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_Anatomia con Orientacion Clinica (634)

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Con la ayuda de un endoscopio (mediastinoscopio), los cirujanos pueden observar
gran parte del mediastino y realizar intervenciones quirúrgicas menores.
Para ello, introducen el endoscopio a través de una pequeña incisión en la
raíz del cuello, justo por encima del manubrio del esternón y cerca de la incisura
yugular, en el espacio potencial situado anterior a la tráquea. Durante la
mediastinoscopia, los cirujanos pueden observar los nódulos linfáticos
mediastínicos o realizar una biopsia para determinar, por ejemplo, si células
cancerosas procedentes de un carcinoma broncógeno los han metastatizado. El
mediastino también se puede explorar y biopsiar mediante una toracotomía
anterior (extirpando una porción de un cartílago costal; v. cuadro clínico
«Toracotomía, incisiones en el espacio intercostal y extirpación de una costilla»).
Ensanchamiento del mediastino
Los radiólogos y los médicos de urgencias observan en ocasiones un
ensanchamiento del mediastino al examinar radiografías de tórax. Cualquier
estructura del mediastino puede contribuir al ensanchamiento patológico. A
menudo se observa tras un traumatismo producido por un choque frontal, por
ejemplo, que produce una hemorragia en el mediastino procedente de desgarros
en los grandes vasos como la aorta o la VCS. Con frecuencia, un linfoma maligno
(cáncer del tejido linfático) produce un agrandamiento masivo de los nódulos
linfáticos mediastínicos y un ensanchamiento del mediastino. La hipertrofia
(agrandamiento) del corazón (a menudo debida a una insuficiencia cardíaca
congestiva, en la cual la sangre vuelve al corazón a un ritmo más rápido del que
se expulsa) es una causa frecuente de ensanchamiento del mediastino inferior.
Significación quirúrgica del seno transverso del pericardio
El seno transverso del pericardio es especialmente importante para los
cirujanos cardíacos. Después de que el pericardio haya sido abierto
anteriormente, puede introducirse un dedo a través del seno transverso del
pericardio, posterior a la aorta ascendente y al tronco pulmonar (fig. C4-20). Tras
la colocación de una pinza arterial o de una ligadura alrededor de estos vasos,
mediante la inserción de los tubos de una máquina de circulación extracorpórea,
se aprieta la ligadura y, así, los cirujanos pueden parar o desviar la circulación
sanguínea en estas grandes arterias mientras realizan intervenciones cardíacas,
como una derivación aortocoronaria.
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