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1 TOFFLER: “EL CAMBIO DEL PODER”. El poder en sí no es bueno ni malo. Somos productos del poder, en una medida mucho mayor de lo que nadie se imagina. Las viejas formas de poder se están desgarrando a lo largo de extrañas y nuevas líneas. El personal ya no admite sus órdenes a ciegas, como muchos hacían tiempo atrás. Los trabajadores formulan preguntas y exigen respuestas. Este derrumbamiento de la autoridad y el poder a la vieja usanza, tanto en el mundo laboral como en la vida cotidiana, se está acelerando precisamente en los momentos en que las estructuras del poder a nivel mundial se desintegran también. El poder está cambiando a una velocidad tan asombrosa que los dirigentes mundiales se ven barridos por los acontecimientos, en ve de imponer orden sobre ellos. Hay poderosas razones para creer que las fuerzas que agitan ahora el poder a todos los niveles del sistema humano se harán más intensas y penetrantes en los años de inmediatamente venideros. Un “cambio de poder” no es una mera trasferencia del mismo, sino una transformación. El final del imperio. Podríamos decir que, algunas de las instituciones y de las profesiones más poderosas dentro de la más poderosa de las naciones vieron declinar su dominio en el mismo período de veinte años que presenció el hundimiento del poder exterior de Estados Unidos, con relación a otras naciones. A fin de que estas enormes convulsiones en la distribución del poder no parezca una enfermedad de las superpotencias envejecidas, echemos un vistazo en otra dirección que nos demuestra lo contrario. Mientras que el poder económico de Estados Unidos se desvanecía, el de Japón se disparaba como cohete. Pero también el éxito puede desencadenar significativos cambios de poder. Sin embargo, incluso a medida que la influencia económica de Japón aumentaba, las dos instituciones acaso más responsables de esa influencia vieron que su poder se desplomaba. Japón, al igual que aquellas naciones que cuentan con alta tecnología, se va convirtiendo en una sociedad desmasificada, a cuya escena política están acudiendo mucho más actores. La lista de tales cambios de poder, mundiales e interiores, sería interminable. Representan una serie de cambios extraordinaria para un período de paz tan breve. Por supuesto, algún cambio de poder es normal en cualquier época. A pesar de todo, resulta raro que todo un sistema de poder de cobertura mundial se desintegre de esta forma. Y aún más raros los momentos de la Historia en que todas las reglas del juego del poder cambien de una vez y la misma naturaleza del poder se revolucione. Empero, eso es exactamente lo que sucede hoy en día. El poder, que en gran medida nos defina como individuos y como naciones, está pasando por un proceso de redefinición. 2 Dios en bata blanca. El monopolio de los conocimientos médicos que los profesionales habían ejercido hasta ahora ha quedado destrozado. Y un doctor ya no es un dios. Sin embargo, este cado del médico destronado no pasa de ser una pequeña muestra de un proceso más general que está cambiando toda la relación de conocimiento a poder en las naciones que cuentan con altas tecnologías. De igual modo, y en muchos otros campos, los conocimientos guardados con tanto celo por los especialistas se les están escapando de las manos y llegando a las del gran público. En la misma línea se encuentran los grandes grupos de empresarios, cuyos empleados están accediendo a conocimientos monopolizados en tiempos por la dirección. Y en medida que el conocimiento es redistribuido, también lo es el poder basado en él. Bombardeado por el futuro. El acontecimiento económico más importante ha sido el nacimiento de un nuevo sistema para crear riqueza que no se basa ya en la fuerza sino en la mente. El conocimiento sería la clave del crecimiento económico en el siglo XXI. Por lo tanto, no tiene nada de sorprendente el hacho de que aun cuando Estados Unidos empezara a informatizarse antes, Japón llevase a cabo un avance más rápido para sustituir las tecnologías del trabajo físico por aquellas basadas en el conocimiento. Músculos, dinero y mente. El conocimiento, tal como Francis Bacon nos advertía, es poder; pero, para que el conocimiento triunfara de una película del Oeste, casi siempre tenía que aliarse con la fuerza o con el dinero. Como es natural, el dinero, la cultura y la violencia no representan, las únicas fuentes de poder en la vida cotidiana, y el poder no es ni bueno ni malo, sino sólo una dimensión más dentro de caso todas las relaciones humanas. De hacho, es el recíproco deseo y, dado que los deseos humanos tienen una infinita variedad, todo aquello que pueda satisfacer los deseos de cualquier otra persona es una potencial fuente de poder. Si un político desea votos, aquellos que pueden dárselos tienen poder. En su forma más descarnada, el poder entraña el uso de la violencia, la riqueza y el conocimiento (en el más amplio sentido) para conseguir que la gente actúe de una forma determinada. Poder de gran calidad. Los supuestos más convencionales respecto al poder, al menos en la cultura occidental, implican que el poder es cuestión de cantidad. Pero, desde el momento en que es evidente que algunos de nosotros tenemos menos podes que otros, este enfoque pasa por alto lo que ahora puede ser el factor más importante de todos: la calidad del poder. 3 Es indiscutible que hay diferentes clases de poder, y que algunas de ellas son, sin duda, de muy bajo octanaje. Aquellos que comprendan la importancia de la “calidad” tendrán una ventaja estratégica muy apreciable en las feroces luchas por el poder que pronto se van a desencadenar en escuelas, hospitales, empresas, sindicatos y gobiernos. La fuerza bruta o la violencia suponen un poder de mala calidad. La riqueza es una herramienta de poder mucho mejor, depara un poder de mediana calidad. La buena calidad implica mucho más. Implica usar el mínimo de recursos del poder para alcanza una meta. Se puede usar el conocimiento para hacer que la otra parte le guste nuestro programa de actuación. Incluso puede llegar a persuadir a la otra parte de que ella fue quien lo propuso. Es posible utilizarlo como castigo, recompensa, persuasión e, incluso, para trasformar, por ejemplo, en aliado al más acérrimo enemigo. Y lo mejor de todo es que, con los conocimientos adecuados, uno puedo sortear las situaciones peligrosas, para empezar, y, de ese modo, evitar el gasto de fuerzas o de riquezas. El conocimiento sirve también de multiplicador de la riqueza y de la fuerza. Puede utilizarse para aumentar las fuerzas o riquezas disponibles o, por otra parte, para reducir la cantidad necesaria para alcanzar una determinada finalidad. En cualquier caso, aumenta la eficiencia y permite que uno no gaste menos “fichas” de poder en cualquier enfrentamiento. Por supuesto, quienes disponen del máximo poder son aquellos que están en situación de utilizar estas tres herramientas en hábil conjunción entre sí, alternando la amenaza del castigo con la promesa de la recompensa y con la presunción y la inteligencia. Los “jugadores del poder” experimentados saben por intuición – o por la formación que la práctica da – cómo utilizar e interrelacionar sus recursos del poder. Un millón de deducciones. El conocimiento en sí mismo resulta ser no sólo la fuente del poder de más calidad, sino también el ingrediente más importante de la fuerza de riqueza. En otras palabras, el conocimiento ha pasado de ser un accesorio del poder y del dinero y del poder del músculo, a ser su propia esencia. De hecho, es el amplificador definitivo. Esta es la clave del cambio de poder que nos espera, y explica el porque la batalla por el control del conocimiento y de los medios de comunicación se está enardeciendo por todo el mundo. Hechos, mentiras y verdades. En general, datos tendrá el significadode “hechos” más o menos inconexos; nos información nos referimos a datos que hayan sido ordenados por categorías y planes de clasificación u otras pautas; y conocimiento significará información que ha sido depurada dándole forma de afirmaciones más generales. Sin embargo, con el fin de evitar una tediosa repetición, estos tres términos serán usados de forma alternativa en algunas ocasiones. El significado de conocimiento comprenderá información, datos, imágenes o imaginación, así como aptitudes, valores y otros productos 4 simbólicos de la sociedad, tanto sí son “ciertos”, como “aproximados” o, incluso, “falsos”. La diferencia democrática. Además de su gran flexibilidad, el conocimiento tiene otras características importantes que le hacen fundamentalmente diferente de fuentes menores de poder para el mundo del mañana. El conocimiento, al menos en principio, es infinitamente ampliable. El conocimiento es la más democrática fuente de poder. A pesar de la mala distribución de la riqueza en un mundo penosamente dividido entre ricos y pobre, resulta que, comparada con las otras dos fuentes de poder, la riqueza ha sido, y es, la menos mal distribuida. Sea cual fuere abismo que separa a los ricos de los pobres, una sima todavía mayor separa a los que tienen las armas de los que no las poseen, y a los ignorantes de los instruidos. Hoy en día, en las naciones ricas que tan de prisa están cambiando, y a pesar de las desigualdades de ingresos y riqueza, la futura lucha por el poder irá evolucionando cada vez más hacia una lucha sobre la distribución del conocimiento y el acceso a él. Esta es la razón de que, a menos que comprendamos cómo fluye el conocimiento y hacia quien lo hace, no podamos protegernos a nosotros mismos contra los abusos de poder ni crear esa sociedad, mejor y más democrática, que las tecnologías del mañana prometen. El control del conocimiento es el punto capital de la lucha mundial por el poder que se entablará en todas y cada una de las instituciones humanas.
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