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caPíTulo 36 | Tratamiento nutricional médico en las enfermedades renales 823 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. El contenido en potasio de los alimentos está recogido en el cuadro 7-1 del capítulo 7 y en los apéndices 36 y 56. Al asesorar a pacientes en HD sobre las dietas pobres en potasio, hay que señalar que algunos alimentos bajos en sodio contienen cloruro potásico como sustituto de la sal, en vez de cloruro sódico. Hay que comprobar cuidadosamente las etiquetas nutricionales de productos tales como sustitutos de la sal, Lite-Salt y mezclas de hierbas bajas en sodio para asegurarse de que no contienen cantidades peligrosas de potasio. En concreto, quizás sea ne- cesario que un profesional con experiencia revise las salsas de soja bajas en sodio, las sopas bajas en sodio y otros productos dietéticos especiales. Se recomienda revisar estas cuestiones no solo con el paciente, sino también con otras personas que cocinen para él, como grupos de parroquias o vecinos, que podrían estar utilizando sustitutos de la sal. Cuando una historia dietética exhaustiva no revele la causa de la hiperpotasemia, hay que investigar otras fuentes extradietéticas de potasio. Ejemplos son diálisis escasamente adecuada o ina- sistencia a sesiones de diálisis, concentración demasiado alta de potasio en el líquido del dializado, glucosa sanguínea muy elevada en pacientes con diabetes, acidosis, estreñimiento, hemorragia GI importante, algunos medicamentos, transfusiones de sangre, traumatismos importantes, quimioterapia o radioterapia. En ocasiones, las muestras de sangre se manipulan incorrectamente, provocando hemólisis y concentraciones de potasio falsamente elevadas. Fósforo Más del 99% del fosfato en exceso se excreta por la orina. Sin embargo, a medida que disminuye la TFG, el fósforo queda retenido en el plasma. Como la molécula de fosfato tiene un gran peso molecular, no se elimina fácilmente en la diálisis y los pacientes consiguen una «ganancia» neta cercana a la mitad del fosfato consumido al día. La ingesta de fosfato se reduce restringiendo las fuentes dietéticas hasta 1.200 mg/día como máximo. La dificultad a la hora de aplicar la restricción de fósforo proviene de la necesidad de una dieta rica en proteínas. Alimentos ricos en proteínas, como la carne, contienen mucho fósforo en forma de ATP. Además, otras fuentes de proteínas (productos lácteos, frutos secos y legumbres) también contienen mucho fósforo. Por este motivo no se pueden eliminar los alimentos ricos en fósforo sin restringir las proteínas, convir- tiendo en un reto el equilibrio entre la ingesta y la intervención dietética. La dieta estadounidense, que contiene alimentos muy procesados, ha aumentado el tipo y la cantidad del fósforo disponible para ser absorbido, dificultando aún más el cum- plimiento de la restricción de fósforo. El fosfato presente de forma natural en los alimentos solo se absorbe en un 60%. Aditivos de fosfato habitualmente usados, como el fosfato trisódico, fosfato disódico y fosfato dicálcico se absorben casi al 100%, convirtiendo a la dieta con alimentos procesados en un contribuyente probable al aumento de las concentraciones de fósforo. La intervención dietética debería centrarse en un equilibrio entre limitar productos lácteos, frutos secos, legum- bres y alimentos procesados, y a la vez recomendar encare- cidamente la ingesta de proteínas de AVB para alcanzar las necesidades dietéticas. Como las restricciones dietéticas no son suficientes por sí mismas para controlar el fósforo sérico, casi todos los pacientes en diálisis necesitan fármacos quelantes de fosfato, como carbo- nato cálcico, acetato cálcico, carbonato de sevelamer y carbonato de lantano, que se usan de rutina en cada comida o tentempié para fijar el fosfato en el intestino. Estos medicamentos fijan el fosfato dietético en exceso y lo transportan por el tubo GI para ser eliminado, impidiendo así su absorción a la sangre. Los efectos secundarios del uso crónico de estos medicamentos son frecuentes. Algunos causan molestias GI, diarrea o gas. El estreñimiento grave, que produce impactaciones intestinales, es un riesgo potencial del uso excesivo de algunos tipos de quelantes de fosfato; en ocasiones esto puede causar perforación intestinal y peritonitis o fallecimiento del paciente. La tabla 36-10 recoge los medicamentos más usados. calcio y hormona paratiroidea En la ERT, la capacidad del organismo de mantener el equili- brio entre fósforo y calcio se ve complicada por los controles de calcio y PTH. A medida que disminuye la TFG, el calcio sérico desciende por varios motivos. En primer lugar, la menor capacidad renal de convertir la vitamina D inactiva en su forma activa, el 1,25-(OH)2D3, provoca que la absorción GI de calcio sea escasa. En segundo término, la necesidad de calcio sérico aumenta de forma paralela al ascenso del fosfato sérico. Ambas causas conducen a la hipertrofia de la glándula paratiroidea, responsable de la homeostasis del calcio. La hipersecreción de PTH resultante aumenta la resorción ósea para proporcionar calcio. La enfermedad ósea metabólica resultante, la osteodistro- fia renal, pertenece básicamente a uno de estos cuatro tipos: 1) osteomalacia; 2) osteítis fibrosa quística; 3) calcificaciones metastásicas, o 4) enfermedad ósea adinámica. Con un déficit del calcio disponible proveniente de la absorción dietética, la baja concentración de calcio activa la liberación de PTH por parte de las glándulas paratiroideas. Esta actúa aumentando la liberación de calcio proveniente de los huesos al estimular la actividad osteoclástica. A su vez, este proceso puede producir osteomalacia o desmineralización ósea, como resultado de la ausencia de estimulación a los osteoblastos para restablecer el calcio óseo perdido. La hipocalcemia continuada provoca que las glándulas parati- roideas continúen produciendo PTH en un intento de aumentar las concentraciones séricas de calcio. Con el tiempo se produce un hiperparatiroidismo secundario, en el que incluso la pro- ducción basal de PTH por parte de esas glándulas aumentadas de tamaño es suficiente para producir desmineralización ósea grave (osteítis fibrosa quística), caracterizada por un dolor óseo sordo. Aunque el calcio sérico aumente en respuesta a la PTH, la concentración sérica de fosfato sigue alta, porque la TFG es cada vez menor. Si el producto del calcio sérico multiplicado por el fosfato sérico es superior a 70, las calcificaciones metastásicas son inminentes. Las calcificaciones metastásicas se producen cuando el fosfato cálcico procedente de los huesos se deposita en células no óseas. Estas calcificaciones extraesqueléticas pueden aparecer en articulaciones, tejidos blandos y vasos. La calcifilaxia se produce cuando se deposita fosfato cálcico en tejidos lesionados, con el resultado de calcificaciones vascu- lares, trombosis, heridas que no cicatrizan y gangrena. Suele ser mortal. El tratamiento clínico está dirigido a mantener el producto calcio × fósforo inferior a 55, previniendo elevaciones transitorias del fósforo sérico (National Kidney Foundation., 2003National Kidney Foundation, 2003). La ingesta de fósforo debe controlarse al máximo posible para evitar agravamientos de la delicada situación creada por el hiperparatiroidismo, la Parte 5 - Tratamiento nutricional médico Capítulo 36 - Tratamiento nutricional médico en las enfermedades renales Enfermedad renal terminal Tratamiento nutricional médico Fósforo Calcio y hormona paratiroidea
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