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movimiento expulsa inicialmente la sangre de los ventrículos a medida que se contrae la espiral más externa (basales), primero estrechando y después acortando el corazón, con lo que se reduce el volumen de las cavidades ventriculares. La contracción secuencial continuada de la espiral más interna (apical) alarga el corazón, que luego se ensancha cuando el miocardio se relaja brevemente, con lo que aumenta el volumen de las cavidades para extraer la sangre de los atrios. Las fibras musculares se fijan en el esqueleto fibroso del corazón (fig. 4-52). Este complejo armazón fibroso de colágeno denso constituye cuatro anillos fibrosos que rodean los orificios de las valvas, los trígonos fibrosos derecho e izquierdo (formados por conexiones entre los anillos) y las porciones membranosas de los tabiques interatrial e interventricular. El esqueleto fibroso del corazón: Mantiene permeables los orificios de las valvas atrioventriculares y semilunares e impide su distensión excesiva por el volumen de sangre que se bombea a través de ellos. Proporciona la inserción para las válvulas y cúspides de las valvas. Proporciona inserción para el miocardio, que cuando se desenrolla forma una banda continua de miocardio ventricular, la cual se origina sobre todo en el anillo fibroso de la valva pulmonar y se inserta fundamentalmente en el anillo fibroso de la valva aórtica (fig. 4-51). Forma un «aislante» eléctrico al separar los impulsos desde los atrios y los ventrículos conducidos mientéricamente, para que puedan contraerse de forma independiente, rodeándolos y proporcionando un paso para la porción inicial del fascículo atrioventricular, parte del sistema de conducción del corazón (tratado más adelante en este capítulo). Externamente, los atrios están separados de los ventrículos por el surco coronario (surco atrioventricular), y los ventrículos derecho e izquierdo se separan uno de otro por los surcos interventriculares (IV), anterior y posterior (fig. 4-53 B y D). En una cara anterior o posterior, el corazón tiene un aspecto trapezoidal (fig. 4- 53 A), pero en tres dimensiones tiene una forma similar a una pirámide invertida con un vértice (orientado anteriormente y hacia la izquierda), una base (opuesta al vértice, dirigida sobre todo posteriormente) y cuatro caras. El vértice del corazón (fig. 4-53 B): Está formado por la porción inferolateral del ventrículo izquierdo. Se sitúa posterior al 5.º espacio intercostal izquierdo en los adultos, generalmente a 9 cm del plano medio (la anchura de una mano). Suele permanecer inmóvil a lo largo de todo el ciclo cardíaco. Es el punto donde los ruidos del cierre de la valva atrioventricular izquierda (mitral) son máximos (choque de la punta); el vértice está debajo del lugar donde el latido puede auscultarse en la pared torácica. La base del corazón (fig. 4-53 C y D): Constituye la cara posterior del corazón (opuesta al vértice). 687 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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