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Eje temático: Bibliotecas generadoras de capital social.
Título: Enfoques artesanales, científicos e ingenieriles en la conservación
documental.
Autores: Verónica Lencinas1, 2, Tito Villanueva1, Sofía Lacolla1, 2, Fiorela Nataloni1,
Isabel Manassero 1
1 Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. Centro de
Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades
2 Universidad Nacional de Córdoba. Observatorio Astronómico de Córdoba
Resumen
La conservación a nivel internacional es un campo en el que diferentes enfoques y
disciplinas reclaman espacios tanto teóricos como prácticos. Podemos diferenciar al
menos tres de estos enfoques: el “artesanal”, centrado en la intervención sobre el
documento y su entorno con énfasis en el trabajo manual, una transmisión de
conocimiento de maestro a discípulo y una aplicación en pequeños talleres; el
“científico”, caracterizado por la aplicación de métodos de diagnóstico e intervención
basados en equipamiento de laboratorio y en teorías de la química y otras ciencias, y
aplicado en centros de conservación y restauración; el tercer enfoque se puede
caracterizar como “ingenieril” o “industrial” que propone realizar intervenciones de
grandes volúmenes documentales con la ayuda de maquinaria especializada.
En Córdoba prevalece el enfoque “artesanal”, principalmente por la vinculación de la
conservación documental a bibliotecas, archivos y museos en los que la
preservación, conservación y restauración es una actividad entre varias, y en las que
las restricciones que imponen los presupuestos limita el campo de acción.
Mayoritariamente son bibliotecarios, archiveros y museólogos que quedan a cargo
de esta tarea y que llegan al campo con una formación que enfatiza las prácticas
manuales de conservación. En estas circunstancias especialistas de las ciencias
naturales o ingenieros son convocados cuando los equipos de trabajo llegan al límite
de sus conocimientos y la necesidad de una intervención mayor emerge del valor
intrínseco de los documentos. Por otra parte, para químicos, físicos, biólogos e
ingenieros especializados en materiales, el campo de la conservación no ofrece
oportunidades laborales, por lo que llegan por otras vías, con dedicación de tiempo
parcial y sólo ocasionalmente llegan a realizar aportes a la disciplina.
Introducción
En el año 2003 las autoridades del Observatorio Astronómico de Córdoba decidieron
transferir, por Resolución Interna, el Archivo de Placas al Área de Biblioteca, que
pasó a denominarse Área de Biblioteca y Archivo. Sin embargo, recién después de
ocho años se efectivizó el traspaso del archivo. El Archivo de Placas posee
aproximadamente 20.000 fotografías sobre placas de vidrio que reúne gran parte de
las observaciones astronómicas que se realizaron en el Observatorio Astronómico
entre 1902 y 1983. A partir de ese momento, el personal de la Biblioteca comenzó a
trabajar con las placas astronómicas con el objeto de preservarlas y facilitar el
acceso a la información contenida en ellas. Como consecuencia se formó un equipo
interdisciplinario y se generó un grupo de investigación que sigue funcionando hasta
la actualidad, por el cual han pasado profesores, egresados y estudiantes de
distintas profesiones: archiveros, bibliotecarios, astrónomos, productores de medios
audiovisuales, entre otros (Lencinas et al., 2015).
Desde los primeros intentos de realizar actividades de preservación, emergieron dos
posturas diferentes al interior del equipo: un afán por “meter las manos en la masa” y
comenzar a trabajar con lo que se conocía, que era la limpieza mecánica de libros y
aplicarla a las placas fotográficas, y una segunda postura de revisar la bibliografía
antes que nada, estudiar el soporte documental, analizar diferentes propuestas de
intervención y documentar los procesos. Como consecuencia, en una de las etapas
del proyecto, se dividió el equipo en dos subgrupos a fin de evitar roces entre
diferentes posiciones y enfoques personales. El equipo de “conservación” continuó
un día fijo por semana realizando principalmente limpieza de placas sin mayor
interés en una exploración más allá del trabajo manual y el equipo de “investigación”
se reunía otro día por semana, también para realizar trabajos manuales de limpieza,
pero a la vez para discutir sobre la práctica y ampliar los conocimientos sobre el
soporte documental y el contexto de uso y apropiación.
El campo según Pierre Bourdieu
Los campos sociales son según Bourdieu (1987) “espacios de juego históricamente
constituidos con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento propias”
(p. 108). Para Alicia Gutierrez (2005), “pensar en términos de campos es pensar
relacionalmente” (p. 31). Este concepto permite analizar elementos que aparecen de
manera general en todos los campos: posición, capital, interés, espacio social
(Gutierrez, 2005: 31), además de definir nociones propias de un campo específico.
Siguiendo la sistematización de Gutierrez (2005), las propiedades generales de los
campos incluyen:
● Sistemas de posiciones y de relaciones entre posiciones;
● Los intereses específicos que están en juego;
● Una estructura del campo que permite identificar en un momento histórico la
distribución del capital específico que está en juego;
● Las relaciones de fuerza entre los agentes o las instituciones;
● La constitución de un campo de luchas destinado a conservar o modificar el
campo de fuerzas;
● Intereses fundamentales de los agentes comprometidos con el campo que
están ligados a la existencia misma del campo;
● Constantes definiciones y redefiniciones de las relaciones de fuerza entre los
agentes y las instituciones comprometidas;
● Una redefinición permanente de los límites de autonomía del campo respecto
a otros campos.
Las especificidades de los campos permiten además distinguir un campo de otro en
términos de capital (económico, social, simbólico) e intereses (o illusio como lo
denomina Bourdieu en trabajos posteriores) (Gutierrez, 2005).
El campo de la conservación en Córdoba
En lo siguiente se intentará definir de manera inicial y somera el “campo de la
conservación” en Córdoba de manera específica y en contraposición a la
conservación en Buenos Aires. En primer lugar es necesario responder sobre si es
posible hablar de un “campo de la conservación”. Es necesario realizar una distinción
entre diferentes lugares geográficos de la Argentina ya que no es lo mismo la
disciplina y la actividad laboral de la conservación en la Provincia de Buenos Aires
que en Córdoba. La diferencia principal reside en la formación de conservadores en
cuanto a que en Buenos Aires (en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, La Plata y
en San Martín) existen carreras universitarias que dan cohesión al campo en cuanto
a conocimientos, creencias y perfiles laborales. En Córdoba en cambio, conviven
profesionales de diferentes disciplinas y campos profesionales que realizan
actividades de conservación sin necesariamente compartir un espacio discursivo
local. Para comenzar a caracterizar el campo de la conservación en Córdoba en
particular, podemos analizar la formación, el campo laboral, la investigación y la
comunicación en conservación.
La formación profesional se realiza dentro de límites disciplinarios. Según Cohen y
Loyd (2014) una disciplina académica o científica puede definirse como estudios
académicos que se centran en un campo de conocimiento con límites auto
impuestos. Para Tony Becher (1981), las disciplinas son también fenómenos
culturales en cuanto a que se encarnan en colecciones de personas que piensan
parecido, cado uno con su propios códigos de comportamiento, conjunto de valores y
tareas intelectuales distintivas(p. 109). Krishnan (2009) define como características
de las disciplinas:
● Tienen un objeto de estudio específico;
● Poseen un cuerpo de conocimiento especializado acumulado respecto a su
objeto de estudio que es propio y no compartido con otra disciplina;
● Incluyen teorías y conceptos que pueden organizar el conocimiento
especializado acumulado de manera efectiva;
● Utilizan terminologías específicas o lenguajes técnicos ajustados a su objeto
de estudio;
● Han desarrollado métodos de investigación específicos según sus
requerimientos de investigación;
● Tienen alguna manifestación institucional en forma de temáticas enseñadas
en instituciones de educación superior y asociaciones profesionales.
Sin embargo Krishnan admite que no todas las disciplinas satisfacen las seis
características mencionadas (p. 9-10).
En la Ciudad de Córdoba existen dos carreras que incluyen alguna formación
específica en conservación: la carrera de Archivología (con los títulos de Técnico
Profesional Archivero y Licenciado en Archivología) de la Universidad Nacional de
Córdoba y la Tecnicatura Universitaria en Encuadernación y Conservación de Libros
que se imparte en la Universidad Provincial de Córdoba. A estas dos carreras se le
debe sumar los egresados del Taller Escuela Municipal de Restauración “Domingo
Biffarella” que funcionó durante algunos años en instalaciones del Museo Genaro
Pérez de la Municipalidad de Córdoba y que era gestionado por la Asociación de
Amigos del Museo Genaro Pérez. No existen carreras específicas de museología o
de conservación en la Provincia de Córdoba y la formación de los bibliotecarios se
reduce a contenidos impartidos en una materia de primer año de la carrera según el
criterio del docente, ya que la conservación no integra los contenidos básicos de la
carrera. En cuanto a formación complementaria, se puede mencionar cursos de
capacitación, sobre todo aquellos del Centro Regional de Conservación y
Preservación del Patrimonio Cultural en Obras sobre Papel.
Una formación a nivel de posgrado se implementó a través de las “Maestría en
Conservación y Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico” de 1997 y la “Maestría
en Patrimonio Cultural Material. Administración y Legislación” que se cursó como
carrera a término de 2001 a 2008 en la Universidad Nacional de Córdoba y que en
2005 cambió el título que otorga a “Maestría en Patrimonio Cultural Material.
Administración, Conservación y Legislación”. En 2018 se aprobó la “Maestría en
Conservación de Bienes Culturales” en la Universidad Nacional de Córdoba, carrera
co-gestiona entre las Facultades de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Artes,
Ciencias Químicas y Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de
Córdoba, con sede administrativa en la Facultad de Artes pero que aún no ha
iniciado el cursado.
En cuanto al campo laboral en conservación, según Paulina Alonso (2017) existen
tres ámbitos laborales frecuentes en la Argentina en los que se desenvuelven los
conservadores y restauradores: instituciones tales como los museos, las
fundaciones, los archivos, las bibliotecas o las áreas de patrimonio, talleres
particulares y la obra edilicia. En la Provincia de Córdoba, con la excepción de
algunas pocas instituciones, no existen perfiles laborales exclusivos de conservación
sino que las actividades de conservación son parte de perfiles laborales más amplios
de archiveros, bibliotecarios, encuadernadores, trabajadores en museos1 y
arquitectos con responsabilidad en conservación. Como consecuencia si bien
algunos archiveros, encuadernadores y conservadores de obras artísticas tienen
talleres de conservación propios y realizan trabajos por encargo, estas actividades
no permiten generar un sustento profesional y se realizan como actividad adicional a
un cargo rentado en alguna institución. En cuanto al ámbito laboral en obra edilicia
en Córdoba, no se ha considerado en el marco de esta investigación. 
En cuanto a investigación y comunicación en conservación, se realizaron búsquedas
en la base de datos “Abstracts of International Conservation Literature” (AATA), se
identificaron revistas de conservación en idioma castellano y se analizaron los
aportes específicos en el repositorio E-LIS de uso recurrente por parte de la
comunidad bibliotecaria. Los resultados de esta parte de la investigación aún no se
han terminado de evaluar por lo que sólo se ofrecerá un avance inicial. En cuanto a
E-LIS, el sistema permite recuperar aportes por países. En cuanto a la Argentina, en
abril 2019 se habían aportado un total de 1306 trabajos. Entre los títulos de estos
trabajos los términos “Conservación” y “Preservación” aparece en sólo 15 casos, lo
que representa apenas el 1,15 % del total, con lo que podemos realizar una
1En la Provincia de Córdoba no existe la posibilidad de estudiar museología. Si bien existen museólogos
profesionales, los perfiles laborales por lo general no exigen titulación específica.
conclusión preliminar de que la conservación y preservación cumplen un rol marginal
en la bibliotecología argentina. En cuanto al análisis de los artículos recuperados a
través de AATA, si bien no se ha concluido su análisis, un primer acercamiento
revela dos hechos interesantes: 1) las disciplinas a las que pertenecen los autores
son sumamente variadas: AATA incluye trabajos no solamente de conservadores,
sino también de arquitectos, arqueólogos, ingenieros y otros profesionales; 2) de
Córdoba se han identificado hasta ahora sólo aportes provenientes de la
arqueología.
El análisis de los resultados preliminares permite definir un “campo de la
conservación” en Córdoba principalmente a partir de la formación profesional y las
responsabilidades laborales, sin embargo este campo presenta tres características
que lo definen:
● Es un campo en formación cuyo origen se ha fechado por el momento en la
década del 90,
● Es un campo fragmentado y definido por la formación profesional de sus
agentes. Se observan “islas” vinculadas a la conservación del papel, del
patrimonio arquitectónico, obras de arte (pinturas), y patrimonio arqueológico.
Existen escasos ámbitos de interacción entre los profesionales vinculados a la
conservación2, con comunicaciones predominantemente dentro de las
disciplinas.
● La producción de visibilidad internacional se limita a los aportes de
arqueólogos con escasa o nula participación de archiveros, bibliotecarios,
museólogos y conservadores.
Un aporte a la construcción del campo de la conservación a partir del Archivo
de Placas
A partir del trabajo hacia el interior del equipo de investigación y bajo la necesidad de
reflexionar sobre las prácticas documentales de bibliotecarios y archiveros
principalmente, se iniciaron los intentos de problematizar las dos posiciones y la
división del equipo de trabajo. Comenzamos a observar estas dos posiciones en
muchos lugares, principalmente en jornadas y encuentros y en los diferentes cursos
y talleres de capacitación en los que participó el equipo. Comenzamos a denominar
2Estos ámbitos de interacción pueden identificarse en la formación de posgrado en la que convergen
diferentes campos profesionales y en algunos encuentros tales como las “Jornadas de Bibliotecas,
Archivos y Museos” (JOBAM) que nacieron en Córdoba bajo la denominación de “Jornadas de
Bibliotecas y Archivos en Museos” que se han constituido como un espacio recurrente de intercambio
entre bibliotecarios, archiveros, museólogos y conservadores y que merecen un análisis propio.
a estas dos formas de trabajo como el enfoque “artesanal”, teniendo en cuenta que
apunta claramente hacia la actividad manual, sobre el documento individual y cuya
formación se realizade manera cuasi individualizada o en grupos pequeños; y un
enfoque que denominamos “científico” que busca apropiarse de manera sistemática
del conocimiento existente para construir sobre él las experiencias concretas y que
aplica técnicas complejas que en muchos casos requieren equipamiento y
profesionales especializados para el diagnóstico, la intervención y la evaluación de
resultados. En una instancia posterior comprendimos que estábamos construyendo
“tipos ideales” (Sànchez de Puerta Trujillo, 2006). Cabe destacar que estos enfoques
son complementarios y no aparecen de manera excluyente. Los bibliotecarios que
aplican un estilo “artesanal” no necesariamente ignoran las bases físicas, químicas y
biológicas de sus acciones; aquellos que se definen del lado del enfoque “científico”
igual necesitan habilidad manual para realizar las intervenciones, más allá de la
bibliografía y la aparatología. 
En la clasificación de diferentes experiencias y aportes bibliográficas en los dos
enfoques propuestos, aparecieron casos que no podían clasificarse ni como
artesanales ni como científicos. Su característica era una propuesta de solución
industrial a los problemas de conservación y una despersonalización de la
intervención. Denominamos “enfoque ingenieril” o “enfoque industrial” a esa posición
que tiene como característica principal metodologías de procesamiento en gran
volumen y con maquinaria que permite realizar procesos automatizados y con gran
eficiencia. Ejemplos de este enfoque “industrial” son los equipos de desacidificación
masiva, la realización de tratamientos de anoxia en gran volumen y la radiación
gamma para eliminar la actividad biológica en documentos. 
Enfoque artesanal Enfoque científico Enfoque ingenieril
(industrial)
Agente (Actor) Conservador Científico Ingeniero / Máquina
Volumen 
documental
Obra individual Pieza individual Colecciones
Disciplinas 
predominantes
Archivología, 
Conservación, 
Bibliotecología
Arqueología, 
Conservación
Ingeniería
Formación Cursos, talleres, 
tecnicaturas, 
carreras de grado, 
Posgrado Construcción, 
montaje [máquina]
Comunicación Jornadas, 
encuentros
Revistas científicas Venta de servicios
Aplicación 
efectiva
Intervención 
(estabilización, 
limpieza, 
restauración, etc.)
Diagnóstico, 
identificación
Tratamiento en 
masa
Espacio físico Taller Laboratorio Empresa, 
institución
Instrumentos Manuales (pincél, 
lupa, etc.)
Científicos 
(microscopios, 
espectrógrafos, 
etc.)
Máquinaria
Inversión 
económica
Mínima, de bajo 
costo
Mediana a alta Alta
Si bien en este aporte se han propuesto tres enfoques básicos, es posible pensar
que los enfoques científicos e ingenieril o industrial representan un solo enfoque
tecno-científico y su diferenciación se realiza en base a los momentos de aplicación:
el enfoque científico en el momento del diagnóstico y evaluación de la intervención, y
el enfoque ingenieril o industrial en la intervención misma. 
Conclusiones
Pensar el campo de la conservación con un enfoque bourdiano nos permite mapear
a estos tipos ideales o enfoques con posiciones en un campo y nos facilita analizar
que el origen de esta división se encuentra en la formación profesional vinculada a
las disciplinas académicas y la construcción de un “hábitus”, concepto vinculado de
Pierre Bourdieu (Gutierrez, 2005). Proponemos a manera de hipótesis que son estas
diferentes posiciones que mantienen el campo fragmentado y limitan el avance y la
conformación de un campo más fuerte y consolidado. Al respecto convendría revisar
la posibilidad de ampliar los espacios de comunicación entre las diferentes
comunidades al interior del campo y la construcción de una infraestructura científica
y profesional compartida que permita realizar un salto cualitativo en la protección
integral de patrimonio cultural. Finalmente la aplicación de la teoría bourdiana nos
permite vincular la problemática del campo de la conservación con una reflexión
epistemológica que identifica diferentes “locus” (lugares) en los que se construye y
conserva el conocimiento en conservación: el cuerpo del conservador (enfoque
artesanal), cerebros y bibliografía (enfoque científico) y máquinas (enfoque
ingenieril). Un avance en el campo sólo es posible mediante la vinculación de estas
posiciones, reconociendo y valorando los aportes de cada uno.
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