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Microbiologia Medica (353)

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CAPÍTULO 27 Clamidias 355
Epidemiología y control
Se cree que más de 400 millones de personas en el mundo 
padecen de tracoma y 20 millones son ciegos a causa de esta 
enfermedad, la cual es más prevalente en el África subsaha-
riana, Asia y la cuenca del Mediterráneo, donde la higiene es 
defi ciente y el agua escasa. En estas regiones hiperendémicas, la 
infección infantil es quizá universal y es frecuente la enferme-
dad grave que causa ceguera (como resultado de la superinfec-
ción bacteriana). En Estados Unidos, el tracoma es esporádico 
en algunas regiones y existen algunos focos endémicos.
La OMS ha iniciado el programa S-A-F-E para eliminar el 
tracoma que causa ceguera y reducir de manera considerable 
la enfermedad activa desde el punto de vista clínico. El pro-
grama S-A-F-E (por sus siglas en inglés) es como sigue: cirugía 
(Surgery) para los párpados deformados; tratamiento periódico 
con Azitromicina; lavado e higiene de la cara (Face); y mejora-
mientos ambientales (Environmental), como construcción de 
letrinas y reducción del número de moscas que se alimentan 
de exudados conjuntivales. Es claro que al mejorar el contexto 
socioeconómico, el tracoma endémico irá desapareciendo.
INFECCIONES GENITALES POR 
CHLAMYDIA TRACHOMATIS Y 
CONJUNTIVITIS DE INCLUSIÓN
Las serovariedades D-K de C. trachomatis causan enfermeda-
des de transmisión sexual, en especial en los países desarrolla-
dos, y en ocasiones también infecciones oculares (conjuntivitis 
de inclusión). En los varones con vida sexual activa, C. tracho-
matis causa uretritis no gonocócica y, en ocasiones, epididi-
mitis. En la mujer, C. trachomatis causa uretritis, cervicitis y 
enfermedad infl amatoria pélvica, que provoca esterilidad 
y predispone al embarazo ectópico. Los varones y mujeres 
pueden presentar proctitis y proctocolitis, si bien esas infec-
ciones son más frecuentes en varones que tienen relaciones 
sexuales con otros varones. La infección en cualquiera de estos 
sitios anatómicos origina signos y síntomas o puede ser asinto-
mática, pero contagiosa para las parejas sexuales. Hasta 50% de 
las uretritis no gonocócicas (varones) y de los síndromes ure-
trales (mujeres) se atribuye a clamidia y se acompaña de disu-
ria, secreción no purulenta y frecuencia urinaria. En ocasiones 
las secreciones genitales de los adultos infectados son inocu-
ladas por la misma persona en la conjuntiva, provocando con-
juntivitis de inclusión, que es una infección ocular muy similar 
al tracoma agudo.
El recién nacido adquiere la infección al atravesar el canal 
del parto infectado. Quizá entre 30 y 50% de los hijos de muje-
res infectadas adquieren la infección; entre 15 y 20% de los 
lactantes infectados manifi estan síntomas oculares y entre 10 
y 40% manifi esta síntomas respiratorios. La conjuntivitis de 
inclusión del recién nacido empieza como conjuntivitis muco-
purulenta cinco a 12 días después del parto; tiende a disminuir 
con eritromicina o tetraciclinas o bien de manera espontánea 
después de varias semanas o meses. En ocasiones persiste como 
clamidiosis crónica con manifestaciones clínicas idénticas al 
de un tracoma infantil subagudo o crónico en una región no 
endémica y sin conjuntivitis bacteriana.
Diagnóstico de laboratorio
A. Recolección de muestras
El factor más importante para establecer el diagnóstico de 
laboratorio de una clamidiosis es la recolección adecuada de la 
muestra. Las clamidias son bacterias intracelulares estrictas, 
por lo que es importante que las muestras contengan células 
humanas infectadas y el material extracelular que también 
pudiera contener la bacteria. Es necesario reunir las muestras 
endocervicales y eliminar las secreciones y otros materiales del 
cuello uterino. Para raspar las células epiteliales a 1 o 2 cm de 
profundidad del endocérvix se utiliza un hisopo o un cepillo 
para citología. Es necesario usar material de dacrón, algodón 
o rayón sobre un mango de plástico para reunir la muestra, 
pues son tóxicos para las clamidias otros materiales del apli-
cador (alginato de calcio) y los mangos de madera. Se utiliza 
un método similar para reunir muestras de vagina, uretra y 
conjuntiva. Las marcas comerciales para el diagnóstico de cla-
midias sin cultivo no necesitan microorganismos viables. En 
términos generales, tales métodos comerciales incluyen los 
aplicadores para reunir muestras y tubos de transporte, que 
son idóneos para las pruebas específi cas, según se ha demos-
trado. En el caso del cultivo habrá que colocar las muestras 
obtenidas con aplicador en un medio para transporte de cla-
midias como fosfato 2-sacarosa complementado con suero 
bovino y antibióticos que inhiban la microbiota normal, y se 
conservarán a temperatura de refrigeración antes de transpor-
tarlas al laboratorio.
En la orina cabe buscar la presencia de ácido nucleico de 
clamidias. Se reunirán únicamente los primeros 20 ml de la 
micción, porque un volumen mayor de orina vesical diluiría 
la fracción inicial que pasó por la uretra, situación que podría 
originar negatividad de la prueba, a causa de la dilución.
B. Detección de ácido nucleico
Técnicas de sondas sin amplifi cación. En un método 
de hibridación de ácido nucleico, una sonda de DNA hibri-
diza una secuencia específi ca del rRNA 16S de C. trachoma-
tis; las clamidias tienen incluso 104 copias del rRNA 16S y una 
vez que se forman los híbridos son absorbidos en cuentas y se 
cuantifi ca por quimioluminiscencia la cantidad del híbrido. 
En Estados Unidos ya no se dispone en el comercio de tal téc-
nica. Otra técnica de hibridación ha utilizado sondas de RNA 
para detectar secuencias de DNA de clamidias. La sensibilidad 
y especifi cidad generales de estos métodos son satisfactorias, 
pero no tienen la misma calidad que la amplifi cación con ácido 
nucleico (NAAT; nucleic acid amplifi cation tests). Sin embargo, 
las técnicas de cuantifi cación de hibridación son menos caras 
que NAAT.
Pruebas de amplifi cación de ácido nucleico. NAAT 
son los métodos más indicados para el diagnóstico de infeccio-
nes genitales por C. trachomatis. En Estados Unidos, la Admi-
nistración de Alimentos y Fármacos (FDA) ha aprobado, como 
mínimo, cinco técnicas. Utiliza diversos métodos moleculares 
orientados al plásmido críptico de C. trachomatis o 23SrRNA 
que incluyen PCR, desplazamiento de la cadena, y amplifi ca-
ción mediada por transcripción. Las técnicas mencionadas se 
han utilizado ampliamente y han sustituido a muchos de los 
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	MICROBIOLOGÍA MÉDICA
	SECCIÓN III BACTERIOLOGÍA
	CAPÍTULO 27. CLAMIDIAS
	INFECCIONES GENITALES POR CHLAMYDIA (...)

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