Logo Studenta

Testigos de Jehová Un Análisis Antolín Diestre

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

TESTIGOS	DE	JEHOVÁ
	UN	ANÁLISIS	DE	VERIFICACIÓN	DE	SUS
PRETENSIONES,	HISTORIA	Y	DOCTRINAS
	
	
ANTOLÍN	DIESTRE	GIL
	
ÍNDICE
TESTIGOS	DE	JEHOVÁ
UN	 ANÁLISIS	 DE	 VERIFICACIÓN	 DE	 SUS	 PRETENSIONES,	 HISTORIA	 Y
DOCTRINAS
Epílogo
Prólogo
TEMAS
INTRODUCTORIOS
Capítulo	I
LA	BASE	DOCUMENTAL	DE	NUESTRO	ESTUDIO
Bibliografía	complementaria
Capítulo	II
La	historia	y	sus	protagonistas
CapítuloIII
Actitudes	eclesiásticas	y	sociales
Capítulo	IV
SECCIÓN		PRIMERA
Introducción
PRIMERA		PARTE
Capítulo	I
Capítulo	II
Capítulo	I
Capítulo	IV
SEGUNDA	PARTE
Capítulo	II
Capítulo	III
TERCERA	PARTE
Introducción
El	Reino	de	Dios,	conceptos	e	importancia
Capítulo	I
¿Cómo	obtienen	el	comienzo	del	Reino	de	Dios	como	siendo	el	«fin	del	tiempo	de
los	gentiles»	en	1914?
Capítulo	II
Capítulo	I
Un	paralelismo	sobre	escatología	confuso	y	contradictorio
La	realidad	de	la	conciencia	mesiánica	de	Jesús,	y	el	testimonio	bíblico	respecto	a
la	Deidad	de	Jesucristo,	del	Padre	y	del	Espíritu	Santo
La	conciencia	mesiánica	en	Mateo,	Lucas	y	Marcos
Conclusión
¿Qué	piensa	Pablo	de	la	persona	de	Jesucristo?
Sobre	el	Espíritu	Santo
Capítulo	I
Origen	ideológicorespecto	a	las	posiciones	escatológicas
CONCLUSIÓN	A	LA	SECCIÓN
	
	
Epílogo
Creemos	 haber	 logrado	 los	 propósitos	 por	 los	 que	 confeccionábamos	 esta	 tesis
doctoral.
El	primero	era	realizar	un	estudio	suficientemente	objetivo	de	las	obras	principales
que	originaron	el	sistema	«jehovista».	Este	estudio	nos	ha	puesto	en	contacto	con	las
auténticas	fuentes	de	los	Testigos	de	Jehová	actuales:	éstas	son	en	primer	lugar	Russell
y	Rutherford.	Pero	éstos	no	 tuvieron	nada	de	original;	bebieron	del	manantial	que	el
movimiento	Millerita	les	proporcionó.	Russell	es	un	engendro	perfecto	de	las	tesis	que
se	 probaron	 como	 fallidas	 con	 el	 grupo	 Millerita.	 Durante	 siglos	 se	 habían	 estado
arrastrando	teorías	y	opiniones	que	pretendiendo	ser	bíblicas	no	hubo	la	oportunidad
adecuada	 para	 corroborarlas	 o	 desmentirlas	 en	 base	 a	 una	 investigación	 digna	 de	 la
Palabra	de	Dios.	Hombres	piadosos	e	incluso	estudiosos	fervientes	las	mantuvieron	sin
que	nadie	 se	dedicara	 a	 contrastarlas	ni	 a	 refutarlas.	Las	posibilidades	de	 antaño	no
eran	las	mismas	que	las	que	ofrecía	el	s.	XIX	y	ni	mucho	menos	el	s.	XX	y	XXI.
La	 diferencia	 entre	 estos	 hombres,	 algunos	 devotos	 y	 fervientes	 como	Miller	 por
ejemplo,	 y	 los	 herederos	 inoportunos	 como	 fueron	 Russell	 y	 después	 sus	 más
inmediatos	seguidores,	radica	en	el	hecho	fundamental	de	que	Miller	y	aquellos	que	se
unieron	 con	 él	 en	 una	 primera	 etapa	 usaron	 los	 compendios,	 que	 después	 copiarían
Barbourg	y	Russell,	con	un	cimiento	y	finalidad	totalmente	distintos.	El	grupo	original
millerita	se	aprovechó	de	esos	esbozos	que	pensaban	correctos	de	un	modo	secundario
para	 ratificarse	 en	 la	 proximidad	 de	 la	 segunda	 venida	 de	 Cristo	 a	 la	 que	 ellos
asignaban,	 erróneamente,	 una	 fecha	 cerrada	 como	 1844.	 Fruto,	 principalmente,	 de
identificar	 la	 «purificación	 del	 Santuario»	 de	 la	 que	 se	 habla	 en	Daniel	 8,	 con	 esta
tierra.
La	 llegada	 de	 la	 fecha	 fue	 el	 crisol	 que	 la	 teología	 de	muchos	 tuvo	 que	 soportar.
Cuando	 la	 decepción	 fue	 una	 realidad,	 esos	 esquemas	 quedaron	 señalados	 como
inservibles.	Se	descubrió	lo	que	sólo	tenía	auténticamente	apoyo	bíblico:	un	despertar
sobre	 la	 segunda	 Venida	 de	 Jersucristo,	 y	 el	 resto,	 que	 suponía	 la	 mayoría	 de	 las
interpretaciones	que	se	hacían,	se	rechazaron	o	se	olvidaron.A	partir	de	ahí	se	supo	que
los	 llamados	 bosquejos	 paralelos	 como	 el	 Jubileo	 de	 los	 Jubileos	 ó	 2.450	 años	 (ó
2.500),	 o	 el	 período	 del	 fin	 del	 Tiempo	 de	 los	 gentiles	 (2.520	 años),	 o	 el	 de	 las
dispensaciones,	 o	 incluso	 el	 tiempo	 transcurrido	 desde	 Adán,	 no	 tenía	 consistencia
bíblica.	La	Biblia	no	proporciona	ninguna	de	estas	teorías.
Sin	 embargo,	 a	 diferencia	 de	 Miller	 y	 de	 otros	 que	 durante	 la	 historia	 utilizaron
dichas	 sinopsis	 con	 interpretaciones	 semejantes,	 no	 pretendieron	 ser	 exclusivos
respecto	a	la	salvación	ni	formaron	organizaciones	del	estilo	de	la	de	Russell	y	de	sus
continuadores.
Para	 Russell	 y	 los	 herederos	 de	 él	 los	 fallos	 continuos	 no	 han	 encontrado	 la
respuesta	 que	 se	 merece	 un	 mensaje,	 el	 del	 «fallo»,	 tan	 apropiado	 para	 el
arrepentimiento	y	el	cambio	de	dirección.
Nadie	 que	 haya	 podido	 tener	 eco	 suficiente	 mantuvo	 teorías	 tales	 como	 las
indicadas,	a	excepción	del	movimiento	Ruselista	o	de	los	llamados	Testigos	de	Jehová,
[1]ya	que	la	experiencia	Millerita	en	ese	aspecto	fue	suficiente	para	no	abrigar	ningún
sistema	 imaginario.	 La	 presentación	 objetiva	 de	 los	 aspectos	 básicos	 de	 las	 obras
principales	 de	 los	 fundadores	 y	 líderes	 de	 los	 Testigos	 nos	 ha	 permitido	 saber	 la
realidad	del	pensamiento	de	una	organización	que	con	ciento	cincuenta	años	de	historia
ha	sabido	levantar	confusión	y	polémica	en	torno	a	ella.
El	 segundo	motivo	 por	 el	 que	 queríamos	 justificar	 esta	 tesis	 era	 el	 de	 describir
críticamente	los	contenidos	teológicos	y	hermenéuticos.
¿Se	 puede	 hablar	 de	 auténtica	 teología	 y	 hermenéutica	 en	 las	 exposiciones
doctrinales	e	ideológicas	de	los	Testigos?	Nos	vemos	obligados	a	tener	que	decir	que
no.	 Si	 bien	 es	 cierto	 que	 los	 Testigos	 critican	 el	 término	 técnico	 «teología»	 para
identificarlo	 con	 algo	 «negativo»	 y	 compararlo	 con	 una	 concepción	 en	 la	 que	 está
ausente	la	humildad	que	debe	caracterizar	al	predicador	del	evangelio,	es	conveniente
que	 sepan	 que	 la	 teología	 no	 es	 otra	 cosa	 que	 el	 estudio	 del	 Dios	 que	 se	 revela
mediante	 su	 Palabra,	 y	 que	 está	 compuesta	 de	 dos	 elementos	 expresivos	 usados
continuamente	 en	 la	 Biblia.	 El	 ocultar	 ignorancia	mediante	 la	 crítica	 de	 un	 vocablo
para	pretender	aparecer	como	un	expositor	sencillo	de	la	Biblia,	sólo	sirve	hasta	que
el	susodicho	criticador	es	analizado	a	su	vez	a	fondo.	Estoy	plenamente	convencido	de
que	hay	muy	pocos	entre	los	miembros	de	los	Testigos	de	Jehová	que	sepan	entender	y
explicar	 adecuadamente	 en	 toda	 su	 extensión	 la	 doctrina	 del	 Reino	 que	 tanta
importancia	tiene	en	las	creencias	de	los	Testigos	de	Jehová.	Y	de	éstos	no	creo	que
haya	alguien	que	supere	con	suficiente	honestidad	objetiva	las	posibles	situaciones	de
duda	 que	 se	 crea	 por	 una	 teoría	 confusa	 e	 insegura.	 Nadie	 me	 podrá	 decir	 que	 es
sencilla	y	clara	la	base	y	desarrollo	de	la	propuesta	sobre	el	Reino	de	Dios	en	1914
que	los	Testigos	exponen.	Nuestra	presentación	ha	podido	traslucir	esta	circunstancia
de	ambigüedad.	Por	 lo	 tanto,	digamos	que	 los	Testigos	con	su	expresión	doctrinal	no
han	sabido	escapar	de	lo	que	ellos	pretenden	criticar	de	los	demás.	Por	otra	parte	las
manifestaciones	y	contenidos	de	Pablo	en	los	capítulos	7	al	9	de	Romanos,	por	no	decir
de	otros	textosde	esa	misma	epístola	y	de	otras	han	provocado,	y	seguirán	haciéndolo,
más	y	más	interpretaciones,	no	sólo	por	lo	complicado	que	puede	ser	su	estudio,	sino
sobre	todo	por	la	riqueza	espiritual	y	teológica	que	dichos	pasajes	ostentan.
Decíamos	 que	 la	 ideología	 doctrinal	 de	 los	 Testigos	 estaba	 desprovista	 de	 una
auténtica	 teología	y	de	una	hermenéutica	 reconocida.	En	efecto,	 su	«teología»	es	una
«antiteología».	Y	esto	no	en	el	sentido	del	tópico	«anti»,	«antipsiquiatría»	por	ejemplo,
con	 lo	que	se	 intenta	una	búsqueda	de	una	orientación	nueva	en	contraposición	a	una
direccionalidad	 que	 puede	 llevar	 a	 la	 negación	 de	 otras	 alternativas	 distintas	 a	 esa
direccionalidad,	y	a	fijarla	de	un	modo	dictatorial	e	indiscutible,	sino	en	el	sentido	de
una	 negación	 real	 de	 lo	 que	 supone	 un	 estudio	 del	 Dios	 que	 se	 revela.	 Uno	 queda
atónito	de	la	posibilidad	de	lo	imposible.	Los	Testigos	han	sido	capaces	de	lograr	un
sistema	doctrinal	que	consigue	adeptos	a	los	que	se	les	hace	creer,	consiguiéndolo,	que
dicho	 sistema	 está	 establecido	 en	 la	 Biblia.	 Es	 la	 confirmación,pero	 elevada	 a	 la
enésima	potencia,	de	que	con	la	Biblia	puedes	obtener	cualquier	postura	interpretativa.
Y	esto	no	es	que	sea	cierto	cuando	analizas	concienzudamente	esos	apoyos	doctrinales,
pero	mientras	se	hace	o	no,	esa	posturas,	como	las	de	los	Testigos,	«cuelan».
Si	 añadimos,	 como	 se	 ha	 podido	 comprobar	 en	 nuestra	 tesis,	 la	 ausencia	 de	 unas
reglas	de	interpretación	en	las	explicaciones	más	importantes	y	básicas	de	los	puntos
bíblicos	 que	 los	 Testigos	 enarbolan,	 comprenderemos	 el	 aparente	 éxito	 del
«magisterio»	de	la	Dirección	de	la	organización	religiosa	de	los	Testigos	de	Jehová.
Los	Testigos	no	sólo	se	han	atrevido	a	publicar	una	traducción	bíblica	acorde	a	sus
enseñanzas,	 atentando	 en	 muchas	 ocasiones	 contrael	 verdadero	 sentido	 del	 texto	 y
traduciendo	contra	toda	lógica	y	gramática,	sino	que	además	no	les	preocupa	lo	que	un
método	 analítico	 e	 histórico	 puede	 proporcionar	 para	 valorar	 el	 texto	 en	 toda	 su
dimensión.	 Ni	 entran	 siquiera	 dentro	 de	 un	 fundamentalismo	 trasnochado	 y
peyorativamente	entendido.	No	se	les	puede	enmarcar	con	nada	ni	con	nadie.	Gozan	de
una	exclusividad	a	veces,	deprimente	y	desgraciada.	Son	únicos,	 independientemente
de	la	existencia	de	otros	grupúsculos,	por	cuanto	se	consideran	únicos	y	han	hecho	todo
lo	posible	para	hacer	suficiente	ruido	como	para	escucharlos	y	notar	que	existen	pero
sin	«nueces».
Resumiendo	 este	 segundo	motivo	digamos	que	una	vez	 analizados	y	valorados	 los
conceptos	ideológicos	que	se	desprenden	de	las	instrucciones	bíblicas	defendidas	por
los	Testigos,	podemos	decir	que	no	hay	ni	ideas	ni	método	que	reseñar.	La	corriente	de
opinión	que	se	manifiesta	en	los	estudios	bíblicos	fundamentales	de	los	Testigos,	son
irrelevantes	y	erróneos.
El	tercer	motivo	que	se	proponía:	estudiar	en	paralelo	 las	 tres	épocas	claramente
diferenciadas	 por	 las	 presidencias	 de	 Russell,	 Rutherford	 y	 la	 de	 los	 presidentes
actuales	 con	 su	 comité	 “siervo	 fiel	 y	 discreto”:Knorr,	 F.	 Franz,	 Henschel	 y	 Adams
creemos	que	se	ha	cumplido	con	creces.	Las	contradicciones	manifiestas	y	los	puntos
comunes	nos	han	permitido	descubrir,	por	un	lado	los	aspectos	distintos	que	se	exhiben
obligatoriamente	 como	 fruto	 de	 interpretaciones	 especulativas	 de	 una	 época
determinada,	y	por	otra	parte	los	lazos	recíprocos	y	solidarios	tanto	en	la	forma	como
en	el	fondo	de	ciertas	cuestiones	esenciales	de	su	ideario	bíblico.
El	cuarto	motivo	radicaba	para	nuestra	tesis	en	la	profundización	de	la	doctrina	del
Reino	de	Dios	como	acontecido	en	1914.
Esto	 ha	 traído	 consigo	 el	 tener	 que	 averiguar	 en	 toda	 su	 área	 escatológica	 para
inquirir	sobre	la	veracidad	de	sus	conceptos	escatológicos.
No	sólo	ha	habido	un	error	grave	de	 interpretación	bíblica	 respecto	al	período	de
los	 «setenta	 años»	 de	 cautividad	 que	 Jeremías	 y	 otros	 nos	 informan,	 sino	 un	 yerro
inexcusable	desde	 el	 punto	de	vista	histórico.	Yo	diría	más,	 la	 interpretación	bíblica
que	 incorrectamente	 efectúan	 los	 Testigos	 es	 un	 prototipo	 a	 conservar	 de	 cómo	 una
interpretación	 es	 puesta	 al	 descubierto	 como	 inexacta	 por	 una	 ciencia	 auxiliar	 de	 la
Biblia:	la	HISTORIA	con	mayúscula,	y	en	concreto	por	los	datos	que	nos	suministra	la
arqueología,	 y	 la	manera	 de	 obtener	 esa	 «historia»,	 en	 este	 caso	 fidedigna,	 la	 fecha
cardinal	que	los	propios	Testigos	denominan	y	que	aceptan	como	siendo	el	539	a.J.	Es
imposible	 admitir	 la	 fecha	 del	 539,	 fecha	 que	 la	 historia	 obtiene	 al	 poner	 en	 línea
losreinados	 de	 los	 diferentes	 gobernantes	 del	 imperio	 neobabilónico	 desde
Nabucodonosor,	y	pretender	que	el	reinado	de	éste	empezó	en	el	624	a.J.	El	539	a.J.
sólo	puede	obtenerse	si	se	ubica	el	comienzo	del	reinado	de	Nabucodonosor	en	el	605
a.J.
El	 tratamiento	que	 realiza	de	 la	historia	y	del	 texto	bíblico	el	«magisterio»	de	 los
Testigos	en	este	asunto	de	su	doctrina	más	representativa	patentiza	el	tamaño	moral	y	el
calibre	 ético	 del	 que	 hacen	 gala	 los	 verdaderos	 responsables	 de	 la	 promulgación	 y
difusión	de	los	paradigmas	dogmáticos	de	la	religión	de	la	Watchtower.
Otros	 motivos	 secundarios	 que	 creemos	 haber	 mostrado	 en	 esta	 tesis	 ilustran
suficientemente	sobre	el	carácter	uniformista,	intransigente	e	intolerante	que	despliega
la	Dirección	de	los	Testigos	de	Jehová	mediante	lo	que	ellos	intitulan	el	«Siervo	Fiel	y
Discreto».	Una	clase	 jerarquizada	y	dotada,	 según	 su	parecer,	 de	un	canal	privado	y
directo	 con	 Dios	 con	 el	 que	 se	 le	 permite	 tener	 los	 conocimientos	 bíblicos	 más
correctos	 y	mejores	 que	 los	 de	 cualquier	 otro	movimiento	 religioso.	 Esta	 clase	 que
mantiene	una	actitud	paternalista	y	en	ocasiones	dictatorial	ha	inventado	normativas	y
casuísticas	con	 las	que	proveen	a	 sus	miembros	para	casi	 toda	conducta	cotidiana,	y
para	comportamientos	muy	frecuentes	en	el	desenvolvimiento	social.
Valoraciones	y	aplicaciones	pastorales
Un	punto	de	entrada	muy	importante.	La	distinción	que	es	preciso	llevar	a	cabo	desde	el
primer	momento	entre	la	Dirección	de	los	Testigos	de	Jehová	formada	por	la	camarilla
responsable	del	sostenimiento	de	la	obra	de	los	Testigos,	y	los	propios	miembros	que
pertenecen	a	la	organización.
Debo	matizar.	Creo	que	hasta	los	propios	responsables,	incluso	los	más	directos,	son
víctimas	 de	 las	 propias	 estructuras	 que	 han	 sostenido	 el	 edificio	 espiritual	 de	 la
Watchtower.	Es	muy	 difícil	 que	 lleguen	 a	 reconocer	 que	 están	 en	 el	 error	 cuando	 el
fondo	de	esas	estructuras	se	ha	ido	creando	con	la	finalidad	de	explicar	y	justificar	la
situación	 mantenida	 como	 organización.	 Llegando	 a	 este	 extremo	 siempre	 prima	 la
razón	primordial	de	la	existencia	que	la	importancia	del	error	teológico.	Si	se	ha	fijado
en	la	mente	la	idea	de	la	razón	histórica	de	ser,	como	así	es	en	el	caso	de	los	Testigos,
y	 ésta	 es	 anterior	 al	 veredicto	 que	 puede	 resultar	 de	 una	 confirmación	 clara	 de	 la
Palabra	 de	 Dios,	 o	 de	 una	 manifestación	 sobrenatural	 de	 Dios,	 la	 cual	 descarta
laWatchtower,	siempre	se	juzgará	la	crisis	como	algo	momentáneo	y	fruto	de	la	maldad
de	los	hombres	y	de	los	demonios.	Hemos	de	comprender	que	la	idea	que	ya	reside	en
Russell,	 y	 que	 sistematizarán	 sus	 seguidores,	 y	 que	 según	 la	 cual,	 el	 error	 es
simplemente	como	un	estadio	a	superar	por	«una	mayor	luz»,	porque	el	conocimiento
es	 como	 la	 luz	 de	 la	 aurora	 que	 va	 en	 aumento,	 supone	 la	 imposibilidad	 de	 un
reconocimiento	profundo	de	los	fallos,	y	de	un	cambio	en	la	orientación	principal.	Si	a
esto	sumamos	que	la	doctrina	fundamental,	la	relativa	al	fin	del	Tiempo	de	los	gentiles
que	 trae	 definitivamente	 el	Reino	 de	Dios	 en	 1914,	 es	 considerada	 por	 los	Testigos
como	una	evidencia	de	 su	 razón	de	 ser,	y	es	 la	que	menos	consistencia	 tiene,	 siendo
totalmente	 falsa,	 no	 vemos	 la	 posibilidad	 razonable	 de	 que	 éstos	 voluntariamente	 se
paren	en	sus	derroteros.
La	actitud	mantenida	por	los	Testigos	de	Jehová	ante	los	fracasos	de	sus	asertos
ha	 sido	 la	 de	 fortalecer	 más	 todavía	 sus	 convicciones	 equivocadas.	 Vuelven	 la
cabeza	sin	quererse	dar	por	enterados	cuando	les	razonas	por	qué	no	estás	de	acuerdo.
Cuando	 les	 enseñas	 pruebas	 cuestionarán,	 sin	 haberse	 cerciorado	 suficientemente,	 la
documentación	donde	basas	tus	hechos	indiscutibles.	Y	seguirán	rechazando	tu	punto	de
vista	cuando	apeles	a	 la	 lógica.	Estas	personas	 tienen	un	 tipo	de	compromiso	por	el
que	temen	que	sus	creencias	sean	invertidas.	La	fijación	de	que	ellos	son	los	únicos	que
han	sido	seleccionados	por	Dios	por	 su	 fidelidad,	 y	 que	 los	 demás	 están	 errados,	 le
lleva	a	una	ingeniosa	defensa	para	protegerse	de	sus	convicciones.	No	van	a	la	fuente.
No	utilizan	el	mismo	recurso	que	usaron	para	sacarles	de	su	religión	anterior.	No	son
capaces	 de	 examinar	 por	 sí	 solos	 la	 fe,	 su	 fe,	 como	 nos	 pide	 san	 Pablo.	 Hay	 más
elementos	 en	 la	Palabra	de	Dios	para	 regular	 su	 conocimientobíblico	que	 todos	 los
comentarios	que	 la	Watchtower	ha	 fabricado	o	 los	millones	que	pudiera	producir.	Si
cualquier	 Testigo	 de	 Jehová	 probara	 su	 fe	 dejando	 durante	 tres	 meses	 o	 menos	 de
estudiar,	 consultar	 los	 escritos	 de	 su	 organización	 religiosa,	 y	 los	 sometiera	 a	 un
examen	escrupuloso	de	lo	que	dice	realmente	la	Palabra	de	Dios	los	resultados	serían
sorprendentes.	Ninguno	que	tiene	seguridad	en	lo	que	cree	debería	temer	a	un	desafío
que	te	invita	a	un	estudio	personal	de	la	Palabra	de	Dios,	porque	si	está	bien	anclado
todavía	se	ratificará	más.	Y	si	no	lo	estuviera	lo	agradecería	por	los	descubrimientos
que	tanta	significación	supondrían	para	su	persona.
Es	 preciso	 que	 el	 prosélito	 Testigo	 tenga	 en	 cuenta	 los	 pasos	 que	 le	 hicieron
abandonar	su	otra	posición.
Es	cierto	que	para	algunos	el	descubrimiento	de	la	Palabra	de	Diosaunque	haya	sido
por	mediación	de	los	Testigos	de	Jehová	habrá	resultado	en	una	primera	etapa	en	una
bendición,	e	incluso	en	otros	queestén	condicionados	por	circunstancias	intelectuales,	de
la	edad	y	otras,	podrá	 seguir	 siendo	beneficioso	de	acuerdo	a	 las	 coyunturas	de	 tipo
social	y	afectivo	que	engendra	todo	ambiente	en	el	que	se	dan	las	características	que
los	Testigos	proporcionan.	Sin	embargo,	el	daño	irreparable	que	ciertos	planteamientos
provocan	por	parte	de	la	Dirección	de	los	Testigos	de	Jehová	en	un	porcentaje	elevado
de	 los	 integrados	 se	hace	necesario	un	 llamamiento	de	alerta	a	que	 tanto	éstos	como
otros	posibles	advenedizos	puedan	reflexionar	y	sacar	sus	propias	conclusiones.
Hoy	día	si	pulsamos	a	nuestra	sociedad,	el	rechazo	de	lo	que	significa	el	nombre
Testigos	 de	 Jehová	es	general.	Y	esto	no	es	porque	sean	rechazados	por	lo	mismo	que	lo
fue	 Jesucristo,	 porque	 el	 mundo	 rechace	 la	 verdad	 (asunto	 este	 último	 cierto).	 Sin
embargo	esto	no	puede	 ser	utilizado	por	 los	Testigos	como	un	argumento	a	 su	 favor.
Puesto	que	no	se	 trata	 (en	este	paréntesis	histórico	provisional	en	el	que	vivimos)	 de
que	 no	 tengan	 oportunidad	 de	 expresar	 libremente	 sus	 propias	 ideas,	 e	 incluso	 de
desmentir	 de	 forma	 personal	 y	 pública	 lo	 que	 de	 tendencioso	 y	 falso	 pudiera
atribuírseles.	Independientemente	del	posible	éxito,	en	ocasiones	y	temporalmente,	de
su	 proselitismo,	 el	 repudio	 en	 general	 es	 fruto	 de	 su	 propia	 filosofía	 y	 de	 la	 propia
imagen	que	proyectan	en	la	sociedad	en	la	que	se	desenvuelven.	Esto	que	acabamos	de
mencionar	no	impide	facetas	positivas.	Pero	aun	esto	explotado	en	provecho	del	todo,
puede	 ser	 altamente	 peligroso	 para	 aquellos	 que	 viendo	 en	 primer	 lugar	 «eso
positivo»,	y	confiando,	acepten	sin	un	análisis	previo	y	profundo	todo	lo	que	implica	la
doctrina	y	organización	de	los	Testigos	de	Jehová.	Los	Testigos	de	Jehová,	recuérdense
bien	los	motivos	de	esta	tesis	doctoral,	no	son	como	organización	como	un	profeta	de
Dios	para	este	tiempo,	y	no	pueden	representar	correcta	y	fielmente	«los	intereses	de
Dios	para	este	 tiempo».	Las	 tres	características	principales	de	un	verdadero	profeta:
Fidelidad	 a	 la	 Palabra	 de	 Dios,	 cumplimiento	 de	 lo	 que	 vaticina	 y	 proclamación
cristocéntrica	 del	 mensaje	 bíblico,	 están	 ausentes	 en	 una	 mayor	 proporción.
Últimamente	 (de	1990	 a	2012)	han	habido	 cambios	 sobre	 lo	 indicado	 anteriormente.
Han	progresado	muchísimo,	aun	cuando	queden	las	lagunas	que	suponen	la	negación	de
la	persona	divina	del	Espíritu	Santo,	y	de	la	personalidad	divina	y	eterna	de	la	persona
divino-humana	de	Jesucristo.
La	 Dirección	 de	 los	 Testigos	 de	 Jehová,	 en	 lugar	 de	 ser	 un	 «Esclavo	 Fiel	 y
Discreto»	es	un	siervo	inmaduro.	Y	admitimos	lo	de	siervo,	porque	son	serviles	en	el
método	y	en	lo	fundamental.	Los	cambios	continuos	en	cerca	de	ciento	cincuenta	años
de	existencia,	 las	contradicciones,	y	 la	falta	de	claridad	en	sus	exposiciones	bíblicas
no	generan	la	confianza	y	garantía	que	una	religión	verdadera	debe	ofrecer.No	deberían
engañarse	 más	 diciendo	 que	 los	 errores	 se	 reconocen,	 y	 que	 se	 trata	 de	 una	 mayor
adquisición	 de	 luz.	 No,	 se	 trata	 de	 auténticoserrores	 irreversibles	 si	 no	 se	 admite	 la
ausencia	de	dirección	divina.	Hoyse	dice	una	cosa	y	mañana	otra	distinta.	No	se	puede
pretender	que	Dios	pueda	 estar	 dirigiendo	y	 revelando	una	 cosa	hoy,	y	diez	o	veinte
años	 después	 aspirar	 a	 que	 Dios	 esté	 difundiendo	 algo	 totalmente	 distinto.	 Y	 si	 se
reconoce	que	en	un	cierto	momento	ha	habido	equivocaciones	¿qué	garantías	tengo	de
que	 ahora	 no	 se	 esté	 en	 algún	 otro	 error?	 Se	 constata	 que	 todos	 los	 cristianos
incurrimos	en	desaciertos	aun	a	pesar	de	nuestra	confianza	en	la	Palabra	de	Dios,	pero
si	 la	 dirección	 del	 Espíritu	 Santo	 actúa	 nos	 lo	 descubrirá	 en	 su	 momento	 usando
diversos	medios:	la	propia	Palabra,	el	Cuerpo	de	Cristo	basado	en	la	Palabra	de	Dios,
etc.	 Lógicamente	 esos	 cristianos	 no	 ambicionan	 ser	 de	 una	 «clase	 especial»
seleccionada	por	Dios	para	ser	un	canal	por	donde	únicamente	Dios	anuncia	la	verdad;
de	ahí	que	aprendamos	de	nuestras	propias	pifiadas.
Los	Testigos	de	Jehová	precisan	de	esa	«muletilla	de	apoyo»	meramente	humana,	y
los	 resultados	 son	 evidentes.	 Déjense	 esos	 dirigentes	 de	 jugar	 a	 ser	 personas
importantes;	dejen	la	aventura	sin	retorno	de	la	«infalibilidad»;	desechen	el	 temor	de
que	 si	 no	 es	 con	 el	 invento	 de	 un	 «magisterio»	 que	 no	 se	 equivoca	 y	 que	 «da	 el
alimento	 a	 su	 debido	 tiempo»	 se	 les	 escapará	 de	 las	 manos	 la	 membresía.	 ¿Les	 ha
servido	 de	 algo	 erigirse	 en	 un	 «comité	 profeta»	 para	 solucionar	 los	 diferentes
problemas	internos	y	los	distintos	errores	doctrinales	a	través	del	tiempo,	reconocidos
y	 no	 reconocidos?	 ¡Sujétense	 a	 la	 Palabra	 de	 Dios,	 dejen	 de	 un	 lado	 las	 palabras
humanas	y	notarán	las	bendiciones	espirituales!
Decíamos	al	principio	de	 la	necesidad	de	distinguir	 entre	 la	 clase	dirigente	y	 la
membresía	 en	 general.	A	 la	 vez	 mencionábamos	 que	 cabría	 hacer	 incluso	 algunas
matizaciones,	y	que	ya	hemos	indicado,	ante	la	tentación	de	buscar	culpables.	Creo	que
no	se	precisa	esa	búsqueda.	Sencillamente	hay	una	realidad	que	no	podemos	soslayar
ni	explicar	en	todos	sus	detalles.	El	fenómeno	religioso	de	la	Asociación	de	Cristianos
Testigos	de	Jehová	nos	ofrece	la	panorámica	no	de	culpables	y	de	una	caza	de	brujas,
sino	de	víctimas	a	las	que	hay	que	ayudar	con	paciencia	y	misericordia.	Sin	embargo,	sí
que	 podemos	 destacar	 grados	 de	 responsabilidad,	 y	 aquí	 la	 distinción	 entre	 clase
dirigente	 y	 membresía	 en	 general	 no	 sería	 un	 tópico.	 Por	 otra	 parte,	 el	 miembro
contribuye	a	la	propagación	de	errores.	Y	lo	más	lamentable	es	que	muchos	Testigos	de
Jehová	sufren	de	una	constante	duda,	y	si	llegana	salir	de	la	organización	suelen	tener
remordimientos,	e	incluso	en	varios	casos	su	vida	espiritual	se	hunde	en	el	ejército	del
mundo.	Esto	nos	obliga	a	no	permanecer	en	silencio.	Esta	 tesis	doctoral	ha	permitido
enmarcar	 lo	más	 adecuadamente	 los	 principios	 ideológicos	 de	 los	Testigos.	Nuestro
lenguaje	en	ocasiones	habrá	podido	parecer	fuerte.	No	nos	movía	nada	personal,	sino
tan	sólo	la	firmeza	que	resulta	de	contemplar	los	estragos	que	produce	una	filosofía	que
amparándose	en	la	Biblia	difumina	confusión,	contradicciones,	inexactitudes,	falsedades
e	incluso	aberraciones.
La	Dirección	de	 los	Testigos	 sigue	un	 legado	histórico	que	 les	ha	 inutilizado	para
una	correcta	evolución	teológica.	Esto	no	quiere	decir	que	no	se	hayan	esforzado	y	que
no	se	preocupen	por	presentar	lo	mejor	que	saben	y	pueden,	dentro	de	los	límites	que
sus	estructuras	han	impuesto,	algunos	aspectos	del	mensaje	bíblico.	Los	miembros,	en
líneas	 generales	 y	 sin	 controles	 ni	 inspecciones	 especiales,	 parecen	 correctos	 y
«buenos».	Son	gente	que	 se	 interesa	por	 el	 estudio	de	 la	Biblia,	 aunque	de	un	modo
unilateral,	bajo	la	óptica	que	les	dicta	«El	Siervo	Fiel	y	Discreto».	Desde	luego	no	hay
una	 auténticareflexión	 personal,	 ni	 puede	 haber	 una	 investigación	 individual	 (en	 el
sentido	de	aportar	valores	 teológicos),	no	hay	posibilidad	de	 la	creatividad	en	base	a
alguno	 de	 los	 dones	 o	 carismas	 espirituales	 que	 la	 Palabra	 de	 Dios	 expone.	 De
cualquier	forma	el	estudio	sincero	de	la	Biblia	puede	producir	bendiciones	espirituales
aunque	en	diferentes	casos,	como	podría	ser	en	una	organización	tipo	estilo	«Testigos
de	Jehová»,	se	ocasiona	estancamiento	y	sequedad	espiritual.	La	causa	de	la	ausencia
del	 avance	 bien	 podría	 ser	 la	 aceptación	 de	 errores	 doctrinales	 fruto	 de	 la
interpretación	bíblica	que	dictamina	el	comité	denominado	«Esclavo	Fiel	y	Discreto».
Aquí	es	donde	radica	el	peligro	de	esta	organización:	la	trayectoria	u	orientación	en
la	que	se	ven	inmersos	para	dar	consistencia	y	valor	a	esa	identificación	antojadiza	les
arrastra,	 sin	 que	 puedan	 remediarlo,	 a	 ser	 los	 únicos	 escogidos	 para	 todo	 lo	 que
interpretan	y	que	todas	los	demás,	sin	excepción,	están	en	el	error	y	formando	parte	de
la	religión	del	diablo.	No	sólo	esto,	se	ven	incapacitados	para	observar	la	viga	en	su
propio	ojo,	y	no	están	preparados	para	subsanar	esencialmente	sus	propios	yerros.	Si
desterraran	la	idea	no	bíblica	del	significado	implicado	en	la	expresión	«Esclavo	Fiel
y	Discreto»,	todo	iría	mejor.
Si	usted	está	estudiando	con	los	Testigos	de	Jehová,	en	principio	le	felicito	en	un
cierto	sentido,	puesto	que	entre	la	nada	o	el	vacío	y	la	oportunidad	de	contactar	con	la
Palabra	de	Dios	hace	de	esto	últimouna	elección	superior.
En	segundo	lugar,	si	usted	ha	tenido	la	oportunidad	de	seguir	nuestra	investigación,	le
ruego	que	analice	los	textos	y	argumentos	que	aquí	se	vierten;	que	no	se	conforme	con
explicaciones	 ingenuas	 que	 le	 puedan	 dar	 en	 contra.	 No	 ponga	 nada	 ni	 a	 nadie	 por
encima	 de	 la	 Biblia,que	 someta	 todo	 a	 la	máxima	 autoridad.	 Por	 último	 provéase	 de
ayudas.
Ahora	reflexione	sobre	algunas	puntualizaciones:
Una	organización	que	se	precia	de	«poseer	la	verdad»	no	debería	traducir	una	Biblia
«ajustada»	a	sus	propios	intereses,	en	vez	de	amoldar	la	traducción	a	la	exigencia	del
propio	texto.
Al	 principio,	 cuando	usted	 comenzó	 a	 estudiar	 con	 los	Testigos	 de	 Jehová,	 no	 les
importó	que	leyera	una	versión	católica	o	protestante;	pero	después	fueron	desplazando
esas	posibles	traducciones	en	beneficio	de	la	versión	«Nuevo	Mundo».
Dicha	 versión	 contiene	 palabras	 incluidas	 entre	 paréntesis	 que	 no	 vienen	 en	 el
original;	 palabras	 añadidas	 que	 tampoco	 están	 presentes	 en	 los	 manuscritos	 que
permiten	 las	 traducciones,	 y	 que	 ni	 siquiera	 han	 introducido	 en	 paréntesis;	 y
traducciones	incorrectas	injustificables	y	en	contra	de	toda	lógica	textual	y	gramática.
Y	 todo	 para	 intentar	 hacer	 coincidir	 la	 Biblia	 con	 sus	 puntos	 de	 vista.	 Note	 lo	 que
acabo	de	expresar.	Lo	correcto	sería	que	nuestros	puntos	de	vista	concordaran	con	las
Escrituras,	 y	 si	 no,	 repudiar	 esos	 pareceres.	 No	 se	 conforme	 con	 lo	 que	 le	 digan;
compárelo	con	otras	traducciones	y	compruebe.
Ahora	 observe	 un	 fenómeno	 que	 se	 suele	 dar	 en	 todo	 tipo	 de	 contacto	 que	 está
programado	para	influir	en	los	demás	sin	respetar	la	libertad	de	conciencia.	Las	ideas
genuinamente	 bíblicas	 que	 contiene	 en	 algún	 tema	 el	mensaje	 de	 los	Testigos,	 puede
tornarse	en	un	auténtico	peligro	si	no	se	toman	las	debidas	precauciones.	En	efecto	esas
ideas	 pueden,	 llegada	 la	 circunstancia	 actuar	 como	 tapadera,	 y	más	 tarde,	 cuando	 el
posible	interesado	se	confía	y	se	integra	como	fruto	de	lo	estrictamente	bíblico,	de	la
simpatía	y	del	ambiente	fraternal,	se	deja	llevar	aun	a	pesar	de	no	haber	analizado	 lo
suficiente	otras	doctrinas	fundamentales	que	no	tienen	el	debido	apoyo,	o	no	haberlas
comprendido	en	el	grado	de	sus	posibilidades.
Este	fenómeno	no	es	directamente	intencional.	Y	todavía	esto	es	más	peligroso.	Por
cuanto	 si	 hubiera	 alguien	 que	 conscientemente	 manipulara	 este	 proceso,	 podría	 ser
claramente	 identificado	 y	 pondría	 en	 alerta	 al	 posible	 candidato.	 Es	 algo	 totalmente
automático,	 donde	 interviene	 la	 mente	 humana	 respondiendo	 ante	 ciertos	 estímulos
sociales,	 psicológicos	 y	 espirituales	 que	 han	 podido	 crearse	 mediante	 las
estructurasacumuladas	por	 la	historia	y	administración	de	una	creencia.	La	naturaleza
humana	que	muestra	unos	comportamientos	estandarizados,	y	que	manifiesta	la	carencia
de	 la	 seguridad	 de	 estar	 en	 la	 verdad,	 deseo	 por	 la	 salvación,	 y	 sentimiento	 de
protagonismo,	puede	ser	satisfecha	en	una	primera	fase	con	cualquier	ideología	que	de
un	modo	global	se	preste	a	nutrir	esos	menesteres	generales,	aun	cuando	los	contenidos
esenciales	 que	 llevan	 a	 cumplir	 esas	 necesidades	 contengan	 presupuestos	 falsos	 o
incorrectos.	 Para	 que	 nos	 entendamos	 ilustrativamente:	 Si	 tenemos	 hambre	 y	 se	 nos
predica	 que	 lo	 que	 precisamos	 para	 resolver	 nuestra	 escasez	 es	 comida,	 y	 se	 nos
promete	 satisfacer	 dicha	 penuria,	 nosotros	 ante	 nuestra	 hambre	 aceptaremos	 los
alimentos	que	se	nos	provean.	Si	éstos	están	contaminados	y	perjudican	la	salud,	hasta
que	 ese	 perjuicio	 se	 haga	 patente	 habrá	 cubierto	 un	 primer	 objetivo:	 el	 de	 saciar	 el
hambre.	Pero	¿qué	podrá	ocurrir	después	cuando	la	contaminación	haga	efecto?
La	única	solución	para	evitar	el	vernos	involucrados	en	una	espiral	incontrolable	por
nosotros	es	documentarnos	previamente	sobre	la	metodología	correcta	y	los	contenidos
bíblicos	que	 responden	a	un	esquema	cabal.	Rehuir	 el	 enfrentamiento	con	 la	Verdad,
con	 Jesucristo,	 con	 nuestro	 Dios	 por	 miedo	 a	 ser	 engañados	 no	 conseguiría	 ese
objetivo.	Puesto	que	la	indiferencia,	la	falta	de	compromiso,	y	el	alejamiento	en	cuanto
a	 responder	 a	 los	 interrogantes	 que	 nuestra	 propia	 conciencia	 plantea	 sobre	 nuestro
origen	 y	 destino,	 sobre	 el	 por	 qué	 y	 el	 para	 qué,	 sobre	 la	 vida	 y	 la	muerte	 no	 nos
depararía	 un	 menor	 engaño.	 Tenemos	 a	 nuestro	 alcance	 promesas	 que	 cuando	 se
reclaman	 mediante	 la	 oración	 logran	 propósitos	 eternos.	 Se	 nos	 ha	 asegurado	 que
podemos	 disponer	 del	 Espíritu	 Santo	 para	 guiarnos	 a	 toda	 la	 Verdad.	 ¿Qué	 falla
respecto	a	estas	promesas	en	una	organización	del	estilo	de	 los	 llamados	Testigos	de
Jehová?
No	podemos	dar	una	respuesta	definitiva	que	explique	este	fenómeno	religioso	que
se	experimenta	en	numerosas	personas.
Lo	que	venimos	diciendo	revela	que	 las	condiciones	previas,	algunas	 expuestas	 ya,
que	debemos	exigir	a	todo	aquel	que	pretende	anunciar	lo	que	él	entiende	como	verdad,
y	por	lo	que	en	última	instancia	nos	llevará	a	aceptar	o	rechazar	una	ideología,	no	han
sido	 consideradas	 convenientemente	 por	 las	 diferentes	 personas	 que	 pasan	 por	 una
experiencia	semejante.
Cuando	alguien	se	autoerige	en	magisterio	de	la	verdad	sin	las	debidas	credenciales,
las	 cuales	 deben	 estar	 apoyadas	 por	 las	 Escrituras,	 debe	 ponernos	 en	 guardia.	 Ésta
sería	la	primera	condición:	dónde	basasu	autoridad.	En	la	segunda	habrá	que	interpelar
sobre	el	origen	e	historia	de	su	organización,	cómo	se	ha	originado	y	qué	principios	le
sustenta.	La	tercera	se	relaciona	con	el	método	que	emplea	en	el	estudio	de	la	Biblia.
Tengamos	presente	que	la	primera	actuación	imperceptible	llevada	a	cabo	por	este
tipo	de	organizaciones	es	la	de	mostrar	lo	que	puede	ser	fácilmente	considerado,	por
los	 interlocutores,	 como	 errores	 más	 evidentes	 que	 tienen	 los	 demás.	 No	 tomemos
ninguna	postura	a	favor	mientras	no	sepamos	todo	el	ideario.	El	segundo	paso	será	el
presentar	 las	 doctrinas	 que	 pueden	 defender	 con	 la	 Biblia,	 y	 que	 son	 comunes,	 en
esencia,	 a	 la	 mayoría	 de	 las	 denominaciones	 indicadas	 como	 cristianas.	 En	 este
segundo	 escalón	 pueden	 filtrarse	 inexactitudes	 que	 no	 se	 perciben	 si	 no	 hay	 un
conocimiento	global	de	la	temática	en	cuestión.	Un	ejemplo	de	esto	es	la	soteriología.
Pueden	hablar	dela	expiación	y	de	la	justificación	en	términos	muy	parecidos	a	los	del
cristianismo	reformado.	Se	trataría	de	declaraciones	escuetas	e	imprecisas.	Cuando	se
profundiza	en	toda	su	extensión,	teniendo	en	cuenta	su	interpretación	del	Milenio	y	las
dos	 clases	 de	 creyentes,	 uno	 descubre	 que	 su	 concepción	 de	 expiación	 se	 aleja	 del
pilar	 básico	 evangélico.	 Para	 un	 iniciado	 es	 difícil	 el	 percatarse	 de	 la	 posible
infidelidad	de	algunos	de	sus	asertos	que	podrían	pasar	en	un	principio	por	válidos.
Este	 fenómeno	 puede	 producirse	 además	 por	 cuanto	 hay	 textos	 que	 si	 no	 se
complementan	con	otros	se	construirá	una	idea	incompleta.	Este	tipo	de	interpretaciones
del	que	no	están	libres	otros,	aprende	a	seleccionar	aquellos	textos	que	van	bien	para
el	 proyecto	 que	 previamente	 se	 ha	 impuesto.	 Una	 simple	 concordancia	 bíblica
permitiría	el	tener	a	nuestro	alcance	todos	los	textos	de	la	Escritura	en	relación	a	tal	o
cual	tema.	Por	otra	parte	exijamos	puntualmente	cada	una	de	sus	doctrinas,	sin	lagunas
y	con	suficiente	apoyo	en	la	Biblia.	No	aceptemos	nada	de	forma	resolutiva	hasta	que
no	dominemos	 toda	 la	concepción	global.	Con	esta	provisionalidad	encararemos	con
mayor	 lucidez	 el	 tercer	 peldaño	 que	 procura	 introducir	 en	 la	 mente	 las	 doctrinas
distintivas	en	las	que	no	hay	base	bíblica.
Es	en	el	primero,	cuando	no	en	el	segundo,	que	la	mayoría	acepta	incondicionalmente
a	 la	 organización,	 suponiendo	 el	 haber	 asumido	 los	 postulados	 gradualmente	 sin	 una
visión	 completa	 y	 sin	 que	 se	 haya	 probado	 en	 todos	 los	 casos	 su	 justificación
escritural.
¿Por	 qué	 en	 ese	 primer	 avance	 o	 todo	 más	 en	 el	 segundo	 se	 admite	 ya
incondicionalmente	 a	 la	 organización	 faltando	 lo	 fundamental?	 Contestamos	 primero
con	 lo	 que	 implica	 la	 propia	 situación	 social	 yreligiosa	 de	 una	 buena	 parte	 de	 los
individuos	 que	 viven	 en	 nuestro	 mundo.	 En	 esa	 disposición	 se	 comprueban	 unos
problemas	y	preocupaciones	que	sólo	el	sistema	religioso	puede	dar	satisfacción.	Los
Testigos	 de	 Jehová	 en	 ese	 primer	 y	 segundo	 paso	 aludidos,	 llegan	 a	 demostrar	 al
individuo	en	cuestión	que	una	de	las	causas	de	sus	desdichas	es	el	vivir	en	una	religión
falsa,	 sean	 o	 no	 practicantes.	 Casi	 todo	 lo	 de	 los	 demás	 es	 falso,	 lo	 de	 ellos	 es	 lo
verdadero.	 No	 se	 trata	 de	 una	 demostración,	 de	 presentar	 una	 verdad	 y	 que	 por
comparación	eliminas	el	error.	O	la	de	hacer	coincidir	esas	angustias	con	la	ausencia
del	 Dios	 verdadero	 y	 de	 Jesucristo	 sino	 el	 de	 presentar	 de	 un	modo	 aparentemente
lógico	y	coherente	los	errores	y	fallos	de	los	demás.	Esto	hace	mella	en	el	individuo.
Dado	 que	 se	 encuentran	 con	 una	 gran	 cantidad	 de	 personas	 desinformadas,	 o	 incluso
mal	 informadas,	 les	 es	 fácil	 llevarlas	 a	 su	 terreno.	 El	método	 bíblico	 que	 siguen	 es
simple	y	contundente.	Si	se	 trata	de	silencios	o	 lagunas,	que	según	su	entender	 tienen
otras	denominaciones,	no	es	difícil	alardearlos	pudiendo	crear	una	favorable	impresión
de	 ser	 grandes	 conocedores	 de	 la	 Biblia	 en	 el	 prosélito.	 Si	 se	 tratase	 de
equivocaciones	 no	 tan	 claras	 se	 limitan	 a	 usar	 la	 parte	 de	 textos	 que	 sin	 los	 otros
adicionales	 parecen	 apoyar	 su	 posición	 (es	 el	 caso	 de	 temas	 como	 la	 Persona	 de
Jesucristo	 o	 el	 Espíritu	 Santo).	 Con	 un	 ingenioso	 orden	 aportan	 lo	 que	 a	 ellos	 les
interesa	 realmente.	 Esto	 les	 permite	 asegurar	 que	 son	 los	 únicos	 verdaderos.	 Y
entonces,	paralelamente	a	lo	dicho	se	repite	de	una	manera	o	de	otra	lo	que	han	dejado
por	 escrito	 en	 diversas	 ocasiones:	 que	 son	 el	 Profeta	 de	Dios	 para	 este	 tiempo.	 La
mente	 de	 los	 prosélitos	 y	 de	 los	 bautizados	 sólo	 escucha	 en	 resumen	 dos	 asuntos
esencialmente:	 Lo	 de	 los	 otros	 es	 falso;	 lo	 nuestro	 es	 la	 verdad	 por	 cuanto	 los
dirigentes	son	protegidos	de	forma	especial	por	Dios	para	ofrecer	la	única	verdad	que
existe	en	este	mundo.
Simultáneamente	a	este	proceso	de	captación	 se	da	otro	que	 tiene	que	ver	con	 los
sentimientos	y	emociones,	y	que	se	puede	dar	tanto	en	lo	genuinamente	cristiano	como
en	lo	que	no	lo	es.	En	efecto,	cuando	usted	inicia	un	diálogo	con	una	persona	y,	dándose
las	 circunstancias	 requeridas,	 pueden	 desarrollarse	 los	 mecanismos	 de	 la	 amistad.
Entonces	 usted	 se	 ve	 atraído	 por	 la	 simpatía,	 el	 afecto,	 el	 cariño,	 y	 hasta	 el
desprendimiento;	 todo	 esto	 son	 cualidades	 extraordinarias	 y	 positivas	 pero	 no	 son
suficientes	para	un	asunto	tan	importante	como	es	el	discernimiento	de	la	verdad.	Esto
igualmente	se	podría	dar	en	círculos	distintos	a	lo	puramente	religioso.
Cada	 persona	 es	 una	 candidata	 para	 recibir	 el	 evangelio,	 y	 cada	 ser	 humano	 a	 lo
largo	de	su	vida	pasa	por	dudas	y	crisis;	necesita	comprensión,	amor	y	solución	a	sus
preocupaciones	y	problemas.	Qué	duda	cabe	de	que	 la	Biblia	 tiene	 lo	que	usted	y	yo
necesitamos,	pero	cuando	se	maneja	unilateralmente	usted	puede	recibir,	en	un	primer
momento,	 la	 impresión	 de	 que	 puesto	 que	 son	 ellos	 los	 que	 le	 están	 enseñando	 esas
soluciones	a	sus	problemas,	son	ellos	los	que	dicen	la	verdad.	Pero	recuerde	que	no	son
«ellos»	ni	nadie,	sino	la	Revelación,	el	poder	de	la	Palabra	de	Dios.	Por	lo	tanto,	a	la
hora	 de	 tratar	 doctrinas	 deberá	 analizarlas	 con	 rigor,	 no	 dejándose	 influir	 por	 los
beneficios	 recibidos	 que,	 en	 definitiva,	 los	 hubiese	 conseguido	 lo	 mismo	 de	 haber
leído	dicha	Revelación	por	su	cuenta.
Si	 usted	 es	 ya	 Testigo	 de	 Jehová	tengo	 algo	 que	 decirle:	 que	 si	 usted	 no	 es	 una
piedra	–y	me	consta	que	no	lo	es–,	en	más	de	una	ocasión	la	duda	le	habrá	asaltado.	En
sus	 continuos	 contactos	 con	 otros	 representantes	 religiosos	 ha	 comprobado	 que	 no
siempre	 ha	 podido	 dar	 una	 respuesta	 clara	 a	 la	 objeciones	 que	 le	 han	 puesto,	 ni
tampoco	ha	podido	rebatir	doctrinas	de	otros,	aun	cuando	ha	hecho	uso	de	 los	 textos
que	aparecen	en	la	literatura	preparada	por	el	Esclavo	Fiel	y	Discreto.	Por	descontado
que	esto	no	se	debe	a	que	usted	sea	tonto	o	que	los	demás	sean	más	hábiles	que	usted.
Quizá	su	explicación	más	sencilla	haya	sido	que	le	falta	preparación.	Pero	la	duda	ha
seguido	ahí.	Sí,	ahí;	y	usted	sabe	que	no	puede	decirme	que	no.	Lo	lógico	y	normal	en
otra	 persona	 sería	 una	 investigación	 reflexiva	 (2ª	 Co.	 13:5).	 Pero	 en	 su	 caso	 le	 han
enseñado	que	el	que	investiga	y	reflexiona	por	usted	es	el	Esclavo	Fiel	y	Discreto;	de
ahí	que	 tenga	que	ocurrir	«un	gran	cataclismo»	para	que	usted	pudiera	«saltarse	a	 la
torera»	al	Esclavo	Fiel	y	Discreto.	Pero	esperar	a	un	desastre	es	peligroso,	puesto	que
usted	puede	morir	en	la	hecatombe.	Lo	ideal	sería	que	recordará	lo	que	le	enseñaban	en
los	primeros	momentos	en	los	que	hizo	los	contactos	con	los	Testigos	de	Jehová.	Usted
recuerda	que	 le	hablaban	que	debía	 someterse	 a	 la	Biblia,	 y	 que	 debía	 desligarse	 de
todo	lo	humano;	que	había	que	hacer	caso	a	Dios	antes	que	a	los	hombres	(Hch.	5:29).
¿Por	qué	no	se	aplica	esos	mismos	consejos	ahora	y	decide	hacer	un	estudio	personal
pidiendo	la	dirección	del	Espíritu	Santo?
Creemos	que	es	el	temor	provocado	por	la	literatura	de	la	Sociedad	Watchtower	lo
que	 fija	 una	 angustia	 constante	 en	 la	membresía	 de	 los	 Testigos,	 y	 que	 se	 hace	más
acuciante	 a	 lo	 largo	 de	 sus	 crisis.	 Paradójicamente	 es	 ese	 temor	 inculcado	 por	 casi
todo	lo	que	se	relaciona	con	la	organización	lo	que	«clava»	a	ésta	a	los	miembros.
El	Testigo	de	Jehová	se	ve	obligado	en	más	de	una	ocasión	a	reprimir	datos	que	no
encajan	con	las	enseñanzas	recogidas.	La	duda	se	aposenta,	y	cuando	algo	la	reaviva	se
asusta.	Aun	cuando	la	mente	se	prepara	a	disipar	las	dudas,	cíclicamente	perciben	que
no	 han	 resuelto	 las	 discrepancias.	 La	 lucha	 interior	 sólo	 puede	 ser	 ahogada
momentáneamente	realizando	un	trabajo	intenso	de	proselitismo.	Hablando	con	otros	e
incorporándolos	 al	mismo	 engranaje.	 Es	 loúnico	 que	 les	 pude	 dar	 un	 cierto	 alivio,
porque	su	 sistema	 está	 fundamentado	 en	 las	 doctrinas	 antes	 que	 en	 una	 relación	 con
Jesucristo.
El	 pavor	 que	 surge	 ante	 la	 posibilidad	 de	 tener	 que	 abandonar	 la	 organización	 le
hace	 suponer	 que	 tendría	 un	 sentimiento	 de	 culpabilidad	 y	 vergüenza.	 La	mayoría	 de
ellos	provienen	ya	de	otra	organización,	y	cuando	las	dudas	sobrevienen	es	lógico	que
se	rechacen.	Si	en	su	esquema	todo	lo	demás	es	falso,	¿qué	podría	ocurrir	con	su	vida
si	 tuviera	que	abandonar	 aquello	que	 se	 le	ha	presentado	como	alternativa	 a	 todo	 lo
falso?	Las	 amistades	podrían	perderse,	 el	 sentimiento	de	depravación	 interna	podría
fijarse,	 y	 el	 Armagedón	 sería	 el	 castigo	 merecido.	 Desconoce	 la	 doctrina	 de	 que
tenemos	un	Abogado	para	con	nosotros	a	Jesucristo	el	Justo.
Temen	saber	más.	Cuanto	más	se	sabe	y	se	adquiere	una	mente	escudriñadora	puede
fomentar	disonancia	y	llevar	a	una	crítica	de	la	autoridad	de	la	Watchtower.	La	lectura
de	otros	libros	no	publicados	por	la	«sociedad»	religiosa	que	encarnan	los	Testigos	de
Jehová	les	hace	estar	influidos	negativamente.	De	ahí	que	lo	mejor	sea	limitarse	a	los
libros	prefabricados	por	la	Watchtower.
Es	verdad	que	ciertos	planteamientos	de	la	llamada	educación	superior	se	oponen	a
la	 buena	 nueva	 de	 salvación,	 pero	 no	 es	menos	 cierto	 que	 no	 podemos	 privarnos	 de
«saber	más»	para	poder	alcanzar	para	Cristo	a	los	que	«saben	más».	Creemos	que	la
fuerza	 del	Evangelio	 contiene	 la	 orientación	 adecuada	para	 hacer	 frente	 al	 incrédulo.
Privarse	 de	 un	 conocimiento	 por	 miedo	 a	 que	 pueda	 ir	 en	 contra	 de	 la	 propia
organización,	es	actuar	como	el	avestruz.	Sería	mejor	 incrementar	 los	programas	que
sirven	para	prevenir	al	miembro	de	situaciones	 incómodas.	Esto	es	 imposible	en	una
organización	insegura	y	temerosa	de	sus	propios	cimientos.
El	 temor	 al	 Dios	 del	 Armagedón	 nos	 muestra	 cómo	 de	 un	 Dios	 teóricamente
bondadoso	 podemos	 pasar	 en	 la	 práctica	 a	 un	 Dios	 riguroso.	 Esa	 falta	 de	 relación
personal	con	Cristo,	y	de	la	ausencia	de	la	presencia	del	Espíritu	Santo	residiendo	en
el	 creyente,	 convierte	 al	 Testigo	 en	 una	 marioneta	 en	 la	 que	 la	 salvación	 no	 está
asegurada	ni	siquiera	en	su	Milenio.	Es	una	lástima	comprobar	la	falta	del	verdadero
gozo	 que	 provee	 la	 comunión	 con	 Dios	 por	 cuanto	 la	 gran	 Muchedumbre	 ha	 sido
enseñada	 en	 el	 sentido	 de	 no	 haber	 nacido	 de	 nuevo.	 Asunto	 que	 está	 relegado
exclusivamente	a	un	número	literal	de	144.000	personas,	de	las	que	en	esta	época	no
llegan	a	8.000.
Dos	puntos	más.	El	uno	referente	a	las	premisas	escatológicas.	Después	de	la	crítica
tan	 intensa	 que	 se	 ha	 subrayado	 podría	 inferirse,	 sin	 que	 nosotros	 lo	 hayamos
pretendido,	que	dichas	proposiciones	que	 tienen	que	ver	 con	promesas	 específicas	y
con	la	esperanza	de	un	cielo	nuevo	y	una	tierra	nueva	donde	la	muerte	y	la	enfermedad
no	existirán	jamás,	no	es	preciso	o	no	es	importante	reseñarlo.	Nada	parecido	a	esto	ha
sido	 nuestra	 intención.	 Pero	 si	 ése	 fuese	 el	 sentir	 después	 de	 la	 lectura	 de	 esta	 tesis
querríamos	devolver	el	equilibrio	otorgando	nuestro	testimonio	personal.	No	hay	nada
en	este	mundo	que	amemos	tanto	como	el	final	de	esta	historia	secular	interrumpida	por
la	venida	 literal	y	visible	en	gloria	y	majestad	de	nuestro	Señor	Jesucristo.	Sabemos
que	sólo	en	ese	momento,	la	muerte,	el	último	enemigo,	será	definitivamente	derrotado
en	 lo	 que	 concierne	 a	 los	 creyentes	 en	 Cristo.	 Mi	 esperanza	 como	 cristiano	 reside
exclusivamente	 en	 Jesucristo,	 que	 me	 justifica	 de	 mis	 pecados	 mediante	 su	 vida
impecable	 y	muerte	 de	 cruz;	 en	 Jesucristo	 que	me	 imparte	 su	 justicia	 santificándome
mediante	 la	 obra	 y	 poder	 del	 Espíritu	 Santo;	 en	 Jesucristo,	 que	 intercede	 en	 el
Santuario	celestial	gracias	a	su	 triunfo	manifestado	en	 la	resurrección	y	ascensión	de
entre	los	muertos	para	aplicarme	constantemente	sus	méritos,	poder	y	perdón	en	base	a
su	único,	 suficiente	e	 irrepetible	sacrificio	 realizado	en	 la	cruz	una	vez	y	válido	para
siempre;	 en	 Jesucristo,	 que	 volverá	 como	 Rey	 de	 reyes	 y	 Señor	 de	 señores	 para
trasladarme	definitivamente	y	para	siempre	al	Reino	de	Dios	eterno.	Gracias	a	esa	vida
impecable	y	a	su	muerte	expiatoria,	a	su	ministerio	sacerdotal	en	el	Santuario	celestial,
y	 a	 esa	 esperanza	 en	 el	 retorno	 de	 Jesucristo,	 recibo	 poder	 continuo	 para	 hacer	 la
voluntad	de	Dios.	Éste	es	mi	Credo	resumido,	y	éste	quiero	que	siga	siendo	mi	lema	a
sabiendas	 de	 todas	 las	 implicaciones	 que	 todo	 ello	 significa	 tanto	 para	 mi	 Dios	 y
persona	como	para	mi	prójimo.
El	segundo	punto	guarda	relación	con	este	sentimiento	de	desconfianza	que	se	suele
producir	 cuando	 te	 ves	obligado	 a	 criticar	 sistemáticamente	una	posición.	Esto	 sería
una	prueba	más	respecto	a	dónde	nos	puede	conducir	una	interpretación	abusivamente
errónea.	Sin	embargo	es	preciso	cuando	las	circunstancias	lo	exigen,	ser	firme	y	lo	más
contundente	 posible	 para	 no	 permitir,	 dentro	 de	 los	 límites	 de	 lo	 evitable,	 que	 la
tristeza	y	la	confusión	no	se	propaguen	más	en	un	mundo	tan	necesitado	de	alegría	y	de
cordura.
	
	
Prólogo
Los	Testigos	de	Jehová	son	una	organización	religiosa	que	se	encuentra	representada
en	la	mayoría	de	los	países	del	mundo.
Su	visitación	puerta	a	puerta	les	ha	permitido	ser	conocidos	por	la	mayor	parte	de	la
población	occidental.	Y	su	anuncio	de	que	son	la	única	religión	verdadera	junto	con	su
predicación	fundamental	centrada	en	una	concepción	propia	del	Reino	de	Dios,	como
acontecido	 en	 1914,	 ha	 supuesto	 el	 que	muchos	 estudiosos	 analizaran	 las	 diferentes
doctrinas	de	los	Testigos	de	Jehová	con	su	correspondiente	crítica	y	condena.
Se	 ha	 escrito	 mucho	 sobre	 los	 Testigos	 de	 Jehová,	 de	 lo	 cual	 daremos	 amplia
información	en	su	apartado	correspondiente,	sin	embargo	todas	las	publicaciones	que
se	han	realizado	se	dedican	a	un	estudio	refutable	de	algunas	de	sus	doctrinas.
En	estos	estudios	se	omiten	dos	puntos	principales,	que	para	nosotros	son	capitales,
y	que	son	dos	de	los	motivos	fundamentales	que	justifican	esta	tesis	doctoral.
El	 primero	 es	 el	 de	 realizar	 un	 estudio	 suficientemente	 objetivo	 de	 las	 obras	 que
originaron	el	sistema	jehovista.
Las	obras	originales	de	Russell	como	fundador	de	los	Testigos	de	Jehová	quedaron
relegadas	y	aun	suprimidas	por	el	sucesor	de	aquél,	el	 juez	Rutherford.	Dichas	obras
son	 desconocidas	 no	 sólo	 por	 el	 público	 en	 general	 y	 los	 propios	 correligionarios,
incluso	 dirigentes,	 sino	 por	 los	 historiadores	 y	 especialistas.	 La	 importancia	 de	 este
hecho	reside	en	que	no	se	puede	comprender	debidamente	un	«fenómeno»	religioso	con
sus	repercusiones	espirituales	y	sociológicas,	si	no	analizamos	aquello	que	da	base	a	la
teología	y	a	la	conducta	actual	central	de	los	Testigos	de	Jehová.	No	es	suficiente	con
sacar	citas	que	más	o	menos	contradicen	un	ideario	bíblico	determinado,	sino	que	es
necesario	conocer	en	primer	 lugar,	de	un	modo	objetivo	y	 lo	más	amplio	posible,	 el
pensamiento	ideológico	de	un	autor	para	poder	obtener	una	idea	lo	más	clara	posible	de
su	 sistema	 y	 estructura	 teológica	 junto	 con	 su	 hermenéutica	 y	 metodología.	 Asuntos
estos,	que	como	veremos,se	proyectan	posteriormente	en	los	sucesores	de	Russell,	en
lo	que	se	refiere	a	lo	básico	y	fundamental.
Las	obras	de	Russell	son	escasas	por	cuanto	se	silenciaron	a	partir	de	una	segunda
época	de	Rutherford,	sin	embargo	permanecen	en	alguna	de	 las	estanterías	de	ciertas
bibliotecas	 europeas	 y	 americanas	 esperando	 ser	 utilizadas	 para	 una	 mejor
comprensión	del	fenómeno	«jehovista».	Hemos	tenido	acceso	a	ellas	y	hemos	podido
estudiarlas	exhaustivamente.
Si	Russell	fue	el	fundador,	Rutherford,	el	sucesor,	fue	su	organizador.
Se	 sabe	 muy	 poco	 de	 Rutherford.	 Y	 es	 necesario	 conocer	 sus	 obras	 principales
porque	 es	 el	 puente	 entre	 Russelly	 los	 Testigos	 actuales.	 No	 en	 vano	 Rutherford
coexistió	teológicamente	con	su	antecesor	en	una	primera	época.	Hizo	una	purga	de	los
escritos	de	Russell	en	una	segunda	época,	pero	sin	desembarazarse	de	la	hermenéutica
y	metodología	de	su	antecesor	Russell.	Asunto	que	se	convertirá	en	endémico	en	 los
Testigos	de	Jehová	actuales.
Conocer	 ciertas	obras	 fundamentales	de	Rutherford	 es	 imprescindible	 si	 queremos
explicar	adecuadamente	el	comportamiento	de	los	Testigos	de	Jehová.
Lo	 que	 Rutherford	 hizo	 de	 Russell	 hicieron	 posteriormente	 sus	 sucesores	 con	 él.
Silenciaron	sus	escritos	comprometedores,	sin	ningún	reconocimiento	en	cuanto	a	que
se	hubiese	equivocado	en	algunas	de	sus	interpretaciones.	Tan	sólo	dejaron	de	publicar
sus	obras,	pero	asumieron	una	corriente	interpretativa	que	se	ve	reflejada	en	sus	obras
actuales,	cuyo	origen	y	sello	procede	de	Rutherford.
El	 segundo	motivo	 que	 justifica	 esta	 tesis	 se	 relaciona	 con	 el	 primero,	 e	 incluso
hemos	aludido	de	algún	modo	a	 ello.	Se	 trata	no	ya	 sólo	de	presentar	objetivamente
algunas	 de	 las	 obras	 principales	 de	 los	 fundadores	 de	 los	 Testigos	 de	 Jehová,	 sino
además	describir	los	contenidos	teológicos	y	el	método	hermenéutico.
Si	el	primer	motivo	es	importante	para	la	historia,	el	segundo	lo	es	para	la	teología,
y	 esto	 desde	 dos	 puntos	 de	 vista:	 el	 uno,	 porque	 nos	 permitirá	 conocer	 una
hermenéutica	 que	 podrá	 servirnos	 de	 punto	 de	 referencia	 para	 cualquier	 clase	 de
hermenéutica;	 el	 otro,	 porque	 nos	 permite	 comprender	 las	 causas	 de	 la	 trayectoria
interpretativa	de	los	Testigos	de	Jehová	actuales.
El	tercer	motivo	que	justifica	esta	tesis	es	la	oportunidad,	que	tampoco	se	ha	dado
antes,	de	comprobar	en	paralelo	las	tres	épocas	claramente	diferenciadas	y	que	están
representadas	por	los	escritos	de	Russell,	Rutherford,	y	la	de	los	dirigentes	actuales.
Esto	 nos	 permitirá	 descubrir	 las	 consecuencias	 que	 se	 derivan	 de	 seguir	 la	misma
hermenéutica	del	representante	de	la	época	precedente	silenciando	aquellos	puntos	que
ya	 no	 aceptan.	 Pero	 al	 no	 reconocer	 que	 dichos	 puntos,	 ahora	 inaceptables,	 es	 el
resultado	de	un	modo	hermenéutico	«peculiar»,	e	integran	dicho	método	en	su	forma	de
estudiar	 la	Biblia,	 produciendo	una	 teología	 cuyas	bases	 son,	 como	comprobaremos,
puramente	especulativas.
El	cuarto	motivo	que	justifica	esta	tesis	doctoral	se	relaciona	con	la	concepción	del
Reino	 de	Dios	 como	 acontecido	 literalmente	 con	 repercusiones	 históricas	 en	 1914	 y
que	los	Testigos	de	Jehová	predican	en	la	actualidad.
Esto	 por	 sí	 solo	merece	 la	 pena	 analizarlo.	 Se	 trata	 de	 la	 doctrina	 central	 de	 los
Testigos	de	Jehová	actuales.	Comoquiera	que	dicha	doctrina	la	basan	en	la	historia	y	en
la	herencia	que	han	recogido	tanto	de	Russell	como	de	Rutherford,	y	siendo	como	dicen
lo	que	les	identifica,	 lo	que	caracteriza	a	 la	religión	verdadera,	creo	oportuno	ofrecer
esta	 otra	 novedad	 que	 supondrá	 conocer	 el	 uso	 y	 la	 aplicación	 que	 de	 la	 historia
realizan	dichos	Testigos	de	Jehová.
Nuestra	tesis	pretende	demostrar	que	los	Testigos	de	Jehová	actuales	se	basan	para
sus	 doctrinas	 fundamentales,	 en	 teorías	 especulativas	 tanto	 de	 Russell	 como	 de
Rutherford,	además	de	los	contenidos	erróneos	añadidos	por	las		«Directivas»	últimas,
las	 presididas	 por	 Knorr,	 Franz,	 Milton	 G.	 Henschel,	 y	 el	 actual	 presidente	 Don
Adams.
Éstos,	lejos	de	haberse	apartado	de	los	anteriores,	han	copiado	lo	esencial	respecto
al	 método	 de	 trabajo,	 a	 la	 hermenéutica,	 e	 incluso	 a	 una	 utilización	 y	 aplicación
errónea	de	 la	historia.	Russell	usa	apuntes	históricos	dogmáticamente	como	si	 fueran
bíblicos,	cuando	en	realidad	son	datos	suministrados	por	la	historia	profana,	e	incluso
cuando	 todavía	 la	 arqueología	 no	 había	 confirmado	 las	 fechas	 de	 ciertos
acontecimientos	 importantes.	 Los	 Testigos	 actuales	 pretenden	 ignorar	 este	 hecho	 aun
cuando	siguen	la	misma	trayectoria	de	sus	antecesores.
Los	 Testigos	 de	 hoy	 intentan	 restar	 importancia	 a	 las	 citas	 que	 en	 ocasiones	 se
presentan	de	sus	dirigentes	 -fundadores	como	erróneas	y	contradictorias,	de	un	modo
que	parece	como	si	hubiese	sido	superado,	y	como	si	no	tuviera	nada	que	ver	con	sus
posiciones	 doctrinales	 actuales.	 Sin	 embargo,	 cuando	 uno	 realiza	 un	 estudio
suficientemente	 objetivo	 de	 las	 obras	 principales	 desde	 sus	 orígenes	 hasta	 este
momento,	y	las	coloca	en	paralelo,	uno	comprueba	cuál	es	auténticamente	la	base	real
de	 la	 posición	 en	 boga	 de	 los	 Testigos	 de	 Jehová	 en	 relación	 a	 sus	 doctrinas
fundamentales.
	La	posición	doctrinal	fundamental	de	los	Testigos	de	Jehová	está	centrada	en	el	área
escatológica.	
[2]
	 	 Nuestro	 estudio	 profundizará	 especialmente	 en	 esa	 área.	 Además
haremos	un	estudio	de	las	actitudes	históricas	y	sociales	derivadas	de	su	doctrina	del
«siervo	fiel	y	discreto»,	de	su	concepción	«teocrática»,	de	su	posición	respecto	a	las
transfusiones	 sanguíneas,	 de	 ciertos	 contenidos	 ideológicos	 promulgados	 por	 sus
dirigentes	más	representativos,	y	de	ciertos	hechos	acontecidos	cuyo	protagonismo	está
marcado	por	los	fundadores	y	presidentes	electos.
Es	 preciso	 puntualizar	 que	 desde	 que	 salió	 publicada	 esta	 tesis	 doctoral	 (1993),
hasta	 la	 fecha	 actual	 (2011)	 se	 ha	 realizado	 algún	 cambio,	 desde	 el	 punto	 de	 vista
escatológico,	pero	no	sustancial,	y	a	lo	que	aludiremos	oportunamente.	El	tema	de	los
días	 de	 la	 creación,	 y	 de	 una	 fecha	 cerrada	 del	 fin	 del	 mundo,	 se	 pretendería
tímidamente	revertirse,	pero	sin	una	claridad	manifiesta.	Hasta	Franz,	se	consideraba	a
los	días	de	la	creación	con	un	valor	numérico	de	7000	años	cada	uno,	manteniendo	una
estructura	errónea	que	 lleva	a	cálculos	equivocados.	Ahora	siguen	presentando	 lo	de
cada	día	de	la	creación,	como	siendo	de	“miles	de	años”,	partiendo	de	que,	según	ellos
el	séptimo	día	parecería	no	haber	terminado,	y	éste	sería	de	7000	años	con	los	mil	del
milenio,por	 lo	 tanto	 buscarían	 la	manera	 de	 completar	 una	 cronología	 que	 les	 diera
como	 transcurridos	 6000	 años	 de	 ese	 hipotético	 día	 séptimo.	 Van	 introduciendo
también	 el	 tema	 de	 que	 para	 Dios	 un	 día	 es	 como	 mil	 años,	 y	 mil	 años	 como	 un
día”.Pero	 del	 texto	 y	 del	 contexto	 (cf.	 2ª	 Ped.	 3:4-9,	 10)	 no	 se	 puede	 sacar	 nada
aplicable	 a	 una	 realidad	 cronológica	 sino	 únicamente	 un	 valor	 puramente
representativo:	 para	 Dios	 el	 tiempo	 no	 es	 como	 el	 nuestro,	 no	 se	 mide	 del	 mismo
modo,	el	que	tarde	más	o	menos	en	sus	respuestas,	o	en	sus	promesas	a	realizar,	es	por
cuanto	el	 tiempo	para	Él,	está	 ligado	a	como	ha	relacionado	su	soberanía	y	voluntad
con	la	libertad	y	el	transcurso	de	la	historia,	en	el	cumplimiento	a	realizarse.	Asunto,	lo
de	los	6000	años	que	invita	a	la	construcción	de	un	paradigma	de	6	días	de	la	creación
como	6000	años	de	recorrido	histórico	para	adjuntarlo	a	un	séptimo	día	que	sería	el
del	Milenio,	obligando,	sin	base	bíblica,	a	la	búsqueda	de	una	cronología	de	comienzo
de	la	existencia	humana	para	conseguir	los	6000	años,	y	por	lo	tanto	siempre	acaba	en
fracaso.Este	tipo	de	historia	ya	les	ha	dado	disgustos	en	cuanto	a	la	insatisfacción	que
deja	el	ver	que	continuamente	dejan	un	rastro	equivocado.
Este	análisis	adicional	al	área	escatológica	no	es	ajeno	a	ésta.	Ciertas	características
son	 utilizadas	 por	 los	 Testigos	 de	 Jehová	 para	 corroborar	 «escatológicamente»	 su
historia	y	actitudes	sociales.
Todo	 este	 conocimiento	 facilitará	 sin	 duda	 el	 diálogo	 y	 tratamiento	 tanto	 a	 nivel
pastoral	como	teológico	con	una	organización	religiosa	que	pretende	ser	cristiana	y	que
lanza	un	desafío	de	exclusividad.
Las	repercusiones	en	el	individuo	y	en	la	familia	de	la	proyección	conceptual	de	los
Testigos	 de	 Jehová	 pueden	 ser	 de	 diferente	 índole.	 Esta	 tesis	 tiene	 el	 propósito	 de
ayudar	a	la	sociedad	pluralista	en	la	que	vivimos	a	que	comprendalo	mejor	posible	a
todos	los	que	la	componen	y	de	este	modo	poder	ayudar	a	una	mejor	convivencia.	Si
esto	lo	conseguimos	con	nuestro	estudio	«científico»	de	la	organización	de	los	Testigos
de	 Jehová	 a	 través	 del	 análisis	 de	 sus	 principales	 obras	 estaría	 suficientemente
justificada.
	
	
TEMAS
INTRODUCTORIOS
Capítulo	I
LA	BASE	DOCUMENTAL	DE	NUESTRO
ESTUDIO
Bibliografía	comentada	para	nuestro	trabajo	sobre	los	Testigos
de	Jehová
	
Para	conocer	la	vida	y	las	obras	que	llevaron	a	cabo	los	diferentes	dirigentes	de	los
Testigos	de	Jehová,	tenemos	que	consultar	la	obra	titulada	Los	Testigos	de	Jehová	en
el	Propósito	Divino,	publicada	por	la	Watchtower	Bible	and	Tract	Society,	Brooklyn,
New	 York.	 En	 un	 volumen	 de	 320	 páginas,	 se	 intenta	 explicar	 la	 historia	 de	 la
organización	de	los	Testigos	de	Jehová,	por	medio	de	sus	máximos	representantes	y	de
sus	obras.
No	se	trata	de	una	obra	crítica,	sino	más	bien	la	de	intentar	demostrar	que	la	historia
de	los	Testigos	de	Jehová,	corresponde	a	la	historia	de	la	Verdadera	Organización	de
Dios.	Dicha	obra	analiza	la	biografía,	tanto	de	Russel,	como	de	su	inmediato	seguidor
Rutherford,	y	parte	de	la	de	Knorr.
Tendremos	en	cuenta	para	los	contenidos	históricos	fundamentales	la	publicación	de
la	 revista	Watch	 Tower	 (en	 castellano	 La	 Atalaya	 originada	 por	 Russell	 en	 1879),
además	de	ciertas	publicaciones	que	pueden	contener	elementos	históricos	importantes
para	nuestra	valoración.
Un	 testigo	 de	 Jehová	 prominente,	 de	 la	 época	 de	 Rutherford	 A.	 H.	 MacMillan,
escribió	un	 libro	presentado	por	el	propio	N.	H.	Knorr,	 titulado	Faith	on	 the	March
(Englewood	Cliffs:	Prentice-Hall,	 Inc.,	1957).	En	dicha	obra,	que	pretende	pasar	por
un	 relato	 histórico	 imparcial,	 se	 explican	 algunas	 actitudes	 desconocidas	 de	 los
dirigentes.	Marley	Cole,	bajo	el	beneplácito	de	la	Dirección	de	la	Watchtower,	testigo
de	 Jehová,	 aunque	 haciéndose	 pasar	 como	 si	 no	 lo	 fuera,	 escribe	una	 obra	 titulada
Jehovh’s	Witnesses-The	New	World	Society	 (New	York:	Vantage	Press	1955).	Dicho
libro	 contiene	 conductas	 del	 interior	 de	 la	 organización	 que	 pueden	 servir	 para
comprender	ciertos	comportamientos.
Posteriormente,	en	 la	etapa	del	actual	presidente	Frederick	W.	Franz,	 se	publicó	un
folleto	titulado	«Los	Testigos	de	Jehová	en	el	siglo	XX»,	Watchtower,	Bible	and	Tract
Society,	 Brooklyn,	New	York	 1978,	 de	 32	 páginas,	 donde	 se	 complementan	 algunos
datos	históricos	de	los	últimos	años.
En	esta	época	sale	desde	el	punto	de	vista	histórico	sustituyendo	a	la	obra	titulada
Los	 Testigos	 de	 Jehová	 en	 el	 Propósito	 Divino,	 Los	 Proclamadores	 del	 Reino
(Watchtower,	Bible	and	Tract	Society,	Brooklyn,	New	York.
Los	 Anuarios,	 publicaciones	 anuales	 llevadas	 a	 cabo	 por	 la	 misma	 Watchtower,
contienen	datos	históricos	sobre	la	marcha	de	los	Testigos	de	Jehová,	en	las	diferentes
partes	del	mundo,	con	sus	progresos	y	experiencias.
Tenemos	hasta	el	Anuario	de	los	testigos	de	Jehová	2008	(Watch	Tower	Bible	And
Tract	Society,	Pennsiylvania	2008).
Para	 encontrar	 contenidos	 críticos,	 tenemos	 que	 acudir	 a	 personas	 que,	 habiendo
pertenecido	 a	 la	 organización,	 posteriormente	 la	 abandonan,	 o	 a	 autores
contemporáneos	de	los	dirigentes	de	los	Testigos	de	Jehová.
Podemos	 citar	 Esclavo	 por	 Treinta	 Años	 en	 la	 Torre	 del	 Vigía,	 de	 William	 J.
Schnell,	Baker	Book	House,	Grand	Rapids,	Michigan	1959.	Sus	83	páginas	contienen
críticas	exacerbadas	de	la	organización	y	de	sus	métodos.
En	 1981	 el	 sobrino	 del	 actual	 presidente	 de	 los	 Testigos	 de	 Jehová	 dejó	 de
pertenecer	a	la	organización	de	los	Testigos.	Hasta	1980	había	pertenecido	al	Cuerpo
Directivo	del	que	dimitió.
Esto	ha	supuesto	el	conocimiento	de	ciertos	aspectos	y	actitudes	que	de	otro	modo
hubiera	 sido	 imposible	 lograrlo.	 En	 una	 obra	 de	 376	 páginas,	 titulada	 Crisis	 of
Conscience	 (Commentary	 Press,	 Atlanta	 1983),	 Raymond	 Franz	 explica	 los	motivos
que	le	llevaron	a	tal	decisión.
W.	M.	Nelson,	pastor	evangélico,	en	su	obra	Los	Testigos	de	Jehová,	quiénes	son	y
lo	que	creen,	recopila	numerosas	citas	de	contemporáneos	de	los	primeros	presidentes
de	los	Testigos	de	Jehová.	Se	trata	de	una	obra	de	130	páginas,	publicada	por	la	Casa
Bautista	de	Publicaciones	en	1972.
Dentro	 de	 esta	 línea	 de	 crítica	 aparece	 una	 cierta	 cantidad	 de	 publicaciones	 en
Internet,	 por	 colectivos	 de	 Ex	 Testigos,	 y	 algunas	 experiencias	 muy	 trágicas,	 que
desembocan	en	posiciones	muy	radicales	frente	a	su	antigua	organización.
El	profesor	Humberto	Raúl	Treiyer	en	su	Curso	de	Religiones	Comparadas,	dedica
30	páginas	a	la	historia	y	obra	de	los	dirigentes	de	los	Testigos	de	Jehová.	Publicado
por	la	Editorial	CAP	del	Colegio	Adventistas	del	Plata,	Argentina	1967.
Para	una	valoración	histórico-religiosa	del	período	1800	a	1950,	es	de	gran	utilidad
la	Historia	General	del	Protestantismo	de	Emil	G.	Léonard,	Colecciones	Península,
Barcelona	1967,	Vol.	IV.
Destaca	por	su	 importancia	The	Prophetic	Faith	of	Our	Fathers	de	LeRoy	Edwin
Froom,	Review	and	Herald,	Washington	1954	(4	Volúmenes).	El	gran	valor	reside	en
que	 analiza	 los	 períodos	 históricos	 en	 un	 contexto	 teológico-escatológico.	 Es
imprescindible	para	cualquier	consulta	en	relación	a	las	raíces	históricas	de	cualquier
movimiento	religioso.
De	este	mismo	autor	es	muy	útil	el	Sumario	del	Desenvolvimiento	Histórico	de	la
Interpretación	 Profética	 (Curso	 de	 Extensión	 del	 Seminario	 Teológico	 Adventista
para	la	División	Sudamericana.	Diciembre	5,	1949	-	Enero	31,	1950).
En	esa	misma	línea	de	importancia	para	un	análisis	de	las	raíces	escatológicas	de	la
posición	de	los	Testigos	de	Jehová	es	necesario	consultar	la	obra	erudita	denominada
Lacunciana	del	 investigador	Alfred	Vaucher	 (4	 Series)	Colonges	 sous	 Salève.	Haute
Savoie,	France,	1949-1958.
La	base	de	nuestro	estudio	respecto	a	las	obras	de	CH.	T.	Russell
Su	obra	cumbre	es	La	Aurora	del	Milenio,	conocida	desde	1904	como	Estudios	de
las	Escrituras.	Consta	de	7	tomos	(el	último	de	los	cuales	fue	publicado	después	de	su
muerte).	 Fueron	 traducidos	 al	 alemán,	 sueco,	 danés,	 noruego,	 francés,	 italiano,
castellano	y	griego	moderno.	Sus	títulos	y	contenidos	se	bosquejan	a	continuación:
Tomo	 I	 o	 serie	 primera:	 El	 Plan	 Divino	 de	 las	 Edades	 (1886).	 Contiene	 una
presentación	del	plan	de	la	salvación.
Tomo	 II	 o	 serie	 segunda:	El	Tiempo	ha	 llegado	 (1889).	 Se	 refiere	 al	 tiempo	 y	 la
forma	del	regreso	de	Cristo.
Tomo	III	o	serie	tercera:	Venga	tu	Reino	(1891).	Profecías	concernientes	al	tiempo
del	fin,	la	glorificación	de	la	iglesia	y	el	establecimiento	del	reino	milenial.	Fija	el	año
1914	como	el	fin	de	los	gobiernos	humanos.	Todo	un	capítulo	está	dedicado	a	la	gran
pirámide	de	Kéops	o	Gizeh.
Tomo	IV	o	serie	cuarta:	El	Día	de	la	Venganza	(1897).	Basándose	en	San	Mateo	24
y	 Zacarías	 14:1-9,	 muestra	 la	 futilidad	 de	 las	 esperanzas	 humanas	 y	 la	 creciente
disolución	del	presente	orden	de	cosas.
Tomo	V	 o	 serie	 quinta:	Reconciliación	 entre	Dios	 y	 el	Hombre	 (1899).	 Contiene
temas	 como	 la	 supremacía	 de	Dios,	 la	 persona	 de	Cristo,	 sus	 oficios	 y	 atributos,	 la
obra	del	Espíritu	Santo,	y	los	beneficios	del	sacrificio	redentor.
Tomo	VI	 o	 serie	 sexta:	La	Nueva	Creación	 (1904).	Hace	 un	 paralelismo	 entre	 la
Creación	(Gn.	1	y	2)	y	la	nueva	creación	(la	iglesia).	Consigna	también	las	condiciones
para	entrar	en	el	Reino.
Tomo	VII	o	serie	séptima:	El	Misterio	Terminado	(1917).	Publicado	después	de	su
muerte,	 presenta	 nuevos	 enfoques	 proféticos	 tendentes	 a	 explicar	 la	 falta	 de
cumplimiento	de	sus	predicciones	relativas	a	1914.	Algunos	críticos	niegan	que	su	autor
haya	sido	Russell,	y	están	convencidos	en	señalar	como	a	tal	a	Rutherford.
Los	 volúmenes	 que	 usaremos	 para	 nuestro	 análisis	 son	 el	 tomo	 I,	El	 Plan	 de	 las
Edades,	el	tomo	II,	El	Tiempo	está	Cerca,	el	tomo	III,	Venga	tu	Reino,	y	el	tomo	VII,
El	 Misterio	 Terminado.Haremos	 una	 presentación	 de	 los	 contenidos	 teológicos
básicos,	de	los	argumentos	y	del	método	hermenéutico.	Aunque	en	dichos	volúmenes	se
expresan	 las	 ideas	 principales	 de	 la	 escatología	 de	 Russell,	 proporcionaremos
referencias	de	algunas	de	sus	otras	publicaciones.
Los	 volúmenes	 reseñados	 forman	 parte	 de	 la	 obra	 general	 ya	 indicada	 de	Russell
cuyo	 título	genérico,	 antes	de	1904	era	La	Aurora	del	Milenio	 (en	el	original	 inglés
«Millenial	Dawn»).	A	partir	de	1904	se	denominó	Estudios	de	 las	Escrituras	 (en	el
original	«Studies	in	the	Scriptures»).
Del	primer	volumen	titulado	El	Plan	de	las	Edades	(The	Plan	of	the	Ages),	o	como
más	tarde	El	Plan	Divino	de	las	Edades	(The	Divine	Plan	of	the	Ages),	disponemos	de
una	edición	en	español,	distribuida	por	los	seguidores	fieles	de	Russell	(Dawn	Bible
Students	Association,	East	Rutherford,	New	Jersey	07073-USA)	y	reimpresa	en	1964.
La	obra	tiene	359	páginas	y	está	dividida	en	16	capítulos.	De	éstos,	7	son	claramente
escatológicos.	En	dicho	volumen	se	colocan	las	bases	de	toda	la	creencia	de	Russell
que	desarrollará	en	volúmenes	sucesivos.
Del	volumen	II	que	lleva	como	título	particular	El	Tiempo	ha	Llegado,	disponemos
de	 dos	 ediciones,	 una	 alemana	 de	 357	 páginas	 (Millennium	Dages	Unbruch	Band	 II
«Die	 Beit	 ift	 Herbeigekommen»;	 impresa	 por	 Watch	 Tower	 Bible	 Tract	 Society
Allegheny,	 PA.,	USA;	Deutfchland,	Mirterftr.	 45	 Elberfeld	 1907),	 y	 otra	 francesa	 de
394	 páginas	 que	 data	 de	 1903	 (Le	 Temps	 est	 Proche,	Watch	Tower	Bible	 and	Tract
Society,	 Allegheny,	 PA.,	 USA,	 y	 editada	 en	 Neuveville	 (Suisse).	 Imprimerie	 Victor
Beerstcher,	Editeur.
Contiene	 esencialmente	 todo	 el	 ideario	 del	 autor	 respecto	 a	 los	 problemas
escatológicos.	 De	 los	 diez	 capítulos	 en	 que	 está	 distribuida	 la	 obra,	 nueve	 son
netamente	 escatológicos.	 En	 este	 volumen	 se	 ofrecen	 todas	 las	 fechas	 pertinentes
justificándolas.
Nuestro	estudio,	si	no	decimos	lo	contrario,	está	basado	en	la	edición	francesa.
Del	 volumen	 III	 Vénganos	 tu	 Reino	 (Thy	 Kingdom	 Come)	 disponemos	 de	 dos
ediciones:	una	alemana	de	362	páginas	(Schriftstudien	Dein	Konigrich	Komme,	serie	3,
impresa	por	Internationale	Vereinigung	Ernfter	Bibelforfcher,	Booklyn,	N.	Y.,	USA	und
Barmen,	Deutchland,	1917),	y	otra	 francesa	de	506	páginas	 (Watch	Tower	Bible	and
Tract	Society,	Brooklyn,	New	York,	reimpresa	en	París	en	1954).
El	volumen	dividido	también	en	diez	capítulos	es	un	intento	de	ratificación	y	apoyo
de	 todo	 lo	que	ha	dicho	en	el	volumen	anterior.	Se	 trata	de	aportar	más	pruebas	que
reafirmen	 lo	 que	 Russell	 ha	 pretendido	 demostrar	 en	 el	 volumen	 II,	 en	 cuanto	 a	 la
segunda	venida	y	del	fin	del	mundo.
Nuestro	estudio,	si	no	avisamos	de	lo	contrario,	lo	basaremos	en	la	edición	francesa.
Del	volumen	VII,	El	Misterio	Terminado,	haremos	uso	de	una	edición	en	inglés	The
Finished	 Mistery,	 A	 Helping	 Hand	 For	 Bible	 Students,	 Brooklyn,	 N.	 Y.,	 USA.
Disponemos	 también	de	una	 edición	alemana:	Schriftstudien,	 serie	7,	Das	Vollendete
Geheimnis-International	 Bereinigung	 Ernfter	 Bibelforfcher,	 Brooklyn	 N.Y.	 USA.
Barmen,	Deutfchland,	Zürich	Gchmeiz.	Für	Franzöfifches	Gprachgebiet,	Berne,	Suisse,
1917.
Las	páginas	de	este	volumen	contienen	el	comentario	al	Apocalipsis,	Ezequiel	y	Joel.
Haremos	 un	 análisis	 restringido	 y	 prácticamente	 referencial.	 Nos	 servirá	 para	 un
estudio	 en	 paralelo	 que	 sobre	 el	 Apocalipsis	 realizan	 los	 representantes	 de	 la	 tres
épocas	en	que	podemos	dividir	la	historia	teológica	de	los	Testigos	de	Jehová.
La	base	de	nuestro	estudio	de	las	obras	de	J.	F.	Rutherford
De	las	varias	obras	que	produjo	presentaremos	especialmente:	Millones	que	ahora
viven	no	morirán	jamás	(Millions	Now	Living	Will	Never	Die).	Cronológicamente	es
la	 primera	 (1920).	 Disponemos	 de	 dos	 ediciones,	 una	 en	 castellano	 de	 60	 páginas
(Derechos	 reservados	 en	 1920	 E.U.A.).	 Traducida	 en	 español	 en	 1921,	 Imprenta
Clarasó,	 Villarroel,	 17,	 Barcelona;	 otra	 francesa	 de	 92	 páginas	 («Des	 Millions	 de
Personnes	 actuellement	 vivantes	 ne	 mourront	 jamais!!»,	 publié	 par	 l’Association
Internationale	des	Etudiants	de	la	Bible,	Brooklyn,	New	York,	USA,	editado	en	París	y
Berna,	1920).
Es	un	intento,	por	un	lado,	de	corregir	en	algunos	aspectos	a	Russell,	y	por	otro,	dar
sus	propias	ideas	escatológicas.
Nuestro	estudio	lo	basaremos	en	la	edición	francesa.
La	 segunda	 obra	 es	 la	 publicada	 en	 1921,	 The	 Harp	 of 	 God	(El	 Arpa	 de	 Dios).
Disponemos	 de	 dos	 ediciones:	 una	 en	 castellano	 de	 254	 páginas	 (editada	 por	 la
Internationale	Bible	Students	Association,	Brooklyn,	New	York,	USA,	y	publicada	en
Barcelona	en	1925);	la	otra	en	francés	de	370	páginas	(«L’Harpe	de	Dieu»,	editada	por
la	 Tour	 de	Garde,	 Societé	 de	 Bibles	 et	 de	 Traités	 et	Association	 Internationales	 des
Etudiants	de	la	Bible,	Berne,	1921).
Se	trata	de	una	concepción	resumida	del	Plan	de	Dios	que	incluye	algunos	capítulos
escatológicos.
De	un	modo	más	restringido	presentaremos	algunas	citas	de	libros	como	Deliverance
(Liberación).	 Disponemos	 de	 una	 edición	 en	 castellano	 de	 339	 páginas	 (impresa	 en
Alemania	y	editada	por	la	Asociación	Internacional	de	Estudiantes	de	la	Biblia,	Watch
Tower	Bible	And	Tract	Society,	Brooklyn,	New	York,	USA,	1926).
También	 de	Creation	(Creación)	 publicado	 en	 1927	 por	 la	 misma	 entidad	 que	 los
anteriores.	Disponemos	de	una	edición	en	castellano	de	335	páginas.
Luz ,	es	 el	 comentario	 en	dos	 tomos	del	Apocalipsis.	Disponemos	de	 la	 edición	en
castellano	 de	 665	 páginas	 en	 total	 (publicada	 por	 la	Watch	 Tower,	 Bible	 and	 Tract
Society	 y	 La	 Asociación	 Internacional	 de	 Estudiantes	 de	 la	 Biblia,	 Brooklyn,	 New
York,	USA.	1930).
Se	 trata	 de	 una	 interpretación	 que	 desde	 la	 primera	 página	 hasta	 la	 última,	 todo
señala	a	los	Testigos	de	Jehová.	El	libro	de	Apocalipsis	identificaría	a	los	Testigos	de
Jehová	como	el	Pueblo	de	Dios,	y	a	él	se	estaría	refiriendo	continuamente.
Presentaremos	algunas	de	sus	partes	para	compararlas	con	las	opiniones	que	sobre	el
Apocalipsis	vierten	tanto	Russell	como	los	Testigos	actuales.
La	base	de	nuestro	estudio	de	 las	obras	de	 los	Testigos	de	Jehová
en	la	actualidad
Cuatro	 fuentes	 principales	 han	 alimentado	 doctrinalmente	 a	 los	 Testigos	 actuales:
Sea	 Dios	 Veraz,	 con	 dos	 ediciones	 (1949,	 1955),	 Asegúrense	 de	 todas	 las	 cosas
(1960,	1970),	Razonamiento	a	partir	de	 las	Escrituras	 (1985),	 junto	a	¿Qué	enseña
realmente	 la	 Biblia?	 (2005)	 y	 las	 publicaciones	 quincenales	 de	 La	 Atalaya	 y
¡Despertad!
Junto	 a	 esto	 podríamos	 reseñar	 una	 interpretación	 al	 libro	 de	 Daniel	 (Hágase	 tu
Voluntad	 en	 la	 Tierra,	 1961),	 y	 en	 1999:	 “Prestemos	 atención	 a	 las	 Profecías	 de
Daniel”	 poseemos	 la	 séptima	 reimpresión	 del	 2007.	 Dos	 sobre	 el	 Apocalipsis:
Entonces	queda	terminado	el	Misterio	de	Dios,	1971,	complementado	por	Babilonia
la	Grande	ha	caído,	1972,	y	el	publicado	más	recientemente	(1988),	Apocalipsis...	¡se
acerca	su	magnífica	culminación!
Para	 los	 asuntos	 históricos,	 arqueológicos	 e	 introductorios	 se	 ha	 publicado	 en
castellano	Ayuda	 para	 entender	 la	 Biblia	 (1987).	 Se	 trata	 de	 un	 volumen	 de	 1.692
páginas	 semejante	 a	 un	Diccionario	Bíblico.	En	 esa	misma	 línea	 se	 ha	 publicado	 en
inglés	Insight	on	the	Scriptures	(1988),	en	dos	volúmenes	de	1.278	páginas	cada	uno.
En	 1991	 publicaron	 en	 castellano,	 Perspicacia	 para	 comprender	 las	 Escrituras
(Watch	 Tower	 Bible	 and	 Trac	 Society	 of	 Pennsylvania,	 USA.),	 una	 especie	 de
Diccionario	 bien	 estructurado	 con	 una	 gran	 cantidad	 de	 información	 histórica	 y
doctrinal	de	 acuerdo	a	 como	 la	 entiende	y	orientan	 los	dirigentes	de	 los	Testigos	de
Jehová.
Las	otras	obras	que	hemos	utilizado	para	nuestra	tesis	las	enumeramos	en	el	apartado
correspondiente	de	la	bibliografía	complementaria.
Todas	 las	 publicacionesde	 la	 época	 actual,	 representada	 por	 los	 cuatro	 últimos
presidentes	N.	Knorr,	F.	Franz,	Milton	G.	Henschel,	y	el	actual	presidente	Don	Adams
van	 sin	 autoría,	 editadas	 e	 impresas	 por	 la	 Watch	 Tower	 Bible	 and	 Trac	 Society,
Brooklyn,	New	York,	o	Pennsylvania,	USA.
Escritos	especiales	de	otros	autores
En	tres	clases	de	libros,	por	su	naturaleza,	podríamos	dividir	las	publicaciones	que
se	han	llevado	a	cabo	sobre	los	Testigos	de	Jehová.	Una	está	formada	por	libros	cuyos
autores	son	ex	testigos	de	Jehová.	Entre	éstos	se	destacan	en	Estados	Unidos:
Esclavo	por	 treinta	años	en	 la	Torre	del	Vigía,	de	William	K.	Schnell	 (publicado
por	 la	 Baker	 Book	 House,	 Grands	 Rapids,	 Michigan	 1959).	 Dicho	 libro	 es	 un
testimonio	personal	de	lo	que	cree	el	propio	autor	ser	una	organización	que	nada	tiene
que	ver	con	la	Biblia.	Presenta	documentación	importante	sobre	las	interioridades	de	la
asociación,	 ya	 que	 el	 autor	 formaba	 parte	 de	 la	 administración	 central	 de	Brooklyn.
Nos	da	a	conocer	el	carácter	dictatorial	del	juez	Rutherford,	y	de	la	división	en	castas
de	las	diferentes	personas	que	se	convertían	en	Testigos	de	Jehová.
En	 1983	 apareció	 Crisis	 of	 Conscience,	 de	 Raymond	 Franz	 (Published	 by
Commentary	Press	P.	O.	Box	43532,	Atlanta,	Georgia	30336).	Consta	de	376	páginas.
En	dicho	libro	se	analiza	la	organización	administrativa	y	teológica	de	los	Testigos	de
Jehová	como	nunca	antes.	El	autor	perteneció	a	la	más	alta	jerarquía	de	la	Asociación
con	responsabilidad	tanto	en	la	Dirección	como	en	la	creación	doctrinal.	Su	estudio	es
más	 valioso	 que	 el	 anterior,	 y	 emplearemos	 en	 más	 de	 una	 ocasión	 su	 apreciada
documentación.
La	 otra	 publicación	 en	 esta	 línea	 procede	 de	 España,	 Los	 falsos	 manejos	 de	 los
Testigos	de	Jehová,	de	Antonio	Carrera.	El	autor	se	siente	engañado	y	defraudado,	y
con	un	lenguaje	agresivo	presenta	los	detalles	contradictorios	de	las	posiciones	de	los
Testigos.	Este	mismo	autor	ha	publicado	una	colección	de	documentos	de	gran	valor
divulgativo	 con	 los	 que	 se	 pretende	 desenmascarar	 a	 los	Testigos.	 Su	 título	 es	DDT
(Documentos	 Desenmascaran	 a	 Testigos).	 Ambos	 están	 publicados	 en	 Bilbao.	 El
primero	en	1976,	y	el	segundo	no	lleva	fecha	de	edición.
La	 segunda	 clase	 está	 formada	 por	 libros	 apologéticos	 que	 autores	 de	 diferentes
organizaciones	 han	 escrito	 con	 el	 ánimo	 de	 mostrar	 los	 errores	 doctrinales	 de	 los
Testigos	de	Jehová:
Apuntando	a	la	Torre,	de	Juan	Antonio	Monroy	(Edit.	Irmayol,	Madrid,	1972).
Proceso	 a	 la	 Biblia	 de	 los	 Testigos	 de	 Jehová,	 de	 Eugenio	 Dayans,	 (Clie,
Barcelona,	1971).
Los	Testigos	de	Jehová,	quiénes	son	y	lo	que	creen,	de	W.M.	Nelson,	(Casa	Bautista
de	Publicaciones,	séptima	edic.,	1986).
Un	 libro,	que	el	 autor	me	dedicó,	 contiene	algunos	capítulos	de	 interés	que	 sirven
como	una	 guía	 de	 objeciones	 al	 ideario	 doctrinal	 de	 los	Testigos	 (Objeciones	 a	 los
Testigos	de	Jehová,	de	Antonio	M.	Sagau,	edit.	Clie,	Terrassa,	1987).
En	la	 tercera	clase	de	publicaciones	sobre	los	Testigos	de	Jehová	debemos	incluir
dos	 tipos	de	obras	que	siguen	una	 línea	científica.	Por	un	 lado	están	 las	que	 tratan	a
nivel	exegético	ciertos	elementos	doctrinales	fundamentales	de	los	testigos	relativos	a
la	persona	de	Jesucristo,	o	a	su	manera	particularista	de	traducir	la	Biblia.
Por	otro	están	las	que	presentan	un	alto	contenido	histórico	y	escatológico.
En	el	primer	caso	sobresalen	tres	obras:	Una,	la	de	Walter	Martin	Los	Testigos	de
Jehová	(edit.	Betania,	Puerto	Rico,	1985).
Dos,	 un	 estudio	 del	 famoso	 Bruce	 Metzger,	 The	 Jehovah’s	 Witnesses	 and	 Jesus
Christ	(en	«Teology	Today»	de	Abril	de	1953).
Tres,	 la	 tesis	 de	 licencia	 presentada	 en	 la	Facultad	 de	Teología	 de	Barcelona	por
Antolín	 Diestre	 Gil,	 (publicada	 debidamente	 ampliada	 y	 corregida	 por	 Edit.	 Clie,
Terrassa,	1991).
En	el	segundo	caso	despuntan	seis	trabajos.	Tres	de	ellos	aun	cuando	no	van	dirigidos
a	los	Testigos,	presentan	un	contenido	histórico	de	una	calidad	probada	que	nos	servirá
para	nuestro	estudio	de	la	fecha	de	1914	y	sus	implicaciones:
El	 profesor	 Edwin	 R.	 Thiele,	
[3]
	 en	 su	 obra	 The	 Mysterions	 Numbers	 of	 the
Hebrew	 Kings	(Publicado	 por	 Ed.	 rev.	 Grand	 Rapids,	 Michigan,	 the	 William	 B,
Eermands	Publishing	Company,	1965),	nos	aporta	datos	claros	y	documentados	de	los
reinados	de	los	reyes	hebreos.
Un	artículo	titulado	A	verdade	 sobre	os	 setenta	anos	de	 cautiverio	babilónico	de
Thiele,	juntamente	con	otro	artículo-editorial	de	Arnaldo	B.	Christianini,	1975	Eterna
Primavera	ou	Amarga	Decepçao,	publicados	ambos	en	la	revista	brasileira	adventista
«O	Atalaia»	 de	 agosto	 y	 febrero	 de	 1975	 respectivamente,	
[4]2	 contienen	 datos	 que
demuestran,	 sin	 lugar	 a	 dudas,	 que	 en	 el	 607	 a.J.	 no	 pudo	 acontecer	 la	 caída	 de
Jerusalén,	siendo	Sedequías	rey	en	esa	fecha.
Siegfried	H.	Horn,	en	su	estudio	The	Babilonian	Cronicle	and	Ancien	Calendar	of
the	 Kingdom	 of	 Judah	 (Andrews	University	 Seminary,	Michigan,	 1967,	 pp.	 12-27),
donde	trata	asuntos	relativos	a	la	cronología	de	Josías	y	Sedequías.
Del	mismo	autor	en	colaboración	con	Lynn	H.	Wood	es	la	obra	The	Chronology	of
Ezra	7	(2ª	edic.	Review	and	Herald,	Washington	1970).	Presenta,	entre	otras	cosas,	la
datación	 del	 año	 37	 de	Nabucodonosor,	 de	 gran	 importancia	 para	 poder	 fijar	 el	 año
539	a.J.,	como	de	la	caída	del	Imperio	Babilónico	y	la	caída	de	Jerusalén	en	el	586	a.J.
Un	único	libro	que	se	ha	publicado	sobre	los	Testigos	de	Jehová	donde	se	profundiza
en	la	fecha	de	1914	es	el	de	Pedro	de	Felipe	del	Rey:	¡El	Reino	de	Dios	empezó	en
1914!	(Madrid,	 1974).	 Se	 hace	 un	 estudio	 exhaustivo	 y	 demostrativo	 de	 la
imposibilidad	de	que	el	607	a.J.,	pueda	ser	al	mismo	tiempo	el	año	19	del	reinado	de
Nabucodonosor	y	el	de	la	caída	de	Jerusalén	con	Sedequías.
No	hemos	incluido	una	gran	cantidad	difícil	de	enumerar,	de	trabajos	muy	 limitados
en	 su	 expresión	 exegética	 y	 teológica.	 Creemos	 que	 lo	 presentado	 es	 lo	 más
significativo	 sin	 que	 podamos	 evitar	 alguna	 notable	 ausencia.	 En	 la	 bibliografía
complementaria	se	añaden	algunos	títulos	más	como	trabajos	de	referencia.
	
	
Bibliografía	complementaria
I.	FUENTES	Y	TRADUCCIONES
A.	Biblia	y	Ediciones	Críticas
ALLAND-MARTINI-METZGER-WIKGREN;	The	Greek	New	Testament,	Wûrttemberg	Bible
Society,	Stuttgart,	1968.
BOVER,	JOSE	Mª-O’CALLAGHAN,	JOSÉ;	Nuevo	Testamento	Trilingüe,	edic.	crítica,	BAC,
Madrid,	1977.
METZGER	Bruce	M.;	Un	 comentario	 textual	 al	 Nuevo	 Testamento,	 Sociedad
Bíblica	Americana,	Nueva	York	(Impreso	en	Brasil),	2006.
KITTEL,	RUDOLF;	Biblia	Hebraica;	Wûrttembergische,	Bibelanstalt,	Stuttgart,	1973.
NESTLE,	EBERHARD;	The	 Greek	 New	 Testament,	 by	 the	 British	 and	 Foreign	 Bible
Society,	London,	1965.
RAHLFS,	ALFRED;	Septuaginta,	Wûrttembergische,	Bibelanstalt,	Stuttgart,	1935.
WATCHTOWER	Bible	 and	 Tract	 Society,	 Kingdom	 Interlinear	 Translation,	 Brooklyn,
New	York,	1969.
WESTCOT,	B.F.-HORT,	F.A.;	The	New	Testament	in	the	Original	Greek,	the	MacMillan
Company,	New	York,	1926.
WILSON,	BENJAMIN;	The	 Emphatic	 Diaglott,	 containing	 the	 original	 greek	 text	 New
Testament.	 Publishers:	Watch	 Tower	 Bible	 and	 Tract	 Society,	 Brooklyn,	 New	York,
1942.
Concordancias	del	texto	crítico	y	traducciones	bíblicas
1.	Concordancias
	
Englishman’s	Hebrew	and	Chaldee	Concordance	of	 the	Old	Testament,	 edi.	 Samuel
Bagster,	London,	1971.
MORRIS,	GEORGE;	A	Concordance	 of	 the	 Septuagint,	 edic.	 Samuel	 Bagster,	 London,
1974.
PETTER,	HUGO;	Concordancia	Greco	Española	del	Nuevo	Testamento,	Clie,	Terrassa
(Barcelona),	1976.
ST EGENGA ,	J-	 TU G G Y,	A.;	 Concordancia	 Analítica	 Greco-Española	 del	 Nuevo
Testamento	Greco-Español,	Clie,	Terrassa	(Barcelona),	1987.
2.	Biblias
ANOTADA	 DE	SCOFIELD,	texto	Reina	Valera	 1960	 (Barcelona,	 1971).	 BESSON,	PABLO,	El
Nuevo	Testamento,	Edit.	Mundo	Hispano,	 1981.	BIBLIA	 DE	JERUSALÉN	(edic.

Continuar navegando