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Enfermedades infecciosas

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Actual. Sida Infectol. || Fundación Huésped - Sociedad Argentina de Infectología || ISSN 2718-7845 77
Actual. Sida Infectol., Agosto-Noviembre 2023; 31 (112): 77-90; https://doi.org/10.52226/revista.v31i112.209
Inteligencia artificial en enfermedades 
infecciosas 
1 Terra Nova, Unidad de Innovación y Vinculación 
Tecnológica, Hospital Italiano de Buenos Aires, 
Argentina. 
2 INVERA, Asociación Civil, Argentina.
3 Servicio de Antimicrobianos, Administración Nacional 
de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos 
Malbrán”, Argentina.
4 Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos 
Aires, Argentina.
5 Instituto de Medicina Traslacional e Ingeniería 
Biomédica, CONICET - Hospital Italiano de Buenos Aires, 
Argentina.
Autor para correspondencia: Waldo Belloso. Terra Nova, 
Unidad de Innovación y Vinculación Tecnológica, Hospital 
Italiano de Buenos Aires, Argentina. INVERA, Asociación 
Civil, Argentina. waldo.belloso@hospitalitaliano.org.ar
 
Recibido: 15/6/23 Aceptado: 28/6/23
Los autores declaran que no recibieron financiamiento ni 
presentan conflictos de interés.
Estamos asistiendo a una verdadera revolución tecnológi-
ca en el campo de la salud. Los procesos basados en la 
aplicación de la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje 
automático (AA) están llegando progresivamente a todas 
las áreas disciplinares, y su aplicación en el campo de las 
enfermedades infecciosas es ya vertiginoso, acelerado por 
la pandemia de COVID-19.
Hoy disponemos de herramientas que no solamente pue-
den asistir o llevar adelante el proceso de toma de deci-
siones basadas en guías o algoritmos, sino que también 
pueden modificar su desempeño a partir de los procesos 
previamente realizados. 
Desde la optimización en la identificación de microorganis-
mos resistentes, la selección de candidatos a participar en 
ensayos clínicos, la búsqueda de nuevos agentes terapéu-
ticos antimicrobianos, el desarrollo de nuevas vacunas, la 
predicción de futuras epidemias y pandemias, y el segui-
miento clínico de pacientes con enfermedades infecciosas 
hasta la asignación de recursos en el curso de manejo de 
un brote son actividades que hoy ya pueden valerse de la 
inteligencia artificial para obtener un mejor resultado. 
El desarrollo de la IA tiene un potencial de aplicación expo-
nencial y sin dudas será uno de los determinantes principa-
les que moldearán la actividad médica del futuro cercano.
Sin embargo, la maduración de esta tecnología, necesaria 
para su inserción definitiva en las actividades cotidianas 
del cuidado de la salud, requiere la definición de paráme-
tros de referencia, sistemas de validación y lineamientos 
regulatorios que todavía no existen o son aún solo inci-
pientes.
Palabras clave: inteligencia artificial, enfermedades infec-
ciosas, aprendizaje automático, validación, sistema regu-
latorio.
RESUMEN
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Waldo H. Belloso1-2, Fernando Pasterán2-3, Valeria L. Burgos4-5, Sofía A. Díaz1-4, Vitas Ciabis1-4, Marcelo R. Risk1-4-5.
IA en enfermedades infecciosas 78
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Introducción
“El aspecto más triste de la vida actual es que la ciencia gana 
en conocimiento más rápidamente que lo que la sociedad 
gana en sabiduría”, Isaac Asimov.
En 1970, William B. Schwartz predijo que hacia el año 
2000 la computación tendría un rol completamente 
nuevo en la medicina, actuando como una poderosa 
extensión del intelecto del profesional, aumentando y 
en algunos casos reemplazando actividades cotidianas 
(1). Esta predicción se basaba en el reconocimiento 
creciente de sistemas de reglas utilizados para la toma 
de decisiones y en la posibilidad de reconocimiento de 
patrones que, comparados con perfiles previamente al-
macenados, permitieran una caracterización más rápida 
y eficiente de una situación médica particular. Sin em-
bargo, este destino se encontraba con dos dificultades 
principales, la disponibilidad limitada de memoria y velo-
cidad de las computadoras y su falta de “conocimiento” 
fisiopatológico (2). 
Estos escollos fueron progresivamente disipándose a 
partir de fines de los años 90 y principios del nuevo si-
glo, y hoy el poder computacional permite el almacena-
miento y codificación de datos provenientes de fuentes 
tan diversas como historias clínicas electrónicas, redes 
sociales, blogs, páginas web, imágenes, videos y biosen-
sores. En la actualidad, las redes neuronales permiten 
la identificación de relaciones entre datos no estructu-
rados, e incluso los nuevos chatbots procesan lenguaje 
natural para comprender preguntas y automatizar res-
puestas, simulando una conversación humana (3).
Esta revolución tecnológica alcanza a prácticamente to-
das las áreas disciplinares de las ciencias de la salud, y 
en el campo de las enfermedades infecciosas permite 
la optimización de procesos tan diversos como la vigi-
lancia y el análisis epidemiológicos, el manejo clínico 
de pacientes cursando patologías infecciosas y de las 
personas en riesgo de contagio, la identificación más 
precoz de microorganismos resistentes y la búsqueda 
de nuevos agentes terapéuticos y vacunas (4) .
Sin embargo, al igual que lo ocurrido con otros desarro-
llos innovadores, se dispone primero de la tecnología y 
sus productos derivados antes de que se definan sus es-
tándares de validación, se conozcan todas sus potencia-
lidades y sus riesgos, y se establezca su marco regula-
torio. La inteligencia artificial ha llegado para quedarse; 
ya permite mejorar nuestras capacidades asistenciales 
y de investigación, y su potencial es aún inimaginable. 
Tenemos todavía un largo camino por delante para la 
maduración, orientación e integración de esta tecnolo-
gía en nuestra práctica cotidiana.
Desarrollo
Aspectos generales de la inteligencia artificial 
y su aplicación en ciencias de la salud 
En los últimos años, las ciencias biomédicas se han 
visto beneficiadas por la disponibilidad y accesibilidad 
incrementadas a un gran flujo de datos digitales, gene-
rados por el extenso avance tecnológico. Esto ha posi-
bilitado la generación de conocimiento biológico a gran 
escala, fundamentalmente debido al continuo desarrollo 
y refinamiento de herramientas de análisis provenientes 
de la inteligencia artificial (IA) y la ciencia de datos. 
En su definición más básica, la IA es una rama de las 
ciencias de la computación que busca no solamente 
entender sino también construir entidades inteligentes 
(5). En base a esto, la IA estudia y desarrolla métodos 
enfocados en procesos de pensamiento y razonamien-
to (recreando las capacidades de la mente humana, tal 
como la toma de decisiones) además de racionalidad 
(comportamiento de acuerdo a un desempeño ideal).
La IA estudia y desarrolla algoritmos y técnicas que re-
crean las capacidades de la mente humana, tales como 
toma de decisiones a partir de información en forma de 
datos, aprendiendo de dichos procesos y aplicando lue-
go el aprendizaje sobre nuevos datos.
El aprendizaje automático o machine learning (ML) es 
una disciplina componente de la IA e incluye un conjunto 
de métodos que apuntan a que un algoritmo aprenda 
un modelo en base a un determinado número de datos, 
de tal modo que pueda identificar uno o más patrones 
contenidos en los mismos. Estos patrones se identifican 
mediante una serie sucesiva de pasos de avance y retro-
ceso en los que se evalúa el resultado del proceso, se 
identifican y corrigen errores y se vuelve a repetir hasta 
que el resultado no puede mejorarse más. Esta instan-
cia se identifica como el “entrenamiento” del modelo 
(6). Los patrones identificados (aprendidos) pueden ser 
usados para hacer estimaciones (predicciones) sobre 
datos nuevos, similares a los datos usados para armar 
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el modelo. Es decir, ML confiere a una computadora lacapacidad de adaptarse a nuevas circunstancias, detec-
tar y extrapolar patrones (5) (Figura 1).
En base a los datos y a los problemas que se intentan 
resolver, los algoritmos de ML se dividen principalmente 
en cuatro categorías: supervisado, no supervisado, se-
misupervisado y por refuerzo.
• Supervisado. En el conjunto de datos hay una clase 
o variable dependiente, la cual se utiliza como eti-
queta para entrenar los algoritmos. Luego viene una 
etapa de validación para calcular el desempeño del 
algoritmo. 
• No supervisado. Los algoritmos infieren patrones a 
partir de datos que no tienen etiquetas o variables 
dependientes, todos los datos son atributos. 
• Semisupervisado. Son algoritmos que combinan 
una primera etapa supervisada y luego otra etapa no 
supervisada. Es muy útil para un conjunto de datos 
donde la mayoría de las instancias no están etique-
tadas. 
• Refuerzo. Los algoritmos se nutren de datos prove-
nientes, por ejemplo, de un entorno y luego apren-
den monitoreando los resultados de interacciones. 
Se utilizan en aplicaciones de robótica, navegación 
de vehículos autónomos, entre otras.
La aplicación de IA y de ML han definido cambios signi-
ficativos en áreas tan diversas como planificación urba-
na y ciudades inteligentes, reconocimiento facial, edu-
cación y segmentación de clientes bancarios, solo por 
nombrar algunas (7-12).
En las disciplinas relacionadas con la salud, el desempe-
ño general y la posibilidad de adopción de métodos de 
IA en los últimos años se vieron favorecidos por factores 
tales como la digitalización de historias clínicas, la ano-
tación de datos a gran escala, la disponibilidad de datos 
en diversos formatos digitales, el refinamiento en los 
métodos de ML para analizar múltiples variables com-
plejas y su disponibilidad como código abierto, etc. Sin 
embargo, dado el continuo desarrollo de algoritmos de 
ML cada vez más eficientes y los múltiples modelos que 
consecuentemente pueden ser generados, la selección 
de los métodos que consigan un desempeño confiable 
representa un desafío en medicina. 
Los principios de los algoritmos de ML más comúnmen-
te utilizados en las ciencias de la salud son: 
• Agrupamiento o clustering. Comprende una gran 
variedad de métodos que tienen como objetivo des-
cubrir un número k de clusters o de grupos afines 
dentro de un conjunto de datos. La finalidad de esta 
técnica de ML no supervisado es agrupar objetos o 
instancias que estén lo más estrechamente relacio-
nados entre sí (es decir, una alta similitud intra-cla-
se) en comparación con los objetos de otros clus-
ters (baja similitud entre-clase). Para ello, existen 
varias métricas que definen el grado de similitud (o 
disimilitud) entre los objetos individuales.
K-medias es un método de partición de los datos don-
de cada k grupo está representado por el valor medio 
de las observaciones (centroide). Se inicia con un con-
junto inicial de centroides. En el primer paso, los datos 
son asignados al centroide más cercano considerando 
Figura 1. Modelo general del aprendizaje automático 
para la interpretación de conjuntos de datos en 
infectología
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de estructuras requiere un mayor flujo de datos, mayor 
tiempo de cómputo y un diseño avanzado en las cone-
xiones internodos a fin de conseguir un desempeño óp-
timo en la identificación de patrones. Las características 
mencionadas son la base de deep learning, una forma 
de ML que incluye diferentes modelos tal como la red 
neuronal convolucional, que es un tipo de RN de propa-
gación hacia adelante (feed-forward) donde la conecti-
vidad entre los nodos está basada en la topología de la 
corteza visual. 
IA en la identificación de microorganismos 
patógenos, el análisis de mecanismos de 
resistencia y del microbioma 
La lectura de la susceptibilidad de las bacterias a partir 
de discos de difusión es un proceso cuya calidad depen-
de del operador y, con el objeto de disminuir la probabi-
lidad de errores de interpretación, existe una incipiente 
pero significativa tendencia de utilizar algoritmos basa-
dos en IA para este y otros procedimientos de la micro-
biología de interpretación (13). El desarrollo de estos 
algoritmos es complejo y su eficacia predictiva está su-
jeta al mantenimiento de las condiciones de captura de 
datos del sistema, especialmente las condiciones con 
las que se analizan imágenes (14). Algunos de estos de-
sarrollos incluyen PhenoMatrix® para la identificación 
de Streptococcus y el sistema APAS Independence® 
para la identificación de muestras sin desarrollo de Sta-
phylococcus aureus meticilino-resistentes y de muestras 
generales de urocultivo (15-17). Aun más, dado que es-
tos tipos de dispositivos no siempre están al alcance 
de laboratorios con presupuestos limitados, un grupo de 
desarrolladores patrocinados por Médicos Sin Fronteras 
creó una aplicación móvil que emplea la cámara del te-
léfono y algoritmos de aprendizaje automático para de-
finir la susceptibilidad de bacterias de un modo preciso 
y escalable (18).
Por otro lado, existen ya en la actualidad distintas ba-
ses de datos que utilizan las herramientas de la IA para 
proporcionar modelos algorítmicos relacionados a las 
bases moleculares de la resistencia bacteriana. Una de 
ellas es la base CARD (Comprehensive Antibiotic Resis-
tance Database), desarrollada a partir de software de 
fuente abierta en los laboratorios de la Universidad Mc-
Master, en Canadá, la cual provee referencias de calidad 
curada tanto de secuencias como de polimorfismos de 
nucleótido único (SNP, por sus siglas en inglés) organi-
una medida de distancia o similaridad. El paso siguien-
te consiste en actualizar los centroides considerando el 
promedio de todos los datos asignados a cada cluster. 
El algoritmo repite ambos pasos hasta que se consigue 
la estabilización de los centroides (es decir, no se pro-
ducen más cambios en los clusters), alcanzando así un 
número definido de iteraciones (Figura 2).
• Redes neuronales. Inspirada en la topología de las 
conexiones neuronales del cerebro humano, una red 
neuronal artificial (RNA) consiste en una serie de ca-
pas de neuronas (nodos) interconectadas entre sí 
que funcionan como elementos de procesamiento. 
La arquitectura básica de una RNA incluye una capa 
de entrada, una o más capas ocultas y una capa de 
salida. El flujo de datos es inicialmente detectado 
por los nodos de la capa de entrada, luego el pro-
cesamiento continúa en las capas internas ocultas 
para finalmente expresar un resultado en la capa de 
salida (Figura 3). 
El modelado de sistemas biológicos complejos puede 
ser optimizado por una arquitectura de RNA de muchas 
capas a fin de obtener resultados significativos. El pro-
cesamiento e integración de la información en este tipo 
Figura 2. Clasificación de los datos a través de 
clustering o agrupamiento K-medias
Figura 3. Modelo de red neuronal
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zadas a través del sistema ARO (Antibiotic Resistance 
Ontology) y que pueden ser consultadas de manera li-
bre. Este tipo de bases permite la predicción del resisto-
ma bacteriano a partir de secuencias moleculares. 
El microbioma humano es considerado hoy como un 
determinante principal de la salud, la enfermedad y el 
crecimiento. Sin embargo, la diversidad y complejidad 
de sus componentes es tal que la transformación de 
datos en información científicamente válida y predicti-
va es un desafío mayor. Es este un contexto adecuado 
para la implementación de herramientas basadas en el 
aprendizaje profundo. Esto permitiría profundizar en el 
conocimiento de las múltiples interacciones (sinérgicas 
o disbióticas) entre microorganismos y huésped (19). 
IA en el análisis epidemiológico y la toma 
de decisiones en el manejoclínico de las 
infecciones
Las infecciones emergentes constituyen un desafío con-
tinuo a los sistemas de salud, y la aplicación de desarro-
llos basados en IA puede permitir la detección precoz de 
epidemias y pandemias y favorecer la rápida implemen-
tación de medidas de control que permitan mitigar sus 
impactos sanitarios y económicos (20).
La identificación temprana de pequeños brotes puede 
definir en distintas ocasiones el éxito de la prevención 
de epidemias o pandemias mediante la aplicación de 
estrategias de aislamiento, rastreo de contactos y cua-
rentenas. Los sistemas tradicionales de vigilancia habi-
tualmente presentan una demora que torna dificultosa 
la implementación de estas estrategias dentro de la 
ventana de tiempo ideal. En este sentido, la comple-
mentariedad de la vigilancia tradicional con IA de có-
digo abierto permite la optimización de los tiempos de 
respuesta. 
En contextos de salud pública, en los que la adopción 
de tecnologías basadas en IA es mucho menor que en 
áreas clínicas y terapéuticas, los sistemas de código 
abierto son esenciales para favorecer una rápida dispo-
nibilidad y accesibilidad a los instrumentos.
Existen ya algunos ejemplos de este tipo de sistemas 
que ofrecen acceso abierto a la inteligencia artificial de 
las epidemias. El sistema ProMED Mail, primariamente 
cualitativo, viene ofreciendo avisos tempranos de bro-
tes epidémicos desde hace varios años (21). HealthMap 
utiliza herramientas de procesamiento de lenguaje natu-
ral en la búsqueda de señales de brotes de infecciones 
emergentes en tiempo real utilizando como referencia 
un diccionario de patógenos conocidos y áreas geográ-
ficas. De esta manera difunde alertas tempranas a emer-
gencias y sirvió, por ejemplo, para identificar un “grupo 
de casos de neumonía de etiología desconocida” unos 
pocos días después de la identificación del primer caso 
de COVID-19, y también el brote de viruela símica en 
2022 (22, 23). Y el sistema EPIWATCH, desarrollado por 
la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, ofre-
ce un acceso gratuito a información global sobre epi-
demias de los últimos 30 días, incluyendo herramientas 
específicas como FLUCAST, un predictor de influenza 
estacional (24, 25).
Es importante destacar que en el aspecto de la predic-
ción epidemiológica, los sistemas que se basan en IA 
dependen exquisitamente de la cantidad y calidad de 
datos clínicos y de diagnóstico, dado que la inexactitud 
de los registros originales solo haría magnificar el error. 
Y, por otra parte, deben considerarse los aspectos éticos 
vinculados al manejo de datos sensibles de las perso-
nas involucradas (26).
Una vez detectada la alerta, la IA puede intervenir en la 
investigación epidemiológica, que es crucial en la iden-
tificación de determinantes patogénicos, características 
de transmisión y distribución de la situación en estudio. 
El análisis de todas las trayectorias posibles de infec-
ción, las vías y las fuentes permite una mejor identifica-
ción de contactos cercanos y personas en riesgo. Y a 
partir de ahí el componente fundamental es la decisión 
de intervención precoz para interrumpir el brote y evitar 
mayores daños. Esta interrupción se basa en la asigna-
ción de recursos humanos y materiales en función del 
mapa epidemiológico y del establecimiento e implemen-
tación de medidas de control individuales y poblaciona-
les (27-29).
La versión hasta el momento más avanzada de la inte-
ligencia artificial, el modelo llamado GPT-4 de procesa-
miento de texto natural, ha comenzado a ser evaluado en 
su desempeño en el proceso de toma de decisiones res-
pecto del manejo de patologías infecciosas tales como la 
neumonía, con resultados preliminares alentadores (30). 
Por otra parte, los procesos basados en la aplicación 
de IA también pueden colaborar en la identificación de 
IA en enfermedades infecciosas 82
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personas candidatas para participar en desarrollos de 
nuevos tratamientos o vacunas en base a su genoma y 
exposoma (31).
IA en la pandemia de COVID-19
Distintos aspectos epidemiológicos y asistenciales 
relacionados a la pandemia de SARS-CoV-2 se vieron 
optimizados, o al menos impactados, por procesos 
basados en IA. Desde el punto de vista epidemiológi-
co, tanto el monitoreo en tiempo real de la evolución 
de la pandemia, la identificación predictiva de nuevos 
epicentros y la logística de la distribución de recursos 
se basaron en desarrollos de IA en distintos países y 
localidades. Por otra parte, también se utilizó este tipo 
de herramientas para facilitar el diagnóstico y segui-
miento de casos clínicos de la enfermedad así como 
la identificación y desarrollo de vacunas y potenciales 
tratamientos (32).
El desarrollo de la IA aplicada al procesamiento de imá-
genes contribuyó al proceso de diagnóstico de pacien-
tes con compromiso pulmonar por SARS-CoV-2. Esta 
discriminación era fundamental para la toma de deci-
siones y el establecimiento de criterios pronósticos de 
los pacientes infectados. Durante la pandemia se desa-
rrollaron diferentes métodos basados en aprendizaje 
profundo (deep learning) tales como redes neuronales 
convolucionales para las tareas de clasificación adecua-
da de las imágenes. El modelo de red neuronal convolu-
cional (convolutional neural network, CNN) es un tipo de 
red neuronal artificial en el que las neuronas artificiales 
se disponen en campos receptivos de percepción mul-
ticapa similares a los de la corteza visual primaria de 
un cerebro biológico (V1) (33). Para la clasificación de 
las características de las imágenes procesadas se utili-
zan algoritmos de aprendizaje supervisado tales como 
máquinas de vector de soporte (support vector machine, 
SVM) y diferentes funciones. Durante la pandemia se pu-
blicaron varios modelos de procesamientos de imáge-
nes con niveles de exactitud cercanas al 100%, aunque 
la sensibilidad y especificidad de los sistemas dependen 
en gran medida de la magnitud y variedad de los conjun-
tos iniciales de datos disponibles, y hay todavía un largo 
camino por delante en la implementación exitosa de es-
tos sistemas en la práctica asistencial cotidiana (34-37).
El análisis de datos de la trayectoria clínica de pacien-
tes con infección por SARS-CoV-2 a partir de la infor-
mación contenida en historias clínicas electrónicas 
permitió avanzar en la precisión de las predicciones en 
relación a la morbilidad, mortalidad, severidad y pro-
nóstico. Los mejores resultados se obtuvieron median-
te la combinación multimodal de datos clínicos con 
imágenes (38, 39). Existieron tanto iniciativas acadé-
micas como otras promovidas por organismos públi-
cos en este sentido (40). A partir de la generación de 
estas bases de datos —tanto de centros individuales 
como multicéntricas utilizando plataformas interope-
rables— se desarrollaron algunos ejemplos de combi-
nación con métodos de IA con el objetivo de mejorar 
la capacidad predictiva y contribuir de esa manera al 
triage de pacientes y a la toma de decisiones asisten-
ciales (41-43).
Desde bien temprano en el curso de la pandemia se uti-
lizaron herramientas de IA para la modelización de la 
red de interacciones proteína-proteína entre el virus y el 
huésped, y para la identificación de potenciales blancos 
proteicos para la acción de fármacos, tanto aquellos 
ya existentes en el mercado (reposicionamiento) como 
nuevas moléculas en desarrollo (44-46). En los análisis 
de reposicionamiento in silico de fármacos, la combina-
ción de métodos de docking (predicción de la orienta-
ción preferente de una molécula en su interacción con 
otro ligando) con recursos de IA permite optimizar el 
tiempo y la cantidad de estructuras químicas que pue-
den ser evaluadas (47, 48). 
Del mismo modo, se utilizaron herramientas basadas en 
la IA para la identificación de epítopes potenciales de 
células T para SARS-CoV-2 cercanos al dominio RBD de 
laespícula o bien en otras estructuras virales (49- 51).
La irrupción de la pandemia con sus urgencias y las de-
mandas de rápida respuesta a los sistemas de salud se 
nutrió rápidamente de los modelos de predicción basa-
dos en IA para definir prioridades y establecer líneas de 
acción (52).
La mayoría de los modelos de predicción del compor-
tamiento poblacional utilizados durante la epidemia se 
basaron en mecanismos generales del aprendizaje auto-
mático tales como regresión lineal, regresión polinómi-
ca, soporte vectorial o red neuronal artificial; y se entre-
naron con modelos epidemiológicos tradicionales como 
la transición de Susceptible a Infectado, de Susceptible 
a Infectado y nuevamente Susceptible, de Susceptible 
a Infectado a Recuperado y a Susceptible, de Expuesto 
IA en enfermedades infecciosas 83
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a Infectado a Recuperado y a Susceptible, o bien de Ex-
puesto a Infectado a Fallecido, etc. (53).
También en este caso la exactitud de la predicción de los 
modelos se vio definitivamente influenciada por la can-
tidad de variables culturales, sociológicas, económicas 
y políticas que se tuvieron en cuenta (54-56). La compa-
ración entre series temporales de predicción para los 16 
países que contenían cerca del 80% del total acumula-
tivo de casos mostró un mejor desempeño de aquellas 
que tenían en cuenta el comportamiento estacional de 
la epidemia (57). Otros modelos de predicción del com-
portamiento pandémico demostraron la capacidad de 
identificar el pico de casos y el impacto de la variación 
estacional con aceptable precisión (58-60).
La combinación de los modelos matemáticos clásicos 
para las enfermedades infecciosas con modelos de 
aprendizaje profundo se potenció durante la pandemia y 
seguirá siendo objeto de estudio y perfeccionamiento en 
el futuro como herramienta de predicción del comporta-
miento de las epidemias.
El desarrollo de la tecnología 5G y su mayor capacidad de 
interconexión permitió el rápido avance de las soluciones 
basadas en telemedicina (61). No solamente se obtuvie-
ron avances en la llegada a residentes de zonas alejadas 
de los centros hospitalarios pudiendo verificar su estado 
clínico durante y con posterioridad a la enfermedad agu-
da sino que también a través del procesamiento de la his-
toria reciente de viajes y la sintomatología inicial median-
te IA se pudo aumentar la eficacia del screening inicial de 
casos de sospecha de COVID-19 (62, 63).
La aceleración en el acceso a este tipo de tecnología 
ocurrida durante la pandemia permitió la planificación y 
la ejecución de acciones relacionadas con la proyección 
epidemiológica y con la asistencia clínica basadas en 
IA, tanto en países desarrollados como así también en 
aquellos con bajos y medianos niveles de ingresos (64).
Como ejemplo de esto, en nuestro país se evaluó la uti-
lidad de una herramienta de detección de patrones de 
sonido basada en IA para la aproximación diagnóstica 
a la enfermedad aguda por SARS-CoV-2 en base a la tos 
registrada a través de un chatbot basado en WhatsApp. 
En esta prueba piloto se aproximó el diagnóstico de la 
enfermedad con una exactitud del 88% (65). 
IA en el desarrollo de antimicrobianos 
La incorporación de técnicas de aprendizaje automático 
al proceso del descubrimiento de nuevos agentes anti-
bióticos puede aumentar la eficiencia y reducir tanto los 
recursos necesarios como los costos involucrados (66).
Uno de los ejemplos más interesantes que sustentan 
esta aseveración es el de la halicina, una nueva molécula 
con propiedades antibióticas que fue identificada origi-
nalmente a través de la aplicación de la IA en el proceso 
de screening inicial de compuestos candidatos. 
La aplicación de la quimioinformática en el diseño de 
nuevos fármacos no es nueva sino que comenzó ya 
hace varias décadas. Sin embargo, la exactitud predic-
tiva de estos modelos era insuficiente hasta la reciente 
incorporación de avances en los algoritmos de repre-
sentación molecular basados en redes neuronales (67, 
68). La innovación actualmente disponible en estas 
redes permite que la representación de distintos com-
puestos químicos sea aprendida de manera automáti-
ca mediante el mapeo de moléculas en vectores conti-
nuos que son posteriormente utilizados para predecir 
sus propiedades (69). De esta forma, se disminuye el 
costo de la identificación de moléculas candidatas 
porque el proceso de screening resulta más eficiente 
al tiempo que se aumenta la tasa de positividad en la 
identificación de compuestos estructuralmente nove-
dosos que mantienen la actividad biológica deseada 
y se disminuye el tiempo y esfuerzo requeridos para 
la selección de estos compuestos, de varios meses o 
años a pocas semanas. El proceso más focalizado per-
mite la evaluación de un número de compuestos al me-
nos dos órdenes de magnitud mayor que el screening 
empírico tradicional (70).
A partir de la aplicación de esta tecnología sobre la bi-
blioteca de compuestos del Drug Repurposing Hub, in-
vestigadores de los Institutos Nacionales de Salud de 
EE. UU. identificaron un compuesto inhibidor de kinasas 
originalmente considerado como antidiabético, estruc-
turalmente divergente de antibióticos convencionales, 
que presentaba importante actividad in vitro frente a E. 
coli, C. difficile, Enterobacteriaceae productoras de car-
bapenemasas, A. baumannii pan resistente e incluso M. 
tuberculosis, al cual denominaron “halicina” en homena-
je a Hal 9000, la famosa supercomputadora de la saga 
de ciencia ficción Odisea del Espacio de Arthur C. Clarke 
(71, 72).
IA en enfermedades infecciosas 84
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A partir del mismo mecanismo de identificación, bioin-
genieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts 
(MIT) pudieron seleccionar otros compuestos que pre-
sentan actividad antibacteriana de amplio espectro y 
tienen un bajo grado de similaridad estructural con an-
tibióticos ya existentes. De este modo, parecería abrir-
se un camino para la identificación de próximos agen-
tes antimicrobianos optimizado por la aplicación de la 
IA. En el futuro, las moléculas podrán ser identificadas 
y seleccionadas no solamente en base a su mecanis-
mo de acción y su potencial de generación de toxicidad, 
sino también por otras condiciones fenotípicas desea-
das, un determinado espectro de acción o la predicción 
de su comportamiento farmacocinético (73, 74).
IA en el desarrollo de vacunas
El camino hacia el diseño y desarrollo exitoso de nuevas 
vacunas se basa en la selección apropiada de los mode-
los para testear el producto candidato y los mecanismos 
implementados para la reducción de sesgos. Las técni-
cas de la IA, en conjunto con la biología de sistemas, son 
ya ampliamente utilizadas en este campo. 
Los avances en la biología estructural experimental 
permiten optimizar el proceso del diseño de vacunas 
a partir de la identificación de patrones específicos de 
respuesta frente a antígenos, que contribuyen a predecir 
aspectos relevantes de la inmunogenicidad (75).
Adicionalmente, la IA puede incorporarse en la acelera-
ción del desarrollo mediante la identificación de nuevos 
antígenos candidatos, la predicción de epítopes más 
adecuados para la generación de respuesta inmune (la 
llamada “vacunología inversa”), la predicción de pépti-
dos que se unen a antígenos del sistema HLA y de epíto-
pes del complejo mayor de histocompatibilidad de clase 
II, el diseño universal de prototipos y el análisis predicti-
vo de la respuesta inmune sistémica (76-79). La integra-
ción de datos provenientes de fuentes diversas (textos, 
imágenes, proteómica/genómica) permite generar perfi-
les más precisos de antígenos candidatos, descartando 
aquellos con mayor riesgo de fallas in silico, reduciendo 
así el costo y el riesgo de fracasos en la experimenta-
ción preclínica(80). De hecho, desde el punto de vista 
toxicológico, el análisis de homología de secuencia, ba-
sado en herramientas de IA, puede predecir si epítopes 
específicos tendrían mayor riesgo de provocar reaccio-
nes alérgicas o autoinmunes (81).
El diseño “inteligente” de vacunas basadas en la iden-
tificación de epítopes específicos es considerado hoy 
como un ejemplo de medicina personalizada, y repre-
senta una esperanza concreta en distintas áreas tera-
péuticas.
Conclusiones
Futuros desafíos 
En los últimos años, la aplicación de herramientas basa-
das en aprendizaje automático y otras modalidades de 
inteligencia artificial ha crecido de manera exponencial. 
Ya estamos inmersos en los albores de una era en la que 
la disponibilidad de algoritmos orientados al proceso de 
toma de decisiones puede transformar de manera funda-
mental la manera en que diagnosticamos y tratamos a 
nuestros pacientes y que abordamos problemas de salud 
pública. El impacto en nuestra vida cotidiana es innega-
ble, y sus potencialidades parecen no tener límites. Sin 
embargo, la vertiginosa disponibilidad y la rápida imple-
mentación de estos desarrollos antes de completar un 
ciclo exhaustivo de validaciones han demostrado no solo 
los riesgos en relación a la gobernanza de los datos sino 
también los peligros de las fallas de desempeño, la ge-
neración imprevista de daños y la profundización de las 
inequidades (82). 
Desde el punto de vista esencialmente técnico, la eficacia 
y utilidad de los productos basados en big data y en IA 
dependen de la magnitud, variedad y calidad de los datos 
con que se realice el entrenamiento de los sistemas. Y en 
medicina, muchas veces los datos no son completos ni 
su calidad es la mejor.
Por otra parte, la mayoría de estos desarrollos presentan 
un grado limitado de explicabilidad y de transparencia de 
procesos, dado que las redes neuronales complejas eje-
cutan sus acciones bajo un modelo de “caja negra” (black 
box) en el que no se puede controlar ni desagregar la for-
ma en la que el modelo llegó a determinada conclusión 
luego de su aprendizaje.
Por su propia naturaleza, el comportamiento de los al-
goritmos va cambiando cuando se aplica a diferentes 
tipos de datos y en diferentes momentos, introduciendo 
un sesgo en el aprendizaje, lo cual supone una dificultad 
incremental a la hora de plantear evaluaciones de desem-
peño o procesos de validación que puedan conducir a una 
IA en enfermedades infecciosas 85
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regulación sensata y eficiente. La estimación del grado de 
incerteza de las predicciones realizadas mediante IA es 
uno de los desafíos más grandes de la implementación 
de esta tecnología. La utilización de técnicas específicas, 
como la predicción conformal, puede ser de una ayuda 
decisiva en este sentido (83).
Una vez más en la historia de las innovaciones en salud, 
las estrategias de validación y control son posteriores a 
los desarrollos ya disponibles y, en este sentido, la disci-
plina de la “algoritmovigilancia” es aún demasiado pre-
caria (84). Sin embargo, aun dentro de este contexto de 
necesidad insatisfecha, algunas agencias regulatorias 
como la Administración de Alimentos y Medicamentos 
(FDA) de EE. UU. están intentando establecer algunas 
reglas básicas de cumplimiento obligatorio para la au-
torización de distintos algoritmos basados en IA, asimi-
lando varios de ellos a “dispositivos médicos basados 
en software” (85). El aspecto de los estándares de va-
lidación es fundamental dado que los resultados de la 
aplicación de estos instrumentos impacta en cuestiones 
relacionadas con la eficacia y la seguridad de los proce-
sos del cuidado de la salud, y por ello requerirá un rigor 
de evaluación similar al que ya presentan otros tipos de 
tecnologías médicas (86).
En el ínterin, varios líderes de opinión, tanto del campo de 
la informática médica como así también de otras discipli-
nas, han planteado la necesidad de establecer guías y có-
digos de conducta para la transparencia en el desarrollo 
de productos para la salud basados en IA, particularmen-
te para aquellos que aplican las versiones tecnológicas 
más avanzadas de procesamiento de lenguaje natural 
(87, 88). Hasta el momento existe una virtual ausencia 
de legislación en el avance de la IA que provea un marco 
de crecimiento menos anárquico y más orientado hacia 
la cooperación y a la protección de los datos personales, 
siendo aspectos imprescindibles para el crecimiento y 
maduración de los procesos basados en IA en el ámbito 
de la salud en general, y el de las enfermedades infeccio-
sas en particular (89). 
Siguiendo a Kuhn, la ciencia no avanza de manera lineal 
sino en escalones que se definen por los sucesivos pa-
radigmas aceptados (90). La IA plantea muy claramen-
te un nuevo paradigma, cuya adopción y consolidación 
dependerá de la mejor comprensión de sus riesgos y del 
establecimiento de guías de consenso de aplicación que 
no solamente una élite tecnológica sino la sociedad en su 
conjunto puedan validar (91). 
IA en enfermedades infecciosas 86
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Artificial intelligence in infectious diseases
We are in the midst of a true technological revolution in 
healthcare. Processes based upon artificial intelligence 
and machine learning are progressively touching all 
disciplinary areas, and its implementation in the field 
of infectious diseases is astonishing, accelerated by 
the COVID-19 pandemic. Today we have tools that can 
not only assist or carry on decision-making processes 
based upon guidelines or algorithms, but also modify its 
performance from the previously completed tasks. 
From optimization of the identification of resistant 
pathogens, selection of candidates for participating in 
clinical trials, the search of new antimicrobial therapeutic 
agents, the development of new vaccines, the prediction 
of future epidemics and pandemics, the clinical follow 
up of patients suffering infectious diseases up to the 
resource allocation in the management of an outbreak, are 
all current activities that can apply artificial intelligence in 
order to improve their final outcomes.
This development has an exponential possibility 
of application, and is undoubtedly one of the main 
determinants that will shape medical activity in the future.
Notwithstanding the maturation of this technology that is 
required for its definitive insertion in day-to-day healthcare 
activities, should be accompanied by definition of 
reference parameters, validation systems and regulatory 
guidelines that do not exist yet or are still in its initial 
stages. 
Palabras clave: artificial intelligence, infetious diseases, 
machine learning, validation, regulatory system.
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