y es interesante señalar que nada invita 
a pensar que aquí Pablo se reftere a una costumbre de las igle-
sias creada por él, sino a algo que existía ya en ellas antes de su 
conversión e incorporación a la predicación del Evangelio. 
Ahora bien, donde quieraque se reuniesen creyentes en 
Cristo jesús para la celebración litúrgica del domingo debieron 
22 lA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
ser le¡dos escritos con esta categoria sagrada. Y los llamamos y 
eran considerados sagrados por su contenido, que era sencilla-
mente los hechos y enseñanzas de Jesús, y los relatos de su 
pasión, muerte y resurrección. Sólo mediante lecturas de este 
género podla asegurarse en las comunidades la conservación de 
la fe. Y comunidades de creyentes en Jesucristo las hubo en 
Palestina al poco tiempo de su muerte y resurrección. Y como 
estas comunidades eran de habla aramea, forzosamente los escri-
tos compuestos para ellas deblan estar en arameo. 
En este punto, junto a los datos del testimonio de Pablo 
entran los que ha aportado la investigación moderna sobre la 
lengua de los evangelios, y especialmente la que se está reali-
zando desde hace algunos años en la Fundación San Justino de 
Madrid. Buscando explicación para los múltiples pasajes extraños 
en los evangelios, que a veces comprenden todo un relato, siem-
pre ha sido posible eliminar la dificultad y encontrar luz a partir 
de una fUologla bilingüe, mediante la cual ha podido recons-
truirse el original arameo (o hebreo) mal traducido. Actualmente, 
doctores y licenciados de teologla blblica de la Fundación San 
Justino tienen reconstruido el original arameo de más de quince 
pasajes de Marcos y otros tantos de Juan. Los relatos de la infan-
cia de Jesús en tucas hemos logrado aclararlos reconstruyendo 
su original hebreo, el cual muestra ser obra de un narrador que 
a una gran riqueza teológica urua una estillstica hábil. Igualmente 
podemos afirmar que fue compuesto en arameo el documento, 
llamado por los estudiosos Q, que conterua sólo enseñanzas de 
Jesús y fue utilizado por Lucas y Mateo. Este documento y el 
evangelio de Marcos son a nuestro juicio los escritos evangélicos 
que más temprano se escribieron; incluso creemos poder afmnar 
que estaban escritos ya antes del año 35, o sea, dentro de los pri-
meros cinco años después de la muerte y resurrección de Jesús. 
Las mismas pruebas de original arameo tenemos también respec-
to a lo que suele llamarse la materia propia de Mateo y Lucas, es 
decir, los pasajes que sólo están contenidos en uno de los dos 
evangelios. 
3. Un colaborador de Pablo que predica en todas las iglesias 
Los cap¡tulos 8 y 9 de la 2Cor están dedicados a promover 
la colecta en favor de los pobres de los santos de Jerusalén. El 
INTRODUCCIÓN A LOS EVANGEUOS 23 
Apóstol escribe desde Macedonia, en el norte de Grecia, y muy 
probablemente desde la ciudad de Tesalónica. Los dos versiculos 
que nos interesan están dedicados, pudiéramos decir, a hacer un 
breve panegirico de uno de los colaboradores que Pablo dice 
envia con Tito y otro tampoco nombrado para activar la recau-
dación del dinero (8,18-19). Estos dos versículos están redactados 
en un griego rebelde a la traducción. Por ello los esfuerzos de los 
estudiosos no han acabado de llegar a una solución aceptada. 
Según un análisis filológico que ofrecemos en el capítulo final de 
este libro, la extrañeza del griego se debe a que en los dos ver-
sículos hay un número elevado de malas traducciones del origi-
nal arameo. Rectamente traducido, el original arameo de los dos 
versículos decia así: 
tSQs enviamos también con Tito al hermano cuya obra 
digna de alabanza es la proclamación del Evangelio por 
todas las iglesias. 
19Y no sólo esto, sino también ha sido elegido por estas 
iglesias para que nos acompañe en el viaje llevando este 
don administrado por nosotros para la gloria del Señor, la 
cual es nuestro ardiente deseo. 
Dos son las conclusiones que se deducen de este texto ara-
meo. En primer lugar, que ese colaborador que con Tito env'J.a 
Pablo a Corinto está proclamando el Evangelio en todas las igle-
sias, o dicho de otro modo, que por obra suya todas las iglesias 
proclaman el Evangelio. Naturalmente, esto nadie podia hacerlo 
personalmente; sólo era posible realizarlo habiendo escrito un 
libro que contuviera el Evangelio anunciado por la Iglesia, es 
decir, la historia de los hechos y enseñanzas de Jesús, de su 
pasión y resurrección. Este libro, difundido por todas las iglesias, 
era utilizado en ellas los domingos en la celebración de la 
Eucaristia. La fecha en que fue escrito este -evangelio• viene dada 
por la cronología de las cartas a los Corintios, cronologia que en 
realidad podemos establecer con notable precisión. La oscilación 
entre los diversos estudiosos es sólo entre el año 54 y el 57; más 
tarde del 57 no pudo ser escrita la segunda carta a los Corintios. 
Si en esta fecha dice el Apóstol que este •evangelio- se está utili-
zando en todas las iglesias para la lectura, es preciso deducir que 
su composición debió hacerse en los primeros años de la déca-
da de los cincuenta; por tanto, a poco más de veinte de distan-
24 LA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
cia de la resurrección de Jesús. Ahora recuérdese que los estu-
dios de este último siglo y medio han dejado fuera de duda las 
fuentes que utilizó Lucas para componer su evangelio. Estas fuen-
tes, debieron existir ya en griego en la década del 40 al SO. Ahora 
bien, sometiendo estas fuentes a un concienzudo estudio de filo-
logía bilingüe queda fuera de toda duda el dato de que la fuen-
te de la infancia de Jesús fue escrita en hebreo y las tres fuentes 
que utilizó para el ministerio público, pasión y resurrección fue-
ron compuestas en arameo. Todas ellas, por tanto, debieron 
nacer para cristianos de habla aramea, es decir, de Palestina, o 
regiones cercanas en las que ciertos moradores no habían asimi-
lado aún la lengua griega (Antioquía, Damasco, etc.). Y así veni-
mos a concluir que los originales semíticos de las fuentes de 
Lucas se escribieron en la primera década después de la muerte 
de Jesús, del 30 al 40. 
En cuanto al nombre de este colaborador de Pablo y evan-
gelista nos lo permite deducir lo que el Apóstol dice en el segun-
do versículo de su presentación, a saber: que las iglesias de 
Filipos y Tesalónica lo han elegido para que acompañe a Pablo 
a Jerusalén llevando el dinero de la colecta. A este dato debe 
unirse el que nos da el libro de los Hechos de los Apóstoles. En 
efecto, en él el relato de regreso de Pablo a Jerusalén al fmal de 
su tercer viaje para llevar el dinero de la colecta está narrado en 
primera persona. Por tanto, el colaborador que acompaña a 
Pablo escribió el libro de los Hechos de los Apóstoles. Si por otra 
parte en la segunda carta a los Corintios dice Pablo que un cola-
borador suyo, que envía de Macedonia a Corinto, ha escrito un 
-evangelio•, teniendo en cuenta que los dos libros están escritos 
por el mismo autor debemos concluir que el colaborador que 
presenta Pablo a los Corintios es Lucas, el autor de nuestro ter-
cer evangelio y del libro de los Hechos de los Apóstoles. 
4. La tempestad calmada 
Comenzamos ahora la presentación y análisis de tres pasa-
jes de Marcos en que un griego muy extraño ha podido aclarar-
se mediante un esfuerzo lingüístico que nos ha llevado al origi-
nal arameo que había sido mal traducido. Los dos primeros 
pasajes son breves; el tercero, en cambio, constará de todo un 
relato. Antes de comenzar advertimos que en estos análisis, como 
INTRODUCCIÓN A LOS EVANGEUOS 25 
en todos los semejantes que en la Fundación San }ustino hemos 
hecho ya o estamos realizando, lo que buscamos no son pruebas 
de que la lengua original de los evangelios fue el arameo; esto 
será una consecuencia que brotará por sí misma de nuestro estu-
dio. Lo que nosotros buscamos es aclarar estos pasajes de Marcos 
en que el griego es o incomprensible o inaceptable en buena 
lógica. Mediante este estudio eminentemente fJ.lológico haremos 
nacer unos relatos arameos cuya historicidad se demuestra por sí 
sola, es decir, por la originalidad de lo narrado por el narrador, 
en todos sus detalles. 
Nuestro primer ejemplo de griego mal traducido en el 
evangelio de Marcos va aser el comienzo del relato de la tem-
pestad calmada, relato que es a su vez el prólogo de la extensa 
narración del endemoniado de Gerasa. En el primer versículo 
del relato de la tempestad calmada, el griego contiene una indi-
cación cronológica de una muy fuerte extrañeza. En la traduc-
ción de Nácar-Colunga, el texto dice así: ·En aquel día les dijo 
Qesús), llegada ya la tarde: Pasemos al otro lado· ( 4,35). La dis-
tancia entre las dos orillas del mar de Galilea era de unos 10 
kms. Por tanto, incluso con el mar y el viento en calma, su tra-
vesía en barca no podía durar menos de dos horas. Es natural 
que el fuerte viento alargase más la duración de la travesía. A 
continuación Marcos narra el episodio del endemoniado de 
Gerasa, que tiene todo el aspecto de suceso que se realiza en 
pleno día. Esto nos hace preguntar: si Jesús y los discípulos par-
ten de la orilla occidental ·llegado el atardecer•, lo cual equivale 
a muy cerca de la puesta del sol, ¿cómo dentro del mismo día 
pudo tener lugar la travesía del mar, la tempestad, la curación 
del endemoniado y la vuelta a la orilla occidental? Todos los 
comentaristas señalan la extrañeza de esta indicación cronológi-
ca y en ello están totalmente acertados. 
Pues bien, lo que resulta inexplicable desde el griego se 
hace claro remontándose al arameo. La doble frase griega, tra-
ducida literalmente, dice así: •En aquel día, cuando se hizo 
tarde•. Este breve inciso contiene tres malas traducciones del ara-
meo. Y no se olvide que nosotros no reconstruimos a capricho 
el original arameo, sino forzados por el extraño griego; por 
nuestro afán de hallar explicación a éste. En primer lugar, la pre-
posición aramea traducida por •en· (be), además del •tiempo en 
que• y otras significaciones, sirve para introducir el agente o ins-
trumento de un verbo pasivo. En segundo lugar, las consonan-
26 lA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
tes del demostrativo arameo •aquel·, dikén, son las mismas del 
perfecto del verbo arameo que significa •agotar•, y pueden ser 
también, por tanto, las de su participio pasivo ·agotado, aplasta-
do•, dekín. Finalmente, el verbo arameo que significa ·llegar la 
tarde, anochecer•, negáb, aparece también usado para expresar 
la idea de •amanecer, llegar la mañana•. Ocurre, por tanto, con 
este verbo lo que con el sustantivo español •crepúsculo•, que 
puede indicar la primera luz solar o la última, y es casi siempre 
el contexto el que hace que no sea necesario puntualizar si se 
trata del crepúsculo matutino o vespertino. En este texto de 
Marcos, el traductor se inclinó por la idea de ·llegar la tarde·, sin 
duda porque había entendido la locución precedente como •en 
aquel día·. 
Atendiendo ahora a estas peculiaridades de léxico arameo, 
la traducción del versículo extraño debe ser ésta: •y les dijo 
Qesús), agotado del día, cuando llegó la mañana: pasemos a la 
otra orilla•. El viaje, por tanto, a la orilla oriental del mar de 
Galilea se realizó al comienzo del día, y por ello es natural que 
los incidentes de la curación del endemoniado den la impresión 
clara de que tienen lugar en el centro del día. Es preciso reco-
nocer que de este modo está plenamente justificada la puntuali-
zación del evangelista en cuanto a que Jesús, incluso en plena 
furia del huracán, está dormido, reclinado sobre el cabezal. El 
agotamiento de que el evangelista ha hablado en la breve frase 
inicial comprendía sin duda mucho trabajar y poco dormir. Y así, 
apenas se vio sentado en la barca, libre de la multitud, camino 
de la otra orilla, se durmió. 
5. El sepulcro de jesús vacío y el mensaje del ángel a las mujeres 
Pasemos a nuestro segundo ejemplo de griego sorpren-
dente en Marcos. En el último capítulo de su evangelio, en que 
se narra el hallazgo del sepulcro de Jesús vacío por María 
Magdalena y dos compañeras, apenas hay versículos bien tradu-
cidos del arameo, y a la vez libres de estridencias o cosas cho-
cantes. En atención a la brevedad que aquí se nos impone nos 
limitamos a exponer lo extraño y anómalo de la segunda mitad 
del último versículo del breve relato. En el versículo penúltimo 
las mujeres reciben del ángel el encargo de llevar a los discípu-
los la noticia de que el sepulcro está vacío porque jesús ha resu-
INTRODUCCIÓN A LOS EVANGEUOS 27 
citado. Tras esto, el versículo final termina diciendo según el 
texto griego traducido literalmente: •y a nadie nada dijeron; por-
que estaban llenas de temor•. En la segunda mitad de esta breve 
construcción sintáctica, cada una de las dos palabras del texto 
griego representa una mala traducción. Por culpa de esta mala 
traducción dice Marcos que las mujeres no dijeron nada a nadie, 
mientras Mateo y Lucas narran cómo éstas llevan la gozosa noti-
cia a los discípulos y demás seguidores de Jesús. Lo ocurrido fue 
lo siguiente: el responsable de la traducción al griego interpretó 
como conjunción causal, •porque•, una locución conjuncional 
aramea que ciertamente poseía este significado, min dy, pero 
mientras este significado no armoniza con el contexto, posee 
otro que sí armoniza perfectamente, el de ·sin que•. Por otra 
parte, hay una forma verbal aramea que significa -estar lleno de 
temor•, 'etbebél, del verbo bebál; y con la misma grafia conso-
nántica otra forma verbal cuyo significado es •ser tenido por per-
turbado·, 'etbabál. El que tradujo el original arameo de Marcos 
leyó la primera forma, dando así un griego con un sentido dis-
paratado: que las mujeres, venidas del sepulcro, no dijeron nada 
a nadie porque estaban llenas de temor. Pero interpretando la 
grafía como la segunda forma verbal que hemos dicho, el origi-
nal arameo decía así: y las mujeres viniendo corriendo del 
sepulcro, ·a nadie nada dijeron sin que fuesen tenidas por per-
turbadas·. 
Una vez más recordamos cómo la mala traducción ha ocul-
tado una aflllilación del original que no sólo no tenía nada de 
estridente, sino que era perfectamente comprensible. En efecto, 
para comprender esta afirmación fmal del evangelista Marcos en 
su relato del hallazgo del sepulcro vacío, y a la vez adivinar la 
historia vivida que narra, recuérdese que los dos discípulos que, 
según el relato de Lucas, marchan a Emaús el día mismo del 
hallazgo del sepulcro vacío, dicen a Jesús contando lo sucedido: 
-es verdad que algunas mujeres de entre nosotros nos han asom-
brado porque, yendo muy temprano al sepulcro, no encontraron 
el cuerpo de Jesús, y vinieron diciendo que habían visto una 
visión de ángeles que decían que él vive· (Le 24,22s). Estos dos 
discípulos han hecho tan poco caso a las mujeres que abando-
nan Jerusalén y marchan a su casa convencidos de que la causa 
de Jesús había terminado para siempre. Esto es claramente un 
tener a las mujeres por perturbadas cuando vinieron diciendo 
que jesús había resucitado y se lo había dicho un ángel. 
28 LA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
6. Los panes que sobraron en las dos multiplicaciones 
En el capítulo ocho de su evangelio, Marcos comienza 
narrando la segunda multiplicación de los panes. A continuación 
inmediata presenta la llegada de los fariseos que piden a Jesús 
una señal del cielo. Jesús replica diciendo: ·¿Por qué esta gene-
ración pide una señal? En verdad os digo que no se le dará nin-
guna•. Y la escena concluye con la escueta noticia de que Jesús 
dejó a los fariseos, subió de nuevo a la barca y se dirigió a la otra 
orilla. Y a esta noticia une el evangelista un diálogo entre Jesús y 
sus discípulos que resulta poderosamente enigmático. 
Comencemos por leer el texto, que dice así en la versión de 
Nácar-Colunga: 
1•Se olvidaron de tomar consigo panes, de modo que no 
tenian en la barca sino un pan. 
15Y les amonestaba, diciendo: Mirad de guardaros del fer-
mento de los fariseos y del fermento de Herodes. 
16Ellos iban discurriendo entre sí que era por no tener 
panes, 
1'y, conociéndolo él, les dijo: ¿qué caviláis de que no tenéis 
panes? ¿Aún no entendéis ni caéis en la cuenta? ¿Tenéis 
vuestro corazón embotado? 
18¿Teniendo ojos noveis y teniendo oídos no oís? ¿Ya no os 
acordáis de cuando partí los cinco panes a los cinco mil 
hombres y cuántos cestos llenos de sobra recogisteis? 
t9Dijéronle: doce. 
ZOCuando los siete a los cuatro mil, ¿cuántos cestos llenos 
de mendrugos recogisteis? Y le dijeron: siete. 
zty les dijo; ¿pues aún no caéis en la cuenta? 
Lo más extraño de este relato de Marcos es sin duda la total 
injustificación de la detenida y apasionada reprensión de Jesús a 
los discípulos por no entender. Ni se ve claro qué no entienden 
ni que sea un delito tan grave este no entender para que Jesús lo 
corrija con tanto calor. Porque pensar que con las palabras que 
ellos dicen antes, que no tienen panes, dan motivo a que Jesús 
los recrimine por falta de confianza en él, en el sentido de que 
del mismo modo que multiplicó dos veces los panes, y sobraron 
muchos de ellos, podrá seguir remediándoles la falta de pan, es 
absurdo. Nada, absolutamente nada en los evangelios presenta a 
Jesús en esta actitud. En vista de que el texto griego no admite 
otra lectura que la ofrecida en la versión de Nácar-Colunga que 
l'ITRODUCCIÓN A LOS EVANGEUOS 29 
hemos presentado, no es de extrañar que los estudiosos hayan 
querido explicar este extraño diálogo utilizando los recursos del 
método de la historia de las formas o de la historia de la redac-
ción; mediante estos recursos pretenden los estudiosos hallar una 
situación, no en la vida terrena de Jesús sino en la de la comu-
nidad cristiana durante los primeros decenios de su existencia, en 
la cual resultara explicable el nacimiento de este diálogo entre 
Jesús y sus discípulos. 
No es preciso que enumeremos aquí en particular ninguno 
de estos intentos, porque de todos ellos podemos afirmar con el 
mayor aplomo que no resuelven ni siquiera aclaran mediana-
mente la dificultad del texto griego. Como es fácil comprender, 
esta situación del texto griego nos ha obligado a buscar su justi-
ficación en la mala traducción del original arameo. Creemos que 
el resultado es claramente aceptable, incluso que se impone. 
La dificultad está centrada en dos versículos: el primero del 
relato (v.14), en que aparentemente se da la noticia de que los 
discípulos se habían olvidado de coger panes, y en la breve rese-
ña que el evangelista da de lo que comentaban los discípulos 
cuando Jesús les recomienda encarecidamente guardarse de la 
levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes: el evange-
lista, según el griego, parece decir que comentaban entre sí que 
no tenían panes (v.16). 
En la primera mitad del versículo inicial del relato, que en 
griego consta de cuatro palabras, las cuatro representan malas 
traducciones del arameo. Examinémoslas una por una. La con-
junción inicial ·y· (kat) representa una traducción defectuosa de 
la partícula aramea waw, que ciertamente funciona como con-
junción copulativa, pero que también lo hace como conjunción 
causal, final, adversativa y concesiva. En este caso, el contexto 
obliga a darle el valor causal, •porque•. 
En segundo lugar, el verbo arameo que significa -olvidar•, 
te'áh, también posee el significado de •errar, vagar errante•. Este 
verbo no aparece ni en los pasajes arameos del Antiguo 
Testamento ni en los textos arameos de Palestina editados por 
Fitzmyer-Harrignton. Sí aparece, en cambio, y con estos dos mis-
mos significados, en arameo judío-palestinense (M. Jastrow) y en 
arameo cristiano-palestinense (F. Schulthess). Así, en este arameo 
de los cristianos de Palestina, que aparece en textos traducidos 
del griego, el verbo se utiliza para traducir el participio ·olvida-
do· en Le 12,6, donde dice Jesús: •¿no se venden cinco pájaros 
30 LA INFANCIA DE JESÚS SEGúN LUCAS 
por dos ases? Y, sin embargo, ninguno de ellos está olvidado (ept-
lelesménon) ante Dios•. Y también lo tenemos en la versión de 
Heb 11,38, que habla de los hombres de Dios que vagaban erran-
tes (plan&menoi) por los desiertos y los montes•. Advertimos ya 
desde ahora que el significado •vagar errantes· es el que con otros 
datos que iremos poniendo en claro elimina la dificultad de todo 
el relato. 
La tercera palabra del versículo, el verbo •coger, recibir· 
(labefn) traduce sin duda un infmitivo Pael precedido de la pre-
posición le, es decir, leqabbaláb, que posee ciertamente estos 
significados. Y en arameo, cuando un infmitivo es complemento 
directo de un verbo principal suele ir precedido de la preposición 
le; preposición de la que, al traducir estos textos al castellano, 
debe prescindiese. Y eso fue lo que hizo el responsable del texto 
griego que tenemos aquí en Marcos. Pero esta preposición ara-
mea es de una rica polivalencia; y entre sus muchos valores exis-
te también el privativo, •sin•. De modo que unida entonces al infi-
nitivo que significa ·recibir, aceptar• su buena traducción es: •sin 
aceptar, sin recibir•. 
La última palabra de la primera mitad de este verso (14), 
•panes•, sólo adquiere sentido en el conjunto si se la entiende 
como un plural de excelencia, plural que ya señalaban en hebreo 
las viejas gramáticas, pero que ha sido puesto eminentemente de 
relieve en los estudios ftlológicos realizados sobre textos poéticos 
hebreos en los últimos cincuenta años. Dado que este plural de 
excelencia aparece en el relato otras dos veces está justificado 
que lo ilustremos mediante un ejemplo. El jesuita estadouniden-
se M. Dahood analiza y traduce el verso de Prov 11,30 de este 
modo: •el fruto del virtuoso es el árbol de vida, y el sabio alcan-
za vida eterna (nefasót)•. El plural nefasót literalmente significa 
·vidas•. Pero, traduciendo así, el verso carecería de sentido. Se 
trata, por tanto, claramente de un plural de excelencia, el cual ha 
de traducirse por un singular en que se señale este carácter des-
tacado de la vida que se quiere indicar. Y por eso el P. Dahood 
traduce: el sabio alcanza la vida eterna, que es sin duda la vida 
más excelente, la única digna de llamarse vida. Los panes, por 
tanto, de que habla Marcos por tres veces en este relato desig-
nan el pan milagroso, es decir, el pan que había multiplicado 
jesús. 
Habiendo explicado todas las palabras y construcciones 
que contenía el original arameo de esta primera mitad del ver-
INTRODUCCIÓN A LOS EVANGEUOS 31 
sículo, ofrecemos su traducción, a saber: •porque (los fariseos) 
habían vagado errantes sin aceptar el pan milagroso•. En el ori-
ginal no se puntualizaba quiénes eran los que habían vagando 
errantes, pero tampoco era necesario puntualizado nombrándo-
los de nuevo: lo que se dice a continuación sólo pudieron hacer-
lo los fariseos. Es en el griego, como consecuencia de la mala 
traducción que entraña, donde es posible e incluso casi un tanto 
imperioso pensar que el sujeto del verbo principal son los discí-
pulos. 
Pasando ahora a analizar la segunda mitad del versículo ini-
cial (v.14) señalemos, en primer lugar, que la conjunción copula-
tiva griega (kat) con que comienza ha de entenderse de nuevo 
como traducción desacertada de la equivalente copulativa ara-
mea, cuyo sentido aquí era concesivo, ·a pesar de que•. En segun-
do lugar, la conjunción exceptiva, •sino, excepto•, representa no 
sólo una mala traducción, sino una mala lectura del texto arameo. 
El traductor de Marcos leyó lahén, que significa •sino, excepto•; 
pero la verdadera vocalización de las consonantes era lehón, que 
consiste en la preposición le y el sufijo de tercera persona mas-
culina plural. Ahora bien, entre los matices que puede expresar 
esta preposición aramea, cuya polivalencia ya hemos hecho ver, 
existe el de •según•. El resto de las palabras griegas de esta segun-
da mitad del versículo son buena traducción del original arameo, 
por lo cual dan un sentido perfectamente aceptable. Resumiendo, 
por tanto, y uniendo ahora la traducción del original arameo de 
la segunda mitad a la de la primera, esto es lo que decía el ori-
ginal semítico: 
Porque (los fariseos) habían vagado errantes sin aceptar el 
pan milagroso, a pesar de que, según ellos, un (solo)pan 
no tenían con ellos en la barca. 
A la vista de este sentido del comienzo del relato en el ori-
ginal arameo creemos se impone decir que, cuando llegan los 
fariseos con su petición de un signo del cielo, Jesús no se ha 
marchado aún de la orilla del mar junto al escenario de la multi-
plicación; que había embarcado cuando ellos llegan, pero desem-
barca para recibirlos. Entonces tiene lugar la escena de la peti-
ción del signo, que termina con la negativa de Jesús y el alejarse 
del escenario dejándolos, porque habían estado errantes por el 
escenario de la multiplicación y no habían aceptado el pan mul-
32 lA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
tiplicado por Jesús, a pesar de que, según ellos mismos confesa-
ron, no tenian un solo pan en la barca. 
Por tanto, el versículo que hemos llamado inicial del relato 
y que en realidad puede considerarse el último de la narración 
de la petición de un signo por los fariseos describe a éstos como 
altivos despreciadores, y por tanto no creyentes, del pan multi-
plicado por Jesús; altaneria y actitud de increencia tan fuerte que 
son ellos mismos los que la ponen de manifiesto diciendo que no 
quieren de aquellos panes de la multiplicación a pesar de no 
tener un solo pan en la barca. 
Pasando ahora al versículo en que el evangelista narra el 
comentario de los disdpulos a la recomendación de Jesús de 
guardarse de la levadura de los fariseos y de Herodes, recorda-
mos lo que dedamos al comienzo, que este versículo, con el que 
acabamos de analizar, son los que hacen que el conjunto del rela-
to sea un misterioso enigma. En hebreo y arameo no existe un 
verbo que signifique •tener•; asi el verbo griego que aparece aqui 
para decir, al parecer, que los disdpulos •no teman panes•, no tra-
duce un verbo arameo. La idea de tener la expresaba el arameo 
mediante una construcción con el verbo que significa •ser, haber, 
etc.• y el dativo, expresado mediante preposición, de la persona 
poseedora. Asi, en este caso concreto, el arameo debió decir lite-
ralmente: •panes no hay para ellos•. Pero el traductor de Marcos 
cometió aqui el delito de traducir libremente, y por ello provocó 
un sentido inaceptable. Esto lo hubiera evitado ofreciendo una 
traducción literal del arameo, que es lo que vamos a ofrecer 
nosotros. 
Pero antes recordemos que, también aqui, el plural•panes· 
es plural de excelencia, y por tanto ha de traducirse por ·el pan 
milagroso·, el pan multiplicado por Jesús. Y no se olvide que 
detrás de la expresión de •pan milagroso• está la de ·Pan de Vida·, 
empleada por Jesús en el discurso que Juan ofrece en su evan-
gelio a continuación de la multiplicación de los panes. Pero 
debemos advertir que, en el original arameo de Marcos, existe 
una alusión a este Pan de Vida y al discurso de jesús; alusión 
que, por su brevedad y porque el griego es una mala traducción, 
ha quedado más que difuminada borrada. El versículo, por tanto, 
en que Marcos describe la reacción de los disdpulos deda así en 
arameo: •y comentaban entre si: El pan milagroso no es para 
ellos•, es decir, para los fariseos. Después de la versión que 
hemos ofrecido del original arameo del versículo inicial del rela-
INTRODUCCIÓN A LOS EVANGEUOS 33 
to, en que el evangelista habla del desprecio con que los fariseos 
habían tratado el pan milagroso, debemos decir que humana-
mente está perfectamente justificado el que los discípulos digan 
que este pan milagroso, y el Pan de Vida que representa, no es 
para estos fariseos y ni para este Herodes. 
La primera frase de la réplica de Jesús a esta afirmación de 
los discípulos contiene el comentario de éstos respecto a los fari-
seos en segunda persona, es decir, cita en estilo directo este 
comentario de los discípulos que en el versículo precedente pre-
sentaba el narrador en estilo indirecto, o sea en tercera persona. 
Por tanto, jesús no habla de lo que dicen de sí los discípulos, 
sino de lo que ellos dicen de los fariseos como si hablasen direc-
tamente con ellos en segunda persona. Así pues, en el original 
arameo la reprensión de jesús a los discípulos por no entender 
decía: 
Y conociéndoles Jesús les dice: ·¿Por qué comentáis: 'el pan 
milagroso no es para vosotros [fariseos]'? ¿Todavía no com-
prendéis ni entendéis? ¿Tenéis la inteligencia embotada? 
¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? Y no 
recordáis, cuando partí los panes para cinco mil ¿cuántos 
cestos llenos de trozos cogisteis?· Le dicen: ·Doce·. ·Cuando 
(he partido) los siete panes para los cuatro mil, ¿cuántas 
espuertas llenas de trozos habéis cogido?· Y le dicen: 
·Siete•. Y les decía: ·¿Todavía no entendéis?•. 
Es claro, a nuestro juicio, lo que quiere decir Jesús ponien-
do en ello un énfasis muy especial resaltado por la retórica reite-
rativa. Las palabras que el narrador decía en el original arameo 
del versículo inicial del relato, a saber, que los fariseos habían 
estado vagando errantes por el escenario de la segunda multipli-
cación sin aceptar el pan milagroso, a pesar de que, según ellos 
mismos confesaron, no tenían un solo pan en la barca, justifican 
perfectamente, repetimos, viendo las cosas a nivel humano, que 
los discípulos proclamen que el pan milagroso, y el Pan de Vida 
que éste significa, no es para estos hombres. ¿Cómo puede ser 
para ellos un pan que tan abiertamente han rechazado? Pero 
Jesús reacciona fuertemente para decirles que también para ellos 
multiplicó él el pan, y que también para ellos es él el Pan de vida, 
como con toda claridad expone el mismo Jesús en el evangelio 
de Juan, en su discurso llamado del Pan de Vida. Inculcar a los 
34 LA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
discípulos esta verdad sólo podía lograrlo Jesús mediante una 
reprensión como la que narra Marcos. Y de este modo, resu-
miendo ahora nuestro análisis ftlológico de este relato del segun-
do evangelista, debemos reconocer que la narración ofrecida 
aquí sólo es explicable como relato de historia vivida. Por su ori-
ginalidad, pero al mismo tiempo por su perfecto enraizamiento 
en el ministerio público de Jesús, es preciso reconocer que cual-
quier intento de explicación del texto como relato ficción creado 
en un momento de la historia de la iglesia primitiva es totalmen-
te imposible, y de una inverosimilitud radical. 
Puntualizando más debemos decir que el relato mismo en 
su redacción original aramea sólo es explicable si Jesús multipli-
có dos veces los panes, y en cada una de ellas sobraron los ces-
tos de pan que especifica el evangelista en los relatos respecti-
vos. Estas sobras, por tanto, no se debieron a mal cálculo de 
Jesús, sino a una acción intencionada suya. Por ello nos creemos 
autorizados a decir que aquí se aplican perfectamente las pala-
bras de san Agustín: Facta Verbi, verba sunt, los hechos del Verbo 
encamado son palabras que hablan, palabras que expresan o 
glosan el misterio de su persona y su obra. 
Acabamos, por tanto, esta introducción resumiendo todos 
los análisis precedentes. Nuestras garantías de la historicidad de 
los evangelios son especialmente dos. La primera es el testimo-
nio de Pablo, que habla de que cuando escribe sus cartas a los 
Corintios se están usando evangelios escritos en todas las iglesias, 
y que estos evangelios se escribieron no sólo para utilidad de los 
predicadores, sino también para la lectura regular de los fieles en 
la celebración de la Eucaristía. Y la segunda está representada 
por los relatos mismos, en su redacción original aramea, cuyos 
pormenores son de tal índole y están tan maravillosamente 
enmarcados en la vida de Jesús, según nos permiten reconstruir-
la el conjunto de los evangelios, que sólo es posible considerar-
los como narración de historia vivida 1• 
t En los análisis de textos de Pablo y Marcos que aqui ofrecemos hemos 
simplificado al máximo el aparato lingüistico. En libros que aparecerán próxi-
mamente en esta misma colección ofreceremos para estos y otros relatos de 
Marcos un aparato lingüistico completo. 
CAPÍTULO 1: ANUNCIACIÓN A MARÍA (1,26-38)l. ·Este será grande· (v. 31-33) 
En este relato de la anunciación a María las anomalías de 
redacción y consiguientemente las dificultades de lectura y exé-
gesis se centran en las palabras de Gabriel, que se hallan dividi-
das en dos lotes por la pregunta de María en el v. 34. A nuestro 
juicio puede afmnarse que es precisamente en el primer lote 
donde más cosas extrañas encontramos, todas ellas de redacción, 
y por tanto de sentido. Comencemos por citar la versión de 
Nácar-Colunga, acompañada de los términos griegos o frases que 
crean dificultad. Dice así: 
31 Y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo (ulov), a 
quien pondrás por nombre Jesús 
'2él será grande (o\rros ecrraL ~É'Yas) y llamado Hijo del 
Altísimo (Kal. ulos ú¡J(aTou KA'fl&JíaeTaL), y le dará (&OOeL) 
el Señor Dios el trono de David, su padre, 
''Y reinará en la casa de Jacob por los siglos (els TOUs alw-
vas), y su reino no tendrá fmt. 
En estos tres versículos, no sólo en la versión castellana de 
Nácar-Colunga sino también en el original griego al que éstos se 
ajustan, debemos señalar cuatro anomalias, dos de tamaño 
mayor, y otras dos de tamaño menor. Distinguimos los tamaños 
porque las dos primeras afectan a toda esta parte del mensaje del 
ángel, mientras que las otras dos se refieren sólo a una breve 
expresión o una palabra. La primera de las dos anomalías mayo-
res consiste en que el ángel no diga a María absolutamente nada 
de la existencia o la condición del que va a nacer de ella. Porque 
en el anuncio a Zacarías, o en los anuncios de nacimiento que 
1 Cf. E. N~car-A. Colunga, Nuevo Testamento (BAC), Madrid '-'1963, 198. 
LA INFANCIA DE JESÚS SEGúN LUCAS 
tenemos en el Antiguo Testamento, por tratarse de un hombre 
que nace, que comienza a ser, no puede decirse nada de su pasa-
do. Pero en el caso de Jesús tenemos lo que san Agustin decia 
con una graciosa expresión: el hijo de María comenzó a ser lo 
que no era sin dejar de ser lo que era. Pues bien, a esto que Jesús 
era y no dejarla de ser no hay en las palabras del ángel ninguna 
alusión; todos los verbos están en futuro. La segunda anomalía 
mayor consiste en que el ángel utilice para describir la carrera 
futura del que va a nacer de Mada un juego de expresiones 
demasiado terrenas, sin que se trasluzca tras ellas la realidad tras-
cendente que, como ocurre muchas veces en toda la Sagrada 
Escritura, se expresa mediante este lenguaje de imágenes toma-
das de lo real que da la experiencia. Ciertamente, en los escritos 
judíos bíblicos y extra bíblicos, el Mesías esperado es llamado hijo 
de David, rey; pero en ellos no aparecen afirmaciones tan com-
plejas como la de que el Seftor Dios le dará el trono de David, su 
padre, y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos. Teniendo 
en cuenta que el que escribe este texto es un creyente en Cristo 
Jesús con relevantes dotes literarias y claridad de ideas para 
hablar de Cristo, resulta más extraiia esta utilización de una ima-
gineria que hubiese sido adecuada para hablar del futuro de la 
casa de David al heredar el trono Salomón. Lo que ocurre es que 
estamos tan familiarizados con el texto griego, leido directamen-
te o en cualquiera de las versiones modernas, que ya no nos 
extraftan cosas que en realidad debían extraiiarnos. 
La primera de las anomalías menores está representada por 
la expresión •por los siglos• con que se determina en la primera 
mitad del v. 33 el tiempo que reinará el hijo de María sobre la casa 
de Jacob. Ahora bien, si en esta primera mitad dice •y reinará sobre 
la casa de Jacob por los siglos-, ¿cómo en la segunda mitad dice •Y 
su reino no tendrá fm·? Por lo que se refiere a la redacción es pre-
ciso reconocer que esta segunda indicación de tiempo es redun-
dante después de la primera. La segunda anomalía de tamafto 
menor está representada por la partícula-adverbio Kaí. al comienzo 
de la tercera parte del v. 35, en la segunda mitad del mensaje del 
ángel Gabriel. ¿Por qué dice aquí el ángel que ·lo nacido de María 
también será llamado Hijo de Dios-? Y en la frase tenemos lo que 
al menos en una primera impresión parece redundante: si ya al 
comienzo había dicho Gabriel que el hijo de María será llamado 
Hijo del Altísimo, ¿es aceptable en una buena redacción que ahora 
diga que también será llamado Hijo de Dios? 
ANUNCIACIÓN A MARÍA (1,26-38) 37 
Puntualizadas las anomalías del texto griego, consideramos de 
mayor comodidad para el lector ofrecer ahora nuestra versión del 
original hebreo reconstruido, y pasar luego palabra por palabra y 
frase por frase a justificar las dos cosas: el hebreo original y nuestra 
versión. He aquí, por tanto, nuestra traducción del original semítico: 
' 1Y he aquí que concebirás en tu vientre y darás a luz como 
hijo y llamarás su nombre Jesús 
'2a uno que es anciano y es llamado ( • y es) Hijo del 
Altísimo; y el Señor Dios le dio el trono de David, su padre, 
''para que reinase sobre la casa de Jacob, desde la eterni-
dad; y su reino no tendrá fin. 
El sustantivo ·hijo (ui.óv)• no es objeto de los verbos •con-
cebirás y darás a luz•, sino predicativo referido al objeto directo 
que está expresado en la proposición de relativo que sigue. Entre 
los ejemplos de predicativo citados por P. Joüon tenemos el de 
Gn 38,11, perteneciente a la historia deJudá yTamar, en que lee-
mos: ·Y dijo Judá a Tamar su nuera: quédate como viuda en casa 
de tu padre (TJMIT'J i1JO~ ':liD) hasta que crezca Selá mi hijo•2• El 
demostrativo oÚTos traduce necesariamente el hebreo ;n. Pero 
este demostrativo hebreo con mucha frecuencia tiene valor de 
pronombre relativo. He aquí un ejemplo en Sal 104,26: ·el que 
hizo barcos para viajar, al Leviatán, al que formaste para jugar con 
él (1:::1-pn!D':! m~-m ln'1.,)-'. Por lo que se refiere a los verbos futu-
ros de esta primera proposición, E<JTaL y KATJfhícrETaL, se trata de 
imperfectos hebreos interpretados como futuros, pero que en 
realidad expresaban un tiempo presente, tiempo que pueden 
indicar los imperfectos. Por lo que se refiere al adjetivo ~Éyas, 
necesitamos hacer una más detenida preparación lingüística. En 
los textos hebreos del Antiguo Testamento, el adjetivo M'l!D, de 
uso muy frecuente en arameo, sólo aparece dos veces: en Job 
36,26 y 37,23. En los dos casos, F. Zorellle atribuye el significa-
do •grande•4• Pero A. C. M. Blommerde, en su comentario a una 
2 P. joüon, Grammatre de 1' bébreu btbltque, Rome 1923, S 126c. 
' Cf. M. Dahood, Psalms ID: 101-150 (AncB 17A), New York 1970, 45. 
Cf también P. joüon, Grammatre de l'bebreu btbltque, S 145c: ·En poesía se 
encuentra con bastante frecuencia el demostrativo m empleado como pronom-
bre relativo (sin distintición de género ni de número)•. 
~ F. Zorell, Lextcon bebratcum et aramatcum Veterts Testamentt, Roma 
1968 (Reeditio photomechanica), 793. 
38 LA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
amplia selección de versos de este libro, para 36,26 prefiere el 
significado •anciano-. He aqui la versión castellana que sigue la 
inglesa de Blommerde, acompañada del original hebreo: ·he aqui 
que Dios es anciano más allá de nuestro conocimiento (M'JD ?Mlil 
lnJ M71); sus años son sin número y más allá de cómputo 
("'1prrM71 1'JD ,!l00)•5. El paralelismo entre el primer estico y el 
segundo obliga forzosamente a entender M'JD como •anciano-. 
Como se dice en otros pasajes del Antiguo Testamento, Dios es 
el gran Anciano. Simplemente en los versiculos de Job estudiados 
por Blommerde aparecen señalados tres términos distintos con 
que Dios es llamado •anciano•. Otro adjetivo que significa •gran-
de· es ::::1,. Pues bien, en primer lugar, M. Dahood señala en Sal 
109,23 el significado •envejecer, hacerse anciano• para el verbo 
il:::l,; el texto según él dice: ·He perdido mi juventud, verdadera-
mente he envejecido (il:::l-uo •n-um)•. Y en el mismo Salmo, v. 30, 
se dice: ·daré gracias a Yahvé el Grande con mi boca, entre los 
ancianos lo alabaré (u?':'ilM C':::l, 1T01 •m::~ ~ mil' l"n'1M)..6. Es claro, 
por tanto, que el singular ::::1,, puede significartambién •anciano-. 
En la segunda mitad del v. 32, el futuro &laeL representa 
una defectuosa traducción de un imperfecto hebreo con valor de 
tiempo pasado. Entre los innumerables ejemplos que M. Dahood 
reseña en los Salmos de imperfecto con valor de tiempo pasado 
citamos Sal116,1: •por amor a mi, Yahvé oyó mi petición por su 
misericordia (•mn '"'Y'TIM mil' .lll'.:lRr-.:::l •rcnM)•7. En la segunda mitad 
del v. 33, la locución ets To\Js alwvas traduce la hebrea rbuh, 
que con frecuencia significa ·desde la eternidad·; porque la pre-
posición prefijada ; funciona también como sinónima de JC. Por 
eso, M. Dahood traduce Sal 9,8: ·Yahvé ha reinado desde la eter-
nidad (:::10" c71Jh mil').s. El ángel, por tanto, dice a Maria que el 
Señor Dios dio al que va a nacer de ella el trono de su padre 
David desde la eternidad. Y es natural que este reinar, este ser 
rey, no tendrá fin. Con todo lo cual no es preciso escudriñar el 
texto para hacer ver que el mensaje del ángel afmna claramente, 
con un lenguaje que, como era natural, está tomado de la histcr 
ria biblica, la existencia desde la eternidad del que nacerá de ella 
s A. C. M. Blommerde, Nortbwest Semtttc Grammar andjob (BibOr 22), 
Rome 1969, 128. 
6 M. Dahood, Psalms 01, p. 108. 110. 
7 M. Dahood, Psalms 01, p. 145s. 
8 M. Dahood, Psalms 1: 1-50 (AncB 16), New York 1965, 56. 
ANUNCIACIÓN A MARíA (1,26-38) 39 
como hijo, y la existencia del mismo rey soberano, como hijo del 
Altísimo, por toda la eternidad. Basta leer el texto con un míni-
mo de atención para percibir el contenido y la belleza de expre-
sión del mismo. 
2. •Porque no conozco varón- (v. 34) 
Los autores, casi de modo general, manifiestan la extrañe-
za de esta afirmación de Maria después que el narrador dijo al 
comienzo que Gabriel fue enviado por Dios a una virgen des-
posada con un varón. A nuestro juicio, debemos recordar aqui 
el relato paralelo de la anunciación a Zacarias. En él, las pala-
bras con que éste replica al mensaje de Gabriel hablan clara-
mente de lo extraño que juzga que pueda concebir un hijo su 
esposa estéril y mayor de edad, y de él también mayor de edad. 
Y esto precisamente era lo que nos babia dicho el narrador en 
la presentación de los personajes (1,7). Por tanto, lo más natural 
es esperar que en el relato de la anunciación a Maria las pala-
bras de ésta tras escuchar el mensaje del ángel aludan también 
a algo que el narrador babia dicho en la introducción respecti-
va. Quizá en el texto griego esto no aparece al menos con toda 
claridad. Frente a la afirmación de que Maria en sus palabras al 
ángel aluda a un voto de virginidad que tenia hecho se aduce 
como objeción el hecho de que un voto de virginidad en el 
ambiente en que Maria vive, el del Antiguo Testamento, en que 
se consideraba una desgracia y causa de tristeza la esterilidad, es 
inimaginable. Sin embargo, desde san Gregorio de Nisa, los 
Santos Padres vieron aludido aqui un voto de virginidad de 
Maria. En los tiempos modernos al menos se ha puesto muy en 
duda este voto. 
Para encontrar la solución al texto griego que nos ha lle-
gado, hallando con la mayor seguridad posible su sentido 
mediante un trabajo filológico, comencemos por decir que la pre-
gunta de Maria al ángel, según el texto griego, es de redacción 
poco feliz. He aqui como la traducen Nácar-Colunga: ·¿Cómo 
podrá ser esto, pues yo no conozco varón?• Tenemos, por tanto, 
en esta breve frase una pregunta muy breve, lTWS €aTat To\Tro; 
y a continuación una proposición causativa, que en realidad esti-
listicamente cae fuera de la pregunta: ElTEL avBpa ou 'YlVWaKW. y 
no se descuide de atender a lo poco clara que es la afirmación 
40 LA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
•no conozco varón•. Creemos que es preciso ver si en el original 
hebreo las palabras de Maria constituían todas ellas una proposi-
ción interrogativa, que seria lo exigido por una buena estilística; 
a la cual ya nos tiene enseñados el autor hebreo de estos relatos. 
La anomalía, a nuestro juicio, reside en el original mal traducido 
que representa la conjunción causal E1TEL. Creemos que el origi-
nal hebreo utilizaba la locución preposicional "'IUM 10, compuesta 
de la preposición 10, que entre sus valores posee el de •a causa 
de·, y la partícula-relativo "'IUM. Así, en Is 43,3-4 tenemos: •Porque 
yo soy Yahvé tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. Para tu res-
cate yo doy a Egipto, Kus, y Seba en tu lugar. Porque tú cuentas 
mucho a mis ojos ('l'lO mp' "'!UMC)•9. Ahora bien, la preposición 10 
posee también entre su valores el de •sin•. Así, Job 11,15 dice: 
•Porque entonces levantarás tu rostro sin mancha (Tl!l MX"' m_,~ 
C1CC)·10• Por tanto, el binomio "D lC puede representar la con-
junción compuesta castellana ·sin que•. Finalmente la partícula 
negativa ou creemos que es a todos luces mala traducción del ., 
enfático escrito con la misma grafia, ._.,,Como ejemplo de este., 
enfático, así escrito, M. Dahood ofrece SallOl,S, que dice: ·Al de 
miradas altivas y corazón orgulloso, a él ciertamente he elimina-
do ~~'IM ._., TIM)•11 • De este modo la pregunta de María, según el 
original hebreo, era: 
¿Cómo será esto sin que yo conozca nunca varón? 
En esta redacción es claro que María alude a un voto de vir-
ginidad, previo incluso a su desposorio con José. 
Por otra parte creemos que esto mismo decía el original 
hebreo al presentar a Maria como la mujer a la que es enviado 
por Dios el ángel Gabriel (v. 26-27). En efecto, el término 1Tapeé-
vov no designa propiamente al destinatario del envío del ángel, 
sino un predicativo referido a él; el verdadero objeto está repre-
sentado por el participio EIJ.VTI<ITEUIJ.ÉVTIV. Si un adjetivo puede 
usarse sustantivado, lo mismo puede hacerse con un participio, 
9 Cf. F. Zorell, .Lextcon bebmtcum, p. 88. 
to Cf. W. L. Michel,job tn tbe Ltgbt of Nortbwest Semtttc (BibOr 42), Rome 
1987, 264s; F. Zorell, Lextcon bebmtcum, p. 446. 
n M. Dahood, Psalms m, p. 5s, en el comentario, junto a la justificación 
filológica, M. Dahood ofrece una variada bibliografia sobre este caso concreto 
de ., enfático con grarta plena. 
ANUNCIACIÓN A MARÍA (1,26-38) 41 
que es un adjetivo verbal. Para entender bien la frase (v. 27) 
importa mucho recordar que el verbo hebreo, unM Piel, leído 
'erás, que tiene su correspondiente Pual, traducido aquí por 
EIJ.VllOTEUIJ.ÉVllV, designa una acción del varón: tomar para espo-
sa una mujer. Y si el verbo está en pasiva, forzosamente se que-
rrá decir que esa mujer ha sido tomada para esposa por un varón. 
Aquí, el dativo dv8p( se debe a ser versión de un ., prefijado a la 
palabra varón, ~M. Pero este ., lo que designaba era el agente del 
verbo pasivo al que acompaña. En este contexto, el término 1Tap-
eévos- forzosamente significa •mujer con voto de virginidad·; y el 
hecho de que sintácticamente sea un predicativo obliga a tradu-
cir el texto de este modo: 
En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel por Dios a 
una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una, como virgen 
(• con voto de virginidad), tomada para esposa por un 
varón llamado José de la casa de David; y el nombre de la 
virgen era María. 
]osé, por tanto, había tomado para esposa a María tenien-
do ella hecho voto de virginidad. Y si como a tal la tomó por 
esposa es forzoso concluir que también él o lo había hecho o lo 
hizo al desposarse con ella. 
3. ·También será llamado Hijo de Dios· (v. 35) 
En el evangelio de Mateo, en el relato que podíamos llamar 
de la vocación de José a la paternidad legal de jesús (1,18-25), el 
misterio realizado en Maria, su esposa, está formulado todo él en 
una frase. En el v. 18 dice que María •vino a estar encinta del 
Espíritu Santo•. Y en el v. 20 dice el ángel: •no temas recibir a 
Mar'm, tu esposa, pues lo concebido en ella procede del Espíritu 
Santo•. Aquí en cambio, en el relato de Lucas, v. 35, no se dice 
nada de que María concebirá, sino solamente que la concepción, 
anunciada ya en la primera parte del mensaje del ángel, se reali-
zará por obra delEspíritu Santo. Se trata de dos modos distintos 
de narrar una misma realidad, debidos a las plumas de dos auto-
res distintos. Comencemos ofreciendo el texto griego, dividido en 
tres esticos, como lo presentan los editores, con la versión de 
Nácar-Colunga intercalada: 
42 lA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
El ángel contestó y le dijo: 
el Espíritu Santo vendrá sobre ti, 
TTVEu¡.a.a iíytov e1TeXeooeTat E:m aE: 
y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, 
Kat 8úva¡.a.ts ú!J(<JTou E:maKLáaet aot 
y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo 
de Dios. 
8Lo Kat TO yeww¡.a.evov aytov KXll8i)o"ETaL ulos aeou 
Los dos primeros esticos realmente no ofrecen seria dificultad 
a la interpretación, a pesar de que los dos verbos empleados no 
resultan muy claros. Puede haber cierta duda en si el narrador 
entiende TTVEUIJ.a aytov como designación de la tercera persona de 
la Trinidad. Quienes así se expresan se apoyan en el hecho de que 
en el estico siguiente el agente de la concepción de María es desig-
nado mediante la expresión 8ÚVO.JJ.LS ú!Jt<JTou, en la que no se quie-
re ver ya una designación del Espíritu Santo, persona divina. De 
todos modos, quizá convenga advertir que así como en el Antiguo 
Testamento son muchos los nombres y apelativos de Dios, y en el 
Nuevo también tenemos nombres variados, simples o compuestos, 
para designar a Cristo, la misma pluralidad de nombres o apelati-
vos podia utilizarse con referencia a la tercera persona divina. Pero 
lo decisivo aqui es que, tanto si el autor habla de la tercera perso-
na de la Trinidad como si simplemente usa una expresión que 
designa el poder de Dios, debemos ver en el texto antes que nada 
la expresión de que la concepción virginal de María no es obra de 
varón, sino de Dios. De igual modo, en los relatos siguientes de la 
VISitación y del Anuncio a los pastores veremos llamar Dios, Señor, 
al que ha concebido Maria o al que después da a luz. 
Pasando al tercer estico pudiéramos sentimos asustados 
por la gran cantidad de estudios parciales que ha provocado a 
causa de la fuerte, muy fuerte, extrañeza de sentido que da el 
griego debidamente traducido. Aquí no podemos hacer siquiera 
una breve reseña de las explicaciones que se han dado al texto 
para librarlo de afirmaciones totalmente inaceptables, y esto ya 
desde los comentarios de nuestro gran escriturista del s. XVII 
Juan de Maldonado. Queremos señalar un dato que tiene una 
importancia decisiva para el desciframiento del texto hebreo. Y 
sin atenuaciones hablamos de desciframiento porque sólo 
reconstruyendo el original hebreo que aquí ha sido mal traduci-
do encontraremos algo que, en lugar de causar extrañeza, hará 
sentir el gozo que proporciona la lectura de un texto bello. Los 
ANUNCIACIÓN A MARÍA (1,26-38) 43 
autores, suponiendo que la dificultad está en la conjunción con-
secutiva del comienzo, 8Ló, y la partícula-adverbio que le sigue, 
Ka(, han rebuscado posibilidades de llegar a un sentido acepta-
ble. También nosotros hemos trabajado en esta dirección, pero 
debimos abandonarla por no llegar a ninguna meta digna. Hoy 
nuestro convencimiento firme es que To 'YEWWIJ.EVov representa 
una mala traducción del hebreo ,.,,, 1UM, es decir, la partícula 
relativa y el imperfecto Nifal del verbo ,"'. Teóricamente el grie-
go TO 'YEWWIJ.EVov podía ser traducción acertada de esta frase 
hebrea, que entonces en castellano diría: ·lo que nazca•. El grie-
go, por la abundancia de participios que posee y las posibilida-
des de expresión que éstos le permiten, puede, traducido bien, 
hacer corresponder un participio con artículo a un verbo hebreo 
precedido de relativo. Pues bien, la partícula 1UM, que con mucha 
frecuencia funciona como pronombre relativo, también posee el 
valor de conjunción temporal, ·cuando·. Como ejemplo véase Is 
30,23, donde el profeta dice: •entonces (Dios) dará lluvia a tu 
semilla, cuando siembres tu tierra (i1C1Min'l' lnTrí~M 1l71T "'m m), 
y tu grano, el fruto de tu tierra, será rico y jugoso·12• Dando en 
este caso a "'1UM el valor temporal •cuando· veremos cómo desa-
parece la oscuridad y se hace la luz. 
Pero antes debemos aclarar otro enigma de este estico, el 
adjetivo éÍ'YLOV. Verdaderamente no se encuentra modo de situar 
sintácticamente este adjetivo en el conjunto de la frase; de ahí las 
oscilaciones y variaciones en las lecturas sugeridas por los estu-
diosos. Nuestra opinión decidida aquí es que el traductor al grie-
go leyó en el original hebreo las consonantes !Znp y las leyó qadós, 
que es el adjetivo ·santo•. Este adjetivo aparece escrito a veces con 
, mater lectionis de la segunda vocal, y a veces sin ella; por eso, 
al presentarlo F. Zorell en su diccionario lo escribe así: !DÜ)1p13. 
Pero estas consonantes no eran aquí la escritura del adjetivo 
•santo•, sino del sustantivo •santidad·, que se pronuncia qodés. 
Pero aquí se trataba de un caso muy frecuente en la Biblia hebrea, 
dél cual reseña en los Salmos abundantes ejemplos M. Dahood: 
un sustantivo abstracto tiene a veces un sentido concreto. Así, en 
12 Cf. W. H. Irwin, Isaiab 28-33. Tranlauon wttb Pbtlologtcal Notes 
(BibOr 30), Rome 1977, 93-94: en los seis capítulos de Isaías que W. H. Irwin 
estudia en este libro señala el significado -cuando• para "11M en otras tres oca-
siones (p. 192). Véase también F. Brown-S. R. Driver-C. A. Briggs, A Hebrew-
Engltsh Lextcon lo the Old Testament, Oxford Zl953, 83. 
u Cf. Zorell, Lextcon bebratcum, p. 708. 
44 LA INFANCIA DE JESÚS SEGÚN LUCAS 
Sal 5,8, M. Dahood traduce: ·Adoraré en tu santo templo entre los 
temedores de ti (1rM,:l - los que te temen), oh Yahvé-. 
Literalmente, el texto hebreo dice: -entre el temor de ti•t4. En nues-
tro caso, el verdadero sentido del vocablo ·santidad· es sin duda 
•santificador•. Y por lo que se refiere a la construcción sintáctica 
del mismo es claro que se trata de un predicativo referido al suje-
to de los dos verbos. Con esto tenemos todos los materiales para 
ofrecer la versión castellana de lo que consideramos era a todas 
luces el original hebreo. Traducimos el v. 35 completo: 
Y respondiendo el ángel le dijo: 
El Espíritu Santo vendrá sobre ti 
y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; 
por eso también cuando nazca como Santificador será lla-
mado Hijo de Dios. 
En los relatos de la Visitación de Maria a Isabel, y del 
Anuncio del ángel a los pastores al que sigue el Cántico de los 
ángeles, se habla de la obra salvadora del Hijo de Dios que nace-
rá o ha nacido de Maria. En el texto del mensaje del ángel que 
tenemos en Lucas, solamente interpretando como hemos hecho 
el original hebreo que se esconde tras el adjetivo liytov encon-
tramos una mención de esta obra que realizará el que se llamará 
jesús. Recuérdese que al comenzar nuestro estudio de la prime-
ra parte del mensaje de Gabriel, entre las anomalias de redacción 
de la misma señalábamos el que, ateniéndonos al texto griego, 
resulta un enigma completo la partícula-adverbio Kat al comien-
zo del tercer estico de la segunda parte del mensaje del ángel. 
Ahora vemos, gracias al original hebreo que hemos reconstruido, 
cómo esta partícula tiene un sentido muy claro y muy importan-
te para el contenido del texto. Con ella afmna el ángel que el 
concebido por María, del que ya al comienzo de la primera parte 
del mensaje había dicho que es llamado, es, Hijo del Altísimo 
antes de ser concebido, ese mismo es llamado Hijo de Dios tam-
bién después que nazca de María. Y la razón de esto es muy 
clara. Antes de ser concebido, es llamado Hijo de Dios por la 
generación eterna del Padre. Ahora por haber sido concebido en 
María para revestirse de nuestra humanidad por obra de Dios, 
también como hijo de María es Hijo de Dios. 
t4 M. Dahood, Psalms 1, p. 32; Psalms m, p. 411s. 
CAPÍTULO 2: VISITACIÓN DE MARÍA A ISABEL (1,39-56) 
l. El viaje a tierra dejudá (v. 39-40) 
En la breve descripción del viaje de María hasta la ciudad 
en que resicf¡e Isabel hay tres cosas que, estilísticamente, resultan

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