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Quédense con el cambio

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3/11/23, 15:20 Quédense con el cambio
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Quédense con el cambio
Por Becky Craven
Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes
Mediante Jesucristo se nos da fortaleza para hacer cambios duraderos. A medida que nos volvamos a
Él con humildad, Él incrementará nuestra capacidad para cambiar.
Hermanas, es un verdadero gozo estar con ustedes.
Imaginen a una persona yendo al mercado para comprar un artículo. Si ella paga al cajero más de
lo que cuesta el artículo, el cajero va a devolverle el cambio.
El rey Benjamín enseñó a su pueblo en la antigua América en cuanto a las enormes bendiciones que
recibimos de nuestro Salvador, Jesucristo. Él creó los cielos, la tierra, y toda la belleza que
disfrutamos 1 . Mediante Su amorosa expiación, Él nos proporciona un medio para ser redimidos
del pecado y de la muerte 2 . Cuando le mostramos nuestra gratitud al vivir con diligencia Sus
mandamientos, Él nos bendice inmediatamente, lo que nos deja siempre en deuda.
Él nos da mucho más de lo que jamás podríamos darle a cambio. Entonces, ¿qué podemos darle a
Él, quien pagó el precio incalculable de nuestros pecados? Podemos darle cambio. Podemos darle
nuestro cambio. Puede tratarse de un cambio de pensamiento, de hábitos o de la dirección en la
vamos. A cambio de Su invaluable pago por cada uno de nosotros, el Señor nos pide un cambio de
corazón. El cambio que Él nos pide no es para Su bene�cio sino para el nuestro. Entonces, a
diferencia de la persona que compra en el mercado que tomaría el cambio que se le da, nuestro
bondadoso Salvador nos invita a quedarnos con el cambio.
Tras escuchar las palabras del rey Benjamín, su pueblo clamó, declarando que sus corazones habían
cambiado, y dijo: “… por el Espíritu del Señor Omnipotente, el cual ha efectuado un potente
cambio en nosotros […], ya no tenemos más disposición a obrar mal, sino a hacer lo bueno
continuamente” 3 . Las Escrituras no dicen que ellos se volvieron perfectos de inmediato, sino que
su deseo de cambiar los condujo a la acción. Su cambio de corazón signi�có despojarse del hombre
o de la mujer natural y entregarse al Espíritu a medida que se esforzaban por ser más semejantes a
Jesucristo.
El presidente Henry B. Eyring enseña: “La verdadera conversión depende de […] bus[car]
libremente con fe, con gran esfuerzo y algo de dolor. Entonces es el Señor el que concede […] el
milagro de puri�cación y cambio” 4 . Al combinar nuestro esfuerzo con la capacidad del Salvador
para cambiarnos, llegamos a ser nuevas criaturas.
Cuando era joven, me visualizaba caminando a lo largo de una senda ascendente y vertical hacia
mi meta de la vida eterna. Cada vez que hacía o decía algo incorrecto, sentía que me deslizaba
hacia abajo por la senda, para comenzar mi camino otra vez. Era como caer en aquella casilla del
juego para niños, “Serpientes y escaleras”, en la que te deslizas desde arriba del tablero de vuelta al
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comienzo del juego. ¡Era desalentador! Pero a medida que comencé a comprender la doctrina de
Cristo 5 y cómo ponerla en práctica a diario en mi vida, encontré esperanza.
Jesucristo nos ha dado un modelo continuo de cambio. Él nos invita a ejercer fe en Él, lo que nos
inspira a arrepentirnos, “esa fe y arrepentimiento que efectúan un cambio de corazón” 6 . Al
arrepentirnos y volver nuestro corazón hacia Él, obtenemos un deseo más grande de hacer y vivir
convenios sagrados. Perseveramos hasta el �n al continuar aplicando esos principios a lo largo de
nuestra vida y al invitar al Señor a que nos cambie. Perseverar hasta el �n signi�ca cambiar hasta el
�n. Ahora comprendo que no comienzo de nuevo con cada intento fallido, sino que, con cada
intento, continúo mi proceso de cambio.
Hay una frase inspiradora en el lema de las Mujeres Jóvenes que declara: “[V]aloro el don del
arrepentimiento y procuro mejorar cada día” 7 . Es mi oración que valoremos este hermoso don y
que busquemos intencionalmente el cambio. A veces los cambios que necesitamos hacer están
relacionados con pecados graves. Sin embargo, la mayoría de las veces nos esforzamos por re�nar
nuestro carácter para alinearnos con los atributos de Jesucristo. Nuestras decisiones diarias
ayudarán o entorpecerán nuestro progreso. Los cambios deliberados, pequeños pero constantes,
nos ayudarán a mejorar. No se desanimen. El cambio es un proceso que dura toda la vida.
Agradezco que el Señor sea paciente con nosotros en nuestra lucha por cambiar.
Mediante Jesucristo se nos da fortaleza para hacer cambios duraderos. A medida que nos volvamos
a Él con humildad, Él incrementará nuestra capacidad para cambiar.
Además del poder transformador de la expiación de nuestro Salvador, el Espíritu Santo nos
apoyará y guiará al seguir esforzándonos. Incluso puede ayudarnos a saber qué cambios
necesitamos hacer. También podemos encontrar ayuda y aliento mediante las bendiciones del
sacerdocio, la oración, el ayuno y la asistencia al templo.
Asimismo, familiares de con�anza, líderes y amigos pueden ser de ayuda en nuestros esfuerzos por
cambiar. Cuando tenía ocho años, Lee, mi hermano mayor, y yo pasábamos tiempo jugando con
nuestros amigos en las ramas de un árbol del vecindario. Nos encantaba estar en compañía de
nuestros amigos bajo la sombra de ese árbol. Un día, Lee se cayó del árbol y se rompió el brazo.
Con el brazo roto, le costaba subir al árbol, pero la vida en el árbol no era la misma sin él. Así que
algunos de nosotros lo sosteníamos por detrás mientras otros tiraban del brazo bueno, y sin
demasiado esfuerzo, Lee estuvo de vuelta en el árbol. Su brazo seguía roto, pero volvió a estar con
nosotros disfrutando de nuestra amistad mientras sanaba.
Con frecuencia he pensado en mi experiencia de jugar en el árbol como un símbolo de nuestra
actividad en el evangelio de Jesucristo. Bajo la sombra de las ramas del Evangelio, disfrutamos de
muchas bendiciones relacionadas con nuestros convenios. Posiblemente, algunos se han caído de la
seguridad de sus convenios y necesitan nuestra ayuda para volver a subir a la protección de las
ramas del Evangelio. Puede resultarles difícil regresar por sí mismos. ¿Podemos tirar un poco aquí y
leveantar un poco allá para ayudarlos a sanar mientras disfrutan de nuestra amistad?
Si están sufriendo una lesión debido a una caída, por favor, permitan que otras personas les ayuden
a regresar a sus convenios y a las bendiciones que estos ofrecen. El Salvador puede ayudarles a
sanar y a cambiar mientras estén rodeadas de aquellos que las aman.
En ocasiones, me encuentro con amigos a quienes no he visto en muchos años. A veces dicen: “¡No
has cambiado nada!”. Cada vez que escucho eso, me avergüenzo un poco, ya que espero haber
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cambiado con el paso de los años. ¡Espero haber cambiado desde ayer! Espero ser un poco más
amable, menos crítica y más compasiva. Espero ser más rápida para responder a las necesidades de
los demás y espero ser un poco más paciente.
Me encanta pensar en las montañas que estáncerca de mi casa. Con frecuencia, al andar por el
camino, una piedrecita se me mete en el zapato. Tarde o temprano me detengo y sacudo el zapato,
pero me sorprende lo mucho que me permito caminar con el dolor antes de detenerme para
deshacerme de esa molestia.
Al recorrer la senda de los convenios, en ocasiones se nos meten en los zapatos piedras que adoptan
la forma de malos hábitos, pecados o malas actitudes. Cuanto antes las saquemos de nuestra vida,
más gozoso será nuestro trayecto terrenal.
Conservar el cambio requiere esfuerzo. No puedo imaginar detenerme en el camino para volver a
poner en el zapato la molesta y dolorosa piedrecita que acabo de quitar. No me gustaría hacerlo;
así como una hermosa mariposa no elegiría regresar a su capullo.
Testi�co que gracias a Jesucristo podemos cambiar. Podemos ajustar nuestros hábitos, cambiar
nuestros pensamientos y re�nar nuestro carácter para ser más semejantes a Él; y, con Su ayuda,
podemos quedarnos con el cambio. En el nombre de Jesucristo. Amén.
Notas
1. Véase Mosíah 4:9.
2. Véase Mosíah 3:5-12.
3. Mosíah 5:2.
4. Henry B. Eyring, “We Must Raise Our Sights”, Ensign, septiembre de 2004, pág. 18.
5. Véanse 2 Ne� 31:21; 3 Ne� 27:13-21.
6. Helamán 15:7.
7. Lema de las Mujeres Jóvenes, ChurchofJesusChrist.org.
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/4.9?lang=spa#p9
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/3.5-12?lang=spa#p5
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/5.2?lang=spa#p2
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/2-ne/31.21?lang=spa#p21
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/3-ne/27.13-21?lang=spa#p13
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/hel/15.7?lang=spa#p7
https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/young-women-theme/young-women-theme?lang=spa&para=4#p4

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