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El pericardio fibroso es un saco cerrado, duro e inelástico, que contiene el corazón, normalmente su único ocupante aparte de una fina película lubricante de líquido pericárdico. Cuando se produce un gran derrame pericárdico, la disminución de volumen del saco pericárdico limita la cantidad de sangre que puede recibir el corazón, lo que a su vez disminuye el gasto cardíaco. El taponamiento cardíaco (compresión del corazón) es una situación potencialmente letal, ya que el volumen cardíaco se ve comprometido de forma progresiva por el líquido acumulado fuera del corazón, pero dentro de la cavidad pericárdica. De forma parecida, la acumulación de sangre en la cavidad pericárdica, hemopericardio, también produce taponamiento cardíaco. El hemopericardio puede deberse a la perforación de un área debilitada del músculo cardíaco después de un infarto de miocardio o ataque al corazón, al sangrado dentro de la cavidad pericárdica en intervenciones de corazón, o a heridas de arma blanca. Esta situación es especialmente mortal debido a la elevada presión que implica y a la rapidez con que se acumula el líquido. El corazón se comprime y falla la circulación. Las venas de la cara y el cuello se ingurgitan debido al reflujo de sangre, que empieza donde la VCS entra en el pericardio. En los pacientes con neumotórax —aire o gas en la cavidad pleural— el aire puede difundir por los planos de tejido conectivo y entrar en el saco pericárdico, produciendo un neumopericardio. Pericardiocentesis Para evitar el taponamiento cardíaco, normalmente es necesaria una pericardiocentesis, el drenaje de líquido de la cavidad pericárdica. Para extraer el exceso de líquido, puede insertarse una aguja de gran calibre a través del 5.º o 6.º espacio intercostal izquierdo cerca del esternón. Este abordaje del saco pericárdico es posible debido a que la incisura cardíaca del pulmón izquierdo y la incisura menos profunda del saco pleural izquierdo exponen parte del saco pericárdico, el área desnuda del pericardio (v. figs. 4-31 A y 4-32). El saco pericárdico también puede alcanzarse a través del ángulo infraesternal, pasando la aguja superoposteriormente (fig. C4-21). En este lugar, la aguja evita el pulmón y la pleura, y entra en la cavidad pericárdica; sin embargo, hay que ir con cuidado para no puncionar la arteria torácica interna o sus ramas terminales. En el taponamiento cardíaco agudo por hemopericardio, hay que realizar una toracotomía de urgencia (se abre rápidamente el tórax) para seccionar el saco pericárdico y aliviar de inmediato el taponamiento, y lograr la estasis de la hemorragia (detener el escape de sangre) del corazón (v. cuadro clínico «Toracotomía, incisiones en el espacio intercostal y extirpación de una costilla»). Anomalías posicionales del corazón El plegamiento anormal del corazón embrionario puede hacer que la posición del corazón se invierta completamente, de forma que su vértice se sitúe a la derecha en lugar de hacia la izquierda (dextrocardia; fig. C4-22). Esta 679 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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